Archivo de agosto 2018

31
Ago
18

frente amplio … uruguay

PODRÁ SUPERAR LA VALLA MACHISTA LATINA ?

Carolina Cosse, la gran candidata del Frente Amplio

escribe: Leandro Grille / Caras y Caretas

Mientras Uruguay comienza la sumersión definitiva e indefectible en el clima de la campaña electoral que nos conducirá a la elección del próximo gobierno de la República, se despeja el panorama de los aspirantes y se suceden las postulaciones y los pronunciamientos sectoriales. Ya hay nombres que están apuntados para la compulsa desde hace mucho tiempo, como Edgardo Novick o Luis Lacalle Pou, pero surgen otros que pasan del rumor a la presentación. Como ejemplo, entre los colorados, hace unos días largó el economista Ernesto Talvi, al frente de un colectivo llamado “Ciudadanos”, ídem al influyente partido político español que dirige Albert Rivera, formación joven y francamente de derecha, pero que, paradójicamente, se define de “centroizquierda”, “liberal” y “progresista”, que son más o menos las mismas autodefiniciones que eligió Talvi para presentar su candidatura en sociedad.

En el Frente Amplio, el último fin de semana, el Partido Socialista oficializó la precandidatura de Daniel Martínez. El actual intendente de Montevideo todavía no la aceptó, pero ya todo el mundo da por descontado que va a competir en la elección interna y, además, con los números de hoy, es el favorito. Martínez se suma así al ministro de Trabajo, Ernesto Murro, propuesto por Pepe Mujica, y a la ministra de Industria, Carolina Cosse. Falta mucho porque todavía no se sabe si la lista se cierra ahí o si la completarán el líder sindical Óscar Andrade y el presidente del Banco Central, Mario Bergara.
Me interesa analizar la candidatura de Carolina Cosse desde una perspectiva distinta a la de género, porque si bien es muy importante su condición de ser una postulante mujer en un país donde nunca ha gobernado una mujer y en una época en la cual la discriminación basada en género ya no se aguanta más, advierto que el fundamento de sus apoyos radica en otra cosa que representa, y que creo que es trascendente rescatar para la política y para la izquierda, gane quien gane la interna, sea quien sea que le toque presidir el país a partir de marzo de 2020.
Desde mi modesto punto de vista, la ingeniera Cosse es una de las pocas dirigentes políticas que entiende la importancia de la democratización de la ciencia y de la tecnología para el futuro y la prosperidad de la sociedad y, por eso, nos propone un Uruguay vinculado al pensamiento creativo más que al comercio de recursos naturales con algún tipo de agregación de valor. Toda su gestión al frente de Antel y del Ministerio de Industria tiene ese sello hipertecnológico que parece que viniera de otro mundo y no de nuestra geografía, históricamente encomendada al agronegocio como única posible fuente de riqueza nacional. Hace seis semanas, cuando el presidente Tabaré Vázquez la designó para hablar en la conmemoración del 188º aniversario de la Jura de la Constitución. La ministra Cosse, con emoción visible, se encargó de combinar de un modo natural el legado ideológico de Artigas y la proyección de un país que debe prepararse para la inteligencia artificial. Lo más probable es que en los 188 discursos precedentes nunca antes alguien se haya atrevido a introducir conceptos como la robótica o la inteligencia artificial o la revolución tecnológica que representa la internet en el discurso conmemorativo de la Constitución patria. Carolina Cosse lo hizo y creo que nadie, honestamente, podía esperar otra cosa, porque incluso cuando fuera un acto de remebranza de un hito histórico del siglo XIX, es cuando se pone high-tech que surge lo distintivo de ella: es en esa salsa futurista donde se siente cómoda.

En una campaña electoral tan larga, hay muchos temas que estarán en debate: la seguridad pública, la economía, la seguridad social, las relaciones laborales, las políticas sociales, la política exterior, la salud o la educación. Son temas importantes y taquilleros. Pero hay temas que ocupan poco rato en la polémica, de los que casi ni se habla o bien se subestiman en relación con el impacto que tendrán en el proyecto de sociedad que queremos. Como si estuviéramos desvariando o hablando de una ficción utópica sin anclaje en la realidad. Entre esos asuntos cruciales y esquivos se encuentra el tipo de desarrollo que postulamos. No es incompatible, pero no es lo mismo, jugar el crecimiento económico a negociar acuerdos para abrir más mercados y en mejores condiciones para nuestros commodities o hacer políticas de estímulo para recibir más inversiones extranjeras en industrias extractivas, que imaginarse un futuro basado en la creación y el conocimiento aplicado en industrias de base tecnológica. Todo esto marcado con un impulso formidable a la formación de jóvenes para incrementar de modo sustancial la cantidad de científicos, ingenieros, programadores, tecnólogos, entre otras disciplinas indispensables, si de lo que se trata es de edificar un Uruguay cuya economía no dependa tanto de la producción de carne o soja o celulosa de unos cuantos miles de productores, mientras buena parte del resto de la población se dedica a tareas administrativas o servicios, y empleos mal calificados y también mal remunerados, que no satisfacen ni las aspiraciones económicas legítimas de la gente ni nada parecido a la vocación o a las ganas de hacer lo que uno hace.
En una candidatura pesan muchas cosas que no tienen que ver con esto. Pero esta dimensión de imaginar el futuro que queremos, el tipo de desarrollo, el tipo de sociedad que nos gustaría ver y la forma en que que podríamos llegar a alcanzarla, tendría que incorporarse de algún modo en todas. En otras palabras, habría que empaparse un poco más de ese lenguaje entre la política y Julio Verne porque la vida sigue y nuestras elecciones no tratan sólo de seguridad y plata en el bolsillo.

30
Ago
18

la izquierda en sudamérica ..

Las izquierdas y las elecciones de lo desconocido

escribe: Boaventura de Sousa Santos
Other News

 

Se están acelerando las urgencias típicas del inicio de un ciclo electoral que se prolongará entre finales de agosto y finales de octubre. Estas urgencias son particularmente desafiantes para las izquierdas brasileñas porque su principal candidato, de todos el mejor posicionado en las encuestas, está preso y puede llegar a ser considerado inelegible.

Las irregularidades obvias del proceso Lula da Silva han tenido algunos efectos sorprendentes. La obsesión punitiva fue en este caso tan excesiva que el sistema judicial degradó su imagen y su legitimidad, tanto nacional como internacionalmente, a un nivel y con consecuencias que, por ahora, son difíciles de evaluar. A su vez, la imagen política y humana de Lula salió de esta hybris político-judicial fuertemente fortalecida y mejorada. Víctima de una flagrante injusticia y, para muchos, un preso político, Lula da Silva (tal vez el preso político más famoso del mundo) vio aumentar exponencialmente su crédito político y su popularidad entre las clases populares. Paulatinamente, los errores o desaciertos de los gobiernos del PT por él hegemonizados en el periodo 2003-2016 fueron siendo minimizados u olvidados (a lo que también contribuyó el agravamiento de la crisis y económica y la política de austeridad que entretanto recayó sobre las clases populares) y Lula da Silva se fue consolidando como el precandidato con diferencia mejor posicionado para ganar las próximas elecciones presidenciales. Ello a pesar de estar preso, no poder conceder entrevistas ni grabar videos y ser muy probablemente inelegible en los términos de la llamada ley Ficha Limpia.

Si el objetivo político-judicial era destruir la imagen del expresidente, todo lleva a creer que la estrategia seguida por la élite conservadora falló y que incluso fue contraproducente. Sin embargo, ha alcanzado con éxito su objetivo principal: retirar a Lula da Silva de la próxima contienda electoral y hacerlo sin una alteración cualitativa del régimen político y sin niveles incontrolables de perturbación social. Aunque este objetivo podría haberse alcanzado tan solo parcialmente. En efecto, queda la duda sobre la influencia que el expresidente puede tener en la elección del próximo presidente de la República y en la gobernación del país en el próximo ciclo político.

Más allá de este factor de imprevisibilidad, deben considerarse otros dos: el endurecimiento general del régimen político y las dificultades de construcción de hegemonía tanto a la derecha como a la izquierda.

El endurecimiento general del régimen político

En los últimos meses el régimen político se ha endurecido considerablemente. Ha aumentado la violencia política, de la que la manifestación más visible fue el asesinato de la diputada municipal Marielle Franco el 14 de marzo de este año. Además, han ocurrido otras ejecuciones de líderes políticos locales, ha aumentado la violencia contra líderes sociales, sobre todo en el medio rural, se ha acentuado el verdadero genocidio de jóvenes negros y pobres de las periferias urbanas, se ha decretado la intervención militar en el Estado de Río de Janeiro con el pretexto de la lucha contra el crimen organizado, se han perseguido judicialmente a profesores e investigadores con acusaciones sorprendentes contra los resultados de su investigación científica (por ejemplo, en el ámbito de los efectos dañinos para la salud pública derivados del uso irregular de agrotóxicos en la agricultura industrial).

El golpe institucional que llevó a la destitución de la presidenta Dilma Rousseff en 2016, a la prisión a Lula da Silva y a la gestión global de la operación Lava Jato ha consolidado un régimen de excepción que, de forma similar a lo sucedido en otros países, parece ocurrir en una supuesta normalidad democrática. Sin cambiar cualitativamente, el régimen político ha acentuado sus rasgos reaccionarios y autoritarios, hasta el punto de que es plausible considerar a Lula da Silva un preso político a pesar de que esto ocurra en un régimen formalmente democrático. He defendido que la democracia brasileña, ya de por sí una democracia de baja intensidad, se ha transformado en una democracia de bajísima intensidad. Esto significa que el carácter socialmente excluyente y políticamente restrictivo de las libertades democráticas se ha acentuado en los últimos tiempos. Sin convertirse en un régimen dictatorial de tipo fascista, ha abierto espacio a fuerzas políticas neofascistas, fuerzas de extrema derecha que usan los instrumentos políticos que restan de la democracia para hacer apología de prácticas típicas de la dictadura (apología de la tortura, justificación de la violencia extrajudicial contra poblaciones pobres racializadas, retórica de violenta intolerancia contra líderes políticos de izquierda, etc.). La cara más visible de esta pulsión neofascista es Jair Bolsonaro, militar en la reserva, diputado federal. Después de Lula da Silva es el precandidato a presidente de la República mejor posicionado en las encuestas. Se trata de un populista de extrema derecha tan mal preparado para dirigir el país y tan improbable vencedor de las elecciones como lo era Donald Trump pocos meses antes de las elecciones presidenciales en Estados Unidos en 2016.

Otros rasgos del endurecimiento del régimen político se refieren al modo en que se ha acentuado el protagonismo del sistema judicial en detrimento del Legislativo y del Ejecutivo y a la consiguiente judicialización de la política. El Poder Judicial es hoy en Brasil el principal factor de la inseguridad jurídica que afecta a todos y sobre todo a las grandes mayorías que más necesitan un sistema judicial accesible y comprometido con los objetivos constitucionales de defensa de los derechos civiles, políticos, económicos y sociales. Este endurecimiento no se puede explicar sin considerar el papel de la crisis económica, una crisis de rentabilidad del capital que impuso el fin de la política de conciliación de clases que los gobiernos del PT, y muy particularmente Lula da Silva, habían defendido y practicado (el llamado lulismo o «lulapetismo»).

Las élites dominantes, con el apoyo activo del imperialismo estadounidense y del capital financiero global, estimularon (cuando no provocaron) la crisis financiera y política del Estado para imponer una versión más agresiva del capitalismo, socialmente más excluyente y más dependiente de la creación de poblaciones desechables, en la práctica, subhumanas, a través del recrudecimiento de la dominación colonialista (racismo, exterminio de jóvenes negros, colonialismo interno, violencia contra quienes luchan por la tierra y por el territorio, ya sean campesinos, pueblos indígenas y afrodescendientes, poblaciones ribereñas y piscatorias) y de la dominación patriarcal (aumento de la violencia contra las mujeres, liquidación de las conquistas de los años más recientes por la igualdad y por el reconocimiento de la diferencia).

Esta fue la condición impuesta por las élites nacional e internacionalmente dominantes para no recurrir a un régimen explícitamente dictatorial. Cabe señalar que el contexto en el que se produjeron los fascismos en Europa era muy distinto. En ese momento se trataba de contener un movimiento obrero muy militante y muy organizado o de neutralizar el «peligro» comunista. Las amenazas a la dominación capitalista se percibían entonces como portadoras de una dimensión existencial que hoy no tienen. Por el contrario, la dominación capitalista, colonial y patriarcal parece hoy temer menos que nunca posibles enemigos. Consiguió, al menos aparentemente, una hegemonía por vía de la cual el lema de las izquierdas de los años 1920 —«socialismo o barbarie»— se sustituyó por el lema «capitalismo o barbarie», al mismo tiempo que las barbaridades cometidas por el capitalismo se vuelven cada vez más evidentes y peligrosas, atentatorias del más elemental derecho humano, el derecho a la vida, por no hablar siquiera del derecho a una vida digna.

