Archivo de febrero 2024

28
Feb
24

La CORRUPCIÓN pide continuidad …

Señor Presidente hágase cargo

El sicariato está en las calles y no distingue adultos de niños. Los últimos sucesos de ajusticiamientos en la vía pública y quemas de domicilios con familias dentro responden a que vamos caminando hacia un estado fallido en el tema narcotráfico y seguridad ciudadana.

El presidente se mostró muy acongojado por la muerte de un menor y otros heridos en un hecho policial sucedido en Pinar Norte, Canelones.

Lo manifestó en el discurso brindado en el acto de inauguración del aeropuerto de Salto.

Dijo que le preguntaban en el lugar, si estaba molesto, porque no se le veía lo risueño que normalmente acostumbra mostrarse en los encuentros públicos.

Y allí nos habló de las cifras y de la política de seguridad y bla bla bla, mientras tanto en el acuario de focas, explotó el aplauso que normalmente sucede cuando hablas para la hinchada.

Lo que el presidente no dijo es más que lo que dijo.

¿Nos aclaró cuántos contenedores pasan con droga antes y son descubiertos por nuestras fuerzas de seguridad?

¿Cuántos operativos son abortados antes de perpetuarse?

¿Cómo conviven en las cárceles nuestros operadores del sistema de seguridad de nuestras cárceles con los narcos apresados?

Muy poco, por no decir nada, se habla de estos temas, ni siquiera en las comisiones del parlamento se hacen mayores análisis.

¿Qué es un estado fallido?

El término Estado fallido es empleado por expertos, políticos, periodistas y comentaristas políticos para describir un Estado soberano que se considera, ha fallado en: garantizar el funcionamiento normal de la administración general, estabilizar la economía, garantizar el acceso a servicios básicos a su población y controlar la criminalidad y/o terrorismo entre otros.

¿Qué es el terrorismo?

El terrorismo es el uso sistemático del terror, utilizado por una amplia gama de organizaciones, grupos o individuos en la promoción de sus objetivos.

Acabamos de definir dos variables que entran dentro del contexto de lo que estamos viviendo a nivel de seguridad.

Una variable es un estado que falla entre otros puntos en brindar seguridad a sus ciudadanos y otra es, los grupos al margen de la ley que aplican el terror para lograr sus objetivos.

Eso está sucediendo, señor Presidente, esto se convirtió ya en una guerra entre bandas de micro y macro tráfico que no distinguen nada ni a nadie.

Los discursos suenan muy lindos pero la realidad es que a los muertos los pone la gente.

Nadie está libre de estas mafias, ustedes los políticos están atravesados por este flagelo criminal.

La expulsión de un partido político de alguien tipificado por el delito de narcotráfico, no debería ser solicitada por un intendente como fue el caso de la solicitud realizada por el intendente de Soriano.

Debería la gestión ser encabezada por el presidente del partido y no esperar que le pidan qué hacer.

En su caso como presidente de todos los orientales, en nuestra humilde opinión. Debería llamar a una mesa de seguridad nacional integrada por todos los partidos políticos y fuerzas sociales.

Para desde allí hacer un gran acuerdo nacional de prevención y represión del crimen organizado.

Los gobiernos del Frente Amplio fracasaron es algo que rompe los ojos en este tema. Pero gobierna usted y sus socios políticos.

¿Pero sabe qué pasa, presidente? Los muertos los pone la gente,el barrio,el pueblo,los ciudadanos y los votantes que en realidad son los mismos de siempre.

Lo invito a caminar por los barrios en la noche, a salir de la moto y de la tabla de surf.

Y gaste el taco de los zapatos en las callecitas de barrios que huelen mal y no tienen ninguna cadena comercial o shopping interesante.

Sí, va a encontrar un hobbie suyo, que es circular en moto. Con la peculiaridad de que se va de a dos en algunos casos, para que uno la maneje y el otro te ajusticie…

Eso no es un hobbie, eso es lo que está pasando y se llama sicariato.

De nada nos sirve que los de antes y los de ahora se lancen chicanas sobre con quién hubo más muertos dentro o fuera de sus periodos.

Estamos repodridos y cansados de escucharlos hablar y todo sigue igual o parecido.

Hay una guerra en la calle y no la estamos interpretando así.

Y recuerden que cuando vayamos por ellos los van a intentar coimear más que lo que lo hacen ahora.

Incluso quizás les toque a ustedes los políticos poner algún muerto.

Señor Presidente, hágase cargo de cumplir su promesa de que los uruguayos íbamos a vivir  los cinco mejores años de nuestras vidas.

Me olvidaba que Delgado, el precandidato que postula ser la continuidad de usted, nos dice que todo esto lo va a arreglar en su primer año de gobierno.

No eran cinco eran seis!!!!!!!!!

27
Feb
24

Firmar por jubilación a los 60 años !!

escribe: ANDRÉS LIMA

 Por qué firmo el plebiscito de reforma a la seguridad social

No vale jugar con el esfuerzo de quienes durante años han aportado a un régimen y venga alguien a cambiar esas reglas de juego.

El trabajo de hombres y mujeres se mide en el tiempo que consumimos de vida, lo más importante que tenemos, a cambio de recibir un salario por ello. El precio del trabajo para todos los seres humanos es bastante alto, pues está ligado a lo único que poseemos y que sabemos es un regalo que se nos va a acabar: la vida.

Y la vida en este plano es una sola. Por eso no vale jugar con el esfuerzo de trabajadores que durante años han aportado a un régimen de seguridad social y que en el medio del camino venga alguien a cambiar esas reglas de juego.

Por ello resolví adherirme a la campaña de recolección de firmas para llevar a plebiscito una nueva reforma de la seguridad social que baje a 60 años la edad mínima de retiro.

Lo primero de todo es que creo firmemente en la democracia de nuestro país y en la forma que los uruguayos nos hemos dado de resolver nuestros temas más relevantes: con mecanismos de democracia directa. Entonces, ¿Cómo oponerse a la gesta ciudadana de que sean los involucrados quienes decidan lo que querrán para su futuro? ¿Por qué o bajo qué criterio habríamos de negar la posibilidad de que sea la ciudadanía la que termine zanjando este tema tan importante?

Es por ello que adhiero a la recolección de firmas impulsada por el Pit-Cnt.

Por eso apoyamos la recolección de firmas para generar una consulta popular para modificar el artículo 67 de la Constitución de la República, en el sentido de garantizar el derecho a la causal jubilatoria común desde los 60 años y 30 años de servicio y que ninguna jubilación o pensión sea menor al valor del salario mínimo nacional.

Es necesario habilitar que sea la ciudadanía quien defina el rumbo que debe tener la seguridad social. Aquí no hay dos lecturas y no hay temor a quedar en minoría: Estamos convencidos de que es necesario dar la discusión.

En nuestras recorridas permanentes por el territorio nacional son cientos y cientos de jubilados que se nos acercan a señalarnos que con la jubilación no les alcanza para nada, en especial el componente de las AFAP. La jubilación promedio que hoy pagan las AFAP es de $ 7.000, pese a que administran fondos equivalentes al 30% del Producto Interno Bruto (PIB) de Uruguay. Rompe los ojos y no tiene relación alguna la rentabilidad que tienen las AFAP, lo que representan dentro del PIB y las inversiones que realizan, con el beneficio que tiene el trabajador. Acá alguien se está llevando estos beneficios y no son precisamente los dueños del capital, que son los trabajadores.

El escándalo no termina allí. Además de que esta reforma que aprobó el oficialismo extienda la edad de jubilación, no modifica en nada el grave hecho de que hoy el Banco de Previsión Social está pagando dos veces y medio más que las AFAP con una rentabilidad bastante menor.

Por nuestros jubilados, por nuestros trabajadores que dejan todo en la cancha para hacer mover el país y, especialmente, porque no olvidamos el derecho a vivir en dignidad, dejemos las calculadoras políticas de lado y dejemos que sea el pueblo quien decida.

26
Feb
24

La trama MENTIROSA y CORRUPTA . . .

GOBERNANDO PARA LOS MALLA ORO

Las diez peores plagas del patógeno multicolor

El oficialismo fue funcional, durante estos cuatro años, a los intereses de clase de la elite social y económica y a los propietarios de los medios de producción.

Caras y Caretas Diario

“El objetivo es redondear la gestión en el año que queda de gobierno”, proclamó el ministro de Defensa Nacional, Javier García, a la salida de la reunión de evaluación de gestión que mantuvo el presidente de la República, Luis Lacalle Pou, con su gabinete ministerial.

