Archivo de abril 2011

30
Abr
11

el capitalismo, alberto couriel

 

(keynes y el estado de bienestar)

 

LAS RELACIONES INTERNACIONALES Y LA NUEVA ETAPA DEL CAPITALISMO

Alberto Couriel/senador del F.A economista

 

Los acontecimientos internacionales, en un mundo globalizado, tienen un enorme peso en la evolución de los distintos países. Los avances tecnológicos son determinantes en las relaciones militares, políticas y económicas. La crisis financiera de 2008 en EEUU repercutió directamente en todo el mundo, por tratarse de la primera economía mundial, con hegemonía financiera, al disponer y decidir sobre el dólar, la moneda de intercambio y de reserva internacional. Los países de América Latina más dependientes de EEUU ­como México y América Central­ vieron afectadas sus relaciones comerciales y perdieron dinamismo económico. América del Sur estuvo menos afectada, por el aumento de los precios internacionales de sus productos de exportación, derivado del fuerte dinamismo económico y comercial de China y de acciones especulativas en los mercados financieros con títulos vinculados a las principales commodities. Ello facilitó la entrada de capitales a la región, por la baja tasa de interés en el mercado financiero internacional, y de inversión extranjera directa, por la propia valorización de los recursos naturales. En esencia, los acontecimientos internacionales, especialmente en el mundo desarrollado, son relevantes para el resto del mundo. Por eso es indispensable entender las características de las relaciones de poder en el mundo internacional.

Estados Unidos mantiene el poder militar, que ostenta desde finalizada la segunda guerra mundial, en el mundo capitalista y a nivel global, después de la caída de la Unión Soviética. Esto le da un especial poder en materia política. Desde las últimas décadas mantiene un fuerte predominio en el área comunicacional, otro elemento relevante de poder. Es la primera economía mundial y mantiene un fuerte poder financiero que deriva de la presencia del dólar como moneda central de intercambio y de reserva, de la fuerza del centro financiero de Nueva York, que pese a la crisis de 2008 no ha sido sustituido por ningún otro centro y al hecho de que en situaciones críticas el mercado financiero centraliza sus demandas sobre títulos emitidos por el gobierno de EEUU. En materia comercial es más clara la competencia; durante la década del 70 por los avances de Alemania y Japón y, en la actualidad, por los extraordinarios avances de China, que ya se ubica como la segunda economía mundial. Puede haber declinaciones en estas relaciones de poder, pero EEUU sigue siendo muy fuerte y manteniendo su capacidad de avance tecnológico y de innovación, que le da poder y es uno de los elementos centrales de la continuidad del régimen capitalista, tal como lo expresa el brasileño José Luis Fiori.

La Unión Europea es la que sufre con mayor nitidez pérdidas de poder en el plano militar, político y económico. No tiene objetivos ni prioridades estratégicas comunes, no tiene unidad en la política internacional, como se demostró en la invasión a Irak y tiene una moneda común jaqueada, en la medida en que existen políticas monetarias y cambiarias comunes, pero las más diversas políticas fiscales entre sus miembros componentes. Hay un claro predominio de Alemania, con la característica de que mientras Kohl quería europeizar Alemania, Merkel aspira a germanizar Europa. Bajo el euro, con predominio de Alemania, se suponía que las crisis de los distintos países podrían ser atendidas por ésta. Pero se resolvió que los países se hagan cargo de sus propias crisis, distinto a lo que hace EEUU con las crisis de sus Estados. En la actualidad Europa sufre una profunda crisis financiera y económica que la enfrenta con profundos ajustes económicos liderados por el Banco Central de Europa con el asesoramiento del FMI.

Quienes estudiamos el accionar del FMI en América Latina conocemos que su objetivo prioritario es atender a los acreedores financieros de las deudas externas de los países de la región. Y posteriormente, enfrentar los procesos inflacionarios con recetas ortodoxas que no siempre se adecúan a las realidades específicas, y, por supuesto, a los desequilibrios de la balanza de pagos. Europa sufre de esta etapa de un capitalismo financiero predominante, donde los grandes bancos privados y fondos de inversión y de pensiones tienen mucha fuerza. Los bancos privados cobraron muy fuertes rescates con la crisis del 2008, volvieron a obtener grandes ganancias y a pagar sueldos exorbitantes a sus ejecutivos. Los bancos alemanes son los principales acreedores de la deuda externa de Grecia. La apreciación del euro afecta la competitividad de algunos países ­aunque no de Alemania­ que no pueden devaluar e intentan mejorar con fuertes caídas salariales. No aparece muy claro como saldrán de su situación crítica países como Grecia, Irlanda, Portugal y tal vez mañana España e Italia. Las crisis económicas tienen repercusiones políticas y no se descartan consecuencias sociales. Es la crisis del capitalismo financiero, que no necesariamente vislumbra una caída del régimen capitalista, pero que presenta enormes dificultades de salidas en el corto plazo. Los próximos 5 años van a ser muy difíciles para la Unión Europea y no aparecen medidas claras para enfrentar al propio capitalismo financiero, sino más bien para fortalecerlo y, por lo tanto, la continuidad de la propia crisis. No está en juego el capitalismo, pero se mantendrán incertidumbres en la medida que lo financiero sea lo predominante en las relaciones económicas. El propio G20 parecía, en una primera etapa, enfrentar al capitalismo financiero, pero en la actualidad bajo la égida del FMI, seguiremos sufriendo sus consecuencias negativas.

En materia comercial aparece China como nueva potencia, como la segunda economía mundial, el principal exportador de productos manufacturados y con predominio político en el ámbito regional. Con una política internacional cuidadosa de sus relaciones con EEUU y con una elevada reserva internacional en títulos emitidos por los gobiernos de EEUU. Para América Latina las proyecciones económicas y comerciales de China son muy relevantes, en la medida que es el principal comprador de Brasil y de Chile, que el 10% de crecimiento de su economía asegura un aumento del 4% en la región. Pero también presenta las dificultades de que compran recursos naturales y venden productos manufacturados, generando una nueva versión de las antiguas relaciones Centro-Periferia que caracterizaron históricamente a América Latina. El Brics (Brasil, China, India, Rusia y Sud Africa) pasará a tener relevancia en las futuras relaciones internacionales de poder.

Mientras tanto, las potencias occidentales (especialmente EEUU, Inglaterra y Francia) deciden bombardear Libia por razones humanitarias, asesinando a ciudadanos civiles indefensos. Los antiguos presidentes aliados se volvieron dictadores, que siempre fueron, y son atacados para defender los intereses petroleros de las grandes compañías de las grandes potencias, y enfrentar los peligros del islamismo, surgidos después de los atentados del 11 de setiembre de 2001. Surgen incertidumbres sobre los futuros gobiernos donde existen revueltas árabes. No sabemos cuánto jugará lo religioso, si habrá democracia, como jugarán las luchas tribales, cuán importante será el rol que seguirán jugando las redes sociales, que aprovechan los avances tecnológicos de la información. Es factible que las relaciones de poder internacional sigan definiendo el futuro de dicha región.

 

30
Abr
11

unidad palestina, fin a la división interna

 
Gracias a la mediación de Egipto
Al Fatah y Hamas ponen fin a la división palestina a través de un acuerdo histórico 

 

Dirigentes de Al Fatah y Hamas declararon ayer en El Cairo «el fin de la división» entre las facciones palestinas rivales, tras lograr un entendimiento sobre los asuntos en los que discrepaban. «Le digo al pueblo palestino que llegó el fin de la división, lo que pedía el pueblo en Gaza se cumplió hoy», aseguró el dirigente de Al Fatah Azam al Ahmad en una rueda de prensa en la capital egipcia junto al «número dos» de Hamas, Musa Abu Marzuk. «Partimos con la voluntad de poner fin a la división para poner fin a la ocupación de Israel», agregó Al Ahmad.

Abu Marzuk remarcó que «no es el fin del diálogo ya que habrá otros diálogos más. A esto seguirá un encuentro con todas las facciones y fuerzas políticas a fines de la próxima semana».

La ANP y Hamas, alcanzaron por sorpresa este acuerdo que supone la formación de un gobierno transitorio un Gobierno «integrado por independientes» y la convocatoria de elecciones en el plazo de un año.

