Archivo de julio 2023

30
Jul
23

MENTIRAS, INCAPACIDAD y CORRUPCIÓN

Anuncios con gusto a poco

El trabajo, los salarios y las pasividades en la Rendición de Cuentas. No hay ninguna medida para los que ganan 25 mil pesos o menos.

Diario El Popular- Federico Araya

El Ministerio de Trabajo y Seguridad Social (MTSS), junto con el Banco de Previsión Social (BPS), se presentaron el pasado lunes 24 de julio ante la Comisión de Hacienda y Presupuesto en la Cámara de Representantes para rendir cuentas de lo actuado en 2022, así como de lo que se viene trabajando y lo que se espera lograr para lo que queda de este año.  

En ese sentido, los anuncios del gobierno además de dejar gusto a poco, en algunos casos fueron contradictorios. A continuación, se repasan los principales puntos en materia de trabajo, salarios y pasividades. 

El Trabajo

El ministro, Pablo Mieres, comenzó repasando los principales datos del mercado laboral en materia de ocupación y sus condiciones. Durante el año 2022, la cantidad de personas ocupadas tuvo forma de U. En el primer trimestre el promedio de ocupados se ubicó en 1.678.000, en el segundo y en el tercer trimestre sufrió un descenso, ubicándose en el entorno de 1.647.000, en tanto que en el último trimestre del año retomó la senda de crecimiento y cerró con un promedio 1.672.000. Esta recuperación que se observó sobre finales del 2022, continúa en el primer semestre del 2023, donde el promedio de personas ocupadas se ubica en 1.682.000. 

A la vez, los datos de personas cotizantes en el BPS mostraron también un interesante crecimiento en el 2022, incrementándose en 50.000 en comparación con 2021. Durante el primer semestre de 2023 las personas cotizantes se ubican en 1.288.000, apenas unas 5.000 cotizantes más que en el primer semestre de 2022. Este enlentecimiento en el crecimiento de las personas cotizantes en el BPS podría ser una alerta en el desafío de combatir la informalidad. De hecho, los datos publicados recientemente por el Instituto Nacional de Estadística (INE), muestran un aumento de la tasa de informalidad en el segundo trimestre del 2023 de casi un punto porcentual en comparación con el primer trimestre. 

Asimismo, aún persisten desafíos en materia de género y generaciones. La brecha en la tasa de empleo entre mujeres y varones se amplió en el 2022 casi un punto porcentual. Al mismo tiempo, la caída global del subempleo en comparación con la situación pre pandémica se explica principalmente por el comportamiento de los varones, ya que las mujeres sub ocupadas se ubicaban en el 10,3% en el 2019 y en el 2022 el indicador asciende a 10,1%.

Estos desafíos en materia de género no fueron prácticamente abordados por el ministro Mieres, simplemente se hizo mención a la problemática, pero no se destaca ninguna política activa de empleo destinada a combatirla. Si bien el ministro mencionó los subsidios otorgados a empresas que contraten mujeres en el marco de la Ley de Promoción de Empleo, dicha política que se viene implementando desde hace casi dos años, parecería tener hasta el momento un efecto nulo. 

Otro de los problemas persistentes refiere al desempleo juvenil y las escasas posibilidades de acceso que tienen los jóvenes a un trabajo de buena calidad. En este sentido, la Rendición de Cuentas propone una extensión del Programa Yo Estudio y Trabajo hacia el sector privado. El artículo 274 señala que el MTSS convocará a empresas y jóvenes a participar del mismo, estableciendo requisitos y condiciones para su implementación.

Aquí el ministro no abundó en muchos detalles ante las consultas realizadas. A modo de ejemplo, es importante saber si se mantiene la exigencia de que el joven continúe estudiando, si hay recursos disponibles para que el INEFOP, junto con las autoridades educativas, hagan un seguimiento acorde de la trayectoria educativa del joven (como se hace ahora en el sector público), y cómo se implementará la modalidad de sorteo.

¿Las empresas del sorteo privado están dispuestas a contratar a un joven por sorteo sin elegirlo directamente? Esta es una pregunta bien relevante, a la cual el ministro dio una respuesta ambigua, si bien señaló que “se mantiene el criterio de sorteo y de las cuotas”, seguidamente afirmó: “la posibilidad (de contratar a un joven) depende de cada empresa, nosotros no las podemos obligar”.

Queda claro entonces, que, hasta el momento, reina la incertidumbre en un tipo de política que podría tener resultados interesantes (cómo ya los tuvo en el sector público) pero que corre el riesgo de desvanecerse si no es posible acompañar al joven en su trayectoria educativa o si las empresas no están dispuestas a aceptar las condiciones del programa. 

Los salarios

Sin duda la problemática principal en estos momentos en el mercado laboral pasa por el salario. El ministro Mieres destacó “el crecimiento” del 2022 de 1% del salario real. Sin embargo, ese crecimiento no es tal, porque solamente refiere al mes de diciembre. Para evitar fluctuaciones mensuales, lo más adecuado es tomar el promedio anual para comparar lo que ocurrió en el año 2022 con lo que ocurrió en el año 2021, y allí se observa que el salario real continúa cayendo por tercer año consecutivo desde 2020.

Si bien la caída se viene desacelerando, no por eso deja de ser una caída. En el promedio del 2022, los salarios reales decrecieron 0,56% (0,53% en el sector privado y 0,61% en el sector público). 

Asimismo, Mieres reconoció, y vale la pena destacar su honestidad, que un 6% de los trabajadores no recuperarán el salario perdido durante la pandemia hasta 2026. Estamos hablando de aproximadamente, 30.000 trabajadores de los sectores de hotelería, restaurantes, agencias de viaje, turismo, fiestas y eventos, entre otros.

Este conjunto de trabajadores a julio de 2022 registraba una pérdida acumulada de 9%. Según expresó el ministro “prever que en el plazo de dos años de 2022 a 2024 o de tres años, hasta mediados de 2025 pudiera recuperarse un 9%…resultaba realmente un riesgo, tanto para las empresas como para los propios trabajadores, por el hecho de que al final hubiera un ajuste por empleo…para este 6% de trabajadores no vamos a llegar a la recuperación antes de 2026”.  

Esta explicación que da el ministro (si bien es sincera) no puede ser justificada. Por un lado, las temporadas turísticas 2022 y 2023 mostraron signos de fuerte recuperación de la actividad. De hecho, las personas cotizantes en los sectores de alojamiento y servicios de comida en la temporada 2021 se ubicaron en 30.000, en la temporada 2022 aumentaron a 36.000 y en la temporada 2023 lo hicieron a 39.000. En el sector de artes y entretenimiento las personas cotizantes fueron 15.000 en la temporada 2021, 16.000 en la temporada 2022 y 17.500 en la temporada 2023.

Esto da cuenta por tanto que, el temor a que se hiciera un ajuste por cantidad de puestos de trabajo no podía ser justificado, y mucho menos en julio de 2022. La decisión de que estos trabajadores esperen 6 años para apenas igualar su salario antes de la pandemia fue una decisión política que perjudica notoriamente a estos trabajadores. 

Además, si el objetivo era recuperar el salario real y que estas personas no tuvieran que esperar 6 años para ello, podrían haberse destinado recursos a dicho objetivo e incluso dado que se trata de salarios sumergidos, proponer para ellos ajustes diferenciales. El gobierno simplemente optó por medidas pasivas, como la extensión del seguro de paro parcial. No se hizo absolutamente nada para salvaguardar el poder de compra. 

Con respecto a la problemática de salarios sumergidos mencionada en el párrafo anterior, nuevamente las respuestas del ministro dejaron sabor a poco o más bien a nada. Sabido es que los trabajadores con salarios sumergidos aumentaron de forma sustancial en comparación con la situación pre pandémica. Un trabajo del Instituto Cuesta Duarte da cuenta de que las personas con salarios inferiores a $25.000 aumentaron en 100.000 en comparación con el 2019.

El Ministro manifestó que según los cálculos del MTSS el aumento era menor, “casi de la mitad”, aunque reconoció el problema. No obstante, no alcanza con reconocer el problema si no se hace absolutamente nada para atacarlo. Ante la consulta de por qué los lineamientos salariales, presentados hace un par de semanas, no incorporaban incrementos diferenciales para los salarios sumergidos simplemente manifestó: “Nosotros estuvimos estudiando ese tema …, y encontramos que como norma general no nos parecía correcto incorporarla como pauta. Simplemente, se trata de eso; yo no puedo decir mucho más”.

La pregunta que surge es: si usted no puede decir mucho más sobre esto, entonces ¿ quién puede? Realmente, es un argumento muy limitado, decir que no parece correcto como norma general, no se da ninguna justificación al respecto de por qué sería incorrecto, ni desde el punto de vista legal ni desde el punto de vista económico. Por lo tanto, parece claro que nuevamente la decisión es de política económica, y aquí una vez más, el gobierno opta por darle la espalda a los trabajadores de menores ingresos. 

Las jubilaciones

Las jubilaciones y pensiones fueron uno de los puntos importantes que se trataron el pasado lunes. El ministro expresó: “contra lo que se ha venido difundiendo en días anteriores, quiero anunciar que el gobierno, nuevamente este año, ha decidido aumentar a partir de julio un 3 % las jubilaciones mínimas, como se ha venido haciendo en los años anteriores”. 

Vale la pena detenerse en esta frase para aclarar dos aspectos: En primer lugar, el aumento de 3% a partir de julio de este año, es un adelanto a cuenta, eso quiere decir que se descontará ese porcentaje a partir de enero 2024. En segundo lugar, hay que decir que es ambigua la expresión “como se venía haciendo en años anteriores”. Si el ministro con “años anteriores” se refiere a los años de gobierno multicolor, entonces tiene razón.

Este gobierno realizó adelantos a cuenta, es decir, lo que te adelantaban en julio te lo descontaba en enero del próximo año. Ahora bien, esta política no era la que se aplicaba en los gobiernos del Frente Amplio, en esos años los aumentos de julio no eran adelantos a cuenta. Es decir, lo que aumentaba la jubilación mínima en julio, no se descontaba del aumento correspondiente al enero siguiente.

Además, vale la pena señalar el contraste en el tratamiento que hace el gobierno de las jubilaciones mínimas y de las jubilaciones más altas. Mientras que a los jubilados de menores ingresos apenas se les da un adelanto en julio, que les será descontado en enero próximo, a los jubilados que cobran jubilaciones por encima de $45.000 se los exonera de forma definitiva del pago del IASS, tal como lo propone el artículo 412 de esta Rendición.

Nuevamente, el gobierno opta por inclinar la balanza hacia las personas de mayores ingresos, perjudicando a los jubilados más pobres y aumentando así la desigualdad. Ha sido una constante de este gobierno. 

Finalmente, la presentación del MTSS y el BPS abordó un punto bien importante para las jubilaciones futuras, en especial para los trabajadores que hoy tienen entre 40 y 49 años. Estamos hablando de la desafiliación voluntaria de las AFAPs. La reforma jubilatoria votada hace algunos meses por la coalición de gobierno perjudica a un gran conjunto de trabajadores, dado que ya no contarán con la bonificación otorgada por el famoso artículo 8 de la ley 16.713.

En este sentido, el gobierno permite que las personas en ese rango de edad, que se afiliaron voluntariamente a una AFAP optando por el artículo 8, puedan revocar su opción si a enero de 2023 percibían ingresos inferiores a $78.770. En otras palabras, a una enorme cantidad de trabajadores (pues la mayoría percibe ingresos inferiores a eso) les va a convenir revocar su opción.

Para saber si a la persona le favorece revocar la opción, el BPS tiene que diseñar un simulador con el fin de calcular la futura jubilación del trabajador en un escenario con artículo 8 y el otro sin artículo 8. Acá las declaraciones del presidente del BPS fueron bastante llamativas por no decir insólitas: “Hay un universo de personas que tomaron la opción voluntaria del artículo 8° que tendrán al 30 de noviembre de 2023 entre 40 y 49 años y que solicitarán ser asesoradas, a las que el Banco les va a dar asesoramiento.