Cuando alguien anuncia que se propone redondear una tarea, esa reflexión sugiere el cumplimiento de una serie de objetivos que, en este caso, se refieren a las promesas electorales del oficialismo, la mayoría de las cuales, en el quinto año de esta administración, no se han cumplido, sino todo lo contrario.

El secretario de Estado, quien ofició como vocero del encuentro, consideró que “hay una evaluación positiva del camino recorrido”, elogiando los supuestos logros de Poder Ejecutivo en referencia, por ejemplo, a la recuperación del empleo –que es meramente estadística y que se apoyó únicamente en la precarización y en los bajos salarios–, lo cual configura una grosera transferencia de riquezas de la clase trabajadora al empresariado.

También aludió al presunto “crecimiento del salario real”. En realidad, lo que hubo –en la mayoría de las ramas de actividad– es apenas una recuperación del poder de compra perdido con respecto a 2019, lo cual se concretó recién a fines de 2023. En ese contexto, sólo algunos sectores tendrán un crecimiento real, que no superará el 1 % o el 2 %. ¿Pueden exhibirse estos magros resultados como logros?

 

García afirmó que estos supuestos avances no deben ser motivo de “camiseteo”, como si las presuntas mejoras –en un panorama signado por el retroceso– puedan ser visualizadas con una visión triunfalista y autocomplaciente. “Hay satisfacción porque todos los uruguayos pudimos progresar”, enfatizó.

 

¿A qué “todos” se refiere el ministro de Defensa? Seguramente, ese “todos” son los denominados “malla oro” –que acumularon más riquezas que nunca– y no la mayoría de los uruguayos. En efecto, el oficialismo fue funcional, durante estos cuatro años, a los intereses de clase de la elite social y económica y a los propietarios de los medios de producción.

 

Por supuesto, para justificar el estrepitoso fracaso de la coalición republicana o multicolor, aludió a las “siete plagas” de Egipto que debió afrontar el gobierno, aunque mencionó apenas cuatro: la pandemia, la guerra de Ucrania, la sequía y la diferencia cambiaria con Argentina.

 

Obviamente, este discurso, que parte directamente desde la Torre Ejecutiva y es recurrentemente recreado también por el precandidato lacallista Álvaro Delgado para instar al electorado a “reelegir a este gobierno”, es naturalmente apócrifo.

 

La primera conclusión, que es una lectura bíblica, es que las plagas de Egipto que el profeta judío Moisés le anunció al faraón Ramsés II, no eran siete sino diez: conversión del agua en sangre; plaga de ranas; plaga de mosquitos (piojos o pulgas); plaga de tábanos (moscas); peste del ganado; úlceras; granizo ígneo y plaga de langostas; tinieblas y muerte de los primogénitos. Estas calamidades no cesaron hasta que el rey egipcio liberó al pueblo de Israel y le permitió viajar rumbo a la tierra prometida y reencontrarse con su destino.

 

Sin embargo, este gobierno, más allá de las dificultades mencionadas, que fueron reales aunque no bien atendidas para evitar el fuerte impacto social que sacudió a todos los uruguayos, tiene su propio catálogo de calamidades, algunas de ellas no vinculadas a factores coyunturales.

 

La primera de ellas es la congelación salarial, ya que luego de casi tres años de constante pérdida del poder adquisitivo, la clase trabajadora contempla una moderada recuperación, que sitúa los ingresos en el mismo nivel que hace cuatro años y solo en algunos casos –que son excepciones– apenas uno o dos puntos por encima del poder de compra de 2019. Hoy el salario mínimo nacional está situado en los 22.268 pesos, lo cual equivale apenas al arrendamiento de una vivienda modesta. Es decir, no alcanza para financiar la manutención de un hogar, que incluye alimentación, luz, agua, artículos de higiene personal y una carga de celular, entre otros gastos fijos. Incluso, más de 500.000 trabajadores perciben menos de 25.000 pesos, a lo cual se suman los empleados informales, cuyo porcentaje es del 22 %.

 

En tanto, la segunda peste es la congelación de jubilaciones que, al igual que los salarios, tuvieron casi tres años de pérdida y recién ahora lograron alcanzar el poder de compra de hace cuatro años. Actualmente, la jubilación mínima está en 18.770 pesos, monto percibido por 160.00 pasivos. Seguramente, estas personas, que por su edad tienen un cuantioso gasto en salud, deben vivir con otros familiares o bien internarse en el asilo Piñeyro del Campo para sobrevivir.

 

La tercera plaga de este gobierno, que no invirtió lo suficiente en políticas sociales para afrontar la pandemia, es el incremento de la pobreza, particularmente la infantil, que ronda el 20 %. Los uruguayos pobres suman más de 350.000, lo cual equivale a casi el 10 % de la población, un punto más que en 2019.

 

La cuarta plaga, que está ligada a la anterior, es el sostenido incremento de personas en situación de calle, que crecieron un 50 % con respecto a 2019. Más allá de meras estadísticas, basta observar la multitud de uruguayos que viven cotidianamente a la intemperie para evaluar la severidad de la indigencia. Obviamente, no todos son consumidores de pasta base o enfermos psiquiátricos como proclama el Gobierno para justificarse. Son pobres que no tienen donde vivir y se alimentan todos los días en los comedores estatales. Incluso, muchas de las personas que concurren a esos servicios tienen ingresos, aunque, por su irrisorio monto, no pueden adquirir los alimentos.

 

La cuarta plaga es la precarización laboral, que tiene cuatro componentes: la situación de los trabajadores subempleados, las malas condiciones de trabajo, la informalidad y los bajos salarios. Es decir, la mayoría de los puestos de empleo que fueron creados son de bajísima calidad.

 

La quinta plaga son los derechos conculcados por la LUC, que han afectado sustantivamente la libertad sindical y la represión contra los obreros que ocupan sus lugares de trabajo para enfrentar los abusos patronales.

 

En tanto, la sexta plaga, que es una de las más severas, son los ataques y los aprietes contra la Fiscalía, a los efectos de interferir en la autonomía de dicho organismo y así amparar los casos de corrupción del gobierno que tienen causa penal abierta.

 

Naturalmente, la séptima plaga es el récord de homicidios, que a partir de 2022 han superado largamente a los asesinatos registrados en el mismo período del gobierno anterior.

 

Por supuesto, la octava plaga es el récord de suicidios que se ha registrado a partir de 2021, por la falta de prevención y políticas coordinadas de salud mental. Las autoeliminaciones han crecido sustantivamente entre el personal policial.

 

La novena plaga es la discrecionalidad para crear cargos de particular confianza con abultados salarios, el rampante clientelismo político y el ingreso de militantes de la coalición derechista al Estado, por designación directa.

 

La última y más grave de las plagas es la corrupción, que incluye el caso del excustodio presidencial Alejandro Astesiano, el ilegal otorgamiento de un pasaporte a un narco, la destrucción de documentación para ocultar pruebas a la Fiscalía, el operativo para identificar a las víctimas del pedófilo exsenador blanco Gustavo Penadés, las licitaciones truchas o digitadas, las exoneraciones tributarias a familiares de referentes del gobierno y los beneficios a empresarios donantes de la campaña del presidente, entre otras tantas chanchadas.

 

Estas diez devastadoras plagas multicolores han sido padecidas –durante cuatro años– por la gran mayoría de los uruguayos que observan, con singular desencanto, lo obscena concentración de la riqueza en manos de una minoría oligárquica rapiñera, que es la aliada estratégica y económica de la derecha. El imperativo ético es cambiar y no reelegir a este gobierno paupérrimo.

25
Feb
24

JUSTICIA: Carolina Cosse y el ANTEL ARENA legitimados ante la justicia . . .

Lo que hicieron los blancos, en mi barrio, se llama corrupción

Carolina había advertido que todo se trataba de una operación política. El tiempo y la Justicia le dieron la razón.

Caras y Caretas Diario

Desde el día 0, la estrategia de este gobierno -y los blancos– apuntó a demoler la imagen del Frente Amplio, la de los expresidentes Tabaré Vázquez y José Mujica, la del Pit-Cnt, la de la Fiscalía y, obviamente, intentar pulverizar la imagen de Yamandú Orsi y Carolina Cosse, los candidatos presidenciales cantados.

Paralelamente, el equipo dirigido por el publicista Roberto Lafluf, con el apoyo de los medios hegemónicos de desinformación, apostó a realzar la figura del presidente Luis Lacalle Pou, amplificando hechos que tenían que ver más con sus hábitos personales y vida privada que con su gestión; una gestión difícil de defender.