Dificultades de construcción de hegemonía tanto a la derecha como a la izquierda

Históricamente, las fuerzas políticas de derecha siempre mostraron más unidad en los momentos decisivos que las de izquierda. A menudo, ni siquiera tuvieron que preocuparse de detallar las condiciones de su unidad porque siempre contaron con un apoyo sorprendente para la conquista o el mantenimiento del poder político: la división entre las fuerzas de izquierda. Esta asimetría no deriva de una deformación intrínseca que impida a las izquierdas realizar diagnósticos correctos en los «momentos decisivos» y tener en cuenta las perspectivas a medio plazo en las urgencias de autopreservación a corto plazo. Deriva más bien de otra asimetría constitutiva de las sociedades capitalistas, colonialistas y patriarcales en las que vivimos puesto que la opción (consensual) por el régimen político democrático dejó de poder contemplar la opción por un régimen económico alternativo al capitalismo, el socialismo. A partir de entonces, la derecha, cuando gobierna, detenta el poder político, económico y social, mientras que la izquierda, cuando gobierna, detenta el poder político, pero no el poder económico ni el poder social. Esta asimetría permite a la derecha tener, en general, más certezas en los «momentos decisivos», por ejemplo, la de mantener intacto el poder económico y social incluso cuando se ve obligada a perder el poder político. Por el contrario, las fuerzas de izquierda tienden a sobrestimar su poder cuando están en el gobierno (como si el poder político, por sí mismo, conllevase el poder económico y social) y a subestimarlo cuando están en la oposición (la pérdida del poder político se ve como una pérdida total e invita a refugiarse en estrategias aislacionistas de supervivencia partidaria). Este desequilibrio es factor de confusión y miopía oportunista en los momentos en los que la clarividencia de objetivos estratégicos jerarquizados sería más importante.

En Brasil, esta asimetría es hoy más visible que nunca, aunque se deben tener presentes los antecedentes que llevaron al suicidio de Getúlio Vargas en 1954 y al golpe militar diez años después. En la crisis que se instauró tras las elecciones de 2014, la derecha estuvo siempre más unida que la izquierda. En el momento en el que, debido a la crisis internacional, tuvo claro que su poder económico estaba en peligro decidió que, para salvaguardarlo, era preciso reconquistar en pleno el poder político, es decir, poner fin a la política de alianzas con los gobiernos del Partido de los Trabajadores que había mantenido desde 2003. De ahí el golpe institucional que llevó al impeachment de la presidenta Dilma Rousseff, a la prisión injusta de Lula da Silva y al desmantelamiento rápido y agresivo de las políticas más emblemáticas del periodo anterior. La facilidad con la que la derecha quitó de en medio al petismo muestra que el periodo anterior se asentó en un equívoco. Lo que para el PT era una política de conciliación de clases más o menos duradera, para la derecha era una mera política coyuntural de alianzas. El odio clasista y racista que se propagó de inmediato como gasolina ardiendo es prueba de ello.

Pero también se hizo evidente que la unidad de las fuerzas de derecha era sobre todo una unidad negativa, es decir, una unidad para eliminar la presencia del petismo de la escena política. La unidad para construir una alternativa positiva (la configuración específica de las relaciones entre el poder político, el poder económico y el poder social) tendría que tener otro ritmo, el ritmo del ciclo electoral de 2018.

Tomadas por sorpresa (lo que, en sí, ya es significativo), las fuerzas de izquierda tardaron cierto tiempo en reaccionar, sobre todo porque ya venían divididas en lo que respecta a la evaluación de las políticas y las prácticas de gobierno de los gobiernos petistas. Sin embargo, los «excesos» de la contrarreforma facilitaron la emergencia de una unidad entre las fuerzas de izquierda, de igual forma una unidad negativa: el consenso de repudio al ritual sacrificial del que fue víctima Lula da Silva y, en consecuencia, el consenso en la campaña «Lula Libre» y en la reivindicación de su derecho a ser candidato en el ciclo electoral de 2018.

El ciclo electoral está entrando en su fase decisiva y las asimetrías anteriormente anotadas están, de nuevo, bien presentes. En lo que se refiere a la derecha, muchos analistas subrayan la falta de una unidad positiva patente en la ausencia de un candidato obvio para el liderazgo político del próximo periodo político. En mi opinión este análisis está equivocado. La aparente falta de unidad es una trampa bien urdida para garantizar que la segunda vuelta de las elecciones presidenciales se juegue entre dos candidatos de derecha. En el momento en que esto ocurra, la derecha dejará bien claras sus opciones. A menos que las condiciones económicas internacionales se deterioren acentuadamente, optará por una política conservadora sistémica en detrimento de una política de ultraderecha con una pulsión antisistémica. Obviamente, no está garantizado que esta estrategia resulte plenamente. Las dinámicas de la política del resentimiento actualmente en vigor pueden liberar los demonios del populismo de extrema derecha. En cualquier caso, esta solución garantizará lo principal, la congruencia mínima entre el poder político democrático de bajísima intensidad y el poder económico y social de carácter particularmente excluyente y represivo.

En lo que se refiere a las fuerzas de izquierda, a medida que se intensifica la lógica electoral, la falta de unidad positiva (para garantizar una alternativa política mínimamente de izquierda) se vuelve cada vez más patente. La lógica tacticista de supervivencia partidaria a corto plazo parece dominar y la paradoja más chocante para cualquier observador atento parece escapar a los líderes de los partidos: la paradoja de pregonar la unidad de las izquierdas en la segunda vuelta y, al mismo tiempo, hacer cualquier cosa para que no haya candidatos de izquierda en la segunda vuelta. En este ámbito, la responsabilidad del PT es particularmente fuerte por ser el principal partido de izquierda y tener como precandidato al político más aventajado en las encuestas, aunque esta precandidatura no pueda convertirse en candidatura. Las asimetrías entre izquierda y derecha que he señalado arriba son ahora particularmente dramáticas.

Si es cierto lo que afirmé arriba —que lo que el PT vio como conciliación de clases era, para, la derecha, una mera alianza política coyuntural—, resulta particularmente incomprensible que se insista en políticas de alianza con las fuerzas de derecha que apoyaron el golpe institucional, cuando es evidente que ahora no hay ninguna condición para la conciliación de clases, ni siquiera como ilusión creíble. Es decir, las condiciones que permitieron al PT ser la izquierda hegemónica en el periodo anterior dejaron de existir. Por tanto, tendría sentido que la hegemonía se reconstruyese sin alianzas con la derecha y, por el contrario, con alianzas construidas horizontalmente con otras fuerzas de izquierda y centroizquierda. En cambio, impera el tacticismo de la supervivencia partidaria en el próximo ciclo político, aunque ello implique desperdiciar la oportunidad de elegir un presidente de la República que detenga el vértigo de la exclusión y la represión que se abate sobre las mayorías empobrecidas y racializadas. Sin embargo, esta posición es más compleja que el puro tacticismo. Constituye el núcleo de la identidad política que Lula da Silva forjó para el PT en las últimas décadas. El hecho de estar actualmente preso hace que Lula da Silva sea ahora más que nunca el garante de esa identidad. El poslulismo y el lulismo no pueden coexistir. De algún modo, el PT es rehén de Lula y Lula es rehén… de Lula.

No obstante, cabe señalar que Lula da Silva es un líder con genio político. A partir de una celda está influenciando de manera decisiva la conducción de la política brasileña. No es fácil encontrar en la historia contemporánea otro líder carismático que logre ampliar su aceptación popular (subir de manera tan espectacular en las encuestas) a pesar de estar preso desde hace varios meses y tras sufrir una campaña de demonización mediática y judicial sin precedentes. Ciertamente dice mucho sobre Lula de Silva, pero también revela algunas complejidades insondables de la estructura social brasileña y del modo en el que el público recibe los mensajes mediáticos que se difunden.

La apuesta de Lula da Silva es la más arriesgada de todas las que ha hecho hasta ahora. Consiste en permanecer en la disputa electoral el mayor tiempo posible y confiar en que, en caso de ser declarado inelegible, habrá una transferencia masiva de votos al candidato que él indique, ciertamente el candidato a vicepresidente en su chapa electoral, Fernando Haddad. Probablemente solo así se garantizará la presencia de un candidato de izquierda en la segunda vuelta. La hipótesis más segura para esto ocurriera habría sido un entendimiento entre Lula da Silva y Ciro Gomes (PDT), una hipótesis que se descartó (¿definitivamente?). Si la apuesta de Lula tiene éxito, la derecha tendrá que reevaluar la eficacia y los costes políticos del golpe institucional, ya que sin él tal vez asumiera el poder en estas elecciones de manera más segura y limpia. En caso de decidir no adulterar aún más el juego democrático, seguramente deberá invertir todo en agravar los costes políticos de la reversión de las leyes (la contrarreforma) que logró aprobar durante el interregno del golpe institucional.

Si la apuesta de Lula falla y un candidato de derecha resulta elegido, las clases populares van a ver aún más agravadas sus condiciones de vida y con ello el genio político de Lula no podrá dejar de cuestionarse. Se seguirán intensas disputas en el seno del PT y probablemente algunas escisiones. Se abrirá entonces el periodo pos-Lula.

A la luz de los acontecimientos, todo indica que, sobre la base del PT, no será posible, por ahora, pensar en una renovación de las fuerzas de izquierda a partir de una nueva política de construcción de hegemonía. Fuera de la izquierda hegemonizada por el PT, el PSOL está construyendo una alternativa junto com el movimiento Vamos, procedente del Frente Pueblo Sin Miedo, el MTST (Movimiento de los Trabajadores Sin Techo), la APIB (Asociación de los Pueblos Indígenas de Brasil) y el Partido (PCB) Brasileño. Los candidatos a la presidencia de la República son Guilherme Boulos (presidente) y Sonia Guajajara (vicepresidenta). Esta candidatura apuesta por la renovación de las izquierdas con base en nuevas lógicas de alianza y articulación programática, con la excepción de alianzas con las fuerzas de derecha. Parece, pues, estar sacando las conclusiones correctas de todo lo sucedido en los últimos años. Sin embargo, debe ser cada vez más consciente de que tal renovación solo es pensable tras las elecciones de 2018 y su construcción es totalmente contingente, en la medida en que dependerá de los resultados electorales, por ahora imprevisibles, y de las consecuencias sociales que de ellos se deriven. En el plano de la contingencia, ciertamente debe estar incluida la posibilidad de la creación de un nuevo partido, un partido que sea también un partido de nuevo tipo, un partido-movimiento, construido internamente por mecanismos de democracia participativa para ser verdaderamente nuevo e innovador en el ámbito de la democracia representativa. En la base de ese partido estarán eventualmente movimientos y organizaciones sociales, así como los sectores más movimentistas del PSOL y los sectores de izquierda del PT y de otros partidos. Para que esta apuesta tenga sentido es necesario que el trabajo político de base de las fuerzas sociales y políticas de izquierda siga siendo posible en el próximo ciclo político. La ausencia de las amenazas al capitalismo que existían hace cien años parece indicar que se mantendrá el régimen democrático de bajísima intensidad. Sin embargo, debe considerarse una incógnita perturbadora. Al fin y al cabo, el fascismo y el neofascismo tienen razones que la razón desconoce.

Tradución: Antoni Aguiló, para Other News, a partir del original enviado por el autor el 22 de agosto de 2018.
29
Ago
18

gay judío y comunista

GAY, JUDÍO Y COMUNISTAS: mezcla provocativa para los hipócritas yankis

Leonard Bernstein, the history … 

Ser comunista y ser gay en Estados Unidos en la década del cincuenta era prácticamente lo mismo. Para el senador republicano Joseph McCarthy y el Comité de Actividades Antiestadounidenses la homosexualidad era una peligrosa enfermedad cuyo contagio social constituía una amenaza potencial a la seguridad del Estado. Un blanco predilecto de la paranoia anticomunista y antihomosexual durante la guerra fría fueron la comunidad artística e intelectual: sometida a vigilancia, presionada a firmar confesiones y delaciones, confiscados sus pasaportes… En este contexto, creció Bernstein (1918-1990), joven pianista y aspirante a director de orquesta, hijo de inmigrantes ucranianos.
BAJO SOSPECHA

Homenajes
En 1951, Bernstein era un compositor de 33 años que ya contaba con varias piezas para piano, dos sinfonías, un par de ballets (Fancy free y facsimile), un musical de Broadway (On the town) y estaba a punto de estrenar otro (Trouble in Tahiti). Pero, también, quería ser director de orquesta. Teniendo como mentores a Fritz Reiner y Serge Koussevitzky, su carrera como director tomó verdadero impulso cuando en 1944 debió remplazar a Bruno Walter al frente de la Filarmónica de Nueva York. El problema fue que, en 1951, Leonard Bernstein, judío, gay y de ideas radicales, había ingresado en una lista negra del FBI. La puerta que se le había abierto podía cerrarse para siempre con el mote público de homosexual y comunista. ¿Tal vez un matrimonio heterosexual podía ser la salida? Lenny, como lo llamaba su círculo íntimo, fue por ella.

