Archivo de febrero 2019

28
Feb
19

Hoy como ayer; oligarquía o pueblo …

El seregnismo y sus supuestos

escribe: Fernando López D’Alesandro

Líber Seregni nunca quiso crear una doctrina. No era un teórico, era un dirigente político de una izquierda institucional que había cambiado a lo largo del siglo XX y que llegó a generar un proyecto único, el Frente Amplio (FA), que necesitó de intérpretes y de generadores de propuestas. No puede haber una teoría general de los frentes populares, pero sí planteos e ideas que sintonizan a la izquierda unida con la realidad nacional. Por eso tan sólo suponemos las líneas maestras de esa relación entre lo pensado y lo dicho, que crearon una reflexión que identifica al pensador. Nosotros lo llamamos seregnismo. Y esa fue la mejor herencia que les dejó a los uruguayos.

¿De qué señas de identidad hablamos cuando nos referimos al pensamiento de Seregni? Hay, sin duda, claves uruguayas evidentes, pero también reconocibles en cualquier partido que se precie de tal. La democracia no es un valor original de la izquierda, ni el artiguismo –tan manoseado– ni siquiera la justicia social, construida trabajosamente desde el batllismo primero y desde los movimientos sociales después.

El antimperialismo estaba en la izquierda mucho antes siquiera de que Seregni se interesara por la militancia. Él mismo da sus primeros pasos en el apoyo a Sandino y su lucha contra la intervención norteamericana en Nicaragua. La ética tampoco es patrimonio de la izquierda. Dirigentes de todos los partidos han dado muestras claras de honor y dignidad a lo largo de la historia, como para tener la arrogancia hoy de querer tener un valor que, por suerte, pertenece a muchos en todos lados. Luis Alberto de Herrera murió pobre, como Juan Antonio Lavalleja y Luis Batlle Berres. Javier Barrios Amorín, Emilio Frugoni, Rodney Arismendi, Héctor Rodriguez, Raúl Sendic padre, obviamente, por nombrar algunos, sufrieron lo insufrible, fueron criticados, pero nadie puede decir de ellos ni la menor falta ética. Entonces ¿qué define al seregnismo?

No hay seregnismo sin Frente Amplio. La unidad de la izquierda es la base, el pilar sobre el que se funda su pensamiento. Su lealtad a esa unidad siempre, desde la fractura de 1989 hasta su renuncia cuando dejó la presidencia del FA pero no la militancia, son apenas ejemplos de la necesidad de un espacio común para el cambio social, para la alianza estratégica que generó una nueva organización política capaz de cambiar al Uruguay desde las pautas que decimos más arriba. Pero la unidad de la izquierda también estuvo en el menú… paradojalmente desde su primera fractura en 1921. Luego el frentismo de la década del 30, con Carlos Quijano y el Partido Comunista del Uruguay a la cabeza, fue un antecedente que debería ser mejor considerado por nuestra propia historia. Sucede que esta unidad de 1971 construyó un partido de nuevo tipo llamado Frente Amplio, que abrió una brecha en 150 años de historia.

En su discurso del Cilindro, Seregni instaló un nuevo factor de identidad. La dicotomía del Uruguay del futuro iba a ser entre la izquierda y las derechas. De un lado el FA y del otro los conservadores. El seregnismo hizo que la unidad de la izquierda fuera, además, un actor central del proceso histórico en la lucha por el poder, creando un nuevo escenario y reconfigurando el sistema de partidos. El FA generó un nuevo bipartidismo que lo ubica de un lado y a los conservadores del otro. Las propuestas moderadas y alternativas de centro están, pero la gente sabe que el cambio se genera desde el gran partido que, con poder, puede contrarrestar a los conservadores y sus aliados. Pero no sólo el FA como factor del nuevo bipartidismo concluye el perfil del seregnismo, antes estaba el problema del poder.

Cuando Seregni salió de la cárcel llamó a la paz, a la reconstrucción activa del FA y a colocarlo en el centro de la escena. No vamos a debatir aquí el pacto del Club Naval, pero el hecho vale como un primer paso promisorio de la estrategia. En pleno debate del pacto, Seregni sostuvo que esta era la manera en la que el Frente iba a jugar “en la cancha grande”. Sacar a la izquierda del confort de la protesta y la crítica y meterla de lleno a definir el rumbo del país es, tal vez, el punto nodal del seregnismo, pero este no puede realizarse sin el FA, sin la izquierda como partido de poder en el bipartidismo nuevo, y, por supuesto, sin una estructura militante, participativa y convocante.

“Jugar en la cancha grande” implicó la participación en la Concertación Nacional Programática, frustrada por el gobierno de Julio María Sanguinetti, pero enriquecedora en proyectos y acercamientos con otras fuerzas sociales y políticas. Asimismo, acordar la reforma de la constitución dos veces, la frustrada minireforma de 1994 primero y la de 1996 luego, fueron formas muy claras de entender la política uruguaya y de poner al FA en el escenario de la política real y no meramente contestataria. Fue la mejor forma de crear una opción realmente antioligárquica, y tanto que la oligarquía, temerosa, primero lo reprimió y hoy no sabe qué hacer.

Unidad, nuevo bipartidismo, operar en la política real del poder, creo, hacen al seregnismo como identidad. Pero nada de esto es viable ni sostenible sin los presupuestos anteriores, basados en la ética, en el rescate de lo mejor de nuestra historia y, principalmente en la democracia.

Democracia es el horcón del medio que sostiene toda la estructura. Sin ella no hay posibilidades de nada. El FA tomó esa opción hace mucho, y sabe en carne propia que cuando no se tiene, las diferencias quedan de lado, porque la tiranía la sufrimos todos juntos.

