Archivo de septiembre 2016

30
Sep
16

eeuu y américa latina

Lo que EEUU tiene que proponer a América Latina

Después de poner tan buena cara como podía durante el tiempo que estuvo aislado de América Latina, ahora Estados Unidos vuelve a tener interlocutores privilegiados de su política, especialmente en Argentina y Brasil (no importa que en este caso haya sido mediante un golpe). Y, ¿qué es lo que Washington tiene que proponer al continente?

 

escribe: Emir Sader / Sociólogo y filósofo brasileño, director del Laboratorio de Políticas Públicas (LPP) de la Universidad del Estado de Rio de Janeiro. Master en filosofia política y doctor en Ciencia política.

 

Ya sabemos que poco o nada, por la situación de los países que tienen tratados de libre comercio con Estados Unidos. El caso de México es ejemplar, porque son más de dos décadas de intercambios privilegiados con Washington y de relaciones carnales con el imperio. El balance de ese acuerdo es aterrador. Explica en gran medida el motivo por el que México es un desastre social y político.

De hecho, Estados Unidos no tiene nada que ofrecer. Tiene un modelo económico vigente en México, entre otras naciones, siendo eso una de las razones de la situación desastrosa del país, que ya ha fracasado en América Latina, en naciones como Brasil, Argentina, Venezuela, Uruguay, Bolivia y Ecuador. Justamente por ello han decidido abandonar ese modelo y sustituirlo por uno alterno al neoliberalismo.

Estados Unidos, en prolongada recesión, tampoco tiene nada que ofrecer en inversiones, nada que pueda compararse a China o a los Brics, y su banco de desarrollo. Los tratados de libre comercio son rechazados ahora, de un lado y otro del Atlántico, por ser responsables de la pérdida de empleo en todas las naciones. La Alianza del Pacífico no es alternativa a los procesos de integración regionales, que han intensificado como nunca el comercio entre los países de la zona.

El destino al que está condenado México desde hace más de dos décadas, al cual se quiere condenar a Argentina y Brasil, es el del abandono a los vaivienes del mercado internacional en crisis y de especulación financiera. En Argentina, electo el gobierno hacia el que Washington tiene la más grande simpatía, hay fuga y no ingreso de capitales. Los viajes simpáticos de dirigentes de Washington no prometen nada, sino la simpatía de Estados Unidos.

Los países de América Latina han tenido su mayor ciclo de desarrollo cuando se han distanciado de Estados Unidos. Han privilegiado los procesos de integración regional y los intercambios sur-sur. Sus perspectivas están en mantener esa dirección, incluido un acercamiento en la relación con los Brics y no con retomar políticas de libre comercio vinculadas con el modelo neoliberal.

El continente más desigual del mundo requiere priorizar las políticas sociales y no ajustes fiscales, que concentran renta, excluyen a los más pobres, promueven el desempleo y la pérdida del poder adquisitivo de los salarios.

Estados Unidos no puede proponer modelos alternos porque sus intereses están directamente vinculados con los del capital especulativo a escala mundial, representados por el Fondo Monetario Internacional y el Banco Mundial.

La nueva geopolítica del mundo va en otra dirección: retomar el desarrollo productivo, que tiene en las relaciones sur-sur, en el banco de desarrollo de los Brics, su referencia global.

Apunta hacia una economía productiva y no especulativa, que no reproduce el endeudamiento de los gobiernos, sino, al contrario, su liberación de ese mecanismo cruel, que los países que lo han experimentado en el pasado saben cómo se produce una recesión y de la cual es muy difícil salir.

Retomar los modelos neoliberales, fracasados en los años 90 en Argentina y Brasil, significa reiniciar una recesión profunda y prolongada, ajustes sociales de exclusión social, gobiernos autoritarios, crisis social que aísla a esos gobiernos y moviliza a todos los sectores populares en contra de ellos.

Ese es el periodo en que entra América Latina, cuando Argentina y Brasil se distancian de sus aliados en los procesos de integración regional y se acercan a los modelos que han producido crisis social profunda, como las de México, Perú, Colombia y Chile. La lucha entre la hegemonía neoliberal reforzada y la construcción de alternativas antineoliberales se reposiciona como el eje de los enfrentamientos económicos, políticos y sociales de nuestro tiempo en América Latina, el continente que más ha avanzado en la superación del neoliberalismo. Por ello paga un precio duro, con los procesos de contraofensiva derechista, la venganza contra el pueblo y los derechos que ha logrado afianzar en años recientes. De su desenlace dependerá el futuro del continente en la primera mitad del siglo XXI. 13 Sep 2016.

29
Sep
16

ayotzinapa

Ayotzinapa: una ausencia omnipresente

escribe: Gerardo Szalkowicz / Marcha

Se cumplen dos años de la dolorosa secuencia que marcó a fuego al México contemporáneo. Y que desnudó la putrefacción del Estado mexicano. Aquel crimen de lesa humanidad cometido por la corporación policial y narcocriminal, que secuestró y desapareció a los 43 estudiantes, selló un quiebre histórico porque pudo desenterrar el grito atragantado de un pueblo que respira sangre.

Tlatelolco, Acteal, Tamaulipas, Nochixtlán… Ayotzinapa. Vamos conociendo la geografía mexicana a través de sus masacres. Orquestadas por el terrorismo de Estado o por sus fuerzas tercerizadas. Según el Registro Nacional de Datos de Personas Extraviadas o Desaparecidas (RNPED), hay en México 27.659 desaparecidos. Se estima unos 11 por día. Sin embargo, Ayotzinapa tuvo una carga simbólica especial que logró viralizar ante el mundo esta tragedia humanitaria.

Ayotzinapa le puso nombre a un sistema de violencia múltiple, sistemática y cotidiana, a una guerra difusa y no convencional, cuyo objetivo es profundizar el despojo de los bienes naturales a manos del capital transnacional.

Ayotzinapa sintetiza la hipocresía, la torpeza y la crueldad de un poder político que disfraza de incapacidad su responsabilidad en tan crudo escenario. En estos 24 meses, el gobierno de Peña Nieto desvió la investigación, fabricó culpables, ocultó evidencias. Mintió descaradamente. Pero gracias al equipo argentino de forenses y al grupo de expertos de la CIDH se logró desmontar la versión oficial que buscaba dar vuelta la página.