“Bernstein fue un gay que se casó. No estaba conflictuado por ser gay. Sencillamente, era gay”, comentó el dramaturgo Arthur Laurents -amigo del músico- a Charles Kaiser en su libro The Gay Metropolis. The Landmark History of Gay Life in America. Lo que Laurents -también en las listas negras- intentaba saldar con esa declaración era la duda acerca de bisexualidad de Bernstein, que en 1951 se casó con la actriz Felicia Montealegre y con quien tuvo tres hijos: Jamie, Alexander y Nina.
Lenny antes se había sometido a uno de esos “tratamientos psicoterapéuticos” que prometían revertir la homosexualidad. Incluso, meses antes del casamiento rompió el compromiso con Felicia, seguro de no poder sostener lo que, sin duda, era para él una farsa. Finalmente, la pareja se reconcilió y de ello quedó este testimonio, una carta publicada hace algunos años en la que la futura esposa se expresaba con claridad: “Sos homosexual y nunca podrás cambiar. No admitís la posibilidad de una doble vida, pero si tu tranquilidad, tu salud, tu sistema nervioso, todo, depende de un cierto patrón sexual, ¿qué podés hacer? Estoy dispuesta a aceptarte como sos, sin ser una mártir ni sacrificarme en el altar a L.B. […] Intentemos y veamos qué sucede, si sos libre de hacer lo que quieras ¡pero sin culpa ni confesión, por favor! […] Nuestro matrimonio no se basa en la pasión sino en la ternura y el respeto mutuo”.
VORAZ
Judío, gay y de izquierda -eso que los yanquis entienden por izquierda-, Leonard Bernstein dominó la escena musical estadounidense y europea durante treinta años. Carismático (incluso irresistible, según algunos) y apasionado, Lenny hizo de todo y todo lo hacía bien: compuso para el teatro y el cine, estrenó tres sinfonías y hasta una misa, dirigió las orquestas más importantes del mundo, enseñó y fue el showman de un programa de televisión en el que analizaba e interpretaba obras musicales. Tal vez, como sugiere Alex Ross en El ruido eterno, hubiera querido hacer más de lo que hizo: “Quizá Bernstein pensaba que podría organizarse como su ídolo Gustav Mahler, dirigiendo durante la temporada y componiendo en verano. Pero Mahler no daba conferencias, ni participaba en programas de entrevistas, ni daba discursos políticos. Logró a buen seguro grandes cosas con la Filarmónica de Nueva York, sus magistrales conciertos para jóvenes, su promoción de colegas estadounidenses como Charles Ives, pero en 11 años produjo sólo dos obras importantes: Salmos de Chichester y la Tercera sinfonía. Dedicó gran parte de su carrera a ser intérprete”.
Sus grabaciones de las sinfonías de Mahler o Beethoven siguen siendo una referencia hasta hoy. La popularidad masiva llegó con la televisación, entre 1958 y 1972, del Young People’s Concerts, un ciclo de conciertos para jóvenes emitido por la cadena CBS con el que llegó a convertirse en una celebridad. En esas 53 emisiones televisivas -disponibles en YouTube- Lenny saca el mejor partido de su carisma, interpretando y analizando con gran agudeza obras desde el barroco al jazz.
ROMEO, JULIETA Y LAS PANTERAS NEGRAS
“Me gustaría oír a alguien de forma casual silbando algo compuesto por mí, en algún lugar, aunque solo fuera una vez” escribió a fines de los cincuenta en The joy of music, su primer libro. Y vivió lo suficiente para experimentarlo. Muchas de las canciones de sus obras para Broadway forman parte del cancionero popular y sus melodías -en la tradición de George Gershwin- son pegadizas y fáciles de silbar. El musical West side story, estrenado en Broadway en 1957 y adaptado al cine en 1961, es la creación de cuatro judíos gays neoyorquinos: Leonard Bernstein (música), Arthur Laurents (libro), Jerome Robbins (coreografía) y Stephen Sondheim (letras). Tres de ellos, exceptuando al último, además, vigilados por filocomunistas. Versión moderna de Romeo y Julieta de Shakespeare, lo que al comienzo sería un conflicto entre católicos y judíos, terminó plasmándose en un conflicto étnico entre latinos y blancos en Nueva York: Maria y Tony se encuentran atrapados entre el fuego cruzado de dos pandillas enemigas: los Jets (blancos estadounidenses) y los Sharks (latinos). Este alegato contra el odio y la violencia no dejaba de ser un planteo audaz en el contexto del paranoico nacionalismo estadounidense de los años cincuenta, que podía, incluso, leerse no solo en clave racial sino sexual. “Algún día, en alguna parte, encontraremos una nueva forma de vivir, hay un tiempo para nosotros” cantaron generaciones de lesbianas, gays y trans del mundo entero a coro con Maria y Tony.
En la década del setenta, las fiestas que daban Lenny y Felicia eran una de las mecas de la intelectualidad progre neoyorquina. Una de ellas fue objeto de un mordaz artículo de Tom Wolfe, en el que acuñó el término radical chic (izquierda exquisita). Bernstein había organizado una velada para recaudar fondos para los Panteras Negras, la organización revolucionaria negra, invitando a su lujoso departamento de Park Avenue a varios de sus integrantes. Wolfe se lanzó con rabia y clavó sus dientes en la hipocresía de una clase acomodada que buscaba limpiar su conciencia apoyando causas sociales, pero sin la menor intención de perder sus privilegios. Si ese artículo publicado en New York Magazine golpeó con fuerza a Felicia, lo que vendría a continuación, sería mucho peor.
Promediando sus cincuenta años, Lenny debe haber decidido que la protección de un matrimonio heterosexual no le resultaba ya necesaria. En 1976 decidió separarse de su mujer para vivir con Tom Cothran, un joven músico del que se había enamorado. En sus últimos diez años -murió a los 72 en octubre de 1990- vivió rodeado de jóvenes atractivos y canilla libre de alcohol. El pianista William Huckaby comentó -algo avergonzado- cómo, tras dar un concierto en la Casa Blanca, mientras conversaba con el presidente, alguien lo agarró por los hombros y, al darlo vuelta, le estampó un beso en la boca, ante el atónito Jimmy Carter. Pequeña y simbólica venganza de Bernstein en el centro del poder que lo había señalado y vigilado por gay y comunista.

28
Ago
18

frente amplio de uruguay

«hola Hebeeer … ese es comunista»

EL PROLETARIADO TAMBIÉN EXISTE 

Me pongo el saco
Las 40 de Oscar Andrade: «No me siento menos preparado que Lacalle Pou para conducir el Estado»
El líder del SUNCA se tiene fe para una precandidatura y advirtió que en algunos temas «la sociedad está girando a la derecha». 

entrevista: G. Tagliaferro

Para muchos obreros de la construcción debe haber sido una sorpresa ver un día a Oscar Andrade, muy prolijamente vestido de saco sport oscuro y camisa clara, como panelista de un programa de televisión, en horario central.
El «Boca» Andrade, que ya había sabido ocupar por un tiempo una banca en el Parlamento, era más reconocible de camiseta roja metiendo miles de trabajadores en una asamblea del SUNCA y arengándolos con su vozarrón de barricada, que polemizando duramente -aunque sin perder la cortesía- con Conrado Hughes en la tele.
El hábito no hace al monje. En definitiva no se necesita escucharlo muchas veces para olfatear que uno y otro son envases de un mismo contenido: el de un hombre formado, estudioso, capaz de absorber y disparar información de todo tipo a ritmo de ráfaga y que, como los grandes poetas, sabe decir lo que muchos piensan pero no pueden expresar.
Tan es así que para algunos militantes frenteamplistas debe ser una opción electoral en 2019. El saco de precandidato parece estar esperándole, aunque en política, como dijo algún ilustre, el que se precipita, se precipita.

1)El sábado 18 hubo una reunión de militantes, según se informó en la prensa, para analizar tu posible precandidatura. ¿Qué pasó allí?
En principio era una reunión para 30 o 40 y después fueron casi 90 compañeros. La convocatoria era fundamentalmente para independientes, con militancia social o militancia frenteamplista territorial. La discusión fue sobre los problemas del Frente Amplio, su identificación con su base social, la batalla electoral que va a ser, sin duda, la más difícil en mucho tiempo, por muchos factores.
2)Mencióname algunos.
La derecha inundó de gobiernos la región, tuviste que administrar un año con menor crecimiento económico y con más tensiones, las encuestas nos marcan muy mal comparado con el período anterior a esta altura. Si tenemos estos problemas que implican un deterioro en la relación entre el proceso político de izquierda y su base social, ¿no colabora que en la campaña también jueguen compañeros que provengan de esa base social? Los gobiernos del Frente tuvieron cambios sustanciales para las grandes mayorías, sin duda, pero también problemas en los últimos tiempos: la (declaración de) esencialidad, las dificultades para cumplir con el porcentaje (del PBI) para educación y para investigación y desarrollo, un enfoque de la seguridad que cada vez más va a lo represivo, las dificultades para la aprobación de la Ley Trans y la Ley de Empleo para Personas con Discapacidad, las dificultades para que la economía social y autogestionaria juegue el papel que tiene que jugar con los recursos del Fondes que hace años no se le destinan, cambiaron las pautas salariales y ahora el gobierno no acompaña cualquier conquista de medio punto por encima de ellas… en fin, corremos riesgo de que la relación fuerzas sociales del cambio – fuerza política del cambio, se deteriore.
3)En función de este diagnóstico, ¿en qué debe centrarse la próxima campaña electoral del FA? ¿En remarcar lo que se hizo o en explicar cómo se va a hacer lo que quedó para atrás?
Las dos cosas. Una buena parte de las propuestas que no se concretaron fue porque no tuvimos recursos, y no los tuvimos porque no realizamos la transformación necesaria desde el punto de vista fiscal. Para avanzar en aumentar los recursos para la educación, o para investigación y desarrollo, o para vivienda, una condición es que el Uruguay crezca, pero también que me digas de dónde sacar desde el punto de vista redistributivo. Nos instalaron la lógica de que ya no se soporta más y hay poca investigación académica que sostenga que es cierto que no se puede más. ¿Es lógico que el IRPF categoría 1, para la renta empresarial, tenga un comportamiento plano cuando el categoría 2 es escalonado? Estamos hablando de la renta, no de alguien que está mal, porque si está mal no tiene renta.

