LOS RETOS DEL GOBIERNO
La semana pasada comentamos el exabrupto opositor en la primera sesión de ambas Cámaras Legislativas. Nos referimos a la moción presentada por blancos y colorados en el sentido de que el Parlamento uruguayo emitiera una declaración de condena al régimen cubano a raíz de la muerte en prisión del disidente Orlando Zapata.
Sostuvimos entonces que la presentación de dicho proyecto de declaración desafinaba en el concierto político que busca llegar a acuerdos, ya que era previsible y todo hace suponer que tal fue la intención de la oposición que el tema desacomodaría a la bancada de la izquierda.
En la presente semana, otro hecho de similar naturaleza se dio en el Senado cuando el doctor Lacalle mocionó, al término de la sesión, pidiendo un llamado a sala al novel ministro de Economía Fernando Lorenzo en régimen de Comisión General. A menos de quince días de instalado el nuevo gobierno y de designado el nuevo gabinete, un llamado a sala, por más que se haya insistido en que el propósito era conocer el estado de las finanzas del país al comienzo de una nueva administración, no parece compadecerse con el clima de diálogo y de entendimiento promovido desde la Presidencia y calurosamente aplaudido por todos los partidos. Con buen criterio, flexibilidad y amplitud de miras, la bancada frentista accedió al planteo del doctor Lacalle, y el ministro comparecerá ante el Cuerpo sobre fines de marzo.
Pero felizmente, no todo son piedras en el camino ni palos en la rueda. En las comisiones interpartidarias que tratan las cuatro grandes áreas que requieren políticas públicas, los acuerdos parecen empezar a concretarse. No sólo en las que tratan temas medioambientales y de energía sino incluso en las que se hallan abocadas a áreas más sensibles y urticantes: seguridad y educación.
Los problemas de inseguridad ya no podrán ser usados irresponsablemente por la oposición para atacar al gobierno, desde el momento en que todo el sistema político está comprometido en la búsqueda de soluciones al respecto. Ello es mérito de la propuesta del presidente Mujica y del hecho no menor que ha significado la revisión de posturas irreductibles tanto de parte de la izquierda cuanto de los partidos tradicionales. La palabra ‘represión’ ha dejado de ser una voz malsonante en el vocabulario frentista, al tiempo que la derecha parece haber entendido que es preciso atacar la etiología del fenómeno de la delincuencia con medidas de asistencia social. Los delitos deben castigarse como corresponde; la sociedad debe ser protegida; pero al mismo tiempo es preciso desarrollar una ingente tarea que apunte a rescatar de la marginación a los jóvenes de los sectores menos privilegiados, hacer lo imposible por reincorporarlos al sistema educativo y desplegar estrategias tendientes a recomponer el entramado social.
También debemos saludar los avances en lo que tiene que ver con la integración de representantes de los partidos del llano en los entes y empresas públicas.
Y finalmente, es de destacar la buena voluntad manifestada por la izquierda en lo que tiene que ver con la integración del Tribunal de Cuentas y la Corte Electoral, de modo de poner fin a una situación absurda que no refleja en absoluto el mapa político actual pues es el resultado del mapa electoral surgido de las elecciones de 1994.
Y a pesar de que ambos organismos siempre se integraron con mayoría del partido ganador, el Frente, en un gesto de grandeza, está dispuesto a renunciar a tener la mayoría absoluta en dichas instituciones.
Hacemos votos por que se llegue a los tan ansiados acuerdos que permitirán destrabar la situación.
Visión Universitaria 