Archivo de septiembre 2013



23
Sep
13

Partido Nacional … sin memoria institucional

Candidato al gobierno con Luis Alberto de Herrera (1954), ministro de Salud Pública (1961-1964), secretario del directorio del Partido Nacional (1971-1972)

Méndez: un blanco notable que fue durante cinco años dictador

 

Aparicio Mendez

Un 1 de setiembre como hoy pero de hace 37 años asumía como dictador, el abogado Aparicio Méndez (1903-1987), que fue en su momento uno de los “notables” del Partido Nacional. Estuvo cinco años en el poder (1976-1981), en los que ocurrieron hechos gravísimos. Hace pocas semanas, el Parlamento recordó los 40 años del golpe de 1973, y lo que pasó en esa época. Nadie hizo alusión a este personaje. Ideario reconstruye su vida, que siempre giró en torno a la colectividad oribista.

Nació en Rivera (13/3/1903), en una época de grandes turbulencias entre los blancos acaudillados por Aparicio Saravia y el gobierno colorado de Montevideo, que en 1904, conquistó la victoria, tras la muerte de Saravia, en aquella sangrienta guerra civil. Su familia, que cultivaba los valores del nacionalismo, le puso el nombre de Aparicio, y recién lo inscribió en el Registro Civil el 26 de agosto de 1904, lo que ha dado lugar a más de una confusión. Aparicio Méndez Manfredini era de inteligencia aguda, estudioso, y al finalizar el ciclo secundario, se afincó en Montevideo.

En la entonces Facultad de Derecho y Ciencias Sociales cursó los seis años de la carrera de abogacía, alcanzó el doctorado, e inició una muy extensa y prestigiosa actuación en la cátedra de Derecho Administrativo, en la que llegó a ser profesor titular. Publicó, incluso, obras (La Teoría del Órgano, por ejemplo), que le dieron proyección a nivel internacional. El Centro de Estudiantes de Derecho (CED), lo enfrentó muchas veces por sus “arbitrariedades en los exámenes”, y tuvo choques con otros eminentes profesores, como Enrique Sayagués Laso. El curso llegó incluso a dividirse, para que ambos profesores no compartieran una mesa examinadora.

Méndez se sintió siempre identificado con el Partido Nacional, y muy cercano a la corriente que acaudillaba Luis Alberto de Herrera. Hacia mediados de la década de 1950, dejó la docencia, y se dedicó por entero a su profesión de abogado (fue asesor letrado de la sociedad médica Impasa), y a la militancia partidaria, pero en carácter de “notable”. En 1954, ocupó el quinto lugar en la lista de candidatos al Consejo Nacional de Gobierno por el Herrerismo. La nómina estaba encabezada por el propio Herrera, y en sus principales lugares, figuraban Ramón Viña, Francisco Gilmet y Angel María Cusano.

En 1958 se produje la victoria electoral de los blancos, después de 93 años consecutivos de administraciones coloradas. El Partido Nacional volvió a votar unido (desapareció el Partido Nacional Independiente), y se impuso, dentro del lema, el bloque que unía a herreristas y ruralistas; en segundo lugar, se ubicó la alianza Unión Blanca Democrática (UBD). En esta elección, Méndez, junto a varios herreristas opuestos al ruralismo, fundó una nueva fracción: el Nacionalismo Intransigente, que sacó 26.522 votos y apenas 2 diputados. Los intransigentes postularon al gobierno una lista que encabezaba Cusano e incluía, en quinto lugar, a Aparicio Méndez.

El 13 de abril de 1961, Méndez asumió como ministro de Salud Pública, durante el primer colegiado blanco, que estaba presidio por Eduardo Víctor Haedo. Su gestión parece haber sido bien aceptada por sus correligionarios, porque en 1962 hubo elecciones, en las que ganó la alianza UBD- herrerismo ortodoxo (Haedo). El nuevo gobierno asumió el 1 de marzo de 1963, siendo su primer titular Daniel Fernández Crespo. Méndez se mantuvo en la cartera hasta junio de 1964. Fueron algo más de tres años, en dos gobiernos blancos sucesivos.

En los inicios de 1971 se produjo un acontecimiento fundamental en la historia de los blancos. Después de 40 años de enfrentamientos internos muy intensos, con varios centros de poder (el honorable directorio; el directorio de la UBD), esta formación política pudo integrar un directorio reconocido por todos, con un programa de principios y bases de acción común. “Ahora, hay un Partido Nacional!”, proclamaba con entusiasmo el diario “El País” de Montevideo, en su edición del 20 de marzo de 1971. El 21 de marzo, quedó integrado ese elenco de dirección de 15 miembros, presidio por Justo M Alonso, y con Aparicio Méndez, como uno de los secretarios. Este directorio actuó hasta el 11 de marzo de 1972.

Los blancos impugnaron el resultado de las elecciones de 1971, en la que perdieron frente a los colorados por algo menos de 13 mil votos, en medio de denuncias de irregularidades, con más votos que votantes en muchos circuitos. Fue Méndez uno de los autores del documento presentado ante la Corte Electoral, la que finalmente no dió por válidos sus argumentos.

El golpe de estado fue en junio de 1973. El Consejo de Estado integrado por la dictadura en diciembre de ese año, con “funciones legislativas y constituyentes”, fue presidido inicialmente por el líder herrerista Martin R Echegoyen. Una de las bancas de consejero, fue ocupada por Méndez, que respaldó con entusiasmo la fractura instituicional.

