Archivo de abril 2021

30
Abr
21

Latifundistas contentos . . .

UNSOLOURUGUAY/AUTOCONVOCADOS BUSCABA ÉSTA SITUACIÓN, HOY; APLAUDEN EN SILENCIO, SIN MARCHAS Y SIN CORTES DE RUTAS

Día del trabajador rural: Los salarios rurales pagan los costos; ganancia para pocos

escribe: economista Daniel Olesker 
Un Solo Uruguay: "Vamos a insistir hasta que tomen en cuenta que vamos por  mal camino" - Información - 14/03/2018 - EL PAÍS Uruguay

Desde el 6 de noviembre de 2012, por la ley 19.000, en Uruguay se conmemora el día del Trabajador Rural. Me tocó ser parte del Gabinete que tomó aquella decisión y participar en las dos primeras celebraciones en 2013 y en especial aquella de 2014 en la Rural.

Pero las mejoras de los salarios y las condiciones de trabajo de los asalariados rurales, más de 100 mil en Uruguay, no fue solamente un día de conmemoración.

Desde la reinstalación de los Consejos de Salarios en los gobiernos del Frente Amplio, los trabajadores rurales volvieron a tener mecanismos colectivos de determinación de sus salarios.

En ese marco en 2008 se redefinieron sus categorías, valorando el trabajo rural y adaptándola a su realidad.

En el mismo 2008 se aprobó la ley 18.441 sobre la jornada de trabajo

En su artículo 1 dice que la duración máxima de la jornada laboral de todo trabajador rural será de ocho horas diarias.

En su artículo 3 dice que el descanso intermedio, en caso de jornada de trabajo continua, será como mínimo de media hora, la que deberá remunerarse como trabajo efectivo y el descanso entre jornada y jornada no podrá ser inferior a doce horas continuas.

LOS SALARIOS REALES DE 2006 A 2019

Y sin duda lo más relevante fue el aumento de los salarios.

El gráfico siguiente nos muestra la evolución de los salarios desde 2006 con un punto intermedio en 2011 y luego en enero de 2020, incluyendo que analizaremos más adelante los 13 meses de este gobierno.

 

En todas las categorías seleccionadas el aumento del salario real, es decir el poder de compra del salario, aumentó en un orden de 100%, es decir, al doble de lo que valía en enero de 2006.

Es claro que es el resultado de los consejos de salarios, de la política salarial pública (donde el salario rural aumentó más que el salario real promedio que fue del orden del 60%) y de la movilización y organización de los sindicatos rurales.

Más salario, más derechos, más organización es el resumen del trabajo rural en esos 15 años.

EL SALARIO RURAL EN EL ACTUAL GOBIERNO

Como se ve en el gráfico todos los salarios analizados tienen en abril de 2021 menos poder de compra que en enero de 2020. La pérdida es del orden del 5%.

Hay que recordar además que parte del aumento de salario nominal (el de julio) fue el correctivo del orden de casi 4% producto del convenio anterior firmado en el gobierno del Frente Amplio. Como resultado de la política salarial de este gobierno los aumentos fueron 0 en julio y 3% en enero o en abril según el caso.

Eso significa menos consumo para la familia de trabajadores rurales.

Por ejemplo para el trabajador del tambo, si comprara todo su salario en arroz (es claro que es una cuestión metodológica para medir la caída de su poder de compra) antes compraba 585 kilos, ahora compraría 532; si fuera en fideos antes compraría 442, ahora 424 y si diera en litros de leche entera antes compraría 820 litros, ahora 770.

Y la situación no es previsible que mejore pues el correctivo de julio se estima va a ser 0 y la recuperación de lo perdido arranca recién en enero de 2022.

Hay que agregar además que para los sectores rurales de menores ingresos la situación fue muy mala en 2020. A la caída de los salarios hay que agregar el aumento de la pobreza rural.

Según los datos del INE, la pobreza rural pasó de 2,2 a 3,9% de personas, aumentando un 77%, mientras la pobreza en general aumentó 32%.

CUÁLES FUERON LAS RAZONES DE ESTE RETROCESO.

No parece haber argumento que justifiquen tamaña reducción del salario real de los rurales.

En el período de los 13 meses de este gobierno el dólar aumentó por encima de los precios y los costos internos. Desde febrero de 2020, antes de asumir el actual gobierno, hasta hoy el dólar aumento 16,%, la inflación fue de 9,8% y los salarios, como mostré, por debajo de la inflación.

Otro dato son las exportaciones. Crecieron en el primer trimestre de 2021, un 19% por encima del primer trimestre de 2020, medidas en dólares, creciendo en volumen y en precio en prácticamente todos los rubros. Y según las estimaciones crecerán en el segundo trimestre de 2021.

Por lo tanto no hay ninguna razón económica para que los salarios reales del sector rural caigan.

Seguramente es una opción de la política económica.

Más ganancia para el capital, menos ingresos para los trabajadores.

29
Abr
21

Irán . . .

NECESITO MI ENEMIGO:

Irak: la cruzada desesperada del complejo militar-industrial estadounidense

 

escribe: Danny Sjursen  

 

Artículo publicado por Consortium News -Traducido por los lectores del sitio Les Crises.

Danny Sjursen argumenta que la muerte de los otrora invisibles contratistas de guerra iraquíes podría llevar a los Estados Unidos a una nueva fase de una guerra desesperada, innecesaria y mortal.El presidente Joe Biden ha lanzado un ataque contra milicias respaldadas por Irán en Siria, aparentemente en represalia por ataques con misiles contra las fuerzas estadounidenses.Tales ataques no deberían haber tomado la Casa Blanca por sorpresa. Después de todo, es la confusa misión militar estadounidense y la presencia continua de tropas lo que crea casi todas las condiciones de la crisis actual.

El hecho de que esta píldora de verdad en particular puede ser bastante desagradable de tragar no lo hace menos cierto.Si Biden necesita pruebas, podría considerar aplicar lo que podría llamarse su propia «Regla Biden», que requiere que sus asesores eviten usar un lenguaje excesivamente académico o elitista en notas o documentos políticos. «Toma tu teléfono, llama a tu madre, létale lo que acabas de decirme», les dijo, «Si ella entiende, podemos seguir hablando entre nosotros».¿Realmente cree Joe que la mayoría de las madres, padres u otros ciudadanos estadounidenses no profesionales podrían explicar honestamente lo que las tropas estadounidenses están haciendo — hasta que pierdan la vida — en Irak, casi 18 años después de la invasión inicial de George W. Bush? ¡Olvídalo! Todos los votos piadosos de Washington para evitar el resurgimiento deEI,»construir la capacidad de nuestros socios» y el equilibrio con Irán, probablemente harán reír incluso a un tipo de la ciudad como Biden en un comercial en Scranton.Sin embargo, estos ataques bien podrían descarrilar la intención anunciada de Biden de restablecer el acuerdo nuclear de Obama con Irán, o incluso conducir a una escalada militar.

Después de todo, a principios de esta semana, la OTAN acordó aumentar el contingente de su misión de entrenamiento y asesoramiento en Irak ocho veces,y el propio Secretario de Estado Antony Blinken comenzó una revisión de la política estadounidense en Irak para incluir la respuesta del Pentágono, que podría llegar a la mesa de la Casa Blanca ya el mes próximo.Durante el mes de febrero, se llevaron a cabo tres ataques con misiles contra bases estadounidenses en Irak, dirigidos a cada una de las regiones comunales del país: Erbil en el Kurdistán semiautónomo, otro en Balad en una provincia predominantemente sunita de Salah al-Din, y finalmente la zona verde chiita de Bagdad (especialmente desde la limpieza étnica de la guerra civil de 2005-2008). Parece que las tropas estadounidenses y -volveremos pronto- los contratistas de seguridad todavía no están a salvo en Irak.

Es extraño, porque recuerdo muchas declaraciones pasadas (y prematuras) de que «el ascenso del poder funcionó, y derrotamos a EI». (sic) Bueno, la primera parte [el éxito de la operación] siempre ha sido una farsa, y aunque la segunda parte es fundamentalmente cierta -a pesar de las operaciones de limpieza que las fuerzas iraquíes y regionales invertidas pueden manejar- no es EL la que se culpa de la reciente lluvia de misiles. No, esta estatura de supervillano pertenecerá, como siempre, a Irán.Irán, el falso bogeymanLa iranofobia y el alarmismo sobre Teherán son regalos que se siguen ofreciendo a Washington, y finalmente a Lockheed y Raytheon. Pero la amenaza no tiene prácticamente ninguna base. Todo esto es sólo teatro político, un falso conjunto de reproches binarios destinados al consumo interno y el envío de señales a los compinches israelíes y a los de las monarquías del Golfo. 

El hecho es que, detrás de una tragedia así, la gente real muere.Todo comienza con esta certeza mostrada al mismo tiempo, que debería ser sospechosa, por los responsables políticos de ambos lados y por los medios de comunicación: Teherán tira de todas las cuerdas de los lanzacohetes. Tomemos a Ned Price, portavoz del liberal y cortés Departamento de Estado de Biden. Dijo después del ataque del lunes a la Zona Verde de Bagdad que Estados Unidos responsabiliza a Irán de la reciente ola de lanzamientos de misiles.Luego está el ex subsecretario de Estado para la política de Oriente Medio de Trump, David Schenker, quien estaba seguro -después del ataque inicial en Erbil- de que «al final del día, todo está relacionado con Irán: misiles, armamento, financiamiento, liderazgo vienen de Teherán».