Desde el color de los semáforos, hasta la ciclovía, a Carolina le dispararon sin piedad toda la metralla que tenían, yendo desde un planteo de juicio político, que naufragó en el Parlamento, hasta una denuncia penal, por la construcción del Antel Arena, que naufragó en la órbita judicial. La infamia duró dos años. Dos años de golpear a la Intendente con todo el peso de los medios aliados, no siendo casual que, en el último año, el gobierno beneficiara a los tres canales más poderosos del país con 30 millones de dólares.

No nos engañemos. Los blancos siempre supieron que éste sería el final. Sus objetivos siempre fueron dos: beneficiar a sus amigos con auditorías y juicios pagados por el pueblo y dejar instalada la idea de que “algo hubo”.

 

Antel pagó 60.000 dólares a la empresa Ecovis, para auditar la construcción del Antel Arena y otros 40.000 a abogados externos para llevar adelante la causa judicial. La Justicia demostró que todo era mentira; pero los amigos de los amigos ya cobraron y el relato quedó flotando en el aire.

 

Una de las maneras que tienen el Partido Nacional y sus cortesanos para premiar a sus allegados es nombrarlos como “asesores” (aunque no tengan ni idea sobre el tema sobre el que tienen que asesorar) y la otra es encargar informes, auditorías y juicios a operadores externos. La auditoría por la construcción del Antel Arena fue encargada a Ecovis, de Marcelo Caiafa, quien se manifestó por la red X “Orgulloso de ser blanco”. ¿Qué objetividad cabía esperar de su parte? Por lo menos podría haber puesto algo de seriedad; pero hasta el fiscal tuvo que señalar que había sido poco serio tomar como fuente a Wikipedia y medios de prensa.

 

Efectivamente, a la luz de la manipulación, deformación y creación artera de datos y cifras de tal “auditoría”, cabe pensar que Caiafa extrajo la información del “Rincón del Vago”. Lo peor fue que la Jutep se basó en su informe para expedirse porque la junta carecía de otros medios para indagar como debía.

 

¿Qué tanto afectó esta canallada a Carolina? Como ha manifestado Leandro Grille: “Es bravo sostener una imagen pública de probidad y sensatez si todos los grandes medios se dedican durante varios años a señalarte como una corrupta, una despilfarradora y una irresponsable megalómana, sin aportar más que mentiras, suspicacias, datos manipulados y tergiversaciones múltiples ante una sociedad completamente indefensa frente a esta verdadera plaga de la patraña”.

 

Carolina había advertido que todo se trataba de una operación política. El tiempo y la Justicia le dieron la razón. Hoy el denunciante Gabriel Gurméndez (el mismo que como presidente de Antel benefició a las telefónicas privadas en lugar de defender a la empresa pública) es uno de los precandidatos a la presidencia por el Partido Colorado.

 

Del dictamen fiscal rescatamos dos frases contundentes:

 

* “No se advierte que las autoridades de ANTEL, actuando con abuso del cargo, hubieran realizado actos arbitrarios o sin fundamentación objetiva”.

 

* “No resulta admisible sostener -tal como lo hace el ente denunciante- que las autoridades de ANTEL de la época que suscribieron el multicitado convenio hayan actuado arbitrariamente o lo que es aún peor de forma ilícita”.

 

Sin embargo, ahora principales dirigentes del Partido Nacional ahora apuntan sus cañones contra la Fiscalía. Fueron tales las acusaciones improcedentes, producto de la furia blanca ante una justicia no domesticada, que la Asociación de Fiscales presentará una denuncia ante la ONU y la Corte Interamericana de Derechos Humanos.

 

En el colmo del intento de manipular a la opinión pública, el expresidente de Antel, Ingeniero Gabriel Gurméndez, buscó culpar de todas los incumplimientos del gobierno al Antel Arena. “Terminan pagando los nabos de siempre, después se acaban los reflectores, se van los titulares y allí quedan estos costos adicionales que se pagaron y quedan esas escuelas que no están, esos Caif que faltan, esas policlínicas que no se encuentran”.

 

Ah, sí… Los 236 liceos, las 50.000 viviendas, los 100.000 puestos de trabajo y lo de no tocar la edad jubilaría… todo es culpa de Carolina y no de ellos.

 

Los nabos de siempre somos los que les pagamos a sus amigos una auditoría escandalosamente irresponsable y maliciosa y una denuncia planteada sin fundamentos serios ni información fidedigna. Lo que sí pagaríamos con gusto sería la terapia para la senadora Graciela Bianchi, quien en el extremo de sus delirios dictatoriales ha propuesto desmantelar la Fiscalía.

 

Dos años duró la farsa. No eran 120 millones de dólares, sino 88.

 

El dictamen del fiscal Machado recoge el testimonio de Gustavo Delgado, actual vicepresidente de la Ursec, que fuera director blanco de Antel en el período 2015-2020. El fiscal revela que el jerarca “manifestó que sabía que los U$S 40.000.000 referían a una parte de la obra -la obra civil- y no a la totalidad de los costos del complejo”. Es más, sus asesores siempre manejaron que el costo total de la obra iba a rondar los U$S 100.000.000”. El hecho es que costó menos de lo proyectado por los propios asesores blancos.

 

Conclusión: el senador Jorge Gandini y actual precandidato presidencial, mintió al decir en el Senado que hubo un sobrecosto de 63 millones de dólares.

 

“En mi barrio eso se llama corrupción” -dijo.

 

Pues bien, ahora que finaliza la película y la verdad ha quedado demostrada, tengo derecho a decir que lo que él, su partido y algún cortesano hicieron con esta maniobra, gastando 100.000 dólares entre sus amigos a sabiendas de que montaban una farsa, en mi barrio se llama corrupción.

24
Feb
24

El CRIMINAL sionista Estado de Israel

escribe: Federico Fasano Mertens

La voz humanista de Lula: “Es un genocidio”. Gramsci: “Ha llegado el momento de los monstruos”

El tornero de la esperanza, como califiqué al varias veces   presidente de Brasil, Luiz Inácio Lula da Silva, fue el primer mandatario de una de las Naciones más importantes del orbe en atreverse a calificar de genocidio, la matanza de civiles, de niños, mujeres y ancianos, ejecutada por el poderoso ejército israelí. ¿De qué otra forma puede calificarse el asesinato de 40 mil civiles inocentes, desarmados, cuyas viviendas fueron pulverizadas, cuyos alimentos y medicinas fueron interdictos, y cuyos precarios refugios en Rafah, están amenazados también de destrucción.
Vanos han sido los llamados de todos los países del mundo, incluido el mayor aliado de Israel, los EE.UU., a detener la matanza. El G20 reunido hoy en Brasil no puede ignorar este suplicio colectivo.

No tengo dudas que Hamás ingresó en tácticas terroristas al asesinar a seres humanos no enrolados en el ejército israelí.
El terrorismo indiscriminado pierde a quien lo utiliza. Gira sobre sí mismo como una noria sin alcanzar nunca su fin. Lenin lo advirtió al pie del patíbulo de su hermano, que había elegido el terrorismo como arma errónea para terminar con el absolutismo.

Si Hamas, con todo el derecho a combatir al ejército ocupante de sus tierras, logró penetrar el 7 de octubre pasado, los tecnificados e inexpugnables muros que los protegen, y cometen el crimen de asesinar civiles indefensos, por más ocupantes ilícitos que para ellos fueren, es considerada una organización terrorista, cómo calificar al ejército israelí cuya punición al día de hoy se traduce en «40 por 1,  y no quedará ninguno». Cuarenta civiles gazatíes ejecutado por cada civil israelita asesinado por Hamás, ha sido hasta ahora la respuesta de Netanyahu quien anuncia más crímenes de guerra, y la demolición total de esa franja de solo 365 kilómetros, hoy convertida en escombros, donde se hacinan más de  2.200.000 seres humanos.
 El cuarto ejército más poderoso del mundo
«Matadlos a todos, Dios reconocerá a los suyos», decretó el legado papal Arnaud Amaury en aquel lejano 1209 cuando comenzó la masacre de los albigenses.
Similar pensamiento parece impregnar las órdenes del cuarto ejército más poderoso del mundo, el del Estado de Israel, cuando conduce a la muerte sin misericordia a miles de niños, mujeres y ancianos, en la atormentada franja de Gaza. Netanyahu parece querer hacer suya la consigna de la organización derechista Katch: «hay que ahogar a los palestinos en el Mar Muerto que es el punto más bajo del planeta».