¿Cuál es la dificultad material que tenemos hoy y cómo lo hemos resuelto? La dificultad material es que tenemos que hacer un nuevo simulador…ese simulador todavía no está pronto, dentro de la página web del Banco se estableció un contacto directo para que quienes se encuentren dentro de las condiciones objetivas para ser asesorados expresen su voluntad de asesorarse y con eso salven su derecho a ser asesorados”. 

De estas declaraciones se desprende que, si usted va al BPS en estos días, no podrá ser asesorado acerca de si le conviene o no revocar la opción, porque la herramienta para hacer ese cálculo aún no está pronta. 

Por otra parte, a partir de estas declaraciones también se desprende que el plazo para ir a asesorarse vencería el 30 de noviembre. Afortunadamente, la Directora de Seguridad Social del MTSS clarificó la situación que el presidente del BPS había dejado totalmente opaca. La Directora expresó: “De acuerdo a lo que establece el artículo 12 de la ley (de reforma de la seguridad social) al régimen anterior se le va a seguir aplicando la normativa que estaba vigente en ese momento…

Por lo tanto, van a poder agendarse y revocar siempre que estén incluidos dentro del elenco de personas que podían hacerlo…Por eso, no es que no van a poder agendarse más, sino que si están incluidos dentro de este colectivo de personas van a poder seguir revocando y no van a ver afectado ningún derecho”. Posteriormente, por si quedaba alguna duda afirmó: “En conclusión, no tiene por qué agendarse antes del 30 de noviembre,  porque la agenda va a seguir abierta”.

Esto despeja las dudas y muestra que la agenda para asesorarse seguirá abierta a partir del 1° de diciembre. Esperemos que para esa fecha ya esté pronto el simulador. Una conclusión es clara: las declaraciones del presidente del BPS y la Directora de Seguridad Social del MTSS fueron contradictorias, lo cual es fiel reflejo de que la reforma de la Seguridad Social votada por la coalición de gobierno se hizo a las apuradas y de forma completamente desprolija. 

Además de ello, el gobierno no está haciendo ninguna campaña de información al respecto y ello se debe lisa y llanamente a que a la coalición de derecha, no le conviene que los trabajadores se enteren. ¿Por qué no le conviene? Porque de concretarse la revocación de la opción del artículo 8, se debilitaría fuertemente el pilar de ahorro individual. Las AFAPs deberían transferir recursos hacia el BPS, y este debilitamiento de las AFAPs es lo que el gobierno quiere evitar.

Por otra parte, si los trabajadores optan por revocar su opción, entonces es muy probable que, a partir de dicha opción, en el futuro cobren jubilaciones mayores, con lo cual el BPS verá aumentado su déficit fiscal en el largo plazo. Esto también es otro punto que el gobierno pretende evitar. Por eso, usted en su canal de televisión verá muchas publicidades rasgándose las vestiduras por la baja del IRPF o del IASS (que aumentan la desigualdad), pero no verá ninguna publicidad (al menos hasta ahora) que le informe de que a usted, vecino, vecina, le convendrá ir al BPS a asesorarse si tiene entre 40 y 49 años y gana menos de $79 mil, de no hacerlo podría cobrar una menor jubilación en el futuro.

El gobierno prefiere que esto pase desapercibido y mucho más en vísperas del año electoral. 

Todas las expresiones entrecomilladas de las autoridades fueron tomadas de la versión Taquigráfica del día 24/07. Comparecencia del MTSS y el BPS ante la Comisión de Hacienda integrada con Presupuesto. 

30
Jul
23

INCAPACIDAD, es bien distinto a MENTIR y MANIPULAR a la ciudadanía . . .

La máquina de gestionar mal

La novela de la desalinizadora es una muestra elocuente de la inoperancia extrema del gobierno para resolver los problemas que aquejan al país

Caras y Caretas Diario

Ante una sequía prolongada, y largamente anunciada, la primera medida verdadera fue deprivar a dos millones de personas de agua potable. A partir de esa solución catastrófica a la falta de agua en las represas de Paso Severino y Canelón Grande, el gobierno tardó más de un mes en declarar la emergencia, porque el presidente se hacía el sota, mientras secretamente estaba absolutamente jugado a que vinieran lluvias, que no llegaron hasta que en la represa quedaba menos del 2% de capacidad y se acumulaban casi 70 días de suministro de agua excedida en sal y otros compuestos peligrosos como los trihalometanos.

Cuando la situación era inocultable, y la inmensa mayoría de la gente ya no compraba la licencia poética de inventar el concepto de agua bebible o agua segura, para ocultar que se suministraba agua no potable, desagradable, en ocasiones turbia y además, peligrosa hasta para los calefones, el gobierno gestionó la adquisición de una desalinizadora en Estados Unidos y anunció su llegada para el mes de mayo, a la vez que aseguró que en un mes construiría una conexión entre los ríos San José y Santa Lucía. Ninguna de ambas cosas se cumplió. Ni la desalinizadora llegó en esas fechas ni era posible completar esa obra en ese plazo. Con la evidencia, empezó a dar largas a ambas iniciativas y, naturalmente, a postergarlas una y otra vez, mientras se empeñaba junto con los medios de comunicación hegemónicos en una campaña sostenida para responsabilizar a los gobiernos de la izquierda de una crisis que se produjo entera durante su mandato.

El tiempo pasaba, las soluciones no llegaban, las reservas caían y tuvieron que pedirle al ministerio de salud pública autorización para un nuevo aumento astronómico de la salinidad del agua, que el ministerio simplemente no se animó a autorizar, seguramente porque ningún químico, ni médico ni técnico especializado de ningún tipo estaba dispuesto a poner el gancho en una autorización tan disparatada, de consecuencias desconocidas.

El tiempo siguió transcurriendo y el desastre de la falta de agua adquirió repercusión internacional. Algo previsible si consideramos la gravedad de la situación y lo extraordinario de que un país se quede sin provisión de agua potable para dos tercios de su población en pleno siglo XXI. Ante esto, el gobierno se parapetó en una victimización nacionalista insólita y desató una guerra retórica contra el mundo, acusando a los extranjeros de opositores y falsarios, y a los opositores locales de difundir una campaña anti uruguaya por el mundo.

 

Finalmente, llegaron lluvias que aliviaron la situación coyunturalmente y el gobierno se encuentra apuradísimo por decretar el final de la crisis hídrica sin haber concretado una sola medida ante la contingencia, salvo la exoneración de impuestos a las aguas embotelladas, cuando ya más del 80% de los habitantes del área metropolitana había renunciado al agua de la canilla para el consumo humano. Cínicamente, las autoridades comenzaron a decir que ellos, que seguramente nunca tomaron agua de la canilla, porque pertenecen a estratos acostumbrados a consumos de otra sofisticación, tomaban agua de la canilla, como la ministra de Economía, Azucena Arbeleche, o el ministro de Desarrollo Social, Martín Lema.

 

Ahora bien, las lluvias que cayeron aliviaron la situación, pero la sequía no terminó y nada sugiere que se pueda bajar la guardia y que en unas semanas o un poco más, nuevamente retrocedan las reservas. Se necesita una temporada de lluvias para normalizar la situación y si viene, fantástico, pero si no viene, la situación puede volver a repetirse.

 

Lo que el gobierno ha dejado claro con esta crisis y está dejando claro ahora, cuando se jacta del final de una crisis que no sabemos si terminó, pero que si terminó, no tuvo nada que ver con su gestión del problema, es que constituyen una sarta de incapaces, a la par de insensibles, pero que además solo están preocupados en disminuir el costo político. Porque son básicamente una agencia de publicidad, como los definió Rosencof, pero una agencia de publicidad meada por los perros. No olvidemos cuando el gobierno estaba apuradísimo por instalar que la pandemia había pasado y el presidente se fue surfear en La Paloma, en el medio de un crecimiento exponencial de casos que terminó con la saturación de los CTI y tuvo como corolario una masacre de 1.600 personas por mes entre marzo y junio de 2021, llevando a Uruguay al primer puesto de mortalidad por covid por número de habitantes en todo el planeta por una cantidad de semanas consecutivas.

 

Ojalá que de la crisis del agua haya pasado lo peor, pero la gestión de este desastre fue un espanto, y las supuestas soluciones, como la desalinizadora de Estados Unidos -que además es de una capacidad muy limitada- o la conexión con el río San José todavía las estamos esperando. En todo ese tiempo, el gobierno se mostró negado y negador y además mucho más preocupado en atacar a las autoridades municipales, que sí buscaron y propusieron soluciones, y a rechazar las críticas, pero también la ayuda internacional, tal vez porque se creen infalibles o, mucho más probable, porque saben que aceptar ayuda es reconocer el problema y saben que reconocer el problema es también reconocerse a ellos mismos como responsables.

29
Jul
23

Desconocían que la ideología de la DERECHA es; anti popular, demagógica y el herrerismo es su consecuencia !? . . .

Estados de ánimo

El Uruguay de hoy es un país donde la dosis de tristeza, de inseguridad, de desánimo, ha crecido notoriamente

nota: uy.press
 
 
 

Las encuestas, los paneles y otras formas de análisis de la opinión pública miden en distintos momentos las definiciones o indefiniciones de los ciudadanos sobre los más variados temas. Y a pesar de que los resultados en España muestran una vez más que los errores pueden ser abrumadores, estas empresas seguirán siendo protagonistas de la política y de la vida nacional.

Pero hay un aspecto que en la inmensa mayoría de los casos no se tiene en cuenta: el estado de ánimo de la gente, los ciudadanos y también los que no lo son, y sí son simplemente habitantes de estas tierras. Y es un factor muy importante.

Se hacen sondeos sobre el optimismo de los empresarios, sobre la disposición a comprar bienes duraderos por las familias, a viajar y otras variantes diversas, pero nadie hace la pregunta ¿usted cómo se siente en relación a un año atrás? Muy contento; contento; igual; triste; muy triste. Podría haber variables: preocupado o muy preocupado.

Un país para funcionar quema diversos combustibles, pero lo que consume sin falta es su propio estado de ánimo, que tiene una relación bastante indirecta con la política y se compone de diversos elementos. No hay país que progrese, que avance, si no tiene una cierta dosis de optimismo, de confianza, de empuje emocional. Obviamente que también juegan las causas personales, que pueden ser las más diversas.

El Uruguay de hoy es un país donde la dosis de tristeza, de inseguridad, de desánimo, ha crecido notoriamente. ¿Es una afirmación fuerte? Sí, pero las experiencias personales de las más diversas y las circunstancias que hemos vivido han dejado su huella y sigue golpeando.

 

No hay duda que la pandemia dejó surcos importantes, que incluso la salida no lograron borrar, no solo por los muertos y los que quedaron afectados, sino por el sentido de fragilidad general que instalaron en el mundo y en el Uruguay. Somos y nos sentimos mucho más vulnerables que antes.

Ahora tenemos la sequía, que comenzó a golpear el campo, y aunque algunos nos quieren hacer creer que la mayoría de los uruguayos estamos de espalda a él, no es cierto. Somos lo suficiente inteligentes y sensibles como para saber la importancia que tiene su producción, pero también para la vida de cientos de miles de compatriotas. Le ha dado al cambio climático una dimensión muy concreta y actual.

Como si fuera poco, por primera vez en la historia desde que hay agua corriente en el Uruguay, el 60% de la población, nada menos que Montevideo y Canelones, afrontamos una crisis en el abastecimiento de agua corriente grave, muy grave. Aunque abríamos la canilla y salía y sale agua, era intomable y se podía utilizar solo para algunas cosas. Y estuvimos a pocos centímetros del colapso.