Pero de nuevo, siempre es bueno considerar la fuente.En este caso, Schenker es ahora un investigador senior en el Instituto de Washington para la Política del Cercano Oriente – conocido por su posición decidida y sin críticas a favor de Israel, e inicialmente financiado por el Lobby Israelí – los mayores donantes de AIPAC, junto con el personal de AIPAC, y originalmente localizó un tiro de piedra de la sede de AIPAC en Washington.Luego está Douglas Silliman, ex embajador de Estados Unidos en Irak de 2016 a 2019, quien dijo después del ataque de Erbil: «No tengo ninguna duda sobre lo que hay detrás de esto. Son las milicias chiitas iraquíes respaldadas por Irán las que están detrás de esto. »Pero de nuevo, un observador inteligente debe apelar al sentido común del rapero 50 Cent, originario de Queens, y así «tomar un punto de apoyo en el «club» de Washington para preguntar: «¿Con quién estás?» (¿Con quién estás?)En el caso de Silliman, y no estamos hablando de G-Unit [un grupo de rap del que 50 Cent es miembro, NdT] sino del Instituto de Estados Árabes del Golfo, que se convirtió en su «camarilla» de servicio después de su paso por el gobierno. En realidad, es el presidente de esta maldita cosa. Tenga esto en cuenta, podría importar, dado que desde la creación del think tank en 2015, ha sido financiado en su totalidad por fuentes de los Emiratos Árabes Unidos y Arabia Saudita.

Sabes, eso es suficiente para preguntar si los financistas de Silliman, los autócratas del Golfo — encerrados como están en una guerra cuasi perpetua con Irán — podrían considerar un retorno de la inversión (juego de palabras) el hecho de que el viejo Doug pone las últimas bombas sobre Bagdad en la espalda de Teherán.Sin embargo, dejando a un lado estos conflictos de intereses en aras de la discusión, las afirmaciones de Schenker y Silliman sobre irán-omniscient parecen un poco demasiado perfectas, demasiado convenientes para los halcones de Washington.Tal vez estas armas específicas vinieron de Irán, tal vez no. Sin embargo, los de Teherán no son los únicos disponibles. Irak ha estado inundado durante mucho tiempo de armas, como todos los que ya han caminado por las calles de Bagdad, o aquellos que han asustado a algunas familias por búsquedas agresivas de sus hogares a altas horas de la noche.Además, a pesar de la propensión de ambas partes en Washington a «crear los enemigos que necesitan» [para obtener beneficios y poder, por supuesto] -haciendo enemigos que parecen a tres metros de altura y a prueba de balas-, lo cierto es que Irán no tiene la mitad de una fuerza armada, ni el claro control de los intermediarios iraquíes, como los halcones te harían creer.En el frente militar, Teherán es en su mayoría débil y totalmente incapaz de proyectar un poder real lejos.

Además, como he señalado en un análisis de las prioridades de defensa de 2019, los aliados de los estadounidenses que se oponen a Irán en la región -Turquía, Israel, Arabia Saudita, Egipto y los Emiratos Árabes Unidos,por ejemplo- gastan militarmente diez veces más que Teherán.En términos del supuesto control inquebrantable de Irán sobre las milicias iraquíes que lanzarían todos estos misiles, si eso no es una visión de la mente, la situación es ciertamente mucho más compleja y ambigua que todo esto. Incluso algunos oficiales superiores lo admiten de vez en cuando.Por ejemplo, después del ataque en Erbil, el subcomandante de la estrategia de la misión de la coalición liderada por Estados Unidos contra el EI, el mayor general del Ejército británico Kevin Copsey,especuló que el tiroteo era probablemente obra de una rama, no su núcleo, de las principales milicias generalmente vinculadas a Teherán. También señaló el concepto crucial -a menudo ignorado- de una agencia local: paramilitares y políticos asociados con ellos persiguen motivos e intereses personales cuando deciden tomar medidas violentas.Copsey lo describió de esta manera: «Tienes tus principales milicias, que puedes decir que están influenciadas por Teherán, y luego tienes estos grupos disidentes que tienen intereses personales. Son impredecibles y fuera de control.» Permítanme señalar que las palabras clave son «presumiblemente, intereses personales e impredecibles». 

Cuando se trata de rebeliones, conflictos de poder y guerras civiles, las cosas rara vez están claras, y siempre al azar.Este es el problema básico: la invasión militar estadounidense equivocada e ilegal de 2003 causó la mayor parte de la locura actual; las sanciones basadas en la «máxima presión» y los sonidos de las botas de Trump, se han vuelto en su contra de una manera predecible y demostrable; La capacidad militar ofensiva de Irán es en realidad bastante limitada y muy exagerada. Sin embargo, el único arma a su disposición, así como las milicias sobre las que Teherán puede o no tener el control, son varias variantes de misiles balísticos y de crucero.En resumen, entonces: la atribulada y sin salida misión de Estados Unidos depende del único ejército viable de Teherán, no sólo reforzando a los partidarios de línea dura en su gobierno, sino convirtiendo a nuestros soldados siempre admirados en poco más que imanes de cohetes despistados.

El contexto es importanteSi Biden fortalece la misión de combate de poder del ejército estadounidense contra Irán -bajo el pretexto de la eliminación de EI-, esta será, en mi opinión, la cuarta fase de esta guerra estadounidense de más de 30 años contra o en Irak. Llámalo «Temporada 5 de la Guerra de Irak». Pregúntele a cualquier productor de cine: las secuelas se venden bien, incluso si suelen ser artísticamente deplorables (El Padrino II aparte, por supuesto). El precio de la serie actual se pagó por la muerte de unos 2,5 millones de iraquíes -bombardeados, fusilados, hambrientos o enfermos- durante las tres décadas de la antigua escuela imperial.En enero de 2020, amigos estadounidenses del gobierno iraquí llegaron a asesinar al principal funcionario político y militar de Irán, Qasem Suleimani – en suelo iraquí, sin informar al gobierno de Bagdad – desafiando e insultando la soberanía iraquí.

Esto ha desencadenado (se pueden imaginar) una ola de furia política que aún no ha disminuido en los dos países vecinos. En respuesta, el parlamento iraquí votó a favor de pedir al gobierno que «ponga fin a cualquier presencia extranjera en suelo iraquí y evite el uso del espacio aéreo, el suelo y el agua iraquíes por cualquier razón» por parte de las tropas extranjeras.Washington ignoró inmediatamente la voluntad democrática de la democracia iraquí, que afirmó haber construido a través de su invasión de 2003, absurdamente titulada «Operación Libertad Iraquí». Puede haber (por ahora) sólo 2.500 estadounidenses uniformados en el país, pero hoy en día gran parte de lo que ha sido durante mucho tiempo preocupante para el iraquí promedio es el uso de Washington de contratistas de seguridad civil de todo tipo – y a menudo desequilibrados – para asegurar gran parte de la ocupación.

Camuflaje de mercenariosDada la historia poco glamurosa de las desventuras de mercenarios estadounidenses, los iraquíes pueden ser perdonados por su exasperación con la presencia estadounidense en su país. La ira se ha extendido en oleadas y volvió a estallar el mes pasado cuando el querido Donald indultó a cuatro contratistas de seguridad estadounidenses -del infame equipo de Blackwater- por su papel en la masacre de 17 civiles iraquíes alrededor de la plaza Nisour de Bagdad en 2007.Yo estaba en la ciudad para este espectáculo de enfermos, y nosotros, en uniforme, sin duda sentimos algunas de las reacciones comprensibles. Está claro que los responsables políticos estadounidenses no son exactamente conocidos por su previsión. Sin embargo, no parece tan escandaloso como el Secretario de Estado Blinken afirmó que algunos iraquíes podrían lanzar algunos misiles contra algunas bases extranjeras -y muchos de sus compatriotas consideran esto una resistencia legítima-, mientras que los «amigos» de Washington de su propio gobierno acaban de permitir que cuatro asesinos de niños iraquíes se salga con la suya. No lo sé, llámame loco.En cualquier caso, todo esto plantea la cuestión no tan menor del oscuro mecanismo de los contratos de seguridad de Estados Unidos en Iraq, una externalización de la ocupación tan antigua como la propia aventura. 

El proceso de privatización del combate y la logística es omnipresente cuando contamos a las víctimas de estos ataques con cohetes. En los últimos años, la mayoría de los muertos y heridos han sido en su mayoría subcontratistas. Por ejemplo, el ataque del sábado por la noche en la base aérea de Balad habría herido a un sudafricano – lo sé, es un poco obvio para el juego mercenario – un empleado de la compañía de defensa estadounidense Sallyport.Esta filial de Caliburn International LLC – que tiene nada menos que cinco generales y almirantes retirados en su consejo de administración, incluyendo el ex jefe de gabinete de la Casa Blanca de Trump John Kellyy el ex director de la CIA de la era Bush Michael Hayden – había sido contratada para proporcionar servicios básicos en apoyo del programa de combate F-16 de Irak.Caliburn es quizás más conocida por otra de sus subsidiarias que opera las instalaciones más grandes de Estados Unidos para niños migrantes no acompañados. Sin embargo, en 2018, el gobierno de Estados Unidos ha pagado a Sallyport más de 1.000 millones de dólares desde 2014 para proporcionar seguridad, emergencias médicas y varios entrenamientos en la base aérea de Balad.

