Archivo de noviembre 2017
lgbtiq …
Rubén López Pacilio acaba de cumplir 60 años y vive con Mario Bonilla, su marido, en Mercedes, una pequeña ciudad de Uruguay. “En el año 90, el diario La República tenía un suplemento que se llamaba ‘Susurros’, donde se podían publicar avisos y mensajes gratuitos. Cada uno decía si buscaba una amistad, una relación ocasional o algo serio, y firmaba con seudónimo. Con mi secretaria se nos ocurrió hacer una broma: nos hacíamos pasar por una pareja swinger que buscaba otras parejas para hacer intercambios”.
Hubo 78 personas que escribieron al diario para conocerlo. “Seleccioné a dos y a la semana siguiente me fui a Montevideo. Tenía una cita a las 9 de la mañana y otra a las 11. El de las 9 era un neurólogo, el de las 11 era Mario, un joven veterinario”. La carta de Mario decía así: “Amigo ‘Permiso’: es la primera vez que hago algo de esto, me causa bastante nerviosismo (…) Te voy a dar mi teléfono para que me llames. Hacelo sólo entre las 7 y las 8.30 de la mañana. Normalmente vivo solo pero a veces están mis padres, así que ¡por favor! te pido discreción. Llamáme pronto”.
“No sabíamos si estábamos haciendo bien, porque su familia biológica no podía quedarse con él, o si podíamos perjudicarlo en el futuro, por ser un chico con dos padres -recuerda Rubén-. Consultamos con una psicóloga, una socióloga, un psiquiatra y nos comunicamos con referentes de San Francisco, que conocían familias homo parentales. Todos dijeron lo mismo: si estábamos preparados para dar amor no íbamos a tener problemas”.
Como la ley no contemplaba que Camilo fuera anotado como hijo de los dos, el riesgo era enorme: si Rubén llegaba a morir, Mario no tenía ningún vínculo legal con su hijo. Por eso, cuando estaba por terminar la primaria, el matrimonio logró que el Tribunal de Familia los escuchara. Vieron que Camilo estaba tan bien que, por unanimidad, les concedieron la adopción compartida. Camilo pasó a tener el apellido de ambos: López Bonilla. Si bien eran activistas -fueron con su bebé en brazos a Marchas del Orgullo internacionales-, cuando Camilo empezó a crecer bajaron el perfil. “En aquel entonces, un pastor amenazaba a las parejas homosexuales que adoptaban hijos. Salía por la televisión y decía: ‘No se van a salir con la suya’. Se nos congelaba la sangre de sólo pensar en perderlo. Nosotros dábamos un examen diario, en la escuela, en el club, en los círculos de amigos. Estaba instaurado que los padres gay éramos pedófilos y que nuestros hijos estaban condenados a salir mariquitas, maquilladores o bailarinas”.
De él habla el cartel que trajeron sus padres el sábado, cuando viajaron a Buenos Aires a participar de la marcha del Orgullo LGBTIQ (Lesbianas, Gays, Bisexuales, Transexuales, Intersexuales y Queer. “Nuestro hijo es hétero pero igual lo amamos”, dice. “Fue una ironía simpática -explica Rubén-. Quisimos parafrasear el discurso que dice: ‘Nuestro hijo es gay pero igual lo amamos’, como si no quedara más remedio. La idea era no sólo mostrar lo bizarro de nuestra comunidad sino abrir el diálogo, poder hablar de nuestras familias”. Cae el sol y Camilo, desde la Escuela Naval, tiene unos minutos libres para atender el teléfono. Debe pedir autorización para salir en las fotos con uniforme pero no para hablar de lo que siente. “Yo no la pasé mal por tener dos papás, nunca me faltó una mamá. A veces en el colegio me sentía distinto un rato, porque todos los otros tenían un papá y una mamá, pero después era lo mismo, son las dos personas que más te aman en el mundo”, explica.
palestina e Israel hoy
70 años de promesas rotas
La historia no contada del plan de partición
escribe: Ramzy Baroud / Palestine Chronic
En una charla reciente ante el grupo de expertos de Chatham House en Londres, el primer ministro israelí Benjamin Netanyahu abordó el tema de un Estado palestino desde una perspectiva intelectual.
Antes de que pensemos en establecer un Estado palestino, reflexionó, «es hora de que reevaluemos si el modelo moderno que tenemos de soberanía y una soberanía sin restricciones es aplicable en cualquier parte del mundo».
No es la primera vez que Netanyahu desacredita la idea de un Estado palestino. A pesar de las claras intenciones israelíes de poner en peligro cualquier oportunidad para la creación de dicho Estado, la administración estadounidense de Donald Trump está, según los informes, finalizando los planes para un «acuerdo de paz definitivo». El New York Times sugiere que «el diseño del plan tendrá que construirse en torno a la llamada solución de dos estados».
¿Pero ¿para qué desperdiciar esfuerzos, si en todas las partes, los estadounidenses incluidos, saben que Israel no tiene intención de permitir un Estado palestino y que EE.UU. no cuenta con el capital político o el deseo de hacerlo cumplir?
La respuesta puede no estar en el presente, sino en el pasado.
Un Estado árabe palestino se propuso inicialmente por parte de los británicos como una táctica política para proporcionar una cobertura legal al establecimiento de un Estado judío. Se sigue utilizando como una táctica política, aunque nunca con el objetivo de encontrar una «solución justa» para el conflicto, como suele propagarse.
Cuando el secretario de Asuntos Exteriores británico Arthur James Balfour hizo su promesa al movimiento sionista en noviembre de 1917 de otorgarle un Estado judío en Palestina, la idea antes distante e inverosímil comenzó a tomar forma. Habría sido posible sin esfuerzo si los palestinos no se hubieran rebelado.