Cuando cayó el dictador Juan María Bordaberry, en junio de 1976, los militares nombraron interinamente a Alberto Demicheli, un colorado cercano a cumplir los 80 años, que estaba al frente del Consejo de Estado, desde la muerte de Echegoyen, en 1974. Entre el 12 de junio y el 1 de setiembre de aquel año, Demicheli ocupó la presidencia. Firmó en ese período el acto institucional Nº 1, que suspendió las elecciones previstas para noviembre de 1976, y el Nº 2, que creó una nueva institucionalidad: surgió entonces el Consejo de la Nación, integrado por los Consejeros de Estado (25) y los generales en actividad de las tres ramas militares (24). Entre otros cometidos, el nuevo organismo debía designar a los futuros presidentes del país.

El 26 de agosto el Consejo de la Nación nombró a Aparicio Méndez como primer mandatario por un período de cinco años (1976-1981). Un 1 de setiembre, Méndez asumió el cargo, firmando el acto institucional Nº 4 (que Demicheli no había querido suscribir), que proscribió por 15 años a los elencos dirigentes de los partidos políticos (blancos, colorados). Bordaberry procuró establecer otro régimen político, sin partidos, y fue depuesto; el régimen cívico-militar, buscó “depurarlos” y ponerlos en sintonía con sus objetivos.

Llegó a aprobar una ley de partidos, y a convocar a internas (1982), en las que la oposición derrotó a las corrientes afines a la dictadura En su primer discurso como presidente, Méndez dijo que “la base moral del gobierno que se inició el 27 de junio de 1973, concreta sus primeros ajustes fundamentales en ese momento”. Y se lanzó contra el Poder Judicial, cuya independencia desaparecería durante su gobierno, y el “falso concepto” de la separación de poderes.

El ciclo encabezado por Méndez, se caracterizó por una exacerbación de la represión estatal contra toda oposición política, y un fuerte aislamiento del país (Plan Condor en el cono sur americano; muchos detenidos desaparecidos; condena de la ONU y de la OEA por violaciones a los derechos humanos, enmienda Koch, que implicó la suspensión de la ayuda militar de los EE.UU.). El intento de reforma la Constitución en 1980, terminó en una gigantesca derrota para Méndez y la conducción militar. En esa etapa del denominado “proceso”, se inauguró el Mausoleo de Artigas, en Plaza Independencia, y la Plaza de la Nacionalidad, con una enorme bandera uruguaya, en Tres Cruces.

En setiembre de 1981, al vencer su mandato, Méndez dejó el sillón presidencial a su sucesor, el general de Ejército retirado, Gregorio C Alvarez, nombrado por el Consejo de la Nación. Jubilado, vivió muy austeramente junto a su esposa, Blanca Alonso, hasta su muerte ocurrida el 27 de junio de 1987, -aniversario del golpe-, a causa de una larga enfermedad, según lo relata Juan Carlos Pedemonte (Los Presidentes del Uruguay, 1992). Según Pedemonte, fue el “presidente Nº 33”, en la historia uruguaya.

Un acto institucional proscribió a la conducción de los partidos

Mendez

“(Aparicio Méndez) asumió funciones el 1º de setiembre (de 1976), manifestando su deseo de que “dentro de un término razonable”, se pudiera devolver a loa partidos políticos el destino del país. En manifestaciones periodísticas, Méndez afirmó, en esa ocasión, que los partidos tradicionales sólo podían “ser eliminados por la historia y no por ningún gobierno ni por ningún decreto” (como lo había planteado el depuesto dictador Juan María Bordaberry), pero que debían “ser depurados, regulados y reorganizados”. En consecuencia, en la misma fecha, se suscribió el Acto Institucional Nº 4, que instituyó un régimen de prohibición del ejercicio de actividades políticas estructuradas sobre la base de dos situaciones diferentes:

1) los candidatos a cargos electivos que hubieran integrado las listas de los partidos o grupos políticos declarados ilegales por resoluciones del Poder Ejecutivo de fecha 12 de diciembre de 1967 y 28 de noviembre de 1973, y las personas que hubieran sido procesadas por delitos de lesa nación, tendrán prohibido por 15 años todas las actividades de carácter político, incluido el voto.

2) similar prohibición, pero con exclusión del voto, alcanzaría: a todos los candidatos a cargos electivos que hubieran integrado las listas para las elecciones de 1966 y 1971 de las organizaciones políticas que hubieran estado asociadas electoralmente con las declaradas ilegales, bajo un lema o sublema accidental o común; a la totalidad de los candidatos a la Presidencia y Vicepresidencia de la República que hubieran integrado las listas (sin excepción) para las elecciones de 1966 y 1971; a los titulares y suplentes que hubieran ocupado efectivamente el cargo en las Cámaras (legislativas) electas en 1966 y 1971 (salvo los que estuvieran ocupando cargos políticos a la fecha de promulgación del Acto Institucional); a los miembros que en ese momento integraran los Directorios de los Partidos Políticos; y a las personas que hubieran sido procesadas por delitos contra la administración públicas cometidas durante el ejercicio de sus cargos políticos.