Firma el 5 de mayo

El presidente de la ANP, Mahmud Abás, y el jefe del buró político de Hamás, Jaled Meshal, firmarán el acuerdo de reconciliación el próximo 5 de mayo en El Cairo. Mahmoud Zahar, jefe de la delegación de Hamas, y Azzam al-Ahmad, jefe de la delegación de Fatah, confirmaron que el acuerdo también incluye la liberación de detenidos políticos. Zahar explicó que se convocará de forma simultánea elecciones presidenciales, legislativas y al Consejo Nacional Palestino (Parlamento de la OLP). Igualmente, se alcanzó un acuerdo sobre la reunificación de las fuerzas de seguridad de ambas facciones.

El primer ministro israelí, Benjamín Netanyahu, no ocultó su disgusto al advertir a la ANP de que «debe elegir entre la paz con Israel o la paz con Hamas. No es posible la paz con los dos porque Hamas tiene la aspiración de destruir a Israel». «Espero que la Autoridad Palestina elija correctamente y que elija la paz con Israel. La elección está en sus manos», concluyó. Hamas recordó que Israel había supuesto hasta ahora impedimento para el acuerdo de reconciliación. Por su parte, el portavoz del presidente de EEUU, Tommy Vietor, subrayó que «Estados Unidos apoya la reconciliación palestina en la medida en que promueve la causa de paz», pero matizó que Hamás, «es una organización terrorista que ataca a civiles».

http://www.gara.net/paperezkoa/20110428/262675/es/Dirigentes-Hamas-Fatah-declaran-Egipto-fin-division-palestina

29
Abr
11

yuri gagarin

 

Yuri Gagarin: un ser excepcional

Dari Mendiondo Bidart – Edil Frente Amplio

 En un abril hace ya medio siglo, así como en la Francia decimonónica con la construcción de la Torre Eiffel se estremeció de entusiasmo a los franceses y de asombro al mundo, en 1961 una noticia paralizaba las redacciones de los diarios, sacudía los incipientes canales de televisión, inspiraba las transmisiones de radio y la telegrafía y los telex no cesaban de teclear; un hombre, un ruso, surca el espacio en una cápsula denominada Vostok 1, inspiró al mundo, atónito, sorprendido de tal hazaña, que celebraba, festejaba el triunfo de la ciencia y de la tecnología, la audacia del hombre capaz de penetrar en las más recónditas brumas del universo infinito; el viaje llegó a 7.000 metros de altura, a una velocidad de 24.000 km/hr. A la vez, estimulaba al rival de turno, Estados Unidos, a acelerar sus planes espaciales, cosa que luego de reveses lograron,años más tarde, llevar al primer hombre a la luna, Neil Armstrong.

La carrera espacial era una realidad empujada para fines políticos, militares, de poder en la tierra; el ser humano munido de las modernas técnicas de la ingeniería espacial, de inversiones cuantiosas y de disponer, siempre voluntario, al hombre como experimentador de nuevos descubrimientos, al estilo de Leonardo Da Vinci, da rienda suelta a su imaginación y al rigor del desafío, y se lanza a descubrir el mundo y el universo que lo rodea. Cristóbal Colón, los hermanos Wright, Amundsen y el Polo Norte, Hillary y el Monte Everest, Jaques Cousteau; todos ellos representan la inmensa galería de aventureros intrépidos que desafiaron y desafían los misterios del mundo en que vivimos y el universo que nos circunda.

En el año 1965 estoy en Moscú, no estoy solo, me acompañan otros compañeros; la mayoría se ha ido, pero jamás me olvidaré del placer y la satisfacción enorme de haber participado en un encuentro con Yuri Gagarin.

Con Yuri teníamos la misma edad: 31 años. Jóvenes, llenos de ideales sublimes que no hemos abandonado aunque sí racionalizado; hemos aprendido, he aprendido que lo ideal está en nuestra cabeza, la realidad siempre es más compleja… y lo dejamos por ahí.

Yuri era bonachón, franco, agradable; nuestra traductora, gran amiga de los uruguayos, Lidia Leontiskaia, disfrutaba interpretando nuestras preguntas y las respuestas de Gagarin. Nos narra la sencillez de su origen campesino, como no podía ser de otra manera, interpretaba su salto en la sociedad como producto de la revolución de octubre, que sacó a más de 100 millones de campesinos del analfabetismo y posibilitó que las nuevas generaciones, como él, tuvieran acceso al estudio, a la formación y al desarrollo, a la tecnología.

Nosotros explicábamos qué era y dónde estaba Uruguay (recuerdo que el confundía Uruguay con Paraguay), nuestra unión con Argentina y nuestro carácter de país oceánico que hacia el norte nos liga al Brasil. Cantamos nuestros tangos, entre ellos Adiós Muchachos en coro, y por supuesto la bellísima canción, preferida de los rusos: Noches de Moscú. Lo nuestro no fue un encuentro protocolar, fue una reunión de muchachos de una nueva generación, imbuidos de sueños, cuando él nos explicaba su sensación de estar viendo la tierra de todos los colores, de arriba y a la vez no tener a nadie al lado para compartir, podía hacerlo por la comunicación con el centro de Baikonur en Kazajstán, pero él decía emocionado que estaba solo, ¿aunque a la vez no estaba solo? Y lo más emocionante es la anécdota de cuando el paracaídas con la cápsula lo deposita en tierra, y una campesina con una niña ven el objeto y el sujeto caído del espacio y se asustaron, fueron segundos, pero de gran tensión; luego todo fue explosión de alegría, pasó a ser la figura más conocida del mundo.

Tres años más tarde su muerte en un accidente de aviación nos apretó el corazón, y nos llevó a la reflexión, cómo un héroe mítico, de ese valor humano y a la vez con un carisma de muchacho bueno, sencillo (como es el alma de los campesinos rusos) muere expuesto a tareas de riesgos habituales, toda una incógnita que nadie ha sabido explicarse.

29
Abr
11

juan gelman

LA BOMBA DE TIEMPO JAPONESA

Juan Gelman |*|

El primer ministro de Japón, Naoto Kan, insiste en recortar las consecuencias del problema nuclear que estalló en Fukushima. «La crisis se está estabilizando paso a paso, pero no hay razones para el optimismo» (www.businessinsider.com, 12-4-11). Instó a la gente a vivir como de costumbre, no incurrir en autorrestricciones y consumir los productos de las zonas afectadas «para darles apoyo». El gobierno nipón, sin embargo, elevó el nivel del riesgo a 7, el máximo, el mismo de Chernobyl ­según las categorías establecidas por el Organismo Internacional de Energía Atómica para evaluar el alcance de las catástrofes nucleares­ y sus funcionarios declaran que el material radiactivo que escapó de los reactores de Fukushima sólo constituye un décimo del que emitió la planta rusa. No todos comparten una posible tranquilidad.

El destacado físico nuclear Michio Kaku, que trabaja en EEUU, donde se formó, ha señalado que la Compañía de Energía Eléctrica de Tokio (Tepco, por sus siglas en inglés), dueña de las instalaciones de Fukushima, «trata de minimizar el impacto de este accidente nuclear» que ya ha liberado algo así como 50.000 billones de bequereles de radiación (de uranio). Esto equivale a la mitad del nivel 7, pero los reactores siguen propalándolos. La situación no es para nada estable… El menor accidente ­un nuevo sismo, la ruptura de un conducto, la evacuación de los equipos que trabajan en Fukushima­ podría desatar una fusión en tres de las estaciones nucleares, de una dimensión mucho mayor que la de Chernobyl» (www.democracynow.org, 13-4-11).

El accidente ha despedido hacia la atmósfera una enorme cantidad de yodo radiactivo (I-131), un 10 por ciento en relación con Chernobyl, que es soluble en agua. La lluvia lo deposita en tierra, las vacas comen pasto y su leche se contamina. Los granjeros de la zona la tiran porque es demasiado radiactiva. Se ha descubierto agua contaminada en Tokio y algunos de sus habitantes abandonaron la capital, advertidos por las contradicciones de los anuncios oficiales y la clara voluntad de acallar los alcances del desastre. Occidente calla, pero EEUU prescribió que su personal debe alejarse 80 kilómetros de Fukushima, ni 20, ni 30, ni 40, y el gobierno francés aconseja a sus ciudadanos que abandonen Japón. También éstas son medidas del peligro, aunque no tengan un enunciado matemático.

