Archivo de diciembre 2013

31
Dic
13

30
Dic
13

Francia

 
La agresiva política exterior de Francia
 
 
En los últimos años, Francia se ha reafirmado a sí misma en el escenario internacional de forma muy activa –primero con el presidente Nicolás Sarkozy y aún más con el presidente François Hollande. Como nación, encabezó a las potencias occidentales para intervenir en Libia con tal de derrocar a Muammar Kadafi. Impulsó la línea más dura de todas las potencias occidentales en la Siria de Bashar al-Assad. Ha intervenido unilateralmente en Malí para frenar el avance hacia el sur de los movimientos armados islámicos. Hace poco, Hollande fue recibido virtualmente como héroe en Israel por la línea dura que asumió en las negociaciones con Siria e Irán. Y acaba de enviar tropas para intentar restaurar el orden en la República Centroafricana.

Esta es la misma Francia que hace 10 años fue ridiculizada por el Congreso estadunidense por su negativa a seguir la intervención estadunidense en Irak, al punto de que el término papas a la francesa fue repudiado públicamente en Estados Unidos. Es ésta la misma Francia que no hace tanto renunció públicamente al concepto de Françafrique –el supuesto deber de Francia de mantener el orden de sus ex colonias– por no ser un comportamiento apropiado. ¿Qué fue lo que ocurrió que pueda explicar este vuelco?

Hay, por supuesto, algunos factores internos a Francia que contribuyen con estos desarrollos. Debido a su historia colonial, Francia tiene ahora un gran número de residentes y ciudadanos musulmanes que en gran medida son desposeídos económicamente. Muchos de los musulmanes más jóvenes se han vuelto más y más militantes y algunos de ellos se ven atraídos a las versiones más radicales de la política islamita. Aunque este viraje ha ocurrido por todo el mundo pan-europeo, parece particularmente fuerte en Francia. Por tanto, evoca una reacción política no sólo desde los grupos xenófobos de la extrema derecha, como el Frente Nacional, sino de personas que mantienen versiones irrenunciables de laicismo en la izquierda política. Hoy el ministro socialista más popular parece ser el del Interior, Manuel Valls, cuya actividad principal es tomar medidas extra fuertes contra los migrantes ilegales, en su mayoría musulmanes, en Francia.

Es más, en un momento en que las ideas neoconservadoras parecen haber pasado de moda en la política estadunidense, el equivalente francés que se centra en el lema de la responsabilidad de proteger RdP) se está volviendo más fuerte en Francia. Una de sus figuras principales, Bernard Kouchner, fundador de Médicos sin Fronteras, fue primer ministro en el gobierno de Sarkozy. Otra figura principal, Bernard-Henri Lévy, jugó un formidable papel de presión en las políticas gubernamentales de Sarkozy y lo sigue haciendo con Hollande.

Sin embargo, la explicación más grande puede ser externa –el papel que Francia piensa que puede todavía jugar en el escenario mundial. Desde 1945, Francia ha luchado por mantenerse como figura importante en dicho escenario. Y en este esfuerzo siempre vio a Estados Unidos como la fuerza central que intentaba disminuir su papel. La reafirmación del papel mundial de Francia fue una preocupación primordial de Charles de Gaulle. Fue éste un objetivo que persiguió de muchas maneras, desde su temprano acercamiento con la Unión Soviética a la retirada de las tropas francesas de la OTAN. Tejió una fuerte relación con Israel durante la guerra de Argel, en un momento en que Naciones Unidas impulsaba una política muy diferente. Fue Francia la que armó el ataque israelí-franco-británico en Egipto en 1956. Lo cierto es que, una vez que Argelia obtuvo su independencia en 1962, Francia terminó su especial vínculo con Israel, más preocupado por renovar sus buenas relaciones con sus ex-colonias del norte de África.

Esta política no ha sido meramente una política gaulista. Figuras no gaulistas o anti gaulistas, como François Miterrand y Sarkozy, adoptaron posturas gaulistas en múltiples ocasiones. De Churchill en la Segunda Guerra Mundial a Obama hoy día, Estados Unidos y Gran Bretaña han encontrado que, para su gusto, los líderes franceses son demasiado pendencieros, demasiado difíciles de controlar.

Lo que permite esta vuelta actual a la agresividad es precisamente la decadencia del poder efectivo de Estados Unidos en el escenario mundial. Francia puede parecer de línea más dura contra el enemigo, definido ahora como el enemigo islamita, que Estados Unidos. De nuevo, después de una larga demora desde 1962, Israel puede ver en Francia a su mejor amigo, aunque sea menos poderoso que Estados Unidos.

El problema para Francia es que, a pesar de que la decadencia estadunidense le permita una posición retórica más fuerte, el nuevo escenario geopolítico, algo caótico, no es uno donde Francia realmente pueda remplazar a Estados Unidos como la línea dura. Hay otras naciones poderosas involucradas en Medio Oriente como para que Francia juegue el papel primordial ahí. Todavía menos puede tener Francia un papel importante en Asia oriental, pese al hecho de que ha sido una potencia central ahí.

El lugar donde Francia puede reasumir un papel central es África, porque por el momento ni Gran Bretaña ni Estados Unidos están tan preparados, por varias razones, para actuar como fuerza militar. Francia está aprovechando la oportunidad. Y Hollande, pese a que en lo interno crece su impopularidad, encuentra respaldo de la opinión pública para este papel.

No obstante, esta clase de política agresiva tiene una vuelta negativa importante, como Estados Unidos ya lo descubrió en Medio Oriente. Puede ser muy difícil retirar las tropas propias una vez que están ahí. Y la opinión pública en casa comienza a amargarse con las intervenciones, y las comienza a ver como inútiles y fallidas.

Traducción: Ramón Vera Herrera

29
Dic
13

Paul Krugman …

Qué hacer cuando se está equivocado

 

escribe: Paul Krugman /Economista, premio Nobel de Economía

Como el experto Barry Ritholz nos recordaba recientemente en una entrada de su blog en Internet, acabamos de pasar el tercer aniversario de la publicación de la carta sobre devaluación e inflación en la que los gurús de la economía advertían a la Reserva Federal de que las políticas de relajación cuantitativa tendrían consecuencias nefastas. Estaban completamente equivocados.

Al releer ahora la carta hay que preguntarse qué clase de modelo económico tenía en mente el grupo. Los autores afirmaban que las proyectadas compras de activos comportan un riesgo de depreciación de la moneda y de inflación, y no creemos que logren el objetivo de la Reserva Federal de promover el empleo .

