Archivo de 25 de marzo de 2010

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una montevideANA intendenta; la esperanza continúa

 ¡EN MAYO, FRENTE AMPLIO!

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cr. couriel: análisis elecciones departamentales

elecciones departamentales

cr. alberto couriel

El 9 de mayo, con las elecciones departamentales y municipales, culmina este largo proceso electoral, el cual sabemos que deberá asumir modificaciones. El Frente Amplio gana las elecciones departamentales desde 1989 en Montevideo y seguramente mantendrá su primacía en los próximos comicios. En 2004, junto al primer triunfo de la izquierda en el plano nacional, se obtuvieron 7 gobiernos departamentales en el interior del país. En las elecciones nacionales de 2009 el FA ganó en 11 departamentos, generando geográficamente una especie de L triunfadora. Se ganó en los departamentos de Salto, Paysandú, Río Negro, Soriano, Colonia, San José, Florida, Montevideo, Canelones, Maldonado y Rocha. En todos ellos el FA tiene posibilidades de ganar las elecciones departamentales y deben agregarse, con buena probabilidad de ganar, los departamentos de Treinta y Tres y Cerro Largo. Para el cumplimiento del programa nacional del FA es muy relevante obtener la mayor cantidad de gobiernos departamentales, especialmente para avanzar en las propuestas sociales. Los candidatos del FA tienen que aprovechar los logros del primer gobierno nacional de la izquierda, junto a los avances y especificidades departamentales. El mejor apoyo al gobierno nacional de Mujica es ganar las próximas elecciones departamentales.

En cada proceso electoral nacional e internacional los partidos políticos de la derecha atacan a la izquierda con dos argumentos centrales: el triunfo de la izquierda puede afectar el sistema democrático y genera desconfianza e incertidumbre en los agentes económicos, lo que provoca procesos especulativos, de fuga de capitales y altos niveles de inflación. El argumento de que la izquierda es totalitaria o no asegura los principios democráticos ya no se puede usar en el caso de Uruguay. El FA no sólo garantizó el conjunto de los principios y valores del sistema democrático sino que revitalizó y profundizó los mismos. Nuestras elecciones son históricamente limpias y libres. Las libertades básicas y el estado de derecho están totalmente garantizados. Hemos avanzado en materia de derechos humanos, en la búsqueda de la verdad y especialmente en términos de justicia, donde el Poder Judicial con independencia mantiene recluidos a los que violaron los derechos humanos en la etapa dictatorial. La democracia tiene una ética de equidad y de igualdad. La identidad de la izquierda pasa esencialmente por elementos de igualdad y de equidad. En este terreno se han realizado avances significativos. Ha mejorado la distribución del ingreso como consecuencia del descenso del desempleo abierto, de la mejora del salario real y especialmente por el crecimiento del gasto social. Hay avances importantes en la equidad de género, fruto de diversas leyes que atienden dicho objetivo. Entre ellas se destacan la ley de Igualdad de oportunidades entre hombres y mujeres, la jerarquización del Instituto Nacional de la Mujer, mejoras jubilatorias para madres y diversas medidas para enfrentar la violencia doméstica. Para el segundo gobierno del FA se requerirán avances en la Ley de Salud Sexual y Reproductiva, que a nuestro entender debe ser objeto de un referéndum para que toda la población pueda definir un tema que abarca aspectos culturales y religiosos. Deberá avanzarse en la ley de cuotas para mejorar las posibilidades de participación de la mujer en la vida política. Será importante la formulación e implementación de un Sistema Nacional de Cuidados. Este abarca un nivel generacional porque requieren cuidados los niños y los ancianos; un nivel de género porque son las mujeres las que cumplen los roles de cuidados; la especial atención que requieren los discapacitados. Todos estos temas hacen a la democracia en un país que cuenta con una de las sociedades más democráticas del continente. El FA ha representado a esta sociedad democrática y por ello cumplirá un segundo período en el gobierno nacional.