A todo se acostumbra el ser humano, hasta a la guerra y la peste, pero…la sequía nos golpeó duro, porque aumentó la sensación de inseguridad, de estar mucho más indefensos de lo que suponíamos y estábamos dispuestos a creer.

Todos esperábamos, independiente de a qué partido votamos, que la seguridad iba a mejorar, porque la situación era grave y afectaba nuestras vidas; teníamos la sensación de estar en una lista de espera. A pesar del malabarismo del ministro, de autoridades policiales y algunos dirigentes políticos, la sensación sigue siendo mala, muy mala, y con un agravante: aumentaron los peores delitos, los asesinatos más brutales. Y seguimos preocupados y sin carteras a la vista.

 

Que más de un tercio de los hogares uruguayos estén en el clearing de informes como malos pagadores y que casi 700 mil de ellos figuren como incobrables, no puede ser tomado con ligereza. Además de la inseguridad que genera, de las preocupaciones, también impacta en el estado de ánimo sobre el futuro de nuestra gente, los uruguayos.

No vamos a hablar de economía, macro economía, de indicadores de diferente tipo. Simplemente que estamos en el cuarto año de esta administración y la mayoría de los uruguayos ganan menos que hace cinco años, como trabajadores o jubilados. Y no hay necesidad de justificar que esto tiene un impacto directo sobre las economías familiares, de micro y pequeñas empresas y en el estado de ánimo. Todos esperan recuperar el nivel salarial y de jubilaciones perdidas.

Una parte muy importante de la población sabe que tendrá que trabajar más años para obtener una jubilación reducida, que es el resumen grueso de la reforma de las jubilaciones y pensiones. Indiscutible, aplastante, pero además los bancarios y los profesionales navegan en medio de la tormenta de sus respectivas cajas. Y eso es intranquilidad e inseguridad.

 

En extensas zonas del país, pero en realidad en todo el territorio nacional, la diferencia cambiaria que se ha acumulado es tan enorme y crece, que miles de empresas de diverso tipo y de empleados están muy asustados por las consecuencias. Y el valor del dólar no es una maldición meteorológica o sanitaria, es una política.

No hablemos de los escándalos de diverso tipo, esos los colocamos –desgraciadamente– en situaciones a las que nos hemos acostumbrando. Las hemos “normalizado”, aunque sean escandalosas. No es un buen indicador, es una forma de degradación grave no solo de la política, sino de la moral.

Ni tampoco de la frustración por una reforma de la educación necesaria, pero que no despega en absoluto, y de una salud pública y privada que ha empeorado en sus servicios.

Este es un breve resumen, pero lo cierto es que la mayoría de los uruguayos estamos tristes, preocupados, inseguros, más que antes. Eso es malo para nuestro presente, pero mucho más para nuestro futuro. Estamos perdiendo fuerza, empuje, ganas, y los que tienen responsabilidad de gobernaros, hoy y mañana, así sean diferentes partidos, van a tener que tomar muy en cuenta estas circunstancias, con mucha fuerza e inteligencia.

Necesitamos un fuerte impulso, no en base a promesas y publicidad, sino a credibilidad, a seriedad, a compromisos, a imaginación. Hay una batalla imprescindible contra la tristeza y la resignación que ganar.

28
Jul
23

La derecha quiere dirigirnos la vida y a los políticos que elijamos . . .

¿Inmoral, cobarde o ignorante?

Lo que no podemos hacer es lo que le sirve a la derecha; lo que la derecha espera que hagamos para ganarnos la guerra mediática

Caras y Caretas 

“El pobre de derecha critica cuando el Pit-Cnt reclama recuperación del salario real (ya ni siquiera mejora, solo recuperación de lo sustraído) y calla cuando el gobierno le mete la mano en el bolsillo para cubrir los privilegios de los acomodados por política. El problema es que él ignora que el dinero del Estado también es suyo.”

Lo que diré de Uruguay, ese Uruguay que tanto quiero y tanto me duele, vale para casi todos los pueblos de la Tierra.

La mayoría de nuestros compatriotas viven en una burbuja. El poder de la minoría se sustenta en la ignorancia de la mayoría. Un pequeño grupo de familias explota a las demás y hasta consigue el apoyo de aquellas haciéndoles creer que el enemigo está en el proletariado y no en la oligarquía.

 

Desde que Luis Lacalle Pou llegó al poder, desató una guerra despiadada de propaganda para desprestigiar a los sindicatos; lo cual se entiende, ya que a los poderosos sectores que representa no les sirve que los trabajadores estén organizados, representados y defendidos. Los quieren divididos y débiles, para continuar quitándoles salario real y derechos. Recordemos cuando uno de esos sectores aplaudió a rabiar y con carcajadas morbosas a Julio María Sanguinetti, por prometerles que cuando la coalición multiderechista llegara al poder desplumaría al pollo pluma por pluma, para que no chillara tanto.

 

Dos de los senadores más mediáticos (Graciela Bianchi y Sebastián Da Silva) están día a día bombardeando con calumnias a los representantes de los trabajadores. La frase de Bianchi, tildando de “hijo de puta” a un representante de Fucvam en marzo de 2022 y diciendo varias veces “andá a laburar”, representa fielmente el pensamiento de la derecha más retrógrada. Tienen odio de clase y no lo ocultan. Son patéticos; pero más patéticos son los trabajadores pobres que les creen. No hay nada más vergonzoso e indigno que un pobre de derecha.

 

El pobre de derecha repite el discurso de los oligarcas y critica a los gobiernos “populistas” que dan planes sociales “a los vagos, a los que son pobres porque no les gusta trabajar”. Nunca abre la boca para condenar a los ricos que, por medio de la política, saquean al Estado todos los malditos días de su mísera existencia. Critica a los sindicatos; pero jamás a las cámaras empresariales, ni a las federaciones o asociaciones rurales.

 

“El peor enemigo de un pobre es otro pobre que se cree rico y defiende a quien los hace pobres a ambos”. La frase, atribuida a José Mujica, pese a que no hay registros que lo acrediten, refleja una triste realidad.

 

Le indigna cuando a una vieja, mediante un plan social, le dan tres monedas para que no se muera de hambre; pero nada dice cuando la doctora Susana Montaner, tras ocupar la vicepresidencia de OSE, gasta miles de dólares para cambiar el mobiliario y decoración de su despacho porque no le gusta el que había. A la ex diputada de Tacuarembó (colorada cejista) tampoco le pareció fino el celular que le asignaron, por lo que ordenó comprar uno que vale más de mil dólares. El pobre de derecha no sabe, ni le interesa, lo que gasta OSE en celulares y planes con los cargos políticos.

 

El pobre de derecha no sabe, ni le interesa, lo que la ministra de Economía Azucena Arbeleche ha vuelto a hacer con absoluto desparpajo. Luego de haber intentado beneficiar a Isaac Alfie (director de la OPP e integrante de la coalición) y a su propio marido con beneficios tributarios, beneficia a la empresa CELISANO, de Marianela Cazaban, esposa de Carlos Silva Ratin, jerarca de la CTMSG, dirigente del Partido Nacional y edil de Salto por la lista 50 de Carlos Albisu.

 

Crónicas del Este ha informado que la empresa CELISANO, cuyo titular hasta 2021 fuera Carlos Silva Ratin, ha recibido variados beneficios por parte de entidades públicas, tal el caso de la Agencia Nacional de Desarrollo (ANDE). Ahora, Arbeleche le concede a su correligionario un crédito de 355.585 unidades indexadas y una exoneración del impuesto a la renta de 198.034 unidades indexadas a la empresa “Cabrera Cazaban Marianela y Cabrera Cazaban Luis Ignacio” (cuñado de Carlos Silva).

 

El periodista Sergio Secinaro ha denunciado: “Además, se promueve la actividad del proyecto de inversión presentado por esta empresa, el cual busca la adquisición de maquinaria y equipo por un monto de 366.729 unidades indexadas. En términos monetarios, considerando que la unidad indexada cotiza alrededor de $5,18 pesos uruguayos, el beneficio total otorgado asciende aproximadamente a $4.767.401 pesos uruguayos, equivalentes a unos U$S 125.030 dólares americanos”.

 

¿Por qué los grandes medios no se hicieron eco de esta noticia? A nadie le importa. Se reparten entre ellos nuestro dinero mientras Juan Pueblo se calienta por el arbitraje en un partido de fútbol.

 

El pobre de derecha critica cuando el Pit-Cnt reclama recuperación del salario real (ya ni siquiera mejora, solo recuperación de lo sustraído) y calla cuando el gobierno le mete la mano en el bolsillo para cubrir los privilegios de los acomodados por política. El problema es que él ignora que el dinero del Estado también es suyo.

 

Gracias a la LUC, aprobada por una mayoría que ni siquiera la leyó, a una pobre mina que pasó 64,9 gramos de marihuana para su pareja en el penal de Libertad en abril de 2022, le tiraron con cuatro años tras las rejas; pero al narco de La Tahona, líder de una organización criminal, le dieron solo 24 meses.

 

La Fiscalía necesita, para funcionar más o menos bien, 6 millones y medio de dólares. En la Rendición de Cuentas le dan 950.000 dólares. A primera vista parece un castigo por citar como IMPUTADOS a dos ministros por el caso Marset. A segunda vista… también. Mientras tanto, la coalición gobernante no solo hace propaganda para desprestigiar a los sindicatos, sino también a los fiscales independientes del poder.

 

Al pobre de derecha esto no le importa. “Yo vivo de mi trabajo”, suele decir. “No le pido nada a los políticos”. Sin embargo, cuando llegan las campañas electorales les oficia de mandadero a la espera de un puestito cuando gane el doctor.

 

Hay que armarse de paciencia y tratar de educarlo. Explicarle, por ejemplo, que no está mal que un gobierno gaste algo para custodiar las costas; pero el nuestro, que prometió 50.000 viviendas, va a destinar 82 millones de dólares en unas lanchas. Como ha planteado nuestro compañero José Manfredi en Twitter, son aproximadamente 2.000 viviendas. Si prometieron viviendas y no barcos, ¿por qué priorizan hoy los barcos? Previamente gastaron 26 millones de dólares en aviones chatarra. Son las prioridades del herrerismo.

 

Al pobre de derecha le lavaron el cerebro durante la dictadura y se lo retorcieron en democracia. No le importan los desaparecidos porque “en algo andarían”. No quiere estudiantes preocupados por las injusticias sociales, sino que sean sumisos y se dediquen a estudiar.

 

El pobre de derecha, más que inmoral y cobarde, es ignorante.

 

Lo que no podemos hacer es lo que le sirve a la derecha; lo que la derecha espera que hagamos para ganarnos la guerra mediática.

 

Arrojar una bomba de humo (aunque no sea una bomba) o intimidar a los carneros (aunque sean carneros) no beneficia a los trabajadores, sino a los oligarcas. Pintarrajear una iglesia no beneficia al feminismo, sino a sus detractores.

 

Cuanto más tardemos en comprenderlo, más elementos estaremos regalando a nuestros adversarios para manipular al pobre de derecha.

28
Jul
23

La ultra derecha global

«La extrema derecha es un problema global»

OTHER NEWS Entrevista de Axel Schwarzfeld- Página/12, Argentina

Andrea Ribeiro Hoffmann, académica de la Universidad Católica de Río de Janeiro, doctora en Ciencias Políticas y Relaciones Internacionales analiza el fenómeno de los ultras en el mundo, así como también el antes y después del gobierno de Jair Bolsonaro en Brasil.

La profesora forma parte de un proyecto de investigación llamado «Multilateralismo y Derecha Radical en América Latina» (Mudral), en colaboración con otros colegas. Tras su participación en el Congreso Mundial de Ciencia Política en Buenos Aires, la académica dialogó con PáginaI12 sobre la cuestión de las derechas en diferentes países y el impacto que tuvo en Brasil la experiencia bolsonarista.