El Acto disponía, asimismo, que una Comisión Interpretativa, integrada por representantes del Poder Ejecutivo (ministro del Interior, general Hugo Linares Brum), el Consejo de Estado (Enrique Viana Reyes), y la Junta de Comandantes en Jefe de las Fuerzas Armadas (contralmirante Francisco Sangurgo), se pronunciará sobre los casos que se plantearan de oficio o a petición de parte. Este riguroso régimen de proscripciones tendió a marginar del proceso de reestructuración partidaria tradicional, que el gobierno concebía como necesaria, a los cuadros dirigentes anteriores a la crisis de 1973”.

(El Uruguay de Nuestro Tiempo 1958-1983. Los partidos políticos. Carlos Zubillaga, Romeo Pérez, CLACSO-CLAEH, 1983).

PN

El segundo Consejo de Estado(1976-1981)

Presidente:

  • Hamlet Reyes

 

Miembros:

  • Aurora Alvarez de Silva Ledesma
  • Blanca Amorós
  • Mario Arcos Pérez
  • José Carlos Brum Cardoso
  • Marcial Bugallo
  • Mario Jorge Copetti
  • Eduardo Crispo Ayala
  • Julio César Espínola
  • Jose Etcheverry Stirling
  • José Francisco Franca
  • Mario Gaggero
  • Bertrand Gruss
  • Jorge Laborde Bercianos
  • Martín C Martinez
  • Willy Patocchi
  • Eduardo Praderi
  • Rafael Ravera
  • Pedro Rivero
  • Daniel Rodríguez Larreta
  • Alberto Rodríguez
  • Jorge Seré del Campo
  • Osvaldo Soriano
  • Alejandro Végh Villegas
  • Enrique Viana Reyes

 

Suplentes:

  • José L. Vadora Rozier
  • Edgardo Héctor Abellá
  • Buenaventura Caviglia Cámpora
  • Federico García Capurro
  • Gustavo Nicolich.

El gabinete ministerial (en setiembre de 1976)

Interior

  • Hugo Linares Brum

Defensa Nacional

  • Walter Ravenna

Relaciones Exteriores

  • Juan Carlos Blanco

Economía y Finanzas

  • Valentin Arismendi

Educación y Cultura

  • Daniel Darracq

Salud Pública

  • Antonio Cañelas

Trabajo y Seguridad Social

  • Jorge Etcheverry Stirling

Transporte y Obras Públicas

  • Eduardo Sampson

Industria y Energía

  • Luis Meyer

Agricultura y Pesca

  • Julio Aznarez

Vivienda y Promoción Social (1)

  • Ernesto Llovet

Justicia (2)

  • Fernando Bayardo Bengoa

Planeamiento

  • José D Cardozo

 

Nota: 1) el ministerio fue suprimido en mayo de 1977; 2) la cartera surgió a raíz del Acto Institucional Nº 3, de setiembre de 1976.

22
Sep
13

Uruguay … Tabaré y Sendic

Mundo – OPINIÓN – ADOLFO GARCÉ

¿Tabaré Vázquez – Raúl Sendic?

OPINIÓN-Adolfo Garcé – Empecé a pensar seriamente en Raúl Sendic como vicepresidenciable recién cuando, en octubre del año pasado, lanzó su fundación Propuesta Uruguaya 2030

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esribe:  Adolfo Garcé, doctor en Ciencia Política, docente e investigador en el Instituto de Ciencia Política, Facultad de Ciencias Sociales, Udelar – adolfogarce@gmail.com
  

 Empecé a pensar seriamente en Raúl Sendic como vicepresidenciable recién cuando, en octubre del año pasado, lanzó su fundación Propuesta Uruguaya 2030*. Declaraciones recientes del MPP y del PCU que, más allá de diferencias, coinciden en que la fórmula presidencial debe reflejar la “unidad en la diversidad”, confirman lo que se veía venir: Tabaré Vázquez deberá aceptar que su compañero o compañera de fórmula representen el “ala izquierda” del Frente Amplio. Hoy por hoy, el escenario más probable es que, en noviembre, el Congreso de la coalición termine proclamando la fórmula Vázquez-Sendic. Me explico.

El MPP y el PCU tienen, en este tema, al menos, dos diferencias de relieve.

En primer lugar, discrepan en el trato hacia Vázquez. Mientras los emepepistas formaron parte de la delegación de sectores del FA que se reunió hace un mes con el expresidente para pedirle que acepte la candidatura (“Tabaré es mi pollo”, volvió a decir Lucía Topolansky que formó parte de la comitiva), los comunistas prefirieron no sumarse al cortejo.

Es obvio que no creen que el candidato “natural” sea tan importante para ganar ni tan adecuado para gobernar. La desafección, bien mirada, revela decepción: esperaban de él “otra política económica” y no, por ejemplo, un sorpresivo pujo de TLC con Estados Unidos.

En segundo lugar, a diferencia del MPP, los comunistas han dejado asentado en el documento preparatorio de su próximo congreso que consideran preferible que no exista una primaria competitiva: “El PCU promoverá todos los esfuerzos políticos para que en el Congreso del FA se resuelva una candidatura presidencial única, coherentemente con su postura histórica. En este mismo sentido intentaremos que el Congreso del FA vote una fórmula presidencial (…). Las múltiples candidaturas más allá de postulados teóricos no han significado en la práctica mayor participación, ni mejores condiciones para la disputa política con la derecha, ni a nivel nacional ni a nivel departamental”.