Sobre el tema de la democracia se agrega un nuevo factor para ser aprovechado por nuestros candidatos departamentales: la figura del Pepe Mujica. En estas tres semanas de gobierno ha mostrado dotes de estadista y de profundidad democrática. Al mejor estilo de Nelson Mandela busca permanentemente acciones de unidad nacional, que son muy aceptadas en los distintos sectores políticos y sociales. Despega con una elevada aprobación de la opinión pública y sus principales detractores se ven obligados a aceptar sus extraordinarias cualidades políticas y morales. Su discurso ante las FFAA, de difícil relacionamiento con la izquierda, para integrarlas a la construcción del país, es un indicador relevante de unidad nacional. Esto no es contradictorio con la necesidad de seguir avanzando en la verdad de los acontecimientos sobre derechos humanos durante la dictadura. Mujica es un hombre de diálogo, de negociación permanente y de acuerdos. Todos ellos instrumentos inherentes a la democracia. Impulsa los acuerdos políticos sobre educación, energía, seguridad y medio ambiente con todos los partidos políticos con representación parlamentaria. Mañana seguramente se buscarán también acuerdos con la reforma del Estado. Esto genera un clima de mutuo respeto, limita los conflictos e inclusive genera un ambiente muy propicio para los acuerdos que mejoran la calidad de la democracia uruguaya. El factor Mujica puede ayudar a nuevas conquistas en las próximas elecciones departamentales.

El otro argumento de la derecha sobre inestabilidades económico­financieras ha caído por los extraordinarios logros del gobierno frentista. Se ha mantenido una inflación de un dígito. En lugar de fuga de capitales ha habido un fuerte aumento de la entrada de capitales y el país tiene un gran prestigio en el campo internacional. La inversión extranjera directa ha superado todos los niveles históricos del Uruguay. Se ha logrado crecimiento con justicia social. En esencia, el FA se diferencia del resto de los partidos políticos por su vocación de equidad e igualdad. Por ello impulsa el gasto social que ha generado una mejora relevante en la distribución del ingreso. En cambio, los partidos políticos tradicionales, basados en la ortodoxia económica, plantean el descenso del gasto social para asegurar equilibrios financieros, aunque sean a costa de la población más necesitada. La derecha cree que el mercado resuelve todos los problemas económico-sociales. La crisis internacional mostró este error conceptual y el mundo desarrollado decidió una fuerte intervención estatal como lo propugnan los gobiernos progresistas de América Latina. En esencia el FA le cambió el humor a los uruguayos, que dejaron de ser pesimistas por un optimismo moderado. Es por eso que Tabaré terminó su gestión con una aprobación excepcional del 80% de los uruguayos. Por este conjunto de elementos positivos se abren posibilidades para ganar más de la mitad de los gobiernos departamentales.

|*| Senador por la 609-FA, economista

25
Mar
10

américa latina; quién nos da lecciones?

DESCUBRIENDO A LOS RESPONSABLES

Gonzalo Perera |*|

Paul Samuelson fue un brillante economista neoclásico estadounidense que en 1970 ganó el Premio Nobel. Uno de los textos universitarios de Economía básica más célebre es suyo. Por los 80 leí en su introducción una frase que se me grabó para siempre. En ella Samuelson manifestaba de manera candorosa que envidiaba al estudiante-lector que estaba por vivir la experiencia más magnífica que el había disfrutado: descubrir la ciencia económica. El amor al saber, a la frescura, a la humildad y el espíritu del «eterno aprendiz» que destilaba el comentario de Samuelson bien vale recordarlo la vida entera.

A años luz de la estatura intelectual de Samuelson, siempre he sido un perseguidor de descubrimientos. Sensación maravillosa: de golpe se abre un panorama nuevo ante nosotros, una ventana a un mundo mucho más ancho y rico de lo que pensábamos. Ese placer sentí a los 14 años, cuando oí a ese flaco al que llamaban Jaime Roos que para mi oído era un «rendez-vous» entre los Beatles, la murga, el candombe, el Kinto y con algún aire libanés. Algo de eso viví cuando reconocí el alma de Cuba en las cuerdas del bajo de Juan Formell o, a lágrima viva, me envolvió el violín de Stéphane Grapelli haciéndome visitar otra dimensión del jazz. Sin duda alguna, cuando vi los ojos enormes y llenos de vida de mis hijas al nacer, momento en que descubrí que lo definitivamente bello no se puede expresar en palabras. Los mejores descubrimientos no son meramente intelectuales, sino sensibles, vivenciales, mezcla de pasión, sudor y sangre, sonrisa y ensueño.

Hace unos días, tuve la oportunidad de ver una entrevista realizada por Walter Martínez en su programa «Dossier», de Telesur, a David Choquehuanca, canciller del Estado Plurinacional de Bolivia, presidido por el ilustre Juan Evo Morales Ayma.