Ayotzinapa logró zamarrear al inconsciente colectivo al punto de hacer erosionar la imagen interna y externa de un gobierno huérfano de sensibilidad y como menos cómplice de los hechos. Si bien la movilización popular en reclamo de justicia fue menguando, el incansable y compacto grupo de familiares de los jóvenes aún sigue siendo la principal piedra en el zapato del establishment.

Las escuelas normales rurales son una herencia del cardenismo. De las 36 que funcionaron sólo sobreviven 16. Tienen una marcada impronta y tradición combativa, en particular la Escuela Raúl Isidro Burgos de Ayotzinapa, de donde surgieron líderes magisteriales y guerrilleros como Lucio Cabañas o Genaro Vázquez. Aquella noche del 26 de septiembre de 2014, los normalistas se trasladaban a una actividad conmemorativa de otra masacre estudiantil, la de Tlatelolco en 1968. Sus verdugos subestimaron el impacto que tendría la arremetida contra un grupo de jóvenes, pobres y campesinos.

La espiral de violencia en suelo azteca viene de larga data, pero explotó durante el gobierno de Felipe Calderón (2006-2012) y su “guerra contra el narcotráfico”. Aquel sexenio dejó oficialmente más de 121 mil muertes violentas. En lo que lleva en la presidencia Peña Nieto, se registran más de 78 mil homicidios y ya se superó la cantidad de desapariciones (algo más de 13 mil).

Muchos factores explican el cuadro, pero hay uno esencial: México paga caro ser la puerta de entrada al principal consumidor de drogas y mayor vendedor de armas del mundo. No pierde vigencia la célebre frase: “Pobre México, tan lejos de Dios y tan cerca de Estados Unidos”.

El poder fabrica monstruos y nos los vende como sus enemigos. Los grandes cañones mediáticos repiten: “combate al terrorismo”, “combate al narco”, ocultando que que el creador y la criatura son dos caras de una misma moneda que se complementan para seguir acumulando riquezas. Mientras, los muertos son siempre del mismo bando.

Los 43 normalistas se convirtieron en una ausencia omnipresente. Vivos se lo llevaron, vivos los queremos. Y vivos seguirán para siempre, recordándonos que, como dijo Emiliano Zapata, “si no hay justicia para el pueblo, que no haya paz para el gobierno”.

Gerardo Szalkowicz Analista internacional. Editor de Nodal.
28
Sep
16

goebbels

Contumaces falacias del vocero de la derecha

 

escribe: Hugo Acevedo

“Una mentira repetida adecuadamente mil veces se transforma en una verdad”, afirmaba hace más de setenta años el siniestro ministro de Propaganda del nazismo, Joseph Goebbels, una sentencia impregnada de elocuencia y de una inmoral percepción de la realidad, que, en algunos casos, conserva plena vigencia en el presente.

En 1531, el político, filósofo y diplomático florentino Nicolas Maquiavelo publicó su obra cumbre, “El príncipe”, un esclarecer tratado que reflexiona sobre el ejercicio del poder, en una mirada que perfectamente puede ser extrapolada a nuestro tiempo.
Si bien en esta obra la referencia de naturaleza temporal alude a la nobleza y al concepto de Estado, que por entonces estaba asociado a los soberanos y al autoritarismo absolutista, la alusión conceptual es al poder a secas.

En sus reflexiones más recordadas, “El príncipe” justifica que el ejercicio de la política puede y hasta debe contradecir la moral, más allá de obvias subjetividades.
Esta introducción es pertinente para analizar las conductas de algunos medios de prensa vernáculos, que, más allá de la vigencia de la libre expresión de las ideas que afortunadamente está consagrada en la Constitución de la República, ejercen una permanente manipulación informativa.
Estas actitudes violentan los principios más elementales de la ética, cuando no se duda en transformar un mero rumor en noticia o se bastardiza salvaje y deliberadamente la verdad.

Naturalmente, además de la mala intención es habitual la falta de profesionalismo, en la medida que la versión no es debidamente confirmada por mera negligencia o irresponsabilidad.
Por supuesto, estas auténticas operaciones mediáticas destinadas a influir sobre la opinión pública mediante el sistemático ejercicio de la falacia, gozan de una absoluta impunidad.

En efecto, desde que el Frente Amplio asumió el gobierno en 2005, la libertad de prensa se ejerce en su plenitud y sin ninguna cortapisa, contrariamente a lo que sucedía en el pasado.
Como se recordará, durante los gobiernos de los partidos tradicionales eran frecuentes las presiones sobre los profesionales de la comunicación y los propietarios de las empresas periodísticas, para que determinadas noticias no fueran emitidas ni publicadas.
Un ejemplo realmente grotesco de esa realidad se remonta a 1989, en vísperas de la convocatoria al referéndum por la derogación de la Ley de Caducidad que perdonó los delitos de lesa humanidad perpetrados por personal militar durante la dictadura.
En esa oportunidad, un spot de la Comisión Nacional Pro-Referéndum que mostraba un testimonio de la ex presa política Sara Méndez, fue prohibido por el presidente de la República de la época Julio María Sanguinetti, en acuerdo con los operadores de los canales de televisión privados.

La versión fue confirmada por el ex director de Canal 5, José Luis Guntín, quien asistió a la reunión donde se acordó uno de los más groseros actos de censura en plena democracia.
Según el testimonio, contenido en el libro “La vida te da sorpresas”, el episodio fue una contundente prueba de la obsecuencia que profesaban las empresas televisivas con los partidos de derecha, ya que fue uno de los propietarios participantes en el encuentro quien propuso que la pieza audiovisual no fuera emitida.
Para corroborar las desdorosas conductas de esos medios afines al bloque conservador, basta aludir a la reciente falacia publicada por el diario El País, que, en su edición del pasado martes 13, tituló en portada que la jueza de Crimen Organizado Beatriz Larrieu, quien está a cargo de la investigación de las denuncias sobre supuestas irregularidades en la gestión de Ancap, había dispuesto el levantamiento del secreto bancario para todos los ex jerarcas del ente estatal, entre ellos el vicepresidente, Raúl Sendic, y el intendente de Montevideo, Daniel Martínez.