» En relación al producto, lo que sacrificamos de recaudación por exoneraciones tributarias es varias veces mayor que el presupuesto del Mides»
4)El argumento es que así se ahuyentan las inversiones.
Claro. Entonces no tocamos la inversión, toquemos la riqueza. El año pasado propusimos modificar las tasas del Impuesto al Patrimonio. Estamos hablando de 0,5 a 0,625, nada expropiador ¿verdad? Eso implicaba 150 millones de dólares anuales de recaudación. En secundaria tenés 280 mil estudiantes y la deserción está concentrada en los estudiantes más pobres; esos 150 millones te permitirían becar a una cuarta parte de esos estudiantes. A la cuarta parte más pobre. Tenemos que ponerle dimensión social al conflicto. ¿Tiene sentido el no reaforo de los predios rurales? El equipo económico instaló el tema arriba de la mesa y la Federación Rural dijo «corto todas las calles». ¡Para seguir evadiendo, una cosa de locura! Y de hecho no se hizo el reaforo. Si no podés tocar nada no podés hacer nada, te queda solo una cosa: que vengan las inversiones. Yo estoy de acuerdo, pero siendo exigentes con las contrapartidas. Acá hay una política muy clasista: somos muy exigentes para el pobre.
5)¿A qué te referís?
Ah, que si le damos la partida del Mides hay que controlar que vaya a la escuela, que se cepille los dientes… Ahora, si miramos en relación al Producto, lo que sacrificamos de recaudación por exoneraciones tributarias es varias veces mayor que el presupuesto del Mides. Sin embargo, no tenemos tanta exigencia en la lupa de la contrapartida.
6)Me da la impresión de que en el Frente, aunque algunos sectores tengan otra visión, no se arriesgan a quedarse sin Astori en la conducción de la economía.
No es un problema de Astori. Durante 2006 y 2013 la renta empresarial se triplicó en términos brutos. Del 2014 para acá se enlentenció, pero siguió creciendo más que la inflación: 75% contra 26%. Y tenemos: el sector rural que se retira de la negociación colectiva, el arrocero planteando aumento cero, el comercio cuestionando las licencias, la media hora de descanso, las horas extra dobles… o sea, apenas se enlentece un poco el crecimiento de la renta tenés instalada una plataforma muy dura. Atado a eso el movimiento de autoconvocados, que tenía una base legítima en la situación de pequeños productores pero que te meten que tiene que haber el mismo gasoil barato para el gran propietario… eso es inllevable. Entonces, hay un clima funcional a la restauración. En la campaña pasada nadie hablaba de importar combustible, hoy se habla. Hoy estás discutiendo, en términos de seguridad, la cadena perpetua, los allanamientos nocturnos… tenés un costado de la discusión política bastante más duro del que tuviste en las elecciones pasadas. Entonces, la cuestión es dónde te afirmás para discutir proyectos de país. Hay gurises en el Pereira que nacieron prematuros en un rancho de costanero, están ahí y vuelven a esos ranchos. Su riesgo de mortalidad es mucho más alto. Son muchos menos que en 2003 o 2004, pero son. El tema es construir una respuesta para que estas cosas no pasen más.
7)El tema vivienda es crucial, y el Frente en 13 años no le ha encontrado la vuelta.
No, pero el Frente heredó un presente griego, eso es cierto también: un Banco HIpotecario fundido, tuvo que hacer una nueva institucionalidad. Yo creo que las políticas de vivienda son correctas pero no han tenido suficientes recursos. Para llegar a la vieja ley de Vivienda del 68 habría que incrementar 40 o 50 por ciento los recursos. Tenemos que darle la dimensión que tiene, porque hablar de vivienda es hablar de seguridad, porque confrontar la tugurización es confrontar dónde los narcos hacen pata ancha. Es hablar de educación, de infantilización de la pobreza… Un cuarto gobierno (del FA) tiene que hacer énfasis ahí, pero es un tema de plata. No podés hacer el programa sin discutir de dónde la vas a sacar. ¿Si la economía crece un poco menos, nos resignamos o damos una discusión sobre redistribución un poco más profunda?
8)Tenemos un déficit fiscal de más de 3 puntos.
No tenés margen de endeudamiento, no tenés margen de decir «no pago la deuda» y te quedás por fuera del mercado de capitales. No tenés esa posibilidad. El tema de la vivienda no lo resolvés con más endeudamiento. Entonces, de algún lado tenés que sacar recursos. ¿No hay de dónde sacar en Uruguay? Si ves un informe del Banco Mundial -no de una organización bolchevique- del año pasado, ves que en todas las dimensiones de la riqueza Uruguay está primero en América Latina. ¿Hay o no hay de dónde sacar? No por pensar en sacarte, sino por necesidades de políticas de educación, de investigación y desarrollo, de déficit habitacional. Hay necesidad de recursos, porque si no te quedás con que «ya recursos dimos, el problema es de gestión». Eso es falso.

9) Recién decías que con un modesto aumento del Impuesto al Patrimonio habría 150 millones de dólares que permitirían becar a una cuarta parte de los liceales. Bien, para todo lo demás ¿de dónde sacás?
Está bien, creo que habría que trabajar en que sea gradual el IRPF categoría 1, está para aprobarse la reforma de la Caja Militar, creo que hay que mirar las exoneraciones a la seguridad social. La tasa de aporte patronal es de 7 y medio por ciento, en Brasil es casi 20 en algunos casos. En Argentina la duplica. Uruguay es uno de los pocos en que la tasa de aporte obrero duplica a la patronal. La evasión de IRAE es un 30%. Vos precisás que la economía crezca, pero necesitás crecer atendiendo demandas que no pueden esperar 50 años.

» Hay un clima funcional a la restauración »
10) Para el equipo económico no es posible aumentar la carga tributaria.
Bueno, pero el programa del Frente Amplio lo tiene que armar el Frente Amplio, no el equipo económico. Si pudiéramos atender todas estas demandas sociales sin mover un milímetro la aguja impositiva, bárbaro. Pero yo llegué al gobierno diciendo: hay que atender la demanda educativa con un presupuesto del 6%, la investigación y desarrollo en un 1%; también diciendo «no voy a poner más impuestos» y también tengo que atender el déficit fiscal. Todas juntas no puedo cumplir. ¡Hay que elegir! ¿Cuál cumplo? En mi opinión habría que reducir el déficit fiscal, pero menos. Si en vez de 0,8 como está planteado reducís 0,4 no es poca plata. Para algunas franjas, en esta situación, el «no toquen nada» en materia tributaria es una señal que si la transformamos en señal bíblica nos termina inmovilizando. Lo mismo pasa con los salarios: «no, porque se van (los inversores)». La OCDE -no una organización revolucionaria- dice que el gran problema de América Latina es que los sectores de más ingresos tributan muy poco. Y esos sectores nos presionan para seguir tributando muy poco. Y te digo: entre 2006 y 2013 se triplicó la renta empresarial. ¿No hubo posibilidades de que aportaras un poco más para el desarrollo social y productivo del país? Estamos hablando de que los niños más pobres completen su educación, que no haya viviendas de chapa y de cartón, que pensemos el Uruguay hacia adelante a través de la investigación y desarrollo.

11) Hace 13 años que gobierna la izquierda en Uruguay y esas cuestiones, básicas del pensamiento de izquierda, están sin resolver.
Se pudieron atender en determinado momento porque hubo un crecimiento económico excepcional. En salud, antes que llegara el Frente Amplio, la inversión por persona en el sistema público era un tercio de lo que era en el sector privado. Hoy es 85 a 100, se ha emparejado mucho. No hay dudas que en términos de políticas sociales se ha hecho un esfuerzo enorme. Lo que digo es que para continuar, en un marco de un crecimiento más chico, las políticas redistributivas de la riqueza tienen que ser más audaces. Si no, el divorcio entre el proyecto político y su base social puede ser más duro.

12) Volviendo a la reunión del sábado 18, donde se discutieron estos temas, ¿cuáles fueron las conclusiones?
Varias. Hemos logrado, con las políticas sociales, sacar a mucha gente de las condiciones de la mayor vulnerabilidad, pero eso está lejos de ser un empoderamiento de esos sectores. Es importante cuánto pueblo organizado generás a partir de eso. Ese fue un debate. Otro es que para ayudar en ese proceso también es importante promover candidaturas que provengan de la militancia social. Yo defiendo los espacios de institucionalidad, pero en los niveles de dirección de la izquierda está poco representada la militancia social. Y entonces, en los dos primeros períodos teníamos una lógica respecto de las pautas salariales y ahora cambió. En los dos primeros períodos, si arrancábamos un punto más (por sobre la pauta) el gobierno acompañaba. Si la patronal lo dio… Entiendo que tengas restricciones en la construcción cuando se trata de obra pública, porque ahí el Estado tiene que poner. Pero ¿los forestales? ¿Por qué los forestales arrancan medio punto más y el gobierno deja de acompañar?

13) ¿Tenés la respuesta a esa pregunta?
Sí, que se da una señal de que somos extremadamente prudentes. Pero desde el punto de vista de los trabajadores que estuvieron en esa lucha, que es tu lado, das otra señal. En las relaciones sociales no hay neutralidad. No la hubo antes, si no miremos los directores de Trabajo que estuvieron antes, al otro día de salir del Ministerio estaban representando a las cámaras empresariales.

14) El ministro de Trabajo actual es un hombre proveniente del movimiento sindical.
Sí, y es un excelente compañero. Este gobierno es mi gobierno, el FA es una herramienta maravillosa, ha significado una revolución en derechos sociales y conquistas… pero yo no puedo defender cinco minutos la esencialidad (N de R: se refiere al decreto de esencialidad frente al conflicto en la Enseñanza, en agosto de 2015). Ser de izquierda no implica decir amén. Si algo aprendimos de los procesos históricos es que cuando decís amén a todo no favorecés los procesos de cambio.

15) ¿La reunión del sábado 18 definió algo sobre tu precandidatura?
No es fácil que sea candidato porque hay que pasar varios filtros, el último es el del congreso (del FA). Hasta ahora, el Partido Comunista ha definido que no tiene candidato, hay compañeros que manejaron el nombre de Oscar Andrade y el Partido no se niega a que se maneje su nombre. Pero el Partido está en la búsqueda, como primera posibilidad, de encontrar una fórmula que el Congreso pueda avalar.

» En un marco de un crecimiento más chico las políticas redistributivas de la riqueza tienen que ser más audaces»
16) Me cuesta creer que Oscar Andrade esté participando de estas conversaciones si el Partido Comunista no lo ve con buenos ojos.
A mí me costaría también. Yo creo que una vez instalada y resuelta la discusión, si se da un debate sobre candidaturas donde esté mi nombre, supongo que el Partido rumbeará para este lado. Hoy, si me preguntás si el Partido promueve mi candidatura, digo que no. El tema es cómo llegás al Congreso. Si el respaldo que tenés al llegar ahí es que no movés la aguja medio milímetro, entonces no, porque en lugar de potenciar algunas ideas las podés enterrar. Si por el contrario, llegás al Congreso con el apoyo de un conjunto de gente que entiende que el Frente necesita una candidatura así… Vamos a tener un programa único pero son importantes los acentos que le ponés, por lo que te decía hoy: nosotros tuvimos una propuesta electoral que tenía todas estas cosas y después hay que elegir cuál cumplir y cuál no.
17) ¿Otra vez está planteado un giro a la izquierda, como se hablaba en 2009?
La sociedad debería girar a la izquierda, y hay temas en los que está girando a la derecha. Cuando la mayoría de la sociedad cuestiona las políticas sociales o reclama penas más duras, claramente es un giro a la derecha. La construcción de un giro a la izquierda no se da desde una candidatura, sino en la construcción de relaciones humanas solidarias, que también existen: en las brigadas solidarias, en los gurises del proyecto Minga que pasan Navidad y fin de año con menores privados de libertad. Eso existe también.

18) ¿Está partida la sociedad uruguaya?
Se siembra más fácil el miedo que la esperanza. Pero yo no creo en los giros a la izquierda de consigna, sí creo que hay que atender los temas en profundidad, pero no con declamación sino con conciencia. Es construcción colectiva. Tenemos un movimiento feminista formidable, que es capaz de canalizar la indignación cuando violan a una mujer en España, y al mismo tiempo tenemos dificultades para conseguir recursos para la ley de Violencia Integral Basada en Género. ¿Cómo puede pasar eso? Nuestra sensibilidad tiene que estar un escalón más arriba, y ves que hay un relativo divorcio. El FA es la expresión de eso en su historia, en su programa, en las líneas gruesas de su gobierno, pero también, contradictoriamente, a veces entra en cortocircuito. Vos podés perder una elección, no podés perder tus referencias desde el punto de vista social.

19)¿Te has puesto a pensar en la posibilidad de competir por la presidencia?
Sí, tanto me he puesto a pensar que me he juntado con compañeros para ver cómo la ven.

20) Imagino que cuando a uno se le plantea una cosa tan grande como ser presidente de la República, enseguida la cabeza se dispara: ¿qué haría yo ahí?
Sí. En realidad, por la conversa que he tenido con algunos que han sido presidentes la conclusión es que no podés hacer tanto. En términos de pensar un país donde las cárceles empiecen a tener menos gente, sí pienso en eso. Y sí pienso en que tenés que generar una concepción de unidad nacional en que los niños tienen que estar primero. Y si eso es así, no me puede estar jodiendo dos mangos más de impuestos. Y sí tenés que pensar en un cambio cultural que empiece a educar en relaciones de solidaridad y no de competencia, en que uno le pase por arriba al otro.