Ambas posturas revelan bien las diferencias de fondo entre ambas corrientes.

Los comunistas toman como referente la doctrina y la tradición.

La experiencia les enseñó que con Vázquez puede ser demasiado difícil “avanzar en democracia” en la perspectiva de los cambios revolucionarios que todavía anhelan.

El culto a la tradición les hace preferir el candidato único a la competencia.

Los emepepistas, herederos del clásico pragmatismo de la tribu tupamara, siguen más fácilmente el compás de las circunstancias.

El que quiera competir con Vázquez que lo haga. Lo más importante, para ellos, es asegurar la elección y no se les escapa que el ex presidente es la carta ganadora.

Más allá de estas diferencias coinciden en un asunto medular. Según los comunistas, “la fórmula tiene que reflejar el Programa y la unidad en la diversidad del FA”.

En nombre del MPP, la senadora Topolansky fundamentó un punto de vista similar: “Nosotros elaboramos un criterio en el Plenario del MPP, (respecto) a que la fórmula refleje la diversidad del Frente. En el primer período (Rodolfo) Nin Novoa representó a las fuerzas progresistas y Tabaré (Vázquez) a los socialistas. En la segunda fórmula (José) Mujica viene del MPP y (Danilo) Astori del Frente Líber Seregni. Nosotros queremos que se mantenga ese equilibrio”.

Dicho de otra forma, ninguno de estos dos grupos están de acuerdo en que Vázquez tenga total libertad para designar al candidato a la Vicepresidencia.

Con comunistas y emepepistas señalándole los límites, exigiéndole públicamente respetar la “diversidad” ideológica y política de la interna, y controlando las decisiones del Congreso (un recurso de poder fundamental), Vázquez no tendrá más remedio que renunciar de antemano a cualquier pretensión de impulsar un (o una) número dos del “ala socialdemócrata” del FA, esto es, del Frente Líber Seregni o de la corriente más moderada del PS.

Por eso mismo, es cada vez más claro que la nominación del vice tendrá que caer en alguna figura representativa del “ala izquierda” del FA.

Sendic tiene todas las de ganar. Sangre y perfil, nombre y apellido, lo acercan a la tradición tupamara, que el MPP todavía venera.

Su propia historia política y algunos rasgos ideológicos lo acercan al PCU.

Esta cercanía le viene, en parte, de su pasado en el “seispuntismo”, la corriente más cercana a la URSS, Cuba y el marxismo-leninismo dentro de la familia tupamara.

Pero, además, deriva de su clara militancia desde el Directorio de ANCAP a favor de fortalecer el papel del Estado en el desarrollo industrial de Uruguay (plasmada tanto en el proyecto sucro-alcoholero como en la planta desulfurizadora recién inaugurada).

En este punto, la empatía del PCU con Sendic es total.

Por lo que se dijo, durante un tiempo, Sendic especuló con la candidatura a la IMM, escenario que ahora habría descartado.

También trascendió que su estrategia consiste en obtener una buena votación en el Senado para, desde allí, saltar al gabinete para, a su vez, perfilarse hacia el 2019.

En todo caso, la decisión de Mujica de encabezar la lista al Senado del MPP acota el espacio para el crecimiento electoral del “sendiquismo”.

En estas circunstancias, la candidatura a la Vicepresidencia le vendría como anillo al dedo.

21
Sep
13

Constanza Moreira

Escribe; Emilio Cafassi

En julio último la perspectiva militante (desde el punto de vista participativo, inclusivo y movilizado) y aún electoral del Frente Amplio uruguayo (FA) era verdaderamente sombría.

Parecía haberse incubado largamente, al menos en buena parte de su dirigencia, el oxímoron de una “candidatura natural” sustentada sobre la endeble -y no menos oportunista- razón del “porque se gana”. Aun superando la incertidumbre de su materialización fáctica, quedaba velada, entre otras cosas, la indispensable inversión gramatical del término que obliga a inquirir “por qué se gana” (ría) que a la vez lleva al interrogante de con quiénes se gana (ría).

Dediqué por entonces dos artículos a la preocupación por aquella tendencia que parecía ineluctable (“Multicandidaturas y narcisismos” el 14/07 y “Perfiles de un perfil presidencial antinatural” el 21/07 cuyas ideas centrales contribuyen a fundamentar estas líneas). Concluía en ellos que aún si se imponía una candidatura naturalizada y excluyente -que no dejaba de lamentar- debía ser votada y apoyada inexcusable y disciplinadamente por varias razones. Desde una intransigente posición de principios de honrar la unidad histórica de la izquierda uruguaya verificada desde el 71, hasta de oportunidad ante la amenaza de recuperación de la derecha y el riesgo nada improbable de comprometer las mayorías parlamentarias, realimentando de este modo el desencanto.

En el sistema electoral uruguayo no está previsto el corte de boleta como en Argentina. Sin poder mensurar la magnitud proporcional concreta, me permití explicitar que varios militantes de heterogénea inserción en el FA, me confiaban que “a Vázquez no lo votarían”, expresión fácilmente hallable a vez en las proteicas y también inmensurables redes sociales. Pretendía con aquella conclusión desalentar esa suerte de veto ejercido hacia un frenteamplista en particular que en varios casos estaba fundamentado prioritaria y paradojalmente al modo revanchista, por haber apelado a ese instituto monárquico y autoritario como el del veto en el ejercicio presidencial, entre otros motivos críticos relevantes.