-¿Cómo surgió el proyecto de investigación y qué avances lograron?

-La idea apareció a partir de la experiencia que tuvimos con el gobierno de Jair Bolsonaro en Brasil, cuyo impacto fue devastador en diversas esferas: desde la política y la salud, hasta el medio ambiente y la política exterior. La extrema derecha es un problema global, no es una coincidencia que haya un Donald Trump, un Bolsonaro y tantos otros gobiernos como esos. Tienen causas comunes, aunque también dinámicas locales muy específicas. En el caso de Bolsonaro, hubo una colaboración muy fuerte con el gobierno de Trump en muchos foros multilaterales. Por ejemplo, el Consenso de Ginebra, que fue una iniciativa conjunta para intentar cambiar normas internacionales respecto a cuestiones de género y derechos sexuales.

-¿Por qué cree que hay países que dan giros hacia gobiernos de derecha o extrema derecha?

-Es un fenómeno complejo. Hay una insatisfacción general de la población muy grande desde los últimos años, debido a la crisis económica y la pandemia, que afectó fuertemente a América Latina. Hay un desencanto con los gobiernos democráticos, que deberían proveer buenas condiciones de vida, con inclusión y una reducción de las asimetrías. Aquí entra también una cuestión nueva: las redes sociales. Se usaron como estrategia política en las campañas para captar votos, incluso con fakenews, como fue el caso de Trump. Entonces, gran parte de las poblaciones votan muchas veces en contra de sus propios intereses. Aún así, es muy difícil de comprender estos cambios que fueron muy rápidos, donde en América Latina, en general, hay una inclinación hacia los gobiernos de izquierda con sus propuestas de redistribución. Por ejemplo, en Brasil, una gran mayoría apoyó el primer y segundo mandato de Lula da Silva, sin embargo, esta misma población eligió un líder de extrema derecha. Es importante comprender esta complejidad, porque durante mucho tiempo no se creyó que fuera posible.

-¿Puede volver a repetirse un acontecimiento similar al intento de golpe de Estado de enero en Brasil?

-Lo que se vio es que las fuerzas armadas participaron en la toma de poder. Este fenómeno fue específico de Brasil, aun cuando América Latina comparte un pasado de dictaduras militares. Aunque se creía que este tema estaba resuelto en la región después del final de la Guerra Fría, Brasil muestra diferencias con Argentina o Chile, países donde se instauraron procesos de justicia transicional, una política de memoria. Durante la transición democrática en Brasil, se hizo uso de amnistías. Esto fue un punto de discusión muy importante, especialmente bajo la gestión de Dilma Rousseff, cuyo pasado como presa y torturada durante la dictadura destacó la importancia del tema. Sin embargo, el proceso fue incipiente y rápidamente se dio lugar a la destitución constitucional de este gobierno elegido por un movimiento político. Se percibió la presencia creciente de liderazgos y fuerzas militares, aunque no su dimensión hasta la tentativa de golpe en enero de este año, que mostró la disposición de los militares a participar activamente. Lula y su ministro de Justicia estuvieron muy preparados y atentos a este riesgo, porque era una crónica de la muerte denunciada.

-¿En qué sentido?

-Se esperaba que Bolsonaro no iba a aceptar la derrota, pero sí fue una sorpresa el nivel de violencia y destrucción. El bolsonarismo es un fenómeno social, no es solo de militares y no se terminó de un día al otro con el fin del mandato de Bolsonaro. Sus raíces son profundas, hay cuestiones estructurales y sociales que permanecen en la sociedad, con un sentimiento que podría llevar nuevamente al poder a políticos que compartieron su visión durante su gobierno. Mucha gente realmente dejó de creer que los sistemas democráticos son capaces de traer cambios en sus vidas. El desafío es conseguir que se confíe que la democracia es la forma de gobierno que permite más inclusión y redistribución.

-¿Qué análisis hace sobre los primeros seis meses del gobierno de Lula?

-Creo que enfrenta muchos desafíos debido al contexto diverso, tanto a nivel internacional como local. Todas las fuerzas políticas se unieron para formar su gobierno, lo que generó divergencias en la formulación de políticas. Así que lo que se ve en estos primeros meses fue una gran tentativa de Lula de conseguir gobernar, porque muchos bolsonaristas fueron electos, y también aprobar medidas importantes. Una de ellas fueron los cambios en el ámbito fiscal. Sin embargo, en la coalición de gobierno hay visiones distintas del rol de China y la guerra de Ucrania, en la que Lula se entrometió mucho. Entonces, formular una propuesta coherente y viable será un gran desafío, porque diversos agentes económicos y sociales no están de acuerdo con ciertas políticas. Aunque la agenda ambiental podría ser un área de convergencia, enfrenta resistencia de poderosos sectores del agronegocio en Brasil. Además, el gobierno está recomponiendo los cuadros ministeriales tras la disminución realizada durante el gobierno de Bolsonaro y, a nivel regional, Lula intentó retomar la integración, pero no hubo consensos, por ejemplo, entre el Mercosur y la Unión Europea. A pesar de las dificultades, yo siempre permaneceré optimista. 26.07.23

27
Jul
23

Ucrania perdió la guerra con Rusia, asumió la realidad los EEUU

The New York Times finalmente dijo la verdad sobre el fracaso de la contraofensiva de Kiev

MOSCÚ Uypress / Andrew Korybko, analista geopolítico estadounidense radicado en Moscú

Los partidarios de Kiev ya no pueden decirse a sí mismos que todos los informes sobre desarrollos desfavorables son «propaganda rusa» o «operaciones psicológicas» diseñadas para engañar a su oponente después de que el último informe del New York Times confirmara que la admisión condenatoria de Zelensky sobre la falta de preparación de su lado es realmente cierta.

El fracaso de la contraofensiva respaldada por la OTAN de Kiev es innegable seis semanas después de que los occidentales esperaran erróneamente que Rusia sería rápidamente expulsada de las fronteras de Ucrania anteriores a 2014. El New York Times (NYT) finalmente dijo la verdad sobre esto en su informe del domingo sobre «Soldados cansados, municiones poco confiables: los muchos desafíos de Ucrania«. Ninguno de los hechos contenidos en él es sorprendente, ya que todos están conectados con el mal estado de cosas que el Washington Post (WaPo) describió con franqueza en marzo.

Las observaciones compartidas por ese medio de Beltway hace un tercio de un año fueron descartadas por los partidarios de Kiev como «propaganda rusa» a pesar del papel principal de WaPo en impulsar la teoría de la conspiración Russiagate o una «operación psicológica» que fue diseñada para engañar a Rusia sobre la contraofensiva. Ahora se sabe por el último informe del NYT que se trataba de una representación fáctica de la situación, cuya conclusión fue ampliada por otros dos desarrollos narrativos durante el fin de semana.

El Wall Street Journal (WSJ) informó el sábado que Occidente sabía que Kiev no estaba lista para lanzar su contraofensiva, pero aun así permitió que siguiera adelante. Zelensky luego le dijo a Fareed Zakaria de CNN al día siguiente en una entrevista que «no teníamos suficientes municiones y armamentos ni suficientes brigadas debidamente entrenadas en estas armas» para que la contraofensiva tuviera éxito rápidamente. Este telón de fondo preparó el escenario para el informe del NYT, cuyos aspectos más destacados son los siguientes:

* El conflicto ha llegado a un «punto muerto violento»;

* Las fuerzas ucranianas «están luchando… debido a los densos campos minados» a lo largo del frente de Zaporozhye;

* También «describieron a un enemigo decidido» cuya moral sigue siendo alta a pesar de los reveses anteriores;

* «El ejército ucraniano (está) enfrentando una letanía de desafíos nuevos y duraderos»;

* Persisten problemas de coordinación entre sus tropas;

* Ucrania ha experimentado «decenas de miles de bajas»;

* Sus combatientes experimentados y más jóvenes han sido reemplazados por «tropas menos entrenadas y más viejas»;

* Las fuerzas rusas se han «vuelto más expertas» en desalojar a Kiev de cualquier terreno que gane;

* «La munición escasea y hay una mezcla de municiones enviadas desde diferentes países»;

* Las viejas municiones suministradas desde el exterior están «dañando el equipo [de Ucrania] e hiriendo a los soldados»;

* La dependencia casi total de Ucrania de Starlink ha provocado retrasos en las comunicaciones durante los ataques;

* «El entrenamiento para habilidades más especializadas, como para francotiradores, se ha dejado de lado en favor de los ataques de trinchera»;

* Los reclutas de menor calidad de Ucrania, sin embargo, luchan para llevar a cabo con éxito estos ataques;

* Los drones Lancet de Rusia han sido muy efectivos para destruir la artillería y los tanques ucranianos;

* Y es «imposible» bloquearlos, «al menos por ahora», y también son «difíciles de derribar».

Los quince hechos compartidos anteriormente no dejan ninguna duda de que la contraofensiva de Kiev respaldada por la OTAN ha fracasado exactamente como afirmó el presidente Putin una vez más el domingo, lo que a su vez hace que sea más probable que las conversaciones de paz se reanuden a finales de año, como se explicó anteriormente aquí y aquí . La «carrera de logística»/»guerra de desgaste» entre la OTAN y Rusia que Stoltenberg finalmente reconoció a mediados de febrero, que es la variable más importante que da forma a la trayectoria de esta guerra de poder , indiscutiblemente tiende a favor de Moscú.

Los partidarios de Kiev ya no pueden decirse a sí mismos que todos los informes sobre desarrollos desventajosos son «propaganda rusa» o «operaciones psicológicas» diseñadas para engañar a su oponente después de que el último informe del NYT confirmara que la admisión condenatoria de Zelensky sobre la falta de preparación de su lado es realmente cierta. Es probable que la situación sea mucho peor de lo que ambos describieron considerando su motivación egoísta de no querer desmoralizar a todos.

Sin embargo, sus revelaciones del domingo hicieron añicos los engaños a los que se habían aferrado los partidarios más acérrimos de Kiev, ya que ninguno de ellos se atrevería a desafiar el dogma de su culto sugiriendo que Zelensky no había dicho la verdad. La publicación coincidente del informe del NYT el mismo día de su admisión condenatoria hizo imposible negar la veracidad de lo que dijo debido a la información detallada que contiene, lo que corre el riesgo de catalizar una crisis de confianza en sus filas.

23
Jul
23

Juez Garzón, el carcelero del fascista Pinochet

Garzón, el juez odiado por el pinochetismo

 OTHER  Gustavo González Rodríguez

El escándalo montado por la derecha en Chile a propósito de la medalla conmemorativa de los 50 años del golpe de Estado que el presidente Gabriel Boric otorgó al juez Baltasar Garzón en Madrid, es a todas luces una venganza política contra el magistrado que despojó a Augusto Pinochet de su condición de intocable y de cancerbero de una vigilada transición a la democracia.

Todo el arsenal de argumentos pretendidamente patrióticos y supuestamente legales que parlamentarios y dirigentes de Chile Vamos han sacado a colación es un compendio sibilino, que no alcanza a enmascarar el repetido afán de cuestionar y desacreditar a Boric y de paso renovar el resentimiento contra el magistrado español.

En rigor, la transición a la post dictadura comenzó en Chile el 16 de octubre de 1998, cuando agentes de Scotland Yard llegaron a The Clinic en Londres para arrestar al exdictador, general retirado y senador vitalicio Augusto Pinochet Ugarte, cumpliendo una orden de captura emitida por el juez Baltasar Garzón para que respondiera por el asesinato de ciudadanos españoles durante la dictadura (1973-1990).