Por tanto, serían inflacionistas sin ser expansionistas. ¿Cómo se supone que funciona esto? En su exposición, Ritholz esgrimía el error de estas personas como una razón para no escucharlas, y, desde luego, es una señal de alarma. Sin embargo, mi posición es que no solo se trata de averiguar si la gente se ha equivocado, sino también preguntarse cómo ha reaccionado cuando los acontecimientos no han seguido el rumbo que ellos habían predicho.

Después de todo, si escribes sobre temas de actualidad y nunca te equivocas es que no te estás arriesgando bastante. Pasan cosas, y a veces no son las cosas que pensabas que pasarían.
¿Qué hacer entonces? ¿Pretender que nunca dijiste lo que dijiste? ¿Arremeter contra tus detractores y hacerte la víctima? ¿O intentar descubrir en qué te equivocaste y por qué, y revisar tus ideas en consecuencia?
A lo largo de los años me he equivocado muchas veces, en general sobre cuestiones menores, pero a veces sobre otras importantes. Antes de 1998 no creía que la trampa de la liquidez fuese un problema serio. El ejemplo de Japón hizo pensar que me equivocaba, y al final llegué a la conclusión de que de hecho era un grave problema. En 2003 pensaba que Estados Unidos era posiblemente vulnerable a una pérdida de confianza al estilo de la crisis asiática. Cuando nada de eso ocurrió, me replanteé mis modelos, me di cuenta de que el endeudamiento en moneda extranjera era crucial y cambié mi punto de vista.

El caso del euro fue algo diferente: yo era muy pesimista sobre la estrategia de austeridad y de devaluación interna, que creía que tendría un coste terrible. Y tenía toda la razón. También supuse que se demostraría que ese coste era políticamente insostenible, y que conduciría a una crisis del propio euro. Al menos hasta ahora, me he equivocado. Mi modelo económico funcionaba bien, pero mi modelo político implícito, no. De acuerdo, así son las cosas.

¿Alguno de los firmantes de la carta de 2010 ha admitido haberse equivocado y explicado por qué se equivocaron? Me refiero a alguno de ellos. Que yo sepa, no. Y, en este punto, el tema se convierte en algo más que una discusión intelectual. Se convierte en una prueba de carácter.

 

28
Dic
13

Educación en el Uruguay

Opinión

Una educación con nuestra impronta social

escribe: Hugo Acevedo

El pensamiento –que según irrefutables evidencias científicas es privativo del ser humano– tiene su centro de elaboración en el lóbulo frontal de la corteza cerebral, con la participación del sistema límbico, el tálamo y la parte superior de la formación reticular.

Este proceso permite resolver problemas, extraer conclusiones y aprender de la experiencia, estableciendo conexiones causales y razonamientos lógicos.

En tiempos de intenso debate en torno a los problemas de la educación pública –que abundan en miradas epidérmicas y reduccionistas– esta cualidad suele estar ausente.

Es habitual escuchar disparates de todo calibre, sobre, por ejemplo, las causas de los magros desempeños de los liceales, las altas tasas de repetición y otros indicadores negativos.

La controversia se origina en información casi siempre mal interpretada y decodificada, en tanto la mayoría de los participantes en la discusión carecen de herramientas cognitivas y conceptuales que les permitan comprender el problema.

La confrontación de ideas está impregnada de motivaciones políticas, porque la educación es un territorio de permanente disputa ideológica y una suerte de botín electoral.

Mientras la izquierda, más allá de las dificultades del presente, invierte en modelos educativos que propenden a la inclusión, la contención social, el aprendizaje en libertad y el ejercicio de ciudadanía, la derecha –aunque explícitamente no lo admita–aspira a la formación de meros autómatas que desarrollen destrezas para acceder al mercado de trabajo.

Al margen de números, que en materia educativa no siempre son exactos, aquí la clave es trabajar con inteligencia en proyectos de largo aliento, sin posturas dogmáticas e invertir no menos del 6% del PIB, camino inverso al de la derecha, que suele escudarse en el eufemismo de la calidad del gasto para jibarizar y licuar los recursos destinados a las políticas sociales.

A su regreso de Finlandia, el precandidato blanco Jorge Larrañaga sugirió que el modelo educativo de ese país puede ser replicado en Uruguay, sin advertir que se trata de sociedades radicalmente diferentes. Incluso, desafió a Tabaré Vázquez a debatir sobre el tema y hasta lo fustigó por la sanción, en el período pasado, de la Ley General de Educación.

Lo que le molesta a Larrañaga, que no entiende nada de esta materia, es la participación de los docentes en los órganos de conducción, a quienes demoniza y considera miembros de una “corporación”.

Tal vez tenga nostalgias de la estructura bonapartista otrora instaurada por el colorado Germán Rama, quien implantó una “reforma” inconsulta de sesgo economicista y talante meramente estadístico, que solía maquillar las cifras más relevantes, con la aquiescencia de sus socios blancos de coalición.

Empero, lo más grave es la cortina de humo que lanzó respecto al modelo educativo finlandés, que es parte de un estado de Bienestar de impronta socialdemócrata, que sería difícil de digerir por sus aliados de las cámaras empresariales.

Más allá de programas y tejidos curriculares, la educación finlandesa está inserta en una sociedad con un sistema laboral paradigmático, en el cual los trabajadores son protegidos como señoritas. No en vano disfrutan de largas licencias, descansos durante la jornada de labor y hasta años sabáticos para mejorar su capacitación.

Otro tanto sucede con la seguridad social, donde el Estado se hace cargo del 50% de la financiación, los trabajadores de un 11% y los empresarios de un 38%. En un país como Uruguay, donde el gran capital exige permanentes rebajas de sus aportes y hasta su virtual eliminación, este criterio no funcionaría.

En Finlandia, hay también una fuerte imposición a las ganancias y rentas de capital, lo cual también sería inadmisible para nuestra voraz oligarquía empresarial.

Lo que debería entender el legislador es que una sociedad no es un mero archipiélago insular, sino un continente integrado, cuyas regiones deben articular y actuar en armónica sintonía.

Como la educación no puede ser un oasis en el desierto, lo que se requiere es construir una sociedad más justa, armónica, solidaria e inclusiva, mediante un esfuerzo colectivo que no condice con los intereses de la clase social del partido que Larrañaga representa.

27
Dic
13

Uruguay …

Seamos realistas pidamos lo imposible

escribe: Esteban Valenti  / Periodista, escritor, director de UYPRESS y BITÁCORA. Uruguay.

Soy de la generación del 68 y las frases como la del título todavía me seducen pero, por debajo de los puentes de la historia no pasó solo mucho agua, sino varios muros, teorías, sistemas socialistas enteros y muchas ilusiones reales e imposibles.. Y los puentes siguen allí.