Allí, Sallyport se vio envuelta en escándalos pasados. En 2019, un informe diario de Beast dijo que el Departamento de Justicia estaba investigando el supuesto papel previo de la compañía en la puente entre funcionarios del gobierno iraquí a cambio de contratos que costaban miles de millones a los contribuyentes estadounidenses. La encuesta del diario Beast de 2017 también reveló que una camarilla de guardias blancos de seguridad sudafricanos -la misma nacionalidad del empleado que supuestamente resultó herido en el reciente ataque con cohetes- había promovido el apartheid y abusado de miembros de las minorías de Sallyport (así como, aparentemente, perros locales de la base).

Por cierto, la ironía de Washington, en medio de disturbios raciales recurrentes en su país, que contrata a miles de ex soldados del apartheid para gestionar sus conflictos en Oriente Medio y el norte de África, desafía totalmente la imaginación.Por lo tanto, por supuesto, hay vínculos esenciales -aunque rara vez reportados- entre estos subcontratistas y los recientes ataques con cohetes. Sin embargo, al ampliar la distancia focal que enmascara -y subyace- a toda la empresa estadounidense en Irak y el Gran Oriente Medio. Descubrimos una locura mercenaria mucho más importante. Y a menos que Joe el-status-quo y un congreso ampliamente comprado y vendido (por contribuciones de la industria militar a las campañas electorales) aborden a este enemigo invisible, entonces jugar al margen con uniformes y botas en el suelo no cambiará nada, mediblemente, al fiasco de la aventura regional de dos décadas en Estados Unidos.Oh, y hablando de esos maestros del complejo militar-industrial que financian a los representantes del Congreso con el poder de poner fin a esta cruzada desesperada, recuerden que los F-16 que Sallyport obtuvo para la Fuerza Aérea Iraquí son producidos por Lockheed Martin. En las elecciones de mitad de período de 2018 en 2018, Lockheed otorgó $2,865,014 en precios de sangre a los del Capitolio.Pero eso no es todo. Consideremos el tamaño de la industria de subcontratistas estadounidenses, apoyando cifras: En 2019, el Pentágono gastó 370.000 millones de dólares en contratos, es decir, más de la mitad de su gasto discrecional total. Según los propios cálculos del Departamento de Defensa -en el primer trimestre del año fiscal 21- esto se traduce en 38.164 empleados contratistas que apoyan las operaciones del Pentágono solo en el área de responsabilidad del Comando Central de Estados Unidos (CENTCOM), principalmente de Egipto a Afganistán.

Esto incluye a 4.677 personas en el sub-teatro Irak-Siria, incluidos 2.300 ciudadanos estadounidenses. En otras palabras, el número de subcontratistas es ahora el doble que el militar estadounidense en la ESFERA de CENTCOM.Hay un propósito, y un costo, para todo esto. Según su informe de junio de 2020, la «economía de camuflaje» de los contratos, como lo llama Heidi Peltier, del proyecto Cost of War de la Universidad brown, ha sido utilizada por el gobierno estadounidense para ocultar los costos del dinero, los asesinatos y la sangre estadounidenses de sus interminables y tortuosas misiones militares. La prueba es la mortalidad: desde 2001, unos 8.000 subcontratistas estadounidenses han muerto en aventuras estadounidenses en Oriente Medio, más de las 7.056 muertes de soldados uniformados registradas oficialmente por el Pentágono.El hecho de que poca gente sepa esto revela su utilidad política duradera. Una búsqueda de Google de un minuto proporciona estadísticas precisas de unidad a unidad sobre las muertes en el ejército estadounidense, pero no me gustaría que mi peor enemigo tuviera que buscar información sobre las muertes de subcontratistas en los archivos del Departamento de Trabajo.

Créeme, es una caída en un agujero negro, lo suficientemente alucinante como para hacer sonreír a Kafka. Y, tal como están las cosas, nuevas muertes de estos proveedores que alguna vez fueron invisibles podrían eventualmente llevar a los Estados Unidos a una nueva fase de guerra innecesaria y desesperada en Irak. Eso valdría la pena el premio tragicómico de política exterior estadounidense para 2021.Mira, me gusta contextualizar y matizar, como todos los demás, pero a veces la simplicidad de la ley de Sutton —un mantra médico de que cuando haces un diagnóstico, primero tienes que asegurarte de que sea compatible con lo obvio— es la mejor receta política. Este dictado se deriva de la vida real del famoso héroe criminal popular Willie Sutton, quien, cuando se le preguntó por qué estaba robando bancos, respondió – tal vez apócrifamente – «Porque ahí es donde está el dinero!». Es una historia divertida, el tipo de historia que a Biden seguramente le gustará.

Y, en cierto sentido, traza el caos de hoy. Pregúntele a un ayatolá o a un miliciano local por qué iría tras las bases estadounidenses en Irak. Un pequeño inteligente podría responder correctamente: «¡Porque ahí es donde están los americanos!»

En otras palabras… porque estamos aquí.

Danny Sjursen es un oficial retirado del Ejército de los EE. UU. y antiwar.com. Su trabajo ha sido publicado en el LA Times, The Nation, Huff Post, The Hill, Salon, Truthdig, Tom Dispatch, entre otras publicaciones. Sirvió en unidades de reconocimiento en Irak y Afganistán y luego enseñó historia en West Point, su alma mater. Es autor de un libro de memorias y análisis crítico de la guerra de Irak, Ghostriders of Baghdad: Soldiers, Civilians, and the Myth of the Surge. Su último libro es Patriotic Dissent: America in the Age of Endless War. Síguelo en Twitter en @SkepticalVet. Consulte su sitio web profesional para obtener información sobre contactos, programación de sus discursos y/o acceso a todos sus escritos y apariciones en los medios de comunicación.
28
Abr
21

uruguay y el covid . . .

 

Hay soluciones para superar la crisis actual de covid-19 en Uruguay

Éxitos y fracasos a nivel internacional dan suficiente evidencia empírica que nos indica cuál es el camino para salir de esta situación

 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 

 

 

 

escribe: Ramón Méndez, exdirector de Energía

En este artículo intento mostrar que, a partir del análisis de los éxitos y los fracasos a nivel internacional, es posible concluir que existe suficiente evidencia empírica que nos indica cuál es el camino para salir de la dramática situación actual de nuestro país; y estamos en condiciones de implementarlo.

La situación actual de la covid-19 en Uruguay

Veamos primero dónde estamos hoy.

A pesar de las advertencias de toda la comunidad científica uruguaya, que desde hace meses viene escribiendo el diario del lunes, nuestro país se encuentra hoy ante una situación muy compleja y angustiante.

Uruguay está hoy entre los 6 países con más muertes diarias por millón de habitantes y, de seguir en la tendencia actual, en una decena de días podría ser el primero. En relación al número de contagios diarios por millón de habitantes, no sólo hace ya varios días que somos el primero en el mundo, sino que al día de ayer duplicábamos el guarismo del pelotón de países que lo sigue. La gráfica siguiente muestra, además del actual top-5, la posición de algunos países de la región y del mundo (fuente: ourworldindata.org)

La situación resulta aún más dramática de lo que muestra esta figura: si analizamos los datos desde el comienzo de la pandemia y lo extendemos a todos los países con al menos 50 mil habitantes, observamos que sólo 3 países, a lo largo de estos 16 meses, superaron el índice actual de Uruguay: Bélgica, Irlanda y Portugal.

Mi objetivo con este rápido análisis no es ni mostrar que está todo mal, ni sembrar el pánico; soy consciente de que, en otros índices, como por ejemplo el del número de vacunados diarios, nuestro país ocupa una posición destacada. Sin embargo, el objetivo de este artículo no es hacer rankings como en un campeonato de fútbol sino identificar dónde están nuestras falencias relativas para encontrar caminos de solución, con el mayor espíritu constructivo.

Los caminos de solución existen y están a la vista

La evidencia muestra que ninguno de los tres países mencionados, así como tampoco los otros 4 que, al menos durante unos días, superaron la barrera de los 1000 contagios diarios por millón de habitantes, lograron bajar el pico apostando simplemente a la responsabilidad ciudadana. Por el contrario, en todos los casos los gobiernos aplicaron la combinación de fuertes medidas restrictivas obligatorias, junto a potentes apoyos económicos para los trabajadores y las empresas perjudicadas por esa fuerte restricción.

 

El peor caso durante toda la pandemia ha sido hasta ahora Bélgica. El país pasó casi todo el año 2020 sin poder formar gobierno; recién luego de 16 meses después de las elecciones, el 1 de octubre de 2020, en medio del peor impacto de la pandemia, se consiguieron amplias mayorías para nombrar un nuevo primer Ministro. El nuevo gobierno tomó rápidamente decisiones drásticas, que no implicaron confinamiento obligatorio: teletrabajo obligatorio, salvo en sectores esenciales, con sanciones para los que lo incumplían; cierre de todos los negocios no esenciales, en particular bares y restoranes; venta a distancia de productos; cierre de fronteras (si; a pesar de tener sólo fronteras secas y funcionar desde hace décadas como un territorio común, en Europa fue posible cerrar fronteras). El índice de contagios diarios por millón de Bélgica superó el valor 1000 el 23 de octubre, unos días después de impuestas las medidas, pero llegó al pico el 31 y, sólo dos semanas después, el 13 de noviembre, el indicador estaba ya en la tercera parte del valor del pico. Con unos días de retraso, el 10 de noviembre llegó a su pico de fallecidos: 18 por millón de habitantes, apenas 25% por arriba del valor actual de Uruguay; y en los días siguientes este otro indicador se desplomó.

