Archivo de noviembre 2019

30
Nov
19

Uruguay y las elecciones …

Las encuestadoras y sus engaños, creando opinión favorable a Lacalle Pou durante 5 años y en contra del FRENTE AMPLIO …

El gran engaño y las mentiras de las encuestadoras, aquí y en muchas partes del mundo se da porque trabajan para un patrón que les paga y se deben a ellos, sus patrones, es decir la derecha.

escribe: Willian Marino

Nuevamente en una elección de la importancia que tenía el balotaje ningún medio de comunicación podía salir a decir que Luis Lacalle Pou era el nuevo presidente del Uruguay. «Sí, pero salimos a pedir disculpas», dijeron los «empleados», vaya a saber de quién.

La gran pregunta es: ¿qué hubiera pasado si el ganador por esa mínima diferencia, ese final de bandera verde, era el Frente Amplio? Sí es cierto que Lacalle (h) no entró en provocaciones, sí es cierto que las mismas la realizaron aliados, los encubridores de asesinatos, desapariciones, ejecuciones de civiles indefensos, violaciones de mujeres, desapariciones de niños, ni hablemos de la ejecución de Berríos.

Lo que dijeron desde el Centro Militar por las redes sociales, junto a lo realizado por varias de las principales encuestadora de Uruguay desde muchos días antes, formaron un plan perfectamente orquestado desde los centros de poder mundial, tal como lo hicieron en Bolivia, en Venezuela, en Egipto y otros países del mundo.

En la era Trump (Eliot Abrams y Mike Pompeo), el «trabajo» realizado en América Latina ha sido tan mal realizado, -si de invasiones militares hablamos- que viejas tramas de la CIA han resurgido adaptadas a los nuevos tiempos que corren en América.

Es el caso de Bolivia, Brasil, Argentina y Uruguay. El ejemplo de ellos es el resurgir de elementos nuevos y reciclados de la ya famosa Liga Anticomunista (WACL por su sigla en inglés), que son precisamente los que elaboraron el Plan Cóndor, cuyo fin primordial era la eliminación de los líderes de izquierda donde se refugiaran.

La lista de sus crímenes es muy larga. En 1977 con el gobierno de Carter en EEUU, y dictadura cívico militar en nuestro país, los cambios en la CIA fueron muy grandes, en especial el hecho de rendir cuentas de los gastos e inversiones que la misma realizaba.

Desde aquel entonces los gastos y financiamientos comienzan a ser realizados a través de las multinacionales y empresas privadas que invierten millones y millones de dólares. La USAID y las ONG son las que más financian elementos para crear el terror en determinados países, y no está alejado de ello la venta de drogas por parte de elementos de la CIA, caso de Nicaragua para mantener a «la contra» nicaragüense.

Pero no solo en Centro América sino también en Argentina, Brasil, Uruguay, Paraguay y Bolivia por solo nombrar algunos. Allí los muertos y los desaparecidos, torturados y secuestrados se cuentan por miles, decenas de miles.

Cuando salen las declaraciones del Centro Militar y el video de gente que integra y son parte de la derecha neofascista, es parte de un todo, pues nadie de esa derecha multicolor condenó los hechos.

Del Partido Colorado no me extraña pues Bordaberry el golpista era colorado, y del diario de la dictadura menos. Las nuevas adquisiciones políticas como el representante de la mafia rusa o el que ganó millones de dólares vendiendo ajo y perejil en la feria, me llama la atención pero al igual que el independiente, salieron tan golpeados que se prendieron al hierro incandescente sin importar: «quiero cargos».

Pero detrás de todo esto: ¿quién está? En mi opinión están los grandes medios de comunicaciones nacionales e internacionales. Pero volvemos a la misma pregunta, quién los financia.

Hacía días que lo que salía en los medios de comunicación no era lo que se palpaba en la calle, un personaje, panelista él, en un programa de TV que se emite por la tarde, llegó a decir que lo que se veía era la autopsia del Frente Amplio.

Lo que se escuchaba por radio era que el Frente Amplio perdía por 8 o tal vez por 10 puntos. Ellos, encuestadoras mediante, hablaban de entre 190.000 y 240.000, ya que esa era la idea, ese era el ánimo que la derecha quería imponer en el ambiente.

El trabajo de los servicios de información desde el norte fue de un nuevo tipo, fue de un nuevo estilo emparentado con lo viejo. Por algo el nuevo líder, que inventó y proyectó el neofascismo, es una mezcla rara, pero conocida.

Sus relaciones con los servicios de inteligencia a nivel mundial, llámense CIA, USAID, NSA, OEA están a la orden del día, eso sin nombrar a los servicios de Brasil, Paraguay o Chile.

Muchas cosas se sabrán con el correr del tiempo, que no fueron equivocaciones, sino todo lo contrario, trabajaron con un patrón, cuya base eran los engaños y mentiras… La pregunta es: ¿por orden de quién? En eso está incluido el video que publicó Manini sobre el filo de la veda, además de que fue aprobado por todos sus aliados, pues nadie de la coalición lo repudió.

No será que se creó todo este embrollo de que Lacalle ganaba por decenas de miles de votos, porque en si venía perdiendo y esa era la tapadera para sacar el Ejército a las calles, como lo dice la declaración del Centro Militar. Más que nada en su advertencia sobre el marxismo «debe de empezar a ser definitivamente extirpado del horizonte de nuestro destino nacional».

Aunque también dice que el Ejército está preparado para reprimir lo que sea, solo se lo tiene que llamar. ¿Llamar quién? Mucha coincidencia con lo que pasa en otras partes del mundo y aquí en Uruguay, con el resurgir del neofascismo. Aunque, para finalizar decimos que los estilos neofascista de Manini Ríos y Bolsonaro son bastante diferentes en el actuar y proceder.

29
Nov
19

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28
Nov
19

FRENTE AMPLIO de URUGUAY

Crónica de un desenlace inesperado

escribe: Lic. Constanza Moreira / senadora del FRENTE AMPLIO

La inesperada votación frenteamplista del domingo 24 dejó un gusto agridulce. Alguien escribió: “Nunca hubo una derrota tan dulce, ni una victoria tan amarga”. A los frenteamplistas, que esperaban verse derrotados por cuatro o cinco puntos porcentuales, el “empate técnico” les permitió recuperar autoestima, entusiasmo e identidad. Aunque ven muy difícil descontar los votos que faltan, sienten que aún no se han ido y “ya empezaron a volver”. Para la coalición opositora, en cambio, ver cómo se retiraban los anuncios del triunfo de Luis Lacalle Pou en las portadas de algunos medios de comunicación y eran reemplazados por un cauto “empate técnico” redundó en pérdida de entusiasmo, dudas sobre el resultado, y la pérdida de la sensación de ser “dueños” de la mayoría del país.