Cabe preguntarse el porqué de los ocultamientos del gobierno japonés. ¿Para evitar el pánico de la población? Tal vez. ¿Para no ahondar la crisis económica que el terremoto y el tsunami agravaron de manera extraordinaria? Quizá. Pero los especialistas se preguntan por qué no se recurre al método empleado en Chernobyl: consistió en encerrar o enterrar el reactor 4 de la planta bajo toneladas de concreto ­como el gigante Toshiba viene aconsejando­ en vez de intentar su desmantelamiento con vistas al cierre de la central nuclear por tiempo indefinido. Esta tarea, según el doctor Kaku, podría durar diez años: «Nos encontramos en terreno desconocido…y somos los conejillos de Indias de este experimento científico».

La tendencia a tapar los propios errores «para evitar el pánico público» no es exclusiva de Tokio, las autoridades del país controlan las noticias de las agencias en aplicación del artículo 15 de la Ley de Emergencia. Yoichi Shimatsu, ex director del semanario «Japan Times» y columnista de «4th Media», indaga el origen de las confusas informaciones acerca de la planta Fukushima 1: «Las demoras inexplicables y las explicaciones poco fundadas de la Tepco y del Ministerio de Economía, Industria y Comercio parecen motivadas por un factor oculto… La explicación más lógica: la industria nuclear y las instancias del gobierno procurarán impedir que se descubra la existencia de instalaciones de producción de bombas atómicas en las plantas civiles de energía nuclear de Japón» (//en.m4.cn/archives, 11-4-11). Una hipótesis que, de ser cierta, entrañaría consecuencias impensables.

Shimatsu analiza la brecha entre la narrativa oficial y la aparición de fenómenos sin aparente explicación: un incendio estalló en la dañada construcción del reactor de la unidad 4 debido ­se dijo­ al sobrecalentamiento del uranio vertido en una piscina de enfriamiento seca. «Pero el volumen del incendio ­anota­ indica que el reactor se estaba calentando por otra razón que la generación de electricidad. Su supresión de la lista de operaciones generadoras de electricidad despierta la pregunta de si acaso se estaba utilizando para enriquecer uranio, el primer paso que conduce a la obtención de materia fisionable para una bomba atómica.»

La unidad 6 desapareció rápidamente de la lista de reactores operativos porque una explosión de la unidad 3 la cubrió de partículas letales de MOX, una mezcla de plutonio y uranio. Es notorio que el plutonio es un componente de las cabezas nucleares más pequeñas y más fáciles de producir. ¿Y por qué Japón procuraría obtener armas nucleares? No puede hacerlo sin alguna clase de permiso: en virtud del artículo 9 de la Constitución que le impuso EEUU, Tokio ha renunciado a la guerra y al uso de la fuerza para solucionar sus conflictos internacionales. ¿Quién le habrá dado el visto bueno? ¿Y con qué fin? ¿China? ¿Corea del Norte? ¿Otros blancos?

 (acuerdo con Página 12)

28
Abr
11

uruguay; ddhh otra mirada

 

«Patria para todos y con todos», dijo José Mujica el 1º de marzo de 2010 al asumir la presidencia de la República. Ya antes había dicho, el día de la victoria, «ni vencidos, ni vencedores». En contra de lo que Mujica piensa, todo indica que el FA votará el proyecto de ley interpretativa de la Ley de Caducidad.

 

Presidente José Mujica. "Yo no juzgo". 
Presidente José Mujica. «Yo no juzgo».
Durazno, 16 de marzo de 2010. "No queremos que los soldados de hoy carguen con la historia como un fardo". 
Durazno, 16 de marzo de 2010. «No queremos que los soldados de hoy carguen con la historia como un fardo».

LEGNANI, periodista de la República

Con esa consigna renovada quedó claro que se iniciaba una nueva etapa en el país en la perspectiva de la unidad nacional, no sólo con la oposición sino también con los integrantes de las Fuerzas Armadas.

Los pasos siguientes confirmaron sus intenciones: ofreció cargos a los partidos de oposición, quienes con mucha facilidad ­ prevista por cierto- aceptaron la propuesta, y elaboró un discurso para los uniformados, con una fuerte impronta reconciliadora. El Uruguay parecía un país de hadas, que sobrevolaban por encima de las cabezas de los niños y ancianos, que sonreían al amanecer.

Mujica sabía lo que se estaba jugando, no porque le hubiera puesto un freno al pensamiento radical de sus años jóvenes, sino porque sabía que su historia estaba bajo sospecha para la mitad de la sociedad uruguaya, pero fundamentalmente para los uniformados.

Cuando el presidente habla de su preocupación por el «factor militar», sabe que está hablando también del «factor Tupamaro», porque si bien la teoría de los dos demonios enfrentados no explica ni las causas ni el carácter de la dictadura ­allá en el fondo lo trampea y oculta la participación de los civiles de los partidos tradicionales y empresariales y agrarios, el capital financiero y el imperialismo-, no se puede desconocer que hay una fuerte impronta que pervive entre aquellos que se agarraron a tiros, antes del golpe de Estado. Mujica sabía y sabe que no es lo mismo ser un presidente como Tabaré Vázquez que viene la de ciencia y la academia, con la ventaja de ser de La Teja, a ser un presidente que proviene de la propaganda armada o de la guerrilla.

Ya en los primeros meses de gobierno mostró cuáles eran sus intenciones. Fue así que no ocultó que las FFAA están «llenas de pobres» y se comprometió «a movernos rápido para aliviar en algo la penuria salarial que las aflige». «El pasado no es excusa para que hoy no nos demos cuenta que una patria de todos incluye a estos soldados», agregó para que no quedaran dudas de sus intenciones.

El 2 de marzo de 2010, cuando asume un muchacho sencillo como Luis Rosadilla al frente del Ministerio de Defensa, el Presidente reconoció que carga una «mochila» en alusión a su antigua etapa de guerrillero y a los trece años que pasó en prisión, pero que no pretende saldar cuentas del pasado desde el poder.

«No somos aficionados a vivir de la nostalgia ni de páginas amarillas, todos los días amanece, la vida comienza. Siempre estamos comenzando, la vida se vive con coraje y hacia adelante», afirmó Mujica emocionado.

«Cada cual tendrá que cargar con su mochila, pero las mochilas no son ejercicio de saldar cuentas cuando hay que construir, por eso hoy esto es muy simbólico, tremendamente simbólico», sentenció, sabiendo que el desafío no era sencillo.

El momento más crucial de su nueva política y de aproximación al diálogo con los integrantes de las FFAA fue el 16 de marzo de 2010, cuando aún el gobierno daba sus primeros pasos, ante oficiales de las tres armas reconoció que «esto no funciona por ordeno y mando» y que lo más difícil de la lucha por la unidad nacional es «ser capaces de generar sentimientos, afectividad en su pueblo, por sus Fuerzas Armadas». No habló de las FFAA y de su afectividad por su pueblo.

Refiriéndose a las consecuencias de la dictadura en el plano de la violación de los derechos humanos, dijo: «Desde el año 1985 sentimos gente que -con razón o sin ella- reclama que hay que dar vuelta la página y, al mismo tiempo, gente de nuestro pueblo, tan válida como la otra, que grita por justicia -también con razón o sin ella-. Unos y otros son parte de nuestro pueblo. Yo no juzgo. No soy juez, soy Presidente», constató.

Luego de reclamar caminos comunes, indicó que «El camino que les vengo a proponer, al fin de cuentas, ya lo ensayó este país. ¿Qué fue nuestra historia nacional de conflictos de blancos y colorados? Décadas de tensión y de guerra terminaron cuando tuvieron la inteligencia de construir ciudadanía en común». Con estas reflexiones puso, quizás sin quererlo, en un mismo plano a la guerra civil de 1904 con el terrorismo de Estado de 1973, lo que no es aceptado por la mayoría del Frente Amplio y las organizaciones de derechos humanos. Tampoco del PIT-CNT.

Sabiendo del riesgo que contenían sus palabras dijo que «inevitablemente me van a pegar tirios y troyanos: lo descuento, porque he tomado la decisión muy profunda, ya muy vieja, de caminar con todos». «No queremos que los soldados de hoy carguen con la historia como un fardo. Si acaso, como una lección, y que los niños que crezcan y palpiten otro tiempo vean otras Fuerzas Armadas».

