Archivo de octubre 2019

30
Oct
19

De Batlle, ni el sobretodo: Ernesto Talvi y el batllismo

escribe: Sebastián Sabini

A comienzos del siglo XX, desde París, don Pepe Batlle escribió a sus colaboradores políticos más íntimos: “Yo pienso aquí en lo que podríamos hacer para construir un pequeño país modelo”.1 La cita del historiador estadounidense Milton Vanger refleja cabalmente las intenciones de un político que transformó completamente las estructuras de Uruguay e impulsó un proyecto político transformador de la mano de un Estado garante de los derechos individuales y el desarrollo económico, como afirma el propio Vanger.

¿Y a dónde fue a parar ese batllismo? Dentro del Partido Colorado, seguro que no. Pero tampoco es algo reciente: la disociación entre colorado y batllista ya cumple 60 años. A la muerte de Luis Batlle Berres en 1964, el heredero filial de los ideales batllistas los hizo a un lado, y bien lejos. “Fue como si me hubieran abierto de nuevo la mollera, me hubieran sacado el cerebro y me hubieran puesto otro. Ahí se me abrieron los ojos”, decía Jorge Batlle a fines de los años 60, luego de presenciar una conferencia en Buenos Aires a cargo de Ludwig von Mises y Friedrich von Hayek, arquitectos de la primera propagación del pensamiento neoliberal.2 De ahí en más, hemos sido testigos de un viraje hacia una visión profundamente divergente con el pensamiento batllista originario.

Y Ernesto Talvi no nos ha mentido para nada. Desde que ingresó a la arena política se presentó como el ‘delfín’ de Jorge Batlle. Además de su doctorado en la Universidad de Chicago, desde 1997 fue director académico del Centro de Estudios de la Realidad Económica y Social, think tank creado por Ramón Díaz y Ricardo Peirano. Entre 1990 y 1995 fue parte del equipo económico del Banco Central. Es uno de los fundadores del liceo Impulso, fundación que hoy es presidida por Nicolás Herrera, uno de los dos miembros uruguayos de la fundación Mont Pelerin, difusora del neoliberalismo desde fines de la década de 1940.3 En fin, Talvi no es un recién llegado a estas ideas.

Laissez faire…

Las propuestas del programa del Partido Colorado siguen esta línea de pensamiento, aunque en el discurso se quiera presentar de otra forma. La referente en economía de Talvi, Ana Zerbino, fue precisa al respecto: “El mejor asignador de los recursos es el mercado…”.4

También nos promete sostener los Consejos de Salarios, pero, al igual que Luis Lacalle Pou, afirma que hay que “modernizarlos”. Fernando Pérez Tabó, asesor en relaciones laborales de Talvi, fue explícito: “El Consejo de Salarios debe volver a su razón de ser, que es la intervención del Estado para la fijación de salarios mínimos”.5 ¿A dónde irán a parar todos los logros obtenidos por los trabajadores en los últimos 15 años si sólo se van a negociar los mínimos salariales?

Al igual que Lacalle Pou, también afirma que derogará el Decreto 165/006, sobre el derecho de huelga. Que sea el propio Batlle y Ordóñez el que se exprese: “El Partido Colorado ha reconocido y garantido el derecho de huelga, manifestándose opuestos a toda intervención del Poder Ejecutivo que tenga por objeto, en cualquier forma, y en nombre de los intereses generales, someter a los huelguistas a sus patrones”.6 Nada más que agregar.

Otro eje central de las propuestas del Partido Colorado se encuentra en la reducción de funcionarios públicos. El cálculo del candidato es que existe un exceso de 100.000 funcionarios explicado por el incremento producido en los 15 años de gobierno del Frente Amplio (FA), pero los números muestran que el aumento se ha producido en áreas que Talvi pretende desarrollar, sobre todo, educación y seguridad, mientras que el resto de la administración pública ha reducido sus vínculos. Entonces, ¿cómo se atienden las demandas de salud, educación y seguridad con menos funcionarios? La única respuesta es la reducción en la calidad de los servicios. Y sabemos que eso afecta directamente a los sectores menos privilegiados de la sociedad, a quienes no pueden pagar por servicios privados.

