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Los uruguayos seguimos alegres y esperanzados en nuestra selección futbolística al Mundial. No sólo por los resultados obtenidos sino por la forma de jugar al fútbol y su relacionamiento humano tanto interno como en el ámbito general. Nos gusta que un equipo ponga todo en la cancha pero que al mismo tiempo sea agradable de ver y ofensivo cuando es necesario. En el último partido vimos cómo tácticamente el técnico mexicano intentó aislar primero a nuestro mejor jugador, lo que permitió el desenvolvimiento de los otros delanteros, para posteriormente tratar en el segundo tiempo de arrinconar al equipo celeste con una mayor presión ofensiva. Si bien en algún momento pasamos zozobras, la disciplina y el fervor del equipo celeste permitieron la victoria. En política como en el fútbol las tácticas y contratácticas existen y se utilizan continuamente. Cuando un equipo (o un partido si de política hablamos) ve que su rival avanza trata de detenerlo. Se trata de aislar al rival, erosionando su base social, enfrentándolo a sus aliados y procurando así debilitarlo. Esto es lo que se ha propuesto hacer la derecha respecto del Partido Comunista. En algunos casos el maceramiento constante de algunas de sus ideas hace que las mismas se reflejen en algunos de los discurso de la izquierda.
Repasemos algunas de las últimas ofensivas.
La elección de Ana Olivera para ser candidata a la Intendencia de Montevideo y la votación posterior del FA en la capital han sido utilizados para atacar a la organización de la fuerza política. Se busca una transformación de la estructura que tiene como objetivo desmantelar a los comités de base. La derecha continuamente pone el acento en que los comunistas tienen un peso desmesurado en función de los votos que tienen. Obviamente no ponen arriba de la mesa la discusión de la importancia que tienen los organismos de base del FA en la construcción y el desarrollo del bloque político social, radical, de los cambios. La definición del gabinete de la futura intendenta ha sido el eje de la tormenta en las últimas semanas. En los medios de prensa se manejaban un sinnúmero de nombres para las distintas responsabilidades. Se daba por definido que la Secretaría General de la IMM pertenecería al partido de la Intendenta y se trataba de asustar con la llegada de un gabinete “rojo”. Lo que la prensa “prefería” olvidar es que en el Ministerio que los comunistas tuvieron la responsabilidad de dirigir durante el gobierno de Tabaré Vázquez, el gabinete fue “frenteamplista” en su composición (es decir, no regido por cuotas política. No puede sorprender a nadie que esta concepción se vuelva a repetir. Ahora el caballito de batalla de la derecha es enfrentar al PCU con el gobierno frenteamplista respecto de la política económica a llevar adelante. Se busca posicionar al PCU como el único sector que plantea críticas al Ministerio de Economía. Olvidan que el conjunto del movimiento popular ha reivindicando un cambio de los ejes de la política económica desde hace tiempo, como está expresado en los documentos del PIT CNT o en las resoluciones del Segundo Congreso del Pueblo. Planteos que han sido respaldados por movilizaciones masivas demostradas fehacientemente el 9 de junio pasado. Las diferencias sustanciales del PCU respecto de los ejes de la política económica llevada adelante por el gobierno de FA comienzan en el 2005. Se basan esencialmente en la necesidad imperiosa de desarrollar un país productivo con justicia social que no puede concretarse mientras los ejes económicos estén marcados por el equilibrio fiscal, el pago escrupuloso de los compromisos internacionales, el reforzamiento de un modelo agroexportador y el hincapié en la inversión extranjera directa. El tema de fondo se encuentra en cómo se produce, concentra y distribuye la riqueza a la interna de la sociedad. En tal sentido, tal como se viene planteando la política económica, se sigue manteniendo la misma concentración de la riqueza que se daba en períodos anteriores. Los fenómenos de concentración, centralización y extranjerización se dan en cadenas importantes del sector agroexportador: forestación, carne, soja, arroz, lechería. La mayoría de esas inversiones se producen sobre industrias ya en marcha, vienen a comprar empresas en funcionamiento, de gran rentabilidad y, en lo