El caso de Irlanda es doblemente más drástico. Por un lado, tuvo el crecimiento más espectacular de toda la pandemia: el índice de contagios diarios por millón pasó de 350 a 1300 en sólo 8 días. Pero así como subió, bajó: llegó al pico el 9 de enero y sólo 15 días después el índice ya había caído a menos de un tercio. Las medidas que lograron frenar este dramático crecimiento y su espectacular descenso también fueron drásticas, pero ejemplares. El 24 de diciembre el gobierno aplicó fuertes restricciones a la movilidad de las personas y el 6 de enero uno de los confinamientos más estrictos de Europa. Se clausuraron las obras e incluso se prohibió ir hasta las tiendas a recoger pedidos de productos no esenciales. Pero las medidas funcionaron y lograron detener la propagación del virus en unos pocos días. Esta rápida y decidida respuesta permitió incluso que el pico diario de fallecidos, que llegó el 25 de enero, no superara los 11 por millón, un número menor al del Uruguay de hoy.

El caso de Portugal transitó por los mismos carriles. A raíz del rápido crecimiento de casos, el 15 de enero el gobierno impuso fuertes medidas para asegurarse que la gente se quede en casa: sólo podían salir para trabajar en actividades en las que el teletrabajo fuera imposible, para comprar bienes esenciales, ir al médico, ayudar a personas dependientes, hacer deporte al aire libre en solitario y dar pequeños paseos, durante los que estaba prohibido permanecer en parques o sentarse en bancos, sin posibilidad de desplazarse más allá de cierta distancia de la casa. Ah! Y cerraron las fronteras, claro, incluyendo las terrestres con España. Como resultado, el 29 de enero se llegó al pico del número de contagios y, 12 días después, este indicador cayó a la tercera parte.

 

Naturalmente, en paralelo con estas medidas restrictivas de las libertades individuales en función del bien colectivo, TODOS estos países generaron poderosos instrumentos económicos para permitir que las medidas funcionaran sin destruir la economía, tanto la familiar como la de las empresas. Europa inyectó 3 billones (3 millones de millones) de dólares en su economía en un paquete de medidas diversificadas; ¡algo así como el 15% de su PBI! Pero algo parecido hicieron los Estados Unidos de Trump, e incluso el Brasil de Bolsonaro y Guedes, o el Chile de Piñera. Estos 3 últimos gobiernos, más allá de su impronta económica fuertemente liberal, directamente enviaron cheques a las familias socioeconómicamente más vulnerables. En suma, gobiernos de distintas visiones ideológicas, ya fuera por razones humanitarias o por razonamientos puramente economicistas, apoyaron fuertemente a los actores individuales y colectivos más perjudicados, destinando porcentajes muy significativos de sus PBIs.

Un último comentario adicional a todo lo anterior es que, a pesar de que los últimos picos de contagios han comenzado a surgir en países que ya se encontraban vacunando, sus gobiernos no generaron una falsa oposición entre ambas alternativas: en paralelo con la vacunación generaron las condiciones para que su país no cayera en crisis sanitarias profundas y más muertes, sabiendo que la vacunación será inexorablemente la solución para todos nuestros países, pero que tardará aún unos meses en hacer efecto, aún en los países que avanzan muy rápidamente en la vacunación. 

Y entonces, ¿qué hacemos?

Este rápido análisis permite concluir, sin medias tintas, que existen caminos probados para evitar una crisis sanitaria de proporciones y, sobre todo, más compatriotas fallecidos. De acuerdo a los ejemplos internacionales, los resultados se obtienen en unos pocos días. Naturalmente esto exige una rápida y decidida acción del gobierno haciéndose cargo de la situación, tomando medidas tanto en relación a la restricción de la movilidad de las personas como ayudando de manera contundente a los más perjudicados por estas medidas. Es decir, blindándonos por un par de meses a la espera del efecto de las vacunas.

 

Nuestro país debe tomar urgentemente este camino. En particular, deben implementarse rápida y eficientemente todas las medidas propuestas por el GACH hace ya más de dos meses, si fuera necesario votando urgentemente leyes (no sería algo novedoso: ya se ha votado una ley para restringir la libertad constitucional del derecho de reunión).

Y en paralelo, resulta imprescindible generar verdaderas ayudas económicas para que todas las personas y las PYMES, especialmente las que ya tienen «sus perillas al mínimo», puedan enfrentar esta limitación transitoria sin que las primeras caigan en la pobreza y las segundas se fundan. Naturalmente tenemos que hablar de ayudas de varios puntos de PBI, no de décimas de un punto. Es decir, de miles de millones de dólares, no de decenas o cientos. Felizmente, gracias a la acción de gobiernos de diferente color político, hoy tenemos líneas de crédito disponibles a muy bajo costo que superan los 2000 millones de dólares, por lo que no deberíamos cargarlo al déficit fiscal.

Según las encuestas, la mayoría de los uruguayos hoy cree que la salida de la situación actual sólo depende de las acciones individuales de cada uno de nosotros, aunque los hechos objetivos, como intenté mostrar en este artículo, prueben lo contario.

Esta es una posición de confort para la cabeza del Poder Ejecutivo: mucha gente deberá seguir saliendo de su casa para generarse los ingresos para vivir y con ello la economía seguirá funcionando; aunque la situación sanitaria seguirá empeorando … solo que la carga de los fallecidos la llevará la gente que «no hizo lo que había que hacer». Salir de la zona de confort implica por lo tanto, urgentemente, no sólo implementar todo lo que propone el GACH y el resto de las sociedades científicas, complementándolo con apoyos económicos reales sino, fundamentalmente, cambiar el relato.

Es hora de despertarse, de hablar con claridad y que todos dejemos de profundizar la grieta, para hacer política basada en evidencia y no en el grito de la tribuna.

28
Abr
21

FRENTE AMPLIO

La autocrítica

Últimamente hemos asistido a una serie de cuestionamientos por parte de portavoces de la coalición multicolor hacia nuestra fuerza política.Cerca de 30000 personas participaron del #banderolazo frenteamplista –  OKTUBRE NOTICIAS

escribe: Daniel Garrido y Carlos Gamou, Dirigentes del Frente Amplio 

Incluso su máximo exponente, el primer mandatario, ha llegado a preguntarse en tono sarcástico: «qué es el Frente Amplio». En una auténtica confusión de roles la coalición de gobierno desnaturaliza el motivo por el cual se les eligió por 5 años. Su tarea es gobernar y no oponerse a la oposición.

El país tiene suficientes problemas que afrontar como para que el gobierno, parlamentarios y funcionarios se ocupen de lo que hace o no hace la oposición. Cumplir su función de gobernar a tiempo completo y no pasar gran parte de las jornadas criticando al Frente Amplio o justificando fracasos y promesas incumplidas en herencias malditas.

De la autocrítica nos ocupamos y ocuparemos nosotros como siempre lo supimos hacer. Proceso de discusión interna abierto, participativo y autocrítico que nos ha permitido ser la fuerza política más importante en las últimas décadas.

Es cierto que sin crítica y autocrítica no habría, no hubiera habido progreso en la Historia de la humanidad. Los avances en el campo de la ciencia, la tecnología y el progreso en las formas de organización social y política fueron posibles gracias a la existencia de masa crítica.

De ahí surge intercambio y contraposición de ideas que dan lugar a cambios en las concepciones, practicas, teorías y paradigmas. Sin duda debemos encarar un proceso de autocrítica colectiva.

Ello implicará seguramente críticas entre compañeras y compañeros; siempre en un ambiente de confianza, respeto y fraternidad. Aun reconociendo que muchas veces no es fácil aceptar una crítica y que nuestros adversarios políticos junto a sus operadores buscarán provecho de estas discusiones internas, las debemos encarar cuanto antes.

Para que esto suceda podemos y debemos hacer todos los esfuerzos para sentirnos cómodos cuando debamos decir cosas elementales cuando uno intercambia ideas intentando convencer y estando dispuesto a que lo convenzan. La fortaleza se demuestra cuando somos capaces de decirnos entre compañeros y compañeras: » gracias por corregirme, no había notado lo que dijiste»; «no lo había pensado, ahora lo entiendo»; «estaba equivocado, he cambiado de opinión»; «no tengo opinión porque no conozco el tema lo suficiente».

A modo de contribución procuraremos esbozar algunas ideas para intentar revitalizar el Frente Amplio. En general cuando nos enfocamos a lo que se llama autocrítica, enseguida nos enfocamos a desmenuzar lo que hicieron los demás y no lo que hicimos o dejamos de hacer nosotros, y el FA, como fuerza política, no deja de caer en esa tentación.

Lo primero que nos viene a la mente es buscar los errores de nuestro candidato, olvidándonos que fue votado por la mayoría de nuestra gente, las cosas que prometieron nuestros opositores, etc., dejando en segundo plano a lo que no hicimos como fuerza política.

En las elecciones del 2004, en donde obtuvimos la mayoría de los votos en primera vuelta, logramos empezar a cambiar la historia de nuestro país., pero, paralelamente y casi al mismo momento, dejamos en manos de ese gobierno electo todo el peso de lo que se venía.

La necesidad de nombrar gente políticamente con anchas espaldas para resistir los embates de la oposición en los ministerios, dejó sin las principales cabezas políticas al partido. A pesar de que se aseguraba que se tenía claro, en aquel momento, que una cosa era el gobierno y otra la fuerza política, muy pocas veces logramos diferenciarlos.

Todas las iniciativas de aquel primer gobierno partían del PE, muy pocas de los legisladores, y creemos que alcanzan los dedos de una mano para recordar alguna propuesta por el FA como partido.