Es por eso que el lunes ganadores y perdedores parecían confundirse en una suerte de “estado del alma” en el que el Frente Amplio (FA) se sentía victorioso (aunque no lo fuera), y la oposición se sentía acorralada (aunque no lo estuviera). La rapidez de los anuncios sobre un posible gabinete, así como los desmanes del Centro Militar –y las amenazas de intervenciones violentas de un ex militar–, deben ser entendidos en el marco de la ansiedad por recuperar el terreno perdido el domingo. También la demanda de un pronunciamiento de Daniel Martínez para confirmar un resultado invoca un simulacro de fuerza, en medio de una profunda interrogante: ¿qué suerte correrá el próximo gobierno con una izquierda tan poderosa y unos aliados tan poco confiables?

Razones de una votación inesperada

Todas las encuestadoras tendieron a converger en una intención de voto de 44% para Martínez-Graciela Villar y de 50% para Lacalle-Beatriz Argimón. A eso se sumaba el magro resultado de octubre para el FA y la casi segura mayoría de 50% que las encuestadoras vaticinaban que tendría una coalición “multicolor” que se había armado rápidamente después de la primera vuelta. Además, la trayectoria anterior indicaba que el FA entre primera y segunda vuelta no conseguiría alzarse con más de 100.000 votos, como indicaban los balotajes de 1999, 2009 y 2014.

La reacción del FA a estos resultados parece haber sido exitosa: la conquista voto a voto que determinó el traspaso de las responsabilidades de los dirigentes a los militantes y simpatizantes en la búsqueda de la empatía hacia los votantes indecisos o que podían eventualmente cambiar su voto algo tuvo que ver con el resultado. También el decidido apoyo del FA a los que venían a votar del exterior y la voluntad de los miles que vinieron a sufragar el domingo.

Sin embargo, el resultado no ha sido bien explicado hasta ahora, y quizá sea muy difícil ensayar una explicación única. Tres factores han sido enunciados en diversos análisis.

El primero, es un error de las encuestadoras. Con raras excepciones (Opción Consultores), las encuestadoras explicaron su error de predicción basándose en un desplazamiento de votantes hacia la fórmula Martínez-Villar en la última semana (el “efecto Atocha” de Óscar Bottinelli). Más allá de las dificultades de explicar la varianza electoral por acontecimientos determinados y, más aun, producidos en las últimas horas antes de la votación, lo cierto es que las encuestadoras no previeron un resultado tan ajustado. Cabe consignar que dos de las más importantes y serias tuvieron la responsabilidad de comunicar que estábamos ante una elección más pareja de lo esperado. De lo contrario, si hubiera triunfado la idea de aferrarse a sus datos anteriores, lo más probable es que los medios hubieran anunciado abiertamente el triunfo de un candidato que sólo más tarde se vería comprobado. Ahora bien, ¿por qué razón encuestadoras que habían anunciado con tanta fiabilidad los resultados de octubre, mucho más complejos que la elección puramente binaria de noviembre, le erraron? Era más fácil errarle al resultado del Partido Colorado o al de Cabildo Abierto en octubre (que rondaban el 10%) que al resultado de una elección entre fórmulas.

El segundo factor es la campaña propiamente dicha. En este pesan dos consideraciones. La primera es el éxito del FA en su campaña voto a voto, y la teoría de la “espiral del silencio” que indica que el voto vergonzante (el voto “oficialista”) estuvo subestimado en la proyección de datos de las encuestadoras. La segunda, y muy especial, consideración la merecen las declaraciones de Guido Manini Ríos, así como el repudio que generaron en una buena parte de la población, lo que se sumó al silencio que la coalición “multicolor” mantuvo sobre esto. Esto podría haber tenido impactos sobre el “clima de opinión”, que hoy resulta difícil estimar. Al mismo tiempo, las afirmaciones emanadas del Centro Militar, en clara actitud confrontativa, más propia de los años de la Guerra Fría que de la época actual, fueron leídas en clave complementaria con el mensaje de Manini. Pero eso, ¿cómo pesó?

La paradoja de esta elección, caracterizada por la contienda entre dos candidatos (o fórmulas), es que los liderazgos, en última instancia, pesaron poco en la creación de los climas emocionales que dominaron la campaña. El FA había elegido el mensaje de que “dos modelos de país” se confrontaban, y fue tremendamente exitoso en eso. La oposición había optado por “el cambio” (y, bajo cuerda, por el “se van”) y también fue exitosa en su mensaje. Los candidatos apenas simbolizaban estas perspectivas más amplias, más dramáticas, más políticas. Tómese nota para un análisis simplista de los balotajes como contienda de gladiadores en la arena. Tiene que ver con cualquier cosa menos con eso.

Sólo muy pocos compartirían un armado de gobierno que les dé a ex militares la posibilidad de colonización de áreas enteras de la política social, que hoy son regidas, justamente, por la agenda de derechos.

Lo que parece claro que triunfó en este último mes no es precisamente “la esperanza”, sino el miedo. El miedo a un gobierno de derecha, ya no conocido (como las viejas coaliciones entre blancos y colorados), sino parcialmente desconocido (por la inclusión de partidos de extrema derecha), despertó una gran ansiedad en muchos electores. El clivaje izquierda-derecha parece haber sido reemplazado por uno muy anterior, respecto del cual los uruguayos guardan una memoria de luto: el clivaje civiles-militares. La democracia fue el gran aglutinador y el consenso debajo de toda la contienda. Todos salimos a defender la democracia.

Y todos festejamos que en una elección tan reñida, y cuyos resultados aún no se conocen, la democracia esté indemne. Viendo los anuncios de fraude realizados a lo largo y a lo ancho del continente, es una gran cosa que nadie dude del funcionamiento de las democracias, los partidos y la Corte Electoral.

Más allá del desenlace final, la coalición deberá tomar nota de que la defensa de los derechos humanos y la agenda de derechos aún constituyen el núcleo duro de una política posible en la escala de la democracia uruguaya. Y sólo muy pocos compartirían un armado de gobierno que les dé a ex militares la posibilidad de colonización de áreas enteras de la política social, que hoy son regidas, justamente, por la agenda de derechos.

Para el FA, una enorme lección. El despliegue de miles y miles de simpatizantes comunes que sintieron que debían esforzarse por conquistar los votos que el FA no tenía habla bien de la fuerza cultural de la izquierda, más allá de sus organizaciones. Si el voto a voto triunfó fue porque el FA abrió una puerta para que militantes no orgánicos, nucleados en torno a sus preferencias (músicos, abogados, trabajadores de la salud, deportistas), y no a una estructura, pudieran ser los protagonistas de su propio destino.