posible, monopólicas u oligopólicas. No hay que confundir el hecho de que la mayoría de la población viva un poco mejor que antes de asumir el gobierno del FA, -lo cual es cierto-, con la redistribución justa de la riqueza. Hay un aumento de la riqueza global que se puede demostrar por el crecimiento del PBI o por la recuperación de la productividad industrial a índices anteriores a la crisis de 2002. Sin embargo, el salario real de los trabajadores no se ha recuperado en el mismo porcentaje. Incluso en las proyecciones que se han hecho, el salario crecería a un porcentaje mejor que el conjunto de la economía. Es decir que será mayor la cantidad de plusvalor que la clase dominante se apropiará. Esta forma de crecimiento económico beneficia esencialmente al sector agroexportador y sus límites están en los precios que se obtengan en los mercados internacionales. Sumado a ello la acción económica del sector exportador se hace sentir sobre el conjunto de la población que tiene que pagar a precios internacionales productos básicos como la leche y la carne (cuyo precio al consumo sigue subiendo). Se busca mantener altas tasas de ganancia aprovechando la actual- y provisoria- coyuntura de precios altos de nuestras materias primas. No es casual que veamos a la derecha intentando estigmatizar al movimiento popular mostrándolo como la causante de la suba de precios en algunos productos o en la falta de dinamismo de la economía. La intención activa de la patronal de CONAPROLE de atacar al sindicato tampoco es una casualidad. Es parte de un discurso que trata de ocultar los intereses de clase que existen en la sociedad. Frente a esta situación se hace imperioso el cambio de la política económica para desarrollar plenamente el país productivo con justicia social y profundidad democrática.
Las críticas no son nuevas y se basan en el programa del FA.
Por más que la derecha pretenda aislar al PCU, hace 90 años que estamos insertos en el pueblo. Nuestros compañeros frenteamplistas saben que nos van a encontrar siempre en la primera línea de combate cuando se ataque a nuestra fuerza política y a nuestro gobierno. No obstante, ello no implica en ninguna circunstancia que nos callemos las diferencias ni que reneguemos del debate necesario. La unidad de la izquierda se construyó en la discusión fraterna, en la unidad de acción en torno a un programa de cambios, surgido siempre del debate franco al que no renunciamos ni renunciaremos. Que la derecha siga con su juego de intentar aislarnos. Sus motivos tienen, porque el asunto de fondo son los intereses de clase. Por las mismas razones, aunque antagónicas, nosotros seguiremos con nuestros objetivos que no son otros sino los que desde su fundación motivaron al Frente Amplio: profundizar la democracia hasta el mayor límite alcanzable.
Cuando estas líneas se publiquen en el periódico Granma mañana viernes, el 26 de Julio, fecha en la que siempre recordamos con orgullo el honor de haber resistido los embates del imperio, quedará distante, a pesar de que faltan sólo 32 días. Los que determinan cada paso del peor enemigo de la humanidad -el imperialismo de Estados Unidos, una mezcla de mezquinos intereses materiales, desprecio y subestimación a las demás personas que habitan el planeta- lo han calculado todo con precisión matemática. En la reflexión del día 16 de junio escribí: ”Entre juego y juego de la Copa Mundial de Fútbol, las diabólicas noticias se van deslizando poco a poco, de modo que nadie se ocupe de ellas.” El famoso evento deportivo ha entrado en sus momentos más emocionantes. Durante 14 días, los equipos integrados por los mejores futbolistas de 32 países han estado compitiendo para avanzar hacia la fase de octavos de final; después vendrán sucesivamente las fases de cuartos de final, semifinales y el final del evento. El fanatismo deportivo crece incesantemente, cautivando a cientos y tal vez miles de millones de personas en todo el planeta. Habría que preguntarse cuántos, en cambio, han conocido que desde el 20 de junio naves militares norteamericanas, incluido el portaaviones Harry S. Truman, escoltado por uno o más submarinos nucleares y otros buques de guerra con cohetes y cañones más potentes que los de los viejos acorazados utilizados en la última guerra mundial entre 1939 y 1945, navegaban hacia las costas iraníes a través del canal de Suez. Junto a