..la más terrible y la más homicida de las pasiones
que se puede infundir a las masas, es la pasión de
lo imposible .
Alphonse de Lamartine

 

Los puentes de la injusticia, de un mundo completamente desigual y con destino incierto, con formas de producción salvaje y que despojan sin límite a la naturaleza y todavía más despojan a los pueblos. Aunque cuarteados siguen allí.
Siguen allí también los reclamos de un mundo mejor, es decir liberado de las necesidades materiales y de la explotación de hombres y mujeres por otros hombres y mujeres que viven del trabajo y del esfuerzo y la inteligencia ajena y de la alineación de la voracidad como el motor de la historia. Aunque es mundo nuevo hoy suena mucho más distante que hace algunas décadas y rodeado de grandes interrogantes y pocas certezas. Algunas certezas circularon por debajo de las arcadas.

Los puentes tan difíciles de cruzar de un mundo sin guerras, sin la violencia y el terrorismo de los Estados y de los fanatismos de todo tipo. Siguen allí con el agua de la historia circulando y la sangre a raudales en tantos rincones del planeta.
Los puentes de una cultura humanista que no solo está en el arte, en la poesía, en los libros, las telas, las salas de cine y de teatro, la música y todas las sensibilidades intelectuales, sino en la organización libre y democrática de nuestras sociedades.
Y siguen allí los terribles puentes que separan el mundo opulento y harto de los desheredados, los que sobreviven, los sin techo ni esperanza, los que hemos expulsados hacia la miseria y la pobreza. Allí están.
Seamos realistas, luchemos por cambiar en serio todo eso, por avanzar paso a paso hacia un mundo diferente y no nos vendamos la ilusión de que lo imposible está al alcance de la mano y que su sola proclamación nos redime y nos permite lavarnos esas mismas manos de nuestras responsabilidades. Porque también los puentes de los que no nos resignamos y seguimos pensando que vale la pena el esfuerzo y la lucha siguen en pie, a veces maltrechos, doloridos por los años y las cicatrices, pero no se los llevaron ni los muros, ni los errores, ni las dictaduras del proletariado, ni el socialismo real .

Las revoluciones que marcaron y cambiaron la historia que en su momento podían parecer sueños imposibles, como en su momento creyó Lamartine siguen allí.. Ni la revolución holandesa, inglesa norteamericana, francesa y rusa no fueron sueños imposibles, porque además de asaltar la Bastilla o el Palacio de Invierno hicieron saltar las estructuras políticas, sociales, económicas y culturales de su tiempo. Y dejaron sus marcas profundas en las sociedades, en la historia y en las ideas.
Lamartine escribía contra Víctor Hugo y su mayor obra literaria, Los Miserables y este decía en su Libro 3 «Nada mejor que el sueño para engendrar el porvenir. La utopía de hoy es carne y hueso mañana.» Esa es la utopía que vale, no la que nos duerme en el sueño romántico de un imposible, sino la que nos ayuda a cambiar la realidad.

Lamartine enfrenta a Víctor Hugo y afirma que su novela es peligrosa para el pueblo por su exceso de ideal : El libro es peligroso, porque el peligro supremo en lo relativo a la sociabilidad consiste en que si el exceso seduce al ideal, lo pervierte. Apasiona al hombre poco inteligente por lo imposible: la más terrible y la más homicida de las pasiones que se puede infundir a las masas, es la pasión de lo imposible. Porque todo es imposible en las aspiraciones de Los Miserables, y la primera de esas imposibilidades es la desaparición de todas nuestras miserias . Si engañáis al hombre lo enloqueceréis; y cuando, desde la locura sagrada de vuestro ideal, lo dejéis caer de nuevo en la aridez y desnudez de sus miserias, lo convertiréis en un loco furioso .

¿Cuáles son los sueños son imposibles? ¿Que determina el carácter y los límites de los posible? Esa ha sido una de las cuestiones claves en las sociedades y en las ideas.
En el Uruguay hay una gran diferencia: en la izquierda hay disputas por quien es más de izquierda, en la derecha nadie quiere el sayo. Pero el concepto mismo de izquierda y de radicalidad en las ideas de izquierda está en permanente disputa. Y tiene que ver con lo imposible y lo necesario.

Yo me afilio a la tesis de que los que cambian la realidad, los que construyen desde la política, el poder y el gobierno, pero también desde la sociedad, cambios económicos y sociales concretos, posibles y reales que mejoran en forma constante las condiciones de vida de la gente, de su gente y  que siempre se propongan avanzar por la senda de los cambios, siempre necesitaran ideas que soporten ese proceso y audacia para construir y reconstruir esos proyectos. Y en algún momento parecerán imposibles.

Es cierto que los imposibles pueden ser la reiteración de errores y supuestos atajos que le han impuesto a la izquierda grandes derrotas y retrocesos, pero sin proyectos que en su momento parecieron inalcanzables, por el statu quo, por los grandes intereses, por la ideología dominante, no existiría la izquierda. Son conceptos en puja permanente y ese en esas contradicciones que se define la radicalidad y la profundidad de los procesos.
Y se resuelven en un solo territorio, el de la política.

Hugo agregaba en el Libro 4 de Los Miserables. «La vida, el sufrimiento, la soledad, el abandono, la pobreza, son campos de batalla que tienen sus propios héroes; héroes obscuros, a veces más grandes que los héroes ilustres.» Aunque la historia desborda de personajes y héroes ilustres, hay que saber encontrar la otra historia, la de esos seres oscuros, pequeños que han sido actores de todas las grandes gestas. Su participación es la primera frontera entre lo posible y lo imposible.

Hay otro límite, otro puente que hay que cruzar en esa eterna persecución de los imposibles que algún día serán realidad, es la de las construcciones ideales, del pensamiento con fundamento, con estudio, con ideología que se atreve a cuestionar lo intocable, lo imposible. Las derrotas que hemos sufrido a escala planetaria, producto de nuestros errores en la teoría y en la práctica han achicado la profundidad de nuestra mirada, han restringido la audacia de nuestros cuestionamientos o han refugiado a algunos soñadores en las citas y los textos sagrados e intocables. La teoría es gris cuando los pensadores son grises y los proyectos son todavía más grises por su reiteración casi fanática. Religiosa.

Algunos que propusieron en su momento el imposible de terminar con la monarquía omnipresente y omnipotente, o con el feudalismo, involucionaron hacia transformación del actual sistema de producción y de dominación como un mandato hacia la eternidad. Cuestionarlo es imposible. Abandonaron definitivamente las más remota posibilidad de cuestionarlo. Es la ideología de que las cosas solo se pueden retocar, barnizar, pero que su sólida y vieja estructura esta en el reino de lo inalcanzable, de lo imposible.

Y ese imposible trata de sobrevivir a los terribles embates de las crisis, de esas que hace unas décadas, sobre todo luego de la caída del muro, parecían imposibles, impensables y ahora sumergen países, empresas, mercados, acciones, bancos, muchos bancos y también comienza a hundir ideas refulgentes de eternidad del capitalismo.