Si esto fuera así, el desafío del FA para los próximos años será transformar toda esa movilización en organización (de otro tipo) y canalizar toda esa energía que se puso a disposición para la política y que defenderá los derechos conquistados. El FA mostró que tiene músculo para la resistencia y la esperanza, un músculo que no parece hoy haberse debilitado tanto en los años en que bases y partido estuvieron defendiendo al gobierno. Si esto fuera así, larga vida al FA y a las izquierdas que acudieron en su ayuda.

26
Nov
19

Uruguay, nuevo gobierno donde mandan los neonaZis

Alegato

Las palabras buscan ubicación. Cuando se viene a la vida se presentan concisas, expresan el primer sentimiento, el más puro, el que tiene ausencia de rigidez, el más lleno de ternura y como la melodía más dulce, nombra a la madre…

escribe: Ismael Blanco / analista

Empieza con un arranque en «em», largo, con tembleque, como un motor que puja por arrancar y que dándose maña, poniendo a prueba los primeros instintos de supervivencia, junta fuerza como demostrando que el coraje se cultiva pero también viene desde el vientre y ahí nomás se le pega la primer vocal: la «a» de amor…

Después vendrán maestras y otros estímulos con sus pautas, reglas, criterios y lo que eran monosílabos se convierten en multitudes de estrofas, historias, cuentos, metáforas llenas de imágenes con parábolas, símbolos y moralejas, en un proceso maravilloso, emprendiendo así un viaje por un universo cuyo único límite será nuestra propia existencia.

No suele advertirse, porque se lo da como natural, que cuando las palabras se ordenan en lenguaje, hallamos la libertad, probablemente la única, la más auténtica, la que vivirá en nosotros protegida por nuestra carne, por nuestras tripas, por nuestros huesos y sobre todo por nuestro corazón. Las palabras se vuelven pensamiento y serán incoercibles y se convertirán en un bastión irreductible de nuestra esencia y nuestra libertad, estará a salvaguarda de todo, salvo, de nuestra propia traición.

El mundo de las palabras empieza por la suma y luego se multiplica como una revolución probada, sublime y única. Una «Comuna» pero sin derrota, un «Octubre» a prueba de resecamiento.

Las palabras me sirven para decir «Uruguay», un país con forma de corazón que late en el sur. Uruguay, una tierra cuyos habitantes poseen fama histórica de indómitos e ingobernables para los dictadores en períodos de infortunio. También la tierra de Artigas, un general desterrado, vencido y traicionado que sobre sus ideales se construyó una patria.

Uruguay, una tierra donde se cimentaron los derechos y las libertades para los débiles entre José Batlle y Ordóñez y Saravia. Uruguay, donde la dignidad se grabó para siempre en Paso Morlán batiéndose la ropa Paco Espínola y Basilio Muñoz junto a los colorados batllistas del general Martínez frente a la dictadura de Gabriel Terra y Luis Alberto de Herrera.

Uruguay de los mártires como Baltasar Brum, un presidente que se pegó un tiro convencido que una dictadura por su acción duraría menos; el de Julio César Grauert asesinado por los golpistas en el 33; de Wilson Ferreira y su reforma agraria.

El Uruguay de la resistencia al fascismo cívico militar, con su Convergencia Democrática y su Concertación. El Uruguay con su Central Única de Trabajadores. El Uruguay de Seregni, Zelmar, Arismendi, Quijano, Carnelli, Bonavita, Juan Pablo Terra, Cardoso, Héctor Rodríguez y tantos más reconocidos y anónimos.

El Uruguay, la tierra en la que -aunque se lo quiera negar- cualquier ciudadano goza de plenas libertades; que es libre de expresarse como le plazca y dice lo que piensa y se manifiesta por lo que entienda deba hacerlo. El Uruguay reconocido por sus artes y sus letras, con su Delmira y su Juana, con Benedetti y Galeano; el de Figari y Fabini, el de Viglietti y Zitarrosa. El Uruguay con su civismo laico con respeto absoluto a todas las formas religiosas, culturales y de ideas.

El Uruguay, el país que llevó a los niveles más bajos de su historia la mortalidad infantil; el que operó a 90.000 personas devolviéndoles la vista que habían perdido para siempre; el que alfabetizó digitalmente haciendo que los niños y los jóvenes que viven en su tierra tuvieran acceso a una computadora sin distinción de clase alguna; el de los hospitales y la salud pública digna y de calidad; el de las maestras con vocación «vareliana»; el de los consejos de salarios de Amézaga; el de la obra pública y el pionero de la seguridad social.

Todo eso es Uruguay.

Quien escribe esto no lo hace desde la tranquilidad de haber nacido y crecido en la comodidad o en el confort. Soy hijo de trabajadores. Bisnieto de inmigrantes, italianos y aragoneses, zapateros y campesinos. No vengo de clase acomodada alguna. Lo que he logrado lo he hecho con esfuerzo y tesón sobre todo esto último.

Por estos días se cumplirá un nuevo año de la pérdida de mi hermano menor; se me cayó en plena juventud el mundo por el que había soñado y por el que desde retoño luchaba por él. Perdí la elección que nunca quise perder pues sentí que se perdía no una consulta, si no el alma, como fue el «voto verde» aquel 16 de abril de 1989. Y aquí estoy y hablo por mí pero más y créanme que mucho más por los que tienen menos en mi patria.

Yo estoy preparado si la derecha viene y pretende arrasar con las conquistas restauradas todos estos años, digo bien, restauradas porque es cierto que el Frente Amplio no hizo otra cosa que reivindicar el Uruguay que construyeron nuestros antepasados, ni más ni menos que eso. Le devolvimos el espíritu y la dignidad a la gente. Basta ver el pasado gris de los 90.

Sin embargo debo reconocer que parecería que el vocablo -que en este caso es un concepto hegemónico profundo- es «el cambio», nos dicen una y mil veces «hay que cambiar», parecería ser esta la consigna, sin analizar que quienes lo dicen ya han actuado en la política nacional. Aún así, el pueblo no es culpable, porque el pueblo nunca es el problema, el pueblo siempre es la solución.

En esta prosa mezcla de alegato y narración, digo que sigo pensando que a pesar de errores, en algunos casos imperdonables, a pesar de oportunistas que tendrán que rendirle cuenta a la historia, yo me quedo -y lo digo con mi máxima convicción- con el Uruguay que sigue latiendo, porque lo hace sobre los huesos de Chavez Sosa; Fernando Miranda; el maestro Julio Castro; Ricardo Blanco y Eduardo Bleier.

Por ellos sé que nada es demasiado.

25
Nov
19

Contra el poder mediático, la prensa, lasa radios y ahora, las encuestadoras; fueron todos los grandes perdedoras del balotaje del domingo 24.

Los blancos no pudieron festejar, final cabeza a cabeza, 28mil votos a favor del oligarca Lacalle y faltan escrutar 35mil observados.