las fuerzas navales yankis avanzan buques militares israelitas, con armamento igualmente sofisticado, para inspeccionar cuanta embarcación parta para exportar e importar productos comerciales que el funcionamiento de la economía iraní requiere. El Consejo de Seguridad de la ONU, a propuesta de Estados Unidos, con el apoyo de Gran Bretaña, Francia y Alemania, aprobó una dura resolución que no fue vetada por ninguno de los cinco países que ostentan ese derecho. Otra resolución más dura fue aprobada por acuerdo del Senado de Estados Unidos. Con posterioridad, una tercera, más dura todavía, fue aprobada por los países de la Comunidad Europea. Todo tuvo lugar antes del 20 de junio, lo que motivó un viaje urgente del Presidente francés Nicolás Sarkozy a Rusia, según noticias, para entrevistarse con el jefe de Estado de ese poderoso país, Dmitri Medvédev, con la esperanza de negociar con Irán y evitar lo peor. Ahora se trata de calcular cuándo las fuerzas navales de Estados Unidos e Israel se desplegarán frente a las costas de Irán, y unirse allí a los portaaviones y demás buques militares norteamericanos que montan guardia en esa región. Lo peor es que, igual que Estados Unidos, Israel, su gendarme en el Medio Oriente, posee modernísimos aviones de ataque y sofisticadas armas nucleares suministradas por Estados Unidos, que lo convirtió en la sexta potencia nuclear del planeta por su poder de fuego, entre las ocho reconocidas como tales, que incluyen a la India y Paquistán. El Sha de Irán había sido derrocado por el Ayatollah Ruhollah Jomeini en 1979 sin emplear un arma. Estados Unidos le impuso después la guerra a aquella nación con el empleo de armas químicas, cuyos componentes suministró a Irak junto a la información requerida por sus unidades de combate y que fueron empleadas por estas contra los Guardianes de la Revolución. Cuba lo conoce porque era entonces, como hemos explicado otras veces, Presidente del Movimiento de Países No Alineados. Sabemos bien los estragos que causó en su población. Mahmud Ahmadineyad, hoy jefe de Estado en Irán, fue jefe del sexto ejército de los Guardianes de la Revolución y jefe de los Cuerpos de los Guardianes en las provincias occidentales del país, que llevaron el peso principal de aquella guerra. Hoy, en el 2010, tanto Estados Unidos como Israel, después de 31 años, subestiman al millón de hombres de las Fuerzas Armadas de Irán y su capacidad de combate por tierra, y a las fuerzas de aire, mar, y tierra de los Guardianes de la Revolución. A éstas se añaden los 20 millones de hombres y mujeres, entre 12 y 60 años, escogidos y entrenados sistemáticamente por sus diversas instituciones armadas entre los 70 millones de personas que habitan el país. El gobierno de Estados Unidos elaboró un plan para llevar a cabo un movimiento político que, apoyándose en el consumismo capitalista, dividiera a los iraníes y derrocara el régimen. Tal esperanza es ya inocua. Resulta risible pensar que con las naves de guerra estadounidenses, unidas a las israelitas, despierten las simpatías de un solo ciudadano iraní. Creía por mi parte inicialmente, al analizar la actual situación, que la contienda comenzaría por la península de Corea, y allí estaría el detonante de la segunda guerra coreana que, a su vez, daría lugar de inmediato a la segunda guerra que Estados Unidos le impondría a Irán. Ahora, la realidad cambia las cosas en sentido inverso: la de Irán desatará de inmediato a la de Corea. La dirección de Corea del Norte, que fue acusada del hundimiento del “Cheonan”, y sabe de sobra que fue hundido por una mina que los servicios de inteligencia yanki lograron colocar en el casco de esa nave, no esperará un segundo en actuar tan pronto en Irán se inicie el ataque. Es muy justo que los fanáticos del fútbol disfruten a su antojo de las competencias de la Copa del Mundo. Cumplo sólo el deber de exhortar a nuestro pueblo, pensando sobre todo en nuestra juventud, llena de vida y esperanzas, y especialmente en nuestros maravillosos niños, para que los hechos no nos sorprendan absolutamente desprevenidos. Me duele pensar en tantos sueños concebidos por los seres humanos y las asombrosas creaciones de las que han sido capaces en sólo unos pocos miles de años. Cuando los sueños más revolucionarios se están cumpliendo y la Patria se recupera firmemente, ¡cómo me gustaría estar equivocado!
