Archivo de 9 de marzo de 2010

09
Mar
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josé mujica …

 

EL VIAJE DE MUJICA

En los próximos días, el presidente José Mujica realizará un corto periplo por algunos países de la región. Modificó su itinerario inicial para comenzar en Chile. La fundamentación está de más. Lo que ha pasado al pueblo hermano amerita que un presidente uruguayo concurra personalmente a trasmitir el dolor por lo sucedido y la mayor de las solidaridades.

Luego visitará Bolivia y entendemos que ese país y su presidente Evo Morales se merecen un viaje, un abrazo, un encuentro muy largo buscando las formas de reforzar los lazos con nuestro país. En todos los sentidos, tanto culturales, como políticos y económicos. Es un país con una gran predominancia de población indígena que ha sido fuertemente saqueado debido a las riquezas naturales que posee. Sin embargo, su pueblo trabajador ha sabido enfrentar los atropellos a costa de su propia sangre.

Hoy gozan la felicidad de contar con un presidente de la República que es uno de ellos y que gobierna pensando en ellos. Un presidente claramente anti grandes potencias avasalladoras y que busca vivir en paz pero repartiendo la riqueza del país, dignificando a los indígenas y demostrando que indígena no es sinónimo de inculto, desprolijo, sucio, etc, etc. En esto puede coincidir en mucho con José Mujica aunque seguramente no será un tema de conversación.

La personalidad de Evo Morales ha sido sistemáticamente ninguneada en el extranjero por la prensa internacional y por la prensa criolla de América, la que responde a los intereses de los ricos y de las grandes multinacionales que asolan el planeta. Morales ha dado vuelta su país, ha hecho retornar las riquezas del país a la nación, ha luchado y vencido en la lucha por los precios de venta de sus productos, ha invertido enormemente en educación y ahora adelantó que quiere estudiar la viabilidad del Plan Ceibal en su país.

Pero también habrá otras propuestas ya que, al igual que nuestro país, Bolivia busca nuevos mercados y mejores precios. En ese sentido nuestro país, este gobierno del Frente Amplio que representa claramente a la mayoría de los uruguayos, que cree que existe una Patria Grande al estilo artiguista por lo tanto afín al concepto de Provincias Unidas, de confederación, más que a conceptos ultra nacionalistas y balcanizadores propios de políticas imperiales inglesas que aún pueden defender políticos » de la época de la guerra fría» . Este Frente Amplio ha propuesto durante su primer gobierno fórmulas al gobierno de Evo Morales para disponer de mejores posibilidades para poder importar y exportar a través de la utilización de la Hidrovía y de los puertos de Nueva Palmira y Montevideo. La propuesta inicial de ofrecerle espacio propio para operar su comercio exterior, posteriormente se vio enriquecida con la oferta de concretar un gasoducto que le permita a Bolivia no depender en este rubro fundamental de su economía de la demanda de Brasil y Argentina sino de tener la posibilidad de encontrar nuevos mercados, exportando ese gas natural a través de Uruguay. Es más, hasta se propuso la posibilidad de instalar una planta de licuefacción para exportarlo .

Esta desinteresada oferta fue reiterada por José Mujica a Evo Morales y se continuará analizando y estudiando su factibilidad en el entendido que la integración no se concreta ni exclusiva ni principalmente por los discursos sino por los hechos.

Tampoco faltará la visita de Mujica a Venezuela, un país al que Uruguay le debe muchos favores ya que nos apoyó cuando andábamos en las malas. Sabemos que hay en el país quienes no valoran esos apoyos, es más, no los quieren, los rechazan. Afortunadamente son minoría porque el agradecimiento, la capacidad de ayudar al que lo necesita, son virtudes de los hombres y las naciones grandes. Ser agradecido ante los poderosos no tiene mérito, al contrario, hay que desconfiar de esas gratitudes y demostraciones de afecto y no gritar cuando se desacuerda con un gobierno de un país hermano y callar cuando se trata de la instalación de siete bases militares con fuerzas de EEUU en nuestra América del Sur.