HAY SOLO 1 PUNTO DE DIFERENCIA: La cara de desconcierto con que aparecieron algunos de los referentes de las encuestadoras en los canales fue la señal más clara de que algo no andaba bien para ellos.

escribe: Gustavo Carabajal

El 24 de noviembre quedará en la historia por varias razones. Primero, por el resultado del histórico balotaje que acabó sellando un empate técnico entre Daniel Martínez y Lacalle Pou. Luego, por la impresionante remontada del Frente Amplio, aupado por su militancia, que nunca dio por perdida la batalla. Y por último, por un nuevo y reiterado fracaso de las encuestas.

Porque si bien el domingo terminó sin ganadores, nadie duda que las grandes perdedoras fueron las encuestadoras.

Todas habían cerrado la semana augurando un rotundo triunfo de Luis Lacalle Pou. Tanto es así, que la dirigencia blanca preparó una enorme fiesta para celebrar con su gente, y terminó viviendo con angustia las peores horas de toda la campaña.

Los 8 puntos de ventaja que había anunciado Factum quedaron muy lejos de la realidad. Al igual que los 7 puntos de Opción y de Cifra; o los 6 puntos de Equipos Consultores.

La cara de desconcierto con que aparecieron algunos de sus referentes en los canales fue la señal más clara de que algo no andaba bien para ellos en el balotaje.

Les costaba explicar lo que había pasado. ¿Cómo el Frente Amplio había logrado, en tan pocos días, revertir una diferencia que parecía inalcanzable?

Si bien el video de Manini Ríos puede haber influido en alguna medida en una fuga de votos de última hora, no da para provocar la estampida de adhesiones que recibió Martínez

Solo queda pensar que se equivocaron las encuestas. Que otra vez plantearon un escenario que no ocurrió, que no tomaron en cuenta el trabajo que el FA realizó en las últimas semanas buscando el voto a voto de los simpatizantes de otros partidos.

Lo dijo Óscar Andrade hace unos días en una entrevista con LA REPÚBLICA: las encuestadoras no están teniendo en cuenta la gente que cambiará su voto a última hora. Los que fueron persuadidos por la dirigencia y la militancia que salió a barrer el país buscando el «voto a voto».

Esta dificultad no solo las hizo fallar y dar un pronóstico equivocado (si damos por cierta la teoría de Andrade); sino también perjudicar al Frente Amplio, porque muchos deciden a última hora «votar al ganador», influidos por el efecto de las encuestas, y pueden haberse inclinado por Lacalle Pou.

Ahora podrán decir en su defensa que Manini Ríos y su video terminaron cambiando el escenario a última hora. O que hay mucha gente que decide el último día. Pero, definitivamente, les será difícil explicar que el Frente Amplio haya podido dar vuelta la historia en solo 72 horas.

El diario del lunes dirá que el resultado del balotaje sigue abierto. Que si bien es muy difícil que Daniel Martínez logre los casi 29 mil votos que necesita para ganar, ya es imposible que pierda por la diferencia que adelantaban las encuestas.

Otra vez fallaron. Como lo hicieron en 2014, o en algunos casos puntuales de las pasadas internas. Como cuando anunciaban un cabeza a cabeza entre Talvi y Sanguinetti, y terminó siendo un triunfo por más de 20 puntos en favor del economista.

Al igual que en Argentina hace unos meses, también en Uruguay los pronósticos fueron equivocados. Algo tendrán que cambiar para mantener un negocio que se está haciendo añicos, y que cada día pone más en duda su credibilidad.

22
Nov
19

Luis, ¿nada de esto fue un error?…

escribe: Enrique Ortega Salinas

Aliado a Manini oficial de la dictadura del goyo, junto al secuestrador y asesino del químico chileno Berríos (Militar Radaelli) y al acosador del penal de Libertad (militar Romanelli) Junto al carozo Sodano, un desaforado machista anti-derechos y a reconocidos autoproclamados neoNazis … ¿cómo saldrá ésta salsa agridulce? …

UN EMBUSTERO, UN IGNORANTE o AMBAS COSAS ?

¿Fue un error haber dicho en el debate que solo 27% de los niños y 8,8% de las embarazadas están correctamente atendidos por ASSE y preguntar si “esa es la igualdad que pregonan”? Porque la verdad es que 71,4% de las embarazadas comienza a recibir atención médica pertinente en el primer trimestre, que va desde la concepción hasta la semana 12. El 23,5% de las embarazadas es captado en el segundo trimestre, que comienza en la semana 13, y tan solo 3% llega al tercer trimestre sin haber recibido atención médica, según el Departamento de Estadísticas Vitales del MSP. Por otra parte, tal como señala Óscar Andrade, con estadísticas de ASSE, tenemos “90,37% de embarazadas bien controladas, 95,96% de embarazadas con pruebas de VIH y HPV realizadas y 0% de mortalidad materna”. En cuanto a los niños, 40% (no el 27%) tiene el control de desarrollo completo y al día.

¿Fue un error haberte quejado ante Gabriel Pereyra del aumento de la mortalidad infantil cuando estaba en una baja histórica?

¿Fue un error manifestar en un discurso tu preocupación por los niños que viven en la calle cuando no hay ni uno solo y, en todo caso, si vieras a alguno e hicieras una llamada al Mides (que tanto desprecias), en pocos minutos se solucionaría la situación? Dime dónde están y yo mismo me encargo.

¿Fue un error decir que las calificadoras de riesgo nos mantienen el grado inversor gracias al pedido que ustedes han hecho? ¿Fue un error de Arbeleche decir que no lo dijo cuando quedó grabada? ¿Fue un error demandar a Murro por defender la imagen del país en la página web del gobierno desmontando la mentira de tu candidata a ministra de Economía, todo lo cual terminó con la Justicia dando la razón al mismo?

¿Fue un error aliarse con Manini Ríos aceptando entre sus allegados a Eduardo Radaelli (secuestrador y asesino del chileno Eugenio Berríos) y a su asesor de seguridad, Antonio Romanelli, acusado por 41 ex presos políticos por su “saña y antisemitismo” contra presos en el Penal de Libertad durante la dictadura y por “ensañarse con las personas adultas mayores, con problemas psicológicos y, fundamentalmente, con la gente de la comunidad judía? ¿Fue un error aceptarlo de socio político cuando tenía en sus filas a un dirigente que convocaba a integrarse a un escuadrón de la muerte? ¿Fue un error de la esposa de Manini decir que si gana el Frente, no es seguro que tengamos elecciones democráticas en cinco años?

¿Fue un error que Graciela Bianchi insultar a nuestros estudiantes y al Plan Ceibal, elogiado en el mundo, tildándolos de “idiotas informáticos”? ¿Fue un error decir que las tablets para los jubilados terminarían usándose para picar carne?