La rebelión palestina de 1936-1939 mostró un grado impresionante de conciencia política colectiva y capacidad de movilización, a pesar de la violencia británica.
El Gobierno británico luego envió a la Comisión Peel a Palestina para examinar las raíces de la violencia, con la esperanza de sofocar la revuelta.
En julio de 1937 la comisión publicó su informe, que de inmediato encendió la furia de la población nativa, que ya conocía la colusión entre británicos y sionistas.
La Comisión Peel concluyó que «las causas subyacentes de los disturbios» eran el deseo de los palestinos de la independencia y su «odio y miedo al establecimiento del hogar nacional judío». Con base en ese punto de vista, recomendó la partición de Palestina en un Estado judío y un Estado palestino, este último para incorporarlo a Transjordania, que estaba bajo el control de los británicos.
Palestina, como otros países árabes, estaba supuestamente preparándose para la independencia bajo los términos del Mandato Británico, según lo concedido por la Liga de las Naciones en 1922. Más aún, la Comisión Peel recomendaba la independencia parcial de Palestina, a diferencia de la soberanía total otorgada al Estado judío
Más alarmante fue la naturaleza arbitraria de esa división. La propiedad total de la tierra judía en el territorio no excedía el 5,6 por ciento del total del país. El Estado judío debía incluir las regiones más estratégicas y fértiles de Palestina, como la fértil Galilea y gran parte del acceso al agua del Mediterráneo.
Miles de palestinos fueron asesinados en la rebelión mientras seguían rechazando la partición perjudicial y la estratagema británica destinada a honrar la Declaración Balfour y hacer que los palestinos fueran apátridas.
Para fortalecer su posición, la dirección sionista cambió el rumbo. En mayo de 1942, David Ben-Gurion, entonces representante de la Agencia Judía, asistió a una conferencia en Nueva York que reunió a los principales sionistas estadounidenses. En su discurso exigió que toda Palestina se convirtiera en una «mancomunidad judía».
Un nuevo y poderoso aliado, el presidente Harry Truman, comenzó a llenar el vacío que quedaba abierto, ya que los británicos estaban ansiosos por terminar su mandato en Palestina. En Before Their Diaspora, Walid Khalidi escribe:
«(El presidente de EE.UU. Harry Truman) dio un paso más en su apoyo al sionismo respaldando un plan de la Agencia Judía para la partición de Palestina en un Estado judío y un Estado palestino. El plan preveía la incorporación al Estado judío de aproximadamente el 60 por ciento de Palestina en un momento en que la propiedad de la tierra judía en el país no superaba el 7 por ciento”.
El 29 de noviembre de 1947 la Asamblea General del estado de 33 miembros de la ONU, bajo la intensa presión de la Administración estadounidense de Truman, votó a favor de la Resolución 181 (II) llamando a la partición de Palestina en tres entidades: un Estado judío, un Estado palestino y un régimen internacional para gobernar Jerusalén.
Si la propuesta de partición británica de 1937 fue lo suficientemente mala, la resolución de la ONU fue motivo de total consternación, ya que asignó 5.500 millas cuadradas al propuesto Estado judío y solo 4.500 millas cuadradas a los palestinos, que poseían el 94,2 de la tierra y representaban más de dos tercios de la población.
La limpieza étnica de Palestina comenzó en serio después de la adopción del Plan de Partición. En diciembre de 1947 los ataques sionistas organizados en áreas palestinas resultaron en el éxodo de 75.000 personas. De hecho la Nakba (catástrofe) palestina no comenzó en 1948, sino en 1947.
Ese éxodo de los palestinos fue diseñado a través del Plan Dalet, que se implementó por etapas y se modificó para acomodar las necesidades políticas. La etapa final de ese plan, lanzada en abril de 1948, incluyó seis operaciones principales. Dos de ellas, la Operación Nachshon y Harel, tenían como objetivo destruir las aldeas palestinas en la frontera de Jaffa-Jerusalén y sus alrededores. Al cortar las dos principales masas centrales que componían el Estado árabe palestino propuesto, los líderes sionistas querían romper cualquier posibilidad de cohesión geográfica palestina. Este sigue siendo el objetivo hasta nuestros días.
El logro israelí después de la guerra apenas fue guiado por el Plan de Partición. Los inconexos territorios palestinos de Gaza, Cisjordania y Jerusalén Este conformaron el 22 por ciento del tamaño histórico de Palestina.
El resto es historia dolorosa. La zanahoria del Estado palestino se cuelga de vez en cuando por las mismas fuerzas que dividieron Palestina hace 70 años, pero que trabajaron diligentemente con Israel para asegurar la desaparición de las aspiraciones políticas del pueblo palestino.
Eventualmente el discurso de partición se convirtió en el de «solución de dos estados», defendida en las últimas décadas por varias administraciones estadounidenses que mostraron poca sinceridad de hacer realidad tal Estado.
Y ahora, 70 años después de la partición de Palestina, solo hay un Estado, aunque se rige por dos leyes diferentes, una que privilegia a los judíos y otra que discrimina a los palestinos.
«Un solo Estado ya existe desde hace mucho tiempo», escribió el columnista israelí Gideon Levy en una reciente columna de Haaretz. «Ha llegado el momento de iniciar una batalla sobre la naturaleza de su régimen».
Para muchos palestinos ya es un hecho.