La intranquilidad o el evidente malestar de algunos sectores -que además de recoger hacía propios- no puede depositarse en quien resulte como única opción naturalizada en este caso presidencial, sino en la misma narrativa ideológica naturalizadora, que tácitamente el propio ex presidente Vázquez consintió. No se trata de objetar sujetos (que en sentido lacaniano siempre se encuentran sujetados por las estructuras) sino la arquitectura política e ideológica que imprime la naturalización y en consecuencia produce ese tipo particular de liderazgo caudillista e indiscutible, tan opuesto a la tradición e ideales frentistas.

Porque resulta solidario con la desmovilización y consecuente separación entre dirigentes y dirigidos, entre decisores vitalicios y pasivos ejecutantes eternizados de las decisiones, que a la vez los afectan. Considero que para poder apoyar entusiasta y comprometidamente cualquier iniciativa, y mucho más si se trata de una opción política, resulta indispensable poder participar en la toma de decisiones, cualquiera fuera el carácter concreto de –y el acuerdo o desacuerdo que se tenga con- lo decidido. De lo contrario, ¿cómo se explicaría por ejemplo el dinamismo que mantienen y en ocasiones incrementan los movimientos sociales (incluyendo aquí a los sindicatos) nutridos por miles de frenteamplistas, por oposición a la declinación de las instancias participativas políticas de base, como los comités en el caso del FA?

Si la política dejó de enamorar y de conquistar parte del ocio como proyecto de realización cívica y subjetiva, no es al amor al que hay que problematizar sino a los modos en los que esta se presenta y seduce. La declinación de los comités de base también ha erosionado la independencia dentro del FA, que fue un motor de pluralismo y diversidad. Los grupos y partidos constitutivos, en ausencia o depresión de los comités, ofrecen al menos un cierto ámbito de participación, según los casos, aunque mucho más ceñido a los objetivos partidarios.

La precandidatura de la actual senadora Constanza Moreira constituye, entre otras novedades oxigenantes, una posibilidad cierta de suturar el potencial desgarro al que conducía la “naturalización”, aunque no podamos cuantificar las proporciones. Toda intervención militante en una interna es a la vez un compromiso con el colectivo una vez superada esa instancia de confrontación. Invita a quienes se sientan interpelados por alguna de las opciones en disputa a involucrarse y participar asumiendo a la vez que las reglas de juego suponen el respeto y acompañamiento posterior a la decisión mayoritaria cualquiera sea el resultado.

Pero más importante aún es el hecho de otorgar una oportunidad de reencuentro militante de ciertas bases heterogéneas -aún indeterminables en magnitud- con la participación política, dejando necesariamente un sedimento organizativo unitariamente plural. O en otros términos, es también una oportunidad de reorganización política de una proporción militante desencantada de la política o eventualmente exilada en los movimientos sociales.

No comparto las perspectivas que acotan la emergencia de esta precandidatura a un nivel cuasi simbólico como por ejemplo se infiere del artículo de mi amigo Jorge Pasculli en este diario, para quien Constanza “no tiene ninguna posibilidad de ganarle a Tabaré” o que “pierde por paliza” porque involuntariamente abona la ideología naturalizadora y unilineal. No tengo ninguna encuesta sobre la mesa y dificulto que la haya en estos momentos. Solo me baso en ciertas inferencias deductivas para suponer que esta interna no será como las anteriores. Ni como la de 2004 entre Vázquez y Astori cuando las circunstancias obligaban a reforzar un perfil más carismático y sobre todo cuando el FA vivía su apogeo militante y participativo.

Ni como la del 2009 entre Mujica y Astori (mucho más proporcionada) cuando se dirimía la correlación de fuerzas entre las dos grandes referencialidades ideológicas integrantes, la más reformista y la opción de izquierda, aunque esta última no se haya distinguido mayormente en la gestión concreta. La opción de Constanza, si bien reproduce en parte la oposición entre esas referencialidades ideológicas al interior del FA, viene a trazar otra línea divisoria transversal, no contemplada en las precedentes: la de la oposición entre líderes y bases, entre dirigentes y dirigidos. Esta opción atraerá una buena proporción de jóvenes y de mujeres, de independientes, pero fundamentalmente de bases militantes que no se resignan a acompañar la realidad desde una pantalla televisiva, aunque llegue ahora en alta definición.

Menos aún luego del obsequio que -por las próximas décadas- le hiciera el presidente Mujica a los eternos canales privados, hipotecando el futuro de la distribución del mensaje y la consecuente pluralidad. Constanza representará la opción de los constantes, o si se prefiere, de los que Brecht calificaba de imprescindibles. ¿Son muchos? No lo sé, aunque aspiro a que sí. Pero si fueran muy pocos, no solo lo padecería esta alternativa sino toda la izquierda uruguaya y su futuro.

Si apelamos ahora a datos empíricos, la historia electoral uruguaya de este siglo está plagada de síntomas que aún no se han decodificado con precisión y por tanto generan desconcierto. El común denominador está marcado por la sorpresa y la incertidumbre. Por haber perdido casi 3 puntos en la última presidencial obligando a ir a balotaje y logrado mayorías parlamentarias raspando, por haber perdido los dos plebiscitos, Intendencias (ganando otra) y por haber motivado una verdadera rebelión electoral de las propias bases en las departamentales capitalinas. No es precisamente la disciplina absoluta aquello que caracteriza las conductas electorales uruguayas en general, ni frenteamplistas en particular.