Cuando en cualquier actividad humana la crítica se pone límites, se crea cercos dentro de los cuales preservarse, se está negando a si misma. Crítica, el sentido de la crítica no admite imposibles, mucho menos en el conocimiento de las realidades sociales, económicas y políticas. Eso es la izquierda y su racionalismo.

Lo imposible tiene otra dimensión, la épica, la aventura de asaltar los palacios, los de altas torres y poderosas defensas o los ideales torreones de las ideas dominantes. Hay épica y heroísmo en las acciones, en afrontar los peligros y en atreverse a dudar de las verdades masticadas y digeridas por los poderosos.

Consideremos también que hay bellas frases, pintadas en los muros de los altos momentos de la rebelión, que dejan mitos y leyendas y poco más y también dejaron grandes frustraciones. Porque también eso fue lo que dejó el 68 , no solo con Charles De Gaulle y la restauración triunfante en París sino en muchas otras latitudes.

La épica de esos imposibles también a sufrido la fricción de los derrumbes, pero debemos asumir que el peor de los derrumbes es la renuncia, es el repliegue no para pensar sino para resignarse, para arriar las banderas.
Con esos puentes hechos de ideas, de teorías, de conocimientos y búsquedas, de épica y fraternidad se pueden cruzar las fronteras de lo imposible pero también precipitarse en la aridez del pataleo y la frustración. La distancia no es muy grande, es sutil, es sofisticada como todas las grandes cosas.

La más conocida de las definiciones sobre la política, como el arte de lo posible, no es completa, deja flancos descubiertos, pero a la hora de la verdad sigue siendo la más precisa de todas. Hasta los imposibles, necesitan el arte de lo posible para respirar.

 

26
Dic
13

Enrique Erro

Opinión

Enrique Erro reivindicado

escribe: Luis Casal Beck

En los inicios de la década de 1930 Enrique R. Erro fue uno de los principales animadores de un movimiento que impulsó la creación de Bibliotecas Populares en Colón.

Anoche, en esa zona fue inaugurado un Centro Cívico Metropolitano, que lleva su nombre. En el homenaje participó el presidente de la República, José Mujica. Erro (1912-1984), con fama de “incorruptible”, llegó a ser diputado por Montevideo y ministro de Industria y Trabajo (como se denominaba en su época esta cartera), a instancias de Luis Alberto de Herrera, tras la victoria blanca de 1958.

Era muy joven y popular, como lo recuerda Eduardo V. Haedo en su ensayo. “Herrera, caudillo oriental” (1969). En su lista (la 41), se inició en la política activa Mujica, ocupando la secretaría general de su juventud, y siendo uno de sus secretario en el Ministerio, hasta que Erro cayó (1960), porque para los intereses de la oligarquía, su presencia era inadmisible. Herrera había muerto en abril de 1959. Después se produjo su incesante periplo (UP, una editorial de libros, varios duelos), que culminó en el Frente Amplio (1971), el exilio, la muerte en Francia.

Nacido en un hogar muy humilde, fue repartidor en una carnicería, trabajó en una textil, administrativo en OSE, cronista parlamentario en el diario La Tribuna Popular. Estudió siempre con mucho esfuerzo. Llegó a la Facultad de Derecho, y dio clases de filosofía en Enseñanza Secundaria. Presidió la Asociación de la Prensa Uruguaya (APU, 1952). Se caso, vivió en La Paz, y viajó siempre en tren o en ómnibus, hasta cuando era ministro.

En 1953 juró por primera vez como diputado herrerista por Montevideo. Dos décadas más tarde, siendo senador del FA, la negativa del Parlamento a votar su desafuero, pedido por la Justicia Militar, fue la excusa para cerrar las cámaras y romper la democracia en junio de 1973. Hoy Erro, es reivindicado, y nada menos que en Colón, aquel barrio que tanto lo admiró, el de las Bibliotecas Populares de los años 30 del siglo que pasó.

23
Dic
13

navidad

 
 

FELIZ FIN DE AÑO

POR UN GRAN 2014

 
 
(reinicamos la actividad nuevamente, en el mes de febrero)
 
16
Dic
13

le monde diplomatique

Edición Nro 173 – Noviembre de 2013

Alejandro Chaskielberg (Gentileza del autor)

 

Introducción Revista Explorador N° 5: África

En el centro del Sur

escribe: Pablo Stancanelli

 

África sufre de guerras, miseria y epidemias. Pero África no se reduce a sus males. Es un continente diverso, dinámico, joven. Hoy, vive un ciclo de crecimiento inédito, y sus recursos, abundantes, lo posicionan en el centro de las relaciones de fuerza globales.

n el África subsahariana están los albores y el futuro del capitalismo (1). Las potencias coloniales forjaron sus economías con la savia de sus bosques, las entrañas de sus tierras, el dolor y sudor de sus pueblos. “El capital viene al mundo chorreando sangre y lodo por todos los poros”, señalaba Karl Marx, para quien la trata de esclavos era “el método de acumulación originaria” que exigía “la esclavitud encubierta de los obreros asalariados en Europa” (2).

La barbarie civilizatoria occidental alcanzó en el continente negro su máxima expresión. Usurpó a los africanos su futuro, diezmando y dispersando a sus poblaciones, desgarrando civilizaciones, negándoles por siglos todo atisbo de desarrollo propio. No se trata de un pasado remoto: el Estado Libre del Congo, ese campo de explotación atroz en el que el chicote era ley, dominio privado del rey Leopoldo II de Bélgica, recién dejó de existir en 1908, cuando fue cedido a… Bélgica. Sus fronteras coincidían con la actual República Democrática del Congo (RDC), hoy el país más rezagado en el Índice de Desarrollo Humano de las Naciones Unidas. En Sudáfrica, el régimen racista del apartheid fue abolido hace apenas dos décadas.