Ramzy Baroud es periodista, autor y editor de Palestine Chronicle. Su próximo libro será The Last Earth: A Palestinian Story (Pluto Press, London). Baroud tiene un Ph.D. en Estudios de Palestina de la Universidad de Exeter y es becario no residente en el Centro de Estudios Globales e Internacionales de Orfalea, Universidad de California en Santa Bárbara. Su web es http://www.ramzybaroud.net
Fuente: http://www.palestinechronicle.com/70-years-of-broken-promises-the-untold-story-of-the-partition-plan/
Fidel castro y cuba
FIDEL un año después …
Un día después de que se conmemorara el primer aniversario de la muerte de Fidel Castro, los cubanos acudieron a las urnas para elegir a sus representantes municipales. Comenzó así el proceso que finalizará en febrero con la elección de la Asamblea Nacional, que, a su vez, definirá quién será el sucesor del presidente Raúl Castro.
El sábado, en el primer aniversario de la muerte de Fidel Castro, el líder cubano fue homenajeado en todos los rincones del país. El acto principal se desarrolló en la escalinata de la Universidad de La Habana, bajo la convocatoria de la Federación de Estudiantes Universitarios de Cuba.
En ese homenaje, actuaron varios artistas cubanos, entre ellos Raúl Torres, autor de la canción “Cabalgando con Fidel”, que se convirtió en el himno oficial en los nueve días de luto nacional que siguieron a la muerte del líder histórico tanto en la televisión como en los actos oficiales de despedida.
Para conmemorar el primer aniversario de su muerte, Torres compuso el tema “Laureles y olivos”, que en los primeros versos evoca: “A un año de tu ausencia, mi viejo / tu llama en el pecho es tan fuerte / que creo que soy una suerte de voz / con clara directriz”.
El sábado, toda la prensa cubana le dedicó páginas a Fidel. El diario Granma, órgano oficial del Partido Comunista, abrió la portada con una foto del líder de cuerpo entero y el titular “En el corazón de Cuba”. En tanto, Juventud Rebelde, el diario de la Unión de Jóvenes Comunistas, eligió una fotografía en blanco y negro del rostro de un Fidel joven, enmarcado con las palabras: “Universo en la piedra”.
Al día siguiente, ayer, más de ocho millones de cubanos estaban llamados a votar en las elecciones municipales, en las que competían 27.221 candidatos a delegados para los 168 municipios de la isla. Se trata de la única instancia de elección en la que puede participar directamente el pueblo cubano y permite la postulación de candidatos independientes, es decir, que no estén vinculados al Partido Comunista de Cuba.
A pesar de esto, ninguno de los 182 aspirantes independientes que se postularon para ser candidatos en las municipales logró pasar los filtros en las asambleas barriales de nominación que se realizaron entre el 4 de setiembre y el 30 de octubre. Muchos de esos aspirantes, opositores al gobierno de Castro, se reunieron en la plataforma #Otro18, que en las últimas se-manas ha denunciado maniobras de las autoridades cubanas para impedir que los candidatos independientes salieran nominados en esas asambleas.
La próxima etapa del proceso es la elección de los delegados de la Asamblea Nacional del Poder Popular, el Parlamento unicameral. Esta elección es indirecta y está mediada por los delegados que fueron elegidos ayer –que luego conformarán la Asamblea Municipal– y por los representantes de las llamadas Comisiones de Candidaturas. Estas últimas están conformadas por organizaciones civiles sujetas al partido gobernante. Una vez que quede instaurada la Asamblea Nacional, los diputados deberán definir quién será el nuevo presidente de Cuba. Todavía no se conoce la fecha específica de esta última etapa, que deberá tener lugar antes de febrero.
El gobierno cubano sigue sin dar pistas sobre quién será el próximo presidente, que por primera vez en 51 años no pertenecerá a la familia Castro. Sin embargo, todas las fichas están puestas en el actual primer vicepresidente, Manuel Díaz-Canel, de 57 años.
Ayer, después de votar, Díaz-Canel evitó responder ante periodistas sobre la posibilidad de que él acceda a la presidencia y se limitó a decir que en el futuro “habrá presidentes en Cuba siempre defendiendo la revolución y serán compañeros que saldrán del pueblo”. A la vez, dijo que apuesta por el recambio generacional y que confía en las nuevas generaciones de líderes, siempre y cuando esté garantizada “ante todo” la “continuidad” del socialismo.
darwinismo …
Obsoleto darwinismo económico y social
escribe: Hugo Acevedo, Analista
En el marco de la celebración del Día de la Industria, el presidente de la Cámara de Industrias del Uruguay, Washington Corrallo, elevó los decibeles del discurso empresarial, reclamando, nuevamente, la flexibilización de las normas laborales como condición para el crecimiento del empleo.
Sus reflexiones, que conjugan los postulados de la ideología conservadora, apuntan a un claro retroceso en los sustantivos avances registrados en los últimos trece años.
Durante su alocución, el industrial abogó por una urgente reforma educativa, que esté en sintonía con los desafíos que plantea “el país productivo que todos tenemos en mente”.
Corallo parece ignorar que, en la última década, la Universidad del Trabajo del Uruguay operó radicales transformaciones en su variada y enriquecida oferta educativa, con la incorporación de nuevas carreras y el desarrollo de la educación de nivel terciario.
Esos cambios han transformado la UTU en insoslayable referencia en materia educativa, que, en algunas especialidades, compite con la propia Universidad de la República.
No en vano la Administración Nacional de Educación Pública ha rubricado convenios bilaterales de cooperación con dicha institución de estudios superiores, a los efectos de avanzar en la implementación de propuestas novedosas.
En todos los casos, las nuevas opciones apuntan a una formación profesional de alta calificación, atendiendo a las demandas de un universo laboral cada vez más diversificado y competitivo.
Corrallo debería explicar cuál es el “país productivo que todos tenemos en mente”, en tanto se dirigió a un auditorio de industriales con idénticos objetivos y no a la sociedad.
Evidentemente, su modelo de “país productivo” está caracterizado por la flexibilidad laboral y el recorte de los derechos de los trabajadores, acorde a la filosofía de acumulación reivindicada por el gran capital.
