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Uruguay abrió las puertas a la DEA, qué puede terminar mal ?

ZONA MILITARIZADA

EEUU avanza en el control militar de la hidrovía

Argentina y EEUU firmaron un acuerdo para garantizar presencia militar norteamericana en la hidro vía. Años atrás, EEUU selló un acuerdo similar con Paraguay.

Caras y Caretas Diario

La hidro vía es, desde hace años, un escenario de disputas permanentes entre las grandes potencias del mundo. La importancia del canal supera por lejos los intereses de los países que la componen naturalmente. Para dimensionar su relevancia, basta con señalar resumidamente que tiene una extensión de 3400 km. uniendo los puertos de Brasil, Bolivia, Argentina, Paraguay y Uruguay.

De acuerdo a datos del Gobierno argentino, en promedio, en el periodo 2012-2020, los cargamentos transportados por la hidro vía (Paraguay, Bolivia, Brasil) superaron los 19,5 millones de toneladas anuales. Según Sebastián Cazón, por la hidrovía sale más del 80 por ciento de los productos exportables argentinos como granos, harinas y aceites, en un mercado en el que compiten empresas norteamericanas como ADM, Bunge, Cargill, Dreyfus y la china COFCO.

Milei y un cambio de rumbo de Argentina

El triunfo de Javier Milei en la Argentina ha significado para el vecino país un viraje de su política exterior. Las decisiones y las señales del nuevo Gobierno argentino evidencian un alineamiento cada vez mayor con la política norteamericana. Algo que, evidentemente, es aprovechado por los EEUU para avanzar en su política de expansión y control regional, o al menos en su definición estratégica de contrarrestar y frenar el avance de China en el continente sudamericano.

Los acuerdos que se firmaron entre los Gobiernos de EEUU y Argentina, en relación a la hidrovía, forman parte de ese viraje y, al mismo tiempo, son una muestra del interés estratégico del país norteamericano en la zona geográfica. El reciente anuncio del Gobierno argentino de asociarse a la OTAN, es otro de los ejemplos que ayuda a graficar lo señalado con anterioridad.

 

El acuerdo alcanzado entre los Gobiernos de EEUU y Argentina supone nada más y nada menos que el despliegue de fuerzas armadas norteamericanas sobre la hidrovía. Se trata de un convenio con el Cuerpo de Ingenieros del Ejército norteamericano, especializado en aspectos militares y logísticos particularmente en hidro vías y puertos.

 

No es casualidad que en pocos meses existieran tantas reuniones entre las altas esferas de la CIA y el Comando Sur con delegaciones del Gobierno de Milei. Primero reuniones en los EEUU, después directamente en la Argentina. Cabe recordar que Uruguay también recibió la visita de la jefa del Comando Sur.

 

Hace poco tiempo atrás, los norteamericanos ya habían logrado un acuerdo similar con Paraguay para ubicarse en una zona que consideran de vital importancia. Pero su despliegue sobre aguas más hacia el sur del corredor acuático supone mayor control sobre las decisiones que allí tomen los países y los diferentes operadores.

 

En 2019 y 2022, Paraguay había intentado un acuerdo similar al que alcanzó Argentina, pero en ese momento el Gobierno del vecino país se opuso. El memorando de entendimiento se firmó y se denominó Plan Maestro de cooperación en la hidro vía.

 

Ambos acuerdos firmados evidencian la búsqueda casi que desesperada de los EEUU por acoplar a los países latinoamericanos detrás de su política de defensa. Esto implica, entre otras cosas, aumentar la presencia militar norteamericana en la región latinoamericana, y particularmente en aquellos escenarios que adquieren relevancia estratégica, como lo es la hidro vía.

 

China como “amenaza” a la seguridad de EEUU

El principal objetivo es contrarrestar los objetivos expansionistas de China, aunque también supone una mirada de más largo alcance que implique controlar los movimientos de Rusia e Irán en la región.

 

El embajador norteamericano en EEUU dijo hace pocos días con toda claridad: “Me sorprende que la Argentina permita que las fuerzas armadas chinas operen en Neuquén, en secreto, haciendo quién sabe qué”, dijo Stanley a medios argentinos, en relación a la base terrena satelital que China armó en esa provincia. El mensaje de EEUU para el Gobierno de Milei fue claro, no quieren a China en la zona. Estas palabras del embajador motivaron incluso que la Embajada del gigante asiático respondiera las suspicacias de Stanley con un comunicado que desmintió el uso militar de las instalaciones.