De inmediato sugirió la posibilidad de que los militares participaran de algunas actividades propias de los civiles «cuando tratemos de reparar heridas sociales en algún asentamiento, en el que seguramente viven soldados pobres, también», aclarando que «es necesario que los soldados que participen se lleven algo en el bolsillo, no todo es deber, también hay obligaciones que significan compromisos».

Sobre esto nunca se conoció una respuesta contundente de las Fuerzas Armadas, quienes comenzaron a los pocos meses a molestarse por considerar que el presupuesto destinado al instituto militar no era el que habían imaginado o soñado. Para peor, saltó la corrupción en la Armada.

Jamás, en los meses de 2010, el Presidente se refirió al tema de la violación de los derechos humanos, aunque había votado por la anulación de la Ley de Caducidad. Todo indicó, como lo mostró el tiempo, que había acatado el pronunciamiento ciudadano por cierto negativo.

Para Mujica el tema estaba resuelto, por eso se limitó a aplicar, al igual que Tabaré Vázquez, el artículo 4º de la Ley de Caducidad y dio vía libre a la búsqueda de restos óseos en tierras militares. Mostró, así, que seguía buscando horadar la impunidad, pero con el pulso de un pescador. Igual que su antecesor presidencial.

Es en este abril, con la aprobación del Senado de la ley interpretativa, momento en el que Eleuterio Fernández Huidobro renuncia a su banca porque el proyecto es «un mamarracho», Mujica se ve obligado a referirse al tema, porque afecta «la unidad nacional», el pilar fundamental de su política como presidente de la República. Y reconoce estar presionado por la oposición y los militares para que vete la ley que anula la impunidad. Por eso señala que vive un «dilema» entre respetar la voluntad ciudadana expresada en dos plebiscitos o la mayoría parlamentaria que pone fin a la caducidad.

 

Mayo en la cruz  de los caminos

Antes del 20 de mayo la Cámara de Diputados considerará la Ley interpretativa, en medio de críticas de la oposición y rumores sobre formas de malestar militar, que nadie sabe qué alcance tienen.

Todo indica que el Frente Amplio no cambiará su postura y votará el proyecto de ley, contradiciendo el sentimiento del presidente de la República, quien no cuenta ni con el apoyo del Movimiento de Participación Popular, que supo fundar con lucidez y que tuvo la contribución de un lúcido ex dirigente maoísta como fue Marcos Abelenda.

Lo más significativo es que la concepción de Mujica sobre la unidad nacional no pudo calar en la fuerza política, lo que muestra al bloque de gobierno debilitado, en medio de una crisis.

A la vez los promotores de la anulación no aparecen con capacidad de convocatoria ­no pudieron rodear al Palacio Legislativo cuando se aprobó en el Senado-, lo que podría ser muy grave si existiera resistencia de los uniformados a comparecer ante la Justicia, si la ley de interpretación es promulgada y no es declarada inconstitucional por la Suprema Corte de Justicia.

Hoy en el país no hay condiciones para una crisis institucional de gravedad, pero sí de minoridad en su alcance, porque puede pasar que sectores militares que creen que van a sufrir una «razia desde la izquierda», donde puede caer cualquiera (ese es su razonamiento perverso), busquen hacerse notar con el fin de descentrar la agenda política y de gestión de gobierno, lo que puede repercutir negativamente en el exterior del país, donde en Brasil hay una situación en algunos aspectos similar a la nuestra, porque no es lo mismo ser presidente obrero que presidenta guerrillera.

Si el Frente Amplio está dispuesto a ir para adelante con lo resuelto en el Senado, tiene que poner detrás de los votos en Diputados multitudes convencidas y para ello necesitan ideas, propaganda, militancia y organización, además de alianzas y de un Presidente que no se sienta distante de lo que votaron sus correligionarios. Y con ello no está garantizado nada. Pero, es lo que hay, valor.

También puede surgir un nuevo escenario que obligue a buscar salidas legales, donde la responsabilidad caerá en el presidente de la República, quien tiene la potestad de vetar la ley o establecer la amnistía. En este caso la imagen de Mujica se vería debilitada, porque un amplio sector de la ciudadanía recordaría a Wilson Ferreira en plena reculada y aceptando la Ley de Caducidad.

La única salida que tiene el Frente Amplio para seguir por el camino de la anulación de la impunidad, es poner a consideración de la ciudadanía el proyecto de ley mediante un plebiscito, luego de promulgada la ley -como lo plantearon Fernández Huidobro y Oscar de los Santos, en su momento, a lo que ahora se agrega el diputado Luis Albero Lacalle Pou-, como forma de llegar al fin deseado y no comprometer la imagen del Presidente, que hay que cuidarla como a una niña de 15 años, se esté de acuerdo o no con el camino que asumió el Presidente por su propia voluntad.

La imagen del Presidente es, repito, algo que hay que cuidar. Eso depende del propio Presidente, pero también de su propia fuerza política. Ya tenemos la experiencia de Salvador Allende, que no solo cayó por las cacerolas de la derecha pituca, sino por la visión ultra de sectores del PS y del MIR chileno. A los presidentes se los cuida y los presidentes deben dejarse cuidar.

28
Abr
11

el ministro rosadilla

 

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EL MINISTRO DE DEFENSA

Gonzalo Perera/matemático

 No siento la menor animadversión hacia el senador Larrañaga. Quedando claro que no se trata de criticar a la persona en cuestión, entiendo que, recientemente, el doctor Larrañaga realizó declaraciones que constituyen un error garrafal. Un error conceptual que mucho nos ha costado a los uruguayos desde la restauración democrática.

El 23 de abril, en el sitio http://www.observa.com.uy leí una entrevista al senador nacionalista realizada por el periodista Leonardo Pereyra, cuyas palabras de cierre son las siguientes:

«…Rosadilla, siendo nada menos que ministro de Defensa, debe irse. ¿Cómo sigue el ministro de Defensa con esa posición? ¿Qué credibilidad tendría frente a unas Fuerzas Armadas ganadas por la frustración y el descontento? No da para más, tiene que irse.»

La relevancia de las declaraciones fueron resaltadas por el título de la nota, que rezaba: «Larrañaga: ‘Rosadilla debe irse’ «. Y a renglón siguiente, se destacaba lo medular del argumento brindado por el referente opositor: «El líder blanco dijo que el ministro de Defensa perdió credibilidad ante militares».

El error al que aludo al comienzo de esta nota es ni más ni menos que la completa inversión del rol del ministro de Defensa de la República y de los requerimientos a los que debe ajustarse.

Yo no sé si el ministro Rosadilla goza o no de credibilidad y estima entre los militares. Pero no sólo no lo sé, sino que no me interesa en absoluto. Porque el ministro de Defensa debe contar con la credibilidad y respaldo de la ciudadanía, no de los militares. El ministro de Defensa es el funcionario delegado por el Poder Ejecutivo para conducir la gestión de la Defensa Nacional, y, en particular, de las Fuerzas Armadas. Jamás debe constituirse en defensor o vocero de las Fuerzas Armadas ante la sociedad civil. Por ende, que sea popular, creíble o simpático para sus subordinados no puede ser más que un hipotético valor agregado, pero jamás un requisito para el cargo.

Pero además no vivimos en la sociedad del pan y de las rosas. Hablamos de Fuerzas Armadas que no han hecho ningún claro «mea culpa» sobre su siniestro pasado, que aún no han brindado una colaboración clara y decidida al esclarecimiento de las violaciones a los derechos humanos durante la dictadura y que en no pocos casos incurren en declaraciones o actos de irritante ambigüedad o franca desubicación respecto a los años oscuros. Por ende, parece a todas luces evidente que ser objeto de apasionado amor por parte de estas Fuerzas Armadas no sería precisamente un «valor agregado» para un ministro de Defensa. Por el contrario, si algo debe hacer el ministro en este contexto es «apretar las tuercas» y llevar a los uniformados al rol y lugar que les corresponde.