Otro aspecto no menos trascendente es si la reforma educativa debería estar únicamente al servicio de las demandas del mercado como reclama el empresariado, o bien apuntar al desarrollo humano integral, en sintonía con nuestras mejores tradiciones y con el acendrado paradigma del legado vareliano.
En todo caso, Corrallo debería opinar de lo que sabe y dejar que de los temas educativos se ocupen los entendidos en una materia tan compleja, quienes conocen los procesos y las peculiaridades de la gestión.
En otro pasaje de su mensaje, el industrial afirmó que “hay que trabajar para recuperar la competitividad perdida de la forma más eficiente posible. Es sustancial mejorar la legislación laboral vigente, que es muchas veces obsoleta”.
Parece insólito que el vocero afirme que la actual legislación laboral es obsoleta, en tanto esta ha sido reiteradamente elogiada por las agencias internacionales. No en vano el Director General de la Organización Internacional del Trabajo, Guy Ryder, resaltó los aportes realizados en los últimos años por Uruguay a los derechos de los trabajadores y las condiciones de estabilidad política y económica del país.
Asimismo, recordó que Uruguay fue el primer país en adherir al convenio sobre los derechos laborales de los trabajadores domésticos, que fueron garantizados por la ley 18.065, la cual regula la actividad en el sector por primera vez en la historia.
Aparentemente, para Corrallo, la normativa en materia de negociación colectiva es demodé, incluyendo, naturalmente, a los Consejos de Salarios y la ley de Fuero Sindical, entre otros tantos derechos que han beneficiado a miles de trabajadores.
Aunque no lo admita explícitamente, la utopía de Corrallo y de la oligarquía uruguaya sería una legislación laxa similar a la aprobada en Brasil, que barrió literalmente con todas los avances registrados durante los gobiernos del Partido de los Trabajadores e hizo retroceder al país a tiempos pretéritos.
Obsoletos son quienes insisten en sostener un paradigma de explotación propio del peor darwinismo económico y social, acuñado por un credo neoliberal en vías de extinción.
Antes de criticar las reformas concretadas por los gobiernos progresistas en articulación con el movimiento social, esta rancia burguesía debería ensayar una profunda autocrítica.
Más allá de eventuales controversias, el éxito de la reforma laboral uruguaya está avalado por contundentes evidencias empíricas. En efecto, con este marco normativo, los salarios crecieron un 55% en términos reales en los últimos trece años y todos los sectores de actividad, incluyendo a los siempre denigrados peones rurales y a las empleadas domésticas, cuentan con salario mínimo, limitación de jornada de trabajo y cobertura de seguridad social.
Ciertamente, no es necesario que Corrallo abunde en explicaciones. Todas esas medidas fueron aceptadas a regañadientes por el sector empleador, acostumbrado, en muchos casos, al abuso patronal, particularmente con los trabajadores más vulnerables y menos calificados.
Por supuesto, el Presidente de la Cámara de Industrias reiteró el burdo pretexto de atribuir la pérdida de fuentes de trabajo a los problemas de competitividad del sector.
Si bien en parte este argumento es válido, no menos cierto también es que la competitividad no depende únicamente de la ecuación de costos internos y externos.
Al respecto, uno de los aspectos fundamentales es la productividad, que no es mensurable en un esquema de relaciones laborales en el cual los trabajadores son meros espectadores sin ninguna participación.
Tal vez habría que crear un sistema cogestionado como sucede desde hace décadas en los países nórdicos, que transparente todo lo relativo a la actividad y la rentabilidad de las empresas. Empero, una medida de esta naturaleza, que no tiene nada de revolucionaria, difícilmente sea avalada por las cámaras que aglutinan a los propietarios de los medios de producción.
Su referencia a la pérdida de empleos y de capital merece también una profunda reflexión, en tanto hay empresas fundidas pero casi nunca empresarios fundidos, porque la lógica del capitalismo es la privatización de las ganancias y la socialización de las pérdidas.
Obviamente, el empresario volvió a quejarse –cuándo no- por los costos y por la política fiscal del gobierno, que, paradójicamente, castiga bastante más a los trabajadores que al capital.
La oligarquía vernácula aspira a recrear el “paraíso” capitalista de los tiempos de auge del neoliberalismo, con gobiernos de derecha obsecuentes y alineados con el modelo concentrador.
El desafío es abortar la tentación restauracionista del oscurantista statu quo económico y social de la década del noventa, que parió la devastadora crisis de 2002.
El politólogo y lingüista estadunidense Noam Chomsky cerró los trabajos del Festival Ciudad de las Ideas
“Nuestra sociedad se enfrenta a tres grandes crisis”
Dentro del Festival Ciudad de las Ideas, el lingüista y politólogo afirmó que la generación actual debe responder y atender tres problemáticas que amenazan a la humanidad.
El politólogo y lingüista estadunidense Noam Chomsky cerró los trabajos del Festival Ciudad de las Ideas, también conocido como “De las mentes brillantes”, alertando sobre tres crisis que amenazan a la humanidad, la moral que lleva a la deshumanización; la del cambio climático que ya está aquí, y la posibilidad de una pandemia.
“Todavía recuerdo ese 6 de agosto de 1945” aseguró el intelectual sobre el día que la bomba atómica fue lanzada sobre Hiroshima (Japón) para apuntar la primera de estas crisis, la nuclear. Recordó que estaba en un campamento de verano cuando sucedió y entonces “a nadie le importó. Salí solo a caminar y desde entonces he seguido el comportamiento temerario por parte de los líderes políticos”.