Fidel Castro Ruz Junio 24 de 2010 9 y 34 p.m.
jueves 24 de junio de 2010
Es un hecho la ofensiva xenófoba en toda Europa en el contexto de la crisis económica y nuestro país no está al margen del problema. Esta agitación sin precedentes de la nueva ultraderecha, busca conectar con un sector de la ciudadanía que recela de la inmigración, de la diversidad cultural y religiosa y de la propia construcción europea. Son múltiples los factores que hacen posible la inquietud y el desencanto social pero no menos importante el impacto del discurso de la intolerancia propagado en diversos espacios, esencialmente en Internet orientados por un proteccionismo ultranacionalista y xenófobo que alimenta un proceso involutivo respecto a la idea de sociedad abierta, cosmopolita y de ciudadanía mundial que debería acompañar a una globalización congruente con la democracia y la universalidad de los Derechos Humanos. En el escenario de crisis económica, el aumento del prejuicio xenófobo y del hostigamiento a la inmigración está servido. El rechazo a compartir igualdad de trato en materia de empleo, sanidad, educación y otro tipo de atención asistencial se viene constatando no solo en las encuestas oficiales, también se evidencia en situaciones discriminatorias de la vida cotidiana. La ofensiva organizada despliega una estrategia que ataca directamente a la cohesión democrática y a la convivencia integradora de la diversidad, mediante un uso perverso de cualquier conflictividad social generada a partir del fenómeno de la inmigración, del pluralismo religioso y de la diversidad social o cultural. Una xenofobia que nunca será democrática aunque lo votase la mayoría social. Esta xenofobia no viaja sola, va acompañada de intolerancia religiosa y cultural, en especial de antisemitismo e islamofobia, a quienes acusa de estar detrás de la crisis o de aprovecharse de ella, una intolerancia que hace de la diversidad su enemigo y del diferente, un potencial objetivo de agresión, postreramente ejecutada por grupos racistas o neonazis nacidos del odio y de la recluta fanática de santuarios de intolerancia, como las gradas ultras del fútbol. Una intolerancia que se engarza con el racismo de siempre hacia el pueblo gitano y con la discriminación sempiterna hacia colectivos vulnerables como los homosexuales y las personas con discapacidad. Cuando la intolerancia crece lo hace en todas las direcciones, en todas sus expresiones y con todas sus perniciosas manifestaciones.
El neofascismo xenófobo se internacionaliza
La actividad xenófoba en los últimos años ha recibido fuertes estímulos por los resultados electorales de formaciones ultraderechistas en esta Europa desnortada. Una nueva ultraderecha que en todos los países europeos se presenta con eslóganes similares que reclaman Prioridad Nacional, tipo “los españoles primero” y “stop invasión”, que desprecian la igualdad de trato, vinculan al inmigrante con la delincuencia e incluso con el riesgo terrorista, usan los problemas de corrupción desacreditando la democracia, en definitiva, nada diferentes de un país a otro, como muestra el populismo de Lepen en Francia, la dura ultraderecha de Jobbik en Hungría, la Liga del Norte en Italia, el BNP de Gran Bretaña o la islamofobia en Suiza, que parecen construidos en laboratorios del neofascismo.La infección neonazi en la nueva ultraderecha xenófoba es más que evidente. Mediante Internet, en webs, blogs, foros y redes sociales, acompañado de una dinámica de conciertos clandestinos de propagación del odio, el ir y venir a manifestaciones, incluso internacionales, la obscenidad presencial de los ultras del fútbol exhibiendo la simbología nazi y la continua distribución de propaganda fascista junto a reuniones internacionales y conferencias