A la vez, ejercitando la autoconciencia crítica, no tengo dudas de que mis opiniones -y explícitos deseos- están atravesados por afectos e historias en lo que a esta opción refiere. Tengo un gran respeto intelectual y aprecio personal por Constanza. También, sin resignar mi plena independencia, guardo simpatía por el PVP tanto como por el viejo PST de aquellos orígenes del MPP a fines de los años 80. He dado algunas charlas en locales de esos partidos hace ya muchos años. Debo añadir que trabé además una entrañable amistad con Hugo Cores conociéndolo muy tardíamente, inclusive después de que prologara la edición uruguaya de uno de mis libros. Desde entonces y hasta su muerte, me era inconcebible pasar por Montevideo sin tener con él esas largas discusiones sobre la situación de la izquierda uruguaya generalmente en el bar de 18 de Julio y Tristán Narvaja, frente a la universidad y en menor proporción cuando Hugo venía a Buenos Aires.

Hasta dónde esta carga emotiva influye en mis conclusiones es algo que veré con mi analista. Sin embargo, encuentro sólidas razones para apoyar con entusiasmo la opción que se abre. Constanza encarna en mucha mayor medida, buena parte del perfil de 11 puntos que genéricamente intenté esbozar en el artículo que menciono al comienzo. Garantiza laicidad, fidelidad al programa y disciplina sin necesaria obsecuencia o autocensura de su independencia crítica, es mujer y tiene una larga trayectoria en el FA, ha vivido siempre de su salario, integra la clase media uruguaya y prescinde del boato y los gestos suntuosos, posee un sólido nivel intelectual, tiene experiencia legislativa y ejecutiva a nivel universitario, ha participado en luchas reivindicativas diversas y pertenece a la fracción etaria que llamo posfundadora, permitiendo de este modo iniciar el deseado recambio generacional. ¿Con ella no se ganaría? Lo desconozco, pero esa aserción electoralista se arguyó hace 4 años para con Mujica y hoy es el presidente.

El FA tiene la buena costumbre de nombrar sus congresos en homenaje a sus grandes figuras, por oposición a otras tradiciones numerales como la comunista. El próximo congreso llevará el nombre de Hugo Cores en justo reconocimiento de todo el FA a su enorme trayectoria militante e intelectual.

Ejercitando el realismo mágico, si Hugo viviera y asistiera al congreso ¿qué opción cree el lector que el homenajeado apoyaría?

21
Sep
13

Paul Krugman sobre Detroit

 

Detroit, la nueva Grecia

escribe; Paul Krugman (*)

Cuando Detroit se declaró en quiebra, o al menos lo intentó (la situación legal se ha complicado), sé que no fui el único economista que tuvo un mal presentimiento sobre el probable impacto que tendría en nuestra retórica política. ¿Iba a ser lo de Grecia otra vez?

Está claro que a algunos les gustaría que eso ocurriera. Así que dirijamos esta conversación por buen camino antes de que sea demasiado tarde.

Vale, ¿de qué estoy hablando? Como posiblemente recordarán, hace unos años Grecia se hundió en una crisis fiscal. Esto era malo, pero las consecuencias para el resto del mundo deberían haber sido limitadas; al fin y al cabo, la economía griega es bastante pequeña (de hecho, representa alrededor de 1,5 veces la economía del Detroit metropolitano). Por desgracia, muchos políticos aprovecharon la crisis griega para adueñarse del debate y cambiaron el tema de la creación de empleo por el de la rectitud fiscal.

Pero lo cierto es que Grecia era un caso muy especial del que se podían extraer pocas o ninguna lección para la política económica más en general, e incluso en Grecia los déficits presupuestarios eran solo una parte del problema. No obstante, durante un tiempo, el discurso político en todo el mundo occidental estuvo totalmente helenizado : todo el mundo era Grecia o estaba a punto de convertirse en ella. Y este mal giro intelectual socavó enormemente las posibilidades de recuperación económica.

Así que ahora los cascarrabias del déficit tienen un nuevo caso que malinterpretar. Da igual que la pronosticada crisis fiscal de Estados Unidos no se materialice, o la fuerte caída en las previsiones sobre los niveles de deuda estadounidenses, o que muchos de los estudios que utilizaban los cascarrabias para justificar sus sermones hayan sido refutados; ¡obsesionémonos con los presupuestos municipales y las obligaciones de las pensiones públicas!

O mejor no.

¿Constituyen las desdichas de Detroit los primeros estadios de una crisis nacional de las pensiones públicas? No. Desde luego, las pensiones estatales y locales están insuficientemente financiadas y expertos del Boston College cifran el déficit total en un billón de dólares. Pero muchos Gobiernos están adoptando medidas para solucionar ese déficit. Estas medidas siguen sin ser suficientes; los cálculos del Boston College indican que las aportaciones totales a las pensiones este año serán unos 25.000 millones de dólares menos de lo que deberían. Pero en una economía de 16 billones de dólares, eso no es gran cosa, y aunque nos pongamos en el peor de los supuestos, en las suposiciones más pesimistas, como nos dicen que deberíamos hacer algunos, aunque no todos, los contables, sigue sin ser gran cosa.