Chomsky dijo que acabar con la guerra nuclear es sencillo porque “sabemos cómo enfrentar el problema” y la solución es deshacerse de las armas pero los intereses particulares de determinados países prevalecen ante la paz mundial. En pleno siglo XXI la historia de las Guerras Mundiales parece quedar muy atrás para los jóvenes, sin embargo la amenaza es mayor porque los países están más armados que nunca y en una carrera armamentística y de exhibición de poder con una actitud de provocación constante al “enemigo”, indicó Chomsky.
Crisis ambientales y pandemias
“En el caso del cambio climático los signos ya están, la ciencia ha demostrado las consecuencias”, sostuvo Chomsky al resaltar la segunda crisis, la ambiental. Comentó que la Comisión Nacional del Cambio Climático en EEUU ha informado de que existe la posibilidad de que el nivel del mar se eleve hasta dos metros en este siglo, lo cual ha sido negado por la administración de Donald Trump.
Imaginar las consecuencias de que se produjera un incremento del nivel de mar es escalofriante porque si hoy hay problemas de refugiados “piense cómo sería si Nueva York estuviera bajo el agua”, sostuvo. Consideró inverosímil que EEUU, “el Estado más importante en la historia de la humanidad, está rehusando participar para enfrentar el problema”.
La tercera crisis que enfrenta la humanidad es el riesgo inminente a una pandemia porque “estamos en el vértice de catástrofes posibles y no lo estamos tomando en serio” reiteró. En una conversación con el fundador del festival Ciudad de las Ideas, Andrés Roemer, y el físico Lawrence Krauss, Chomsky criticó los tratados comerciales advirtiendo que no buscan el beneficio de la sociedad sino satisfacer los intereses de quienes los formulan.
“Decenas de millones tendrán que huir y esto es responsabilidad de las sociedades ricas y desarrolladas que son las que crearon este problema que está generando un efecto devastador contra las clases pobres”, declaró.
“Los tratados de libre comercio no lo son; están diseñados por ejecutivos corporativos, inversores que buscan su propio interés, son convenios de intereses” enfatizó Chomsky. Además, acusó al gobierno de EEUU de imponer unas leyes que dificultan el desarrollo de tecnologías renovables.
La Ciudad de las Ideas se llevó a cabo del 17 al 19 de noviembre, en Puebla; se anunció que tendrá lugar nuevamente en 2018 en el mes de noviembre, en la misma ciudad.
posdemocracia
La posdemocracia
escribe: Nicolás Ariel Herrera
Pensar que el régimen que se impuso sobre el nazifascismo hace setenta y dos años y que emergió como el único dominante en el mundo luego de la caída de la Unión Soviética, haya llegado a su fase final, es trágico. También es cierto que, así en el primer mundo como en América Latina, el ciudadano se muestra hostil a sus gobernantes y a cualquier forma de autoridad institucionalizada, así sea la maestra, el médico, el sacerdote o la policía. El hombre común de nuestro tiempo es negativo, reactivo. Rechaza involucrarse en partidos e ideologías.
Destrata y desconoce a sus representantes, legisladores o presidentes, y se muestra reacio a concurrir a la votación, o prefiere cambiar de partido, votar a desconocidos, mejor si son ajenos a la política. A la gente le molesta el sueldo de los legisladores y se escandaliza por sus gastos o sus viajes al exterior, se siente expoliado por el estado y piensa que las empresas estatales son escandalosamente deficitarias y permanentes fuentes de corrupción y negocios turbios. En el primer mundo se habla de la “posdemocracia” y se piensa que ese alejamiento del ciudadano, su individualismo y su creciente desinterés y egoísmo por los asuntos de la sociedad, constituyen pasos irreversibles hacia una paulatina “desdemocratización”.
Se entiende que el ciudadano ya no confía en sus representantes y no delega su soberanía, sino que exige que la autoridad se gane el derecho a gobernar todos los días. No quiere compromisos pero se reserva el derecho a juzgar y criticar. Para unos, son individualistas que no tienen interés alguno en los asuntos públicos. Para otros, ellos siguen de lejos la política y prestan atención cuando el asunto les afecta. Entonces, ejercen su derecho al veto.
En estos pueblos surlatinos, sometidos al reiterado castigo de dictaduras sanguinarias y rapaces, el ciudadano se sintió engañado, incluso “estafado”, por la promesa de que la democracia traería consigo un amanecer de progreso e igualdad de oportunidades. La realidad fue muy distinta a sus ingenuas ilusiones. Los pueblos vivieron luego las desastrosas consecuencias sociales de las políticas neoliberales de los años noventa, con sus hiperinflaciones, la venta de empresas públicas y la terrible explosión económica y social de los años 2001-2002.
No era eso lo que querían.
Pero el enquistamiento en la sociedad de conductas, actitudes y modelos totalitarios heredados de las dictaduras, cuyas raíces se nutrieron y crecieron entre la misma gente que las invocó, sobrevivió.
Al momento de celebrar 30 años de democracia, los medios universitarios argentinos convocaron a sus mejores académicos y publicistas de jerarquía, titulados en ciencias sociales, quienes asumieron el desafío de interpretar ese descontento que desnuda el “malestar” de los ciudadanos con la democracia. Isidoro Cheresky, Osvaldo Iazzeta, Lucas Martín, Francisco Naishat y Hugo Quiroga, en “Pensar la Democracia Hoy” (Biblos, 2014) recogieron los sobresaltos de la sociedad argentina a la salida de la dictadura (1983) y ante las ruinas de la década menemista.
Dicen en su Presentación:
“Desde hace un tiempo se registra un malestar ante la democracia que se deja ver en la opinión, el abstencionismo, el veto ciudadano, el estallido y otras formas más o menos activas de la expresión de la desconfianza y del rechazo ciudadanos”.