Hasta entonces el país vivía una suerte de democracia regulada bajo los pactos de la transición y también, y sobre todo, por las demostraciones de fuerza de un Pinochet que mantuvo hasta marzo de 1998 la comandancia del Ejército, desde donde ordenó en diciembre de 1990 el «Ejercicio de enlace» y el 28 de mayo de 1993 el «Boinazo». Ambos, actos intimidatorios contra el gobierno de Patricio Aylwin a propósito del escándalo de los «Pinocheques», que remitía al traspaso en 1989 de unos tres millones de dólares del Ejército al hijo del dictador, Augusto Pinochet Hiriart.

El gobierno de Aylwin, a través de los oficios de su ministro Enrique Correa, paralizó una comisión investigadora de los «Pinocheques» en la Cámara de Diputados. El caso fue derivado al Consejo de Defensa del Estado y en 1994 el recién asumido presidente Eduardo Frei Ruiz-Tagle ordenó a este organismo el cierre definitivo de la investigación «por razones de Estado».

Para completar este ejercicio de memoria sobre la impunidad de hecho de Pinochet, en marzo de 1998 el mismo gobernante movería todo tipo de influencias desde su partido Demócrata Cristiano hasta toda la entonces oficialista Concertación Democrática para hacer fracasar una acusación constitucional contra el ex dictador cuyo objetivo era impedir que asumiera como senador vitalicio.

Pinochet blindado hasta el exceso se vio confrontado desde octubre de 1998 a su faz de violador de los derechos humanos y autor de crímenes de lesa humanidad gracias al juez Garzón. Su arresto en Londres fue emblemático, ya que en julio de ese mismo año había sido adoptado en Roma el estatuto que dio nacimiento a la Corte Penal Internacional.

Los dieciocho meses de arresto de Pinochet en Gran Bretaña generaron cambios en el libreto de la transición. Se facilitaron acuerdos para desmontar enclaves autoritarios y aprobar reformas constitucionales el 2005 bajo el gobierno de Ricardo Lagos, que aunque con avances en derechos humanos mantuvieron la esencia neoliberal del Estado chileno. Lagos también conformó la Comisión Valech en 2003, que documentó más de 20.000 casos de torturas, tras cerrar en agosto de 2000 la infructuosa Mesa de Diálogo donde se pretendía que los militares revelaran la suerte de detenidos-desaparecidos y ejecutados políticos.

En el trasfondo de las protestas derechistas por el reconocimiento de Boric a Garzón se asoman estos antecedentes y así el empeño de desacreditar a un juez con una trayectoria ligada a la persecución de crímenes de lesa humanidad tiene el anverso de reivindicar la figura de Pinochet medio siglo después del cruento golpe de Estado.

La medalla otorgada a Garzón es un acto de gratitud de contenido político, qué duda cabe, pero también humanitario. El acto en la Casa de las Américas de Madrid el sábado 15 estuvo marcado por la reivindicación de los derechos humanos, graficada sobre todo con la presencia de Gioconda Belli, la poeta perseguida en Nicaragua por la dictadura de Daniel Ortega, acogida en Chile.

Gran parte de la prensa chilena ha actuado como caja de resonancia de los pronunciamientos derechistas que a propósito de este episodio buscan desacreditar a Boric y a Garzón, en operaciones donde el tema de los derechos humanos está ausente.

¿Es Garzón un enemigo de Chile por haber trabajado como profesional para Bolivia en su demanda ante la Corte de La Haya por una salida al Pacífico? ¿O el mensaje subliminal de la derecha es que ese fue «un nuevo ataque a nuestra soberanía» tras la orden de captura contra Pinochet que emitió en 1998?

Parlamentarios de Chile Vamos, la coalición opositora de derecha, han calificado al juez de «delincuente» porque estuvo castigado en España por cargos de prevaricación, que él rechaza y en los cuales hubo sospechas de persecución política ya que investigaba un escándalo que involucraba a miembros del derechista Partido Popular. El Comité de Derechos Humanos de Naciones Unidas exhortó en 2022 a España a borrar los antecedentes penales de Garzón en este caso.

En el «prontuario» que se atribuye a Garzón no se incluye que el año 2008 acogió una demanda de veintidós agrupaciones de familiares de víctimas para abrir una investigación de los crímenes del franquismo que permanecen en la impunidad en España, pero el Tribunal Supremo lo obligó a declararse incompetente.

En el acto donde Boric entregó la medalla de los 50 años también a Joan Manuel Serrat, Garzón recordó que así como en Chile y Argentina, también en España persiste la impunidad de autores de desapariciones forzadas, ejecuciones extrajudiciales y otros delitos contra los derechos humanos bajo la dictadura de Francisco Franco, a quien Pinochet admiraba.

No faltan desde la extrema derecha en Chile y América Latina quienes acusan livianamente el juez hispano de servir a gobiernos «corruptos» por haber prestado asesorías en materia de sistemas judiciales a Rafael Correa en Ecuador y a Néstor Kirchner y Cristina Fernández en Argentina.

Por último, esta derecha que rasga vestiduras continuamente por la libertad de expresión omite que Baltasar Garzón encabeza la defensa del periodista australiano Julian Assange, arrestado en el Reino Unido y bajo amenaza de ser condenado en Estados Unidos a prisión perpetua por sus revelaciones en Wikileaks de crímenes de guerra norteamericanos en Irak y Afganistán.

*Periodista y escritor. Magíster en Comunicación Política, Diplomado en Periodismo y Crítica Cultural en la Universidad de Chile. Fue director de la Escuela de Periodismo de esa misma universidad (2003-2008) y presidente de la Asociación de Corresponsales de la Prensa Internacional en Chile (1992-1995). Corresponsal en Ecuador y director de la oficina de Inter Press Service en Chile, y editor de la agencia en Italia y Costa Rica. Fue corresponsal también de Latin America Newsletter (Inglaterra), El Periódico de Barcelona (España), revista Brecha (Uruguay) y diario Milenio (México). Autor de los libros «Caso Spiniak. Poder, ética y operaciones mediáticas» (ensayo), «Nombres de mujer» (cuentos) y «La muerte de la bailarina» (novela).
22
Jul
23

Los ENTERRAMIENTOS, LAS EXCAVACIONES, FAMILIARES . . . con la ANTROPÓLOGA Luziardo a CARGO por el INdeDDHH

Antropóloga Lusiardo: “El cuerpo de Bleier se podía haber encontrado en 2005, no en 2019”

La coordinadora del Grupo de Antropólogos Forenses cuenta cómo es el día a día del trabajo buscando detenidos desaparecidos.

nota: César Bianch

Fotos: Javier Noceti / @javier.noceti

Cada vez que Alicia Lusiardo (50) llega al laboratorio para manipular huesos humanos, los saluda con cariño: “Buen día, ¿qué tal?”. Y de la misma forma se despide, cuando termina su jornada laboral: “Chau, hasta mañana”. El ritual comenzó con el maestro Julio Castro; con sus restos óseos, en realidad. Alguno de los 11 antropólogos forenses del GIAF (Grupo de Investigación en Antropología Forense) lo saludó: “Buen día, compañero” y se despidió con “hasta mañana, compañero”. Y quedó.

Lusiardo dice que eso responde a la “empatía” de su trabajo, más allá de la “objetividad”, que no falta. “Nosotros llegamos al cuerpo después de que ya le ha pasado lo peor que le puede pasar. Y de ahí en adelante todo lo que podamos hacer para devolverle un poquito de dignidad a él o ella —aunque no se va a enterar—, sentimos que es un acto que tenemos que realizar con respeto, con empatía y hasta con cariño”, explica.

Para la coordinadora del GIAF, el momento del hallazgo de restos humanos tras las excavaciones en predios militares cautelados es “el summum” de su trabajo, el instante en que todos los esfuerzos y privaciones valen la pena. Ahí descubren lo que para Lusiardo es la última página o el desenlace del libro personal de esa persona que no tiene nombre. O mejor dicho: tiene nombre, pero ellos todavía no lo saben. Tuvo nombre, perteneció a una persona con alegrías, miedos, tristezas, compromiso y militancias. Y ellos, los antropólogos forenses, deben ir descifrando las páginas previas, hasta llegar a la tapa y saber a quién pertenecieron esos huesos.

Lusiardo tiene su libro, su propio libro. Yendo de atrás para adelante, como le sucede a ella con los restos óseos, se podría decir que hoy es coordinadora del GIAF, pero también trabaja con el afamado Equipo Argentino de Antropología Forense (EAAF) y lo hace para el exterior, buscando resolver enigmas que camuflan mucha desazón. Ingresó al GIAF en 2007 cuando compañeras suyas convencieron al entonces coordinador, José López Mazz, de sumarla al equipo, y se perdió los hallazgos de Ubagésner Chávez Sosa y Fernando Miranda. Antes tuvo hijos, y antes que eso se casó. Con su marido viajó a Estados Unidos y allá realizó maestrías en lo suyo. Antes buscaba lo suyo: estudió Antropología Forense, pero intentaban convencerla de que hiciera otra cosa, que allí solo había lugar para un profesional de esa disciplina, que trabajaba en la morgue. Y muchísimo antes fue niña. Se crio en México y volvió a Montevideo en 1984, cuando tenía 12 años, y la llevaron al balcón de la casa de Líber Seregni para escuchar el discurso del general tras la recuperación de la libertad.

El 6 de junio, el equipo que lidera Lusiardo halló restos humanos de una mujer, que hoy están a estudio de sus pares argentinos. Y ella, por diferencias metodológicas, se cruzó con su exjefe, López Mazz, quien la cuestionó en televisión.

De joven fuiste periodista de policiales en La República, pero no te conformabas con sacar la foto e irte del lugar. Querías saber más. ¿Eso era afán periodístico o ahí, invisible, estaba el germen de la antropología forense?

En realidad, yo fui fotógrafa de La República de la nota que me tocara hacer: hacía deportes, política, pero es cierto que me gustaban mucho los policiales y a mis compañeros no, entonces me dejaban a mí. La verdad es que, aparte de tener un gusto por investigar y por la resolución de un crimen o un hecho que necesita una explicación, sí tenía esa curiosidad más allá de la investigación periodística, sino más bien del bichito científico. ¿Cuáles son los procesos internos de un cuerpo que llevan a esto? O después que tomé esta foto, ¿por qué el cuerpo se ve de la manera en que se ve? ¿Qué pasa cuando fallecemos? ¿Qué procesos se inician ahí? ¿Qué pasó con esta persona en términos de la investigación criminal? Eso me fascinaba y me sigue fascinando. Lo que yo no sabía para ese entonces, cuando estudiaba Antropología, cuando estaba medio perdida, no sabía que había una unión entre la investigación de un crimen y los restos humanos ya esqueletizados, de acuerdo al crimen que haya tenido lugar. Pero sí me picó el bichito ahí.

Aquí estudiaste Ciencias Antropológicas, pero no pudiste cruzarte con la antropología forense.  Hasta que fuiste con tu marido a Estados Unidos y allá estudiaste una maestría de antropología forense. ¿Cuál fue el primer caso que te tocó, en el cual sentiste que estabas aplicando los conocimientos de la carrera?

Mi marido fue a estudiar su doctorado y yo buscaba una opción para hacer antropología forense. Cuando nos mudamos a la Florida, después de un año en Washington, empecé mi maestría ahí, y el programa de la maestría era dentro de un laboratorio de antropología forense, y recibíamos casos de toda la Florida. Teníamos la oportunidad de formarnos, trabajando en casos reales. Pasado el primer año en el laboratorio (donde es más limpieza y acondicionamiento, las cosas más básicas), cuando me tocó mi primer caso en el segundo año, me tocó un cráneo. Y bueno, tratar de escribir un informe de ese caso fue lo primero. 