«Ha llegado el momento de los monstruos» decía en Quaderni del carcere, el notable Antonio Gramsci refiriéndose a los nuevos tiempos de la humanidad. Pensamiento que bien cuadra con el horror desatado en Gaza por un gobierno que traiciona las mejores tradiciones hebreas, de paz, solidaridad, justicia y compasión que durante siglos ha dado suficientes pruebas el perseguido pueblo judío.

Me duele escribir este artículo. Tengo muchos amigos judíos. La mayoría son de izquierda pero otros no lo son y en todos encontré, inteligencia, solidaridad, humanismo, amor a la vida. Hoy no encuentran palabras para justificar lo injustificable. Algunos de ellos son más implacables que yo para condenar este genocidio. Desde la década del sesenta cuando accedí al tema, defendí el derecho a la existencia del Estado de Israel. Siendo admirador de Gamal Abdel Nasser por la dignidad de su enfrentamiento contra la monarquía egipcia y contra las dos Naciones más poderosas de Europa, Inglaterra y Francia, a las que derrotó con valentía e integridad, al igual que lo hizo Juan Manuel de Rosas en la Vuelta de Obligado, en otras épocas de soberanías sin doblez, me opuse sin titubear a la coalición árabe que él lideró para arrojar a los judíos al mar.

Fue un error histórico que Nasser pagó muy caro. A partir de esa insensatez, mi admiración por el héroe de Alejandría, fundador del Partido Unión Árabe Socialista y nacionalizador del Canal de Suez, comenzó a languidecer. Mi defensa de la existencia del Estado de Israel no abrevó en el mito de un señor al que nadie vio, que según Abraham le dijo que Palestina era la tierra prometida para los judíos, legitimando así la masacre de los cananeos, tampoco abrevó en el autoritarismo de la pérfida Albión, repartiendo por la fuerza un territorio sin consultar o proteger a pobladores que vivían en esas tierras durante siglos.

Mi defensa del nuevo Estado se basó siempre en el derecho moral que cientos de miles de judíos perseguidos y en diáspora de pueblo errante, ostentaban para vivir pacíficamente en una tierra inhóspita, poco poblada, en la que vivieron generaciones enteras de sus antepasados tras ser expulsados por egipcios, babilonios, romanos, otomanos y tantos otros exponentes del derecho de los fuertes. La inteligencia y el tesón hebreo y la convivencia pacífica entre los dos pueblos semitas transformarían el páramo en vergel. Nadie imaginó la guerra que desataron apenas pisar «tierra santa» para desalojar a sus primitivos habitantes, transformando el páramo pacífico en un vergel infernal.

¿En qué se transformó el ADN judío de la paz?
La administración Netanyahu y sus seguidores tienen infectada el alma con el virus incurable del nacionalismo, el expansionismo, que culmina en el hubris griego, que será su perdición.
El mismo virus que se desencadenó contra ellos y que hoy es reproducido en el Estado hebreo mimetizándose en una enorme nube tóxica que se introduce en todos los pliegues de la «tierra prometida» conduciéndola a la distopía, negándole el maná del utopos, el lugar que no existe.

Ya se los advirtió el padre judío de la teoría de la relatividad, Albert Einstein: «el nacionalismo es una enfermedad infantil, el sarampión de la humanidad».
¿En qué se convirtió el ADN judío de la paz, el ADN de la libertad buscada durante siglos? La libertad no puede ser fecunda para los pueblos que tienen la frente manchada de sangre, decía Martí con razón cuando ofrendaba al mismo tiempo su vida por la libertad del pueblo cubano.

El Likud y sus aliados, afirman poseer la solución final para terminar con los misiles de Hamás, que de mil lanzados llegan solo un 15% y con pólvora seca y de casualidad han terminado con la vida de un israelí aislado. También creen que con esta hecatombe terminarán con Hamás y sus incursiones sorpresivas, sin darse cuenta de las lecciones de la historia, que enseña que  eliminando seres humanos y no las causas del enfrentamiento, solo generarará más Hamás y más odio. Quieren salvar la situación y terminan actuando más como pirómanos que como bomberos. Con sus métodos de extermino han convertido a Israel en un sudario en el que creen envolver el cadáver de Hamás todos los días.

Y lo único que han logrado es mantenerlo vivo ante el pueblo palestino, con el oxígeno del odio que ellos mismos le proporcionan. Sin el Likud, Hamás quizás no existiría. Y sin Hamás, al Likud se le terminaría su discurso belicista y tendría que dejar paso a las fuerzas más racionales de su Nación, que hoy claman por la destitución de Netanyahu, quien solo se mantiene con la excusa de la guerra. Se asemeja a Cayo Mario, aquel gran político y estratega militar romano, Cayo Mario, enfrentado a los optimates, que le decía al Senado que «con el ruido de la guerra no oigo el de las leyes».

El Estado de Israel se está alejando a pasos agigantados del homo sapiens que supo construir y está ingresando en la tierra del homo demens, de la que no se sale indemne ante la historia.

«Lo más atroz de las cosas malas, es el silencio de la gente buena»
Y lo más grave de esta estulticia internacional es que germina con fuerza ante la debilidad moral de Naciones enteras, instituciones, magistrados y mucha gente que tolera la ignominia.

Penetran muy hondo en mi conciencia las palabras de Gandhi, que con la sola fuerza de la no violencia puso de rodillas al imperio británico: «lo más atroz de las cosas malas de la gente mala es el silencio de la gente buena».
Ha llegado la hora de desperezarse. Europa mira horrorizada la matanza pero no hace nada para detenerla, mientras la ONU condena vanamente un día sí y otro también a Israel, que se ha convertido en el Estado que más sanciones ha recibido del organismo mundial desde que éste fuera fundado en 1948. En estas semanas el orden del día del planeta Tierra, está ocupado por la jihad israelita.
Y solo hay una salida: dos pueblos, dos Naciones, dos Estados.

Netanyahu ya declaró que no aceptará su existencia. Y el presidente Herzog, que años atrás decía que la única solución era la existencia de dos Estados, también se echó atrás ante la expectativa de la ocupación total de Gasza. Antes eran los palestinos los que no aceptaban que existiera el Estado de Israel, ahora son los hebreos los que les niegan ese derecho a los palestinos, derecho legítimo impulsado por todos los países del mundo.

Israel no la aceptó ya en 1948 cuando las bandas nacionalistas se dedicaban a matar a los descendientes de los cananeos que habitaban desde hacía siglos esas tierras, que el Protectorado británico les cedió con condiciones que incumplieron y que los llevó incluso a enfrentar a mano armada a sus donantes. Y si no que lo diga el Conde sueco Folke Bernadotte y su ayudante el coronel de la fuerza aérea francesa, André Serot, mediadores de las Naciones Unidas, asesinados a tiros en Jerusalem por un comando sionista de la organización terrorista Irgun, y pistoleros de la banda Stern, famosa por sus crímenes punitivos contra los pastores árabes, autora de la masacre de la aldea Deir Yassin, donde fueron fusilados sumariamente en una cantera de piedra, 50 niños y mujeres y 150 aldeanos palestinos.

Bernardotte, un aliado de los judíos en la segunda guerra mundial, antinazi militante, pagó con su vida, la redacción de su informe a la ONU denunciando la destrucción sistemática en 1948 de las aldeas árabes y la transformación por la fuerza de sus 750 mil habitantes en parias y refugiados. También violaron las fronteras pactadas con sus propios protectores. Basta con ver el mapa de 1948 y el actual para percibir la desigualdad territorial entre los semitas árabes y los semitas hebreos. Y por si esto fuera poco la colonización forzada israelita sigue implacable tragándose lo poco que les va quedando a los descendientes de Canaan, incluso obligados a vivir con su territorio partido en dos.

Gadolhashalom, hermanos, gadolhashalom
Israel con su fulminante blitzkrieg, maquillando su  deseo oculto de lebensraun, el maldito espacio vital que tantos males ha ocasionado a la humanidad, lo que obtiene es precisamente debilitar a la moderada Autoridad Palestina, fortalecer a la implacable Hamás.
Mientras tanto, desde estas tierras no podemos quedarnos de brazos cruzados, como meros espectadores de una matanza al estilo medieval.
Una Comisión de Notables, que levante la bandera de Elie Wiesel, sobreviviente de Auschwitz donde toda su familia fue asesinada. Elie Wiesel recibió el Premio Nobel de la Paz y transformó su grito de «Gadolhashalom» (Grande es la Paz) en la expresión más importante de la lengua hebrea.