Refiriendo a las esperanzas en la democracia dicen que “las promesas que se ponían a la cuenta de este régimen no sólo no se cumplieron sino que parecieron haber sido traicionadas, en primer lugar por la constatación del aumento de la desigualdad social, pero también por otros motivos que se repiten en diversas latitudes: el recrudecimiento de distintas formas de violencia, el patrimonialismo y las mafias enquistadas en el poder, la petrificación de élites poderosas, la degradación de las condiciones de vida (ambientales, urbanas, etc.) entre otros”. Advierten “Una nueva polarización que (en Argentina) ha llevado a incorporar en el lenguaje cotidiano el término de “crispación” y el de “grieta”…y… “ha repuesto en la escena pública la frontera política dictadura-democracia”.
Contracara de esa conflictividad, “la también señalada deriva hacia la impolítica, la pospolítica o la posdemocracia, es decir diversas denominaciones de la retracción de una ciudadanía hacia formas de acción extrañas a lo común y compartido, a la política, y que pueden dar lugar a las tutelas políticas. Como sea que fuere, tanto las minorías intensas reunidas en torno del rechazo o del veto, como las minorías intensas en torno a una identidad política, o un líder, descansan sobre una sociedad voluble y plural, y sobre una legitimidad en discusión permanente”.
¿Hay algo después de la democracia? ¿Serán regímenes tutelados por un “gran hermano”? ¿Surgirán (se permitirán) las expresiones de los oprimidos?
El mundo ha cambiado y, con otros actores, la democracia ha mutado.
pepe Mujica …
Pepe: una semblanza desde la Política del Espíritu
escribe: Gustavo Vidart
-Profesor, le pido permiso para retirarme.
-¿Cómo, muchacho? La clase no ha terminado todavía. Vd. se queda allí sentado hasta el final
– Perdone profesor, igualmente voy a salir
– Se siente mal? Está enfermo?
– No profesor. Debo ir a vender las flores. Si no lo hago ni mi madre ni mi hermana comen.
Este diálogo quedó como incrustado en la memoria de Renzo Pi, compañero de clase de José Mujica. De continuo lo recordaba. En nuestras conversaciones sobre aquel episodio juvenil de quien era un común amigo, comprendíamos que tal prisa, tal necesidad, tal reclamo de un florista veinteañero, resumía una vida de trabajo rural, allá en la chacra del Cerro. Y, saltando sobre lo anecdótico, resaltaba el sentido de responsabilidad de quien con su denodado trabajo en el invernáculo y fuera de él sostenía a su familia.
Pero a José, al Pepe, le gustaba saber, estudiar, sentir el pulso de la naturaleza, asomarse a las realidades del trabajo, entender el ser y el querer de sus semejantes, hombres como él, y como él fugaces y falibles caminantes. Unos por la vereda donde resplandece el sol de lo generoso y lo posible, otros por donde reina la sombra del mal y la ignorancia.
Decía Spinoza, y yo siempre lo repito, que nuestra conducta ante los pensamientos y acciones humanas debe ser la siguiente : “no alabar ni censurar de antemano, sino tratar de entender”. Y eso es lo que requiere la vida de este ciudadano aplaudido y discutido, que para parte de sus compatriotas , los de la cultura de la corbata, es un personaje que se hace acreedor del desprecio o la ridiculización que merecen los protagonistas de la cultura de la alpargata.
Por su parte, quienes lo exaltan como ser ejemplar, pleno de chocarrera y por momentos empinada sabiduría, cercano a la gente de a pie a quien comprende y encarna, lo trepan al monumento de los ídolos. Eso sucede tanto en la casa uruguaya como en gran parte del planeta, donde multitudes exaltan su inteligencia sensata, sus salidas de inesperada agudeza, sus pausas cavilosas cuando rumia pensamientos y su autenticidad en cuanto hijo del pueblo. Los llamadores comerciales al consumo conspicuo no descuidan este halo atractivo, este imán de almas: su rostro se asoma en camisetas, en baratijas, en los santorales laicos de la imagen que portan consigo sus innúmeros admiradores de todo el planeta.
Pero también en las Naciones Unidas, en las conferencias internacionales, en las Universidades famosas se toman en cuenta sus reflexiones y el modo con que las disemina en el gran oído y de allí a la gran conciencia del mundo.
Es profeta en su tierra, pese al desafecto de quienes lo condenan, lo insultan o lo odian. Fue, como lo fueran millones de muchachos sudamericanos, incendiado por aquella llamarada que Fidel y el Che encendieron en Cuba. Y vivió horas terribles, y las hizo vivir. Los ideales, las ideología y las acciones adquieren especial tensión emocional en los momentos de crisis, de cambio, que enfrentan la quietud de la esfera de Parménides con el impetuoso rio de Heráclito.
Los levantamientos populares salpican toda la historia. Desde antes de Espartaco, desde los Uñas Azules, desde los campos feudales donde, en duras condiciones, trabajaban los siervos de la gleba. La cultura señorial purgó con sangre sus levantamientos. Unos labriegos franceses, hartos de los atropellos de su señor, aunque totalmente desarmados, hicieron sentir su catastrófica protesta: con sus sabots , es decir sus zuecos de madera, pisaron todos los plantíos, los sabotearon. Y el hecho quedo grabado para siempre en el historial y el diccionario de los débiles.
José Mujica actuó en su vida, ya la personal, ya la política, como aquella regla lesbia que se plegaba a los altos y bajos. Sabia, sabe, al igual que aquel artefacto adaptarse al terreno cultural por donde camina. Y el caminar lleva por rumbos distintos. A las gentes del común, a los chiquitúas del desamparo, a los trabajadores pobres y torpes en el decir, les habló comiéndose las eses, conjugando mal los verbos. No por demagogia. Si por empatía cultural, por emparejamiento con los reclamos que vienen desde abajo y se olvidan de la gramática cuando el hambre aprieta.