26
Feb
19

Venezuela hoy, es la Patria de todos …

¿Por qué el 23 de febrero?

escribe: Juan Raúl Ferreira

3

“Nuestro México febrero 23,

dejó Carranza pasar americanos

tras mil soldados 600 aeroplanos

buscando a Villa por todo el país”.

Corrido popular Mexicano.

El 23 de febrero de 1916, el presidente de México, Venustiano Carranza, autorizó el ingreso de tropas militares de EEUU a su país para perseguir al insurrecto Pancho Villa. El mismo día cruzaban la frontera de Texas las fuerzas del “gendarme” de América Latina, aunque el presidente  demoró hasta mediados de marzo para firmar la orden de invasión. Parece una fecha maldita, ese mismo día en 1981 se produce el intento de golpe de Tejero en España. Hoy, el 23 de febrero, vuelve a encontrarse con nuestra agenda (la de los pueblos de América Latina). Ese día, vence el plazo para que el gobierno autorice la entrada de la “ayuda humanitaria” que se viene acumulando en la frontera con Colombia, en Cúcuta.

No hay que tomar partido, sino ayudar a que sean los venezolanos quienes resuelvan su destino. Los uruguayos hemos llegado a dividirnos tanto sobre el tema que, ocurriendo en este año electoral, no deja de tener tufillo a campaña. Esa foto de Almagro recibiendo un libro de Wilson de manos del presidente de la Cámara (al que Almagro llama presidente del Parlamento uruguayo), ¿surge de un verdadera y desinteresada preocupación de ambos por la “crisis humanitaria”? Porque nunca vi tanta sensibilidad humanitaria de la clase política.

Por 7a vez en los últimos años, Haití vive una de las crisis más tremendas. Cuando no son los huracanes o los terremotos, son los seres humanos y los propios organismos internacionales. Este tema, la marginación social, el escaso interés de la población en el acto electoral, la violencia estructural, ver en la calle niños con la panza hinchándose por el hambre será tema de otra nota. Era muy previsible, pero ni se hizo ni se dejó hacer nada para evitarlo. No se habla del tema.

Lo que sí es cierto, y por eso lo traigo a colación, es que hoy en Haití se derrama sangre por las calles. Hay hambre. Hubo un terremoto en 2010 y un huracán en 2016. Se habla de los billones de dólares invertidos en ayuda humanitaria. Yo lo que puedo asegurar, porque lo viví, es que a la gente ese dinero no le llegó nunca. Por eso es que legítimamente puedo preguntar: si tanta preocupación hay por la ayuda humanitaria, ¿por qué solo se habla de Venezuela? ¿Y Haití, al que he elegido de modo de ejemplo en el día de hoy?

Finalmente, debe comprenderse, se comparta o no la duda, que a muchos se les puede plantear esta obsesión humanitaria: ¿por qué EEUU solo acepta que la ayuda ingrese por vehículos militares? ¿No sería mejor en vehículos civiles? O la Cruz Roja. Recordemos que en Dominicana y Guatemala, por ejemplo, fue en aviones de “ayuda humanitaria que ingresó el personal militar” que invadió a estos países. La duda es pues, en todo caso, legítima.

Otra duda, legítima, compartible o no: ¿por qué Guaidó puso el 23 de febrero como plazo para el ingreso? ¿Por qué no el 20? ¿O tal vez mañana? ¿Por qué no el 24, o el 18? Lamentablemente no es casualidad.

Ese día vence su mandato. O sea, si su mandato fuera legítimo, cosa que Uruguay, México, la mayoría de los países del mundo y las Naciones Unidas no reconocen, vencería igual el 23 de febrero. Entonces, la obsesión por poner esa fecha de plazo es más clara. Al asumir Pence de EEUU, Guaidó juró al supuesto amparo del artículo 233 de la Constitución que prevé, en caso de vacancia, que el presidente de la Asamblea Nacional pueda asumir por el plazo máximo de 30 días.

¿Qué quiere decir esto? Que ya no importará quiénes reconocieron o no a Guaidó. Aún aquellos que le “invistieron desde el exterior” deberán reconocer que su interinato ha terminado. Esperemos que no estén esperando el fin de su mandato para que los marines lo sustituyan. Legítimo o no, ya se conoce nuestra opinión: el 23 se acaba. De acuerdo a la misma norma en la que se cobijó, deja de ser eso que algunos países reconocen y otros no. ¡No se le ocurra a los EEUU usar eso de pretexto para invadir! El continente sufrirá una herida de muy lenta cicatrización. La cuestión sería entonces  solo entre patria grande y cipayos.

25
Feb
19

Lo que importa …

Nadie se salva solo

escribe: Marcia Collazo

escribe: María Collazo

Yo no sé si el narcisismo y el individualismo son innatos o más bien adquiridos. En todo caso, la publicidad capitalista los fomenta, y cómo. Es triste pensar que muy poca gente, por no decir ninguna, saluda a desconocidos por la calle, al subir a un ómnibus o al entrar al cine o al teatro, y en caso de que lo haga recibirá un gruñido desconfiado por toda respuesta.

Así como Hanna Arendt habló de la banalidad del mal, hoy habría que hablar de la banalidad de la autoestima. Les decimos a los niños que son seres únicos y especiales porque sí, sin fundar esta afirmación en ningún valor como, por ejemplo, en su generosidad, su aplicación en los estudios, su compañerismo u otras cualidades. Y lo mismo vale para el resto de la sociedad. Imbuidos de ese narcisismo fácil, nos autoproclamamos seres maravillosos y esperamos que el universo se incline ante nosotros, sin percatarnos de que, en el proceso, nos alejamos peligrosamente del prójimo.