21) ¿Te sentís capacitado para ese desafío?
¿Cuál es el candidato más importante que tiene la derecha hoy para competir? Lacalle Pou. Tenemos una coincidencia generacional, él es un año mayor que yo. ¿Yo me siento menos preparado para asumir la responsabilidad de estar al frente del timón del Estado? No. Ni en cuestiones laborales, ni en cuestiones de economía, ni en cuestiones de seguridad social, ni en política exterior, ni en derechos humanos… no me siento menos preparado. Claro, me siento menos en abolengo: yo soy hijo de una doméstica y un rural y él tiene un apellido que viene del Estado nación para acá. Pero no me siento menos en todo lo demás. ¿Por qué hay militancias que son menos importantes? Hay compañeras que dedican su vida a que pacientes con problemas de salud mental tengan una vida más digna. A esos que no los va a ver nadie. ¿Esa militancia es menos importante que la de un director de un ente? ¿Por qué? La izquierda es eso: dedico horas de mi fin de semana para atender a las personas más vulnerables. No porque me sobra, sino porque ahí está mi vida. Yo creo que gestionar bien es mejor que gestionar mal, obviamente, pero no sé si lo que tenemos que ofrecerle al pueblo uruguayo es solo «gestiono mejor». Capaz que yo estoy equivocado, pero por lo menos quiero sondear si no tenemos que mirar desde otro lado las cosas.

22) El desafío te gustaría.
Hay uno que es permanente: sin candidatura, igual esto tiene que seguir.

23) Conrado Hughes, tu compañero de panel en el programa «Todas las voces», dijo en este espacio: «Oscar es muy capaz, pero cuelga de su cuello una piedra, que es ser del Partido Comunista».
Tengo claro que si defendés que la economía tiene que estar al servicio de la humanidad, a los cinco minutos tenés que empezar a contestar por las purgas del estalinismo, por Maduro, por Pol Pot, por no sé qué…

» Pienso que algún día produzcamos medicamentos, no para poder venderlos sino para que la gente viva más »
24) En una campaña contigo como candidato seguramente tendrás que contestar esas cosas.
Sí, estoy contestando esas cosas desde que tengo 13 años. Pero si tenés a alguien que defiende la economía de mercado, a nadie se le ocurre preguntarle: «che, pero la Primera Guerra Mundial, donde murieron millones peleándose por los mercados», o el colonialismo, o las decenas de millones que murieron por invasiones, o la bomba atómica que se tiró en agosto después que desde mayo los japoneses estaban pidiendo para rendirse, y las dictaduras que instalaste en América Latina a sangre y fuego… a nadie se le ocurre preguntar por eso. «No, yo defiendo la economía de mercado, no defiendo todo eso». Es lo mismo. Las relaciones de producción y cambio actuales, que provocan simultáneamente la mayor riqueza de la historia de la humanidad y 20.000 niños que mueren por día de hambre o enfermedades curables, según la UNICEF. 1.400 millones de trabajadores precarizados, 200 millones de desempleados, 150 millones de niños que trabajan, Medio Oriente con gente que escapa de la guerra, Estados Unidos que enjaula niños… en términos de modelo civilizatorio, de este modelo creo que hay que emanciparse. Yo mantengo esa perspectiva: la economía tiene que estar al servicio de la humanidad. Y pienso que algún día produzcamos medicamentos, no para poder venderlos sino para que la gente viva más. Y no tengamos un gerente de la Bayer que celebre contento que le ganó un juicio a la India y diga en su euforia: «yo produzco medicamentos para el que los pueda pagar». Algún día tendremos que producir medicamentos no para cronificar las enfermedades sino para atender los dramas de salud. Creo que hay que ir a un modelo civilizatorio diferente, que no implica ni dictadura, ni violación de los derechos humanos, ni partido único, nada de eso.

25) Pero en una campaña electoral tenés que traer a tierra esa concepción.
Claro, no estamos hablando de un cuarto gobierno del FA que tiene planteado el socialismo. Tenemos planteado jugar en el marco del capitalismo. Ahora, en el marco del capitalismo se puede plantear que la salud es un derecho, y empujar para que la vivienda sea un derecho, o que la educación sea un derecho. Sé que cada vez que tocás estos temas tocás intereses, y también sensibilidades, porque no es solamente plata. Porque si frente al Sanatorio del Cerro tenés una mutualista privada y los gurises que se atienden en el sanatorio no tienen foniatra porque no se le puede pagar y los que se atienden en la mutualista sí, tenés un problema económico pero también ético. La izquierda no puede abandonar ese debate. Yo no me voy a esconder ni voy a renegar de una tradición de lucha, que ha cometido errores groseros a escala mundial, pero que también tuvo un aporte que inspiró a cientos de millones de seres humanos en la lucha contra la injusticia.

26) En la interna del Frente Amplio, ¿crees que haría ruido un candidato a presidente del Partido Comunista?
Yo qué sé… he conversado con algunos compañeros, me falta conversar con otros. Pero no para pedirles apoyo, sino para pedirles opinión.

27) ¿Y qué te han dicho?
Estuve con Belela Herrera, que es una crack, con Mariano Arana, con Constanza (Moreira) y las opiniones que he recibido hasta ahora son que ayudaría. En términos de decir que hay una movida, con estos acentos. Creo que también las campañas del miedo tienen menos potencia, eso de los gurises a Cuba, de lo que va a pasar con la economía… estuvieron 50 años esas campañas y el Frente ahora hace 13 que gobierna.

28) El miedo podría venir ahora no por los tanques rusos sino por el descalabro de la economía, por ejemplo.
Sí claro, nosotros tuvimos descalabro de la economía. Fue con las políticas liberales. Y con esas políticas tuvimos crisis del 2002-2003. Los expertos en el descalabro de la economía azuzan el temor al descalabro de la economía si se aplican políticas diferentes a las que ellos aplicaron. Si mirás los años 1999 y 2009 hubo procesos similares: crisis económica regional y mundial… ¿qué medidas se tomaron en el año 2000, cuando asumió Jorge Batlle? Ajuste, ajuste, ajuste y desembocaron, esas medidas de la ortodoxia liberal, en la crisis social y política más grande de la historia del país. Año 2008: crisis mundial, cayeron los bancos, crisis en la región, recuerdo una recomendación de las cámaras empresariales de no aplicar los ajustes salariales… el gobierno aplicó una medida heterodoxa: pagó con más déficit pero incrementó la inversión pública, mantuvo la política salarial y el consumo interno fue un factor clave para no entrar en recesión, y la salida fue con costos sociales radicalmente distintos a los de 2002-2003. Ahora, si escuchás a los liberales de la escuela austríaca, siempre hay una receta única: recorte, desregulación, apertura indiscriminada y apertura al capital la que nos pida. La izquierda es la que mejor se ha parado tratando de entender, defendiendo. Y si la cosa se complica, también tenés que saber para qué lado vas a rumbear.

29) ¿Cómo ves la irrupción de Ernesto Talvi en el escenario político?
Lo conozco poco. Me pareció interesante el enfoque que hace sobre seguridad, que no se subiera -por lo menos por ahora- a un planteo demagogo del estilo que lamentablemente impuso Larrañaga, creo que más por desesperación por la pérdida de espacio electoral que por convicción.

30) ¿Qué cambió en tu vida la televisión?
Pah… un viaje la televisión. Fíjate que en Nuevo Berlín entré a una panadería y la chica que estaba en la caja dice «¡el de la tele!» (se ríe) Pucha… mirá que nosotros hacemos cosas mucho más importantes que estar en la tele, pero la tele tiene eso.

31) A los efectos, no ya de una candidatura, sino de hacer visibles ciertas posturas, me imagino que es una herramienta formidable.
Mirá, yo entré por eso a la televisión. Venía de una Tertulia donde estuve un año y medio y conocí a Daniel (Castro) y ahí me ofrece estar en el programa de televisión. La discusión fue: es un espacio importante, riesgoso porque el grado de exposición es muy alto y yo planteé que podía asumirlo si lo hacía como una tarea militante. Entonces, en mi tabla de condiciones había una que era de fierro: que mi salario por ese trabajo lo administrara la fundación SUNCA Solidario. Eso me dio la tranquilidad que no iba a la tele a ganar plata, sino a defender ideas.

32) ¿Vos no agarrás un peso de eso?
No, nada. Es más, firmamos un contrato con el c anal con esas condiciones y la plata la cobra el contador de la Fundación. Porque si no era para que me dijeran: «Bo, vas a defender ideas pero cobrás por eso… yo también quiero defender ideas» (se ríe). Conrado (Hughes) dice que estoy loco, me dice: «bo ¿qué tenés en la cabeza? Así no vas a progresar nunca» (vuelve a reírse). Es su cabeza.

33) ¿Usar saco fue una exigencia del programa?
Yo saco no tengo, Conrado sabe que te lo dan ahí. No me pareció importante el saco, sí me resultó curioso que hubiera gente a la que le parecía importante. Te dan todos los días una camisa distinta, entonces la gente dirá «mira este loco tiene como 50 camisas» (se ríe). A mí me pueden acusar de macizo… pero difícilmente me puedan acusar de buscar un privilegio personal. En 2009, cuando asume Mujica, me vinieron a buscar para que fuera Inspector General de Trabajo. La decisión me costó, muchísimo, no por el cargo sino porque es un área que me mueve: salud y seguridad laboral es una parte de mi vida.

34) ¿Por qué no aceptaste?
Porque había habido elecciones del SUNCA recién, estábamos en un lío medio gigantesco, salir del sindicato me cuesta pila porque siento que tengo una deuda enorme con los trabajadores de la construcción, yo me hice como persona en las obras, con tipos que no tenían qué comer y repartían. Sé lo que es este gremio. Cuando asumí la banca (de diputado por la lista 1001) la primera condición que puse fue renunciar a todo ingreso que superara el sueldo de un albañil. Porque no iba al Parlamento a vivir distinto de lo que viven mis compañeros. Y si voy a la Presidencia voy a hacer lo mismo. Me pongo el saco para ir al programa, pero está bravo pa que me peguen desde el ángulo del privilegio personal.

» Cuando asumí la banca la primera condición que puse fue renunciar a todo ingreso que superara el sueldo de un albañil »
35) ¿Tienes en la cabeza una primera medida que ya sabes que tomarías si fueras presidente?
Hoy habría que aprobar la ley de Empleo para Personas con Discapacidad. Pero eso sería hoy. Si asumo, el tema de la vivienda tiene que ser central; construir recursos para una política que sacuda el tema. El segundo centro son los 90 mil gurises que están en la pobreza. No cuestiono las políticas sociales, digo que necesitamos más recursos. Y para eso necesitamos acuerdos sociales. En la construcción entraron el año pasado 75 personas en situación de discapacidad, el doble que en todo el Estado y el triple de los que entraron en los cinco años de gobierno de (Jorge) Batlle. La inercia hace a veces que determinadas situaciones no se resuelvan porque el escritorio te entra a ganar la cabeza.

36) ¿Cómo te llevas fuera de cámaras con Conrado Hughes?
Muy bien. Tenemos visiones enfrentadas, él cree que el capitalismo es maravilloso y que va a resolver todos los problemas de la humanidad y que dejar que el empresario pueda hacer lo que quiera, sin derechos de nadie, es lo mejor del mundo. También hay temas en los que tenemos coincidencias, increíblemente. En temas sobre la transparencia y ética pública, por ejemplo. Yo me llevé bien con casi toda la oposición en el Parlamento. (Fernando) Amado me invitó cuando presentó su candidatura, para ser parte del panel, y no fui porque estaba afuera, pero hubiera ido y hubiera hablado bien de él.

37) Tienes buena relación con Ignacio Otegui, el presidente de la Cámara de la Construcción.
Sí, nos conocemos hace muchos años y trato de tenerla con todos. También con la oposición. Nunca se lo dije, pero cuando se hizo un homenaje al SUNCA en el Parlamento, las palabras que dijo Pablo Abdala ahí para mí fueron como un abrazo, y tenemos opiniones diferentes. Eso está bueno. Con Graciela (Bianchi) que tiene un carácter muy especial y a veces se le suelta la cadena, yo me llevé muy bien. Y además tengo que decir que trabaja, no va a hacer la plancha.

38) Hoy parece estar más en riesgo que nunca desde 2005 la continuidad del Frente Amplio en el gobierno.
Sí, claramente, por todas estas cosas que hablamos. A favor tienes que miras para el costado, Argentina y Brasil, donde se aplicaron políticas distintas y es una catástrofe. Pero es cierto que hay problemas. Vas a la conquista de un cuarto gobierno con muchas menos garantías que en las anteriores.

» Hay que generar una concepción de unidad nacional en que los niños tienen que estar primero. Y si eso es así, no me puede estar jodiendo dos mangos más de impuestos »
39) Si tienes que asumir el desafío te tienes fe.
Sí, claro. Sí no, no doy ni un paso.

40) ¿Qué planes tienes para el 1° de marzo de 2020?
Festejar.

28
Ago
18

URUGUAY electoral

BLANCOS BARATOS

Los blancos ni saben  ¿ Cuándo es su cumpleaños?