Adicionalmente, es imposible desconocer que este ministro, Luis Rosadilla, hace ya un año «destapó» e investigó irregularidades de magnitud superlativa en el uso de los recursos asignados a las Fuerzas Armadas. Alcanza con mucho menos, con apenas intentar destapar enredos millonarios, para ser objeto de ataques y operaciones desestabilizadoras de diverso tenor. Por lo cual, si el ministro Rosadilla no fuera objeto de rumores y comentarios iracundos por parte de ciertos sectores uniformados, sería insólito.

¿Cómo pudo el senador Larrañaga incurrir en semejante «lapsus» en sus referidas declaraciones, que parecen ajenas al ABC del sistema republicano y al más elemental sentido común? ¿ Cómo pudo «tragarse ese anzuelo» tan evidente? El doctor Larrañaga es un hombre preparado e inteligente, que no desconoce ninguno de los fundamentos del sistema democrático respecto al cargo de ministro de Defensa ni es un novato en política.

Por ende su error me parece más bien consecuencia de décadas de mala praxis. Tras la salida de la dictadura, fruto de una negociación rechazada por la mayoría del Partido Nacional (el wilsonismo) y la minoría del Frente Amplio (básicamente la IDI), los ministros de Defensa ­en general­ han actuado más como voceros de los mandos militares ante el poder civil, o como articuladores entre uno y otro ámbito, que como jerarcas de la defensa nacional. Los casos paradigmáticos de esta inversión del proceder del ministro de Defensa los aportó el primer gobierno posdictatorial, tanto con el doctor Juan Vicente Chiarino (cuyo sempiterno mensaje a la ciudadanía era «No tengo conocimiento») como con el teniente general Hugo Medina (cuya participación en la gestación de la Ley de Caducidad exonera de todo comentario sobre cuál era su rol). Pero mas allá de matices, no fue perceptible en los sucesivos jerarcas un claro despegue de ese molde, llegándose incluso a hablar, durante el gobierno del doctor Lacalle y a raíz del «caso Berríos», de un virtual «golpe técnico».

El doctor Larrañaga, en sus declaraciones, no hizo otra cosa que reflejar esta suerte de inversión política que operara en nuestro país, por la cual la lógica institucional republicana, en la que los militares actúan bajo el mando del Presidente de la República con la asistencia de su ministro de Defensa, fue sustituida por una lógica transaccional, por la cual el Poder Ejecutivo debía ocuparse de complacer ­o al menos no irritar­ al aparato armado del Estado. ¿Quién no recuerda el «secreto a voces» de que la compañera Azucena Berrutti, quien fuera ministra de Defensa en el tramo inicial del primer gobierno del FA, era «irritante» para algunos uniformados? Recuerdo sesudos análisis sobre la «inconveniencia» de la «provocación» que podían percibir los militares al recibir órdenes de «esa señora», que actuara durante la dictadura como defensora de presos políticos y ciudadanos perseguidos.

Pues bien, mientras el compañero Rosadilla rasque hasta el hueso en las misteriosas adquisiciones de grúas y equipamiento pesado ­que no estamos hablando de moneditas, por cierto­ que hayan implicado ilícitos de militares, guste o no al personal uniformado, estará cumpliendo su función. Y si es por descrédito ante algún actor que algún día debe abandonar el cargo antes de culminar el período de gobierno, habrá de ser por haber perdido credibilidad y estima ante la ciudadanía.

Poner las cosas en su lugar y las jerarquías en su debido orden no es una tarea menor. Es el primer e indispensable paso en el largo camino. ¿Cómo pudo la Argentina hecha trizas en 2001 despegar y crecer como lo ha hecho en los últimos años? ¿Cómo pudo el binomio Kirchner-Fernández llevar adelante la Ley de Medios más avanzada que se conozca, contra la hasta entonces omnipotente voluntad del Grupo Clarín y aliados, de los Noble, Mitre y compañía? Ciertamente con una política macroeconómica ordenada pero con fuerte estímulo de la producción nacional, incidencia del Estado e inversión social. Pero también gracias a «poner las cosas en su lugar» y ajustar procederes. Pues una de las razones fundamentales se encuentra en una simple frase, que marcó un antes y un después en la Historia argentina. Frase pronunciada con el «shesheo» característico de su emisor. Frase corta y cortante: «Prosheda».

Con esa simple expresión, Néstor Kirchner, el 24 de marzo de 2004, ordenó al jefe del Ejército, teniente general Roberto Bendini, retirar los retratos de los ex dictadores Videla y Bignone del cuadro de honor del Colegio Militar, tras pedir perdón en nombre del Estado argentino por las atrocidades de la dictadura, tras hablar de manera muy dura a las nuevas generaciones de oficiales sobre su absoluta sumisión al poder civil. Por cierto, en medio de abundantes rumores sobre posibles insubordinaciones militares. En ese marco, en presencia de sus ministros y de los altos mandos castrenses, ordenó a Bendini descolgar con sus mismísimas manos los vergonzantes retratos. Y puso las cosas muy en su lugar con tan sólo una palabra.

Estoy seguro de que el doctor Larrañaga ya debe haber notado su error. No se trata de bendecir ni extender cheques en blanco a nadie. Se trata de poner las cosas en su lugar.

No es la desconformidad uniformada la que ha de poner en cuestión la continuidad del compañero Rosadilla ni de ningún ministro de Defensa en un Uruguay realmente republicano. Es el apoyo del ciudadano lo que cuenta. Mientras éste exista, sólo corresponde una cosa: «Prosheder». Y punto.

 

27
Abr
11

argentina: ejemplo en ddhh

 

¡Al gran pueblo argentino, salud!

 Alfredo Rodríguez Iglesias – Analista

 Días pasados fue sentenciado a cadena perpetua en Argentina, el ex sub comisario de la Policía Federal, Luis Abelardo Patti. El Juzgado Federal 1ro. de San Martín lo condenó por homicidio, tortura, secuestro y allanamientos ilegales.

La particularidad de este caso es que el juicio a Patti empezó treinta años después de cometidos los delitos, luego que el represor permaneciera en cargos de relieve en la fuerza policial durante varios años en democracia.

El historiador Federico Laenz , interrogado por periodistas de la BBC, dijo al respecto: «Lo sobreseyeron en los juicios de la década del 80, y desde entonces empezó a construir una imagen de mano dura contra la delincuencia…» La derecha argentina y los sectores más reaccionarios y conservadores de la sociedad le dieron protagonismo mediático y exaltaron su figura de «policía modelo».

Comenzó entonces su incursión en el terreno político, entre 1989 y 1999 fue hombre de confianza de Carlos Menem en materia de políticas de seguridad.

Luego esa imagen de hombre duro en lucha frontal contra la delincuencia lo catapultó, con un discurso monotemático relacionado con la inseguridad, primero a intendente de Escobar y luego a diputado nacional en 2005.

El proceso a Patti no es uno más en la larga lista de enjuiciados y sentenciados por delitos de lesa humanidad en la hermana República Argentina.

Se trata de un personaje siniestro devenido en político y que fue electo por voto popular para un cargo ejecutivo local y luego para un cargo legislativo nacional con casi 500.000 votos.

Aún en democracia plena, la voluntad popular no es infalible. Si nos planteáramos una visión fundamentalista del respeto a rajatabla de la expresión popular…Patti estaría en el Congreso, ejerciendo como diputado electo y no en la cárcel.

Estaría participando en la misma institución de la que participó una de sus víctimas, el ex diputado Diego Muñiz Barreto, a quién Patti secuestró y torturó. Gracias a la actitud del Poder Legislativo, que también representa la soberanía popular, el represor no pudo asumir la banca por las graves denuncias que pesaban sobre él.

Fue el inicio de un proceso que culminaría con su juzgamiento en 2010 y su condena a cárcel común perpetua hace pocos días.

En algunas situaciones límites para la democracia no hay lugar para las dudas, las debilidades o las inseguridades. La inquebrantable lucha de las organizaciones defensoras de derechos humanos tuvieron su reflejo en el sistema político.

Desde el gobierno de Néstor Kirchner, continuado luego por Cristina, se diseñó una política coherente y acertada en materia de derechos humanos, compartida por la mayoría de la sociedad argentina.

La Justicia, que en otra épocas se caracterizara por su funcionalidad al gobierno de turno, actuó con autonomía e independencia republicana.

En este contexto histórico la participación popular, con una masiva y oxigenante presencia juvenil, respalda la profundización democrática con verdad y justicia…¡ Al gran pueblo argentino salud!