Nada se pierde en intentarlo. Gadolhashalom, hermanos hebreos y palestinos. Gadolhashalom.
El homo sapiens no puede dejar crecer al homo demens.

23
Feb
24

MENTIRAS e INFAMIAS, caen cuando se expide la JUSTICIA

Fin de una operación política

El Fiscal Alejandro Machado decidió archivar la denuncia contra Carolina Cosse por la construcción del ANTEL Arena porque no encontró ningún delito. Esa fue la noticia del día y con razón. Pero no es solamente eso lo que pasó. En realidad, estamos ante una decisión judicial que pone fin a una enorme operación política.

La decisión mayoritaria del actual directorio de ANTEL, encabezado por Gabriel Gúrmendez, precandidato presidencial del Partido Colorado, de presentar una denuncia penal contra Carolina Cosse por la construcción del ANTEL Arena, fue eso, una enorme operación política.

La denuncia penal, absolutamente traída de los pelos, basada en una auditoría realizada a medida por una consultora presidida por un notorio militante del Partido Nacional que se dedicaba a atacar al Frente Amplio en sus redes, un ejemplo garantista si los hay, formó parte de una estrategia mucho más vasta.

Durante más de tres años, porque esto empezó desde la misma inauguración del ANTEL Arena que fue en 2018, cobró una intensidad mayor en la campaña electoral y fue el tema central de Gúrmendez durante toda su gestión, se sembraron dudas sobre esa obra. Se golpeó a Carolina Cosse, a ANTEL, a la Intendencia de Montevideo y al Frente Amplio.

Esta denuncia que fue archivada por la justicia por falta total de méritos surge de las muy cacareadas auditorías que se iban a hacer sobre toda la gestión del Frente Amplio. ¿Qué se encontró? Nada. Tuvieron que basarse en auditorías de, por lo menos dudosa objetividad y enormes deficiencias técnicas, para no encontrar nada. Esto no es un juego, denunciaron a compañeras y compañeros, los pusieron en la palestra pública, dijeron cualquier cosa y los resultados son estos. Hay que hacer un agregado necesario: ahora suena hasta tragicómico que se hayan presentado como adalides de la transparencia quienes no han podido explicar la banda criminal de Astesiano en la Torre Ejecutiva, la entrega de un pasaporte exprés al narcotraficante Sebastián Marset, los acomodos en Salto Grande, la entrega a dedo de viviendas y un largo etcétera. Pero así fue. No hay que olvidarlo, ni permitir que se olvide.

Es en ese marco general que se dio esta denuncia. Eso hay que resaltarlo, pero también que en este caso se buscó golpear a la compañera Carolina Cosse. Carolina ha enfrentado un hostigamiento permanente y múltiple en estos años. Se la acusó y se dijo cualquier disparate sobre ella por la construcción del ANTEL Arena. Pero también se la cuestionó por convocar a la solidaridad con los que enfrentaban el hambre en la pandemia un 25 de agosto en el Día del Comité del Base. Se la criticó por demagogia cuando planteó el Plan ABC y hacerse cargo de la dura situación social de miles que el gobierno de derecha no atendía. Se la atacó por las medidas que tomó durante la crisis hídrica. Se la cuestionó por la bicisenda. Hasta se generó un insólito debate historiográfico sobre la fecha exacta de la fundación de Montevideo, poque también estaba mal, parece, celebrar los tres siglos de la ciudad y hacerlo con cultura y con alegría, con convivencia ciudadana. En estos años casi que no hubo iniciativa que tomara la Intendencia de Montevideo que no fuera ferozmente atacada por la derecha mediática y política. En el colmo del despropósito los ediles del Partido Nacional le promovieron un juicio político que de prosperar implicaba su destitución. De ese nivel de hostigamiento y de mentiras estamos hablando.

Desde el primer momento Carolina Cosse defendió la pertinencia del ANTEL Arena, de su construcción y de que la empresa estatal invirtiera en ello. Hoy ya somos miles los que hemos disfrutado del ANTEL Arena, en eventos deportivos y culturales. Desde la derecha siguen con su discurso, porque en realidad están en contra de que ANTEL crezca, en contra de que una empresa pública aporte al Uruguay y sus ciudades. Ellos querrían que como en el resto del continente lo que se construyan sean Claro Arena y Movistar Arena o un Centros del Espectáculo, lo que sea, pero privado.

El ANTEL Arena es una realidad y también lo es toda la infraestructura que se ha generado alrededor, de todo tipo, y que apunta a una presencia estatal, de servicios y de cultura, en una zona con una realidad compleja en nuestra capital. Eso también le molesta a la derecha.

Hizo bien Carolina Cosse, cuando al salir del juzgado se preguntó: “¿Cuál es el proyecto de verdad de telecomunicaciones? En esta nueva era digital que la propia Antel ayudó a cimentar, ¿cuál es el nuevo proyecto que nos va a asombrar? Como nos asombró el cable submarino, como nos asombró el Data Center, como nos asombró el universal hogar, por ejemplo, inédito en el mundo, como nos asombró el Antel Arena, como nos asombró el proyecto de Fibra al Hogar, que ha puesto a Uruguay en un lugar destacadísimo y que ha traído inversiones. Bueno, ¿qué es lo próximo con lo que Antel nos va a asombrar? Esa es la estrategia, ¿dónde está? Nadie lo sabe».

Es que Gúrmendez hizo de su gestión un trampolín político y dejó a la empresa estatal de telecomunicaciones sin rumbo, en una actuación insólita se ocupó más de atacar lo que eran los principales activos de la empresa que presidía, el plan de negocios fue abrirle espacio a las trasnacionales que le compiten y darle millones de dólares, año a año, a los canales de televisión abierta de Montevideo. Eso también hay que señalarlo y con fuerza.

Pero hoy hay que saludar que se haya hecho justicia. No hubo ningún delito en la construcción del ANTEL Arena, que quede claro. Y también que quede claro que se cayó otra operación política más contra la compañera Carolina Cosse. Carolina va.

23
Feb
24

Lula, el LÍDER de verdad !! . . .

escribe: FEDERICO FASANO MERTENS

La voz humanista de Lula: “Es un genocidio”

“Ha llegado el momento de los monstruos” decía el notable Antonio Gramsci refiriéndose a los nuevos tiempos de la humanidad.

El tornero de la esperanza, como califiqué al varias veces presidente de Brasil, Luiz Inácio Lula da Silva, fue el primer mandatario de una de las naciones más importantes del orbe en atreverse a calificar de genocidio, la matanza de civiles, de niños, mujeres y ancianos, ejecutada por el poderoso ejército israelí. ¿De qué otra forma puede calificarse el asesinato de 40 mil civiles inocentes, desarmados, cuyas viviendas fueron pulverizadas, cuyos alimentos y medicinas fueron interdictos, y cuyos precarios refugios en Rafah, están amenazados también de destrucción.

Vanos han sido los llamados de todos los países del mundo, incluido el mayor aliado de Israel, los EE.UU., a detener la matanza. El G20 reunido hoy en Brasil no puede ignorar este suplicio colectivo.

No tengo dudas que Hamás ingresó en tácticas terroristas al asesinar a seres humanos no enrolados en el ejército israelí.

El terrorismo indiscriminado pierde a quien lo utiliza. Gira sobre sí mismo como una noria sin alcanzar nunca su fin. Lenin lo advirtió al pie del patíbulo de su hermano, que había elegido el terrorismo como arma errónea para terminar con el absolutismo.

Si Hamás, con todo el derecho a combatir al ejército ocupante de sus tierras, logró penetrar el 7 de octubre pasado, los tecnificados e inexpugnables muros que los protegen, y cometen el crimen de asesinar civiles indefensos, por más ocupantes ilícitos que para ellos fueren, es considerada una organización terrorista, cómo calificar al ejército israelí cuya punición al día de hoy se traduce en “40 por 1, y no quedará ninguno”. Cuarenta civiles gazatíes ejecutados por cada civil israelita asesinado por Hamás, ha sido hasta ahora la respuesta de Netanyahu quien anuncia más crímenes de guerra, y la demolición total de esa franja de solo 365 kilómetros, hoy convertida en escombros, donde se hacinan más de 2.200.000 seres humanos.

El cuarto ejército más poderoso del mundo

“Matadlos a todos, Dios reconocerá a los suyos”, decretó el legado papal Arnaud Amaury en aquel lejano 1209 cuando comenzó la masacre de los albigenses.