El ejemplo de la RDC es paradigmático del eterno saqueo de los recursos africanos y de la compleja construcción de entidades nacionales sobre tierra arrasada que siguió a la Segunda Guerra Mundial. El proceso de descolonización fue víctima a su vez de injerencias neocoloniales, cuando África, como el resto del Tercer Mundo, se convertía en tablero de la Guerra Fría. Pero las clases dirigentes africanas, a menudo formadas en Occidente, no fueron sólo víctimas; partícipes necesarias, en muchos casos aceptaron el rol periférico del continente en la división internacional del trabajo destruyendo producción y trabajo local, engendraron regímenes corruptos y asesinos, y atizaron conflictos mortíferos por riquezas y poder tras la máscara de luchas interétnicas. Fue justamente el caso del dictador Joseph-Désiré Mobutu en RDC –denominada Zaire en su megalomanía–, uno de los países más ricos en recursos minerales del continente, que redujo a la miseria mientras amasaba multimillonarias cuentas bancarias en Suiza. Los sueños de emancipación y de unidad panafricana sufrieron entonces la suerte de sus líderes: asesinato de Patrice Lumumba en 1961, golpe de Estado a Kwame Nkrumah en 1966, asesinato de Thomas Sankara en 1987…

A partir de la década del 70, la crisis de la deuda, la expansión en el continente de los planes de ajuste estructural promovidos por los organismos financieros internacionales y las ayudas que se cobran con creces acabaron con el entusiasmo de las independencias. Las promesas de desarrollo se desvanecieron, los índices sociales y económicos empeoraron y las desigualdades crecieron, deslegitimando a las elites políticas de la región. Pero lo que fracasó en África no fue la democratización –afirma Mwayila Tshiyembe, director del Instituto Panafricano de Geopolítica de Nancy– sino “la imposición del modelo occidental de Estado-Nación, cuyo postulado de unificación étnica, cultural e identitaria constituye en sí mismo una fuente de conflicto” (3) en un continente donde las fronteras representan más un lugar de encuentro que de demarcación.

 

Fuerzas en pugna

“En el fondo –señala la periodista Anne-Cécile Robert–, África es la entropía de nuestro mundo, la unidad de medida del caos social y humano que lo caracteriza” (4). Y en este sentido, el futuro del capitalismo y del desarrollo global se encuentra en el continente negro. Los antropólogos sudafricanos Jean y John L. Comaroff sostienen que las “exclusiones [de la modernidad capitalista] resultan indispensables para su funcionamiento interno”, y plantean una tesis provocativa: los países centrales están evolucionando hacia África (5).

Esto puede entenderse de distintas maneras. Por una parte, la crisis del Estado de Bienestar en Occidente, que no por casualidad se produce al tiempo que los países del Sur generan nuevas formas de resistencia y reafirman su soberanía, lleva a los países desarrollados al camino inexorable de la marginalidad. De no mediar cambios, a largo plazo sus sociedades terminarán pareciéndose a las sociedades africanas empobrecidas. Por otra, el proceso en curso en las relaciones internacionales está “reubicando en el Sur –y, desde luego, también en Oriente– algunos de los modos más innovadores y dinámicos de producción de valor” (6). Lo que hoy es centro, será algún día periferia.

Desde comienzos del siglo XXI, el África subsahariana vive un ciclo de crecimiento inédito, que coincide, a pesar de los múltiples conflictos aún en curso, con un avance en la pacificación y democratización de la región. El aumento en los precios de las materias primas, el descubrimiento de enormes reservas petroleras y la demanda de los países emergentes explican en parte esta evolución. El continente vive asimismo un crecimiento demográfico acelerado. En 2009, su población superó los 1.000 millones de habitantes –el 15% del total mundial frente al 7% en 1950– y se estima que alcanzará los 2.000 millones para el año 2050, con un aumento sostenido de la clase media. Al sur del Sahara, un 60% de la población tiene menos de 20 años.

Sin embargo, los retos siguen siendo gigantescos. Las mejoras económicas se concentran en los países “útiles” y aún no se reflejan en las condiciones de vida. Los jóvenes, precarizados, desesperanzados, viven tentados de volcarse a la violencia identitaria, confesional o sencillamente criminal. El crecimiento urbano es desenfrenado y caótico, y la falta de agua, endémica en algunas zonas, podría agravarse en razón del cambio climático. Pero sobre todo, la región carece de un modelo de explotación sustentable de sus valiosos recursos. Las multinacionales cosechan allí ganancias extraordinarias. El informe 2013 del Panel para el Progreso de África que preside el ex secretario general de la ONU, Kofi Annan, señala que entre 2008 y 2010 la falsificación de declaraciones de ganancias de empresas con negocios en África le hizo perder al continente unos 38.000 millones de dólares anuales (7).

Como en la época de la trata de esclavos, el África subsahariana es hoy el eje de la globalización. Allí se dirime la pulseada entre las potencias emergentes y decadentes. Brasil, Corea del Sur, India, Turquía y, principalmente, China desembarcan con fuerza en el continente, desplazando a las antiguas metrópolis. Proponen relaciones comerciales y de cooperación innovadoras, aun cuando buscan asegurarse mercados y recursos. La historia dirá si se repiten las mismas formas de explotación y dependencia con otros actores, o si éstos pretenden realmente ayudar al continente negro a encontrar la senda de un desarrollo autónomo.

El nuevo orden mundial se juega en África.  

1. Por razones históricas, culturales y geopolíticas, esta edición de Explorador se ocupa del África situada al sur del Sahara.

2. Karl Marx, El Capital, tomo I, cap. XXIV, FCE, México, 1972, pág. 646.

3. Véase “¿Conflictos étnicos o luchas por el poder?”, El Atlas de Le Monde diplomatique III, Capital Intelectual, Buenos Aires, 2009.

4. Anne-Cécile Robert, “Un enjeu mondial”, Manière de voir, N° 108, “Indispensable Afrique”, París, diciembre de 2009-enero de 2010.

5. Jean y John L. Comaroff, Teoría desde el sur, Siglo XXI, Buenos Aires, 2013.

6. Idem.

7. http://www.africaprogresspanel.org

14
Dic
13

Perico Pérez …

En memoria de Perico Pérez Aguirre

Cristo y Marx

Niko Schvarz / periodista

El pasado lunes 18 de noviembre tuvo lugar en la Fundación Vivian Trías, dirigida por José Díaz, un acto de recordación y homenaje a Luis Pérez Aguirre, Perico, en cuya organización participó la Red de Amigos que lleva su nombre y se propone mantener vivo su legado.

En el mismo pronunció palabras de introducción la artista plástica Pilar González, y hablaron a continuación: Jorge Scuro, licenciado en Historia, en Filosofía y en Teología, ex director del Colegio Jesús María; Francisco Bustamante, profesor de Literatura y de Historia de la Universidad y del Instituto de Profesores Artigas, y que colaboró con Pérez Aguirre en el Servicio Paz y Justicia, SERPAJ; y Amparo Rodríguez, licenciada en Ciencias Biológicas de la Facultad de Ciencias, docente en Educación Media y diplomada en Educación en Derechos Humanos. Estas intervenciones pusieron de relieve la trayectoria de Pérez Aguirre como ser humano excepcional y como pensador original y profundo, en múltiples facetas.

En un lapso destinado al público asistente, recordé en dos palabras las circunstancias de la muerte de Perico y destaqué su contribución al Encuentro sobre Vigencia y renovación del marxismo que efectuamos en noviembre de 1996 en el Cabildo de Montevideo y en la Facultad de Ciencias Sociales. Ese  texto no era conocido por los disertantes, por lo que nos propusimos reeditarlo y difundir su contenido esencial.