27
Abr
11

el menor infractor

El combate a la delincuencia

 La calma que trae a Montevideo la Santa Semana de Criollo Turismo se vio sacudida el pasado martes 19 por un hecho policial bastante espectacular. En un operativo relámpago de características cinematográficas, el tristemente célebre delincuente apodado «El Talibán» fue liberado por sus compinches, que interceptaron el vehículo donde el menor era trasladado de un centro de reclusión del INAU a otro.

La población –que vive una psicosis de inseguridad– se enteró alarmada de que los traslados de menores infractores a cargo del INAU no suelen contar con guardia policial; los jóvenes delincuentes no viajan con más custodia que la de funcionarios del INAU.

En tiempos en que la famosa inseguridad se ve exacerbada por la crónica policial que abona la zozobra del ciudadano medio magnificando los detalles morbosos de cada hecho, el episodio a que aludimos no tiene otro efecto que multiplicar esa sensación de falta de seguridad y reafirmar en la mentalidad colectiva la idea que identifica el delito con la juventud y clama por mayor rigor punitivo para los menores. En definitiva, la causa colorada que propone rebajar la edad de imputabilidad ha logrado, sin proponérselo, un respaldo publicitario inestimable.

Parece innecesario reiterar que las autoridades de gobierno tendrían que ser más rigurosas y más estrictas en exigir mayor celo profesional y medidas adecuadas para evitar las fugas de menores recluidos en establecimientos del INAU.

Bien conocida es nuestra postura contraria a la iniciativa del senador Bordaberry pues nos consta que no aporta nada para la solución al problema de la minoridad infractora. Pero sabemos, también, que ante la realidad del momento actual, es necesario actuar y presentar ideas plausibles para combatir el fenómeno, alternativas humanas y racionales a la opción represora que hace suya la derecha.

Los menores son considerados inimputables pues se entiende, a priori, que no han desarrollado aún la conciencia moral que se supone tienen los adultos. En principio, los niños y los adolescentes no son responsables de sus actos. Y menos aun pueden serlo aquellos nacidos y criados en hogares de contexto social crítico.

Mucha gente comprende esto y es así que, volviéndose indulgentes para con los niños, proponen una mayor exigencia a los padres de los jóvenes delincuentes por cuanto la patria potestad les impone deberes y obligaciones. Es un razonamiento atendible, pero no tiene en cuenta que esos mayores a quienes se exige responsabilidad son tan inimputables como los chicos que ellos deben cuidar ¿Qué responsabilidad puede exigirse a quienes llevan varias generaciones viviendo al margen de la sociedad? ¿Puede razonablemente pedirse a esas jefas de hogar sin estudios, con trabajos sumergidos, con numerosa prole, que cumplan con los deberes inherentes a la patria potestad? ¿Y qué de los padres ausentes, sobreviviendo de changas o cumpliendo condena en una cárcel?

Lo hemos dicho más de una vez: más allá de una necesaria reforma educativa, hay que atender el primer nivel de la educación, aquel que corresponde a la familia y al entorno social. Es allí donde se forma el futuro ciudadano; es allí donde se va moldeando la personalidad y se van incorporando valores.

Es a eso a lo que hay que apostar si de verdad queremos combatir el problema de la delincuencia juvenil.

26
Abr
11

frente amplio y los ddhh

HABITAR LA UTOPIA

 Emilio Cafassi/Prof. e investigador Universidad de Buenos Aires, escritor, ex decano. cafassi@sociales.uba.ar

 Nunca supuse que el Uruguay fuera un raro paraíso político en el que la ciudadanía sujetara con sus manos el timón de su destino. Para ello sería necesaria una verdadera revolución política cuya encarnadura concreta la historia universal aún no ha conocido, aunque no son despreciables las contribuciones esqueléticas que legaron las revoluciones de los siglos XVIII y XIX. Sólo intenté hipotetizar que la inédita construcción de una izquierda unificada y compuesta por el más vasto arco iris ideológico y algunas tradiciones cívicas e institucionales del devenir nacional, daban una oportunidad tan inédita en la historia como esa misma herramienta política, desde el momento en que accedió al gobierno y obtuvo la mayoría en ambas cámaras legislativas. Oportunidad, para desanudar algunos de los dilemas irresueltos y las obturaciones dramáticas heredadas (como la vigencia de la Ley de Caducidad) y tal vez para comenzar a debatir y pergeñar tal posibilidad revolucionaria en el plano institucional. Quizás me obnubile la proximidad geográfica y cultural, el afecto y la calidez con que soy acogido en esta orilla, pero creo que, dentro del giro progresista latinoamericano, es el país que está en mejores condiciones de plantearse un debate crítico sobre el carácter fiduciario de la república representativa burguesa, sobre la burocratización y autonomización de las direcciones y representaciones delegativas, y sobre la brecha entre dirigentes y dirigidos.

Podrá objetárseme que, mucho antes que cuestiones de ingeniería político-institucional y de radicalización democrática, tenemos el drama vital de los segmentos sociales más expuestos a la pérdida de resguardos, derechos y horizontes culturales. Aquellos arrojados a la vera del camino por las políticas neoliberales y ante cuyos sufrimientos la izquierda no sólo no puede ser indiferente, sino que deberá dedicar sus mejores esfuerzos rescatistas. La presencia de un solo hurgador de desechos, de un solo asentamiento, del retorno y pervivencia de la tracción a sangre en el ejido urbano, de una sola persona en situación de calle, desafían la sensibilidad y convocan a la máxima concentración de esfuerzos. Es destacable el énfasis que el Presidente Electo está poniendo en la focalización de la asistencia y en consecuencia en la eficiente concentración de la inversión en materia de protección social o en la resolución del déficit habitacional, en la salud y la educación públicas, entre otras urgencias, aunque seré de los que se inscriben en la impaciencia y la prisa ante la molicie de sus menguados efectos inmediatos. Pero ya procesaré mis ansiedades, probablemente tumbado en un diván de psicoanalista.

En cualquier caso, parto del supuesto de que no es indispensable una revolución social para garantizar un umbral de bienes e ingresos materiales y culturales para la totalidad de la población desde el cuál pueda luego suponerse la existencia de una posible ciudadanía mínimamente efectiva. Basta con rectificar y compensar con humanismo y políticas focales de contención y apoyo social, la cosificación que el capitalismo hace de la humanidad, tratándola como un insumo más de su insaciable apetito de acumulación de riqueza material. Se tratará simplemente de que, cuando deseche a los hombres si no son funcionales a su proceso de valorización (al igual que descarta sus detritus industriales con indiferencia por la naturaleza) la política impida que queden aherrojados en los resumideros de la vida social o fluyan directamente hacia la muerte, en el ataúd de la desdicha.

Grandes tradiciones revolucionarias concibieron la revolución política como consecuencia casi mecánica e ineluctable de la revolución social, aunque no puedan aportar un solo dato histórico confirmatorio de la secuencia. Buena parte de nuestro acervo teórico, tan pobre en materia de estrategias de distribución del poder decisional, adquiere un supuesto de verosimilitud que es necesario desmontar en sus pactos de sentido común. Pero no me interesa discutir sobre mitologías sino sobre el realismo de lo imposible que inspiró al mayo francés y que reverbera aún en la indignación popular aunque en ocasiones se tiña lamentablemente de indiferencia, y hasta de repulsión, por los asuntos de la polis. Inversamente, tras una apariencia pretendidamente revolucionaria e incansablemente militante, la concentración exclusiva de los esfuerzos hacia la revolución social, de incierto carácter y muy lejanas condiciones objetivas, se encubre una esencia profundamente conservadora y reproductora de la concentración de poder.

Sabía que en la contratapa del domingo anterior, introducía la pluma en una llaga abierta y supurante. No exponía allí nada teóricamente novedoso, sino que reactualizaba formulaciones ya vertidas en otras oportunidades, aplicándolas al caso del debate del senado del proyecto de ley interpretativa sobre la ley de caducidad. También suponía, como efectivamente sucedió, que los dolores de la éscara iban a incrementar la recepción de mensajes de los lectores en mi casilla de mails. Para eso publico mi dirección personal y contesto a cada uno de los que me escriben. Si algo disfruto de este raro oficio es el diálogo con los lectores porque reduce un poco la soledad en que se ejerce. Nada me complace más que esta forma de contacto directo. Sobre todo entre compañeros.