Similar pensamiento parece impregnar las órdenes del cuarto ejército más poderoso del mundo, el del Estado de Israel, cuando conduce a la muerte sin misericordia a miles de niños, mujeres y ancianos, en la atormentada franja de Gaza. Netanyahu parece querer hacer suya la consigna de la organización derechista Katch: “Hay que ahogar a los palestinos en el Mar Muerto que es el punto más bajo del planeta”.

“Ha llegado el momento de los monstruos” decía en Quaderni del carcere, el notable Antonio Gramsci refiriéndose a los nuevos tiempos de la humanidad. Pensamiento que bien cuadra con el horror desatado en Gaza por un gobierno que traiciona las mejores tradiciones hebreas, de paz, solidaridad, justicia y compasión que durante siglos ha dado suficientes pruebas el perseguido pueblo judío.

Me duele escribir este artículo. Tengo muchos amigos judíos. La mayoría son de izquierda pero otros no lo son y en todos encontré inteligencia, solidaridad, humanismo, amor a la vida. Hoy no encuentran palabras para justificar lo injustificable. Algunos de ellos son más implacables que yo para condenar este genocidio. Desde la década del sesenta cuando accedí al tema, defendí el derecho a la existencia del Estado de Israel. Siendo admirador de Gamal Abdel Nasser por la dignidad de su enfrentamiento contra la monarquía egipcia y contra las dos naciones más poderosas de Europa, Inglaterra y Francia, a las que derrotó con valentía e integridad, al igual que lo hizo Juan Manuel de Rosas en la Vuelta de Obligado, en otras épocas de soberanías sin doblez, me opuse sin titubear a la coalición árabe que él lideró para arrojar a los judíos al mar.

Fue un error histórico que Nasser pagó muy caro.

A partir de esa insensatez, mi admiración por el héroe de Alejandría, fundador del Partido Unión Árabe Socialista y nacionalizador del Canal de Suez, comenzó a languidecer. Mi defensa de la existencia del Estado de Israel no abrevó en el mito de un señor al que nadie vio, que según Abraham le dijo que Palestina era la tierra prometida para los judíos, legitimando así la masacre de los cananeos, tampoco abrevó en el autoritarismo de la pérfida Albión, repartiendo por la fuerza un territorio sin consultar o proteger a pobladores que vivían en esas tierras durante siglos.

Mi defensa del nuevo Estado se basó siempre en el derecho moral que cientos de miles de judíos perseguidos y en diáspora de pueblo errante, ostentaban para vivir pacíficamente en una tierra inhóspita, poco poblada, en la que vivieron generaciones enteras de sus antepasados tras ser expulsados por egipcios, babilonios, romanos, otomanos y tantos otros exponentes del derecho de los fuertes. La inteligencia y el tesón hebreo y la convivencia pacífica entre los dos pueblos semitas transformarían el páramo en vergel. Nadie imaginó la guerra que desataron apenas pisar “tierra santa” para desalojar a sus primitivos habitantes, transformando el páramo pacífico en un vergel infernal.

¿En qué se transformó el ADN judío de la paz?

La administración Netanyahu y sus seguidores tienen infectada el alma con el virus incurable del nacionalismo, el expansionismo, que culmina en el hubris griego, que será su perdición.

El mismo virus que se desencadenó contra ellos y que hoy es reproducido en el Estado hebreo mimetizándose en una enorme nube tóxica que se introduce en todos los pliegues de la “tierra prometida” conduciéndola a la distopía, negándole el maná del utopos, el lugar que no existe.

Ya se los advirtió el padre judío de la teoría de la relatividad, Albert Einstein: “El nacionalismo es una enfermedad infantil, el sarampión de la humanidad”.

¿En qué se convirtió el ADN judío de la paz, el ADN de la libertad buscada durante siglos? La libertad no puede ser fecunda para los pueblos que tienen la frente manchada de sangre, decía Martí con razón cuando ofrendaba al mismo tiempo su vida por la libertad del pueblo cubano.

El Likud y sus aliados afirman poseer la solución final para terminar con los misiles de Hamás, que de mil lanzados llegan solo un 15% y con pólvora seca y de casualidad han terminado con la vida de un israelí aislado. También creen que con esta hecatombe terminarán con Hamás y sus incursiones sorpresivas, sin darse cuenta de las lecciones de la historia, que enseña que eliminando seres humanos y no las causas del enfrentamiento, solo generará más Hamás y más odio. Quieren salvar la situación y terminan actuando más como pirómanos que como bomberos. Con sus métodos de extermino han convertido a Israel en un sudario en el que creen envolver el cadáver de Hamás todos los días. Y lo único que han logrado es mantenerlo vivo ante el pueblo palestino, con el oxígeno del odio que ellos mismos le proporcionan. Sin el Likud, Hamás quizás no existiría.

Y sin Hamás, al Likud se le terminaría su discurso belicista y tendría que dejar paso a las fuerzas más racionales de su nación, que hoy claman por la destitución de Netanyahu, quien solo se mantiene con la excusa de la guerra. Se asemeja a Cayo Mario, aquel gran político y estratega militar romano, Cayo Mario, enfrentado a los optimates, que le decía al Senado que “con el ruido de la guerra no oigo el de las leyes”.

El Estado de Israel se está alejando a pasos agigantados del homo sapiens que supo construir y está ingresando en la tierra del homo demens, de la que no se sale indemne ante la historia.

“Lo más atroz de las cosas malas, es el silencio de la gente buena”

Y lo más grave de esta estulticia internacional es que germina con fuerza ante la debilidad moral de Naciones enteras, instituciones, magistrados y mucha gente que tolera la ignominia.

Penetran muy hondo en mi conciencia las palabras de Gandhi, que con la sola fuerza de la no violencia puso de rodillas al imperio británico: “lo más atroz de las cosas malas de la gente mala es el silencio de la gente buena”.

Ha llegado la hora de desperezarse. Europa mira horrorizada la matanza pero no hace nada para detenerla, mientras la ONU condena vanamente un día sí y otro también a Israel, que se ha convertido en el Estado que más sanciones ha recibido del organismo mundial desde que éste fuera fundado en 1948. En estas semanas el orden del día del planeta Tierra, está ocupado por la jihad israelita.

Y solo hay una salida: dos pueblos, dos naciones, dos Estados.

Netanyahu ya declaró que no aceptará su existencia. Y el presidente Herzog, que años atrás decía que la única solución era la existencia de dos Estados, también se echó atrás ante la expectativa de la ocupación total de Gasza. Antes eran los palestinos los que no aceptaban que existiera el Estado de Israel, ahora son los hebreos los que les niegan ese derecho a los palestinos, derecho legítimo impulsado por todos los países del mundo.

Israel no la aceptó ya en 1948 cuando las bandas nacionalistas se dedicaban a matar a los descendientes de los cananeos que habitaban desde hacía siglos esas tierras, que el Protectorado británico les cedió con condiciones que incumplieron y que los llevó incluso a enfrentar a mano armada a sus donantes. Y si no que lo diga el Conde sueco Folke Bernadotte y su ayudante el coronel de la fuerza aérea francesa, André Serot, mediadores de las Naciones Unidas, asesinados a tiros en Jerusalem por un comando sionista de la organización terrorista Irgun, y pistoleros de la banda Stern, famosa por sus crímenes punitivos contra los pastores árabes, autora de la masacre de la aldea Deir Yassin, donde fueron fusilados sumariamente en una cantera de piedra, 50 niños y mujeres y 150 aldeanos palestinos.

Bernardotte, un aliado de los judíos en la Segunda Guerra Mundial, antinazi militante, pagó con su vida, la redacción de su informe a la ONU denunciando la destrucción sistemática en 1948 de las aldeas árabes y la transformación por la fuerza de sus 750 mil habitantes en parias y refugiados. También violaron las fronteras pactadas con sus propios protectores.

Basta con ver el mapa de 1948 y el actual para percibir la desigualdad territorial entre los semitas árabes y los semitas hebreos. Y por si esto fuera poco la colonización forzada israelita sigue implacable tragándose lo poco que les va quedando a los descendientes de Canaan, incluso obligados a vivir con su territorio partido en dos.

Gadolhashalom, hermanos, gadolhashalom

Israel con su fulminante blitzkrieg, maquillando su deseo oculto de lebensraun, el maldito espacio vital que tantos males ha ocasionado a la humanidad, lo que obtiene es precisamente debilitar a la moderada Autoridad Palestina, fortalecer a la implacable Hamás.

Mientras tanto, desde estas tierras no podemos quedarnos de brazos cruzados, como meros espectadores de una matanza al estilo medieval.