Por Alberto Grille miércoles 22 de agosto de 2018

En un innecesario acto de crueldad política a los que nos tiene acostumbrados, el inefable Lacalle Pou, recibió con toda pompa al ex intendente de Paysandú, Bertil Bentos, que hace meses se fue del Larrañaguismo al Herrero Aguerrondo Lacallismo, para escarnecer públicamente otra vez, un poco más, a Jorge Larrañaga.

Si es tan cruel con quienes le darán sus votos si sale candidato del Partido Nacional ¿qué puede esperar el resto de la población que no lo vota?
Eso sí, para adular colorados el joven lambeta está siempre dispuesto.
No sólo abrió todas las pantallas de la tevé al ex presidente Sanguinetti para blanquear su reingreso a la política activa , sino que ahora le hace tomar lecciones a los blancos , por quién descuartizó a su padre Luis Alberto Lacalle Herrera con la “embestida baguala”.

En efecto, un increíble aviso publicitario da cuenta de que se inicia un curso de formación de líderes blancos titulado “Sociedad y Valores para el Uruguay que viene”. El mismo aviso nos anuncia un ciclo de conferencias , con un panel a cargo de Julio María Sanguinetti, Dolores Benavente, Tomás Linn y Pablo Bartol. Aunque Usted no lo crea, este acto tendrá lugar el miércoles 22 de agosto en la histórica “Casa de los Lamas”, sede del Movimiento Nacional de Rocha (que supo ser bastión del progresismo wilsonista y hoy es una triste coladera del Pompismo), estando la coordinación del Programa a cargo del editorialista blanco de El País, Tomás Teijeiro y el diputado de la lista 40, Rodrigo Goñi, integrante del Espacio 40, que responde a Lacalle Pou.
Aunque Usted no lo crea (a nosotros nos cuesta), Pompita le pide cátedra, y en la Casa de los Lamas, a Julio María Sanguinetti… todo dicho.

El festejo -equivocado- del cumpleaños del Partido Nacional

Pero también resulta difícil creer que los dirigentes del Partido Nacional no sabe bien ni siquiera cuándo comenzó su trayectoria, y da una fecha equivocada.
El 10 de agosto, el Partido Nacional lanzó en su página web y a través de los canales de TV, un video con banda musical que comienza por una leyenda que dice: “182 años Partido Nacional” . Luego muestra las efigies de Manuel Oribe, Leandro Gómez, Aparicio Saravia, Luis Alberto de Herrera y Wilson Ferreira Aldunate, para terminar diciendo “Luchando por las libertades”, “El futuro es Partido Nacional”.
De esta forma, equivocadamente, desde el 10 de agosto el Partido Nacional festeja sus “182 años”, cuando la verdad es que el 19 de setiembre próximo comenzará a cumplir (y aún eso es dudoso) ese aniversario.
¿Por qué decimos esto?
Porque el Partido Nacional nació junto con el Colorado en la Batalla de Carpintería en la que las fuerzas al mando del presidente constitucional de la República, Brig. Gral. Manuel Oribe derrotaron a los insurrectos comandados por el Brig. Gral. Fructuoso Rivera.Hay ante todo un vacío ideológico total, pero se parte de un error curioso .
Así de claro.
¿Quiénes afirman que el 19 de setiembre de 1836 es la fecha correcta?
Veamos. Wikipedia dice: “La denominación partidos tradicionales, partidos históricos, o partidos fundacionales, es usada para referirse en forma genérica a los partidos políticos fundados en el siglo XIX en Uruguay , el Partido Nacional (inicialmente llamado Partido Blanco​ y aún hoy día también conocido bajo esta denominación) y el Partido Colorado . (…) su “acta de nacimiento” es la Batalla de Carpintería ocurrida el 19 de septiembre de 1836. En dicha batalla las fuerzas gubernamentales (…) se enfrentaron a fuerzas revolucionarias, al mando del ex presidente Fructuoso Rivera , aliado con los unitarios argentinos exiliados en Uruguay al mando de Juan Lavalle . En esta batalla, las tropas gubernamentales se distinguieron usando vinchas blancas, las cuales lucían la inscripción “Defensores de las Leyes”. Las tropas de Rivera usaron como distintivo una vincha hecha con el forro de los ponchos, que era de color rojo”.
Lo mismo dice el diplomático, Doctor en Historia por la Universidad Complutense de Madrid e historiador nacionalista Juan José Arteaga en su libro “Uruguay – Breve Historia Contemporánea” (Fondo de Cultura Económica, 2000, 390 páginas), que afirma: “el 19 de setiembre de 1836, las fuerzas riveristas fueron derrotadas por las del gobierno (de Manuel Oribe) en la Batalla de Carpintería. Por primera vez se habían usado los distintivos o divisas blanco y colorado para distinguir a los seguidores de uno u otro bando, pues carecían de uniformes. (…) Las divisas no eran en ese momento partidos políticos en el sentido moderno del término, definidos por un programa, sino más bien se trataba de corrientes que expresaban direcciones históricas, tendencias, afinidades y simpatías. Cada divisa era policlasista y heterogénea en sus componentes, pero estaba cohesionada por su adhesión emocional a un caudillo y a lo que él representaba. (….) Décadas después de su creación se convirtieron en partidos políticos, con su organización y programas, acompañando la evolución del Uruguay independiente hasta los tiempos contemporáneos”.
Si algún blanco no le cree a este correligionario, seguramente van a tener que atender a este dictamen: “Blancos y Colorados, sin llegar a constituir aún partidos orgánicos, definen sus tendencias a raíz de la guerra civil de 1836, sustentando unos el principio de autoridad identificado con la nación, y otros el de la Revolución, personificada en la figura del caudillo. Nacionalistas los primeros, querían plasmar mediante la organización constitucional los destinos del país, y vivir en paz dentro de sus fronteras; surgían en cambio los colorados, aliados a la emigración unitaria, con una visión política que desbordaba los contornos de la República y que aspiraba abarcar en sus soluciones, problemas de estados vecinos. En realidad, en el choque entre el Presidente de la República y el ex Comandante de la Campaña se cruzaron dos modalidades, dos espíritus que suelen estar a menudo en lucha; el de la revolución que prolongaba su impulso, el del orden que una vez constituído anhelaba la normalidad y la ley”. Este texto pertenece al libro “Historia de los partidos e ideas políticas en Uruguay” Tomo II (1956: 153 – 154), de Juan E. Pivel Devoto.
Aún no puedo creer que yo haya leído éstos textos y los mismos no hayan sido leídos por los dirigentes blancos. Tal vez tengan otras fuentes pero no espero que se pongan a discutir conmigo estas cosas-
Es natural que los blancos anden confundidos: tienen muchos problemas.
Además de Bascou, y demás antecedentes, tienen a Felipe Bruno, larrañaguista Presidente de la Junta Departamental de Tacuarembó, que por habérsele exigido el pago de 500.000 dólares que debe de Contribución Inmobiliaria a la IMD, reclamó y reafirmó que es necesario que vuelva una dictadura; y a Rodrigo Blas, Edil y Presidente del Partido Nacional en Maldonado, otro poderoso comerciante pompista, condenado a pagar una multa de 1,9 millones de dólares por evasión por la DGI.
Estos son los blancazos que se florean con la divisa “Defensores de las Leyes”, que ostentó Manuel Oribe, Teniente de Artigas, y que ellos mancillan.
Con razón le piden consejos públicamente a Julio María Sanguinetti, que no para de reírse de ellos, y todavía capaz que les da alguna otra sorpresa.

27
Ago
18

uruguay y la religión

LA BURGUESÍA HIPÓCRITA, BLANCA, BEATA Y RACISTA

La intolerancia religiosa le hace mal a la democracia uruguaya

escribe: Susana Andrade Diputada MPP/FRENTE AMPLIO  

Monseñor Daniel Sturla hizo declaraciones ofensivas contra cultos de matriz afro en la prensa, con palabras propias de uso ritual asociándolas falsamente a algo malo o dañino, desde la ignorancia acerca de nuestra cultura religiosa, expresándose agresivamente en relación al término “macumba” que pertenece al universo sagrado, y es usado vulgar e intencionalmente con sentido burlón, despreciativo y ultrajante para referirse a rituales afroumbandistas, promoviendo la intolerancia, la discriminación racial y el racismo contra las tradiciones espirituales étnicas provenientes de poblaciones africanas e indígenas, sometidas a esclavitud durante los siglos de invasión europea en complicidad con la Iglesia católica, siendo de allí hasta nuestros días, víctimas de subalternidad y vulneración social estructural y endémica.
El cardenal Sturla dijo: “Está el tema de la macumba, que es muy negativa y le hace mucho daño a la gente porque la pone en una cuestión entre psicodélica y diabólica”. (Semanario Búsqueda, Nº 1966 – 26 de abril al 02 de mayo de 2018).
No entendemos por qué nos ataca culpándonos de “hacer daño a la gente” en una acción que podría configurar delito de incitación al odio según nuestro Derecho Penal (Art. 149 ter CP).
Con la mayor impunidad, ejerce violencia verbal pública contra los ritos afro fomentando la intolerancia religiosa al demonizar la macumba, sabiendo que asociar una fe a ruindades, resulta objetivamente una grave ofensa de discriminación por credo y también por raza en este caso al ser manifestaciones culturales típicas de un grupo étnico.
“Psicodelia” es un estado de alteración psíquica producido por drogas, y los afroumbandistas ni siquiera tenemos un “diablo” en nuestra cosmología.
El diablo del cristianismo es la figura que inventaron ellos para personificar el mal. Una construcción cultural de raíces abrahámicas, occidentales y cristianas que con la dominación europea se hegemonizó, asustando al mundo entero y sirviendo como elemento de persecución contra quienes eran catalogados como adoradores de Satanás por sus propios inventores.
Las vertientes afro rituales desconocemos la existencia de dicha entidad a pesar de que desde siempre nos han intentado emparentar con él, como máxima forma de desprecio y humillación.
Macumba es una palabra del lenguaje bantú para referirse al tambor ritual, o al propio rito africano religioso hecho clandestinamente por la prohibición de los verdugos hacia la población esclavizada de ejercer su libertad de cultos. Se utilizó vinculada a superchería o magia negra en ciertas zonas de Brasil, algunos por desconocimiento y otros como forma de combatir a templos de Umbanda y Candomblé, persecución acentuada en dictadura y existente desde siempre por motivos de predominios étnico raciales y de clases.
Lamentablemente todavía se usa popularmente naturalizando el racismo religioso y estereotipos menoscabantes, descalificando la religiosidad afroamericana atacando lo simbólico, nuestros valores, mediante conceptos que creíamos superados en pleno siglo XXI.
Es impensable que un referente religioso a tal nivel hable con desconocimiento flagrante, ofendiendo con tamaña falta de responsabilidad, ya que sus palabras pueden formar opinión y contribuir a las acostumbradas dificultades de inclusión y estigmatización de los afroumbandistas, violando nuestros derechos humanos y por ende acrecentando la fractura social de un país que debe apostar a la convivencia pacífica en cada uno de sus ámbitos; con más razón las religiones que deberían ser ejemplo de diálogo y fraternidad.
Procuramos como umbandistas el entendimiento y la paz entre las personas como cualquier religión, por lo mismo no aceptamos ataques de ninguna índole ni la práctica de la violencia sea de palabra o de hecho.
Rechazamos enfáticamente cualquier tipo de discriminación negativa que menoscabe los derechos de la diversidad cultural y religiosa que existe y convive con el sistema republicano de gobierno protegido por leyes locales e internacionales.
Lamentablemente las palabras de Sturla son un reconocimiento a la oprobiosa historia represora de un sistema dominante, que se empeñó en denigrarnos bajo una pretendida “evangelización” impuesta a la que se obligaba bajo pena de tortura o muerte a las poblaciones afro y originarias avasalladas durante el tráfico humano.
Si la comunidad afroumbandista sufre lo que sufre hoy es por culpa de la Iglesia católica de esas épocas que colaboró con el sometimiento cultural y genocidio africano e indígena, encima demonizando nuestra identidad espiritual ancestral, pretendiendo sellar nuestro futuro social como hacedores del mal, solo por tener una concepción propia del mundo trascendente.
El cardenal al agraviarnos reivindica ese terrorismo cultural. Recordemos que la Iglesia católica patrocinó la masacre de los pueblos originarios durante la colonización y la esclavización de hombres y mujeres africanos en las Américas y el Caribe. Pensemos que ese pensamiento de deshumanizar a la gente sometida construyó un proceso de negación a todo lo que viene de ellos.
Tal vez no se trate solamente de una intolerancia de tipo religiosa, sino de rasgos de una rancia aversión social a todo lo que tiene a África y a lo autóctono como raíz. ¿Se trata realmente de ignorancia, o de una ideología que jerarquiza grupos humanos instalando ideas de superioridad racial y cultural erigiéndose en jueces de lo “bueno” y lo “malo”? Esto es muy grave.
Negros e indios, sus tradiciones y costumbres fueron diezmados bajo la justificación de la Iglesia católica en el siglo XV y por más de 500 años avasallados, de ese genocidio deriva la situación de racismo estructural e injusticia social. No por casualidad Latinoamérica es la región más desigual del mundo. Rogamos no ser acosados aún más y que estos fundamentalismos no prosperen.
¿Acaso alguna autoridad católica piensa que están en posición de pontificar acerca de qué le hace mal o bien a la gente desde una iglesia tan y para siempre manchada por la perversidad sexual contra menores?
¿No sería la hora de una verdadera actitud de constricción en lugar de andar atacando sin razón?
¿Acaso ya no están experimentando la crueldad de los preconceptos, los que ya nunca más podrán sacudirse como para darse el lujo de juzgar a otros?
Lo que de verdad hace daño a la gente son declaraciones públicas ofensivas y mentirosas sobre religiones que conviven en Uruguay. Hace mal ensañarse con los más vulnerables
Diabólico es el mapa mundial de la pedofilia en todos los continentes que hoy día tiene la institución Iglesia católica, incluyendo al Uruguay.
Ante este desborde de intolerancia contra cultos afro, exigimos la salvaguarda de nuestros derechos humanos intrínsecos y el apego a las leyes.
Y al Cardenal le decimos como religioso, sea compasivo.
Y si no puede amarnos, al menos respétenos con su silencio.