09
Mar
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mujeres del mundo, ¡uníos!

clara zetkin, luchadora del siglo XX

la izquierda y las mujeres

Constanza Moreira |*|

En medio de la instalación del nuevo gobierno, de la asunción de los nuevos ministros y de la instalación a pleno del Parlamento, no debemos olvidar que este 8 de marzo se conmemora el Día de la Mujer. Esta tradición, de un siglo y medio de existencia, se remonta a 1857, cuando en Estados Unidos más de un centenar de mujeres que protestaban por limitar su jornada laboral a «tan sólo 10 horas», fueron asesinadas dentro de la fábrica textil donde trabajaban. A comienzos del siglo XX se suscitaron varios hitos en EEUU y Europa, entre ellos movilizaciones por el sufragio femenino y reivindicaciones por los derechos a ocupar cargos públicos, de acceder a la formación profesional y de no ser discriminadas en el trabajo. Fue en 1911, un 25 de marzo, en ocasión en que más de un centenar de mujeres murieron durante un incendio en una fábrica en Nueva York, producto de las malas condiciones laborales, cuando se instaló en el ánimo colectivo la idea de conmemorar un día de la mujer. Entre 1913 y 1914, en los albores de la primera guerra mundial, se celebraron protestas el 8 de marzo contra la guerra, y en solidaridad con otras mujeres, en demanda de «paz y pan». Así, el 8 de marzo es algo más que un día de celebración. Se ha transformado en un momento en que se coordinan actividades en pro de los derechos de la mujer, se reflexiona sobre los avances conseguidos y se diseñan estrategias de futuro. También es un día en que se recuerda y homenajea a mujeres que han desempeñado un rol central en las luchas en defensa de los derechos de género.

En América Latina, en algunos de los países del «giro a la izquierda», se ha verificado un notorio avance en la representación de mujeres en puestos clave en la política. Así, hemos tenido a Bachelet en Chile, a Cristina Fernández en Argentina y a Dilma Roussef como candidata a presidenta de Brasil. En Uruguay fueron dos las mujeres que tomaron la promesa a los parlamentarios que se incorporaron a la actual legislatura: Ivonne Passada en la Cámara de Diputados y Lucía Topolansky en el Senado. Estas fueron las legisladoras más votadas del país, habida cuenta de que encabezaron sendas listas de la fracción más votada (609) del partido más votado (FA). La prensa extranjera levantó esta noticia como un indicador de que las mujeres, también en Uruguay, estaban cobrando cada vez más relevancia y visibilidad pública. Algo de esto es verdad, si consideramos que la candidata del Frente Amplio a la Intendencia Municipal de Montevideo es una mujer y que probablemente tendremos, en este período, intendentas mujeres en el interior del país, «debutando», por primera vez, en este terreno.

Sin embargo, en una mirada global, no es mucho lo que se ha avanzado en términos de la participación femenina en el Parlamento. En la actual legislatura tenemos cuatro mujeres en el Senado y 15 mujeres en Diputados. Suman en total 19 en 130. Uruguay pertenece a la no muy honrosa franja de países que tienen menos de un 15% de mujeres en el Parlamento, y no alcanza el nivel de los ochenta países que le anteceden (Uruguay ocupa el lugar 86 en una lista de 140 países). Estamos por debajo del promedio mundial: 19% de mujeres en la Cámara baja y 17% en la Cámara alta. Claro está, no alcanzamos el nivel de los países nórdicos, que es de más del 40%, pero tampoco el de las Américas, que es superior al 20%. Asimismo, el número de ministras sigue siendo considerablemente bajo (2 en 13), en sintonía con el del Parlamento (alrededor de un 15%) y esto se repite en las subsecretarías (2 en 13).