“Recién sentí que podía aplicar todo lo que había aprendido cuando empecé a trabajar en Derechos Humanos. Sentí que toda la carrera en Uruguay, más el posgrado en Estados Unidos, cobraban sentido”

Hubo casos complicados en los que uno hace una transferencia porque la persona fallecida a uno le parece a alguien, o porque te conmueve de determinada manera. En uno de los primeros casos tuve que retirar tejido blando, para quedarme con el esqueleto; era una mujer que había fallecido sola en su casa, y tenía la edad de mi mamá. Hice la transferencia inmediata de pensar que quien estaba ahí, en esa mesa de autopsia, era mi mamá y yo tenía, con un bisturí, que retirar todo el tejido blando. Y eso fue muy duro… Pero recién sentí que podía aplicar todo lo que había aprendido cuando empecé a trabajar en Derechos Humanos. Sentí que toda la carrera en Uruguay, más el posgrado en Estados Unidos, cobraban sentido: los conocimientos de antropología social para hacerle una entrevista a una familia, lo de arqueología para ayudar en una excavación y lo de antropología biológica y forense propiamente dicha, que ya es más a nivel laboratorio. Ahí sentí que todo encajaba en un lugar.

¿Cómo podrías definir la relación profesional de un antropólogo forense con los huesos?

Es una relación que, si bien es objetiva, no deja de ser empática. Hay muchas disciplinas forenses que hacen mucho hincapié en ser objetivos y en no dejarnos subjetivizar por el contexto. Los antropólogos sostenemos que es necesario investigar, conocer a las familias, interactuar con ellas al inicio y al final, y eso no nos hace menos objetivos. Podemos hacer nuestros análisis y nuestros dictámenes con objetividad. 

Después, el vínculo que tenemos con esos restos óseos o momificados o fragmentados es de mucho respeto, de mucha objetividad y mucha empatía; no solo por la familia, sino por esa persona. Nosotros llegamos al cuerpo después de que ya le ha pasado lo peor que le puede pasar. Y de ahí en adelante todo lo que podamos hacer para devolverle un poquito de dignidad a él o ella —aunque no se va a enterar nunca—, nosotros sentimos que es un acto que tenemos que realizar con respeto, con empatía y hasta con cariño. 

Le dijiste a Azul Cordo, para el libro Dicen las raíces: mujeres en la dictadura uruguaya (Lumen, 2023), que la formación te abrió un espectro laboral muy grande, “sobre todo en Uruguay, que está todo para hacerse”. En ese momento en el que regresaste al país, con el primer gobierno del Frente Amplio, ¿en qué pensabas que podías colaborar? ¿Qué sumabas vos al equipo?

Cuando regresé a Uruguay tenía la intención de ingresar a trabajar a la morgue judicial, en Montevideo o el interior. Pero esa no fue la opción, hasta el día de hoy. De esa manera, me quedé trabajando a distancia para Estados Unidos, en el programa de maestrías a distancia. Y quedé a la expectativa de lo que pudiera surgir. Lo que surgió a dos años de mi llegada al país fue el Grupo de Antropólogos [N. de R.: se refiere al Grupo de Investigación en Antropología Forense], pero sí con esa sensación de que podía estar aplicando los conocimientos que tenía a la investigación criminal de ese momento. No pensaba en Derechos Humanos, pensaba en trabajar en una morgue.

¿En qué consiste tu labor, la de un antropólogo forense, en las tareas de búsqueda?

Tenemos toda una tarea previa a llegar al lugar, que es una investigación preliminar. Aunque haya una denuncia concreta, y que no venga de una investigación del equipo, igual se hace esa investigación preliminar: fotografía aérea del lugar en distintas temporalidades, como para tener una cobertura que nos pueda permitir ver si hay cambios en el paisaje, pero también para corroborar la información que nos da el informante. Se hace cruzamiento de archivo, si es que hay algo en el archivo que sea aplicable a esa zona que se está señalando, se escuchan testimonios de otras personas sobre esos mismos lugares. Es todo un trabajo de oficina. 

Después, se concurre al lugar, se puede concurrir por segunda vez, y se hace una recorrida a pie, que se llama prospección, en la que se va pensando el lugar que se pedirá para abordar y cuál será esa estrategia de abordaje. Una vez que se solicita una cautela judicial sobre el lugar, se inician las tareas de desmalezado del terreno, para poder levantar un plano y, en ese plano, dibujar las coordenadas, los árboles que pueden haber quedado en pie tras el desmalezado, si en el terreno se ven indicios de alguna construcción (que haya algún vestigio cultural en la zona), si hay depresiones o acumulaciones de tierra —rasgos negativos y positivos de interés—, y según la extensión o el tipo de terreno se instrumenta el abordaje: ya sea con retroexcavadora o manual, como para poder implementar la logística. Se establece un campamento, un lugar donde dejar todas las herramientas para el trabajo diario, donde hacemos acopio de otros materiales o nos refugiamos si llueve o hace mucho calor. Una vez que tenemos todo eso, se levantó el plano y se decide por dónde se comienza a excavar esa cautela, se inician las tareas de excavación propiamente dicha de esa cautela.

Y después de que aparecen restos óseos, ¿qué hacen y cómo lo hacen? 

En estos contextos de Uruguay, donde se trabaja con retroexcavadora por la inmensidad de los predios y los tiempos, una vez que se detecta la presencia de huesos o quizás se pueda ver la cal —o se puede ver en los perfiles de la trinchera un cambio en la estratigrafía, que indica que hay una anomalía—, ahí la retro se retira. Ingresan los antropólogos a la trinchera a trabajar con excavación manual: pala para limpiar los perfiles, material fino —que normalmente es de madera para no dañar los huesos—, pinceles para poder limpiar lo que se necesite ver allí, cucharas, baldes y palitas. Empieza entonces un trabajo muy lento, de muchísima paciencia, para tratar de ver si la anomalía responde a lo que estamos buscando o si lo que vemos allí es un hueso. Despejamos las dudas con ese material fino, muy lentamente.

El martes 6 de junio, antropólogos del GIAF hallaron restos óseos en el Batallón 14. Profesionalmente, ¿qué me podés decir de ese hallazgo? ¿Qué se puede saber considerando los restos óseos encontrados?

Los restos óseos, normalmente, aportan mucha información en la reconstrucción del perfil biológico de la persona: ¿Es un hombre? ¿Es una mujer? ¿Qué edad tiene? ¿Qué estatura? En otros contextos importa el grupo ancestral o la afinidad biológica. Después, más allá de esa primera aproximación que nos da una idea de quién está allí representado, avanzamos en torno a otra información: ¿tiene algún traumatismo que pueda aportarnos información en relación a la causa de muerte? ¿O tiene huellas en sus huesos que nos permitan sumarle a ese perfil biológico otras características? Por ejemplo, esta persona tuvo una lesión, pero la tuvo en vida. Se fracturó un brazo, pero sobrevivió a eso, y como está tan bien remodelada la fractura, quizás fue en la niñez. Vamos ayudando a escribir ese libro que cuenta una historia de alguien sin nombre, vamos agregándole líneas que nos van dando información.

“Después de usar material fino, pinceles, cucharas, baldes y palitas, empieza un trabajo muy lento, de muchísima paciencia, para tratar de ver si la anomalía responde a lo que estamos buscando. Despejamos las dudas con ese material fino, muy lentamente”

¿Qué hacía en su vida diaria, ya sea ocupacional o recreativa? ¿Qué huellas dejó eso en sus huesos? ¿Qué enfermedad pudo haber tenido? ¿Cómo era su salud bucal? Todo eso lo vamos analizando e interpretando a partir de lo que los huesos puedan tener registro. A veces, no nos ayuda la conservación, como el caso de los huesos que encontramos el 6 de junio. Si bien la cal ayuda a que el ADN no se degrade, las raíces de la vegetación de ese lugar penetraron en esa cápsula de cal que se formó en ese molde, invadieron el espacio vacío y dañaron todos los extremos de los huesos. Hay muchas partes de ese esqueleto que están dañadas. 

Encontraron prácticamente todos los huesos del esqueleto…

Sí, está esencialmente completo. Son 206 huesos los que tiene un esqueleto; prácticamente están todos, el problema es cómo está cada uno de ellos: están muy dañados, en general, en todos sus extremos (todo lo que es el hueso esponjoso, el más frágil, está muy dañado). Eso hace que muchas de estas preguntas que podríamos llegar a contestar no las podemos contestar o tienen una respuesta vaga. 

No tenemos dudas de que se trata de una mujer, por eso lo transmitimos públicamente. En relación a la edad, tenemos muy poquita información y el rango cubre todas las posibilidades, entonces no es cualitativamente informativo.

En octubre de 2011 no estabas en el país cuando el GIAF halló los restos de Julio Castro, pero el 15 de marzo de 2012 fuiste vos la que encontró los huesos de quien fuera Ricardo Blanco Valiente. Es el motivo de tu trabajo diario, de toda tu formación, y tiene detrás un objetivo muy noble: darle un poco de paz a sus familiares. ¿Cómo reaccionaste al hallar esos restos óseos? 

Ese día éramos tres personas en campo. Ya había pasado el mediodía, era la hora del almuerzo, y teníamos como ritual inexplicable (porque no es una cábala) que siempre aparecen restos cuando alguien del equipo está de viaje. Pasó cuando apareció el maestro Julio Castro, que yo estaba en Perú, y ese día estaban de viaje varios compañeros. Después del mediodía estábamos en la carpa y cayó una rama cerca de la carpa de los militares, y yo dije tonteando: “Hoy tenemos un hallazgo”. Pero lo dije bobeando, eh. Y le mandamos un mensajito a los compañeros: “Alicia dice que hoy vamos a encontrar algo”. Nos levantamos a seguir excavando después del almuerzo y, al poco rato, aparecieron restos, y eran los restos de… bueno, no sabíamos de quién eran los restos. Se lo comentamos en el grupo de WhatsApp y los que estaban de viaje no nos creían, pensaban que era una broma, porque yo lo había adelantado. 

Y ese momento es… (Hace una pausa de unos segundos) El tiempo se detiene, estás mirando la cal, estás mirando los restos, se detiene el tiempo y lo primero que sentís es eso: una parálisis. Cuando el cerebro admite la noticia, cuando salís de esa parálisis, es una cosa que no podés controlar: euforia, gritos, abrazos entre nosotros, los propios militares también estaban conmocionados, porque estaban todo el tiempo al lado nuestro, nos veían trabajar. También estaban al aire libre con el calor y con el frío, igual que nosotros. Entonces, estaban conmocionados como nosotros.

¿Cómo es la relación con los militares?

Es una relación correcta, es buena, en general, sobre todo desde que se establecieron protocolos más claros que hacen que cada quien cumpla su función y cada quien entienda dónde están los límites de la función de cada uno. Antes eso no estaba muy claro, y traía una incomodidad para nosotros. Era estar siendo filmado todo el tiempo y escuchaban todo el tiempo lo que hablábamos, desde lo técnico hasta lo personal, porque en algún momento con quienes son tus compañeros de todos los días hablás de tus hijos. Entonces, no era cómodo que te estuvieran filmando y grabando todo el tiempo, y no sabías a dónde iban esas filmaciones y grabaciones. Eso era muy molesto para nosotros. 

“Estábamos en la carpa y cayó una rama cerca de la carpa de los militares, y yo dije tonteando: ‘Hoy tenemos un hallazgo’. Y le mandaron un mensajito a los compañeros: ‘Alicia dice que hoy vamos a encontrar algo’. Seguimos excavando y, al poco rato, aparecieron restos”

No se logró nunca un cambio, hasta que vino el Grupo de Verdad y Justicia y le hicimos el pedido: que por favor no queríamos trabajar así, incluso con la misma sugerencia del grupo argentino [Equipo Argentino de Antropología Forense, el EAAF], y ahí sí logramos que a través del grupo se pidiera a los jueces que estuvieran a cargo de las cautelas que la zona cautelar no fuera una zona donde pueda ingresar cualquiera, solamente los técnicos y quienes los técnicos indiquen podían entrar. Que fuera de la zona cautelada pueden filmar y hacer lo que quieran, pero dentro no. Establecer esos límites fue muy importante. Y hoy podemos tener una relación diaria, de buena convivencia.

