Difícil crecer como país con esta forma de actuar
(de diario la repùblica)
Vivimos en un país acostumbrado a actuar «al grito» y a defender «la chacra». No importan los argumentos del otro, no escuchamos, no hacemos el mínimo esfuerzo por comprender lo que quiere decir quien está frente a nosotros, en definitiva, desconocemos la esencia del concepto diálogo.
Claro que con esto del «delegado presidencial» no se puede ser tan ingenuo y son otros los intereses. Por más que se rechace por «burocracia, innecesario etc etc», la razón fundamental es que todos temen que se les mueva el pisos a sus intendentes ( los blancos tienen 12).
A nadie le importa, en realidad, la ciudadanía; nadie entiende la reforma del estado,¿ la querrán? Lo que importa es que «en mi chacra no se meta nadie», es decir estamos como a principios de 1900, pero con celular . Esa es la mentalidad de los políticos.
Pocas veces el país ha tenido un presidente con visión de futuro, con tanta sinceridad , honestidad y olfato como para detectar qué es lo que se necesita y, sobre todo, con tanta vocación al diálogo. También es cierto, ya que no es perfecto, que no siempre presenta los problemas o las soluciones de la mejor manera.
De todas maneras, la mentalidad de cuadro chico reinante, tanto entre los partidos tradicionales como dentro de algunos integrantes del FA ( temerán que el MPP se inmiscuya en todo?) es alarmante, y realmente nos proporciona la verdadera temperatura que existe en el país en torno a temas fundamentales que definen el futuro y el tipo de país que queremos.
Mujica se decidió a hablar, más bien a fijar el rumbo de la discusión ( que le está quedando enorme a muchos de sus detractores) advirtiendo a quienes le critican que «se han equivocado feo, por apresuramiento, por falta de información y por no buscar el diálogo».
En realidad, en este momento lo menos importante es lo que plantea el Presidente como propuesta, sino lo que ha dejado al desnudo de los demás : sus «locas pasiones», su pequeño mundo, su falta de capacidad para mirar hacia arriba y a lo lejos, y también, por qué no, su absoluta falta de visión acerca del papel fundamental que juega para nuestro país el llevar adelante una reforma estatal en serio, que no se limite a prescindir de funcionarios y cerrar unidades ejecutoras, sino a liderar el proceso de inversiones extranjeras, el de las nacionales , contar con un norte claro, ofrecer al ciudadano un servicio acorde a los impuestos que paga y, en definitiva, procesar los cambios que el país necesita a nivel administrativo.
En una clara demostración de su conocimiento de la realidad de este país, Mujica sostuvo que » todo organismo vivo, como son las distintas partes del Estado, luchan por crecer, luchan por multiplicarse, como poseídos de una fuerza interior, y tratan de cubrir no sólo las funciones para las que fueron fundadas, sino todas las que puedan, sucesivamente».
Si a ello le sumamos que la coordinación entre las oficinas estatales prácticamente no existe, llegamos a la realidad actual en la que se multiplican las mismas tareas por doquier».
Pero en realidad todo ello es discutible. Lo más rescatable y preocupante lo señaló el propio Mujica: «esto que hemos anunciado no va a suponer más gastos, porque en buena medida se va a aprovechar mejor lo que se tiene » advirtiendo que «no tiene nada que ver con las intendencias, o con asumir la representación del Ejecutivo ante las intendencias, o inmiscuirse en su trabajo, mucho menos tiene algo que ver con la autonomía departamental, esas cosas nunca estuvieron planteadas en ningún lado ni han estado en cuestión», aseveró.
Y también cobró cuentas, porque » sin hablar con nosotros , sin siquiera tener la delicadeza de llamarnos por teléfono, se han sacado conclusiones a la carrera y se han hecho comparaciones que no están en línea con la actitud que nosotros hemos asumido desde la primera hora del gobierno. Y se han equivocado feo, por apresuramiento, por falta de información, por falta de diálogo, pero, por no buscarlo, porque no somos nosotros los que negamos el diálogo».
En definitiva, que Luis Lacalle se oponga no es novedad, que Pedro Bordaberry también lo haga, va en la misma línea, lo preocupante es que un gobernante joven y progresista como Jorge Larrañaga haya cuidado su chacrita, en vez de elevar la mira y, sobre todo, apostar a la politiquería barata en vez de hablar con el Presidente y acceder de primera mano al meollo de su planteo, y recién después, buscarle el rédito político partidario ( al cual tiene todo el derecho del mundo)
Crecemos, producimos más , incorporamos tecnología, pero la cabecita no se pone al ritmo de los tiempos modernos. Lástima por el país.
Debe estar conectado para enviar un comentario.