De entre esos varios mails, no dejó de inquietarme uno de una compañera frenteamplista con honrosas responsabilidades representativas emanadas de su pueblo, cuya identidad obviamente no revelaré, y que me manifestaba su acuerdo con varios de mis artículos anteriores, pero se sentía desilusionada con mis argumentos (aunque sin molestarse en intentar refutar siquiera uno) además de proferir graves acusaciones hacia notorios dirigentes y grupos políticos integrantes del FA que no se detenían siquiera en el propio Mujica. Sin aportar una sola prueba ni haber formulado denuncia alguna ante la comisión de ética los acusaba, y de paso a mí, de traición. No pasaron muchas horas hasta responderle personalmente con magnitud casi idéntica a la de un artículo. Justamente porque se trata de una compañera.

No considero que la función de un intelectual sea contentar públicos ni cosechar aplausos, sino intentar formular las preguntas que subyacen en la realidad y subrayar las contradicciones sobre las que se asienta. Si ésta ilusiona o no, no es algo que considere a la hora de sentarme a escribir. Un intelectual crítico no es un vendedor de ilusiones. Las heridas no se curan renegándolas, ni con medicinas creadas ad hoc en la desesperación experimental. No creo en ningún caso que el planteamiento de las propias debilidades le haga el juego a la derecha, en ningún momento, lugar ni circunstancia. Por el contrario, creo que la derecha se alimenta de nuestras contradicciones, particularmente cuando son encubiertas por un manto de silencio o por el mero deseo de justicia y nuestras pasiones jugadas en ello. Nuestro colega y compañero Juan Gelman da por sentado que con la aprobación en la cámara de diputados se cumpliría con la sentencia de la Corte Interamericana de Derechos Humanos y podrían encontrarse los restos de su nuera, en un reportaje de ayer en el matutino «Público» de Madrid a propósito de la próxima publicación de su nuevo poemario.

Personalmente he eludido la cuestión estrictamente jurídica de la polémica ya que hay grandes constitucionalistas que se pronunciaron en consulta parlamentaria y no todos avalando esa salida legislativa. El mismo domingo pasado, simultáneamente a la contratapa de marras, en las páginas de este mismo diario, pero en el suplemento Bitácora, se publicó un artículo de Juan Errandonea, abogado copratrocinante de la familia Sabalsagaray en la causa por el homicidio de Nibia durante la dictadura, entre otras causas de DDHH promovidas por el Serpaj, además de haber sido preso político de los criminales. Sus consideraciones son muy diversas y merecen un análisis más detenido. Pero me centraré en su interrogación acerca de la existencia previa y actual de «un plan B». «¿Alguien se ha puesto a pensar (se pregunta) en las consecuencias de que esa ley interpretativa pudiera ser declarada inconstitucional por Suprema Corte de Justicia? Los militares que hubieran sido procesados en aplicación de aquella ley, recobrarían de inmediato su libertad».

He pasado buena parte de mi vida militando por los derechos humanos, desde el reclamo de la liberación de los presos políticos en el exterior hasta las luchas actuales. Y en consecuencia también entre abogados dedicados a estas causas, incluyendo la mía propia que llevó mi caso a la SCJ argentina ganándolo y logrando jurisprudencia en materia de habeas corpus preventivo. Como todos los abogados, tienen también sus deformaciones profesionales, pero en su propio oficio están ínsitas las instancias de apelación, la elaboración de estrategias y planes alternativos en un contexto querellante. Allí cita nada menos que a Pérez Pérez, constitucionalista y ex decano de la facultad de derecho y miembro uruguayo de la CI, para quién sería preferible abordar el tema de los plazos de prescripción que pueden extenderse por ley, antes que embarcarse en esta aventura legislativa. El autor concluye ironizando que encenderá velas desde ahora para que la SCJ no declare inconstitucional la ley interpretativa. No honra la lucha contra la impunidad que terminemos dependiendo del ardor de velas, ni de súplicas a la divinidad si podemos labrar nuestro propio destino.

Cualquier frontera que pretenda trazarse sobre la exclusión del movimiento contra la impunidad de quienes duden de la táctica legislativa, sólo debilitará la lucha. No me constan los pactos conspirativos ni tengo por qué dudar de las desmentidas de los aludidos. Hay muchos puentes a construir entre la producción de conocimientos y la política, para lo cual es indispensable tanto revalorizar la politización del conocimiento como poner en cuestión el conocimiento de la llamada «politización».

Parafraseando a Gelman, si la utopía es un país que visitamos todas las noches, nos falta aún obtener el permiso de residencia o decidirnos a habitarla sin permiso.

26
Abr
11

los vuelos de la muerte y las monjas francesas

las monjas Alice Domon y Léonie Duquet tomada luego de su secuestro

 

UN FISCAL PIDIO DETENER A LOS TRIPULANTES DE UN VUELO DE LA MUERTE

Navegación nocturna

Los tripulantes del Skyvan de Prefectura, Enrique José De Saint Georges, Mario Daniel Arru y Alejandro Domingo D’Agostino, fueron identificados en el vuelo que arrojó al mar a Azucena Villaflor y a la monja francesa Léonie Duquet.

Diego Martínez

El 14 de diciembre de 1977, entre las siete y las ocho de la tarde, un secuestrado de la ESMA fotografió a Alice Domon y Léonie Duquet con un cartel de Montoneros de fondo y un ejemplar de La Nación en primer plano. La imagen de las monjas francesas, ideada por el capitán Jorge Acosta para desviar las miradas que se posaban sobre la Armada, es la última prueba de vida del grupo de Madres de Plaza de Mayo y familiares de desaparecidos secuestrados en la iglesia de la Santa Cruz. A las 21.30 de aquel miércoles, día habitual de “traslados” en la ESMA, el Skyvan PA-51 de Prefectura Naval Argentina despegó desde el aeroparque Jorge Newbery. Según la planilla del vuelo, no transportó pasajeros, voló tres horas y diez minutos, y, sin escalas, regresó al punto de partida. Seis días después aparecieron en playas de San Bernardo y Santa Teresita los restos de Duquet, que en 2005 identificó el Equipo Argentino de Antropología Forense. El uso de los Skyvan está denunciado desde 1983 y es el avión del que estuvo a punto de caer Adolfo Scilingo mientras arrojaba prisioneros al mar. A partir de documentos obtenidos por el fiscal federal Miguel Osorio y del trabajo de la Unidad Fiscal de coordinación y seguimiento de causas de lesa humanidad de la Procuración General de la Nación, que permitió por primera vez identificar un vuelo de la muerte concreto, el fiscal Eduardo Taiano pidió ayer la detención e indagatoria de los tripulantes del Skyvan: Enrique José De Saint Georges, Mario Daniel Arru y Alejandro Domingo D’Agostino. La decisión sobre sus futuros depende del juez federal Sergio Torres, que a más de tres lustros de la confesión de Scilingo todavía no indagó al abogado Gonzalo Torres de Tolosa, el superior que le acercaba a las personas drogadas para arrojar al vacío. Ayer al mediodía, a pedido de Página/12 y con el fin de evitar una nueva fuga en la causa ESMA, la fiscalía informó al juzgado de Torres que Arru debía volar a las nueve de la noche rumbo a Madrid como comandante de un Boeing 747 de Aerolíneas Argentinas.

Veintiocho años no es nada

El primer testimonio sobre los Skyvan lo aportó en marzo de 1983 el inspector Rodolfo Peregrino Fernández, ex ayudante del general Harguindeguy. “Escuché al teniente de navío Norberto Ulises Pereiro afirmar que se utilizaban aviones de la Prefectura Nacional Naval para el transporte y lanzamiento en altamar de prisioneros políticos secuestrados –dijo–. Estos aviones, de fabricación irlandesa, de buena capacidad de carga, y con una rampa en la parte trasera, cuya marca no recuerdo, resultan apropiados para la misión encargada”, precisó. El marino le contó “que un prisionero había arrastrado en su caída al vacío al suboficial encargado de su eliminación”. El contraalmirante retirado Pereiro era piloto de los L-188 Electra, el otro avión que la Armada usó para desaparecer enemigos. Fue agregado naval en Washington durante el menemismo y es el actual vicepresidente de la Sociedad Militar Seguro de Vida.