Recuerdo que en plena campaña electoral fue entrevistado por la televisión francesa. Su pensar incisivo y razonante, su corrección lexicográfica, su puntería conceptual demostraron que sabe nadar en aguas revueltas y aguas tranquilas. Que si se trata de ser claro en cuestiones de inteligencia y sensato en la predicción de “les futuribles”, existe en Mujica un sistema de alta precisión por muchos no advertido. Y repito que no se trata de poses estudiadas sino de aculturación, de adaptación oportuna y convincente al medio.
Sócrates y Maquiavelo a veces deben ir de la mano en cuestiones de res publica, de cosa publica, de gobierno de una República. La política es el arte de lo posible, y asi debe ser entendido por los de arriba y por los de abajo, a quienes el Pepe ha intentado siempre redimir.
Un día sostuve una fuerte discusión con un compatriota que, a viva voz, adoctrinaba a sus oyentes diciendo que Mujica ni siquiera había concurrido a la escuela. Era una mentira, por cierto, pero como quedaría flotando sobre los desinformados oyentes como una nube de dudas, cuando no de desprecio, lo interrumpí diciendo.
– Mire señor. No solo cursó escuela y liceo sino que mordió , y no pudo seguir comiendo, el fruto académico de las Humanidades. ( Lo expresé a la criolla, con términos no insultantes pero si pesados, por no emplear otro calificativo). Y le digo más. Fui secretario privado del presidente Tomás Berreta, quien supo ser, como Mujica, chacarero. Fue también tropero. Y no conoció la escuela. Su escuela fue la vida, su maestra la experiencia, la razón de su ascenso político la capacidad de “saber hacer” con el apoyo del correligionario y “saber transar”- como él decía- con el adversario. Pero aprovechó la biblioteca de un vecino del Miguelete para leer todo cuanto pudo.
– Y mentando sus lecturas , variadas y sorprendentes , don Tomás mas de una vez me citó a Plutarco. Fin del asunto y de su evocación.
– Del mismo modo el Pepe fue y es un incansable lector. De las materias menos pensadas. De biología, de ciencias aplicadas. Un mediodía, almorzando en casa junto con Renzo Pi, nos pusimos a conversar sobre Cervantes y advertimos, con los ojos abiertos como el dos de oro, que al Quijote lo sabia casi de memoria. Por ese entonces yo había acuñado una frase que anda por ahí, rebotando: “El Pepe es un Quijote vestido de Sancho Panza”. Hay mucho de real en la similitud del traperío que abriga o adorna el cuerpo: viste como lo hace en su aripuca y con su mano a mano con la tierra. Pero la cultura de la alpargata no le impide subir al Madrigal de las Altas Torres.
– He leído todas las carretilladas de improperios que vuelcan sobre su persona los adversarios y enemigos de puertas adentro. Voces de ex-Gobernantes, de literatos espantados, de gentes que se precian de sabios y sabihondos, de políticos despechados, de tutti quanti lo miran de reojo. La Constitución republicana garantiza la libertad de pensamiento. No el excremento mental y moral con el que se le quiere ensuciar.
– Pongámonos de acuerdo. Es un hombre y como tal su teoría y su praxis dan a veces en el clavo y otras en la herradura. No es infalible. Y si lo fuera ya estaríamos pisando las islas de la Utopía, donde todo es perfecto, donde nada cambia, donde no hay lucha de ninguna especie , ni siquiera la de ideas. Esta asíntota inferir por donde transcurre una colectiva y estática felicidad equivale a una castración de los ideales.
– Con o sin razón El Pepe puso en juego a la vez las convicciones y el cuero propios. En las horas de plomo luchó y cayó herido por ocho balazos. Vivió el drama de una generación a la que pertenezco, ardió con aquel fuego que fuera, a muerte, tortura y exilio sosegado por el Plan Cóndor. Pero no el ultimo en esta Tierra hoy en llamas, hoy llena de heridas y olor a sangre, y no digo como nunca, porque el Homo sapiens – que ironía- se viene matando desde la prehistoria con terrible ensañamiento.
– Nos une la amistad. Aquella vieja amistad que los corazones trillaban en las praderas de la Patria Vieja, luego en el desdichado y heroico resplandor del artiguismo, y finalmente en el solar de la buena voluntad de las conciencias. Los amigos se quieren por las horas compartidas, por el gusto de estar juntos, callados o en silencio, y se quieren también por sus defectos. Se trata de esa callada ternura que comprende nuestras debilidades, que enjuga nuestros errores, que se expresa con una mirada larga y la mano sobre el hombro del querido compañero.
– En la política se acierta y se yerra. Las leyes no son jaulas de hierro: hay que probarlas como a un cuchillo para ver si cortan. Si el medio económico, social y cultural cambian la política defenestra la ley arcaizante e inaugura nuevas legislaciones. Da prima la política, dopo la legge
– Quienes gobiernan vienen desde los rincones de la ambición o del servicio. Servicio, servidor: dos palabras olvidadas , que no eran propias de los humillados sino de las milicias populares de la “admirable alarma” Mas tarde en los años de la Tierra Purpúrea que celebró Hudson (leer las últimas paginas del libro para comprender eso de celebración) se bordaron en las divisas que se lucían en la frente con esta leyenda :Servidor de la Patria.
– A Mujica lo voto una pueblada. Vox populi, vox Dei. Este es el misterio que no pueden develar los enconados adversarios que castigan con el rebenque elitista: el pueblo obedece a emociones, no a razones, dicen…
– Hay hombre que , como Artigas en las ruedas de fogón, son escuchados y seguidos por “mozos alucinados”, como narró un contemporáneo. Alucinados por la convicción y fuerza de la palabra, por la determinación de un espíritu poderoso.