Ahora, a años de distancia, vuelvo a evocar aquel anochecer del 25 de enero de 2001 en que estábamos con un  grupo de compatriotas en el Hotel Conceiçâo de Porto Alegre, tras haber participado en la inauguración de la primera edición del Foro Social Mundial. Allí Margarita Percovich trajo la noticia de la muerte de Perico en un accidente de tránsito en un balneario de Canelones, que retumbó como un trueno. La información era muy confusa y al rato se desmintió. Pero un par de horas más tarde se confirmó dolorosamente.

La contribución de Pérez Aguirre al encuentro sobre marxismo tiene su historia. En octubre de 1995 acompañé a José Luis Massera a una conferencia internacional en París sobre la actualidad del pensamiento de Marx (Actuel Marx), que se desarrolló en La Sorbonne y en la mítica Universidad de Nanterre (París-X), que adquirió resonancia mundial durante los sucesos de mayo 1968 en Francia. Posteriormente, en 1998, participamos junto con Juan Grompone y Daniel Olesker, también en la capital francesa, en la conmemoración del 150º aniversario de la publicación del Manifiesto Comunista de Marx y Engels. Entre uno y otro acontecimiento, con el patrocinio de José Luis Massera se realizó en Montevideo el mencionado encuentro sobre vigencia y renovación del marxismo.

Me correspondió invitar al mismo a Pérez Aguirre, cuya respuesta fue: Si es por Marx, cuenten conmigo . El día indicado, 15 de noviembre, no podía estar en Montevideo, porque sus obligaciones como consultor en DDHH de la ONU lo llevaban a Ginebra, pero prometió una contribución por escrito. Un par de días después estaba en nuestras manos. Fue publicada en el volumen Marx Hoy , editado en 1997, que contiene los aportes de Rodrigo Arocena, Rafael Bayce, Daniel Buquet, Manuel Claps, Guillermo Chifflet, Juan Grompone, Ronald Graside, Ernesto Koch, León Lev, Ema Massera, José Luis Massera, Pedro Narbondo, Daniel Olesker, Gonzalo Pereira (aquí se inserta la de Pérez Aguirre), Renzo Pi, Julio Rodríguez, Enrique Rubio, Graciela Sapriza y Niko Schvarz. Fueron sus editores Guillermo Israel, Rosaura Pagola, Carmen Pereira, Fernando Rama, Dieter Schonebohm y el suscrito.

El trabajo de Pérez Aguirre, titulado: Marx después del marxismo: la visión de un cristiano (páginas 395 a 402), revela su estatura ética y su dimensión de pensador original que a partir de los problemas de la sociedad uruguaya y de sus sectores más desvalidos proyectaba su reflexión al destino de la humanidad; y se entrelaza con su acción humanitaria y su actividad práctica, particularmente en La Huella (como fue especialmente destacado en el acto reciente). Pensamiento y acción, teoría y práctica, íntimamente entrelazados. Y todo ello pasa a integrar uno de los fenómenos ideológicos y políticos más fecundos de nuestro tiempo y que viene de lejos: el diálogo entre marxistas y cristianos.

En su ponencia Pérez Aguirre entra en materia afirmando el aporte de Marx todavía vigente, con su clarividencia característica en los siguientes puntos: a) la creciente extensión de la pobreza en el mundo guarda una relación estructural con la creciente concentración de la riqueza en unos pocos; b) esta relación estructural se enmascara presentando a la pobreza como una fatalidad, una voluntad de Dios que debe aceptarse; c) el sistema capitalista, a nivel mundial, no tiene capacidad sino para enriquecer mucho a unos pocos a costa de empobrecer mucho a los más.  Por eso, aunque trata de presentarse como humano, racional y justo, es un sistema inhumano, irracional e injusto; d) mientras no se haya conseguido la liberación de la miseria es prácticamente imposible  que la persona crezca en humanidad y en libertad porque todas las demás liberaciones están condicionadas por ésta; e) los pocos que se benefician del sistema capitalista  no están psicológicamente capacitados ni estructuralmente dispuestos  para cambiarlo y, por lo tanto, el cambio de sistema sólo podrá llevarse a cabo  si se lo proponen quienes son sus víctimas .

El razonamiento se explaya en las siguientes consideraciones: Expuesto así, el análisis marxista , no sólo se compadece con la realidad actual de manera admirable, sino que coincide con lo que vino a decir mucha gente después de él y que sigue sosteniendo.  Además no hay nada en él contra la fe ni contra el dogma cristiano (ver por ejemplo, la Populorum Progressio, nos. 26 y 27). Incluso sería fácil encontrar convergencias con el Evangelio . En este aspecto me vienen a la mente las apreciaciones de Rodney Arismendi acerca de El Sermón de la Montaña.

Más adelante, con gran amplitud de espíritu Pérez Aguirre encara la posibilidad de que en el mundo de hoy Marx pueda encontrar asilo en el interior del santuario cristiano , y agrega que hasta podemos imaginar que en el futuro el cristianismo retome su fuerza utópica preñado de lo mejor del marxismo . Ante el drama actual de la humanidad, piensa que  para que este mundo sobreviva quizás todavía necesitemos de muchas visiones como la de Marx que broten de la miseria experimentada .

La reflexión se eleva luego a la afirmación del humanismo marxista. Expresa: Considero que El Capital es una ética. La producción del viejo Marx (1868-82) es la crítica ética y humanista del capitalismo. Marx nunca negó la tradición humanista: lo único que hizo fue combatir sus planteamientos idealistas y darles una base materialista. Por eso llegó a decir que el comunismo era el devenir del humanismo práctico . De ahí pasa al planteo de la cuestión en el mundo periférico y a las ideas del Che Guevara sobre la ética del hombre nuevo . Y así arriba a la recordable definición final:

Podemos decir que esta historia, muy a pesar de todos los Fukuyama, no ha terminado todavía. Que el horizonte está abierto y nos atrae. Que Marx, muy a pesar de sus sepultureros, nos sigue brindando sus mejores verdades y goza de buena salud .

13
Dic
13

el Che …

Ernesto Che Guevara en la transición socialista de Cuba hoy

 

 

A la pregunta que nos hacen reiteradamente sobre la presencia del Che en la realidad cubana de hoy dentro de la transformación de nuestro modelo económico y también de la sociedad cubana en general, creo que lo pertinente es delimitar algunas fronteras y conceptualizaciones válidas, inclusive, para estos tiempos y los por venir. Por supuesto, sin soslayar el análisis de la vigencia o no de algunos presupuestos incorporados por él a su sistema de pensamiento, referidos a contextos y coyunturas propias de su época.