Consultada por el informativo de TNU sobre el particular, la magistrada aclaró que, si bien recibió el 2 de setiembre el organigrama de la empresa estatal, aún no definió el levantamiento del secreto bancario para los nombres que allí figuran y que desconoce si realmente se va a disponer.
La supuesta exclusiva fue reproducida abundantemente por medios radiales y audiovisuales, lo cual coadyuvó a legitimarla. No así el ulterior desmentido.
No es la primera vez que el matutino y órgano oficial de la derecha incurre en prácticas mendaces propias de un poder fáctico que, a todas luces, tiene una impronta maquiavélica.

28
Sep
16

cuba y china

Cuba y el flotador chino

escribe: Xulio Ríos / Rebelión

El primer ministro chino Li Keqiang visita Cuba. Ambos países han exhibido en los últimos lustros una clara cercanía política pasando página de los diferendos ideológicos que les distanciaron durante la guerra fría. En China siempre ha existido cierta admiración por la Revolución Cubana y sus líderes, manifestada desde el primer momento del triunfo con el reconocimiento diplomático de la República Popular, el primero de un país de América Latina, y la histórica visita del Che a Beijing. Hoy, con ambos países gobernados por partidos comunistas, el respeto a las especificidades mutuas y a la libre elección del camino de desarrollo representa el núcleo de una relación basada en el derecho al ejercicio de una heterodoxia con desiguales signos de pragmatismo.
Li Keqiang llega a Cuba al frente de una numerosa delegación, más de cien personas. Es la primera vez que un primer ministro chino pisa Cuba, un país con un 1 por ciento de población con ascendencia en el gigante asiático, descendientes de los culíes llegados a la isla en el siglo XIX. China es el segundo socio comercial de Cuba pero el volumen de los intercambios no alcanza los 2 mil millones de dólares. En los últimos años se han registrado altibajos. Las inversiones chinas, que crecen a gran velocidad en todo el mundo, pasan de largo por Cuba, aunque siga siendo el mayor receptor en el Caribe. China, no obstante, ha apoyado con préstamos y aplazamientos varios del pago de la deuda el desahogo de la precaria economía cubana pero sin implicarse de lleno en poner a flote y buen recaudo la “actualización” del modelo de desarrollo cubano.

En el plano bilateral, en lo que va de siglo, las visitas de presidentes chinos (Jiang Zemin en 2001, Hu Jintao en 2004 y 2008 o Xi Jinping en 2014) es fiel reflejo de esa querencia ya que pocos países pueden mostrar un palmarés similar pero, pese a la pompa que las ha rodeado, no se han traducido en un salto cualitativo en el plano económico y comercial. Li firmará numerosos acuerdos durante la visita pero lo realmente importante es dar el paso a un nuevo modelo de relaciones bilaterales que hasta ahora se ha centrado en las exportaciones de níquel o azúcar o el establecimiento de algunas empresas mixtas pero quedando muy por debajo de su potencial. La zona especial de desarrollo de Mariel bien pudiera acaparar buena parte de la atención. Téngase en cuenta que Li llegará a La Habana tras haber visitado Canadá, país con importantes intereses en Cuba. La cooperación en capacidad productiva en mercados terceros (que España igualmente podría explorar) facilitaría triangulaciones de especial impacto en el desarrollo de la isla. Para ello, Cuba debe mejorar a mayor ritmo su experiencia empresarial y China renunciar a la búsqueda de privilegios.

Con los cambios que se registran en Brasil, Argentina, etc., o la precaria estabilidad de Venezuela, la significación política de Cuba en la estrategia china de ganar presencia e influencia en el hemisferio gana enteros. La mejora del ambiente inversor en la isla puede introducir matices en la agenda de sus intereses, hasta ahora centrados prioritariamente en la energía, materias primas o I+D. Las infraestructuras pueden señalar un punto de encuentro.

A nivel global, la mejora de las relaciones entre La Habana y Washington pero también la renovada presencia rusa (Putin visitó Cuba en 2014), el interés de competidores estratégicos como Japón (Abe acaba de visitar la isla) o el cambio de política de la UE en relación a Cuba, son elementos que Beijing no puede ignorar. Por todo ello, esta visita de Li Keqiang gana relevancia por cuanto puede significar el fin del titubeo del gigante asiático con Cuba y dejar entrever que llegó el momento de poner números en serio a los afectos que tradicionalmente han marcado las simpatías mutuas.

Xulio Ríos es director del Observatorio de la Política China. Acaba de publicar “China Moderna” (Tibidabo ediciones).
27
Sep
16

farc y la paz

El Gobierno colombiano y las FARC sellan el acuerdo definitivo de paz

naiz.eus

El Ejecutivo colombiano y las FARC han sellado el acuerdo definitivo de paz en un solemne acto celebrado en la ciudad de Cartagena. La soicedad colombiana debe ahora refrendar lo acordado en un plebiscito que se celebrará el domingo.

Farc
Las FARC y el Gobierno de Colombia han sellado el acuerdo en Cartagena. (Luis ACOSTA / AFP)

El presidente de Colombia, Juan Manuel Santos, y el líder de las Fuerzas Armada Revolucionarias de Colombia (FARC), Rodrigo Echeverri Londoño, alias ‘Timochenko’, han sellado esta madrugada el acuerdo cerrado en agosto tras cuatro años de negociaciones que pone fin a la guerra más longeva del hemisferio occidental.

Santos y ‘Timochenko’ han estampado sus firmas en el texto pactado durante una ceremonia solemne que se ha iniciado a las 17.00 horas en la ciudad colombiana de Cartagena. Este momento histórico ha quedado atestiguado por 15 jefes de Estado, la mayoría latinoamericanos y una decena de presidentes de organizaciones internacionales, entre los que destacan el secretario general de Naciones Unidas, Ban Ki Moon, y el de la Organización de Estados Americanos (OEA), Luis Almagro.

Con este gesto, el Gobierno de Santos y las FARC han dado el último paso para sellar un texto que tendrá que ser refrendado el próximo domingo por los colombianos.