de adoctrinamiento, algunas incluso con antiguos miembros de las SS nazis que realizan según qué partidos “legalizados”, se evidencia el déficit de defensa de la democracia en diversos países europeos.En cuanto a la violencia protagonizada por grupos neonazis, lejos de desaparecer, se ha estabilizado como algo latente que recuerda con su voluntad de presencia un horizonte criminal y genocida al hacer suyo, como manifiestan habitualmente, el legado hitleriano y una aceptación sin paliativos del Holocausto, aunque sus líderes en toda Europa enarbolen la bandera del negacionismo humillando a las víctimas. La violencia neonazi existe y está entre nosotros desde hace años, se alimenta de xenofobia, racismo, homofobia, antisemitismo, islamofobia, odio al diferente, al vulnerable y también, a la convivencia democrática. Carece de sentido el discurso oficioso de las “tribus urbanas” que minimiza y banaliza este problema. En Europa diversos países han adoptado medidas preventivas profundas, con instituciones y programas especiales en colaboración con organizaciones cívicas especializadas; la OSCE, el Consejo de Europa y la Unión Europea han sido contundentes con los Gobiernos llamándoles a una “acción decisiva frente al racismo y la xenofobia”, señalando el avance del odio y la intolerancia en Internet y pidiendo a la sociedad civil que se movilice sin demora frente a este grave problema, significando su gravedad en Rusia, con 120 asesinatos en 2009, y en otros países donde hay “cacerías” de gitanos e inmigrantes. En España, la indolencia institucional y la permisividad “de facto” que en muchas ocasiones gozan los grupos neofascistas resulta incomprensible. No obstante durante el último año la reacción fiscal, judicial y policial han sido positivas cambiando el rumbo de la insuficiencia al apreciarse condenas sin paliativos en diversos procedimientos contra grupos neonazis. Es preciso entender que la lucha contra la lacra racista y la intolerancia xenófoba solo puede ser democrática, es decir, en el marco de la legalidad del Estado de derecho, rechazando el uso de la violencia, defendiendo los valores democráticos de igualdad, tolerancia y los universales derechos humanos; además debe tener un carácter integral, en el marco de la legalidad del Estado democrático y en cumplimiento del ordenamiento jurídico internacional; un camino que requiere prohibir manifestaciones xenófobas, cerrar webs neonazis e ilegalizar organizaciones racistas, además de adoptar una legislación que ampare a las víctimas del odio; un camino que alcance a la educación, impulse una sensibilización preventiva y propicie operadores jurídicos especializados, colaborando a nivel internacional para desmantelar las tramas y redes neonazis organizadas. La esperanza hoy se centra en el anuncio por el Gobierno socialista de Ley para la igualdad de trato y contra la discriminación, albergando el deseo de que sirva para impulsar una seria política criminal en línea con las recomendaciones de NN.UU. quien recordaba que se “deben castigar las actividades violentas, racistas y xenófobas de grupos que se basan en ideologías neonazis, neofascistas y otras ideologías nacionalistas violentas”. Unos meses antes, la Unión Europea aprobó la Directiva Marco de Derecho Penal, obligando a los Estados a sancionar penalmente a quienes inciten al odio, violencia y discriminación por motivos raciales, xenófobos, antisemitas y de intolerancia cultural o religiosa. En definitiva, se trata de situarnos en los mandatos internacionales, promoviendo una respuesta democrática, cívica y política, legal y sin violencia, pero con profundidad y extensión a todos los ámbitos sociales, incluidos los medios de comunicación. Todos juntos, en democracia, si podemos.