Modelos de educación

Ernesto Talvi ha puesto énfasis en el desarrollo educativo. Lo compartimos y el FA ha priorizado la educación como nunca en nuestra historia. Ahora bien, su política se orienta en crear lo que ha denominado “centros modelo”. ¿Y a qué hace referencia? Se trata del liceo Impulso, ubicado en la cuenca de Casavalle, fundado, entre otros, por Talvi. Es un centro público-privado que se solventa económicamente por donaciones, fundamentalmente con dineros públicos a los que el Estado renuncia por medio de la devolución de impuestos a las empresas donantes. Eso le permite sostener su infraestructura y empleados, pero también una inversión por alumno muy superior a la de los liceos públicos.

¿De dónde van a salir los recursos para construir esos centros modelo prometidos, cuando Talvi nos plantea un Estado en retirada y una economía en crisis?

Por otra parte, el liceo Impulso se dirige a estudiantes que cuentan con un apoyo familiar que sostiene la continuidad educativa de los menores, cosa que, lamentablemente, no se encuentra con la frecuencia que desearíamos. Además, el ingreso a la institución está topeado a los 14 años. Imaginen que el Estado le diga a un adolescente que no puede estudiar porque está pasado de edad. Esto también selecciona a aquellos que no tienen rezago educativo, por lo que están más predispuestos a obtener mejores resultados académicos. De esta forma, Talvi nos promete replicar un modelo exitoso basado en un fuerte componente económico y, al mismo tiempo, que excluye y segrega. Las obligaciones del Estado, más si las miramos desde un pensamiento batllista, no pueden estar más alejadas.

A la chilena, no

Talvi nos ha repetido hasta el cansancio las bondades del modelo chileno. Sin dudas, la política macroeconómica de ese país es muy saludable, pero al mismo tiempo tiene una pésima distribución de la riqueza. Los trágicos episodios que está viviendo el pueblo del país hermano no se explican por un aumento en el pasaje del metro, sino por años de segregación y exclusión de los sectores populares, olvidados por un Estado que le ha dado la espalda a su gente.

Sin una adecuada redistribución de la riqueza no se logra una sociedad más justa. Y no es, particularmente el mercado, el que hace mejor ese reparto. Ejemplos sobran.

Talvi nos quiere vender un país modelo, la Suiza de América, enmarcada en los ideales batllistas pero bajo un pensamiento neoliberal. Y el neoliberalismo no es un cuco para asustar y obligar a los niños a tomar la sopa. Es una ideología (y permítanme el reduccionismo en aras de la claridad) basada en el individualismo que deja en las manos invisibles del mercado el desenvolvimiento de la economía y el funcionamiento de la sociedad. Aquel capaz de prosperar, bárbaro. El resto, marchó. Quienes aspiren a eso tienen en Talvi un fiel representante.

Sebastián Sabini es diputado del Movimiento de Participación Popular, Frente Amplio.

29
Oct
19

HABRÁ 2da. VUELTA entre el PROGRESISMO y la RESTAURACIÓN NEOLIBERAL el 24/noviembre …

26
Oct
19

elecciones en Uruguay 2019

El Frente Amplio y las derechas en América del Sur

Lacalle Pou es Macri, Piñera, Bolsonaro … NO dejes que te ROBEN los SUEÑOS

Vamos por el 4to. gobierno del FRENTE AMPLIO !!

escribe: Alberto Couriel / analista

Estamos a pocos días de las elecciones nacionales, en su primera vuelta, y van aumentando las posibilidades de triunfo del Frente Amplio, para alcanzar su cuarto gobierno consecutivo. Las distintas encuestas muestran incrementos de los votantes frentistas, las movilizaciones, el mayor entusiasmo en los distintos actos son indicadores de dichas posibilidades. Nos interesa señalar algunos acontecimientos en nuestra región sudamericana de algunos gobiernos de derecha, como los ocurridos en Ecuador, en Chile, en Argentina y en Brasil.

Ecuador vivió movilizaciones muy fuertes de sectores indígenas que se fueron expandiendo a otros sectores populares. Después de la presidencia de Correa, lo sucedió en el cargo Lenín Moreno, político que venía de la izquierda y se transformó como gobernante en un hombre de la derecha. Su decisión que colmó el vaso y originó el inicio de las distintas movilizaciones fue la eliminación del subsidio a los combustibles.