De Choquehuanca solo conocía algunas generalidades a raíz de haber leído alguna nota sobre su vida: unos 48 años de edad, oriundo de una pequeña comunidad aymará a orillas del lago Titikaka, militante sindical, campesino e indigenista, becario en Cuba, promotor del movimiento 500 años de resistencia, diplomado en Historia y Antropología y también en Derecho de los Pueblos Indígenas. De origen humilde, con militancia de toda la vida por la recuperación de la autoestima y dignidad de las naciones indígenas y campesinas. Un a priori francamente favorable para mí, pero no había tenido oportunidad de oírle hablar in extenso.

En aquella entrevista pude disfrutar de una larga y muy serena exposición de Choquehuanca, en la que fue desgranando conceptos en torno a la iniciativa de Evo Morales de convocar a una cumbre por el cambio climático y los derechos de la madre Tierra en Cochabamba. Recomiendo plenamente toda la entrevista, pero quiero concentrarme tan solo en uno de los temas que abordó: la deuda climática y los países responsables ante lo que le sucede a la madre Tierra.

Forma parte de nuestra cotidianeidad escuchar o leer que todos los países de América Latina debemos ser responsables ante la Comunidad Financiera Internacional e incluso pagar las deudas que contrajeron gobiernos dictatoriales para fines netamente espúreos. Si un país no asume una conducta «responsable» en tal sentido, se queda sin créditos ni inversiones, y por lo tanto, quedará condenado a un bestial aislamiento. Esa deuda financiera hay que «honrarla», pese a quien pese. Obviamente, como toda deuda puede ser pagada de maneras menos lesivas, más inteligentes. Pero el punto aquí no es si está bien o mal pagar o no pagar, o pagar de tal o cuál forma. El punto es una constatación: casi nadie discute acerca de que hay que honrar la deuda financiera ­aún la de gobiernos ilegítimos­ no sólo por realismos, sino hasta por cierto sentido de la ética.

Pero, el gran capital financiero, a través de las empresas calificadoras de riesgo se permite ponerle «la nota» a los países, cual si fueran tiernos escolares. Paralelamente, también se da el lujo de, a través de los grandes medios que le son funcionales, generar opinión pública que califique a los gobiernos. Muy particularmente a los de izquierda. Es así que todos hemos oído hasta el hartazgo, durante los últimos años, que dentro de los gobiernos progresistas de América Latina había presidentes responsables (Bachelet, Tabaré), muy responsable pero temperamentales y de cuidado (Lula), populistas irresponsables (Kirchner y Fernández, Evo, Rafael Correa, Lugo) y, por último, Satanás en la Tierra (Chávez, Fidel). Por supuesto que no aceptaría que nadie cuestionara la responsabilidad de mi ex presidente Tabaré Vázquez, pero como mero ejemplo ¿quién ungió a estos dioses del Olimpo mediático-financiero con el derecho de llamar irresponsable al mejor y más democrático presidente que ha tenido el Ecuador en décadas, como Rafael Correa? No se trata de idolatrar ni santificar a nadie, pero tampoco se puede permitir que nadie, a miles de kilómetros y millones de dólares de distancia, tenga la arrogancia de «enseñarnos» quiénes son «los nenes malos». Más cuando lucieron un tanto distraídos en la época de los Pinochet, Videla, Stroessner, Goyo Alvarez, etc.

Ahora bien, sin consultar a Wall Street, la naturaleza parece estar clamando. Sin entrar en tecnicismos, todo parece indicar que las modificaciones que les hemos introducido al clima y al medio ambiente en general son realmente serias. ¿Hemos? En realidad, en un 99%, han. Los grandes capitalistas, desarrolladores de tecnologías que le permitieran acelerar el ciclo de reproducción del capital a cualquier costo, son los grandes responsables de haber usado de manera irracional, irresponsable y hasta criminal (en los casos en que había conciencia de los efectos nocivos) tecnologías «sucias», profundamente dañinas para todo el planeta. Hay, pues, una deuda climática, una deuda ambiental, que es aún más importante que la financiera. Porque si no saldamos la deuda ambiental, podemos desaparecer todos. Así de simple. Y respecto a esa deuda, los acusados de siempre tenemos por una vez todo el derecho del mundo a acusar. Acusar al gran capital multinacional, a los países que no cumplieron el tratado de Kyoto, a todos los que tenían conocimiento del desastre que estaban provocando y siguieron adelante, o a los que ni siquiera les interesó cerciorarse de si sus intervenciones ambientales eran riesgosas.