Una Comisión de Notables, que levante la bandera de Elie Wiesel, sobreviviente de Auschwitz donde toda su familia fue asesinada. Elie Wiesel recibió el Premio Nobel de la Paz y transformó su grito de “Gadolhashalom” (Grande es la Paz) en la expresión más importante de la lengua hebrea.

Nada se pierde en intentarlo. Gadolhashalom, hermanos hebreos y palestinos. Gadolhashalom.

El homo sapiens no puede dejar crecer al homo demens.

21
Feb
24

PÉRDIDA de SALARIO durante 4 años en el gobierno de Lacalle Pou . . .

20
Feb
24

Cómo DESTRUIR a Argentina hasta final …

Javier Milei: los primeros 50 días

OTHER NEWS (Por Tony Phillips* – Project Allende) 

En algunos países existe la tradición de pasar revista a un nuevo líder tras sus primeros 100 días en el poder. 100 días es un numero cualquiera, pero redondo, y también ha sido usado en la Argentina para escribir artículos pre-fabricados de opinión (a principios de mayo 2024 seguramente saldrían) sin comparar con las promesas pre-electorales (ya olvidadas hace un rato) y sin molestarse demasiado en hacer comparaciones con la actualidad pos-electoral.

Con el Presidente Javier Milei (Javi) las cosas se mueven más rápidamente con pequeñas explosiones de energía demencial. El pequeño líder argentino mesiánico suele pasar por encima de las deseos y derechos y necesidades, de los otros 45 millones de argentinos (o por lo menos encima a los 57% de ellos) con sus medidas doctrinales económicas gravemente perjudiciales. Esto no es un artículo de opinión, Javi ha sido más que consistente con sus promesas hechos en su campana electoral (aunque locas) para la economía. Aquí se trata de los primeros 50 días de Javi y sus resultados.

¡Podría ser Peor!

A mediados de febrero de 2024, siete semanas después del inicio del mandato del presidente Milei, el 57% de la población argentina (unos 22 millones de almas) viven por debajo del umbral de la pobreza y diez pesos argentinos valían aproximadamente un céntimo de un dólar estadounidense. Ahora cuesta entre 880 y 1400 pesos comprar un dólar. La moneda no está en caída libre, Javi y su equipo la han hundido. Incluso después de la devaluación del 120%, el peso argentino sigue siendo empujada a la baja (lentamente por el momento) a través de una devaluación progresiva del 2% al mes frente al todopoderoso dólar. Parece inevitable otra mega-devaluación, sobre todo porque la última no funcionó y porque a los exportadores argentinos extractivistas (los que exportan en dólares y pagan salarios en pesos) les encanta una buena mega-devaluación. Entonces, ¿por qué no dos?

Milei muestra un evidente desprecio por el peso, y por el Banco Central argentino que lo emite, eso significa que no hay salvación posible para la moneda nacional. Sus seguidores, ahora un porcentaje menguante en las encuestas, rezan para que la dolarización de la economía pueda frenar la inflación. La devaluación y la eliminación de los controles de precios han elevado esa inflación mucho desde que Javi llegó al poder, disparándose en los últimos meses (a 25% y 20% inflación POR MES). A este ritmo Javi puede comprimir la economía hacia un salario mínimo de menos de un dólar por una hora de trabajo. Mucha gente con trabajos decentes, incluso en la capital, gana ahora menos que eso. El salario mínimo legal es inferior a 150 dólares, menos que la mitad del sueldo mínimo legal en China. Además compra mucho menos un dólar en la argentina que en la china.

El equipo de Javi ofreció al pueblo argentino sólo una gran garantía, si es que es pueda llamar así. Javi ha dicho que no habrá más mega-devaluaciones (sin que se eliminase los controles de divisas). ¡Vaya, gracias! Lo que esto significa para los trabajadores argentinos es que otra mega-devaluación significará que ellos podrán ir de compras a Chile o Bolivia con pesos que valen casi nada. Una semana barata en Santiago de Chile podría costar dos millones de pesos sin salir a cenar pero incluido el autobús desde Mendoza y eso será el salario de tres meses para cualquiera que todavía tenga trabajo. Javi no ha garantizado que sus devaluados pesos estarán disponibles a un tipo de cambio «oficial» incluso entonces, pero está empezando a insinuarlo con esa desagradable sonrisita suya. La población tiene pocas esperanzas de que la moneda se estabilice o se recupere. Eso iría en contra de la doctrina anti-intervencionista de Javi y sería malo para las exportaciones. Lo único que le importa es el equilibrio presupuestario y está dispuesto a destruir a las clases bajas para conseguirlo.

Los pocos que todavía ganan dinero en el sector de la exportación probablemente encontrarán más barato sus vidas al trasladarse a sus departamentos de inversión en Florida. Javi también tiene un pequeño pied-a-terre allí, podrá pasarse a tomar el té con Bolsonaro si para entonces no están los dos en la cárcel.

Un Futuro Promisorio

Javi, sin embargo, no quiso pintar un cuadro color de rosa de su nueva economía, sino que señaló que la Argentina todavía necesitaba uno o dos meses (anuncio a mediados de febrero) antes de «tocar fondo» para luego «despegar como un cohete». Ese cohete económico va a tener muchos ceros en la cola, igual que la moneda. Para el otoño, de la forma en que la moneda está siendo aplastada por los secuaces de Macri, un sándwich en Buenos Aires costará 50.000 pesos o unas cinco horas del salario mínimo de los chicos que trabajan haciéndolos.

El equipo económico de Javi esta reciclado por Mauricio Macri, algunos de su propio equipo fracasado mientras estaba en el cargo y otros heredados del desastroso presidente payaso Carlos Saúl Menem. Ellos han ejecutado brutales ajustes económicos sin mostrar piedad, ni siquiera para los comedores de alimentos que mantienen a los niños y a los más pobres de morir de hambre en los barrios pobres de la ciudad. De hecho, en lugar de auditar los bancos, el nuevo gobierno de Javi decidió auditar los comedores sociales. Como era de esperar, la auditoría fue crítica al descubrir que el aceite de cocina se había pedido por su nombre, una marca barata por cierto, lo que significaba que algunos de sus compañeros en la industria de distribución de alimentos no podían competir por los contratos del gobierno con las marcas que vendían ellos. Uno tiene que cuestionar a un auditor que se queja de que las cocinas de alimentos piden marcas baratas. Uno sospecha que la salud de los niños alimentados allí no era la preocupación de los contadores de Javi.

Toto Caputo (sí, que suena como un jefe de la mafia del Mago de Oz, pero no, es el apodo del Ministro de Economía de Argentina) ha devaluado la moneda, luego eliminó los controles de precios y ahora está reduciendo los subsidios a la energía (400% de aumento de electricidad sólo en febrero de 2024). Esto también disparará aún más la inflación, pero Javi apuesta a que esta profunda depresión acabará con la subida de precios sobre los cadáveres de los pobres. En su campaña atacó al gobierno anterior por la inflación que había promediado alrededor del 100% anual. Luego Javi tomó el poder y ya se ha disparado a 850% anual en febrero habiendo bajado de 1000% en enero (el primer mes de Javi en el poder).

Javi declaró su libertad libertaria al no subir el salario mínimo ni siquiera en pesos cada vez más devaluados. «¿No es un tema que tienen que tratar los trabajadores con sus empleadores? No creo que un político pueda determinar un precio por la fuerza [la Constitución dice que puede hacerlo si no hay acuerdo en el Congreso]. Ni se me ocurriría». El dogma del liberalismo es que el Estado tiene que eliminar a los sindicatos (colectivistas en terminología paleo-libertaria) de cualquier discusión sobre salarios. Esto tiene que ver con el dogma de que el contrato privado es sacrosanto. Los libertarios también creen en una equilibrio ‘natural’ en el poder incluso entre una corporación multinacional o el propio Estado con todos y cada uno de los empleados. En la práctica esto significa que ver cualquier negociación colectiva es injusto para las corporaciones porque significa que los pobres se confabulan contra los ricos, una idea absurda que pone las oficinas corporativas de McDonald’s en riesgo por un joven de 17 años volteando una hamburguesa, ideas que sólo podrían emanar de un culto económico tan radical. Estas políticas ya habían empezado a destruir sectores enteros de los pobres y de las clases medias con beneficios masivos para otros. Incluso los precios de alimentos básicos como el azúcar o la harina (y servicios como la sanidad o el billete de autobús) son ahora libres de subir de forma descontrolada. Sin embargo, las importaciones siguen estando restringidas, por lo que los precios locales superan con creces a los de los países vecinos, lo que conduce a la pobreza extrema. El azúcar, por ejemplo fabricada en Argentina por empresas locales (como Ledesma) que pagan salarios en pesos devaluados puede costar ahora dos o tres veces más que lo que pagan los vecinos Brasileiros (donde los salarios son considerablemente más altos).