Las marchas y movilizaciones de los distintos sectores populares generaron la necesidad del gobierno ecuatoriano de retroceder y eliminar el decreto que, a su vez, eliminaba los subsidios e iniciar una tarea de diálogo social con diversos representantes de los sectores movilizados. La eliminación del subsidio mostró a las claras el descontento de diversos sectores sociales por las políticas públicas del actual gobierno y que generan mayores desigualdades.

En esencia, un gobierno de derecha, que lleva adelante políticas de derecha, que aumenta la exclusión, la desocupación y la pobreza, que se ve obligado a retroceder, a atender los reclamos de los sectores populares, que están en pleno proceso de diálogo social con un movimiento social que salió a las calles a manifestar sus descontentos. En Uruguay un gobierno de Lacalle, centrado en un ajuste a través de shocks, con descensos de salarios reales y del gasto público social puede generar rechazos y movilizaciones, dentro de las normas democráticas.

El caso de Chile nos llega más de cerca, sobre todo porque en diversas oportunidades ha sido señalado como ejemplo, como paradigma a utilizar por la oposición uruguaya. Es muy notoria la posición del candidato colorado Ernesto Talvi que en múltiples oportunidades nos explica que tenemos que seguir el ejemplo chileno. Sobre todo en los acuerdos comerciales que tiene Chile, que pese a ellos o tal vez por los mismos, ha mantenido la primarización de sus exportaciones y profundiza su inserción periférica en el mercado mundial.

El gobierno de derecha de Sebastián Piñera fijó un aumento en las tarifas del metro subterráneo. Ello generó protestas de los estudiantes, especialmente del nivel secundario, pero el viernes y sábado de la semana pasada se concretaron manifestaciones de sectores populares que generaron destrozos, incendios y otros actos violentos reprobables. Nuevamente un gobierno de derecha que genera exclusiones y aumenta las grandes desigualdades sociales, que son las causas centrales de estas movilizaciones que han obligado al estado de emergencia y al toque de queda en la región metropolitana de Santiago.

Hacía 30 años que no habían ocurrido en Chile tan extensas movilizaciones sociales en contra de un gobierno. Las tensiones sociales estaban latentes y se explayaron a partir de la movilización estudiantil como lo explica Roberto Pizarro en su reciente artículo «No hay nada que perder» en El Desconcierto. Nuevamente un gobierno de derecha que toma una medida que afecta asectores populares, que luego tiene que retroceder por las fuertes e intensas movilizaciones populares y sociales. ¿A un gobierno de derecha en Uruguay le pasará lo mismo que sufre Chile en la actualidad?

El caso de Argentina es más conocido. El gobierno de derecha de Macri, aplaudido por los distintos líderes políticos dela oposición uruguaya cuando su triunfo, intentó llevar adelante el clásico plan de ajuste fiscal, pero se endeudó, generó desconfianzas en los distintos sectores sociales que se manifestaron en abruptas subas del dólar, con los consiguientes procesos de inflación, contracción de la actividad económica, aumento de la desocupación y de la pobreza, pérdidas de los salarios reales y la presencia del FMI, que con sus clásicos ajustes económicos derivan mayores problemas sociales e importantes aumentos de las desigualdades. Las sociedades de Argentina y Uruguay tienen más semejanzas entre sí que con las de Chile y Ecuador. Los frutos de un gobierno de derecha en Argentina pueden repetirse en un gobierno de derecha en Uruguay.

En Brasil asumió Bolsonaro y estamos viviendo las consecuencias desastrosas de su gobierno, al que tal vez quiera imitar el candidato Manini de Cabildo Abierto. No precisamos la historia para mostrar 4 casos actuales de las consecuencias económicas y sociales de los gobiernos de derecha en la región.

Los descontentos con los gobiernos frentistas, los sectores vulnerables que recibieron tantos beneficios como la baja significativa de la pobreza y las capas medias, debieran reflexionar sobre las consecuencias para el Uruguay de un gobierno de Lacalle en el futuro cercano. Sobran logros para mostrar y aprovechar los avances tecnológicos en beneficio del país, contemplándolos en una futura estrategia de desarrollo. Sólo el Frente Amplio tiene capacidad para continuar con estos cambios y evitar los retrocesos que generaría la derecha en el Uruguay.

25
Oct
19

ENCUESTA Uruguay

Datos: Grupo Radar EN LA ATROPELLADA FINAL, EL FRENTE SE APROXIMA A MAYORÍA PARLAMENTARIA …




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