Más rápido que tarde, los Comités de Base se fueron vaciando de gente y lentamente la fuerza política se fue transformando en un testigo de lo que hacía el gobierno, sin aportar el necesario trabajo a nivel de la ciudadanía para explicar las medidas que tomaba el gobierno.

Casi hasta las elecciones que perdimos no nos dimos cuenta que mejorar la vida de la población, como se hizo, no iba a generar conciencia, y ante el primer canto de sirenas bien elaborado, iban a buscar un cambio. Y eso sucedió en todos los estratos sociales.

Nuestros legisladores, en general, se dedicaron a su trabajo puertas adentro del Palacio Legislativo (cosa que está muy bien), pero olvidando el trabajo con la gente, explicando, convenciendo. Nos creímos que solo con mejorar la vida de la gente, cosa imprescindible por cierto, alcanzaba.

Los Comités, que se fueron vaciando de compañeros y de contenidos, pasaron a ser meros espectadores de lo que estaba sucediendo, teniendo muy poca o nula incidencia en el accionar del gobierno, tanto nacional como en los departamentos donde se habían obtenido las intendencias.

Así se volvió a triunfar en las dos elecciones siguientes, en donde la participación de los militantes a través de un fenómeno novedoso, logró dar vuelta dos campañas que venían con mal pronóstico. Ese fenómeno fue la organización de compañeros a través de las redes sociales con convocatorias novedosas y movilizadoras.

Pero, lamentablemente, jamás se logró conciliar el trabajo entre los Comités y las redes. Se funcionó como en dos mundos paralelos en donde nos veíamos hasta con cierta desconfianza.

Nuestro proceso de autocrítica y discusión interna lo deberemos hacer siempre teniendo en cuenta que la izquierda confronta y discute ideas para favorecer a los más necesitados y luchar por la justicia social.

En el Frente Amplio nos unimos y compartimos espacio para los más desfavorecidos y olvidados mientras que la derecha se junta por interés. Quizás la mayor autocrítica que nos debemos hacer por estos días es reconocer que no hemos tenido y menos transmitido el sentido de solidaridad a nivel mundial que la humanidad merece.

Dedicamos horas y días al tema pandemia del Covid 19 y nos olvidamos que desde hace décadas muere más gente (especialmente niños) de hambre en el mundo que del virus del coronavirus; para lo cual hay vacunas de sobra porque alimentos hay más que suficientes en todo el planeta.

27
Abr
21

CRYSOL denuncia . . .

COMO CONCULCAR LOS INSTRUMENTOS POPULARES EN PANDEMIA

“Alevoso y mal intencionado” 

Crysol respondió a una «durísima columna de opinión (del Dr. Juan Andrés Ramírez) cuestionando la creación de la Institución Nacional de Derechos Humanos (INDDHH). Como no podía ser de otra manera, la misma fue publicada en el matutino que ofició de vocero del terrorismo de Estado en nuestro País, órgano de prensa que, desde hace años, siente una profunda animadversión hacia la institución como tal y hacia lo que ella significa y representa», expresó Crysol en su publicación «Opinando Crysol» de este martes.

“La creación de la INDDHH fue un inmenso logro de la sociedad uruguaya de los últimos 20 años, una modificación institucional sumamente importante. Surgió mediante la aprobación de la Ley 18.446 que fue votada por unanimidad en ambas cámaras del Legislativo, luego de un largo y exhaustivo proceso de análisis y negociación de la misma de varios años. No es un invento exclusivo de la sociedad uruguaya. Responde a una tendencia internacional destinada a salvaguardar y proteger los Derechos Humanos”, sostuvo.

“La normativa referida a la INDDHH, seguramente, puede ser mejorada. Las organizaciones sociales que la integramos, estamos en condiciones de presentar propuestas y sugerencias para ello. Siempre sobre la base de que es una institución necesaria y que ha aportado muchísimo a la calidad democrática de nuestra sociedad”, explicó Crysol.

“Las normas de DDHH surgieron como tales luego de la hecatombe de la Segunda Guerra Mundial, con el propósito de defender a los ciudadanos de los potenciales atropellos y abusos a sus derechos por parte de los funcionarios del Estado, ya sea por acción o por omisión de sus obligaciones.

Las normas de DDHH son un escudo protector de los ciudadanos frente a los atropellos del Estado y de sus funcionarios, aunque aún hoy es frecuente y habitual en nuestro país encontrar ministros, jerarcas gubernamentales y parlamentarios que afirman y piensan lo contrario, desconociendo la esencia de las mismas como ocurre con el Dr. Ramírez, incluso”, sostuvo Crysol.

Asimismo, la Asociación de ex presos políticos remarcó que la “INDDHH es una herramienta al servicio de los ciudadanos, especialmente, los más vulnerables, los más desprotegidos, para defenderlos del accionar abusivo de los funcionarios estatales”. “Los poderosos, cuentan con importantes estudios jurídicos, con abogados de primera línea, con medios de comunicación, con agencias de publicidad y de relaciones públicas para defender sus derechos si ello ocurre”, expresaron.

“Si lo afirmado por el Dr. Ramírez fuera dicho por parte de cualquier abogado o parlamentario multicolor podría pensarse que existe un pobre manejo jurídico del asunto. El Dr. Juan Andrés Ramírez es un muy notorio jurista, con una larga trayectoria académica y profesional, ex decano de la Facultad de Derecho y Ciencias Sociales y hasta ex ministro del Interior durante el gobierno del Dr. Luis Lacalle Herrera. Sabe bien acerca de lo que habla”, recordó Crysol.

“En este caso actúa con total mala fe cuando realiza la temeraria afirmación de que la Ley 18.446 le otorga función jurisdiccional a la INDDHH. No es cierto. Es más, si un asunto está en el ámbito de la justicia, la INDDHH está inhibida de actuar”, expuso.

“Ramírez sabe muy bien que la INDDHH solo puede emitir ‘recomendaciones’, que pueden tener un carácter aflictivo, pero distan muchísimo del carácter aflictivo de los órganos jurisdiccionales”, expresó la asociación.

“La función jurisdiccional en nuestro país solamente la tiene el Poder Judicial. Es la facultad de administrar justicia y resolver conflictos, de investigar los hechos de apariencia delictiva, contando con las más amplias y exclusivas prerrogativas y de adoptar resoluciones, de cumplimiento obligatorio, recurriendo al uso de la fuerza pública si fuera necesario.

Estas atribuciones básicas y esenciales de la función jurisdiccional no las posee la INDDHH: puede investigar limitadamente, no puede citar ni convocar a las personas y tampoco puede, verdaderamente, sancionar ni castigar. Lo único que puede llevar a cabo son “recomendaciones” que pueden ser olímpicamente ignoradas por el organismo estatal involucrado, como ha venido ocurriendo de manera reiterada en todos estos años”, explicó Crysol.

“Somos la asociación de las y de los ex preso políticos que además de haber estado privados de la libertad durante el terrorismo de Estado, hemos asumido el compromiso militante de actuar colectiva y organizadamente para impedir que las graves violaciones a los Derechos Humanos queden impunes, para evitar que vuelvan a ocurrir. Sin título habilitante, no estamos en condiciones de debatir jurídicamente con el Dr. Juan Andrés Ramírez ni pretendemos hacerlo. Tampoco nos interesa. Teníamos un alto concepto de su persona. Tenemos muy claro en qué consiste la función jurisdiccional y las prerrogativas de la misma. No se pueden sumar manzanas con peras. La INDDHH es un gran logro de la sociedad uruguaya para salvaguardar los Derechos Humanos”, sostuvo Crysol en su artículo.

“Posiblemente haya que pensar que su columna de opinión responde a la repudiable intención de embestir contra la INDDHH para estar en condiciones de promover un Estado policíaco y quitarle su potencial defensa de las normas de DDHH”, sentenció la Asociación de ex presos políticos.

26
Abr
21

cosa de enano mental . . .

Ya basta, presidente

ESCRIBE: Enrique Ortega Salinas / revista Caras y Caretas

Lacalle Pou, presidente, gobierno

Volvió el herrerismo, y con esta agrupación y sus socios multicolores, volvió el clientelismo político. Esto quedó clarísimo en ASSE cuando el representante de Cabildo Abierto, el coronel (r) Enrique Montagno, se desbocó mientras alguien grababa la charla, y se jactó de haber metido a dedo a un ejército de cabilderos. Obviamente, semejante estupidez hizo que le dieran el correspondiente voleo y colocaran a otro militar en su cargo.

 

A mediados de abril, le tocó a la DGI. La Asociación de Funcionarios de la Dirección General Impositiva denunció públicamente que la dirección del organismo nombra encargaturas a dedo con sueldos de $ 200.000 pesos y más altos.Si bien es cierto que en esta  dirección nunca se cumplió fielmente lo establecido por ley en el año 2010, los funcionarios señalan la incoherencia de continuar con nombramientos en el marco de la crisis que padecemos. “Estamos en una situación económica, social y sanitaria muy compleja producto de la pandemia por covid, la pobreza y la indigencia aumentó sensiblemente en nuestro país, son cientos la ollas populares que cubren la alimentación de miles de compatriotas, la tasa de desempleo es del 10,7% que representa miles de desocupados, hay más de 70.000 personas en seguro de paro, el gobierno adopta medidas para reducir el gasto público, establece un impuesto para cubrir el gasto emergente producto de la emergencia sanitaria y pide austeridad en el manejo de los fondos públicos, sin embargo, en DGI se asignan cargos a dedo con salarios que en algún caso supera los 220.000 pesos por mes”.

