éxitos económicos y sociales
Por qué los uruguayos votan al Frente Amplio
escribe: senador Alberto Couriel / Frente Amplio
En estos días se publicó la encuesta de Latinobarómetro donde la sociedad uruguaya se expresa muy positivamente sobre el Uruguay actual, su democracia, su gestión de gobierno, su realidad económica actual y sus expectativas de futuro.
El Frente Amplio nace en 1971, en una etapa histórica de conflictos profundos en los campos económicos, sociales y políticos. Al decir de Seregni, nace para defender el proceso democrático que en esos momentos corría peligros. Nace con un programa que alimenta las posiciones clásicas de los partidos de izquierda, como el partido comunista y el socialista, la centro-izquierda de la Democracia Cristiana de Juan Pablo Terra, conjuntamente con las viejas ideas del batllismo de principios del siglo XX, centradas en una ideología redistributivista y en la creación del Estado de Bienestar y, en ese entonces, consigue el 18% del total de votos.
El FA es muy golpeado durante el proceso dictatorial. A partir de la apertura democrática crece su votación permanentemente alcanzando el poder político en las elecciones del 2004, después de una profunda crisis económica y social en el 2002. Las dos últimas elecciones las gana con mayoría absoluta en el ámbito parlamentario.
Los dos gobiernos del FA han alcanzado éxitos económicos y sociales garantizando plenamente los principios democráticos. Las informaciones estadísticas son elocuentes de estos logros. El país creció a un ritmo casi tres veces superior al de las últimas décadas, con la ayuda del aumento de los precios internacionales de los productos de exportación, que en promedio se ubican en la actualidad 80% por encima de los vigentes en 2004-2005. Estos precios generaron nuevas rentabilidades, especialmente de bienes provenientes de los recursos naturales, lo que junto a la excelente imagen internacional del Uruguay, facilitaron una fuerte inversión extranjera directa, que alcanzó a casi el 6% del PBI, llevando el coeficiente de inversión, uno de los talones de Aquiles de la economía uruguaya, al 22% en el 2012.
Las nuevas inversiones generaron importantes aumentos de productividad lo que facilitaron aumentos de salarios reales relevantes, aumentos del empleo y de los ingresos fiscales. La política económica, con cierto grado de ortodoxia en materia monetaria y cambiaria, a través del gasto público y de una política laboral tendiente a alcanzar una mayor equidad en las relaciones capital-trabajo, facilitó el aumento de la demanda interna que ayudó al crecimiento y a la mejora de la distribución del ingreso. Las cifras son elocuentes: el desempleo baja al 6%, los salarios reales aumentan entre 2005 y 2012 en un 40%, la pobreza desciende de casi 40% al 12,4%, la indigencia queda en el 0,5% y el coeficiente de Gini baja de 0,46 a 0,38 marcando la mejor distribución del ingreso de América Latina.
La interrogante consiste en saber si estas mejoras promedio llegan a la sociedad, si la gente las percibe y si las mejoras materiales llegan a los bolsillos de la gente. Las respuestas surgen con nitidez del informe de Latinobarómetro del año 2013. La satisfacción con la democracia marca una cifra similar de 38% tanto para Europa como para América Latina, pero en el caso uruguayo llega al 82 %. Este es un valor histórico del país que siempre estuvo por encima del promedio europeo, cuyos países sufren un deterioro por la crisis de los últimos años.
El 61% aprueba la gestión del gobierno frentista uruguayo cuando en 2004 solo el 12% aprobaban la gestión del gobierno. Uruguay encabeza con el 65% la lista de países latinoamericanos, que manifiestan su satisfacción con el funcionamiento de la economía. El 50% de los uruguayos declara que el país está progresando, pero el 81 % manifiesta que está satisfecho con su vida, que involucra otros valores además del progreso material. El 47% expresa que la situación económica actual es buena o muy buena y el 48% que mejorará en el largo plazo. Solo el 11 % de los uruguayos declaran que es mala la situación económica actual.
La percepción de la situación económica personal marca que el 50% de los uruguayos declara que es buena o muy buena y el 46% que mejorará en el futuro. Uruguay encabeza la lista sobre el ingreso subjetivo, en la medida que el 69% declara que los ingresos que reciben les alcanza bien o justo para atender sus necesidades. Los uruguayos también expresan una expectativa favorable de que el Estado uruguayo está en condiciones de resolver los principales problemas del país. Un 41% lo cree probable, pero el 64% declara que el Estado puede resolver el problema de la pobreza, un 58% que puede atender adecuadamente el problema de la delincuencia y un 57% que puede resolver el tema de la corrupción, que para los uruguayos es un problema de muy baja ponderación ya que solo el 1% lo menciona como problema importante.
Los uruguayos son los que apoyan más la democracia en toda la región. El 88% declara que la democracia puede tener problemas, pero es el mejor sistema de gobierno; la satisfacción con el funcionamiento de la democracia alcanza al 82% y el 71% expresan que la democracia es preferible a cualquier otro régimen. El 32% de los uruguayos se declara de izquierda, siendo el segundo país de la región después de Venezuela. El 24% se declaran de derecha y el 38 % se manifiestan ideológicamente como de centro.
Con el conjunto de esta información de Latinobarómetro, se tiene la percepción subjetiva de la sociedad, lo que la gente siente. De ello surge con total nitidez el apoyo a la gestión de gobierno del FA, la muy alta satisfacción con su vida, la positiva visión económica del país y personal, tanto actual como futura, el alto porcentaje que declara que sus ingresos les alcanzan para atender sus necesidades básicas, la alta capacidad del estado para resolver los problemas más urgentes, la manifestación que el 70% de la población se declara de izquierda y de centro, marcan un conjunto de indicadores que le otorgan al Frente Amplio un elevado favoritismo para alcanzar su tercer gobierno, incluso nuevamente con mayoría parlamentaria.
Surgen también con nitidez el desafío y la necesidad de atender problemas sustantivos para la sociedad uruguaya. El de la delincuencia con el 36%, aparece sorpresivamente como el segundo país de la América Latina después de Venezuela El principal problema para los uruguayos se refiere a la delincuencia y a la seguridad, luego siguen los problemas económicos y de la educación. Importa señalar que la insatisfacción con la economía alcanza al 33%, que la mala situación económica solo llega al 11%, pero que el 60% declara que es injusta la distribución del ingreso. Políticamente solo el 23% de los uruguayos considera que el país tiene una democracia con grandes problemas, una cifra similar que la democracia puede funcionar sin partidos y un 17% que puede funcionar sin el parlamento.
El Frente Amplio por su ideología, por su unidad, por los éxitos logrados en sus dos gobiernos es el lógico favorito para continuar detentando el poder político. La encuesta de Latinobarómetro lo corrobora con nitidez.