26
Ago
18

evo y el imperialismo

Evo Morales alerta sobre la invasión encubierta de EEUU a América Latina

escribe: Sullkata M. Quilla / Rebelión

El presidente de Bolivia, Evo Morales, denunció una invasión encubierta de Estados Unidos sobre América Latina, luego de que Washington anunciara que enviará a Colombia un buque hospital para atender a los venezolanos que se encuentran en ese país fronterizo, y señaló que la mejor ayuda que puede prestar ese país a Venezuela es respetar su soberanía y “levantar el bloqueo económico que el imperio norteamericano le ha impuesto injustamente”.
“Condenamos invasión encubierta de gobierno de EEUU a América Latina, al enviar a Colombia barco del Pentágono con excusa de ‘ayuda humanitaria’ hermanos venezolanos. La embarcación USNS Comfort, con capacidad para transportar helicópteros de guerra, es amenaza contra Venezuela”, alertó Morales a través de Twitter. “Toda agresión a Venezuela, es una agresión a América Latina”, aseveró.
Mientras, EEUU sigue ideando y financiando la destrucción de la ingtegración latinoamericana, para poder imponer la vieja doctrina monroista de “América para los (norte)americanos. Hay intereses geopolíticos que tienen que ver con tener acceso a los recursos” tales como “el petróleo”, “el agua dulce”, “la biodiversidad” o “los minerales”, recursos esenciales para que Washington mantenga su poder hegemónico imperial, indicó Pablo Ruiz integrante del grupo de Observadores de la Escuela de las Américas.
En esta ruta de acciones de Washington se inscriben el golpe de Estado contra el presidente progresista Fernando Lugo en 2012, que rompió las siete décadas de hegemonía del partido Colorado, similar al ejecutado contra el mandatario hondureño Manuel Zelaya en 2009, o el derrocamiento de la presidenta constitucional brasileña Dilma Roussef.
Fue precisamente la estrategia de la persecución judicial parlamentaria con la que dejó la puerta abierta al gobierno de Estados Unidos para instalar en la presidencia paraguaya -en principio a Federico Franco- quien luego dio paso a Horacio Cartes, un jefe de Estado complaciente a la agenda estadounidense, quien facilitó el emplazamiento de nuevas bases militares, una de ellas en la Triple Frontera con Brasil y Argentina, de cara al Acuífero Guaraní y muy cerca de Bolivia.
La excusa de Washington fue la lucha contra el narcotráfico y el terrorismo, la misma usado para instalar 76 de las 800 bases militares que tiene en el mundo, también en Brasil, Chile, Colombia y Perú, lo que le permite a Washington controlar la mayor reserva de agua dulce de esa región, cuestión a la que se suma hoy la explotación de esquisto (fracking) por multinacionales petroleras norteamericanas.
La meta, apoderarse de los recursos naturales y el control geoestratégico de la región. De las 76 bases, están 12 en Panamá, 12 en Puerto Rico, 9 en Colombia, 8 en Perú, 3 en Honduras y 2 en Paraguay,
En 2015 se concretó la instalación de la primera base militar estadounidense en territorio paraguayo, bajo el estatus de “Centro de Operaciones de Emergencias (COE)” en el departamento de San Pedro, creada con la excusa de “ayudar” a la población ante “eventos de emergencia o desastres naturales”.
Prensa Rural señaló que las comunidades indígenas de la zona denunciaron que esa base “se abona al control geoestratégico imperialista en la región y al saqueo de los recursos naturales, en este caso con el aval del presidente Horacio Cartes” en confabulación con el contralmirante George Ballance, entonces director de Cooperación en Seguridad del Comando Sur. Poco antes había instalado en 2012, en Chile, un “Centro de Entrenamiento para Personal de Operaciones de Paz en Zonas Urbanas”, en el Fuerte de Aguayo de la ciudad de Concón, Valparaíso.
Una investigación periodística de Raúl Capote en Granma de Cuba, sustentado en documentos publicados en los portales del Comando Sur y del Ministerio de Defensa estadounidense, advierte sobre la estrategia que aplicará en Latinoamérica durante los próximos 10 años, justificando sus acciones directas contra Cuba, Bolivia y Venezuela, que por mantener relaciones de cooperación con China, Rusia e Irán, son consideradas enemigos de Washington.
Cita el texto publicado por Granma que el actual Comandante del Comando Sur, almirante Kurt Tidd, “en febrero del 2018 expuso ante el Congreso los escenarios planteados para el continente, objetivos, medios y estrategias acordes con la Estrategia de Defensa Nacional (2018) y la Estrategia de Seguridad Nacional (2017-2018)”. “En términos de proximidad geográfica, comercio, inmigración y cultura, no hay otra parte del mundo que afecte más la vida cotidiana de EEUU que América Central, América del Sur y el Caribe”, dijo Tidd.
Para lograr mantener la hegemonía de Washington en la región, resaltó Tidd, las amenazas latinoamericanas deben enfrentarse por medio de una “Red de Redes”, operada por el Comando Sur. “Tres fuerzas de tarea conjunta actuarán en este plan: Fuerza de Tarea Conjunta-Bravo (Base Aérea de Soto Cano, Honduras), Fuerza de Tarea Conjunta de Guantánamo, La Fuerza de Tarea Interagencial y Conjunta-Sur (Cayo Hueso, Florida)”.
El nuevo presidente de Colombia, Iván Duque, luego de reunirse en Washington con el vicepresidente de EEUU, Mike Pence, informó que será frontal contra Venezuela y anunció la salidad de su país de la Unasur. Para los fines de control militar en la región, con 2.200 kilómetros de frontera terrestre con Venezuela, es un punto geográfico bisagra, equivalente a lo que es Israel para Washington en el Medio Oriente.
La nueva relación de Colombia con la OTAN (a la que aspira sumarse el gobierno conservador de Chile) y la gran inversión militar del gobierno del saliente presidente Juan Manuel Santos en 2017, por unos 9.713 millones de dólares, 3,1% del Producto Interno Bruto (PIB), dan prueba de ello. Los gastos militares colombianos son menores que los brasileños, lindero también con Venezuela, pero superiores a los de Argentina (5.680 millones de dólares, 0,9% de su PIB) y México (6.000 millones de dólares, 2,5% de su PIB), cifras que se dan en paralelo a recortes en ciencia, tecnología, salud y educación.
EEUU anunció asimismo la instalación de una base militar en Neuquén, Argentina, lugar donde la empresa YPF encontró en 2011 “un mega yacimiento de petróleo”, el de Vaca Muerta, y el gobierno argentino habló de un Centro de Inteligencia Regional en Ushuaia, en Tierra del Fuego.
Los ministros argentinos de Defensa y de Seguridad, Oscar Aguad y Patricia Bullrich se reunieron en EE UU. con funcionarios del Departamento de Estado, del FBI, la DEA y directivos del Comando Sur, tras lo cual autorizaron la instalación de una base militar en la Triple Frontera con Paraguay y Brasil, pero que también les permite acceso a Bolivia, Chile y Uruguay.
Asimismo, Perú en los últimos años “se convirtió en pieza clave del despliegue militar estadounidense en la región con la instalación de bases en la selva y los Centros de Operaciones de Emergencia Regional (COER)”.
La guerra que EEUU lleva a cabo contra Venezuela necesita de una fuerza regional que intervenga no solo en lo económico y político, sino también en lo militar, lo que explica la renovada injerencia directa e indirecta sobre las Fuerzas Armadas, Policía Nacional y soberanía nacional de Ecuador, que incluye brindar capacitación, inteligencia, intercambio de información y acceso a colegios militares.
La presencia de militares estadounidenses en suelo ecuatoriano, bajo el pretexto de lucha contra el terrorismo y el narcotráfico, se oficializó con la visita del subcomandante del Comando Sur, Joseph P. DiSalvo, para coordinar las acciones militares con las máximas autoridades de ese país. “Debemos pensar en una estrategia nueva, que más que un Plan Colombia sea un plan Sudamérica, donde todo el mundo pueda combinar sus esfuerzos y así luchar contra esto”, expresó DiSalvo en una entrevista ofrecida a medios ecuatorianos.
Hay que tomar muy en serio la advertencia de Evo Morales.

Sullkata M. Quilla, Antropóloga y economista boliviana, analista asociada al Centro Latinoamericano de Análisis Estratégico (CLAE, http://www.estrategia.la )
25
Ago
18

uruguay y la educación

Una sociedad educadora, una sociedad de aprendizaje

escribe: Celsa Puente

A la educación suelen asignársele todas las responsabilidades. De cada falencia social que se descubre, surge como comentario natural la necesidad de crear una asignatura que lo aborde.

Es que además de asignarle todas las responsabilidades de este mundo por todo lo que no funciona, todo lo que no se sabe, todas las vulnerabilidades, todo se asignaturiza. Estamos acostumbrados a colocar todo en cajoncitos, en parcelar la realidad y colocarla en estantes diversos con la fantasía de que será mucho mejor comprendida y aprehendida por los integrantes de la especie. Así es que cuando se detectan muchos accidentes de tránsito, se recurre a sugerir la apertura de una asignatura que verse sobre la educación vial; si aumenta la tasa de homicidios, se recomienda la apertura de una asignatura que asegure que cada uno tramitará su violencia del modo más correcto, y si queremos hablar de inclusión, pensamos que lo mejor es que haya una asignatura que enseñe la lengua de señas. Hay algo de un pensamiento mágico que se instala en estas aseveraciones: la educación podrá con todo y, en el caso de la educación media, podrá hacerlo a través de las asignaturas.
Más allá de la discusión que con respecto a la organización de los planes de estudio pueda abrirse, a la necesaria revisión del asignaturismo como base organizacional de la educación formal y de la -por lo menos para mí- inexcusable e impostergable adopción de modalidades de trabajo que aseguren la interdisciplinariedad, tenemos que discutir a niveles más profundos cómo constituirnos en una sociedad educadora. Los humanos no tenemos una programación genética que nos asegure el desarrollo como especie. Somos seres gregarios, nos vamos construyendo en vínculo con los otros porque en esa convivencia nos humanizamos. Es clave tener esto claro para entender por qué hay que dejar de hablar de asignaturas y construir la fantasía de que todo se resolverá en la medida en que el plan de estudios incorpore esa parcela del saber, por cierto bien “parcelada”, y pensar en condiciones educativas humanizantes como responsabilidad de todos. No importa si tenemos o no hijos, sobrinos, nietos; somos los adultos de esta especie, que en este contexto témporo espacial tenemos el deber de hacer la “pasada” del legado que fuimos acumulando como humanos. Y con esto no estoy desvirtuando o desconociendo el valor inmenso que las instituciones de la educación formal llevan adelante en relación a este principio de trabajo intergeneracional, pero creo que no puede quedar recortado a ellas y que, en parte, muchos de los problemas que tenemos en la sociedad actual se explican por la presencia de adultos que han desalojado la tarea de ser tales y que no cumplen con este mandato que le da hilván a la vida: enseñar a los recién llegados el acumulado de saber y los valores que la sociedad ha generado para que se los apropien y los transformen, para que los hagan suyos, pero estén estimulados a reeditarlos con sello propio. Una sociedad educadora es aquella que cuenta con miembros responsables que saben verse a sí mismos como distribuidores del capital cultural que se ha ido atesorando. Es, por tanto, también una sociedad de aprendizaje porque va generando instancias constantes de crecimiento y transformación para todos sus miembros, enseñándoles a adaptarse a los cambios que son lo único permanente que tenemos en el mundo desde hace mucho tiempo.
Nuestro principal problema no son los jóvenes, a quienes estamos acostumbrados a condenar en forma constante. Nuestro principal problema somos los adultos y este nuevo modo de no serlo que se ha ido generalizando. El proceso humanizante lleva tiempo y no alcanza sólo con “estar con”; es ayudar al otro a encontrar un ámbito de pertenencia afectiva, un tejido de sostén desde donde ensayar ser humano con todo lo que configura en la adquisición de hábitos, el conocimiento y la creación, la capacidad de soñar. De alguna manera es ayudarlo a ingresar a la oferta de este mundo, pero con la generosidad de sentir que es posible que este recién llegado lo transforme. Por eso es tan importante que los adultos estemos presentes siempre, los de casa y los de las instituciones educativas, escenarios donde se tramitará otro modo de vivir diferente al que ofreció la familia hasta ese momento. Pero para eso debe haber familia, entendida como la existencia de referentes afectivos adultos disponibles que pueden con su propia vida y ayudan a las nuevas generaciones a adentrarse en ella, más allá de la consanguinidad, y también debe haber instituciones educativas con vocación subjetivante. ¿Será que hemos perdido la pasión por vivir la ansiada aventura de educar, entusiasmo por la transmisión intergeneracional y la alegría expectante por descubrir qué traerá a este mundo cada uno de los nuevos? Es imprescindible enamorarnos de la posibilidad del lugar de ser adultos, de pasar el legado, de sorprendernos con los hallazgos y transformaciones de las nuevas generaciones de humanos para dejar de quejarnos, de estar ausentes y de culpabilizar. Para ser anfitriones y hospedar en el mundo.