Merece especial atención la cumbre de Cochabamba. Algunos compatriotas, seguramente muy letrados, tomarán con sorna despectiva, limítrofe entre el paternalismo y el neto racismo, los comentarios de Choquehuanca y la propia cumbre. Una cosa es ser letrado y otra, muy distinta, es ser sabio. Para esto último, además de conocer, hace falta comprender, sentir y, sobre todo, guardar una profunda humildad ante la vida. Como la de ese hombre, David Choquehuanca, crecido en comunión permanente con la Pacha Mama, al que con completa serenidad vi transmutar el dolor y marginación de milenios en propuestas constructivas, llenas de paz y de futuros posibles.

|*| Analista y Matemático

25
Mar
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los blancos en montevideo

Ana, lía con la basura

Susana Andrade –  Atabaque, FA. Candidata a edila (Montevideo)

Este breve texto, pretende decir que Analía Piñeyrúa, la candidata a intendenta de Montevideo por el partido blanco, usa con fines electoreros la temática social de los carritos de clasificadores.

 

Ella utiliza demagógicamente, con esperanzas que no se cumplirán y están destinadas a captar votos pura y exclusivamente, la situación compleja de los hurgadores o gente que vive de juntar lo que otros desechan, especialmente de los niños que acompañan a sus mayores en esta tarea.

 

La señora Piñeyrúa es abogada, diputada, se desempeñó como ministra de Trabajo y Seguridad Social entre 1995 y 2000, ocupó cargos de Dirección Ejecutiva en la Organización Internacional del Trabajo. En el prolongado tiempo de ser una alta funcionaria gubernamental ¿no impulsó nada para paliar esto? ¿Recién ahora como postulante a la Intendencia se preocupa?

 

Tuvo posibilidades de jugarse por soluciones para los clasificadores y no lo hizo. Ahora «lía», o teje tramas o telitas donde pueda cazar algún desprevenido votante que piense que a los blancos le preocupan los pobres y la pobreza que ellos generaron con sus nefastas políticas económicas.

 

Los candidatos del Partido Nacional y Colorado de cara a una elección departamental y viéndose perdidos, están en hora de prometer lo que sea y sacar cuentas. Si son cinco, diez o quince mil, son otras tantas familias o por lo menos dos o tres votos por carrito de mugre seleccionada.

 

La realidad de los uruguayos que viven de escudriñar y vender lo que extraen de las volquetas; trabajo degradante, insalubre y peligroso también por la sobre exposición en el tránsito vehicular, riesgo acrecentado en el caso de menores; la promovieron los rosados o blanquicolorados alternados en el poder, los mismos que ahora hacen promesas a discreción.

 

Esta dama, exponente mayor de la oligarquía de este país, pretende hacernos creer en su interés serio por los sectores económicamente deprimidos, marginalizados gracias a sus estrategias partidarias de hambrear al pueblo para mantener privilegios durante muchísimos gobiernos.

 

La administración capitalina junto a la fuerza de izquierda a nivel nacional desde 2005, viene tratando hace tiempo tales situaciones que duelen colectivamente, integrando a los protagonistas en las conversaciones, intentando coordinar soluciones verdaderas.

Encarando la peripecia social de tantos años con proyectos específicos como el Plan de Emergencia y el de Equidad que atacan de raíz la urgencia y la causa de tales apremios, brindando mayores fuentes de trabajo e inclusión, recuperando el salario y otros cambios profundos que como tales, no se dan de la noche a la mañana sino con mucho esfuerzo y sinceridad en los planteos. Las escuelas de tiempo completo seguramente tendrán incidencia en retirar a los niños de las calles y sus conflictos.

 

Es verdad que es un intríngulis más a resolver de cara a la comunidad aunque no existan fórmulas instantáneas ni mágicas. Menos que menos creerle a mesías proveedores de salvaciones que proliferan llegados los momentos de elegir nuevas autoridades.

 

Los compatriotas que revuelven la basura para obtener el sustento son un tema social que nos interpela como Uruguay y especialmente como seres urbanos.

 

No digo nada nuevo al afirmar que en una sociedad ideal no deberían existir hurgadores. Pero mejor repetirlo para que no nos anestesiemos contra lo inaceptable y terminemos dándolo por justo.




Meses