¿Fue un error decir que el hijo de Astori era gerente del Antel Arena y su hija, dueña del museo adquirido por el MEC? ¿Fue un error acusar en el debate por los negocios con Venezuela cuando la Justicia archivó la causa?

¿Fue un error decir “el gobierno no gasta mucho; gasta mal”? Porque, según el BID, Uruguay es uno de los países de América Latina que menos malgasta y su gasto público lo traduce en bienestar social.

¿Fue un error hacer esto mientras se quejaban de ataques y campaña sucia?

¿Fue un error de Talvi decir en octubre que no lo representas y luego, finalizadas las internas, afirmar lo contrario?

¿Fue un error echar en cara el 9,2% de desocupación cuando ustedes nos entregaron un país con un porcentaje mucho más alto y un millón de pobres?

¿Fue un error perder la paciencia en el debate y calentarte porque no lograste sacar de las casillas a Daniel usando una vieja estrategia aristotélica?

¿Fue un error que el Partido Nacional protegiera siete veces al intendente de Colonia de un juicio político por cambiar cargos por sexo? ¿Fue un error mantener a Agustín Bascou como intendente pese a que hacía que la intendencia de Soriano comprara combustible en sus propias estaciones de servicio? ¿Fue un error el nepotismo practicado por Adriana Peña, en la Intendencia de Lavalleja, sin que el Partido Nacional le hiciera la menor observación? ¿Fue un error del intendente de Artigas realizar 16 licitaciones viciadas?

¿Fue un error de tu parte haber faltado al 33% de las sesiones de las comisiones del Poder Legislativo que integrabas?

¿Fue un error criticar a Raúl Sendic por el título de licenciado que no tenía, pero defender a los senadores Javier García y Verónica Alonso cuando él se hacía presentar como pediatra y ella como licenciada en Estudios Internacionales y en ambos casos era mentira?

¿Fue un error condenar violaciones de los derechos humanos en Venezuela y callar ante las violaciones de los mismos en Chile, Colombia, Paraguay, Arabia Saudita y cualquier otro país aliado a Estados Unidos? ¿Fue un error celebrar los triunfos de Piñera, Bolsonaro y Macri? ¿Fue un error dejar que Manini celebrara el golpe de Estado en Bolivia mientras tú mantienes un silencio cómplice?

¿Fue un error manifestarte en contra del incremento del salario real para los trabajadores o haberte manifestado en contra de la ley de 8 horas para los trabajadores rurales? Si lo olvidaste, te mando los videos.

¿Fue un error de los partidos tradicionales no haber regulado en casi 190 años el trabajo de las empleadas domésticas?

¿Fue un error negar el voto a los ciudadanos en el extranjero y aceptar como candidato en las internas a Sartori, que jamás votó en Uruguay? ¿Fue un error votar en contra de la ley de interrupción voluntaria del embarazo, gracias a la cual han dejado de morir centenares de uruguayas? ¿Fue un error votar en contra del matrimonio igualitario cuando entre tus simpatizantes está Sergio Puglia?

¿Fue un error criticar en el debate el aumento de las rapiñas cuando durante el último gobierno blanco tampoco pudieron evitar su aumento? ¿Fue un error elogiar a Gustavo Leal como un gran funcionario del Ministerio del Interior y comenzar a demonizarlo apenas sonó como futuro ministro?

¿Fue un error criticar al Frente por, supuestamente, impedirle a Graciela aceptar entrevistas, cuando tú has prohibido a todos tus asesores hacerlo y no aceptan un debate con los nuestros? ¿Fue un error no salir al cruce a las expresiones xenófobas de Manini Ríos y Edgardo Novick?

Te diré lo que no fue un error: tu equipo de marketing. Es excelente.

Luego de las elecciones los voy a contratar para que den una conferencia a los frenteamplistas y expliquen el arte de mostrar como un fracaso un gobierno que va para 15 años de crecimiento consecutivo y es modelo a nivel mundial en casi todos los parámetros; pero, sobre todo, cómo lograr que miles de trabajadores lleguen a votar a quienes toda la vida beneficiaron a los poderosos e hicieron pagar las crisis a los más humildes, bajo la premisa de que la mejor manera de ayudar a los pobres es no ayudarlos.

Café en el desierto y helados en el Polo; todo se puede vender; solo es cuestión de hacer una buena presentación.

Mientras escribo esto, frente a la ventana de la cafetería, acaba de pasar un chanchito con un cartel pidiendo el voto para Cattivelli.

22
Nov
19

Los neo-nazis en Uruguay

Foto principal del artículo 'Frankenstein: la creación multicolor'

Frankenstein: la creación multicolor

escribe: Raúl Olivera // DDHH del PIT-CNT

Con retazos del herrerismo restaurador de derecha, con neo-nazis apuntalando a Lacalle Pou, más Talvi el hombre del FMI y Mieres junto a Novick con porcentajes nominales, se conformo el monstruo multicolor.

Frankenstein es un personaje de ficción creado a partir de la unión de partes de diferentes cuerpos humanos, que durante un experimento adquiere vida. Este personaje llegó a inspirar posteriores creaciones en novelas, series televisivas y películas.

Seguramente su creadora en 1816, la novelista Mary Shelley, nunca soñó que 303 años después también inspiraría la creación de una coalición política.

Pero a diferencia de aquel Frankenstein, los creadores de esta obra multicolor del siglo XXI se han esmerado para que no tenga, en su apariencia exterior, la monstruosidad del personaje original. No debe asustar. Todo lo contrario, debe estar cuidadosamente maquillado, presentable, “producido”, como dicen los jóvenes. Resumiendo, debe ser para “vivir sin miedo”.

Otros, en estos días, desde tiendas que bregan por continuar al frente del Poder Ejecutivo, se esfuerzan en sacarle el maquillaje a algunas partes de este Frankenstein. Nosotros intentaremos hacerlo sobre uno de sus aspectos, que extrañamente no ha estado en el debate pero que creemos que es importante visualizar.

Debo reconocer que eso presenta algunas dificultades, principalmente por el habilidoso zurcido invisible que reemplazó los costurones del personaje de Shelley.

Esta suerte de cirugía restauradora que pretendemos hacer pone especial atención en un aspecto esencial para la vida democrática: la llamada “agenda de derechos”. También es parte de la imperiosa necesidad que debemos tener los ciudadanos de contar con aquellos elementos que nos permitan definir de la mejor manera posible nuestras opciones electorales.

No es ninguna exageración hacer notar que lo que importó para la construcción de esta suerte de Frankenstein electoral es la estética a partir de la cual se disimulan u ocultan los costurones de lo que se presenta a los ciudadanos como la hoja de ruta que recorrerán los que pretenden gobernarnos durante los próximos cinco años. Julio María Sanguinetti no tuvo inconvenientes en confesarlo el 7 de noviembre en el programa En Perspectiva: “No era tan sencillo imaginarlo porque hay posiciones bastante encontradas, hasta estéticamente”.