También volvieron los avivados. Los diputados Eduardo Antonini (FA) y Sebastián Cal (Cabildo Abierto) han realizado un pedido de informes ya que, según trascendió,  el cirujano y director de los hospitales de Maldonado y San Carlos, Guillermo Acosta, se habría adjudicado en octubre 576 horas como cirujano retén de guardia más las 160 horas presenciales que cumple como director del hospital.

Saquemos cuentas: 31 días por 24 horas da 744. Esas son las horas del mes de octubre. Si sumamos 576 más 160, tenemos 736 horas trabajadas. De confirmarse esto, que tras varios días no ha sido desmentido, el profesional solo habría dormido 8 horas en un mes. Bueno, ni eso; porque a las horas mencionadas hay que agregar que también trabaja en los sanatorios Mautone y La Asistencial y, además, es profesor de Medicina en la Universidad Claeh, de Punta del Este, y médico de la cárcel departamental.

El punto es que no sería el único caso. Seguramente habrá novedades en los próximos días tras la investigación correspondiente; pero la tardanza de las autoridades en responder da la impresión de que no les resultará sencillo redactar una explicación satisfactoria.

Por otra parte, Cabildo Abierto no deja de agraviar a la cultura democrática y republicana de los orientales. Tras haberse lamentado cada vez que se ponía frente a la justicia a un represor de la dictadura blanqui-colorada-militar (1973-1985), ahora rinde homenaje descaradamente a una de sus figuras.

El senador del partido militar Raúl Lozano homenajeó, durante la media hora previa de la cámara, al recientemente fallecido médico Nelson Fornos, quien fuera procesado por violaciones de derechos humanos cometidas en el Grupo de Artillería N° 2, en Trinidad, Flores, durante la dictadura. Como siempre hacen los representantes de Cabildo Abierto, habló del verdugo como si fuera una víctima del odio.

Por el lado del Ministerio del Interior también continúan los desastres. El más fuerte terminó con la destitución del director de la cárcel de Tacuarembó, Antonio Dos Santos, tras la viralización de un video filmado por uno de los reclusos en el que se ve a un policía no solo permitiendo, sino arbitrando una pelea entre dos internos. Es difícil suponer que esta clase de salvajismos se pudieran realizar a plena luz del día y en el patio de la cárcel sin que algunas de las autoridades, por no decir todas, estuvieran al tanto.

Otro hecho lamentable se dio en Montevideo en la tarde del sábado 10 de abril cuando la Policía realizó la persecución de un vehículo desde el INOT hasta avenida Italia y Centenario con gran peligro para las personas que circulaban por la zona. El fugitivo era un joven de 24 años. Los efectivos afirmaron posteriormente que aquel les disparó con un arma de fuego, lo que desencadenó la persecución y el tiroteo que terminó con el conductor fugitivo muerto por un tiro en la cabeza. Sin embargo, y hasta ahora, no se encontró arma alguna en el vehículo.

Antes que el episodio terminara, una pareja que viajaba en un Honda Accord blanco con una bebé de cinco meses vio pasar velozmente al BMW gris del fugitivo. Al llegar a la esquina de avenida Italia y Américo Ricaldoni, un patrullero que venía por la senda contraria participando en la persecución cambió de senda y chocó al vehículo en que viajaba esta familia. Tal cual informó ldiaria, los policías bajaron rápidamente del patrullero y apuntándoles con sus armas; pero el padre no se quedó quieto, ya que dio prioridad a atender a su hija, que viajaba en el asiento trasero. Afortunadamente, los uniformados se dieron cuenta de que habían cometido un error antes de apretar el gatillo. La pareja denunció el hecho ante Fiscalía y el padre de la bebé comentó a ldiaria que entendía que estaban trabajando, pero que no podían confundir un auto de un color con otro que nada tenía que ver ni poner en peligro la vida de la gente de esa manera.

Estos hechos no pueden analizarse en forma aislada. Recordemos (por citar un caso entre muchos) que en octubre, en la ciudad de Florida, la Policía perseguía a unos jóvenes que participaban en una picada de motos en la zona del Prado y, al llegar a Luis Alberto de Herrera y Antonio María Fernández, el vehículo policial terminó chocando a otro en el que viajaba una familia, dejando a varias personas heridas y a una madre con su bebé en el CTI en estado grave. Previamente, una moto policial que perseguía a dos jóvenes que participaron en las picadas chocó contra otro motociclista que nada tenía que ver con el evento. La jornada terminó con 8 personas heridas, dos de ellas graves.

En aquel momento escribimos algo que reiteramos: estoy de acuerdo en reprimir las picadas y a todo el que viole la ley; pero nunca a costa de convertir a los vehículos policiales en una amenaza para la población.

Más allá de lo que determinen las investigaciones correspondientes, tenemos la impresión de que algunos policías están “sacados”, fuera de sí, descontrolados, no sabemos si por efecto de alguna droga o por el respaldo que ellos entienden que se desprende de los discursos del ministro del Interior.

Para no ser reiterativos, hemos omitido citar aquí decenas de casos que ya describimos en otras notas; pero hace décadas que no veíamos tantos atropellos.

Un error lo puede cometer cualquiera; pero es alarmante ver que todas las semanas ocurren hechos similares.

Alguien debe bajar un cambio, y ese alguien se llama Jorge Larrañaga.

Alguien debe poner un freno a todos estos abusos, y ese alguien se llama Luis Lacalle Pou.

25
Abr
21

hubris . . .

LACALLE POU, LA SOBERBIA, EL NARCICISMO Y EL PODER

El síndrome de hubris

escribe: Alberto Grille / revista Caras y Caretas

Lacalle Pou editorial grille

Tal vez el lector nunca haya oído hablar de hubris, o tal vez sí. Se conoce con ese nombre a la patología del poder, circunstancia extrema en que quien lo detenta pierde la perspectiva de los hechos y se sobreestima a sí mismo.

 

¿Por qué el poderoso actúa creyendo saberlo todo, mientras pierde el anclaje con la realidad y la capacidad de autocrítica?

Muchas veces, se dice que el poder tiende a corromper a las personas y que el poder absoluto las corrompe absolutamente, no obstante, esta afirmación con ser en general cierta, subestima el hecho de que, además, el poder puede cambiar la mente de quien lo ejerce y envilecerla.

Hubris no es una enfermedad ni una ideología aunque puede estar presente en una enfermo y en cualquier ideología. No es una locura ni un rapto de brutal ferocidad. Es un concepto de los antiguos griegos que hoy nos ayuda a comprender al ser humano y a profundizar en una reflexión política y ética de nuestro tiempo.

Hubris representaba en la Grecia antigua el mayor delito que un griego podía cometer, contra Dios y contra los hombres

Zeus, el dios de los dioses castigaba con dureza el orgullo presuntuoso, la imprudencia y la jactanciosa temeridad de aquellos mortales que abrigaban pensamientos temerarios que, por creerse más cerca de la divinidad que de los mortales, creyendo que hacían el bien, desencadenan las más terribles desgracias.

Hubris es la perversión de desconocer los propios límites, del placer de suponer saberlo todo, del que no escucha la razón y actúa obnubilado por la pasión, del que procura dañar al adversario y humillar a quienes son afectados por sus acciones.

En nuestro tiempo, como en los tiempos más remotos, algunas personas están enfermas de poder. Cualquiera sea la posición que ocupen, se resisten a escuchar al otro y a valorar puntos de vista además del propio. Suelen sobreestimar sus habilidades, creer que sus opciones son superiores a las ajenas, confiar demasiado en sí mismos y, por todo eso, asumir grandes riesgos e incluso poner en peligro los bienes, la salud y la vida de los demás. Esto los vuelve ambiciosos, todopoderosos, irresponsables, faltos de reflexión y autocrítica, lo que por supuesto afecta la toma de decisiones. Esta desviación es común en quién ejerce algún tipo de liderazgo. Sin embargo, ciertos autores e incluso profesionales de la sociología y la psiquiatría sugieren que, ocasionalmente va más allá de lo común cuando se trata de un cambio de la personalidad denominado síndrome de hubris, conjunto de rasgos adquiridos como consecuencia de ocupar cierto rol de poder por un período de tiempo prolongado.

Las personas susceptibles de desarrollarlo se caracterizan, entre otros rasgos, por tener una preocupación desproporcionada por su imagen, excesiva confianza en el propio juicio y sus limitadas experiencias y desprecio por el consejo de los otros. Se creen muy superiores a los demás y consideran que pueden responder por sus actos ante entidades “superiores”, que pueden ser, según sus creencias, dios, su estirpe, la nación o la historia.

Hasta ahora estamos hablando de nadie o de muchos que tienen poder o mucho poder, pero en estos días pensamos en Luis Lacalle Pou, un ejemplo paradigmático de cómo el “éxito” y el poder pueden evidenciar características que permanecían disimuladas u ocultas al menos para las personas más distantes.

Lacalle Pou es una persona que a medida que gana poder, se siente más inimputable, más libre de expresar lo que en verdad siente, se vuelve más sensible al elogio y pierde el respeto por algunos valores que antes obedecía, como la tolerancia, el respeto por el adversario y la necesidad de responsabilizarse por sus actos.

Es verdad que semejante comportamiento a veces nos confunde e intentamos explicarlos por su histrionismo, su narcisismo o por su individualismo antisocial.

¿Qué puedo decir que ya no haya dicho sobre el presidente que tenemos y que los uruguayos hemos elegido? ¿Qué nos puede sorprender de su insensibilidad? ¿Cómo entender que no escuche las advertencias de la Academia y los científicos que le aseguran que si no se toman medidas más restrictivas de la movilidad, no habrá aplanamiento de la curva, sino cientos de muertos más?