El problema del individuo y el colectivo ha sido tomado por la filosofía desde hace siglos, empezando por los contractualistas clásicos, como Hobbes, Locke y Rousseau, y siguiendo por pensadores más actuales, entre los cuales se encuentran prestigiosos latinoamericanos. El filósofo coreano Chul Han se refiere en su libro La expulsión de lo distinto al rechazo del otro por ser otro, y lo fundamenta en el narcisismo y el individualismo. Nuevas miradas sobre viejas reflexiones, podríamos decir. Ya Hobbes habla del estado de naturaleza en el que no existen las leyes o normas, y campea por lo tanto la ley del más fuerte. Sin embargo, dada la igualdad aproximada que existe entre todos los hombres, no solamente en fuerza física sino también en inteligencia, el más fuerte tiende a ser aniquilado rápidamente por otro u otros más resistentes que él.

En el estado de naturaleza impera la máxima de que “el hombre es el lobo del hombre”, hasta que llega la reflexión, se impone la cordura y esos mismos seres humanos se percatan de que nada pueden y nada son sin el otro, sin los otros, sin la humanidad en su conjunto. Las soluciones difieren según de qué pensador y de qué contexto histórico se trate, pero todos son afines en considerar que del caos no se sale solo, sino en conjunto con los demás. La unión es, por lo tanto, imprescindible. El diálogo y el conocimiento también. Para algunos exponentes de la filosofía de la liberación latinoamericana, como Arturo Andrés Roig, la sociedad se configura a partir de un “nosotros” que combina lo plural y diverso con lo particular y subjetivo de cada persona.

Para lograr una verdadera filosofía transformadora y liberadora, es necesario que el sujeto se afirme no como un ser narcisista, ni mucho menos individualista, sino como un “nosotros” valioso en sí mismo, con independencia de su contexto histórico, de su peculiar problemática, e incluso a pesar de su condición de sometimiento o de esclavitud. Este acto de ponerse como valioso es el primer escalón de una larga escalera que llevaría a la liberación. Semejante proceso no se realiza en soledad.

José Martí, uno de los pilares de la filosofía de la liberación, escribió en su ensayo Nuestra América: “Cree el aldeano vanidoso que el mundo entero es su aldea, y con tal que él quede de alcalde, o le mortifiquen al rival que le quitó la novia, o le crezcan en la alcancía los ahorros, ya da por bueno el orden universal, sin saber de los gigantes que llevan siete leguas en las botas y le pueden poner la bota encima, ni de la pelea de los cometas en el Cielo, que van por el aire dormidos engullendo mundos”.

Esto de dar por bueno el orden universal es bastante terrible. Si a la gente, concebida como simple masa, se le brinda el famoso “pan y circo”, o sea los instrumentos básicos de alienación y de goce (por ejemplo, tarjetas de crédito y celulares) entonces la mitad del trabajo negativo está hecho. Me atrevería a decir que en tal caso, hemos comprado nuestra muerte segura, al menos en términos de poder de transformación social. Estaremos muertos; seremos zombies, espectros de una humanidad que pudo ser pensante, actuante, crítica y en alerta. Flotaremos en las aguas envenenadas de un narcisismo estéril, que nos permite colgar millares de imágenes nuestras -fulana y fulano han cambiado su foto de perfil- a cambio de unos cuantos “me gusta”, sin considerar que la monstruosa pérdida de tiempo que implican semejantes actividades nos escamotea la posibilidad de ejercer una actitud transformadora y auténticamente liberadora.

Como dice Roig, es necesario “ponernos para nosotros y valer sencillamente para nosotros”, lo cual sólo se logra mediante el conocimiento recíproco; por eso Martí sostiene que “los pueblos que no se conocen han de darse prisa para conocerse, como quienes van a pelear juntos… Ya no podemos ser el pueblo de hojas, que vive en el aire… ¡Los árboles se han de poner en fila para que no pase el gigante de las siete leguas! Es la hora del recuento, y de la marcha unida, y hemos de andar en cuadro apretado, como la plata en las raíces de los Andes”. Al afirmar esto, Martí está sembrando la semilla de la revolución, entendida como transformación liberadora.

Sin embargo, para Chul Han esta revolución no es posible hoy por hoy. Para que lo fuera, habría que romper ciertos mandatos fuertemente instalados en la sociedad, no ya como órdenes, sino como verdades asumidas de manera automática. Entre estos mandatos se encuentran la consigna del rendimiento -tú puedes, tú lo deseas, tú vas a lograrlo-, del individualismo -tu shopping, tu banco, tus vacaciones, tu embarazo, tu automóvil-, y del narcisismo -eres único, eres el mejor, te lo mereces todo porque sí, el mundo gira en torno a tu ombligo-. La combinación de estos tres mandatos suele ser letal para cualquier sociedad. El primero nos convierte en esclavos; anula nuestra capacidad de hacer una pausa, de reflexionar y de considerar los porqués. El segundo nos transforma en seres brutalmente egoístas, incapaces de ver al otro. El tercero nos engaña, al promover sólo la autocontemplación; destruye el tejido de la solidaridad humana y promueve una igualdad rasa que tiende a nivelar para abajo.

Adiós a la idea de los talentos y de las virtudes. Ahora, cualquiera tiene derecho al esquema más amplio de goce y de reconocimiento, haga lo que haga y diga lo que diga. En tales condiciones, la revolución no es posible, afirma Chul Han. Para que lo fuera, habría que generar proyectos conjuntos, construir una comunidad no de seres iguales -todos esclavos, todos narcisistas, todos engañados- sino de gente diversa y libre que piensa y es capaz de proyectar un futuro común. Abandonar la cáscara, abrirse al otro, depositar en sus manos el miedo. Seguramente esto dará mucho trabajo, pero existen señales luminosas. No se trata de crear sistemas en donde todos pensemos igual, al estilo de la Alemania nazi, sino de establecer mecanismos que nos permitan dialogar con los otros en base a la racionalidad, la argumentación y el respeto, buscando llegar a acuerdos basados en la convicción y no en un mero capricho, corrupción, ventaja o amiguismo. A esto me refería más arriba cuando cité la idea de ponernos como valiosos a nosotros mismos. Como dice Paulo Freire, a quien tantas veces he citado: “Nadie se salva solo, nadie salva a nadie, todos nos salvamos en comunidad”.