Esteban Ibarra Presidente de Movimiento contra la Intolerancia
La Plataforma contra la impunidad del franquismo convoca a los ciudadanos a una manifestación nocturna el próximo sábado 26 de junio en la Puerta del Sol de Madrid a partir de las 22.30H. Con ella se pretende realizar un homenaje a los más de 113.000 personas que, a día de hoy, continúan desaparecidas como consecuencia de la atroz dictadura franquista. Después de más de 30 años de democracia, más de 113.000 familias españolas siguen buscando a otros tantos desaparecidos, personas arrancadas de sus vidas, torturadas, asesinadas, silenciadas. Pero no olvidadas. Por eso, la Plataforma convoca un acto-homenaje en el que se encenderán miles de velas en el centro neurálgico del país, encendido simbólico con el que se continuará pidiendo Verdad, Justicia y Reparación. En la concentración se proyectará el vídeo Cultura contra la impunidad, en el que personalidades del mundo de la cultura como Javier Bardem, Pedro Almodóvar, Juan Diego Botto, Paco León, Aitana Sánchez-Gijón o Juan José Millás, entre otros, han prestado su rostro y su voz y han colaborado con la Plataforma contra la impunidad del franquismo en un documental que recoge la historia de 15 fusilados durante la dictadura.Porque 35 años de democracia no han sido suficientes para recuperar sus cuerpos, sus identidades, su memoria, pero tu vela puede ayudar a hacer Justicia.
Sábado 26 de junio 22.30 Horas Puerta del Sol de Madrid.
POR VICENÇ NAVARRO
Es una característica de los nacionalismos conservadores y liberales existentes en España (tanto los centrales jacobinos como los periféricos) asumir que todas las clases sociales quedan homogeneizadas bajo la categoría de nación, identificando los intereses de tal nación con los de quienes lideran tales movimientos. De ahí que los nacionalismos sean hostiles al concepto de clase social que –según ellos– diluye el impacto de su propuesta soberanista.La realidad, sin embargo, es que hay tantas españas como clases sociales hay en España. Y hay tantas catalunyas como clases sociales hay en Catalunya. Por supuesto que las clases sociales dentro de una nación pueden tener intereses comunes,tales como la defensa en la utilización de su lengua y de su identidad nacional, un punto de una enorme importancia en Catalunya. No existe plena conciencia de ello en otras partes de España. La primera vez que me detuvieron en Barcelona fue en los años cuarenta, a la temprana edad de 7 años, cuando le escupí a la cara a un gris –un policía nacional español– por abofetearme por hablar en mi lengua materna –el catalán– tras insultarme, diciéndome: “No hables como un perro, habla como un cristiano”.Ahora bien, lo que se olvida con gran frecuencia es que, de la misma forma que hay intereses comunes entre las clases sociales de una nación, también hay intereses comunes entre las clases sociales dentro de un Estado con varias naciones. Y la experiencia en España lo demuestra. Las clases dominantes de las diferentes naciones de España se aliaron para derrotar a la República, siendo los nacionalistas conservadores y liberales catalanes de los años treinta los mayores promotores en Catalunya del golpe militar que persiguió con mayor brutalidad la identidad catalana. Como frecuentemente ocurre con los nacionalismos conservadores y liberales catalanes, antepusieron sus intereses de clase a los de la nación.Por las mismas razones, la clase trabajadora catalana ha tenido frecuentemente más intereses en común con las clases trabajadoras de otras naciones y pueblos de España que con las clases conservadoras que han gobernado Catalunya y España la mayoría del siglo XX. En realidad, el enorme retraso del Estado del bienestar español y catalán se debe primordialmente al enorme poder e influencia que tales clases han tenido a lo largo de nuestra historia sobre el Estado. Ni que decir tiene que España y Catalunya hicieron grandes avances económicos y sociales a partir del establecimiento de la democracia. Pero el gran avance económico no ha sido correspondido con un gran avance social, pues continúan estando a la cola de la Europa social. Así, España, según datos de 2007, es ya la octava potencia económica del mundo, con un PIB per cápita que es el 94% del promedio de la UE-15. Sin embargo, su gasto público social es sólo un 74% del promedio de