¿Cuál es tu visión respecto a la Operación Zanahoria, es decir, que los militares desenterraron cuerpos y los colocaron en otros lugares que no fueron hallados?

Para empezar, es una visión de grupo, que compartimos todos los miembros del equipo. Creemos que es una visión que ha sido repetida en muchos informes oficiales, como puede ser la Comisión para la Paz o los informes que se le dieron al expresidente [Tabaré] Vázquez. Hay contradicciones en esos informes, y el argumento general es ese: que los cuerpos, con nombre y apellido de cada uno de los detenidos que fallecieron en determinadas circunstancias, fueron enterrados, desenterrados, cremados y tirados al Río de la Plata. Para nosotros, cada esqueleto que aparece, cada cuerpo, es una constatación de que eso no es cierto, de que eso no fue así. Nosotros no sabemos si hubo algún cuerpo que se desenterró, no lo podemos saber. Lo que sí sabemos es que hasta ahora hemos encontrado un montón de cuerpos que, según esta hipótesis, no deberían haber estado ahí. 

Vamos a ver qué pasa con este último hallazgo, pero hasta ahora ha sido una constatación tras otra de que, supuestamente según la versión de la Zanahoria, todos estos cuerpos no deberían haber estado donde los encontramos, y cada vez que tenemos un hallazgo resurge esta teoría de la Zanahoria: aumentan los testimonios por la versión de la Operación Zanahoria después de los hallazgos. Porque nosotros, como forenses, investigamos y buscamos cuerpos; no tenemos una hipótesis de la Zanahoria para probar. A nosotros nos contratan para encontrar los cuerpos de los desaparecidos. Hasta ahora es lo que hemos venido haciendo, que lo juzgue cada cual como quiera. Pero esos cuerpos que, según la Operación Zanahoria, no debieron aparecer, aparecieron. Nosotros seguimos el mismo camino: el de buscar cuerpos.

A propósito, en las últimas semanas se dio un cruce de miradas con tu antecesor López Mazz, arqueólogo grado 5, quien cuestionó en Desayunos informales de canal 12 tu trabajo. Dijo: “Creo que está equivocada. Es una excelente antropóloga biológica, pero se extralimita en su especialidad. Las ciencias forenses establecen espacios concretos con protocolos para estos procedimientos y evidentemente ella no maneja con soltura el tema de la estratigrafía. Su posición tiene cosas que no son sólidas”. ¿Qué tenés para decir?

Somos once personas que trabajamos en el equipo, once colegas; la mayoría son arqueólogos y fueron formados por el Dr. López Mazz, quien es docente de la Universidad. Por lo tanto, no dudo para nada de la formación de mis colegas. Creo que son excelentes arqueólogos. Y justamente, lo bueno de trabajar en el GIAF es que tenemos gente más dedicada a la arqueología, gente más dedicada al análisis de restos óseos, otros más dedicados al área preliminar, y somos todos juntos los que abordamos caso a caso. Yo no soy arqueóloga, pero eso no quita que este equipo no pueda interpretar lo que estamos investigando porque, de hecho, hay por lo menos cuatro personas que trabajaban con el Dr. López Mazz desde 2005 y fueron seleccionadas por él. Y todos los miembros del equipo están de acuerdo en la conclusión que tenemos, hasta este momento. No es una postura mía, es una postura del equipo, y en realidad, no es una postura: es el resultado de lo que hemos ido encontrando. No sé por qué él tiene el empeño en señalar que no estamos capacitados para hacer un trabajo que lo hacía él con esta misma gente. El que no está más es él, pero es el mismo equipo haciendo el trabajo. 

“Nosotros no sabemos si hubo algún cuerpo que se desenterró, no lo podemos saber. Lo que sí sabemos es que hasta ahora hemos encontrado un montón de cuerpos que, según la Operación Zanahoria, no deberían haber estado ahí”

Él dice que cambiaste la metodología de trabajo. ¿Es así?

El equipo cambió la metodología de trabajo, es cierto. No me lo atribuyo a mí. Cuando Madres y Familiares le retiró la confianza [a López Mazz], el equipo queda acéfalo. La Udelar no nombra un nuevo coordinador, me nombra a mí como “referente” y me aclaran que yo no soy la coordinadora. Generamos esta cosa de empezar a trabajar todos juntos, y todos a opinar, todos a vincularnos con Familiares por primera vez, vínculo con otras instituciones que estaban trabajando en la búsqueda, y recién cuando el Grupo de Trabajo de Verdad y Justicia toma la tarea de la búsqueda, es cuando me nombran coordinadora del equipo. Pero siguió siendo un grupo en el que todos opinamos, todos escuchamos, donde cada uno desde su saber hace aportes. Y ese cambio en la metodología es cierto: lo hicimos todos, después de sentarnos a hacer una autocrítica: “¿Por qué no estamos encontrando restos? ¿Hubo un operativo que los retiró, como dice la hipótesis de la Zanahoria? ¿O tal vez hay algo en el abordaje que haya que revisar?” Y eso fue lo que hicimos: revisar el abordaje y volver a trabajar en esos lugares. 

¿Y ahí qué se hizo?

Ahí vimos qué se había excavado, qué extensión de una cautela se había excavado, por qué se había excavado allí (qué información había dado lugar a esa intervención). Lo mapeamos todo y lo volvimos a interpretar. ¿Qué posibilidades hay de que se haya interpretado mal esta información? ¿Qué tal si “cruzando la cañada” era cruzándola desde el otro lado? O “subiendo la lomada y doblar a la derecha”, si yo entro por otro lado, es hacia otro lugar que debía subir la lomada. ¿Qué tal si el polígono de tiro o el polvorín era otro, y no el que se excavó?

De hecho, el hallazgo de los restos de Fernando Miranda se da a 90 metros de donde se encontraron los restos de Eduardo Bleier, pero el primero fue en 2005 y el segundo en 2019. ¿Cómo se explica?

Exacto: el cuerpo de Miranda se encuentra en 2005, y a 90 metros, pero en 2019, se encuentra el cuerpo de Bleier… El cuerpo de Bleier se pudo haber encontrado en 2005. Tuvimos que llegar al año 2019 para encontrarlo. ¿Por qué? Sencillamente, por abordar toda la zona y llegar al borde del arroyo Miguelete, con la misma información que había en 2005. Es una decisión de cómo vos lo interpretás y qué decisión metodológica tomás. ¿Hasta dónde excavo? Porque nadie te da precisión, salvo el famoso “punto G” de María Claudia García, en el que se dijo que en un lugar muy preciso con “99,9%” estaba el cuerpo [N. de R.: y no estaba, fue una información falsa]. Normalmente la información que tenemos es: “al fondo”, “en el monte”, “en el chiquero”, “ceca de”. Entonces, es una decisión tuya: “¿Hasta dónde excavo? ¿Por qué se excavó hasta ahí en el Batallón 13 y por qué no se siguió hasta el Miguelete? ¿Vamos a seguir hasta el Miguelete? Porque chances había. ¿Por qué no podría haber un cuerpo ahí? “Vamos”. Eso se hizo, y apareció el cuerpo de Bleier, pero en agosto de 2019.

Nosotros pedimos en 2020 volver al Batallón 14 con la misma estrategia. Volvamos al Batallón 14 porque hay lugares que se excavaron de manera poco exhaustiva, donde no se cubrió la cautela y donde hay mucha información de que ahí podría estar María Claudia [García de Gelman], y otra gente enterrada, si seguimos estos informes que tienen varias cuestiones que no fueron ciertas (pero no importa)… La información es esa: que hay cuerpos enterrados en el 14. Entonces, volvamos a esos lugares, volvamos a cubrir la totalidad de las cautelas, a ver si no hay un cuerpo cercano a otros enterramientos. Bueno: junio de 2023, otro cuerpo enterrado a 90 metros del maestro [Julio] Castro.

En el programa En perspectiva de Radiomundo dijiste, narrando el momento del hallazgo en excavaciones: “Es un subidón de adrenalina, una emoción muy grande, e inmediatamente esa alegría se transforma en tristeza”. Ampliame esto.

Foto: Gentileza del GIAF.

Foto: Gentileza del GIAF.

“El cuerpo de Bleier se pudo haber encontrado en 2005. Tuvimos que llegar al año 2019 para encontrarlo. ¿Por qué? Sencillamente, por abordar toda la zona y llegar al borde del arroyo Miguelete, con la misma información que había en 2005”

El otro día estaba escuchando un podcast que hablaba de las emociones y me iluminó. Hablaba de por qué sentimos esa sensación de alegría, que inmediatamente se transforma en tristeza. Decía que algo que buscamos durante muchos años, un día aparece, y es tremenda alegría, pero inmediatamente viene la tristeza porque hay un familiar al que le vamos a tener que dar una información que, si bien está esperando, es triste. Nunca es fácil enfrentar a un familiar, ni siquiera con los años que han pasado, y decirle que encontramos los restos de su familiar, y en qué condiciones, y qué trato sufrió. Te puedo decir que en los primeros minutos hay algo corporal que no lo podés dominar, ese subidón, y la parte de la tristeza, tarde o temprano te llega. Hay compañeros del equipo que lloran, lagrimean, otros demoramos un poquito más, nos llega con la reflexión…

Has dicho que te encontrás con la última página del libro o el último minuto de una película y tenés que ir hacia atrás, para conocer los instantes previos y explicar el contexto del hallazgo. ¿Cómo es eso? 

Es como que nosotros tenemos el final de la película: encontramos el cuerpo, encontramos un cuerpo. Y a partir de ese momento, la tarea es darle un nombre. Que no es un nombre que vamos a crear, es un nombre que ya existe. Esa persona ya existía, tenía una historia, tenía toda una vida, y nosotros tenemos que ir desde esos huesitos a descubrir esas páginas que ya estaban escritas. “Bueno, es una mujer. Tiene tal edad, tiene tal estatura, sus huesos tenían tal patología”, e ir llenando esas páginas que parecen estar vacías, hasta llegar al momento de la identificación y poder darle el nombre. Parte de esas páginas se van a llenar con lo que las familias nos van diciendo. Nosotros podemos decir: “Tiene unas inserciones musculares que no logramos entender qué actividad hacía la persona, pero sí sabemos que levantaba la cabeza y se tocaba el hombro”, y un familiar te dice: “Tocaba el violín”. Eso pasa en el momento de la identificación, cuando vienen al laboratorio. Es como un libro que alguien borró, y nosotros tenemos que volver a reescribirlo. 

¿Es cierto que cuando encuentran huesos y los llevan para el laboratorio les dicen: “Hola, compañero”, y cuando se van, se despiden: “Chau, compañero”?

Es cierto (se ríe). Es parte de lo que te decía al inicio. Nosotros sentimos un cariño por esos restos. Todavía no sabemos de quién son, hoy, a la fecha que estamos. Pero ya sentimos un cariño. Pero sí, es verdad, venimos de un fin de semana largo, abrís la puerta y le decís: “Hola, ¿qué tal?”. Los saludás… Eso se inició con el maestro Castro, que fueron los primeros que tuvimos para analizar nosotros, y no que pasaran a ser analizados por otra institución. Y quedó como un ritual. Nosotros también tenemos curiosidad y ansiedad por saber a quién pertenecen. Y lo buscamos tanto tiempo, y lo tenemos ahí, lo limpiamos, lo acondicionamos. Le damos un cariño.

¿En qué momento te sentís realizada y decís que valen la pena todos los años que estudiaste, que valió la pena la espera, las privaciones?