25
Feb
19


  • EN circulo VERDE LADO VENEZOLANO y SU GUARDIA, en circulo AZUL lado COLOMBIANO desde donde se cometió un AUTO ATENTADO contra los CAMIONES de ALIMENTOS y MEDICINAS …

Política

Grupos violentos de la oposición arrojaron molotov a los camiones y luego intentaron culpar a la Guardia y Policía bolivarianas. Fracasa operativo de la derecha venezolana y de Trump. En Uruguay la derecha criolla del herrerismo, Larrañaga, Mieres y los colorados instigan a la violencia civil y apoyan al golpismo …

 

“No podemos seguir soportando que el territorio de Colombia se preste para una agresión contra Venezuela […]por eso he decidido romper todas las relaciones políticas y diplomáticas con el gobierno fascista de Colombia y todos sus embajadores y cónsules deben abandonar el país en 24 horas, fuera de aquí la oligarquia”, dijo el presidente Nicolás Maduro ante sus seguidores en Caracas.

Se refería al operativo de la derecha con respecto a los camiones de ayuda humanitaria. El Puente Internacional Francisco de Paula Santander, ubicado en la frontera colombo-venezolana, fue el escenario de otro operativo de la oposición venezolana donde pretendió generar lo que denominan “un falso positivo”.

Un grupo de jóvenes de la derecha de Venezuela atacó a los camiones cargados de ayuda humanitaria, los incendiaron y pretendieron responsabilizar a la Guardia Nacional Bolivariana como una forma de justificar una intervención extranjera en Venezuela, según el diario argentino Página 12.

Desde el lado colombiano del puente se estacionaron cuatro camiones que transportaban la ayuda humanitaria que aportaba la agencia norteamericana USAID que tiene estrechos vínculos con la agencia de inteligencia CIA. Durante la tarde y de repente dos de esos fueron quemados.

Según relata TeleSur, testigos de lo ocurrido afirmaron que grupos violentos de la oposición venezolana incendiaron los camiones con bombas Molotov y luego intentaron inculpar a la Guardia Nacional Bolivariana (GNB) y a la Policía Nacional Bolivariana (PNB).

Las imágenes captadas en el momento que comienzan a incendiar los camiones confirman que fueron los militantes de la derecha venezolana la que cometió ese atentado.

La oposición venezolana quema sus camiones con ayuda humanitaria

La cadena TeleSur mostró evidencia del intento por parte de la derecha venezolana de generar un enfrentamiento con la GNB y que no prosperó. Este fue el segundo caso de “un falso positivo” que la oposición intentó generar durante la tensa jornada de sábado.

Durante la quema de los camiones se pudo observar la presencia de gente con chalecos que los identificaba como miembros de la Cruz Roja y que se encontraba entre los manifestantes contrarios al gobierno de Nicolás Maduro.

A partir de esas imágenes se produjo la reacción del Comité Internacional de la Cruz Roja que desmintió que estuviera participando del operativo organizado por el gobierno de los Estados Unidos con la derecha venezolana.

En el venezolano, en el estado de Táchira, el gobierno venezolano celebró un evento musical con el lema “Manos fuera de Venezuela” que se extenderá hasta hoy.

En total han sido 32 artistas los que han pasado por el lado colombiano y 40 los que han actuado en Venezuela. En el primer caso han participado artistas internacionales procedentes de Argentina, Colombia, España, Estados Unidos, México, Puerto Rico, Suecia y Venezuela. En el segundo, solo se ha dado a conocer la asistencia de artistas nacionales y el cartel ha incluído nombres de solistas y agrupaciones locales exponentes de géneros como rock, pop, ska, reguetón, merengue, salsa y de folclore nacional.

En el lado colombiano, en tanto, la oposición encabezada por Juan Guaidó, desarrolló el Venezuela Aid Live con el objetivo de movilizar “recursos humanitarios”.

Insulza: operativo político

“El operativo es político, no humanitario”, así calificó el ex secretario general de la Organización de Estados Americanos (OEA) José Miguel Insulza el supuesto plan de “ayuda” a Venezuela que desde Estados Unidos se promueve en alianza con algunos gobiernos de derecha en la región.

Al citar al medio impreso inglés The Economist que refiere a fuentes de la embajada del país norteamericano en Colombia, el también exministro chileno destacó que los alimentos reunidos alcanza solo para 5.000 personas por 10 días.

En tanto que las medicinas, otro de los rubros que pretenden introducir por la fuerza en Venezuela, beneficiaría apenas a 10 mil personas por 90 días.Supuesta “ayuda” de EE. UU. a Venezuela es un operativo político dijo el exsecretario de la OEA José Miguel Insulza.

Solo en 2018 el Gobierno de Venezuela distribuyó 119 millones TM de alimentos mediante los Clap. Venezuela también ha reiterado su denuncia por el bloqueo de cuentas y recursos en el sistema financiero internacional controlado por Washington, que impide la compra de alimentos, medicamentos y otros insumos necesarios para la población.