Unas 2.500 personas han llenado el Patio de Banderas del Centro de Convenciones de Cartagena, todas ellas vestidas de blanco, por exigencias del protocolo, un color que ha teñido cada uno de los hitos de este proceso de paz.

El acuerdo

Con esta firma, el Gobierno y las FARC han blindado un acuerdo de paz de 297 páginas en las que se desgranan los seis acuerdos parciales que lo componen: desarrollo agrario y rural, participación política, cultivos ilícitos, víctimas, fin del conflicto y refrendación, implementación y verificación de lo pactado.

El acuerdo sobre desarrollo agrario y rural contempla la creación de un Fondo de Tierras «para lograr la democratización» del campo colombiano, «en beneficio de los campesinos sin tierra o con tierra insuficiente y de las comunidades más afectadas por el conflicto, promoviendo una desconcentración y una distribución equitativa».

El objetivo de la participación política, por otro lado, es que surjan nuevas fuerzas, entre ellas el partido en el que se transformen las FARC una vez desmovilizadas, «con las suficientes garantías de seguridad» para desarrollar su labor, que se concretarán en un estatuto de la oposición.

Las FARC se han comprometido además a «poner fin a cualquier relación que, en función de la rebelión, se hubiese presentado con el narcotráfico». Las partes han diseñado un mecanismo para la erradicación de los cultivos ilícitos y su sustitución por otros legales.

Uno de los pilares del acuerdo de paz es el relativo a las víctimas, que crea una jurisdicción especial encargada de esclarecer y sancionar las graves violaciones de los Derechos Humanos y los crímenes internacionales cometidos en el conflicto armado por todos los que hayan participado en él, que se completa con medidas para obtener verdad y reparación e impedir la repetición.

Las partes han pactado igualmente un cronograma que da 180 días a las FARC para entregar las armas. Los guerrilleros se concentrarán en zonas y puntos concretos del territorio colombiano hasta que se reincorporen plenamente a la vida civil, donde estarán protegidos por una misión internacional bajo el paraguas de la ONU.

El domingo, plebiscito por la paz

La firma de este lunes es un acto simbólico porque estos cinco acuerdos todavía tendrán que pasar el examen de las urnas en el plebiscito que se celebrará el próximo 2 de octubre para que los colombianos decidan si aceptan o rechazan lo negociado en La Habana.

El umbral mínimo de participación para que la consulta popular sea válida está en el 13% del censo electoral, formado por 33 de los 48 millones de habitantes que tiene Colombia, por lo que solo se requieren 4,5 millones para que el acuerdo de paz sea ratificado o anulado.

De acuerdo con un reciente sondeo sobre intención de voto de Ipsos, un 53% de los colombianos participará en el plebiscito por la paz, de los cuales un 72% lo hará a favor del ‘sí’, frente a un 28% que se decantará por el ‘no’.

La campaña por el ‘no’, liderada por los expresidentes Alvaro Uribe y Andrés Pastrana, clama contra un acuerdo de paz que, desde su perspectiva, «da impunidad a las FARC y condiciona el futuro desarrollo» de Colombia. Sin embargo, se muestra «a favor de la paz» y asegura que, de ganar el ‘no’, «aún sería posible renegociar un acuerdo mejor».

27
Sep
16

los nazis …

»Es importante atender a las fuentes nazis de los escritos de Hannah Arendt»

Entrevista a Emmanuel Faye (*)

» en vez de formular expresamente posiciones tan controvertidas como las de esos autores [en que realmente se inspira] lo que la habría expuesto a una probable reprobación , Hannah Arendt supo transmitir su visión de manera indirecta.

Procedimiento harto más persuasivo, y cuya eficacia ha contribuido por mucho, luego de los años 80 tras la derrota política del marxismo en Europa , al deslizamiento de una fracción de la izquierda culturalista y postmoderna hacia posiciones prontas a tomar en préstamo buena parte de sus conceptos y de su potencial pretendidamente revolucionario a autores de la extrema derecha alemana de los años 30, de Heidegger a Gehlen, pasando por Carl Schmitt. Resulta estupefaciente el espectáculo ofrecido por buena parte de los teóricos de la política, siempre necesitados de valerse de la autoridad de un nombre célebre ( )
» Hannah Arendt es el único escritor político apreciado, a la vez, por doctrinarios de la izquierda más radical aun tratándose de una autora obviamente antimarxista , por politólogos liberales aun cuando convirtió el liberalismo en su blanco , así como por comunitaristas y autores archiconservadores.»

El periodista Roger-Pol Droit entrevistó el pasado 16 de septiembre para Le Point al filósofo francés Emmanuel Faye, que acaba de publicar en la editorial Albin Michel un libro fundamental, tan erudito y bien investigado como devastador, sobre la filosofía y la publicística políticas de Hannah Arendt (Arendt et Heidegger. Extermination nazie et destruction de la pensée, París, 2016, 518 pàginas, 29 euros). Tras la breve entrevista concedida a Le Point, reproducimos un extracto del Epílogo del libro de Faye en un Anexo intitulado: »¿Cómo se explica el éxito de Hannah Arendt?». SP.

Le Point : La figura de Hannah Arendt, su obra, incluso su persona, han terminado por ser objeto de una especie de culto. ¿Por qué y cómo?
Emmanuel Faye : La celebridad de Arendt es indisociable de su amistad con Heidegger y del escándalo suscitado por su Eichmann en Jerusalem. En tanto que judía, Arendt ha servido útilmente a modo de fianza para Heidegger: según lo expresó Barbara Cassin, »en ella estaba Heidegger sin Heidegger». Por otra parte, la desgermanización del nazismo y la voluntad de exonerar de toda responsabilidad a los intelectuales más notorios del régimen como Martin Heidegger, autor en 1933 de una »Profesión de fe a Hitler», el jurista Carl Schmitt, que escribió en 1935 una justificación de las leyes raciales de Nuremberg, o el sociólogo Arnold Gehlen, que desarrolló en 1940 una concepción racial del hombre han contribuido lo suyo al éxito de Arendt en Alemania, acompañando a la rehabilitación intelectual de esos autores nazis (incluido Heidegger). En Francia, Hannah Arendt ha venido a substituir, en la teoría política, la referencia a Marx sin que se hayan comprendido suficientemente las dimensiones anti-igualitarias y deshumanizantes de fondo de sus tesis.