La economía no está en caída libre, está siendo asfixiada por el liberalismo. Buen intento Javi, pero no estoy seguro de que la nominación al premio nobel de economía de De Soto te llegue.

*Tony Phillips es un investigador y periodista irlandés, especialista en el comercio y las finanzas multinacionales con énfasis en las dictaduras y la OMC, y es un traductor y analista para el Programa de las Américas en http://www.ircamericas.org. Mucha de la obra de Tony se encuentra publicada en http://projectallende.org
19
Feb
24

PLAGAS, son PLAGAS !! . . .

GOBERNANDO PARA LOS MALLA ORO

Las diez peores plagas del patógeno multicolor

El oficialismo fue funcional, durante estos cuatro años, a los intereses de clase de la elite social y económica y a los propietarios de los medios de producción.

Caras y Caretas Diario
escribe: Hugo Acevedo

“El objetivo es redondear la gestión en el año que queda de gobierno”, proclamó el ministro de Defensa Nacional, Javier García, a la salida de la reunión de evaluación de gestión que mantuvo el presidente de la República, Luis Lacalle Pou, con su gabinete ministerial.

Cuando alguien anuncia que se propone redondear una tarea, esa reflexión sugiere el cumplimiento de una serie de objetivos que, en este caso, se refieren a las promesas electorales del oficialismo, la mayoría de las cuales, en el quinto año de esta administración, no se han cumplido, sino todo lo contrario.

El secretario de Estado, quien ofició como vocero del encuentro, consideró que “hay una evaluación positiva del camino recorrido”, elogiando los supuestos logros de Poder Ejecutivo en referencia, por ejemplo, a la recuperación del empleo –que es meramente estadística y que se apoyó únicamente en la precarización y en los bajos salarios–, lo cual configura una grosera transferencia de riquezas de la clase trabajadora al empresariado.

También aludió al presunto “crecimiento del salario real”. En realidad, lo que hubo –en la mayoría de las ramas de actividad– es apenas una recuperación del poder de compra perdido con respecto a 2019, lo cual se concretó recién a fines de 2023. En ese contexto, sólo algunos sectores tendrán un crecimiento real, que no superará el 1 % o el 2 %. ¿Pueden exhibirse estos magros resultados como logros?

 

García afirmó que estos supuestos avances no deben ser motivo de “camiseteo”, como si las presuntas mejoras –en un panorama signado por el retroceso– puedan ser visualizadas con una visión triunfalista y autocomplaciente. “Hay satisfacción porque todos los uruguayos pudimos progresar”, enfatizó.

 

¿A qué “todos” se refiere el ministro de Defensa? Seguramente, ese “todos” son los denominados “malla oro” –que acumularon más riquezas que nunca– y no la mayoría de los uruguayos. En efecto, el oficialismo fue funcional, durante estos cuatro años, a los intereses de clase de la elite social y económica y a los propietarios de los medios de producción.

 

Por supuesto, para justificar el estrepitoso fracaso de la coalición republicana o multicolor, aludió a las “siete plagas” de Egipto que debió afrontar el gobierno, aunque mencionó apenas cuatro: la pandemia, la guerra de Ucrania, la sequía y la diferencia cambiaria con Argentina.

 

Obviamente, este discurso, que parte directamente desde la Torre Ejecutiva y es recurrentemente recreado también por el precandidato lacallista Álvaro Delgado para instar al electorado a “reelegir a este gobierno”, es naturalmente apócrifo.

 

La primera conclusión, que es una lectura bíblica, es que las plagas de Egipto que el profeta judío Moisés le anunció al faraón Ramsés II, no eran siete sino diez: conversión del agua en sangre; plaga de ranas; plaga de mosquitos (piojos o pulgas); plaga de tábanos (moscas); peste del ganado; úlceras; granizo ígneo y plaga de langostas; tinieblas y muerte de los primogénitos. Estas calamidades no cesaron hasta que el rey egipcio liberó al pueblo de Israel y le permitió viajar rumbo a la tierra prometida y reencontrarse con su destino.

 

Sin embargo, este gobierno, más allá de las dificultades mencionadas, que fueron reales aunque no bien atendidas para evitar el fuerte impacto social que sacudió a todos los uruguayos, tiene su propio catálogo de calamidades, algunas de ellas no vinculadas a factores coyunturales.

 

La primera de ellas es la congelación salarial, ya que luego de casi tres años de constante pérdida del poder adquisitivo, la clase trabajadora contempla una moderada recuperación, que sitúa los ingresos en el mismo nivel que hace cuatro años y solo en algunos casos –que son excepciones– apenas uno o dos puntos por encima del poder de compra de 2019. Hoy el salario mínimo nacional está situado en los 22.268 pesos, lo cual equivale apenas al arrendamiento de una vivienda modesta. Es decir, no alcanza para financiar la manutención de un hogar, que incluye alimentación, luz, agua, artículos de higiene personal y una carga de celular, entre otros gastos fijos. Incluso, más de 500.000 trabajadores perciben menos de 25.000 pesos, a lo cual se suman los empleados informales, cuyo porcentaje es del 22 %.

 

En tanto, la segunda peste es la congelación de jubilaciones que, al igual que los salarios, tuvieron casi tres años de pérdida y recién ahora lograron alcanzar el poder de compra de hace cuatro años. Actualmente, la jubilación mínima está en 18.770 pesos, monto percibido por 160.00 pasivos. Seguramente, estas personas, que por su edad tienen un cuantioso gasto en salud, deben vivir con otros familiares o bien internarse en el asilo Piñeyro del Campo para sobrevivir.

 

La tercera plaga de este gobierno, que no invirtió lo suficiente en políticas sociales para afrontar la pandemia, es el incremento de la pobreza, particularmente la infantil, que ronda el 20 %. Los uruguayos pobres suman más de 350.000, lo cual equivale a casi el 10 % de la población, un punto más que en 2019.

 

La cuarta plaga, que está ligada a la anterior, es el sostenido incremento de personas en situación de calle, que crecieron un 50 % con respecto a 2019. Más allá de meras estadísticas, basta observar la multitud de uruguayos que viven cotidianamente a la intemperie para evaluar la severidad de la indigencia. Obviamente, no todos son consumidores de pasta base o enfermos psiquiátricos como proclama el Gobierno para justificarse. Son pobres que no tienen donde vivir y se alimentan todos los días en los comedores estatales. Incluso, muchas de las personas que concurren a esos servicios tienen ingresos, aunque, por su irrisorio monto, no pueden adquirir los alimentos.

 

La cuarta plaga es la precarización laboral, que tiene cuatro componentes: la situación de los trabajadores subempleados, las malas condiciones de trabajo, la informalidad y los bajos salarios. Es decir, la mayoría de los puestos de empleo que fueron creados son de bajísima calidad.

 

La quinta plaga son los derechos conculcados por la LUC, que han afectado sustantivamente la libertad sindical y la represión contra los obreros que ocupan sus lugares de trabajo para enfrentar los abusos patronales.

 

En tanto, la sexta plaga, que es una de las más severas, son los ataques y los aprietes contra la Fiscalía, a los efectos de interferir en la autonomía de dicho organismo y así amparar los casos de corrupción del gobierno que tienen causa penal abierta.

 

Naturalmente, la séptima plaga es el récord de homicidios, que a partir de 2022 han superado largamente a los asesinatos registrados en el mismo período del gobierno anterior.

 

Por supuesto, la octava plaga es el récord de suicidios que se ha registrado a partir de 2021, por la falta de prevención y políticas coordinadas de salud mental. Las autoeliminaciones han crecido sustantivamente entre el personal policial.

 

La novena plaga es la discrecionalidad para crear cargos de particular confianza con abultados salarios, el rampante clientelismo político y el ingreso de militantes de la coalición derechista al Estado, por designación directa.

 

La última y más grave de las plagas es la corrupción, que incluye el caso del ex custodio presidencial Alejandro Astesiano, el ilegal otorgamiento de un pasaporte a un narco, la destrucción de documentación para ocultar pruebas a la Fiscalía, el operativo para identificar a las víctimas del pedófilo exsenador blanco Gustavo Penadés, las licitaciones truchas o digitadas, las exoneraciones tributarias a familiares de referentes del gobierno y los beneficios a empresarios donantes de la campaña del presidente, entre otras tantas chanchadas.

 




febrero 2024
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