¿Cuál es el problema estético?

Que Pablo Mieres opinaba sobre Guido Manini Rios no hace muchos días: “[el presidente Tabaré Vázquez] ni siquiera lo castigó, que debió haberlo hecho, lo digo con total convicción, cuando después de que lo relevan por aquella tremenda carta de ataque al Poder Judicial, porque el Poder Judicial actuó contra los represores, contra los torturadores durante la dictadura, una especie de defensa de aquello […] integrar una coalición con Cabildo Abierto es muy difícil […] Cabildo Abierto es la derecha”.

Defender a los torturadores y a la dictadura es apenas un problema de estética, que se resuelve amagando con no salir en la foto y finalmente saliendo.

No es ninguna exageración hacer notar que lo que importó para la construcción de esta suerte de Frankenstein electoral es la estética a partir de la cual se disimulan u ocultan los costurones de lo que se presenta a los ciudadanos como la hoja de ruta que recorrerán los que pretenden gobernarnos durante los próximos cinco años.

Días antes de la primera vuelta electoral, todos los candidatos, convocados por la organización que nuclea a familiares de desaparecidos, debieron pronunciarse por un aspecto puntual de la agenda de derechos: la búsqueda de los restos de los detenidos desaparecidos. Entre ellos, la principal figura del partido colorado, Ernesto Talvi.

Este, al igual que los otros precandidatos, se habría comprometido a no abandonar esa búsqueda. No sabemos si en esa reunión se les pidió a los candidatos un compromiso en otro aspecto fundamental de la agenda de derechos: llevar adelante una política de persecución criminal a los violadores de los derechos humanos en el llamado “pasado reciente”.

Sin embargo, a la salida de esa reunión, Talvi debió responder a una oportuna pregunta de un periodista sobre el tema de la Justicia. El candidato colorado respondió que eso se haría en el marco de la ley de caducidad, que es una norma que fue ratificada por la ciudadanía en dos oportunidades. Y para que no quedara ninguna duda de que la impunidad es lo que se promete, aclaró que el hallazgo de los restos de los desaparecidos no debía tener efectos generales, sino particulares para los familiares.

¿Cuáles son los efectos generales que Talvi no quiere que genere el hallazgo de restos de un desaparecido?

Los que puede y debe sacar el sistema judicial desde el punto de vista de las responsabilidades penales.

Seguramente por un problema de estética, esto no es lo que se dice en el punto 10 del acuerdo multicolor referido a la agenda de derechos. Se dice, por un lado, que se mantendrán las leyes que han sido votadas en los últimos años en beneficio de grupos que han sido históricamente perjudicados por su género, por su origen étnico o por su orientación sexual, pero nada se dice de las leyes que se han votado para encarar los efectos de la aplicación del terrorismo de Estado y así cumplir con las obligaciones internacionales a las que está obligado el Estado uruguayo.

Finalmente establecen el compromiso con la verdad sobre los desaparecidos. Dicen que se servirán de todos los instrumentos jurídicos disponibles para avanzar en esta búsqueda. Más allá de que sobre este tema no hay que hablar de compromiso, sino de obligación, uno de los instrumentos legales es la sentencia de la Corte Interamericana de Derechos Humanos en el caso Gelman, que justamente obliga al Estado uruguayo a algo más que a la búsqueda de los restos de los desaparecidos: indica la necesidad de establecer responsabilidades penales.

El 9 de octubre, el inefable Mieres declaraba en Radio Uruguay que si el Partido Independiente votaba mal en la primera vuelta, “el cambio se puede ir para la derecha y ser un cambio conservador”. No le fue bien, por lo que optó finalmente por rumbear hacia allí.

Raúl Olivera Alfaro es integrante de la Secretaría de Derechos Humanos y Políticas Sociales del PIT-CNT y coordinador ejecutivo del Observatorio Luz Ibarburu.

20
Nov
19

balotaje en Uruguay …

La primavera de las urnas y las banderas del pueblo …

Este país ha conseguido abatir la pobreza en tasas sustanciales y ha logrado distribuir la riqueza mejor que en el resto de América Latina, aunque han subsistido bolsones de miseria en zonas específicas del oeste de Montevideo y en pequeños poblados del Interior profundo.

escribe: Nicolás Ariel Herrera / Licenciado en Sociología, UdelaR

La educación media y superior ha conseguido llegar a departamentos claves del centro, norte y noroeste del país y la salud pública ofrece acceso, incluso a especialidades avanzadas, a los sectores medios y bajos de la población.

La enseñanza y la salud son gratuitas a todos los niveles. Es el país más igualitario del continente y ha tenido un crecimiento sostenido de su economía, con un desempleo de un dígito.

Una consistente movilidad ascendente ha permitido salir de la pobreza a nuevos segmentos de la ya gruesa clase media uruguaya, incorporando nuevos contingentes al consumo y a los beneficios de la vida en sociedad.

Estas transiciones muestran una clase media segmentada y compartimentada, todavía con estratos en riesgo permanente de caída. Además de los «recién llegados», quedaron sedimentos de una vieja clase media en decadencia y, a todos los niveles, se notan los estragos que producen en el empleo los cambios tecnológicos y el empuje de nuevos grupos sociales en transición desde la pobreza.

En todo el Interior, se percibe el descenso estructural de la vieja clase media rural, víctima de los cambios técnicos, de las grandes superficies de campos extranjerizados y los nuevos cultivos depredadores que destruyen la tierra y envenenan los ríos.

La pobreza, siempre al acecho, tiene un núcleo duro y se puede contemplar en zonas marginales de la capital del país y en pequeños rancheríos de campaña. En una nación que progresó visiblemente en los últimos doce años, con crecimiento consistente del PBI y aumento del poder adquisitivo de los salarios, la economía del país logró la autosuficiencia energética y una incipiente corriente de diversificación de los mercados.

Una parte de los avances deberá acreditarse al progreso técnico y científico de los tiempos, y otra a la acumulación de conquistas culturales que son patrimonio de la sociedad en su conjunto.

Pero los últimos gobiernos han sido activos conductores de las políticas sociales que lograron superar parte de las barreras de la desigualdad. Cumplidos tres ejercicios al frente del Poder Ejecutivo y la administración pública, y ello a pesar de los logros ya referidos.

El partido de gobierno ofreció flancos que debilitaron sus resultados. Por una parte, dirigentes que no soportaron dejar la «oposición» para pasar al «oficialismo», el temido trauma de pasar de las ideas y proyectos al impacto de la realidad dura y pura, en un pequeño país del tercer mundo; por otra, la rémora de la burocracia estatal y, no menos que todo esto, la invasión de nuevos conversos, trepadores de última hora, adoradores de los cargos, los títulos y el dinero.