La bancada femenina, compuesta por legisladoras de todos los partidos, creada en 2000 y reinstalada como Bancada Bicameral Femenina en 2005, ha hecho hincapié, una y otra vez, en este problema. Es la responsable, también, de la iniciativa de la ley de cuotas, que asignaba un mínimo de lugares a las mujeres en las listas partidarias y que, votada en la legislatura pasada, recién entrará en vigencia en 2014. No son pocos los problemas que enfrenta. La propia ley de cuotas que se implementó para la elección interna de 2009 enfrentó resistencias dentro de la propia Corte Electoral para la reglamentación. Bajo una consigna llamada «Peligra la ley de cuotas», las mujeres denunciaron a los ministros de la Corte Electoral por hacer una interpretación de la ley que violaba el espíritu con el que los legisladores la habían aprobado.

La existencia de esta bancada es un hecho que merece ser resaltado. Se trata de una coordinación horizontal, transversal e interpartidaria, abierta a toda legisladora que desee integrarla. La mayoría del trabajo parlamentario está articulado sobre la base de los partidos, y sobre la base de los sectores de los partidos. En este caso se trata de una modalidad de trabajo poco común y que evidencia otras formas de hacer política (distintas o complementarias) que deben ser alentadas. La existencia de intereses compartidos que desafía las clásicas divisiones político-partidarias, es un ejemplo de búsqueda de «consensos» o «políticas de Estado» que poco se toma en cuenta como antecedente cuando se habla de estos temas, como sucede en estos días en que se alienta el diálogo multipartidario. Quizás uno de los primeros antecedentes del diálogo interpartidario es la propia bancada. Y no es poco lo que han logrado en materia de «políticas de Estado». Vale la pena mencionar algunos ejemplos.

La Bancada Bicameral Femenina (o BBF) tuvo una intensa capacidad de iniciativa en materia tanto de aprobación de leyes que mejoraban aspectos relativos a la condición de la mujer como de derogación de normas que la vulneraban. Sólo mencionando el período anterior, vale la pena recordar algunos ejemplos. En materia penal, se derogó un artículo del Código Penal que anulaba el delito sexual si la víctima contraía matrimonio con el ofensor. También se aprobó la ley de migración, que penaliza las conductas de trata y tráfico de personas. En materia de derecho de familia se aprobaron las leyes que regulan a los deudores alimentarios (aunque todavía no se consigue que pasen al clearing debido a que no se logra una efectivización real de la norma por parte de las instituciones competentes), no sin mucha discusión. Asimismo, recordemos la aprobación de la ley de unión concubinaria, que fue bien conocida en su momento.

El período pasado fue también fecundo en la discusión sobre los derechos sexuales y reproductivos. Se aprobó la Ley de Salud Sexual y Reproductiva, a instancias de la BBF y de los legisladores del FA y, aunque el veto presidencial hizo fracasar el artículo referido a la despenalización del aborto, se consiguió, entre otras cosas, incluir programas de género y educación sexual en la educación formal.

Vale la pena destacar una profusa legislación aprobada con el apuntalamiento de la BBF. El ejemplo más notorio es la ley de trabajo doméstico, que permitió la formalización e incorporación de derechos a uno de los principales trabajos ejercidos por las mujeres de menores ingresos. Pero también cabe recordar la ley que estipula el acoso sexual en el ámbito laboral y que fue aprobada en el período anterior. Dentro del mismo Plan de Equidad, la ley que extiende las asignaciones familiares a hogares de bajos recursos priorizando a la mujer como titular de la prestación, también tuvo el fundamental apoyo de la bancada femenina. Asimismo la creación de InMujeres como órgano rector de políticas de género o la creación del Instituto Nacional de Derechos Humanos se cuentan entre estas acciones.

Como puede apreciarse de la enumeración precedente, la legislación aprobada afecta a miles y miles de mujeres en diversos campos de su vida: familiar, laboral, política y social. Especialmente, afecta a aquellas mujeres en situación de mayor vulnerabilidad, como las madres a cargo de hijos sin ayuda económica de los padres o las trabajadoras domésticas. Sin una unión de las mujeres de todos los partidos en pro de estas medidas, ellas no existirían. Lo que muestra la validez de la vieja y querida consigna de que, de la unión de los débiles, saldrá la fuerza de los muchos. O, en otras palabras: mujeres del mundo, uníos.

|*| Politóloga. Universidad  de la República




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