1. Creo que para el Che al igual que para otros pensadores es necesario e imprescindible analizarlos, como se ha apuntado, dentro del contexto en que vivieron y qué los condujo a determinadas afirmaciones y tesis asentadas por esa realidad, a veces coyuntural, pero otras afianzadas en una lógica más acabada que trasciende su tiempo. Así debemos estudiarlos y precisar su vida y obra sin caer en excesos de un lado u otro, con su dialéctica propia y los límites que no lleven a un desgaste o a una repetición insustancial de algunas tesis o presupuestos específicos.

2. Sin dudas, no es confundir, como afirman algunos, que el Che pretendiera ser el más comunista de todos, pero sí fue uno de los más convencidos de algo que siempre reiteró: el socialismo como sistema es insuperable al capitalismo y más temprano que tarde se convertirá en el futuro de la humanidad, solo que no será una tarea fácil por el peso y la pujanza del capitalismo desarrollado y, sobre todo, por la necesidad de construir el futuro desde el presente, pensando en lo superioridad intrínseca del comunismo. La posibilidad de avanzar hacia un sistema superior solo es posible si se tiene en cuenta un requisito principal: pensar en el hombre que tiene que construir ese futuro, porque como afirmara reiteradamente sin socialistas no se puede transitar hacia el cambio. Esa gran verdad lo conduce a elaborar un sistema de pensamiento y acción propio de la Filosofía de la praxis, donde la teoría y la acción se funden para marchar juntos en la conquista de la nueva sociedad.

3. Cabe una interrogante muy extendida en algunos para estos tiempos que corren, ¿fue el Che utópico al pensar y definir al hombre nuevo del futuro? Yo pienso que no, si asumimos cómo sintió, actuó y pensó acerca de ese proceso y cuya base la extrajo del propio Marx, de ahí que sea necesario borrar ese halo místico en que se ha asumido muchas veces su huella de hombre perfecto, capaz de idealizar la posibilidad de construir un hombre nuevo alejado de la realidad. Creo que su actuar está en correspondencia con su modo de pensar, pero sobre todo en la angustia que advertía en cómo avanzar en el desarrollo de la conciencia en su función de ente transformador, sin dejarse atrapar por dogmas preestablecidos ni vulgarizaciones que nada tienen que ver con el marxismo y su praxis. En su caso, tiene una importancia real porque forma parte de uno de sus aportes esenciales al marxismo como continuador de Marx, que lo llevan a afirmar que para transitar por un cambio verdadero era necesario trabajar con el hombre desde el primer día y formarlo en una conciencia que le permitiera entender sus circunstancias, su modo de actuar y su sacrificio desde el presente, marcado por una ética de valores en que se pudiera vislumbrar un pensamiento político y un comportamiento acorde con esos principios. Recordar la fórmula que define al socialismo en esa primera etapa: Productividad + Conciencia, aparentemente simple pero muy sugerentes y comprometida al dejar delimitada componentes que, de no observarse, darían al traste con el camino hacia un tránsito verdadero.

4. En esa definición se encuentra en síntesis, su concepción del verdadero significado del Socialismo, pero sobre todo algo que formó parte de su marxismo crítico y uno de sus principales contenidos como verdaderos aportes al pensamiento marxista, al partir de que solo la actividad humana, sin mecanicismos ni imposiciones, puede hacer avanzar la transición hacia el socialismo. En ese nivel sitúa las críticas que en su momento le hace al modelo económico del llamado socialismo existente de su época, las que le valieron calificativos de hereje, aunque en definitiva la historia se encargó de darle la razón. Parte, una vez más, del papel del hombre y la conciencia como rasgos esenciales y necesarios y, justamente ahí, a su juicio, es que el socialismo se perdía al proponerse actuar con los condicionamientos propios de una sociedad capitalista y no desarrollarse como constructor consciente de la sociedad nueva. Por supuesto es una pregunta a hacerse en la Cuba de hoy y el espacio que ocupa el Che, si en verdad mantenemos el sueño de hacer realidad un socialismo emancipatorio.

5. Partamos de lo que afirmábamos al principio sobre los contextos y condicionamiento de su época. Para el Che el socialismo instaurado por primera vez en el mundo podía suplantar al capitalismo por ser superior y por proponerse alcanzar la verdadera emancipación de la humanidad. Estaba convencido de ese fundamento y así concibió un pensamiento y acciones que lo vislumbraran, sin embargo muy pronto al conocer a profundidad lo que ocurría en el llamado socialismo existente comenzó a palpar deficiencias y fisuras que de no pararse darían al traste con la construcción futura del socialismo. Es el momento en que estudia concienzudamente cuáles eran los problemas que se habían generado y de qué forma podían superarse.

6. Esos enunciados significan un mérito enorme que habla no solo de su capacidad política e ideológica, sino que habla de su capacidad intelectual y su profundo conocimiento del marxismo y la Economía Política cuando emplaza las deficiencias de lo que estaba ocurriendo y las posibles vías para superarlo. Es el comienzo de una profunda reflexión donde analiza los problemas de la EP y su no existencia en la transición socialista, lo que a su juicio impedía teóricamente partir de bases concretas para avanzar en el proceso. Se carecía de una herramienta imprescindible para dar respuestas a las necesidades de lo nuevo y barrer con lo obsoleto de lo anterior. A esa verdad se unen no solo los problemas económicos si no también los políticos al instaurarse irracionalmente un poder autoritario, dogmático y sectario que se valía de un recetario de citas para imponer una experiencia que no era la única y que ni tampoco se proponía propiciar un cambio. Es el momento en que comienza una carrera para ser igual a…, lo que al final da al traste con la construcción de los cimientos verdaderos en que afianzar los nuevos cambios.

7. Partiendo de esa experiencia no solo elabora apuntes críticos acuciosos y rigurosos en sus aseveraciones, sino que comienza a estructurar un pensamiento propio acerca del socialismo, partiendo de su experiencia dentro de la RC y también del conocimiento que tenía de la realidad tercermundista, momento en que construye un conjunto de tesis que servirían para incorporar a la realidad del socialismo existente a otro tipo de países, subdesarrollados por demás, para que unidos todos pudieran establecer un frente común de oposición al capitalismo y al imperialismo y avanzar en el camino certero hacia el socialismo. Elabora tesis generales que parten de un análisis importantísimo del papel del Imperialismo, su capacidad de respuesta, su vínculo con el mundo dependiente y subdesarrollado y cómo ese mundo puede ser capaz de enfrentársele. Es el clímax de su pensamiento y hasta donde pudo llegar, momento en que toma la decisión de elaborar un proyecto personal de lucha al pensar que ese camino de enfrentamiento era acertado y el más directo. Desde nuestra óptica actual, se puede estar o no de acuerdo, si fue equivocada esa elección, pero hasta el momento el legado que nos dejara, a pesar de sus circunstancias, lo colocan en una posición sobresaliente como intelectual comprometido con un actuar revolucionario que lo trasciende.