Entonces, ¿ha sido Detroit particularmente irresponsable? Una vez más, no. Detroit parece haber tenido un sistema de gobierno especialmente malo, pero, fundamentalmente, la ciudad solo ha sido una víctima inocente de las fuerzas del mercado.

¿Qué? ¿Las fuerzas del mercado se cobran víctimas? Por supuesto que sí. A fin de cuentas, a los entusiastas del mercado libre les encanta citar a Joseph Schumpeter, que hablaba de la inevitabilidad de la destrucción creativa , pero ellos y su público invariablemente se describen siempre como destructores creativos, no como los creativamente destruidos. Pues adivinen: alguien siempre acaba siendo el equivalente moderno de un productor de látigos de carruaje, y ese podría ser usted.

A veces, los perdedores del cambio económico son individuos cuyas aptitudes se han vuelto superfluas; a veces son empresas que prestan servicio a un sector del mercado que ya no existe, y a veces son ciudades enteras que pierden su lugar en el ecosistema económico. El declive es una realidad.

Es verdad que en el caso de Detroit, la disfunción política y social parece haber empeorado las cosas. Una consecuencia de esta disfunción ha sido un caso grave de dispersión laboral en la zona metropolitana; los empleos abandonaron el núcleo urbano aun cuando el empleo en el área metropolitana de Detroit seguía creciendo, y aun cuando otras ciudades estaban viviendo una especie de renacer de los centros urbanos. Menos de una cuarta parte de los trabajos que se ofertan en la zona metropolitana de Detroit se encuentran a menos de 20 kilómetros del céntrico barrio tradicional de negocios; en el centro de Pittsburgh, otro ex gigante industrial cuyos días de gloria son cosa del pasado, la cifra supera el 50%. Y la relativa vitalidad del centro de Pittsburgh podría explicar por qué la que fuera capital del acero da muestras de un renacer, mientras que Detroit no para de hundirse.

Por tanto, mantengamos desde ya un debate serio sobre la mejor manera en que las ciudades pueden gestionar la transición cuando sus fuentes tradicionales de ventaja competitiva desaparecen. Y mantengamos también un debate serio sobre nuestras obligaciones como país con aquellos conciudadanos que han tenido la mala suerte de encontrarse viviendo y trabajando en el lugar equivocado en el momento equivocado, porque, como decía, el declive es una realidad, y algunas economías regionales acabarán contrayéndose, tal vez de manera drástica, hagamos lo que hagamos.

Lo importante es no permitir que el debate sea secuestrado, como ocurrió con Grecia. Hay gente influyente a la que le gustaría que creyeran que la defunción de Detroit es básicamente una historia de irresponsabilidad fiscal o de empleados públicos avariciosos. No lo es. En buena parte es solo una de esas cosas que suceden de vez en cuando en una economía siempre cambiante.

(*) Paul Krugman es profesor de Economía de Princeton y premio Nobel de 2008.

20
Sep
13

Rusia … el capitalismo feróz

Rusia, entre Marx y el opio del pueblo

 

 

Para la gente que no estaba familiarizada con el funcionamiento de una bolsa de valores en un país capitalista, una acción de una empresa era un trozo de papel sin valor, mientras que dos botellas de vodka sí que tenían un valor determinado que todos conocían.

Un famoso líder ruso una vez escribió que en cuanto se acerca la campaña electoral para el Parlamento en Rusia, «todos los partidos burgueses, todos los que mantienen los privilegios económicos de los capitalistas, se anuncian del mismo modo que capitalistas individuales anuncian sus productos. Miren los anuncios comer- ciales de cualquier periódico, y verán que los capitalistas piensan los nombres más fantásticos para sus productos, los cuales alaban de la manera más extraordinaria, sin detenerse en ninguna mentira o fabricación…. Los nombres de algunos partidos se han escogido explícitamente con propósito de anunciarlos más efectivamente, y sus `programas’ a menudo se escriben solo para cegar al público».

Esta frase, aunque puede ser muy contemporánea, no es nada menos que escrita por Vladimir I. Lenin, el 10 de mayo de 1912, y reproducido en «Las Obras Completas de Lenin», publicadas por la Editorial Progreso, en Moscú, en 1975. En resumen, tanto los anarquistas como los bolcheviques estaban de acuerdo en que las elecciones en un sistema capitalista multipartidista, eran poco más que «el opio del pueblo», impidiendo que la gente se despertara y viera la verdadera situación que atravesaba el país, una situación en que todo el sistema político estaba diseñado por, y para el beneficio de, la burguesía y los capitalistas, y para perpetuarles a ellos en el poder.

Es diferente la situación de Rusia hoy? ¡No! Además, todos hemos oído las críticas que se hacen más a menudo de la situación en Rusia: Que Putin quiere concentrar todo el poder en sus manos, que hay un nivel de corrupción demasiado alto en Rusia, que no hay suficiente libertad de expresión en aquel país, que las diferencias entre clases han aumentado radical- mente, etc.

La vuelta de Rusia a las prácticas más salvajes del sistema capitalista, empezó con Yeltsin, el líder que, junto con Gorbachov, es considerado como uno de los dos responsables máximos del derrumbe de la antigua URSS. Destruyeron todas las bases que mantenían firmes el sistema soviético, sin que existiera absolutamente ninguna alternativa lista para sustituirlo. De ahí vino a existir un «agujero negro» tanto político como económico del que se aprovecharon los rusos que tenían acceso a dinero y poder para convertirse en oligarcas, y los capitalistas extranjeros, en su mayoría norteamericanos y europeos, para expoliar Rusia tanto como podían.

