Lo que se juega hoy en Brasil
Niko Schvarz |
Brasil elige al sucesor del presidente Lula.
El pueblo brasileño está votando a estas horas para decidir entre la continuidad y extensión del gobierno de Lula con la candidatura de Dilma Rousseff, o el retorno al pasado, particularmente a las privatizaciones, con la candidatura de José Serra.
Abrigamos fundadas esperanzas en la victoria de Dilma Rousseff, con luz. Ese es el clima que se respira hoy en Brasil. Lo confirman las últimas encuestas. La de Sensus/CNT del 27 de octubre (fecha en que Lula cumplió 65 años y, a la vez, en que ganó la primera presidencia en el 2002) arroja 51,9% para Dilma y 36,7% para Serra (con 4,7% de blancos y nulos y 6,8% de indecisos). La diferencia de 14,2% se acrecienta si se consideran solamente los porcentajes de votos válidos: 58,6% a 41,4%. En la encuesta espontánea, en que no se menciona el nombre de los candidatos, las cifras respectivas son 50,4% y 35,7%, siempre a favor de Dilma.
La encuesta posterior de Datafolha, del día 28 y publicada al día siguiente en Folha de Sâo Paulo, es confirmatoria. La petista suma 56% de los votos válidos frente a 44% del «tucano». Si se consideran los votos nulos, en blanco y de los indecisos, el resultado es 50% a 40%.
Los compromisos programáticos reafirmados por Dilma Rousseff en un gran acto en el Teatro de los Bancarios de Brasilia el día 27 definen como meta del área social de su gobierno la erradicación de la miseria, acabar con la pobreza extrema. Sólo se puede celebrar el crecimiento económico cuando se traduce en la mejora de la vida de la gente, señaló. Ése es el gran indicador. Por tal razón fue lanzado el programa Mi Casa, Mi Vida (en el que la propia Dilma tuvo participación destacada), porque el gobierno tiene una mirada social, y en ese camino se habrá de persistir. No hay que dar importancia solamente a los números, hay que colocar el foco en las personas. De ahí los compromisos concretos para el desarrollo social: eliminar la pobreza absoluta; ampliar el programa Bolsa Familia, así como el acceso de las familias atendidas por dicho programa a otras políticas públicas; aumentar la oferta de servicios del Sistema Unico de Asistencia Social (SUAS) a todas las familias; extender la protección social a las familias con mayor vulnerabilidad; consolidar servicios regionales insertos en los Sistemas Públicos Nacionales, ampliando el acceso a las poblaciones de todos los municipios, incluyendo las áreas rurales y las comunidades tradicionales; ampliar y mejorar los programas de alimentación y nutrición; ampliar la estrategia de adquisición de alimentos a la agricultura familiar; asegurar el acceso al agua potable a todas las familias en situación de pobreza dispersas en zonas rurales sin acceso a la red pública de abastecimiento; garantizar a las comunidades tradicionales el acceso a las políticas universales de asistencia social y de seguridad alimentaria; erradicar el trabajo infantil.
También dirigió un mensaje especial a las micro y pequeñas empresas, que representan el 99,1% de todas las empresas del país y generan empleo para más de la mitad de los brasileños. La aprobación de la Ley General de la Micro y Pequeña Empresa en 2006 y la del Empresario Individual en 2008 son ejemplos de medidas adoptadas por el actual gobierno en beneficio de esos sectores, que Dilma se propone continuar, pero no sólo eso: «Yo quiero cuidar, con mucha atención y cariño, los pequeños negocios. Por eso pido su apoyo para que Brasil siga cambiando, para preservar y ampliar nuestras conquistas y que el país siga por el camino del desarrollo sustentable, con distribución de renta e inclusión social», manifestó.
Otro hecho de enorme significación, sobre el final de la campaña electoral: ya están creadas todas las condiciones para el inicio de la extracción efectiva de petróleo en el pré-sal, el mayor campo petrolífero brasileño, a cargo de la Petrobras. En el lanzamiento estuvo el día 28 el presidente Lula en visita al navío-plataforma FPSO en la ciudad de Angra dos Reis y en el Campo de Tupí, en la cuenca de Santos. El inicio de la explotación comercial del petróleo de la pré-sal en el Campo de Tupí, en el litoral de Río de Janeiro, confirma plenamente que Petrobras es un gran símbolo de orgullo del pueblo brasileño, y no sólo por su valor de mercado sino además por la calidad de sus trabajadores y funcionarios, de sus ingenieros, geólogos y personal especializado, expresó entusiasmado el presidente. Elogió la labor de los investigadores que descubrieron los yacimientos, y a quienes en plazo breve los van a poner en producción, por lo cual él se sentía en ese momento como el presidente más feliz del mundo. Y con un índice de popularidad de 83% en todo Brasil.
Faltan apenas unas horas para que conozcamos el resultado de estas elecciones, de las cuales mucho espera Brasil, pero también nuestra América Latina en su conjunto.