la UE-15. Por su parte, Catalunya es ya más rica que el promedio de la UE-15, con un PIB per cápita que es el 110% del promedio de la UE-15. Pero su gasto público social per cápita es sólo el 73% del promedio de la UE-15.La explicación que da el nacionalismo conservador y liberal catalán a este retraso social es que este se debe al déficit fiscal de Catalunya con respecto a España, consecuencia de que los fondos que el Estado central recoge de las personas que viven en Catalunya a través de los impuestos es mucho mayor que los que recibe Catalunya (tras su contribución a la necesaria solidaridad que Catalunya ejerce con el resto de España –y que allí pocos cuestionan–, y tras el pago de los servicios de todo el Estado que corresponden a Catalunya). Este déficit fiscal es considerado excesivo por la mayoría de la población catalana. Ahora bien, los pasos iniciados por el Gobierno de izquierdas de la Generalitat y aprobados por el Gobierno socialista español van en la dirección de corregir tal déficit. Pero lo que no citan los nacionalistas conservadores y liberales catalanes (ni tampoco citó el documental propagandístico que mostró la televisión pública TV3 a favor de la independencia de Catalunya) es que, incluso con la resolución del déficit fiscal, Catalunya todavía se gastaría en su Estado del bienestar mucho menos de lo que le correspondería por el nivel de desarrollo económico que tiene, lo cual requeriría la suma de 2.735 euros estandarizados per cápita más de los que se gasta en su Estado del bienestar (un euro estandarizado es la unidad monetaria utilizada para homologar el poder de compra de países de distinto nivel de vida en la eurozona).La corrección del déficit fiscal que Catalunya tiene con el Estado central significaría un crecimiento de 965 euros estandarizados per cápita en gastos sociales, pero aún faltarían 1.770 euros estandarizados más para que Catalunya se gastara lo que le corresponde por su nivel de riqueza. Y la causa de que este dinero no se gaste es que ni el Estado central ni la Generalitat lo recaudan, debido al enorme poder de las clases más pudientes (burguesía, pequeña burguesía y clases medias de renta superior) existentes en Catalunya y su influencia sobre los gobiernos, tanto central como autonómico. Esto explica que no paguen los impuestos que sus homólogos en la UE-15 pagan. Lo mismo ocurre en el resto de España,donde el fraude fiscal alcanza dimensiones extraordinarias y son las rentas superiores las que practican más tal fraude. Según la propia Agencia Tributaria, un empresario en España y en Catalunya declara menor renta que un trabajador.Y esta es la mayor causa del subdesarrollo social de Catalunya y del resto de España, de la cual no se habla ni en Catalunya ni en España. El enorme dominio de tales clases sociales a los dos lados del Ebro explica que los nacionalismos conservadores y liberales centrales jacobinos y los periféricos (que se oponen en temas nacionales) sistemáticamente se alíen y apoyen políticas fiscales regresivas que benefician a las rentas altas a costa de las rentas medias y bajas de Catalunya y del resto de España.
Vicenç Navarro es catedrático de Políticas Públicas de la Universidad Pompeu Fabra y profesor de Public Policyen The Johns Hopkins University Ilustración de Mikel Jaso
Por Eliades Acosta Matos
En el Mundial de Fútbol que se celebra en Sudáfrica, no solo los jugadores y los goles son los protagonistas, sino también unas largas trompetas que usan los hinchas para estremecer los stadiums y apoyar a sus equipos. Se trata de las vuvuzelas, aparatosas, pero en el fondo inofensivas. Más ruido que otra cosa. O como diría una célebre canción cubana: “Buche y pluma na´ma”. No solo el fútbol tiene sus vuvuzelas, sino también la política imperial de los Estados Unidos. Cada cierto tiempo sus trompetas entran en calor y atronan el aire con aullidos molestos, pero igual de inofensivos. Son más para molestar al contrario que para influir en algo sobre la marcha del partido. Puros artilugios pirotécnicos de corta vida, pensados para distraer, no para ganar. Carecen de utilidad práctica, nadie las toma en serio, pero igual se desgañitan. En su triste destino, a mitad de camino entre la astracanada y la pomposidad. La lista de las trompetas imperiales no es muy larga, pero si ruidosa. No en vano se paga a tanto