24
Feb
19

Venezuela …

Venezuela, una nueva batalla de Stalingrado


escribe: Atilio A. Boron/ Rebelión

El imperio parece dispuesto a todo. Amenaza, ruge, insulta, extorsiona, sabotea, miente, difama, moviliza a su tropa latinoamericana y europea, gobernantes que dan verguenza y que son repudiados por sus pueblos convertidos de la noche a la mañana en vestales y custodios de la democracia, la libertad, la justicia y los derechos humanos. Pero hasta ahora no han podido, y la voluntad de las organizaciones chavistas y su gobierno ha sido indoblegable. Necesitamos TODA LA SOLIDARIDAD INTERNACIONAL QUE SEA POSIBLE.

Si esta brutal ofensiva de un gobierno como el de Trump que ha proseguido y profundizado la política seguida por Barack Obama, «el progre» -en realidad, un «nigger Tío Tom» como los afroamericanos caracterizan a los de su etnia que piensan y actúan como los esclavócratas que los oprimieron por siglos- que preparó el terreno para la agresión actual al emitir una orden presidencial declarando que Venezuela era «una amenaza inusual y extraordinaria a la seguridad nacional y la política exterior de los Estados Unidos,  (y) declaro por medio de la presente una emergencia nacional a los fines de hacer frente a dicha amenaza.»

Esta aberrante declaración abrió la puerta a la brutalidad de Trump, menos sofisticado que su predecesor pero igualmente identificado con el proyecto imperial norteamericano que no sólo se propone reapoderarse de Venezuela sino también de Cuba, acabar con el sandinismo en Nicaragua y con Evo en Bolivia y retornar al continente a la situación en que se encontraba en vísperas de la revolución cubana. NO PODEMOS PERMITIR QUE TAL COSA OCURRA. Tantos años de luchas, de sacrificios, de torturas, cárceles, exilios, de vidas ofrendadas altruístamente para construir una nueva sociedad no pueden ser arrojados por la borda ante la prepotencia de la Casa Blanca. Por eso NO HAY OTRA ALTERVATIVA QUE VENCER, que derrotar al imperio que, como decía Martí, sólo reconoce al «derecho bárbaro, como único derecho: esto será nuestro porque lo necesitamos». Necesitan el petróleo, el oro y el coltan de Venezuela y serán capaces de perpetrar cualquier crimen con tal de conseguirlos.

Por primera vez desde el momento más álgido de la Guerra Fría Estados Unidos se siente amenazado. Pero lo de ahora es más grave, porque no es tan sólo un país quien le preocupa (anteriormente era la URSS) sino la enorme convulsión del tablero geopolítico mundial que ha visto surgir nuevos y poderosos centros de poder (China, Rusia, India, Turquía, etcétera) ante el cual EEUU no tiene respuestas: o apelar a la violencia o amenazar con ella. Es un tigre cebado porque perdió en Afganistán, perdió en Irak, no han podido con Irán, perdió en Siria, está perdiendo en Yemen y su única victoria, horrible, inmunda por sus mentiras y su crueldad, fue Libia. Quieren otra, en Nuestra América. Pero no la van a conseguir. Serán derrotados. Ya lo están siendo diplomáticamente. Ya también comienzan a retroceder en el terreno mediático porque su proliferación de «fake news» carcomen su credibilidad. Habrá que mantener la cohesión y el espíritu combativo para infligirles la derrota definitiva que demuestre que Nuestra América ha comenzado a transitar por el camino de la Segunda y Definitiva Independencia.

24
Feb
19

EL GOLPISMO TÍTERE DETRÁS de la SUPUESTA AYUDA …

24
Feb
19

La derecha facha en Uruguay existe !! …

La patria o la tumba Jean Wyllys, primer exiliado del gobierno de Bolsonaro

Jean Wyllys en un acto de partidos de izquierda brasileños en Rio de Janeiro, el 2 de abril de 2018 / Foto: Afp, Mauro Pimentel

CUIDADO !! EN URUGUAY LA DERECHA FACHA NO SE PRONUNCIÓ POR LA INCLUSIÓN DE ESTA COMUNIDAD …

El Partido Socialismo y Libertad (Psol) tiene diez diputados federales y 53 concejales en todo Brasil. Marcelo Freixo es diputado federal por el estado de Rio de Janeiro y una de las voces más activas contra las milicias que asolan el estado. Hace diez años que lleva escolta. Marielle Franco, concejala de la ciudad de Rio de Janeiro, negra, de la periferia, lesbiana, fue ejecutada el 14 de marzo de 2018. Su crimen todavía está impune, pero la principal sospecha recae sobre las milicias que denunciaba. Para darle un matiz más siniestro al caso, hace pocos días los periódicos brasileños informaron que Flavio Bolsonaro, hijo del presidente y actualmente senador por Rio de Janeiro, está conectado con el caso. En sus tiempos de diputado trabajaron en su gabinete la esposa y la madre de Adriano Magalhaes, uno de los capos milicianos y ex capitán de la Policía Militar, presunto autor de varios asesinatos y que actualmente es buscado por la policía. Jean Wyllys, diputado federal por el estado de Rio de Janeiro, gay, es otra de las voces más activas por los derechos Lgbt en Brasil. Renunció a su cargo y se convirtió en la primera figura política exiliada del gobierno de Bolsonaro. El Psol, con sus escasos diputados, es uno de los partidos que luchan con mayor contundencia contra la truculencia y los varios fascismos del Estado brasileño. Lo está pagando con la vida de sus militantes.