24
Ago
18

mártires del pueblo …

LACALLE POU, BORDABERRY MÁS, LA DEERECHA FACHA, DEMONIZAN A LOS ESTUDIANTES REVOLUCIONARIOS Y MÁRTIRES DEL PUEBLO

Crímenes impunes del agosto amargo

escribe: Hugo Acevedo / analista

 

El 24 de agosto de hace coincidentemente veinticuatro años, los feroces mastines de la represión volvieron a abatirse sobre el pueblo uruguayo, con el trágico desenlace de un muerto y decenas de heridos en la denominada Masacre de Jacinto Vera o Masacre del Filtro.
El luctuoso episodio confirmó que la derecha vernácula -que se cebó abundantemente durante la abominable dictadura cívico militar- seguía imponiendo su cruenta lógica autoritaria.
En el contexto del gobierno nacionalista de Luis Alberto Lacalle, el fantasma de la violencia estatal instaurada con prepotencia durante el régimen antipopular del colorado Jorge Pacheco Areco, volvía a cobrarse vidas inocentes.
Quiso el destino que el episodio de los ciudadanos vascos que desencadenó la represión policial contra los manifestantes se registrara precisamente en agosto, el mismo mes en el cual el pueblo uruguayo conmemora, hace medio siglo, el denominado Día de los Mártires Estudiantiles que evoca el brutal asesinato del estudiante Líber Arce.
Aunque ambos episodios están separados por veintiséis años y cruzados por la lacerante experiencia histórica de la dictadura y la traumática posdictadura que consagró la impunidad de los delitos de lesa humanidad, el denominador común es que se registraron en gobiernos que le tenían una visceral fobia al movimiento popular.
El pasado 14 de agosto, una vez más, miles de estudiantes se manifestaron en las calles de Montevideo, reclamando justicia por los crímenes impunes perpetrados por el prepotente gobierno de Pacheco Areco, hace ya cincuenta años.
Aunque desde filas de la colectividad colorada se insista en reivindicar la memoria del mandatario derechista, es evidente que su administración, que transcurrió entre 1967 y 1971, estuvo impregnada de una innegable impronta autoritaria.
No en vano Pacheco gobernó con medidas prontas de seguridad, lo cual derivó en suspensión de garantías individuales, desembozada represión, detenciones ilegales, torturas, asesinatos, proscripción de sindicatos y partidos políticos de izquierda y férrea censura de prensa.
Si bien los jóvenes que participaron en la multitudinaria demostración obviamente no habían nacido, todos conocen las circunstancias que rodearon la tragedia, la cual alimentó la escalada de violencia estatal que devino ulteriormente en el gobierno autoritario.
Como registra la memoria colectiva profusamente documentada en libros y publicaciones de la época, el estudiante de odontología Líber Walter Arce Risotto fue baleado por la espalda, por la Policía, el 12 de agosto de 1968, frente a la Facultad de Veterinaria.
El joven recibió un disparo en una pierna con orificio de salida en la ingle. La bala, según el dramático dictamen médico, le seccionó la arteria femoral que irriga los miembros inferiores.
Durante los incidentes acaecidos resultaron también heridos otros cuatro estudiantes aunque felizmente de menor entidad, lo cual corrobora que la orden impartida a las fuerzas represivas era disparar sin miramientos aun a personas desarmadas.
Según los testimonios de la época, al ingresar al Hospital de Clínicas el estado de Líber Arce era ya desesperante. Sus pulsaciones eran muy débiles y había perdido abundante sangre.
La lucha del equipo médico por salvarle la vida resultó casi una suerte de proeza. Mientras era intervenido quirúrgicamente, el paciente entró dos veces en shock y estuvo a punto de morir, aunque fue reanimado.
No obstante, pese a los denodados esfuerzos de los abnegados profesionales de la medicina que lo atendieron, el 14 de agosto el infortunado estudiante dejó de existir a los veintiocho años de edad, sumiendo al país entero en un profundo estado de conmoción y congoja colectiva.
No en vano el cortejo fúnebre y el posterior sepelio congregaron a una abigarrada multitud estimada en más de doscientas mil personas, que acompañó el cuerpo sin vida del asesinado estudiante hasta su última morada.
Aunque el autor del disparo mortal fue el oficial ayudante Enrique Tegiachi, la que mató a Líber Arce fue realmente la ominosa garra de un régimen que -pese a convivir con un parlamento, que era casi decorativo- conculcó todas las libertades.
De todos modos, la hecatombe no se agotó ese día, ya que el 20 de setiembre cayeron también acribillados por las implacables fuerzas pretorianas del gobierno los también estudiantes Hugo de los Santos y Susana Pintos.
Después, fueron asesinados Heber Nieto, Walter Medina, Julio Spósito, Santiago Rodríguez Muela, Íbero Gutiérrez, Ramón Peré y una larga y dolorosa lista que conforma el dantesco martirologio estudiantil.
Todos fueron víctimas de la saña asesina de una derecha artera que, mientras las calles se teñían de sangre joven, valentía, valor, indomeñable rebeldía e idealismo, preparaba pacientemente en el ominoso ámbito de los cuarteles el asalto final contra las instituciones que se concretó en la aciaga madrugada del 27 de junio de 1973.
¿Por qué la derecha contemporánea no honra a los estudiantes asesinados ni condena a los gobiernos que perpetraron tales crímenes y tropelías?
¿Por qué insiste en su contumaz mirada reduccionista de la historia, que reivindica la insostenible teoría de los dos de demonios para despojarse de responsabilidad y no asumir sus culpas en el proceso de deterioro que devino en el golpe de Estado?
Cuestionar esos actos de barbarie perpetrados por gobiernos supuestamente republicanos, sería poner en tela de juicio nada menos que la esencia de la propia democracia liberal burguesa.
Obviamente, si se fustigaran los atropellos del pachecato, no se podría avalar la salvaje represión de la trágica jornada del 24 de agosto de 1994, cuando las fuerzas de choque la emprendieron contra los manifestantes que se habían concentrado en las inmediaciones del Hospital Filtro, protestando por la extradición de tres ciudadanos vascos.
La consecuencia fue el asesinato de Fernando Morroni que fue ultimado por un disparo de arma larga a boca de jarro, y un centenar de heridos de bala y por objetos contundentes.
El perfil netamente anti-democrático del gobierno blanco de Luis Alberto Lacalle fue reafirmado apenas un día después de los dramáticos sucesos del Filtro, cuando se dispuso la clausura de CX 44 Radio Panamericana, al mejor estilo del régimen de Jorge Pacheco Areco. El único pecado de la emisora fue denuncian los atropellos de aquella dramática noche.
Como la represión está en el ADN del bloque conservador, si la derecha ganara las elecciones las protestas callejeras volverían a disolverse mediante la violencia propia de los regímenes fascistas, ya que, en el presente, no existe ni autocrítica ni arrepentimiento por los aciagos sucesos del pasado.

23
Ago
18

uruguay y el progresismo …

LA ULTRA DERECHA HERRERISTA Y  LA ESTUPIDEZ POLÍTICA DE LACALLE POU 

Una brecha que se agiganta

escribe: Marcos Otheguy / La Diaria

 
Los cambios profundos en las sociedades no se sustancian de un día para el otro, son procesos de larga duración que se van consolidando muchas veces de forma casi imperceptible.
Siempre hay hechos o actos con un fuerte contenido simbólico que los expresan con contundencia y nos muestran que algunas cosas muy importantes han cambiado y que ya nada será igual.
El 14 de agosto el Senado recibió la nota de renuncia del compañero José Mujica a su condición de senador, y ese día será recordado no sólo por la importancia de ese hecho político, sino como el día en que los principales partidos de la oposición hicieron un profundo silencio, contribuyendo de manera explícita a un cambio profundamente negativo para el relacionamiento entre los partidos políticos en el Uruguay.
A partir de su recuperación democrática, el Uruguay fue consolidando no sin dificultades una democracia de calidad, la mejor calificada del continente y entre las más reconocidas del mundo.
Como todos saben, una democracia de calidad tiene como una de sus principales condiciones un sistema político de calidad, partidos fuertes, democráticos y la capacidad de tender puentes entre estos, independientemente de sus diversas concepciones ideológicas.
Por las dimensiones del país, siempre decimos que en Uruguay nos conocemos todos; quizás esto permitió (salvo en contadas coyunturas en las que la radicalización de la confrontación política hizo pagar un altísimo costo a los uruguayos) un diálogo respetuoso entre líderes políticos que representan historias y sensibilidades muy distantes, pero esto jamás impidió sentarse en una mesa para encontrar imprescindibles acuerdos cuando el país más lo necesitaba.
Pero esta realidad hace un buen tiempo que viene cambiando: el tono del debate político y la sociedad hace rato que se viene radicalizando.
En tiempos de la posverdad, del reinado de las redes sociales, de la circulación de noticias falsas, de debates ideológicos a través de Twitter, la política se banaliza, se transforma en un triste espectáculo de rostros impostados y de pensamientos de baja intensidad. Nuevas tecnologías, con un fuerte potencial democratizador, se vuelven reductos de advenedizos, oportunistas o simplemente de estúpidos con pretensiones de filósofos.
Pero volviendo al principio, hace un rato que el “tono” del debate político viene cambiando. Quizás a caballo de estas nuevas formas de “comunicación”, también en el debate político comenzó a campear la mentira, la descalificación personal, los apuros por el poder, y la pérdida de algunos códigos esenciales que por un buen tiempo nos hicieron diferentes y admirados.
Para esta comparación la medida siempre ha sido Argentina; tan parecidos, tan iguales y tan diferentes a la vez. Borges decía algo que definía la cultura política de este pueblo hermano: “No nos une el amor sino el espanto”. Considero que esto caracteriza muy bien eso que tanto se repite del otro lado del río de que se construyó una brecha eterna que separa al pueblo argentino.
Si uno mira el mundo, los países que más avanzan son aquellos que han consolidado democracias de calidad y un Estado de bienestar que garantiza oportunidades a todos sus ciudadanos. En estos países, más allá de la alternancia de los partidos en el gobierno, hay ciertos acuerdos esenciales que permanecen.
Hace rato que en Uruguay comienza a ganar la crispación y la falta de respeto en el debate ciudadano.
Pero cuando los principales partidos de la oposición optan por el camino de dinamitar los puentes con lo más representativo de la otra mitad de la sociedad, las distancias comienzan a transformarse en una brecha que se agiganta. Espero que no sea eterna.




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