– ¿Cómo se explica usted que los comentaristas y los exégetas hayan pasado esto por alto?
– Los historiadores, Raul Hilberg, autor de La destrucción de los judíos en Europa, o Ian Kershaw, que ha escrito una biografía de referencia sobre Hitler, siempre han sido muy críticos con los trabajos de Hannah Arendt. Es en los ámbitos de la teoría política, de los estudios culturales, y luego, entre los propios filósofos, que su celebridad no ha dejado de crecer a caballo de lecturas demasiado fragmentarias y descontextualizadas. En Francia, la recepción de Arendt fue orquestada a partir de 1972, año en que los jefes de fila del heideggerianismo publicaron La crise de la culture [Originalmente publicado en inglés en 1961 con el título de Between Past and Future].

– ¿Qué le autoriza a usted a ver de manera tan distinta a Hannah Arendt? ¿Una toma de partido previa? ¿Un método de trabajo?
– Para comprender las intenciones de Arendt, hay que tener en cuenta la versión alemana de sus escritos. Se ve entonces, por ejemplo, que el »estar en común» arendtiano es un falso amigo que lo que hace, en realidad, es traducir el Mitsein [literalmente: el Conser] heideggeriano. Me explico: no se trata, según suele creerse, de defender una sociedad democrática en la que coexistan individualidades libres, sino de promover una concepción orgánica de la comunidad política que no reconoce derecho natural alguno a los excluidos. Entonces se entienden mejor los ataques de Arendt al yo y al libre arbitrio individual, o su negativa a reconocer la legitimidad política de las reivindicaciones de los norteamericanos de origen africano durante las luchas por los derechos civiles en los años 60.
Importa, asimismo, prestar atención a las fuentes nazis de los escritos de Arendt, no solamente en lo tocante a los historiadores, sino también a los sociólogos, a los juristas y a los filósofos. Lo más difícil es romper con el culto del que ella ha sido hecha objeto y tomar en serio sus tesis más inaceptables, como la indiferenciación entre víctimas y verdugos en los campos nazis, o la deshumanización de la humanidad en el trabajo.

– ¿No es una exageración decir que Arendt quiere destruir la filosofía?
– La propia Hannah Arendt se cuenta entre quienes se han propuesto »desmantelarla», y ella misma se sitúa »tras la desaparición de la filosofía». Exactamente como Heidegger después de 1945, Arendt opone a la filosofía lo que ella llama el »pensamiento». Mi crítica versa sobre el modo en que el pensamiento queda secuestrado cuando Arendt propone a Heidegger como modelo de pensador frente a Adolf Eichmann, uno de los principales organizadores del exterminio de judíos, a quien ella describe como »desprovisto de pensamiento» y carente de motivo alguno. Los estudios recientes, como el del inglés David Cesarini en su biografía de referencia de Eichmann, muestran, al contrario, que éste no fue un mero ejecutor sin pensamiento, sino un antisemita genocida y fanático.

– ¿Diría usted que todos los que se han visto marcados por el pensamiento de Heidegger de Levinas a Badiou, pasando por Sartre y Derrida han de releerse de manera crítica a la luz del lazo que usted establece entre este pensamiento y el asunto del nazismo?
– Hay que distinguir. Levinas, por ejemplo, promueve contra Heidegger una exigencia ética que no puede encontrarse en Arendt. Pero cuando uno descubre, en sus [tardíamente publicados] Cuadernos negros y en algunos de sus cursos de filosofía, con qué radicalidad hizo suyo Heidegger el antisemitismo exterminador de los nacionalsocialistas, se puede legítimamente considerar que las puestas en cuestión están sólo en sus comienzos. Recordemos que Heidegger fue el inspirador de Ahmad Fardid, el ideólogo más importante de la revolución islámica en Irán. De Heidegger también se reclama Alexander Duguin, que busca enfrentar a Rusia con el »Occidente» con argumentos tomados de la »metapolítica» de Heidegger. Y cuando en Francia se ve cómo Alain Badiou pretende renovar lo que él llama la »hipótesis comunista» a partir de la concepción heideggeriana de la comunidad, uno no puede dejar de pensar que está jugando con fuego.

– ANEXO: ¿Cómo se explica el éxito de Hannah Arendt? (Un extracto del Epílogo, págs. 516-518)
– ¿Cómo es posible que una autora como Arendt, que ha profesado puntos de vista políticos tan aristocráticos y excluyentes como los desarrollados en sus escritos, haya podido ser recibida como una pensadora capaz de refundar el »vivir en común» o, incluso acabamos de verlo , como una referencia para repensar los derechos humanos? Sin duda comprenderemos mejor esta contradicción si tomamos consciencia de la forma indirecta de argumentación privilegiada por Arendt, forma que ha contribuido mucho a neutralizar el espíritu crítico de más de un intérprete. He aquí dos ejemplos. En Los orígenes del totalitarismo, sugiere que, al pretender superar las desigualdades naturales que ella considera insuperables, los Estados nacionales, pretendiendo la igualdad, no habría sino agravado las diferencias y abierto el camino a la radicalización völkisch [populachera]. Asimismo, Arendt da a entender en escritos posteriores de la Condición del hombre moderno a De la Revolución que, pretendiendo realizar la igualdad social, la Revolución francesa y los movimientos modernos de emancipación de ella surgidos no habrían hecho sino extender a la sociedad todo el sometimiento de la especie humana a las necesidades de la vida y al imperio ineluctable de la naturaleza. Precipitando el advenimiento de nuestras sociedades de empleados, lo que la democratización social habría hecho es pavimentar el camino del totalitarismo. Esa democratización marcaría el triunfo del hombre trabajador, a quien Arendt se niega a considerar propiamente humano, designándolo con la expresión de homo laborans.