EL PRIMERO. Jean Wyllys hizo público el 23 de enero que renunciaría a su escaño de diputado federal y saldría de Brasil. Wyllys ha sido uno de los objetivos predilectos de Bolsonaro durante los últimos años, porque el nuevo presidente brasileño hizo de la “Lgbtfobia” un eficaz instrumento electoral durante toda su trayectoria política. Wyllys ha sido insultado, humillado, agredido por Bolsonaro y sus seguidores en incontables ocasiones. Desde marzo del año pasado vivía con escolta policial y recibía continuas amenazas de muerte por parte de bolsonaristas. Era la víctima fácil del fascismo social instaurado en Brasil, porque los fascismos y los odios cotidianos se legitiman cuando alguien como Bolsonaro llega a la presidencia. En una entrevista con el periódico Folha de São Paulo, Wyllys explicó que no quería sacrificarse, que tenía que cuidar de su vida para volver a la lucha política en mejores condiciones: “Me aterra saber que el hijo del presidente contrató en su gabinete a la hija y la madre de un sicario. El presidente, que siempre me difamó, que siempre me insultó de manera abierta, utilizando su homofobia contra mí… Este ambiente no es seguro para mí”, declaró al periódico. Entre las amenazas que ha recibido, todas online, porque los cobardes se esconden muy bien detrás de la pantalla de un ordenador, se leen frases brutales, como “te voy a matar con explosivos”, “voy a romper tu cuello”. La Policía Federal, que abrió investigaciones en 2017 y 2018, ya tiene a un sospechoso: Marcelo Valle Silveira Mello, que integra el grupo Hombres Santos. Hombres santos que destilan odio.

Durante sus 28 años como diputado y a lo largo de la campaña electoral de 2018 Bolsonaro repitió, en numerosas ocasiones, frases hirientes y repulsivas contra la población Lgbt, pavoneándose con una típica postura de macho asqueroso: “Al hijo que empieza a verse, así, un poco gay, hay que darle una buena paliza para cambiar su comportamiento”, “No podría amar a un hijo homosexual, prefiero que muera en un accidente”, “El 90 por ciento de los hijos de parejas homosexuales van a ser homosexuales y se van a prostituir, con seguridad”, “No voy a combatir ni discriminar, pero si veo dos hombres besándose en la calle, los voy a golpear”. Ahora, ya en el poder, el horror aumenta. El caso más llamativo del ultraconservadurismo del nuevo gobierno es el de la ministra de Mujer, Familia y Derechos Humanos, Damares Alves, una pastora fundamentalista que dijo en su discurso de asunción que Brasil podía ser laico, pero que ella era terriblemente cristiana y que iba a luchar incansablemente por recuperar los valores de la familia tradicional. La familia tradicional es una de las obsesiones del nuevo gabinete, pero en la familia tradicional cabe poca gente, es patriarcal y heteronormativa. Las personas Lgbt no caben en este modelo y, por tanto, tienen que ser políticamente exterminadas. Muy preocupante fue una de las primeras medidas de este ministerio: retirar a la población Lgbt de las direcciones de los organismos de derechos humanos. En la estructura del ministerio habrá secretarías para mujeres, adolescentes, promoción de la igualdad racial, indígenas, pero no para personas Lgbt. En un país donde en 2017 hubo 445 homicidios por fobias de género no habrá un organismo dentro del Ministerio de la Mujer, Familia y Derechos Humanos que se encargue de gestionar políticas públicas para la población Lgbt.

RECONOCER AL OPRESOR. Desde que anunció su decisión públicamente, Jean Wyllys está recibiendo una multitud de mensajes de apoyo en las redes sociales, pero también de odio. Los más trágicos son los que vienen de miembros también Lgbt. Uno de ellos, Alan, 22 años, de San Pablo, me dice que no soporta la figura de Wyllys y que ojalá nunca vuelva a Brasil: “Yo soy gay de derecha. Odio a Jean Wyllys. Qué cosa folclórica, ridícula, exagerada. A mí me dan vergüenza los gays como él, siempre haciéndose los pobrecitos, siempre con el victimismo. Consiguen todo porque siempre lloran y lloran como si el mundo fuese contra ellos. Que se vaya y no vuelva”.

Es quizá un tanto obvio, pero la izquierda muchas veces comete el error de pensar que las identidades subalternas deben, automáticamente, identificarse con el campo progresista. Si eres pobre, tienes que ser de izquierda. Si eres mujer, no puedes votar a un candidato ostensivamente machista, que alardea de su machismo, tienes que votar alternativas políticas feministas. Pues no. La realidad nunca es tan simple. El hecho de pertenecer a un grupo pauperizado, oprimido, no significa que se tenga la percepción de este hecho ni que la persona se encuadre instintivamente en esta categoría. Las relaciones de poder son tan sofisticadas y enrevesadas que tomar conciencia de la propia opresión es un acto que nada tiene de evidente. Reconocerse como oprimido y reconocer a tu opresor ya es un enorme paso para la emancipación. Por otro lado, la lógica con que opera la operativa de comunicación de Bolsonaro contra los movimientos feminista, negro y Lgbt es contundente: ellos tienen la culpa de las diferencias entre los brasileños. Las feministas, una locas e histéricas, son las culpables de aumentar la diferencia entre hombres y mujeres. El movimiento negro tiene la culpa de que aumente el racismo porque, según repetía su campaña: “Somos todos iguales, no hay razas, el verde-amarillo es nuestro color”. Los gays son unos pederastas que quieren sexualizar a nuestros hijos. Es como si nos estuvieran diciendo que los negros, las mujeres y las personas Lgbt son los culpables de morir.

Pero el fascismo no vence siempre. El odio no vence siempre. Quien va a substituir a Jean Wyllys es David Miranda, negro, gay, padre de dos hijos y originario de una región periférica de Rio de Janeiro. Como él mismo escribió en un tuit: “Sale un Lgbt pero entra otro”, o, como repetimos estos días en Brasil, “ellos acordaron matarnos, pero nosotros acordamos no morir”

23
Feb
19

Uruguay y la educación …

No hablemos de inclusión, es justicia

|

escribe: Jorge Méndez

La educación cómo práctica de humanización es una construcción permanente de sentidos y realidades, de encontrarse con otros y con uno mismo, de saberse parte de una comunidad, de un mundo, y de tomar parte. Esto porque es, ante todo y todos, un derecho impostergable e innegable.