por quejido. Si el caso lo amerita, incluye a padres e hijos, como ocurre con Mario Vargas Llosas y Alvaro, esa dinastía desafinada que lo mismo arremete contra Chávez, la guerrilla colombiana o la Revolución cubana. Nada que huela a izquierda o revolución le es ajeno: ahí estarán siempre, atentos a la Voz del Amo, resoplando el fuelle, dale que dale a la catalina de los insultos y las descalificaciones, intentando aún vender en América Latina la mercancía depreciada del neoliberalismo. Nadie los toma en serio, nadie compra de sus alforjas de buhoneros. Y allá se van al norte, a refugiarse entre las momias neoconservadoras del American Enterprise Institute, o al devastado Iraq, a ser humillados por el Procónsul de turno que les hace esperar bajo el sol, a la entrada de los puntos de control de la Zona Verde. También está el señorito Aznar, siempre de mala noche o penando constipaciones, de creer en las señales de su rostro amargo y su discurso chulesco de perdonavidas. Para amplificar los talking points imperiales ha copiado el modelo exitoso de los tanques pensantes yanquis y se ha creado el suyo, conocido por FAES. Allí nada es original, pero si relumbrón, como en esas tiendas de a todo por un euro, repletas de copias chinas. Son los neocons godos, “de charanga y pandereta”, como les hubiese calificado el inmenso Antonio Machado, parroquiales y sosos, copiándoles poses al Duce y sin poder mostrar siquiera un pedigree conservador, medianamente decente. No en vano han tenido que resucitar las sombras de Weyler, Cánovas del Castillo, Laín Entralgo o Menéndez y Pelayo. Y pare de contar. Como buenas vuvuzelas solo animan las gradas. No dan para más. Pero es la contra cubana, siempre tan previsible y desangelada, campeona mundial en derrotas y fiascos, la que se lleva las palmas en eso de alborotar a cuenta del fuerte que paga. Hoy, un par de patriotas verticales inicia una huelga de hambre que juran mantener hasta el final, y se desinflan al día siguiente, como Don Gato, resucitado en su propio entierro al olor de la sardina. Mañana convocan a la prensa a los pantanos de los Everglades donde los “Comandos F-4″ de un oligofrénico y dislálico “Comandante Frómeta”, entrena con armas y explosivos para “derrocar a Castro”, y solo logra poner en fuga a un batallón de botellas de cerveza y de wiskhy, porque, ya se sabe, el patriotismo y los mosquitos combinados provocan una sed devastadora. En el terreno intelectual es donde más brillan o más aturden las vuvuzelas cubanas. Ahí está Zoe Valdés en París, quien ha descubierto, antes incentivada por los Díaz Balart y ciertas sumas por debajo de la mesa, “que Fulgencio Batista fue uno de los mejores gobernantes de Cuba y de América Latina”. O Vicente Echerri, en Miami, quien acaba de declarar que “los únicos turistas americanos que Cuba necesita son los que desembarquen vestidos de uniforme y armados”, sin que, por supuesto, le haya tirado jamás un hollejo a un chino mientras vivió en la misma isla que ruega a la 82 división Aerotransportada invadir a sangre y fuego, para conocer las bondades de Varadero. O esa sibila lombrosiana del mal que es Juan Abreu, quien ha propuesto, desde Barcelona, que Cuba sea rebautizada como “La isla pavorosa”, se mate y se demuela todo lo que en ella exista, y se cree en su lugar un inmenso vertedero. Son molestas, es cierto, pero también divertidas. Se creen con el poder de las Trompetas de Jericó, capaces de derribar murallas, y no pasan de ser las copias bitongas y degeneradas de las cornetas chinas de las congas santiagueras. Parece que marcan el ritmo a los que arrollan, enervan y confunden, pero son los tambores, los bombos y las campanas, los que realmente mueven a la multitud. Pobres vuvuzelas del imperio. Aún no se han dado cuenta de que para ganar un partido no basta el fuelle de los pulmones, sino el corazón en el pecho y las ideas en la cabeza. Y otro componente que si no se tiene no se adquiere, “porque lo que natura non da, Salamanca non presta”. Llevan medio siglo de derrota en derrota. Es verdad que no ganan. Pero han animado las gradas. Y eso para ellas, ya es mucho: no todos los días puede uno vivir del escándalo, ni es fácil conseguirse a un Paganini que en nombre de la libertad y la democracia pague por el barullo estéril.
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