» Se trata de una forma de »chantaje teórico», merced al cual Arendt nos invita a renunciar, en Los Orígenes del totalitarismo, al principio universal de igualdad y, en la Condición del hombre moderno y, luego, en De la Revolución, a todo proyecto de emancipación económica y social. El caso es que este rechazo de toda política fundada en el principio de una igualdad entendida como derecho natural y favorable a la emancipación humana se retrotrae a determinadas corrientes de ideas. Se pueden mencionar, para los siglos XVIII y XIX ingleses y alemanes, a los contrarrevolucionarios inspirados en las ideas de Burke y, en las primeras décadas del siglo XX alemán, a la galaxia de revolucionarios-conservadores, entre los que Spengler figura como uno de los inspiradores y Moeller van der Bruck como uno de los jefes de fila.

» Sin embargo, en vez de formular expresamente posiciones tan controvertidas como las de esos autores lo que la habría expuesto a una probable reprobación , Arendt supo transmitir su visión de manera indirecta. Procedimiento harto más persuasivo, y cuya eficacia ha contribuido por mucho, luego de los años 80 tras la derrota política del marxismo en Europa , al deslizamiento de una fracción de la izquierda culturalista y postmoderna hacia posiciones prontas a tomar en préstamo buena parte de sus conceptos y de su potencial pretendidamente revolucionario a autores de la extrema derecha alemana de los años 30, de Heidegger a Gehlen, pasando por Carl Schmitt. Resulta estupefaciente el espectáculo ofrecido por buena parte de los teóricos de la política, siempre necesitados de valerse de la autoridad de un nombre célebre. Cuando la referencia a Marx dejó de ser la referencia dominante, Arendt se convirtió en el nuevo icono de esos teóricos. Los mismos que, unos pocos decenios antes, apelaban a las Tesis sobre Feuerbach como su Biblia, ahora se apoyan en el paradigma arendtiano del vivir en común y de la acción política. Ya no se trata de »transformar el mundo», sino de propiciar su advenimiento por la vía de la acción común.

»Si Arendt no consigue construir un pensamiento tan articulado como el del autor de El Capital, presenta en política una ventaja federadora que ha contribuido por mucho a su éxito. La estrategia indirecta más arriba descrita le ha permitido, en efecto, hacerse difícilmente vulnerable, no sólo teórica, sino también políticamente. No es cosa fácil atribuirle alguna posición determinada dentro del espectro político. Por eso es hoy, sin duda, Hannah Arendt el único escritor político apreciado, a la vez, por doctrinarios de la izquierda más radical aun tratándose de una autora obviamente antimarxista , por politólogos liberales aun cuando convirtió el liberalismo en su blanco , así como por comunitaristas y autores archiconservadores. » [1]

Nota: [1] En Francia, y a título de ejemplo, se puede citar a intelectuales tan distintos como Alain Badiou (autor de una apología de Arendt como profeta de la modernidad), Phillipe Raynaud (editor y prologuista de Arendt) y Chantal Delsol (fundadora del Instituto Hannah Arendt).

Emmanuel Faye es profesor de filosofía moderna y contemporánea en la Universidad de Rouen. En 2005 había publicado su gran investigación: Heidegger, l introduction du nazisme dans la philosophie (París, Albin Michel), traducida al castellano por la Editorial Akal (Madrid, 2009) con el título: Heidegger. La introducción del nazismo en la filosofía. En torno a los seminarios inéditos de 1933-35.
Fuente: Le Point, 16 septiembre 2016

Traducción: Antoni Domènech
27
Sep
16

oea; almagro, vergüenza sinvergüenza ?

¿Por qué la OEA no aplica a EE.UU la “Carta Democrática Interamericana”?

escribe: Patricio Montesinos / Rebelión

Los crímenes raciales en Estados Unidos constituyen hoy un verdadero escándalo internacional, sin embargo entidades como la Organización de Estados Americanos (OEA), “casualmente” con sede en Washington, callan ante las muertes cotidianas de afroamericanos y latinos a manos de la policía norteamericana.
La famosa “Carta Democrática Interamericana” de la OEA, según reiteran sus defensores, entre ellos el secretario general de esa organización, Luis Almagro, implica en lo político “el compromiso de los gobernantes de cada país con la democracia, teniendo como base el reconocimiento de la dignidad humana”.

Entonces una primera interrogante: ¿Existe respeto en Estados Unidos por la dignidad y los derechos humanos de sus propios ciudadanos, cuando diariamente son ultimados a balazos personas de las mal llamadas comunidades minoritarias negras y latinas?

Habría que preguntarle además a Almagro por qué su obsesión en imponerle la vociferada “Carta Democrática” de la OEA a Venezuela, y no al régimen de Estados Unidos, donde reina la violencia institucional, y para nada la justicia contra quienes matan.

Los acontecimientos hablan por sí solos de la convulsión social y política que vive actualmente el “norte brutal y revuelto” por los crímenes protagonizados por sus “agentes del orden”, mientras Almagro calla al respecto, y por el contario agrede continuamente a la Revolución Bolivariana y Chavista que lidera el presidente Nicolás Maduro.

Claro, los medios de prensa conservadores y la oligarquía latinoamericana se molestaron luego que el presidente de Bolivia, Evo Morales, salió a defender a Venezuela en la Asamblea General de Naciones Unidas, y criticó duramente al secretario general de la OEA por su sumisión a Washington.

Pero, Evo en su intervención en Nueva York no reiteró otra cosa que la verdad, al señalar que esa entidad de nuestro hemisferio es una agencia vocera de los intereses de la Casa Blanca, y que en Latinoamérica y el Caribe «no necesitamos un capataz del imperio para controlar a nuestros pueblos», en alusión al uruguayo Almagro.

El dignatario boliviano afirmó además que «si la OEA no representa ni respeta la soberanía de sus Estados miembros, es mejor que deje de existir».

Esa organización, ya moribunda desde hace mucho tiempo aunque Washington se esmere en oxigenar para revivirla y así mantener su injerencia en la Patria Grande, solo se inmiscuye en los asuntos internos de las naciones de la región con gobiernos progresistas.

La OEA nunca ha criticado a Estados Unidos, uno de sus miembros y por supuesto el que más dinero aporta para materializar sus planes hegemónicos, y silencia o resta importancia a hechos condenables como el reciente golpe de Estado parlamentario escenificado en Brasil contra la legítima presidenta Dilma Rousseff, electa con el voto de más de 54 millones de sus compatriotas.