8. De modo práctico es importante destacar el esfuerzo que realizara por dar respuestas a cómo enfrentar el tránsito al socialismo desde el mundo dependiente y subdesarrollado, cuando pone en función, dentro del MININD, su Sistema Presupuestario de Financiamiento, partiendo de los principios claves de su práctica política: el papel del hombre como centro, el desarrollo de su conciencia y su socialización en todos los niveles de la sociedad basado en una ética política capaz de proponerse un cambio radical en la conducta de los hombres y su entrega. Como marxista verdadero establece una integralidad donde se conjugan todos los factores que intervienen en ese proceso, sobre todo desde presupuestos culturales, científicos y tecnológicos que le permitieran avanzar y sentirse actores comprometidos con los nuevos cambios. Asombra la labor desarrollada en el MININD, la estructura asumida y la forma que se dio a la organización, al control y a los métodos de dirección que hoy son elementos imprescindibles en las nuevas propuestas de cambio, pero que tuvieron un espacio y resultados concretos dentro de su accionar como Ministro.

9. Ejemplos significativos estuvieron presentes en la Disciplina financiera, el papel de la Contabilidad y el control de los inventarios, la supervisión y la auditoría que conformaban un verdadero sistema de control. La interrogante que siempre nos hacemos es, ¿por qué se perdió? No se alcanzó la perfección, pero sin dudas en los métodos y estilo de trabajo se diseñó un modelo capaz de priorizar la Producción con una visión social y económica y, esto lo digo con intención, porque no se puede negar que debe ser una doble condición en el socialismo si en verdad deseamos un camino justo y equilibrado. Esta nueva concepción, válida hasta el presente, definió el desarrollo de una base productiva que contemplara los cambios técnicos, científicos y organizativos, gerenciales y culturales, ¡imagínense ustedes en los años 60 lanzarse con esa concepción! Y, además, el establecimiento de una organización productiva con estructuras y mecanismos ágiles desde la base hasta el Ministerio. Los ejemplos sobran. En el plano de la estructura Económica se definía la Planificación como el elemento racional que permitiría trazar una política objetiva de Producción, Abastecimiento, Salarios, Costos y Precio, Inversiones, construcciones industriales, por citar algunos elementos. Esos eran elementos que le daban al Sistema Presupuestario un estilo colectivo de trabajo, una visión integral y una visión perspectiva. Ahora, ¿todo funcionó bien, todo respondía a ese engranaje? Esas respuestas es necesario asumirlas desde diversas ópticas y contextos para no caer en calificativos extremos.

10. Primero, nunca en Cuba se generalizó el Sistema, y se asumió en lo fundamental el sistema de Autogestión que era el aplicado en los países socialistas existentes. ¿Tenía el Che razón o no en su percepción? Antes de su partida, le escribe una carta a Fidel en 65 donde expone algunos elementos que se pudieran discutir y que nos llevan a un camino de razonamientos más precisos y consecuentes respecto al papel del individuo y sus limitaciones en la práctica socialista aplicada por los países del sistema socialista existente: “…El interés material individual era el arma capitalista por excelencia y hoy se pretende elevar a categoría de palanca de desarrollo, pero está limitado por la existencia de una sociedad donde no se admite la explotación…”. Por supuesto, esa afirmación no puede asumirse como receta, solo reflexionar en la importancia ética que distingue el paso hacia una sociedad nueva y la asunción de los nuevos proyectos que nos definan.

11. Claro que existen contextos diferentes, pero si en su momento muchas de las cosas que conformaban el sistema se hubieran ajustado a nivel de toda la sociedad, hubieran contribuido a organizar una sociedad más ajustada en estructura y funcionamiento. Un ejemplo simple desde el control o descontrol: no es posible avanzar dándose el lujo de desechar los sistemas contables argumentando que era excesiva la centralización cuando son elementos que contribuyen al orden, al control y a la perspectiva de desarrollo (aceptados hoy como imprescindibles), sin embargo, es importante detenerse a pensar cuánto de lo dicho se discute hoy como si nunca se hubiera tenido en cuenta. Sin dudas, el Che no se hubiera detenido en proyecciones y hubiera pensado para el hoy al igual que lo supo hacer en su momento, solo que es imposible pensar que alguien que fue capaz de elaborar un pensamiento creador y activo seguiría repitiendo los mismos esquemas, aunque estoy convencida que siempre pensando desde el socialismo.

12. Por ejemplo, hoy se debate por nuestros economistas cómo configurar la sociedad socialista que queremos y cómo superar el modelo “anquilosado” que tenemos. Por supuesto, hay que avanzar mucho en experiencia, en nuevas prácticas, pero lo más importante es no perder de vista si las mismas responden al socialismo que queremos, porque definir una Economía de Mercado no capitalista es compleja y a su vez contradictoria si no definimos con claridad sus objetivos y verdadero alcance, partiendo de la necesidad que se tiene de incorporar al modelo la participación privada. Sin satanizar nada, cómo, en ese esquema, se puede garantizar la transición socialista basado en un amplio concepto de Desarrollo donde hay que cambiar las reglas de funcionamiento y establecer transformaciones profundas que respondan a las nuevas circunstancias: Trabajo y Salario, regulación de los Mercados y su medición e impacto en los nuevos actores como los verdaderos ejes del cambio, es decir el lógico cambio generacional, entre otros.

13. Todo ello forma parte de una estrategia necesaria pero que tendrá que ponerse a prueba y medir hasta dónde avanzar en ella y cuándo atenuarla en la medida que se evolucione y desarrolle la productividad, la organización y satisfacción, elementos que necesitan de correcciones dentro del modelo socialista que deseamos construir porque de lo contrario nos acercaríamos a las críticas enunciadas por el Che cuando en su momento advirtió los errores en que se podía caer.

14. Para terminar quisiera remitirme una vez más a la carta que le enviara el Che a Fidel en 1965: “Nosotros no hemos hallado respuesta todavía y creo que hay que estudiar un poco más esto. La respuesta tiene que estar íntimamente relacionada con la Economía Política de este período y el tratamiento que le dé a estas cuestiones debe ser integral y coherente…”. Esa integralidad que pedía el Che debe ser parte de la construcción del nuevo modelo, más allá de los posibles y necesarios cambios, pero sin dejar de considerar el significado real de la solidaridad que no es subsidiada si responde a los valores del socialismo en su integralidad desde lo político, estructural y cultural, desde el marxismo verdadero y desde la participación de todos.




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