En tanto derecho, exige que la práctica educativa se estructure, se enuncie y se mida como tal en tanto el sujeto, sus necesidades y condiciones de existencia estén en el centro, si no queremos que sea letra muerta y vacía. Por ello hablamos de educación inclusiva (porque aún no hemos logrado hacer que todos accedan y tomen parte es que seguimos usando adjetivos explicativos): que aloje en términos de convivencia, que se nutra de lo diverso y que construya respuestas en función de ello y no en pos de fabricaciones y estereotipos. Se trata de buscar que los centros educativos no sean excluyentes, dar cuenta de las cualidades que poseen los estudiantes más que enumerar sus características en términos categóricos y en términos de déficit. En suma, concebir a las prácticas educativas en movimiento.

De discursos histriónicos y extrañas prácticas

El desarrollo anterior parece aún no encontrar validez en la situación real y concreta de las personas en situación de discapacidad en Uruguay (si bien existe un recorrido relevante en los últimos años). ¿Cuál es el lugar de la persona en situación de discapacidad en el sistema educativo en general? A nivel del sistema, más allá de esfuerzos de docentes, centros y familias que generan procesos que tensionan el escenario histórico, el lugar es el de la pasividad. Nos cuesta una enormidad encontrar consistencia en propuestas, adecuaciones y dispositivos que hagan partícipes a las personas en situación de discapacidad de su proceso educativo, fundamentalmente en el pasaje y permanencia en la educación media.

Hablar de trayectoria pierde su sentido, pues la propuesta queda reducida a tiempos cortos (aun peor, a tiempos perpetuos) que no responden a etapas vitales sino más bien a cuestiones fuera del tiempo y espacios subjetivos reales, por lo que persisten situaciones que despojan de sentido el formar parte de un espacio educativo. Sí existen intentos concretos en los subsistemas (la escuela primaria es un lugar de referencia en este sentido) y organismos subsidiarios, pero estos aún se encuentran en la orfandad de la política pública. Enumerar acciones, por más permanentes que sean en el tiempo, no es igual a nombrar una política real. La educación encasillada en formatos tradicionales coarta su capacidad de respuesta. Ante situaciones diversas, las respuestas homogéneas o las voluntaristas tienden a negar la estadía en el sistema mismo.

El tema no está en los de afuera de los centros educativos; no debemos realojar al determinismo biológico (que vive y lucha) en nuestros enfoques, no es culpa de la persona en situación de discapacidad no poder ejercer su derecho de la manera adecuada. Es, sin duda, una cuestión de cómo organizamos nuestras prácticas educativas, de cómo construimos la cultura escolar misma. ¿Por qué sostenemos esto? Porque defendemos con firmeza que las personas en situación de discapacidad son sujetos de posibilidades, con capacidades a desafiar para adquirir y construir nuevos saberes, son sujetos plausibles de aprendizajes. Y como tales, no pueden ceñirse a prácticas y discursos que las hagan espectadoras del mundo y no intervinientes, hacedoras de su realidad y de la de otros.

Esto reclama la necesidad de apostar a la creatividad política, buscando los “inéditos viables” de los que hablaba Paulo Freire, como un estandarte impostergable. Hablar de educación inclusiva no es algo meramente técnico, es un compromiso ético y su materialización es una necesidad. Implica construir el camino de la voluntad política en los colectivos y actores, ese paso que sigue al de la conciencia, que refiere a la intervención constante en la realidad para modificarla y descifrarla, para construirla y otorgarle sentidos.

Dicho de otro modo: la respuesta no estará en algunos iluminados que ofician de fiscales y jueces de lo no hecho; implica interpelar la práctica misma y la de los microespacios como punto de partida. No se trata de enarbolar banderas que pierden fuerza en lo cotidiano o que sólo arropan a algún personaje de turno en la institucionalidad, se trata de poner al sujeto real y concreto en el centro de nuestras acciones y discursos, a la vida misma en el centro de la política. Implica, de una vez por todas, poder hablar con aquellos sobre quienes recaen decisiones y formatos, y no seguir construyendo el abismo de las buenas intenciones.

El valor de lo pedagógico

En toda actividad humana y social que se precie de poner en el centro al sujeto, el diálogo entre saberes y disciplinas, entre instituciones y fuerzas comunitarias, no sólo es adecuado sino que es, por lo menos, lo esperable. El camino de la educación inclusiva se ha nutrido y ha avanzado en ese intercambio, proclive a encontrar respuestas pero también a generar nuevas preguntas.

Ahora bien, dos actores que han sido llamados pocas veces a habitar ese espacio de diálogo son las propias personas en situación de discapacidad y el colectivo docente. Sobre la participación de las personas en situación de discapacidad en instancias pedagógicas mucho se ha hecho y hablado, pero lo significativo y real es atender su propia voz y prestar escucha más que autoproclamarse y hablar en nombre de. Por tanto, me referiré al otro actor mencionado.

Estamos en un momento histórico en el cual los docentes son acusados de todo lo malo de la sociedad mientras que se les exige, al mismo tiempo, que sean las respuestas a esos males. Estos círculos, alimentados por los fiscalizadores externos, cercenan no sólo la posibilidad de los aportes propiamente pedagógicos a la construcción de la educación inclusiva, sino que hacen que cualquier propuesta en tal sentido pierda eficacia, alcance y sobre todo, legitimidad.