Todos los días inspira reflexiones diversas en quienes no estamos de acuerdo con sus opiniones o sus actos. Hoy mismo, en esta revista, Ortega Salinas, Linng Cardozo y Martín Generali escriben mirando desde diversos ángulos sus últimas semanas de actuación pública.

Nadie inteligente podría esperar que Lacalle hiciera una reflexión profunda sobre la muerte, pero la forma en que banalizó el fallecimiento de sus compatriotas me hizo dudar en aquella reflexión que recuerda que el ser humano es el único de los animales que tiene conciencia de su muerte.

El único que cree que es un líder del mundo y que se hará cargo de algo es él mismo porque vive en una nube de pedos.

La pregunta que hace de que no sabe cuántos son muchos o demasiados muertos por día es una manera de alejarse de la inmensa tragedia que sufren las familias uruguayas.

No es solo un acto de cobardía política como señalara más o menos sutilmente Aldo Silva, sino un intento de poner una valla para protegerse del reproche de nuestra sociedad estupefacta por una realidad ominosa.

¿Para qué reflexionar sobre la muerte, para que preocuparse por pensar el dolor de otros o por tomar alguna medida para evitarlas si aún no pudo contestarse la pregunta de si muchas son 20 o 60 o 70 o muchas más? ¿Cuántas muertes lo van a conmover, 80 o 90 por día? ¿Hay que esperar eso para que abandone su soberbia y acepte que se equivocó?

Preguntar cuál es el límite que puede tolerarse frente a una sucesión de muertes injustas y eventualmente evitables y no precisar cuál es la que él está dispuesto a aceptar antes de revisar lo que ha hecho es una evasiva más en un rosario macabro.

Afirmar que «cada muerte es una tristeza” es una manifestación cínica de quien se niega a adoptar las medidas que le recomiendan y que ha dispuesto priorizar los balances de los mallas oro para no sacrificar la economía, los empresarios más poderosos y el espacio fiscal.

¿Por qué espera llegar a 100? ¿No alcanzan 2.000 muertos?

En el comportamiento de Lacalle Pou hay mucho de frivolidad, de narcisismo de intereses y de ideología.

Pero el hubris es otra cosa, es adquirido, transitorio y desencadenado eminentemente por el poder real.

No se trata entonces de pretender hacer un diagnóstico, sino de advertir preferentemente a sus seguidores que son renuentes a reconocer conductas irracionales de quienes han elegido, para que pongan atención en actuaciones que antes podían parecer desapercibidas, que ocasionalmente podían parecer tolerables o hasta admirables, pero que en determinadas circunstancias se vuelven deleznables y hasta peligrosas, máxime cuando reciben el aplauso de adulones, cobardes y oportunistas. Muchos pueden compartir intereses e ideología y ver con curiosidad su narcisismo, pero cuidado con el hubris porque puede llevar a todos al desastre.

Es destacable y debe recordarse, para evitar cometer errores, que tanto quienes sufren el síndrome de hubris como sus seguidores terminan aislados de lo que realmente sucede.

En las diversas esferas de la vida social, como la política, la empresaria, la educativa, la periodística e, inclusive, las organizaciones no gubernamentales, es importante estar atentos al derrotero de estas conductas.

Quizá la clave esté en recordar que muchas de las características de personalidad que ayudan a lograr el liderazgo estén en justamente ese valor imprescindible que se trastoca con el síndrome de hubris: la invalorable sensibilidad del líder que comprende lo que piensa el otro, que siente lo que siente el otro y actúa en consecuencia para el bien general.

Lamentablemente, el presidente que tenemos no es así.

24
Abr
21

lacalle, el 1er negador del país . . .

SE EMPERRÓ Y ESO CUESTA VIDAS, 70 POR DÍA . . .

Luis, el obstinado

escribe: Leandro Grille

Lacalle editorial leandro

Luego de que el secretario general del Partido Colorado, Julio María Sanguinetti, le sugiriera entablar diálogo con la oposición, el presidente Luis Lacalle Pou accedió a convocar los tres intendentes de esa fuerza política.Por inteligencia, pero sobre todo la vasta experiencia en asuntos de Estado, el expresidente Sanguinetti le acercó esta recomendación en el peor momento de la pandemia, cuando las muertes, solo en el mes de abril, superan el millar de personas y Lacalle Pou está sumergido en un profundo aislamiento del que parece no ser consciente: todo el sistema político, salvo él y su sector, más del 70% de la población y toda la comunidad científica y médica, consideran que las medidas adoptadas para controlar la propagación del virus son francamente insuficientes, que está gestionando mal la crisis sanitaria.

Convocados, los intendentes Carolina Cosse, Yamandú Orsi y Andrés Lima se reunieron con Lacalle Pou en la Torre Ejecutiva y, de plano, debieron aclararle que ellos son intendentes del Frente Amplio, pero no los interlocutores de la fuerza política más votada del país que, por cierto, tiene autoridades en funciones y cuya existencia es de conocimiento público. Lacalle Pou reconoció que no se reunía con el presidente del FA, Javier Miranda, porque tiene un mal relacionamiento personal. Es probable que los intendentes se hayan sorprendido de semejante confesión, ya no por su contenido, previsible, sino porque tiene algo paradójicamente asombroso que un necio deje claro en cada circunstancia la profundidad de su necedad: es como que no estamos preparados para ver en loop cómo se choca con la misma piedra sin escarmentar, sin un indicio de aprendizaje.

Al Frente Amplio lo vota, en su cota inferior, aproximadamente 40 % de la población. Constituye la primera fuerza lejos desde hace más de veinte años y nada indica que esa preferencia en el voto ciudadano vaya a cambiar rápidamente. Sin embargo, Lacalle Pou se arroga el derecho de elegir entre sus filas quiénes serás sus interlocutores por motivos mínimos de buena onda personal. El presidente parece no enterarse que si se lleva mal con Miranda, esa antipatía recíproca ni siquiera roza la antipatía que le profesa la mayoría inmensa de los votantes de la izquierda que, eximidos de las obligaciones de decoro que importan a los que ejercen representación, directamente lo detestan a viva voz, no solo por el contenido oligárquico de sus políticas y sus dichos, sino por su muy particular impronta de cheto ensoberbecido, de la cual no se recuerdan antecedentes tan canónicos en la primera magistratura.

Cuando Lacalle Pou excluye del diálogo nada menos que al presidente del Frente Amplio, en lugar de abonar un camino de entendimiento y propiciar algún tipo de acercamiento para bajar el tono, el enojo y buscar acuerdos, lo que hace es todavía empeorar las cosas, si cabe tal posibilidad después, de preguntarse qué era y quién era el Frente Amplio en una entrevista concedida apenas hace un par de semanas a un diario argentino propiedad de Mauricio Macri.

La conducta del presidente Lacalle Pou es indignante por cuanto ningunea a sus opositores, que además tienen muchos más votos que su sector y que partido, pero más allá de eso, es irreflexiva, porque el presidente está conduciendo solo al país de manera groseramente errada en el medio de una epidemia que él, por la vía de la decisión de ignorar a la ciencia, ha contribuido muy principalmente a convertir en una catástrofe. Una mínima noción de Estado o un tibio instinto de supervivencia a mediano plazo, le habría hecho notar las innumerables ventajas de gestionar colectivamente las respuestas a este cataclismo y no reservarse para sí todo el poder, imbuido en un delirio megalómano que, nuevamente, no resiste el análisis político y solo puede ser comprendido a luz de otras disciplinas.

No es momento de hacer proyecciones de la opinión pública y mucho menos cálculos electorales. Es momento de seguir insistiendo en que este camino es un disparate y es un disparate insistir ante la evidencia corporizada en más de dos mil muertes, muchas de las cuales podrían haberse evitado, no con otras conductas de los caídos, como expresó insólitamente el mandatario, atribuyendo a los fallecidos la responsabilidad sobre sus muertes; podrían haber sido evitadas si el gobierno hubiese actuado de acuerdo a la mejor evidencia existente, que fue aquello sugerido con medidas concretas por los científicos en los primeros días de febrero.

El presidente cree, aunque muy probablemente se equivoca, que esta catástrofe de saturación en el sistema de salud y primer lugar mundial en el número de muertes por millón de habitantes cada día termina en las próximas semanas. Está convencido de eso porque está convencido de su intransigencia. Actúa como si ninguna otra cosa pudiera pasar e ignora profundamente lo débil que es la especie ante las fuerzas de la naturaleza. Toda su estrategia, que ya es un desastre, puede fallar todavía más porque no se sostiene en la evidencia científica, sino en una convicción de excepcionalidad. Y si eso ocurre, lo que ya nos parece una barbaridad de dolor y de muertes, todavía se queda corta en relación con lo que nos espera.

24
Abr
21

Lacalle y sus banalidades en medio de la muerte . . .

Lacalle y la pandemia: Cómo lavarse las manos y dejar el navío al garete de la “libertad responsable”

Seguimos teniendo millares de infectados todos los días y no conseguimos bajar el medio centenar de muertos diarios. A esta altura de la pandemia, ya nadie puede dudar que la libertad responsable fundada por nuestro presidente el 13 de marzo de 2020 se hizo trizas.

Federico Fasano Mertens
escribe: Federico Fasano Mertens
Periodista y director de medios, experto en comunicación social de la Unesco, escritor.