Por la contraparte, la alianza de los grupos de poder, grandes empresarios, terratenientes y banqueros, en coalición con los propietarios de medios de comunicación masivos (radios, tevé, diarios), apuntalados desde el parlamento por los llamados «partidos de oposición».

Hubo también errores, improvisaciones y malas decisiones. Así fue como quedaron grandes «grietas en el muro». Como la enseñanza, los «discos duros» de la pobreza, las «ayudas», subvenciones, o beneficios sociales sin supervisiones y los titubeos y vacilaciones frente al delito rampante, cuya víctima preferente han sido los débiles y desprotegidos.

Construcción social igualitaria y democrática

Las vacilaciones, los errores y las contramarchas no invalidan un proyecto de país y mucho menos una construcción social igualitaria y democrática.

Una democracia con gremios autónomos y Consejos de Salarios, con libertades plenas y partidos políticos en competencia, todavía en transición hacia formas más plenas de participación y empoderamiento de la ciudadanía, con fallas y retrocesos, es un modelo para las repúblicas hermanas y nadie querría caer en la ingenuidad de poner en riesgo semejantes libertades y derechos.

América Latina la diversa, la violenta, la mestiza, territorio de dictadores sanguinarios y campo de prueba de la expansión norteamericana cada vez más desembozada, se debate hoy en una lucha fratricida a la que no son ajenas las grandes potencias. Se pretende forzar las conquistas obreras, los derechos de las mujeres, la enseñanza laica y gratuita y la salud para todos, repartir las empresas públicas y filtrar los accesos a la enseñanza superior.

¿Cómo defender los derechos? Con la gente. Con las urnas. Y si no, en la calle.

Pero las grandes causas se logran con unidad y por encima de banderas.

Wilson Ferreira, saliendo de la cárcel y viendo entre la multitud ondear banderas que no eran nacionalistas, dijo:

«no son de nuestra colectividad, pero junto a las nuestras ondearon, desde el golpe hasta hoy, cada vez que hubo que enfrentar a la dictadura». «Al lado de las nuestras estuvieron apoyando la maravillosa huelga general con que el pueblo uruguayo recibió el golpe de Estado.»

19
Nov
19

balotaje en Uruguay …

Áreas

Partido Nacional junto a neo-nazis, acosadores de presos políticos, misóginos y anti-derechos … <tuti cuanti padrino> …

Frankenstein: la creación multicolor

escribe: Raúl Olivera alfaro

Frankenstein es un personaje de ficción creado a partir de la unión de partes de diferentes cuerpos humanos, que durante un experimento adquiere vida. Este personaje llegó a inspirar posteriores creaciones en novelas, series televisivas y películas.

Seguramente su creadora en 1816, la novelista Mary Shelley, nunca soñó que 303 años después también inspiraría la creación de una coalición política.

Pero a diferencia de aquel Frankenstein, los creadores de esta obra multicolor del siglo XXI se han esmerado para que no tenga, en su apariencia exterior, la monstruosidad del personaje original. No debe asustar. Todo lo contrario, debe estar cuidadosamente maquillado, presentable, “producido”, como dicen los jóvenes. Resumiendo, debe ser para “vivir sin miedo”.

Otros, en estos días, desde tiendas que bregan por continuar al frente del Poder Ejecutivo, se esfuerzan en sacarle el maquillaje a algunas partes de este Frankenstein. Nosotros intentaremos hacerlo sobre uno de sus aspectos, que extrañamente no ha estado en el debate pero que creemos que es importante visualizar.

Debo reconocer que eso presenta algunas dificultades, principalmente por el habilidoso zurcido invisible que reemplazó los costurones del personaje de Shelley.

Esta suerte de cirugía restauradora que pretendemos hacer pone especial atención en un aspecto esencial para la vida democrática: la llamada “agenda de derechos”. También es parte de la imperiosa necesidad que debemos tener los ciudadanos de contar con aquellos elementos que nos permitan definir de la mejor manera posible nuestras opciones electorales.

No es ninguna exageración hacer notar que lo que importó para la construcción de esta suerte de Frankenstein electoral es la estética a partir de la cual se disimulan u ocultan los costurones de lo que se presenta a los ciudadanos como la hoja de ruta que recorrerán los que pretenden gobernarnos durante los próximos cinco años. Julio María Sanguinetti no tuvo inconvenientes en confesarlo el 7 de noviembre en el programa En Perspectiva: “No era tan sencillo imaginarlo porque hay posiciones bastante encontradas, hasta estéticamente”.

¿Cuál es el problema estético?

Que Pablo Mieres opinaba sobre Guido Manini Rios no hace muchos días: “[el presidente Tabaré Vázquez] ni siquiera lo castigó, que debió haberlo hecho, lo digo con total convicción, cuando después de que lo relevan por aquella tremenda carta de ataque al Poder Judicial, porque el Poder Judicial actuó contra los represores, contra los torturadores durante la dictadura, una especie de defensa de aquello […] integrar una coalición con Cabildo Abierto es muy difícil […] Cabildo Abierto es la derecha”.

Defender a los torturadores y a la dictadura es apenas un problema de estética, que se resuelve amagando con no salir en la foto y finalmente saliendo.

No es ninguna exageración hacer notar que lo que importó para la construcción de esta suerte de Frankenstein electoral es la estética a partir de la cual se disimulan u ocultan los costurones de lo que se presenta a los ciudadanos como la hoja de ruta que recorrerán los que pretenden gobernarnos durante los próximos cinco años.

Días antes de la primera vuelta electoral, todos los candidatos, convocados por la organización que nuclea a familiares de desaparecidos, debieron pronunciarse por un aspecto puntual de la agenda de derechos: la búsqueda de los restos de los detenidos desaparecidos. Entre ellos, la principal figura del partido colorado, Ernesto Talvi.

Este, al igual que los otros precandidatos, se habría comprometido a no abandonar esa búsqueda. No sabemos si en esa reunión se les pidió a los candidatos un compromiso en otro aspecto fundamental de la agenda de derechos: llevar adelante una política de persecución criminal a los violadores de los derechos humanos en el llamado “pasado reciente”.

Sin embargo, a la salida de esa reunión, Talvi debió responder a una oportuna pregunta de un periodista sobre el tema de la Justicia. El candidato colorado respondió que eso se haría en el marco de la ley de caducidad, que es una norma que fue ratificada por la ciudadanía en dos oportunidades. Y para que no quedara ninguna duda de que la impunidad es lo que se promete, aclaró que el hallazgo de los restos de los desaparecidos no debía tener efectos generales, sino particulares para los familiares.

¿Cuáles son los efectos generales que Talvi no quiere que genere el hallazgo de restos de un desaparecido?

Los que puede y debe sacar el sistema judicial desde el punto de vista de las responsabilidades penales.