 

Milei, que sigue al pie de la letra los direccionamientos norteamericanos, frenó prácticamente todos los emprendimientos que proyectaba China en Argentina, suspendiendo el proyecto de las represas hidroeléctricas en Santa Cruz; se negó a que empresas chinas participen en la hidrovía, como así también a la construcción de las centrales nucleares en el territorio argentino, particularmente en Buenos Aires.

 

Las presiones norteamericanas sobre Argentina no son nuevas. El año pasado China pretendió participar de una licitación para controlar la denominada Vía Navegable Troncal, hoy bajo la administración de la Administración General de Puertos (AGP), pero no fue posible.

 

Argentina frenó el proceso licitatorio para dar el servicio de dragado y balizamiento, al que se había presentado una empresa, China Communications Construction Company (CCCC), puesto que no tenía “suficientes antecedentes” y por “no cumplir los requisitos” para hacerse cargo, de acuerdo a lo señalado por Jaime Rosemberg, quien recogió declaraciones de partícipes directos en el proceso de licitación.

 

 

La DEA y el narcotráfico en la Ruta del Sur

 

Todo este escenario de disputas geopolíticas que encabeza EEUU en la región, y para lo cual utiliza a gobiernos de los países latinoamericanos, tiene como uno de sus principales pretextos la lucha contra el narcotráfico. El problema del crimen organizado, y en particular del narcotráfico, es un tema grave y merece de las mayores consideraciones para su combate y erradicación. Pero, en todo caso, la situación que vive Latinoamérica, y en particular la utilización de la triple frontera, como así también de la hidrovía, para el tráfico de estupefacientes a gran escala, debería ser resuelto por los países y actores directamente involucrados, sin injerencias de ningún tipo.

 

EEUU se erige como modelo y facilitador de soluciones, cuando no debería inmiscuirse en la problemática que ocurre en el sur y, en todo caso, no parece ser un buen ejemplo en cuanto a la capacidad de resolver la problemática de las drogas. Basta ver la realidad por la que atraviesa el país en materia de consumo de sustancias psicoactivas para darse cuenta de que sus políticas no han sido efectivas, por no decir que fracasaron rotundamente.

 

Sin embargo, la presencia de la DEA en la región y su preocupación por el narcotráfico parece ser cada vez mayor, sumado a la facilidad que le otorgan algunos varios para su operativa e intercambio de información. Vale recordar que detrás de muchas de sus “campañas” o planes contra las drogas, lo que realmente había eran operaciones de inteligencia en el marco de operaciones militares de EEUU contra movimientos sociales, organizaciones revolucionarias y partidos políticos. Los ejemplos abundan y no es necesario en esta nota recordarlas una a una. Los antecedentes de la DEA y la CIA al respecto deberían al menos ser motivo para que las decisiones que adopten los países sean más cuidadosas y no “entrar por el aro” a una política de defensa ajena a los intereses latinoamericanos.

 

¿Qué opina Uruguay?

El reciente acuerdo alcanzado entre Argentina y EEUU respecto a la presencia militar en la hidro vía tendría que ser un motivo de preocupación de todos los países que integran la ruta acuática. Latinoamérica debe ser un territorio de paz, y no tiene que quedar sujeta a estrategias que se definen en el Pentágono y que avasallan la soberanía del continente. Al mismo tiempo, es necesario dimensionar que el aumento de la presencia de fuerzas armadas extrarregionales aumenta los riesgos de conflictos armados, o al menos pueden impactar muy cerca nuestro las derivaciones de conflictos en otras latitudes.

 

Al respecto, sería bueno para el Uruguay y para su política de defensa nacional conocer en detalle el acuerdo firmado por Uruguay y la DEA que encabezó el ministro del Interior, Nicolás Martinelli. No menos relevante es conocer la posición de Uruguay respecto a la presencia militar de EEUU en la hidro vía que nuestro país integra. Hoy ya son dos los países, Argentina y Paraguay, quienes autorizaron al Cuerpo de Ingenieros del Ejército norteamericano a operar en el curso de agua. ¿Qué opina el Gobierno de Lacalle Pou al respecto? ¿Qué opina el Ministerio de Defensa Nacional? ¿Cuál fue la visión estratégica que aportaron las Fuerzas Armadas en este sentido? Respuestas que ojalá se conozcan para dotar de transparencia un proceso que parece enturbiar las aguas de la hidro vía.


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