El mandatario ecuatoriano, Rafael Correa, afirmó en la XVII Cumbre del Movimiento de Países No Alineados (MNOAL) celebrada hace pocos días en Isla Margarita, Venezuela, que la OEA sigue siendo el Ministerio de las Colonias de Washington, como la bautizó hace muchos años el líder histórico de la Revolución cubana, Fidel Castro.

Ahora, sin duda alguna, el titular de turno de esa cartera de la administración norteamericana es el obediente y bien pagado Almagro.

27
Sep
16

Colombia … la paz y las farc

Preparativos para la firma oficial del acuerdo de paz, ayer, en el centro de convenciones de Cartagena, Colombia. 

AFP


Vivir para contarla

Los comandantes de la guerrilla de las Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia (FARC) viajaron ayer, protegidos por un amplio despliegue de las Fuerzas Armadas y la Policía, a Cartagena de Indias, donde hoy se firmará el acuerdo de paz que alcanzó con el gobierno en La Habana. Al acto también asistirán 17 presidentes, entre ellos los de países que mediaron en las negociaciones, como el cubano Raúl Castro y la chilena Michelle Bachelet. Por Colombia, participarán los gobernadores de las distintas regiones y representantes de organizaciones civiles. La ministra de Comercio, Industria y Turismo, María Claudia Lacouture, dijo que con las 2.500 invitaciones que fueron acordadas entre el gobierno y las FARC se buscó que esté representada “la Colombia que ha sufrido” y “la Colombia que festeja el cierre de las puertas de la guerra y la apertura de las puertas de la paz”.

Antes de que los comandantes de las FARC partieran hacia Cartagena, la Décima Conferencia Nacional Guerrillera, máximo órgano de decisiones de las FARC, aprobó los acuerdos de paz que se alcanzaron.

“Se acabó la guerra”, dijo ante periodistas Iván Márquez, uno de los líderes de la guerrilla. Agregó que el respaldo al acuerdo fue unánime entre los 200 representantes de los distintos frentes armados de las FARC. En el encuentro, el máximo líder de la guerrilla, Timoleón Jiménez o Timochenko, aseguró que “es tiempo de paz en Colombia”.

El cierre de la Décima Conferencia Nacional Guerrillera fue también el punto de partida para nuevos procesos en el interior de las FARC. El grupo armado comenzará a trabajar en estas semanas en la preparación de un congreso fundacional de su movimiento político, que tendrá lugar en mayo de 2017 a más tardar. Además, el Estado Mayor de las FARC fue ampliado de 32 a 61 miembros y le fueron atribuidas las potestades para dirigir todo el proceso de ahora en más.

Márquez dijo que el futuro movimiento político formará parte de “una gran convergencia nacional que abarque el espectro de las luchas sociales y populares” y que “deberá tener la capacidad de construir poder social y político desde abajo y, al mismo tiempo, de disputar el poder del Estado”. El jefe negociador de las FARC también planteó que el nuevo movimiento político insistirá en la necesidad de una Asamblea Constituyente en Colombia, una meta que buscará mediante la articulación de distintas formaciones políticas. Todo este proceso, aclaró Márquez, está sujeto a que el acuerdo de paz sea aprobado por los colombianos en el plebiscito del 2 de octubre y a que los acuerdos sean implementados por el gobierno.

26
Sep
16

julio ma. sanguinetti

Los agravios de un consecuente reaccionario

 

escribe: Hugo Acevedo

Luego de haber contribuido a devastar al país durante su segunda presidencia y legarle a Jorge Batlle la herencia maldita que eclosionó en la dramática crisis económica y social de 2002, el ex dirigente colorado Julio María Sanguinetti sigue destilando visceral odio contra la izquierda.

Por supuesto, se trata de un mero espécimen anclado en los tiempos de la Guerra Fría, quien integró dos gobiernos de neto cuño autoritario que precedieron a la dictadura liberticida que asoló a nuestro Uruguay durante casi doce años.

A sus longevos ochenta años de edad y embolsando puntualmente su privilegiada jubilación, esta suerte de dinosaurio de la política nacional sigue sin ceder a la tentación de lanzar permanentes invectivas desde su columna de opinión en el semanario digital Correo de los Viernes.

Aunque goza del favor del periodismo obsecuente porque es uno de los personajes referentes de la historia contemporánea de la derecha uruguaya, como tiene vocación periodística no pierde la oportunidad de contaminar la escena política con sus agravios e improperios desde ese medio partidario.

En un reciente editorial titulado “No son demócratas”, Sanguinetti la emprendió nuevamente contra el Frente Amplio, acusándolo de no comulgar con los ideales democráticos.

Aunque su discurso está sustentado en la cercanía entre el FA y los gobiernos de Cuba y Venezuela, el columnista no pierde oportunidad de retroceder en el tiempo a la época de la hegemonía de la Unión Soviética y del denominado socialismo real.

En sus reflexiones, Sanguinetti afirma que el Frente Amplio no ha cambiado con el tiempo, poniendo en tela de juicio la historia de una fuerza política que luchó denodadamente por la restauración democrática, tanto desde la clandestinidad como desde el exilio.

Obviamente, durante los tres gobiernos de izquierda la población ha gozado de libertades públicas y derechos ciudadanos como no registra la memoria colectiva.

Por supuesto, sus expresiones son las mismas burdas falacias a las que nos tiene acostumbrados el ex primer mandatario, que en cambio sí integró dos gobiernos que arrasaron con todas las libertades y le allanaron el camino a la tiranía de génesis golpista.

Como se recordará, hace casi cincuenta años, Julio María Sanguinetti integró el gabinete, en calidad de ministro de Industria y Comercio, del por entonces presidente Jorge Pacheco Areco, quien encabezó un gobierno represivo pautado por las medidas prontas de seguridad, el encarcelamiento de sindicalistas y opositores, la tortura, el asesinato de estudiantes y la censura y cierre de decenas de medios de prensa.

También ocupó efímeramente la titularidad del Ministerio de Educación y Cultura del también prepotente gobierno del luego dictador Juan María Bordaberry, pergeñando la intervencionista e inconstitucional Ley de Educación, que vulneró grotescamente la autonomía de la enseñanza.