Seguramente por un problema de estética, esto no es lo que se dice en el punto 10 del acuerdo multicolor referido a la agenda de derechos. Se dice, por un lado, que se mantendrán las leyes que han sido votadas en los últimos años en beneficio de grupos que han sido históricamente perjudicados por su género, por su origen étnico o por su orientación sexual, pero nada se dice de las leyes que se han votado para encarar los efectos de la aplicación del terrorismo de Estado y así cumplir con las obligaciones internacionales a las que está obligado el Estado uruguayo.

Finalmente establecen el compromiso con la verdad sobre los desaparecidos. Dicen que se servirán de todos los instrumentos jurídicos disponibles para avanzar en esta búsqueda. Más allá de que sobre este tema no hay que hablar de compromiso, sino de obligación, uno de los instrumentos legales es la sentencia de la Corte Interamericana de Derechos Humanos en el caso Gelman, que justamente obliga al Estado uruguayo a algo más que a la búsqueda de los restos de los desaparecidos: indica la necesidad de establecer responsabilidades penales.

El 9 de octubre, el inefable Mieres declaraba en Radio Uruguay que si el Partido Independiente votaba mal en la primera vuelta, “el cambio se puede ir para la derecha y ser un cambio conservador”. No le fue bien, por lo que optó finalmente por rumbear hacia allí.

Raúl Olivera Alfaro es integrante de la Secretaría de Derechos Humanos y Políticas Sociales del PIT-CNT y coordinador ejecutivo del Observatorio Luz Ibarburu.

17
Nov
19

EL FASCISMO en Bolivia NO descansa …

Inmoral golpe de Estado en Bolivia

El inmoral golpe de Estado perpetrado contra el presidente de Bolivia Evo Morales por una coalición integrada por la derecha más recalcitrante, la Policía y las Fuerzas Armadas, retrotrae al continente a los tiempos pretéritos de los cuartelazos, en la época de la hoy descongelada Guerra Fría.

escribe: Hugo Acevedo, Analista

El impactante acontecimiento se inscribe en la cruda ofensiva iniciada en la región contra las fuerzas progresistas, que tuvo sus puntos culminantes en la conspiración de impronta imperialista contra la Venezuela bolivariana y, en Brasil, con la destitución –mediante un camuflado Golpe de Estado – de la presidenta Dilma Rousseff y la prisión ilegal del ex presidente Luiz Inácio «Lula» da Silva.

Esa repugnante patraña permitió al gobierno ilegal de Michel Temer aplicar medidas de corte conservador pro-mercado, que arrasaron con los derechos de millones de brasileños y la ulterior elección del fascista Jair Bolsonaro.

La remoción del presidente socialista Evo Morales fue la culminación de una escalada de violencia encabezada por los sectores más reaccionarios de la sociedad boliviana, luego de conocerse el resultado de las elecciones que consagraron el triunfo del líder indigenista para un cuarto mandato consecutivo.

El desenlace electoral colmó evidentemente la paciencia de la oligarquía del país del Antiplano, que -apoyada entre bambalinas por el poder unipolar- cuestionó los resultados y acusó al gobierno de fraude.

En ese marco, el propio Jefe de Estado aceptó una auditoría de la Organización de Estados Americanos destinada a legitimar o bien recomendar la celebración de nuevos comicios.

Por supuesto, es bien sabido que la OEA, una organización creada por Estados Unidos para su gusto y paladar y que siempre fue funcional a sus intereses hegemónicos, no es ciertamente para nada confiable.

Para corroborar esta afirmación, que es incuestionable, basta recordar la expulsión de la Cuba revolucionaria concretada el 31 de enero de 1962, la prescindencia ante varios golpes de Estado gorila concretados durante las décadas del sesenta y el setenta y la actitud de abierta connivencia o mera complicidad con el inmoral bloqueo decretado por Washington contra la isla caribeña.

Por supuesto, esta organización también ha convalidado -por acción u omisión- el permanente hostigamiento del imperialismo contra el gobierno venezolano.

Sin embargo, no bien se conoció el informe del organismo internacional, que presuntamente habría constatado irregularidades en el proceso eleccionario boliviano, el propio Morales removió a las autoridades electorales y dispuso una nueva convocatoria a las urnas.

Esa actitud -que no es nada habitual y por supuesto es absolutamente ejemplar- debió haber zanjado las diferencias y pacificado a un país ya de por sí convulsionado.

Empero, como el verdadero propósito es enterrar definitivamente la experiencia emancipadora de Evo Morales, se recurrió a la patraña del Golpe de Estado.

Parece insólito que desde algunos sectores se afirme que esta no es una ruptura institucional sino una mera renuncia, cuando Evo Morales debió dimitir por la presión de los militares. Si no se hubiera alejado de su cargo, el derrocamiento era inevitable y también el baño de sangre.

Es evidente que Evo Morales, que gobernó durante catorce años, es una suerte de pulga en la oreja de quienes detentan y siempre detentaron el poder real: el poder económico.

No en vano, en sus tres períodos de gobierno, el presidente socialista inició un proceso de radical transformación de la sociedad de su país, reduciendo la tasa de pobreza a la mitad (tres millones de pobres menos), aprobando leyes sociales que consagraron nuevos derechos y dignificaron a los más excluidos y recuperando la soberanía del país sobre sus recursos naturales.

En ese marco, dispuso la nacionalización de la industria del petróleo y del gas natural, dos fuentes de riqueza recuperadas por el Estado a multinacionales privadas, que permitieron financiar políticas de corte progresista. También del litio, que es un elemento fundamental para los sistemas electrónicos.

Estos productos, entre otros, son parte del botín de guerra de las bandas reaccionarias que operan al servicio del lucro de las grandes empresas trasnacionales y también codician las abundantes reservas petroleras de Venezuela.

La propia reacción de mandatarios extranjeros como el prepotente presidente de los Estados Unidos Donald Trump y de Jair Bolsonaro corrobora -en forma absolutamente inequívoca- que la ruptura institucional es una auténtica conspiración de los sectores conservadores más recalcitrantes.

Empero, lo más lamentable es la actitud prescindente de la derecha uruguaya coaligada para desplazar al Frente Amplio del gobierno, cuyo no tan sorprendente silencio o mera ambigüedad tienen tufillo a complacencia.

En ese contexto, lo realmente aberrante son las declaraciones del ex presidente colorado y arquitecto de la coalición conservadora Julio María Sanguinetti, quien, con su habitual verborragia de hábil declarante, deslizó un no tan soterrado apoyo a la canallada consumada en Bolivia.

Obviamente, no sorprende esa postura de alguien que fue electo presidente en 1984 por la proscripción de miles de ciudadanos decretada por la dictadura y que pertenece al partido político que perpetró todos los golpes de Estado de nuestra historia.




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