Mel Ainscow plantea que la educación inclusiva tiene tres momentos diferenciables: el acceso, la participación y el logro. Es estrictamente necesario que el aporte docente se haga carne en los dos últimos momentos, fundamentalmente porque las respuestas dadas hasta ahora casi exclusivamente se quedan en la instancia del acceso, por más que supongan que han abarcado las siguientes. Es más, el propio Ainscow y quienes investigan en educación (no sobre educación) ponen de manifiesto que la figura del docente aislado, desde el currículo prescriptivo y encerrado en el mar burocrático, tiene poco margen para la creatividad, al tiempo que el encuentro con otros queda reducido a la práctica catártica, fruto de ese perverso juego de soledad.

La educación inclusiva requiere de un centro en movimiento, de docentes que se encuentran y repiensan sus estrategias, de aulas contextualizadas con sus estudiantes, de saberes que circulen, de una cultura escolar que acompañe la intención educativa, y, fundamentalmente, de las condiciones que permitan la reflexión pedagógica.

Sobran ejemplos para fortalecer la argumentación anterior sobre la necesidad de apostar a la autonomía en la práctica docente como herramienta esencial para favorecer propuestas educativas no excluyentes, para hacer de los esfuerzos de una educación para todas y todos algo posible más allá de los números. Nos falta la voluntad de echar una mirada reflexiva y dar el valor necesario a esos ejemplos, para situarlos en clave política.

Pensar y proponer cambios educativos sin docentes involucrados y comprometidos no es otra cosa que demagogia, porque quedan destinados a colorear ese mar burocrático que hemos construido.

Jorge Méndez es licenciado en Filosofía, especializado en políticas y gestión de la educación.

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Antonio Machado

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FRENTE AMPLIO y el 4to. gobierno; más posible que ayer …

nLos nuevos concursos judiciales

escrito: Gerardo Gadea

Las reformas estructurales del Frente Amplio han llegado para quedarse. Algunas de ellas desapercibidas, escasamente publicitadas, pero que han significado cambios profundos que muchas veces pasan inadvertidos.

Las reformas de los procesos concursales han sido uno de ellas. Cambios radicales para las empresas que se encuentran en dificultades fueron discutidos con todos los actores relevantes de la sociedad, consensuados y presentados como proyectos de ley desde los años 2005 al 2008.

Se actualizó y se profundizó -bajo otras bases- una vetusta y maquiavélica legislación del siglo XIX con algunas tímidas reformas a principios de 2000, cuya consecuencia inmediata era decretar -sin más- la muerte comercial de las empresas, y civil de los empresarios. Todo cambió y para bien.

Antes hablábamos de quiebras, concordatos preventivos, concurso civil, liquidaciones judiciales, moratorias, cada uno de ellos con un procedimiento judicial engorroso, tortuoso en el tiempo y que brindaba casi nulas salidas a la empresa que se encontraba en cesación de pagos.

Hoy hablamos de un solo proceso llamado CONCURSO que tiene un procedimiento común y simplificado y que permite dar opciones para estimular tanto al deudor como al acreedor a encontrar las mejores soluciones.

El objetivo es viabilizar a las empresas que tienen dificultades económicas y/o financieras para que puedan continuar con sus actividades o en caso de que éstas sean inviables realizar una liquidación que tenga el menor costo posible para la sociedad (trabajadores, acreedores, deudas con el Estado).

Se prioriza en primer lugar los acuerdos que puedan realizarse entre el deudor y los acreedores en cualquier momento del proceso y estos acuerdos pueden ser muy amplios.

Son opciones múltiples en un marco muy flexible para que todos los actores acuerden. Podemos hablar de una quita otorgada por los acreedores a la empresa, una espera en el plazo estirando los vencimientos previamente acordados, la posibilidad de que un inversionista pueda asumir la empresa, la venta total, en parte o en bloques de ella, capitalizaciones, constitución de fideicomisos, venta de activos para el pago de acreedores, acuerdos de reorganización, cooperativas de trabajadores, la participación de los trabajadores en el financiamiento de la empresa para su eventual gestión, etc.

La gama de soluciones es bien grande -a diferencia de la anterior legislación- matrizando un concepto que está detrás de ella: el principio de empresa en marcha. Se quiere cuidar la unidad productiva para que ésta no se detenga, siga trabajando y buscando soluciones. Mientras el auto está en marcha vamos arreglando el pinchazo de la rueda; pararlo es la peor de las hipótesis.

La legislación logró reducir los costos de estos procedimientos. Antes, los síndicos, los interventores cobraban honorarios muy onerosos que en definitiva iban a costo de los verdaderos titulares de los créditos, desnaturalizando el instituto. Los tiempos eran interminables, ahora se trata de reducirlos al mínimo, en el marco de cuidar las garantías para todas las partes.

Se mejoraron los procesos de decisión. Antes existían dobles mayorías de acreedores (en monto y en número) que muchas veces no fueron usados de la mejor forma. Ahora hay mayorías simples, mayorías especiales o mayorías reducidas dependiendo de la profundidad del acuerdo y como afecta en la masa de acreedores.

Hay un incentivo real para utilizar estos procedimientos ya que suelen encontrar soluciones a las empresas en dificultades. Esto se ha traducido en el crecimiento en la presentación de empresas en un número muy importante.

Nunca falta algún experto oportunista que nos habla de los “aumentos” de los concursos judiciales en el país queriendo dar la imagen de empresas fundidas y en quiebra. Es comparar legislaciones que no tiene nada que ver una con la otra y por lo tanto con datos y situaciones que carecen de homogeneidad.

El multimedio La República ha ingresado en una etapa de concurso voluntario, afortunadamente lo hace en un momento en que este Instituto se encuentra prestigiado y fortalecido.

Deseamos a todos los actores que intervienen en este proceso que puedan culminarlo de la mejor manera para todos y que no se pierda de vista lo más importante: la necesidad de que un medio como La República siga siendo parte de la cultura de cada uno de los uruguayos a lo ancho y a lo largo de todo el país, como lo ha sido en estos últimos 30 años.




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