Hoy no solo ocupamos el primer lugar de infectados en el mundo, sino que ascendimos al tercer lugar del planeta tierra, en muertos por millón de habitantes, solo detrás de Hungría y Bosnia- Herzegovina, en un ranking de 198 países representados en la Organización de las Naciones Unidas.

Si la primera ola microbiana fue controlada en nuestro país, no fue mérito de la “libertad responsable”, sino de una combinación de factores entre los que destacaron el temor a lo desconocido, el cierre de fronteras, nuestra pequeña densidad demográfica y el fortalecido sistema sanitario legado por la izquierda uruguaya.

Mientras esos factores asombraban al mundo por la insignificancia de infectados y muertos en Uruguay, el presidente dejó de hablar de libertad responsable.

Volvió a apelar a los dos vocablos que conllevan un antónimo en su seno cuando la anunciada ola llegó a nuestras costas y tuvo que optar entre aplicar como estadista las restricciones obligadas o apelar al «laissez faire, laissez passer», lavarse las manos y dejar el navío al garete, bajo el falso slogan de libertad responsable.

Al agregarle el aditivo “responsable” a la palabra mágica “libertad”, nuestro presidente cometió un burdo oximoron, una real contradicción porque la libertad sin el límite de la responsabilidad es una entelequia, no existe. La libertad es sinónimo de derechos, pero no hay derechos sin obligaciones. El viejo y arañado apotegma, “tu libertad termina donde empieza la libertad de los demás” fue olímpicamente ignorado por nuestro mandatario, erigiendo a la libertad como la gran excusa para mirar al costado de la vida. Y también al de la muerte.

Pero lo peor no es el oximoron sino el significado que le dio al vocablo responsable: “esa libertad es responsabilidad de ustedes, el Estado no la va a controlar”. Ni Proudhon, ni Bakunin ni Kropotkin se hubieran imaginado tamaño anarquísmo liderado por un presidente admirador entusiasta de la derecha universal.

Nuestro prescindente presidente Luis Lacalle Pou,  parece empeñado en superar a los narodnikys, arrojando el Estado al basurero de la historia, ubicándolo en el Museo de la Antigüedad junto a la rueca y el hacha de bronce.

Se olvidó sin embargo que esa es la última etapa de la emancipación, antes hay que pasar por la sociedad de ciudadanos iguales en la que nunca creyó. Todavía está a tiempo de devolverle al Estado su incumplido rol de escudo de los débiles. He ahí su hercúlea tarea, más difícil que limpiar los establos de Augías.  ¿Se animará?.

De ello depende que se transforme en el estadista,  que empuñó en la tormenta perfecta el timón de la República, arriesgando acciones dolorosas ajenas a toda demagogia, dictando y dirigiendo todos los días los partes de guerra, o simplemente se convierta en una brizna de la historia sin recuerdo ni memoria.

Aun está a tiempo. Entre el narcisismo y la gloria no puede dudar ni un instante.

23
Abr
21

pensamiento crítico . . .

Fernando BenítezFernando Benítez

Fernando Benítez entendió, como muy pocos, la importancia histórica de la producción y la proliferación del pensamiento crítico. Dedicó parte de su vida a crear “plataformas”, a enriquecer la atmósfera y las batallas de las ideas no sin controversias; a tender puentes y hacer visible la presencia de las raíces en los frutos de la cultura. Su obra editorial es, además de invaluable, inquietante y movilizadora. Fundó y dirigió suplementos culturales, enfoques históricos, posiciones antropológicas, métodos de investigación y sintaxis documental que, donde ponían el ojo desataban inteligencias torrenciales. Un militante de la lucidez, extraordinario. Se lo extraña cada día.

Nunca estaba contento con las aseveraciones generales, buscaba contrapuntos y explicaciones. Era un escudriñador febril capaz de ver los cortes geológicos de las ideas de la época, someterlas a escrutinio e inaugurar horizontes críticos históricos. Algunos de ellos con el sello identitario de la vida cultural mexicana silenciada durante décadas. Sabía entender el carácter subversivo de los espacios intelectuales y la riqueza de su multiplicación para el desarrollo político de un país. Por eso el neoliberalismo, y sus jaurías, hicieron hasta lo imposible por destruir la obra y el ejemplo de Fernando Benítez. En pie quedan uno pocos espacios, su figura invencible y su ejemplo

 

Algunos lo conocimos en el campo de batalla donde era mariscal indiscutible, más de una vez emprendió debates entrañables. Siempre profundo, irónico con frecuencia e inequívocamente perspicaz en la relación de las ideas con la realidad cruda del México que se vivió desde 1968, por ejemplo. Fernando Benítez fue (y es) un periodista, escritor, editor e historiador, narrador y catedrático mexicano de la Facultad de Ciencias Políticas de la UNAM. Fue el motor, entre otros, de los suplementos culturales “México en la Cultura” en el diario Novedades; “La Cultura en México” en la revista Siempre; “Sábado” en UnoMásUno; y “La Jornada Semanal” en La Jornada. Nació en la Ciudad de México el 16 de enero de 1912 y falleció el 21 de febrero del año 2000. Comenzó su trabajo periodístico en 1934 colaborando para “Revista de Revistas”. “Mi mérito, si tengo alguno, es reconocer el talento. No lo he descubierto, sólo he estimulado a los que lo tienen, lo que es diferente”. Decía. Desarrolló reportajes, crónicas, ensayos y novelas y casi no hubo premio que no mereciera y recibiera. No hubo mafia intelectual o cúpula de sabihondos que Benítez no hubiera interpelado.

Inteligencia crítica, con sentido independiente y comprometido con la verdad. Algunos de sus trabajos de referencia internacional, entre muchos otros, son: “Los indios de México”, “El agua envenenada” y “el Rey Viejo”. Es crucial su insistencia pertinaz en poner de relieve a las culturas indígenas explicaba que: “Mis primeros recuerdos tienen que ver con la Revolución y éstos influyeron el resto de mi vida. Comprendí que no había un México sino muchos Méxicos”.

Benítez pervive entre nosotros con su militancia férrea y sus textos. Conocía como pocos la geografía mexicana que sirvió de escenario para entender y atender las voces desde abajo en entrevistas descarnadas que develaron los vínculos desiguales de los pueblos con el mundo. Ahí forjó la fuerza de su poesía y de su prosa erudita y culta, sin academicismo pueril, y en la realidad concreta de su tiempo, no hay pluma que se respete, que no hubiere tenido un contacto necesariamente serio, directo o indirecto con Benítez.

Se movía “como pez en el agua” en los universos complejos de la “inteligencia” mexicana. No la enfrentaba como un visitante ni como un observador inmaculado, entraba armado con su pluma precisa para informarnos, con la energía de la crudeza, cuanto encontraba de dulce o amargo. Su concepto de calidad no radicaba en complacer a los lectores sino en inquietarlos para involucrarlos. Más de una vez en reuniones del Suplemento cultural Sábado interpeló los intereses de aquellos escritores e investigadores, más interesados a veces por el despliegue de su ego que por el compromiso con una visión crítica de la Cultura. Uberto Batiz lo refería permanentemente.

Un hombre sencillamente generoso y bueno que no tenía un pelo de tonto. Entendió siempre, con profundidad sobrecogedora a México, a sus riquezas inmensas y a sus taras más odiosa. Incluidos los intelectuales conservadores. Su erudición no era un recurso decorativo y sus aportes nos dejaron siempre trémulos en el escenario mismo de la autocrítica, siempre escasa, a la hora de encarar guerras directas contra la ideología de la clase dominante. Y era inclemente con sus críticas. Eso también se los debemos y los extrañamos mucho.

Algunos se han prodigado en apologías y homenajes que son, principalmente, recuentos de virtudes y nóminas de “vacas sagradas”, asociadas o parasitarias del nombre y obra de Benítez. Pero se elude recurrentemente cimentar el halago en el trabajo de una conciencia periodística revolucionada y revolucionaria que sabía moverse en los filamentos más íntimos de eso que llamamos Cultura y que es expresión desigual y combinada del paquete de valores, convicciones y conductas históricas que reproducimos, sabiendo o no, en las causas y las consecuencias cotidianas.

 

Su visión de la realidad de los pueblos originarios, es un llamado de atención crudo contra nuestra irresponsabilidad política en una sociedad enceguecida ante su historia y embriagada con promesas de modernidad y cosmopolitismo siempre falsas, incompletas y siempre injustas. Benítez es un motor de la cultura crítica, de la crítica de la cultura, no de la contemplación complaciente por logros civilizatorios, refrito centro-europeo para embobar turistas. Es una brújula orientada por las luchas contra las oligarquías y burguesías que se adueñaron de la economía, la educación con armas de guerra ideológica contra los pueblos. Benítez no era un simple y anecdótico “promotor cultural”, reducirlo a eso es insultarlo, era un militante de la lucidez y entendía que, en la movilización del pensamiento crítico, en la difusión de las ideas desde ámbitos muy diversos del conocimiento social, habría un saldo sustancial y duradero para la fase compleja que implica la revolución de las conciencias organizándose para revolucionarlo todo. Por eso el neoliberalismo lo atacó implacablemente, y por eso atacó y ataca los bastiones de su obra y de su ejemplo que quedan en pie.

Dr. Fernando Buen Abad Domínguez. Director del Instituto de Cultura y Comunicación y Centro Sean MacBride, Universidad Nacional de Lanús. Miembro de la Red en Defensa de la Humanidad. Miembro de la Internacional Progresista. Miembro de REDS (Red de Estudios para el Desarrollo Social)



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