Como si no fuera suficiente, durante su primera presidencia, a la cual accedió en elecciones rengas por la ilegal proscripción de centenares de dirigentes políticos prohibidos por la dictadura, entre ellos el caudillo blanco Wilson Ferreira Aldunate y el general Líber Seregni -pactó con los militares la impunidad de los delitos de lesa humanidad.

Obviamente, aunque fue uno de los parteros del oprobioso engendro jurídico de la Ley de Caducidad, que viola groseramente la Constitución y las normas del derecho internacional, no tuvo ni la valentía de cumplir con los artículos que establecen la obligatoriedad de investigar las desapariciones durante el gobierno autoritario.

Por su oscuro pasado -que no debe ser olvidado Julio María Sanguinetti no tiene credenciales como para cuestionar las convicciones democráticas de nadie.

Como si fuera poco, en el presente convalidó el inmoral golpe de Estado parlamentario que culminó con la destitución de la presidenta constitucional de Brasil Dilma Rousseff, ratificando su alineamiento con las fuerzas más reaccionarias del continente.

Esa actitud es consecuente con sus posturas históricas, que lo han situado siempre en el lado opuesto de los intereses populares, acorde con su rancia ideología conservadora.

25
Sep
16

josé Batlle y ordoñez

DE PIE, MURIÓ LENIN

editorial de diario El Día escrito y firmado por el «pepe» Batlle y Ordoñez

 

“El fallecimiento del jefe del comunismo ruso es un acontecimiento que pone de inmediato en segundo término a todos los demás que ocurren en el mundo. Podrán tenerse ideas muy adversas a las que sustentaba este apóstol de mejores aunque irrealizables devenires, pero no se podrá negar que con él se extingue un magnífico ejemplar humano, uno de esos personajes apasionantes que dan significación a toda una época y sirven para fijarla en la historia.

No participamos de las opiniones respecto a la pulpa divina en que están amasados los genios, esos superhombres que aparecen de vez en cuando en el firmamento de la especie como deslumbrantes meteoros que alumbran su incierto camino a través de los tiempos. Pero sí sabemos que cada empresa tiene su hombre representativo, su director, su guía.

Lenin fue desde el primer instante, la personificación de la revolución rusa, es decir, del levantamiento violento e instintivo de un pueblo entero cansado de sufrir, contra sus amos milenarios. Este santo impulso de liberación puede haber ido más allá de lo que ese mismo pueblo haya querido, pero no puede ponerse en tela de juicio su intención de regenerarse, conforme no podría juzgarse ahora al caudillo caído sin un amplio criterio de comprensión y de tolerancia.

Lenin fue el gestador y el organizador del gobierno ruso, el primero de esa clase de que se puede hacer memoria. De acuerdo a todos los informes que llegan, esa gigantesca aventura ha fracasado, ya que se vuelve a desandar lo andado, lenta pero firmemente.

Pero esa revolución que sacudió hasta en su médula a una nación que en pleno siglo XX conservaba todavía la estructura de los tiempos bárbaros, tiene que ser fecunda y positiva, a pesar de sus errores y contradicciones, compañeros inseparables de toda empresa humana. Una revolución comunista se explica perfectamente en un país autocrático como lo era la Rusia zarista, del mismo modo que sería absolutamente inconcebible en Francia, Inglaterra y Estados Unidos, y los demás países en que el régimen democrático ha alejado la necesidad de los grandes y arriesgados saltos al vacío.

“Las revoluciones son las locomotoras de la historia”ha dicho Carlos Marx, y en Rusia las revoluciones de 1917 fueron esa locomotora que la condujo en un plazo de tiempo reducido, desde las épocas primitivas hasta ponerla en condiciones de incorporarse a las naciones más civilizadas de la tierra.

Lenin fue el verbo de la revolución. Con él se apagan la doctrina y el nervio que la sostenían. Casi opinamos que su muerte ha sido oportuna: ha desaparecido en el momento en que la revolución se extingue. Ninguno de los otros hombres que colaboran con él en la tarea gubernativa puede comparársele.

De ahí su prestigio enorme y el respeto casi supersticioso que inspiraba a todos los que lo rodeaban. Las mismas censuras agrias y justificadas que se han dirigido a las crueldades inútiles con que se manchó el régimen, no llegaron nunca hasta él sino muy atenuadas. Reconocida universalmente la potencia de su pensamiento y la energía inagotable.

Como buen soldado fue herido de muerte en plena batalla, ya que fue el trabajo abrumador que se impuso el que abatió irreparablemente su organismo físico. Que no fue un fanático cerrado a cal y canto a las enseñanzas de la realidad lo prueba su acción evolucionista de estos últimos tiempos, que ha hecho que se rectificaran muchos errores a pesar de la resistencia de aquellos que sostienen la intangibilidad infecunda de las ideas.

Su larga enfermedad, que tuvo varias alternativas sensacionales, dio motivo a que su alrededor se encresparan ambiciones que ahora no van a detenerse ante ningún obstáculo y que sólo él era capaz de encauzar. Su muerte será fatal para la revolución que acaudilló, privada de su caudillo máximo y fatal también para Rusia que volverá a caer en un nuevo caos en el momento de liberarse de otro.

Hacer predicciones de lo que sucederá es aventurado, pero salvo la aparición poco probable, de otro hombre de su estatura mental, no parece que aguarden días muy claros a ese pueblo doloroso y simpático que tanto ha sufrido. Lenin era en estos momentos la palabra de sensatez y de cordura, la mirada avizora y penetrante, la mano que no temblaba en el timón.

No juzgamos sus ideas con las que no podemos estar de acuerdo, sino sus condiciones de orientador de muchedumbres y de saberse adaptar a las exigencias del momento sin encapricharse tercamente en rígidos dogmas. Mejor de lo que podemos hacerlo nosotros hoy, lo juzgará la posteridad ya que pasará un tiempo todavía antes de que puedan verse claros los resultados de su obra. De cualquier modo, desaparece con Lenin un hombre excepcional, ante cuya tumba, prematuramente abierta, sería pueril no descubrirse con respeto”.

 




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