– Pero cuando se interroga a un pueblo como lo acaba de hacer CIFRA en una encuesta reciente, surgen porcentajes que son mas expresivos que la dialéctica electoral y la heurística electorera: Mujica, el Pepe, el desaliñado, el mal hablado, el que golpea con un ordinario garrote la piñata de la fama, el que cuando bajó de su motoneta en el Palacio Legislativo para ocupar por vez primera una banca fue impedido de hacerlo hasta que se aclaró la vaina, ese oriental que guiado por la verdad o cegado por el error se jugó el cuero por sus ideales – acción que espanta a sus críticos comodones y a los mandrias de lengua suelta- no juega a los dados sino que enseña realidades:
– Hoy el Pepe tiene un 51% de popularidad y su gestión es aprobada por el 45% de la ciudadanía. Los números cantan, aunque tengan la voz ronca.
lutero y la reforma …
El ala izquierda de la Reforma, o la Reforma radical
escribe: Dr. Jairo Alfredo Roa Barreto
Las iglesias cristianas protestantes del mundo entero han organizado múltiples eventos, en estos últimos años, para celebrar los 500 años de la Reforma Protestante. En estos han participado también otras iglesias cristianas y distintas organizaciones a nivel mundial. Sin lugar a dudas, la Reforma es un acontecimiento muy importante y significativo para la historia de la humanidad. Su impacto en el cristianismo, en la educación, en la política, en la sociedad y en la cultura en general hace de ella un acontecimiento que es necesario reconocer y valorar. Aunque la Reforma responde a un kairos, a un momento oportuno que permite su surgimiento, sin lugar a dudas la figura de Martín Lutero tiene un valor fundamental.
Sin embargo, es necesario tener en cuenta que la Reforma no es un movimiento homogéneo. Por esta razón, no es posible hablar de la Reforma en singular, sino de las reformas, así como tampoco se puede hablar del reformador, sino de los reformadores. Entre las reformas es posible identificar además de la Reforma Protestante, la reforma humanista, en la que pueden ubicarse pensadores tan brillantes como Erasmo de Rotterdam; la contrarreforma católica, que también es un intento de reforma dentro de la iglesia católica; y la Reforma radical. Es precisamente sobre esta última que quisiera centrarme, para señalar, muy brevemente, algunos aspectos que considero relevantes. De igual manera, de los reformadores es necesario mencionar, además de los nombres de Martín Lutero, Calvino y Ulrico Zwinglio, algunos más como Tomas Müntzer, Baltasar Hubmaier y Miguel Servet, entre otros. Aunque este último no lideró un grupo o movimiento específico, representó una propuesta de reforma que se vio eliminada tras su muerte, entre las llamas y las cenizas, en Ginebra, la ciudad de Calvino. Por supuesto que la lista de reformadores no se limita a estos nombres, sino que es más amplia.
Hoy en día, los investigadores de la iglesia reconocen, además de la Reforma clásica o magisterial (Lutero, Calvino y Zwinglio) y de la iglesia católica, la existencia de la Reforma radical, conocida también como el ala izquierda de la Reforma. A diferencia de la Reforma clásica, la radical representa la ruptura más extrema respecto de la iglesia medieval. Pero así como la Reforma no fue un movimiento homogéneo, tampoco lo fue la Reforma radical; dentro de ella es posible identificar por lo menos tres tendencias: los anabautistas, los espiritualistas y el racionalismo evangélico.
El ala izquierda o la Reforma radical representó no sólo un problema para la iglesia católica, sino sobre todo para el protestantismo clásico y, específicamente, para Lutero, Calvino y Zwinglio, quienes asumieron frente a este movimiento no sólo un rol de oposición, sino incluso de persecución. Como dice el teólogo protestante Ernest Troeltsch, el protestantismo buscó distinguirse de modo riguroso y hasta sangriento de esta ala radical de la reforma (Troeltsch, 1983: 32).
La Reforma radical es parte de un movimiento heterogéneo en el que confluyen distintas concepciones acerca de la fe y su práctica; algunas se acercan a la Reforma clásica y otras tienen marcada diferencia respecto de ella. Entre los asuntos controvertidos estaba la concepción del bautismo de los creyentes y no de infantes. Negarse al bautismo de los infantes y plantear el rebautismo de los adultos era considerado no sólo un acto contrario a la fe cristiana, sino un acto de desobediencia a la autoridad política.
Los radicales abogaron por una iglesia libre del poder político, por la libertad y la tolerancia religiosa, por el rechazo a la guerra y la violencia (en especial los anabautistas), y por la autonomía de cada una de las comunidades en el nombramiento de sus pastores. Los radicales le dieron un fuerte énfasis al carácter ético-político del Evangelio, antes que doctrinal. En este sentido, no se centraron en la iglesia como institución, sino que pusieron el énfasis en la importancia de la comunidad. Una comunidad que no sólo comparte la fe, sino que comparte los bienes y la solidaridad.
Si bien para Lutero, Calvino y Zwinglio esta “otra reforma” representó un problema que exigía ser eliminado, las propuestas teológicas de la Reforma radical son relevantes y pertinentes para la sociedad actual en aspectos como el compartir los bienes en comunidad como alternativa económica, la no violencia activa y el énfasis ético-político, entre otros.
Lamentablemente, el ocultamiento de esta “otra reforma” es muy grande, incluso entre los herederos de la Reforma. Quizá este mensaje aún incomoda; la vida en comunidad y la búsqueda de la paz con justicia sigue siendo un problema para los que detentan la centralidad del poder.
Debe estar conectado para enviar un comentario.