Yo me siento muy feliz y muy realizada profesionalmente, porque siempre tengo trabajo. Ahora, cuando estoy trabajando con restos humanos es cuando me siento fantástica. La búsqueda es tediosa, lo que hacen mis compañeros todos los días en campo es muy duro —hoy me mandaron fotos de hielo sobre el césped—, pero yo me siento realizada cuando estoy frente a restos humanos, puedo decir que hago un aporte. Estar con los restos óseos me hace sentir que vale la pena. Obviamente, el hallazgo de un cuerpo es el summum, es cuando decís: absolutamente todo valió la pena, solo por este momento, donde tenemos un resultado para darle a una familia.

¿Sos de las que dice “los vamos a encontrar a todos”, o queda lindo decirlo, pero está alejado de la realidad?

Lo que sé es que si depende de nosotros, vamos a seguir hasta encontrarlos a todos.

¿Sos feliz?

Muy.

21
Jul
23

PERSEGUIR SINDICALISTAS; la especialidad de Lacalle Pou . . .

Bombas de humo

El mismo gobierno que denuncia penalmente a los sindicalistas, cuenta entre sus filas con ministros imputados por Fiscalía

Caras y Caretas Diario

escribe: Leandro Grille

El gobierno es muy malo para afrontar los problemas que se presentan en nuestro país, pero hay que reconocer que es bastante eficaz cuando se trata de distraer la atención de la ciudadanía. El episodio de las bombas de humo arrojadas en la manifestación de la Federación de Funcionarios de OSE el día de la apertura de los pliegos del proyecto Neptuno, hace un mes, da cuenta de lo que estoy señalando.

Por cierto, es indiscutible que los trabajadores de OSE le regalaron un cachón al oficialismo, olvidando tal vez que los medios de comunicación son controlados por el enemigo de clase, y que el gobierno dispone de munición comunicacional gruesa, muy superior a aquellas a las que pueden echar mano los obreros sindicalizados.

Con todo, no cabe rasgarse las vestiduras por el hecho en sí, menor desde todo punto de vista, pero insisto en recordar a los que lo soslayen, que en toda lucha es necesario estudiar el terreno, porque hay ámbitos donde la disparidad de fuerzas es crítica y una travesura, políticamente infantil, lejos de pasar inadvertida, puede ser y va a ser resignificada, si la derecha lo requiere, en una asonada, en el drama central de la coyuntura, en un atentado o hasta un acto terrorista, mediante una campaña mediática sin fisuras, abrumadora y desequilibrante.

Los trabajadores disponen de herramientas para desplegar sus reclamos y sus peleas. En primer lugar, tienen la fuerza de la razón, la autoridad moral de los que verdaderamente conocen el campo, las tareas, el trabajo, tienen conciencia de pertenecer al pueblo y el pueblo se identifica con sus peripecias, porque, sobre todo, en sus luchas arriesga, y no los mueve un interés privado e inconfesable. Lo que los trabajadores no tienen es recursos, medios, aparatos de propaganda hegemónicos, y tampoco poder sobre las decisiones centrales del Estado.

Por ello, la práctica sindical es mucho más efectiva cuando no olvida donde están sus fuerzas y no subestima la fuerza de los adversarios.

Dicho todo esto, es crucial denunciar una vez más que el ejercicio de la distracción, llevado adelante por el gobierno y sus adláteres, es profundamente deshonesto y frívolo, en tanto intenta confundir la jerarquía de las cosas: el problema medular hoy en el área metropolitana es la falta de agua potable, y la responsabilidad de gestionar esta crisis es de las autoridades que suspendieron el proyecto de la represa de Casupá para privilegiar el proyecto Neptuno, promovido por grupos empresarios, contra la opinión de la mayor parte de los técnicos, a un costo astronómico para OSE y pasando por arriba del plebiscito del agua y la obligación de mantener toda su propiedad y gestión en el ámbito público.

 

Si el sindicato de OSE cometió un error, es insignificante cuando de ese error no se derivó ninguna consecuencia ni material ni humana. Convertirlo en un escándalo nacional un mes después de sucedido, trasladarlo al terreno penal, judicializarlo, utilizar todos los medios para demonizar a los trabajadores organizados, es una trampa, una estrategia aviesa y autoritaria para desviar la atención y atacar a los movimientos sociales por una pavada.

 

Además es de una hipocresía insultante, porque el mismo gobierno que denuncia penalmente a los sindicalistas, cuenta entre sus filas con ministros imputados por la Fiscalía por la comisión de delitos mucho más graves, como la entrega del pasaporte VIP al jefe narco Sebastián Marset, y ni siquiera ha tenido la delicadeza de apartarlos de sus cargos mientras se ventila en los juzgados una causa de esta naturaleza que, entre otras muchas cosas, le produce un daño a la imagen del país en el exterior, donde de lo de Ffose no se habla, pero de la crisis del agua potable, de los pasaportes truchos, de las sospechas de corrupción y de la fuga de Marset sí, se habla, se reseña y se observa con muchísima atención y hasta asombro.

 

El gobierno de Lacalle Pou, ya en su recta final, no tiene nada para mostrar ni en logros, ni en obras ni en avances de ningún tipo. Es un gobierno de excusas y de echar la culpa, primero a la izquierda que gobernó el país y después a las circunstancias. La pandemia, la sequía, la guerra, todas las calamidades que sobrevinieron fueron gestionadas sin sensibilidad, jugando al achique y el peso de sus perjuicios cayó sobre la espalda del pueblo.

La pandemia dejó a miles de personas en la pobreza y comiendo en ollas populares, la sequía dejó a miles de personas sin acceso al agua potable. Cada crisis tuvo en las multitudes más débiles sus principales víctimas.

Por supuesto que la pandemia o la sequía no es culpa de nadie en particular, acaso haya culpa de un modelo de producción de vida, de un sistema, pero la forma en que se afronta una situación crítica inesperada, una catástrofe, habla mucho de la idoneidad y del espíritu de los que tienen el poder. Y en todas las circunstancias críticas este gobierno, especialmente el presidente, ha demostrado un clasismo, una indolencia y una incompetencia que lo descalifican para siempre.

21
Jul
23

Rusia y la guerra de los granos . . .

Acuerdos Alimentarios de Estambul: mitos y realidades

Ante las múltiples noticias controvertidas difundidas por la prensa internacional e intentos de los medios de comunicación occidentales de crear la falsa narrativa sobre la decisión de Rusia de suspender su participación en así llamado “acuerdo de granos”, quisiera explicar la posición de mi país al respecto.

Hace 1 año, el 22 de julio de 2022, fueron firmados dos Acuerdos Alimentarios de Estambul (la Iniciativa del mar Negro y el Memorándum Rusia-ONU) con el fin de garantizar la seguridad alimentaria global, reducir la amenaza del hambre y ayudar a la gente más necesitada de algunos países de Asia, África y América Latina. Sin embargo, los productos alimenticios ucranianos enseguida empezaron a ser sacados del país con objetivos meramente comerciales en intereses lucrativos de Kiev y de sus patronos occidentales. Los hechos y las cifras hablan por sí solos. Durante la puesta en práctica de la Iniciativa del mar Negro, en total se sacaron 32.8 millones de toneladas de cargas, más del 70% de las cuales (26.3 millones de toneladas) fueron enviados a países con nivel de ingresos alto y medio alto, principalmente europeos. A los países más pobres, como Etiopía, Yemen, Afganistán, Sudán y Somalia les tocó menos del 3% de envíos, tan solo unas 922.092 toneladas.

Para entender mejor esta situación hay que tener en cuenta que gran parte de terrenos de cultivo de Ucrania (más de 17 millones de hectáreas) pertenece a las corporaciones occidentales Cargill, DuPont y Monsanto. Fueron estas empresas las que compraron tierras ucranianas, enseguida después de que Kiev levantó, por exigencia del FMI, la moratoria de su venta de 20 años de duración. Son estas empresas los principales beneficiarios de las exportaciones de cereales ucranianos.

Otros beneficiarios son los europeos que adquieren a precios dumping productos alimenticios ucranianos, para procesarlos en sus empresas y vender como producto acabado con un alto valor agregado. Los países occidentales, de hecho, sacan doble ventaja: con la compra y con el procesamiento de cereales. Además de ello, EEUU y la UE, haciendo especulaciones con los precios, provocan escasez artificial de productos y desplazan productos agrícolas rusos de los mercados mundiales por vía de sanciones unilaterales ilegales.

En cuanto al Memorándum Rusia-ONU (se trata de posibilidad de exportar fertilizantes y productos alimenticios rusos, así como efectuar las transferencias bancarias para asegurar estos negocios) en la práctica no ha llegado a funcionar. Con las hipócritas conversaciones sobre las necesidades de los países del Sur global y las sanciones que supuestamente no se aplicaban a los alimentos ni a los abonos como telón de fondo, Washington, Bruselas y Londres continuaron ampliar sus restricciones antirrusas. Tan sólo la UE aprobó en 2022 5 paquetes de sanciones. Tampoco se quedan atrás los estadounidenses y los británicos aficionados a las limitaciones extraterritoriales. Como resultado, las transacciones bancarias rusas, los seguros de transporte y la logística, así como los suministros de piezas de repuesto para la maquinaria agrícola y de transporte y los activos rusos en el extranjero quedaron completamente bloqueados.

Un ejemplo muy ilustrativo son los envíos gratuitos de abonos minerales rusos a los países más pobres efectuados bajo la égida de la ONU. Desde el momento, en el que se declaró el inicio de la aplicación de esta iniciativa, en septiembre de 2022, de las 262.000 toneladas de productos rusos detenidos en Letonia, Estonia, Bélgica y los Países Bajos, fueron enviadas sólo 20.000 toneladas a Malaui y 34.000 toneladas a Kenia. Y eso, a pesar de que se trata de una iniciativa meramente humanitaria, a la que en general no deben aplicarse ningunas restricciones. Al mismo tiempo, la empresa rusa a la que le pertenecían los productos en cuestión cubrió además los gastos de su envío y transporte.

Merece la pena señalar que durante la vigencia de la Iniciativa del mar Negro, el régimen de Kiev utilizó el corredor marítimo seguro, creado por Rusia para la salida de los cereales ucranianos, para lanzar ataques terroristas contra la infraestructura civil rusa, violando de esta manera el espíritu y la letra de la Iniciativa del mar Negro. También es importante recordar la historia con la reanudación del funcionamiento del ducto de amoníaco Togliatti-Odesa prevista por los Acuerdos de Estambul. Encima de sus compromisos asumidos anteriormente el régimen de Zelenski hizo saltar por los aires el 5 de junio de 2023 este ducto de amoníaco, que tuvo significado importante en asegurar la producción de fertilizantes tan necesitados hoy en día a nivel mundial.

En dichas circunstancias de evidente sabotaje de la puesta en práctica de los Acuerdos de Estambul, carece de sentido continuar con la Iniciativa del mar Negro que no cumplió con sus objetivos humanitarios y no por culpa de Rusia. Suponemos que ha llegado el momento para demonstrar la declarada solidaridad de los aliados europeos de Kiev que pueden sacar los cereales ucranianos a través de corredores terrestres. Sin embargo, la verdad es que el trigo barato que entrará sin ningún control amenaza invadir los mercados europeos, provocando las protestas de los granjeros locales que ya se hacen notar. Si es algo que realmente le preocupa a Bruselas, la UE puede perfectamente comprar dicho producto y, en vez de hablar de la lucha contra el hambre, proceder a enviarlo a los países necesitados.

Si los países occidentales realmente aprecian la Iniciativa del mar Negro, qué cumplan con los compromisos asumidos y levanten sanciones aplicadas a abonos y alimentos rusos. Únicamente, tras recibir resultados concretos en vez de promesas y declaraciones, Rusia estaría dispuesta a considerar la reanudación del Pacto por su parte.




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