La segunda denuncia, sobre la que el Poder Judicial tomó nota la semana pasada, está en la Conadep desde enero de 1984. Es una carta firmada por la “oficialidad joven y no corrupta de la Prefectura Naval” sobre camaradas que “actuaron en la represión antisubversiva dentro y fuera de la ESMA”, que recibió el ministro del Interior de Alfonsín, Antonio Tróccoli. La nota ratificó el dato sobre los Skyvan y señaló a un responsable directo: “Hilario Ramón Fariña. Prefecto general –aviador–- era quien se encargaba de tirar desde los aviones Skyvan al mar a la gente secuestrada y torturada en la ESMA”, precisa el escrito. Fariña tiene hoy 82 años, 35 impune. Entrevistado por Página/12, negó los vuelos y luego relativizó: “De todo lo que se dice habrá un cincuenta por ciento de verdad y otro cincuenta de fantasía”.

“La tripulación normal”

Scilingo confesó en 1990, en una carta al dictador Videla, su participación en dos vuelos, ambos desde Aeroparque. “El primero, con trece subversivos, a bordo de un Skyvan de la Prefectura”, apuntó. Cinco años después relató la historia. “El sistema para eliminar a los elementos subversivos era orgánico. Mover aviones no los mueve una banda, sino una fuerza armada”, explicó. En un pizarrón del casino de oficiales de la ESMA leyó los nombres de los verdugos. Vio cuando adormecieron a los secuestrados, cuando los cargaron al camión y luego al avión. Subió con su jefe, el “teniente Vaca”, a quien luego identificó como Torres de Tolosa. “Estábamos tan convencidos que nadie cuestionaba, no había opción. La mayoría hizo un vuelo, era para rotar gente, una especie de comunión”, aclaró, y categorizó victimarios: oficiales superiores, suboficiales, médicos que daban la última inyección en vuelo e “invitados especiales” que daban “apoyo moral”.

“Al salir de Aeroparque se daba un plan de vuelo: la base aeronaval de Punta Indio. Al llegar a Punta Indio se enfilaba mar afuera”, relató. “Se los desvestía desmayados y, cuando el comandante daba la orden en función de dónde estaba el avión, se abría la portezuela y se los arrojaba desnudos, uno por uno”, dijo. “En el Skyvan, por la portezuela de atrás, que se abre de arriba hacia abajo. Es un gran portón pero sin posiciones intermedias. Está cerrada o está abierta, por lo cual se mantiene en posición de abierta. El suboficial pisaba la puerta, una especie de puerta basculante, para que quedaran 40 centímetros de hueco hacia el vacío. Después empezamos a bajar a los subversivos por ahí. Yo, que estaba bastante nervioso, casi me caigo y me voy por el vacío”, contó.

–¿Qué personal naval iba en cada vuelo?

–En la cabina iba la tripulación normal del avión.

–¿Y con los prisioneros?

–Dos oficiales, un suboficial, un cabo y el médico. En mi primer vuelo, el cabo de Prefectura desconocía totalmente cuál era la misión. Cuando se da cuenta entra en una crisis de nervios. Se puso a llorar. No entendía nada, se le trabucaban las palabras. Eso me puso nervioso. Le empecé a explicar y le dije que hable con los pilotos. Yo no sabía cómo tratar a un hombre de Prefectura en una situación tan crítica. Al final lo mandan a cabina. El Skyvan es una gran caja, con la cabina separada.

El Estado bobo

El juez Sergio Torres está a cargo de la causa ESMA desde 2003, cuando la confesión de Scilingo se conocía en todo el mundo. La investigación sobre los vuelos, sin embargo, nunca se activó. En 2005, el juez Julián Ercolini declinó su competencia para investigar la confesión del capitán Emir Sisul Hess, quien relató que los secuestrados caían “como hormiguitas”, y se la envió a Torres, que recién acusó recibo cuatro años después, cuando Página/12 publicó la historia. Su procesamiento fue confirmado, pero el juez no avanzó contra sus superiores. En el caso del teniente Julio Poch, el impulso de la investigación no fue de jueces argentinos, sino del Reino de los Países Bajos. Sus superiores siguen impunes, igual que el suboficial Rubén Ricardo Ormello, autor de la tercera confesión judicializada, que Página/12 informó en 2009. Torres tampoco indagó a los aviadores y técnicos aeronáuticos condecorados por Massera por su actuación en “operaciones de combate” (sic) como miembros del Grupo de Tareas 3.3, capitanes Hugo Roberto Ortiz, Guido Paolini y Rodolfo Alberto Bogado. Hasta el imputado Carlos Capdevila renegó por la indiferencia de Su Señoría ante los datos precisos sobre represores que aportó el médico de la ESMA. “Mi colaboración no ha sido tenida en cuenta”, lamentó.

El disparador de la investigación sobre los Skyvan fue un informe de la periodista Miriam Lewin, sobreviviente de la ESMA, quien filmó en Estados Unidos uno de los cinco aviones que Prefectura usó durante la dictadura. Lewin volvió al país con una copia del “Historial técnico de vuelos”, que acompaña al aparato hasta el fin de sus días e incluye información valiosa, como apellido del comandante, fecha, procedencia, destino y duración de cada vuelo. A fines de 2009 los datos ya estaban en el juzgado de Torres, abocado desde hace quince meses a conseguir una copia certificada de los documentos. No menos frustrante fue la respuesta del entonces ministro de Seguridad, Justicia y Derechos Humanos, Julio César Alak, al pedido de Página/12 de tomar vista de los legajos de los pilotos: lo rechazó sin explicitar motivos, contrariando la política oficial de promover las investigaciones sobre el terrorismo de Estado.

Tras la emisión del informe en Canal 13, el fiscal federal Miguel Osorio, que investiga traslados de secuestrados en el marco de la causa Plan Cóndor, le tomó testimonio a la periodista, analizó las irregularidades que surgían de los registros y solicitó a Prefectura la documentación sobre los Skyvan. A diferencia de la Armada, reticente a entregar las planillas de los Electra pese a las intimaciones de Osorio, Prefectura aportó 2758 planillas de vuelos registrados entre 1976 y 1978, que además de la información del libro del avión incluyen datos imprescindibles, como horarios, tripulación y finalidad.

Del estudio y la búsqueda de un correlato documental de los vuelos de la muerte se ocupó la Unidad Fiscal de coordinación de causas de lesa humanidad de la Procuración. Los registros se volcaron en un cuadro para visualizar regularidades y excepciones. En base al relato de Scilingo y a la velocidad de los Skyvan, se seleccionaron vuelos de más de dos horas y media. Descartados aquellos con destinos que la justifiquen, surgió que el despegue y aterrizaje de los restantes siempre tuvo lugar entre Aeroparque y la base aeronaval de Punta Indio. El dato es sugestivo: los dos vuelos que confesó Scilingo partieron de Aeroparque. En su libro Por siempre nunca más, agregó que “todos los ‘traslados’ tenían como plan de vuelo Punta Indio pero sin aterrizar”. La duración es aún más llamativa: los 40 o 50 minutos que tardaba un Skyvan para unir ambos puntos se extienden según los registros hasta cuatro horas y media, al límite de la autonomía del avión. Por último se considera la nocturnidad y la finalidad apuntada.

Los vuelos que sortean todos los filtros y en los que se menciona a Aeroparque como punto de partida y llegada son once en tres años. En ninguno se registraron pasajeros. Diez tienen por finalidad la “instrucción”. Sólo uno, el del 14 de diciembre de 1977, tiene un objetivo diferente: “navegación nocturna”. Según la planilla de vuelo, el PA-51 voló tres horas y diez minutos, sin pasajeros, al mando de De Saint Georges, Arru y D’Agostino. Los primeros se fueron de Prefectura al año siguiente y vuelan tres veces por mes a Madrid como comandantes de vuelos de Aerolíneas Argentinas. D’Agostino, retirado en servicio, es jefe de la división Veteranos de Guerra de Prefectura. Diecisiete días después del vuelo con el grupo de la Santa Cruz un superior elogió el “dominio de sus reacciones emotivas” y aseguró que “aun en situaciones críticas se mantiene sereno”.

 




Meses