Gorbachov puede tener su parte de culpa por la desaparición de la URSS, pero la implantación del más salvaje de los modelos capitalistas en Rusia es responsabilidad de Yeltsin. Fue él quien tuvo la «genial» idea de distribuir acciones en todas las empresas públicas del país entre el público. ¿El problema? Que de una sociedad que apenas ha salido de un sistema socialista no se puede esperar que sepa del funcionamiento de una sociedad capitalista con un mercado desarrollado de valores.

Bajo estas condiciones, los que tenían más acceso a dinero y poder, las élites, los que ahora se conocen como oligarcas, se hicieron con todas esas acciones que se habían distribuido entre el público, ¡por precios que equivalían a poco más que el coste de comprar un par de botellas de vodka! Para la gente que no estaba familiarizada con el funcionamiento de una bolsa de valores en un país capitalista, ¡la impresión era de haber obtenido dos botellas de vodka gratis! Para esa gente, una acción de una empresa, era un trozo de papel sin valor, mientras que dos botellas de vodka sí que tenían un valor determinado que todos conocían.

Para las élites que se habían hecho con todos esos «trozos de papel sin valor», era solo cuestión de esperar un poco para que aquellas empresas empezaran a revalorizarse, y al cabo de poco tiempo, teníamos una sociedad rusa bajo el control de lo que ahora se conoce como un grupo de oligarcas. Pero ellos tampoco estaban solos -Yeltsin también dejó la vía completamente libre para los inversores extranjeros-, lo que significó que, más pronto que tarde, la economía rusa estaba bajo la dominación de dos grupos: de un lado, los oligarcas; de otro lado, el gran capitalismo internacional. Los dos grupos actuaban, y actúan, solo en beneficio suyo propio, lo que ha dejado una sociedad rusa radicalmente dividida, entre un pequeño grupo de élites y la inmensa mayoría de la gente que en vez de vivir, tiene que sobrevivir. La clase «media» brilla cada vez más por su ausencia.

El sistema de partidos políticos que ha emergido en Rusia después de la caída de la URSS también está hecho para servir los intereses fácticos dominantes de la nueva superestructura del poder que domina la estructura política del país. Hay un partido, que puede cambiar e incluso crearse cada ciertos años como «el vehículo de turno para ganar votos para los poderes fácticos». Luego hay una «oposición leal» a los poderes fácticos, cuyo elemento más conocido es el Partido Liberal Democrático, que ni es liberal ni democrático, sino fascista, racista y populista, y dirigido por Vladímir Zhirinovsky, que la manera más suave que tengo para llamarle sería con el término «desequilibrado».

El Partido Comunista de la Federación de Rusia, el heredero del Partido Comunista de la Unión Soviética, también sigue existiendo, pero las autoridades intentan por todos los medios marginalizarlo. Un intento en el que las potencias extranjeras y sus medios de comunicación también ayudan -todos esperaban, al principio, que el único apoyo popular del Partido Comunista viniera de un grupo reducido de viejos nostálgicos de la antigua Unión Soviética y, en cuanto fallecieran esos «viejos nostálgicos», el comunismo también iba a morir en toda Rusia-. Ahora ya vemos que no ha sido así -ni mucho menos-, y hoy en día hay muchos jóvenes rusos que se identifican como «rojos». Ese grupo también se ha convertido en una base firme de apoyo al Partido Comunista de la Federación Rusa (PCFR).

Ha sido una sorpresa agradable para mí ver el aumento de popularidad del PCFR entre la juventud rusa, porque creo que entre «el partido de turno sirviendo los intereses de los poderes fácticos», por un lado, y partidos sin importancia pero de corte liberal, o incluso partidos malignos como el Liberal Democrático, por otro lado, hace falta un partido como el PCFR como esperanza de que, en el futuro, las cosas puedan cambiar de verdad en Rusia, y que el país pueda reencontrar el sitio que tenía como gran potencia en el mundo y, a la vez, desafiar a las grandes potencias capitalistas.

Los propósitos del PCFR incluyen la nacionalización de los recursos naturales, la agricultura y la industria a gran escala en Rusia, convirtiendo el sistema en uno de economía mixta que, a la vez, anima el crecimiento de empresas pequeñas y medianas en el sector privado. Es lo que llaman un «socialismo moderno para Rusia».

El programa del PCFR incluye entre sus puntos principales los siguientes: Parar la paulatina desintegración de todo el sistema en Rusia, restaurando a la vez beneficios para familias numerosas, y mejorar el sistema de escuelas y viviendas públicas para familias jóvenes; nacionalizar los recursos naturales y los sectores estratégicos de la economía rusa; retorno a Rusia, desde bancos extranjeros, de las reservas financieras del Estado; terminar con el fraude en las elecciones; diseñar una serie de medidas para combatir la pobreza e introducir controles de precios sobre los productos básicos necesarios para vivir; devolver al Estado la responsabilidad en los sectores de vivienda, electricidad y agua, aumentar las viviendas públicas y parar los desahucios; priorizar la deuda doméstica sobre la deuda extranjera -con la dependencia sobre potencias extranjeras que conlleva-; basar la política exterior en el respeto mutuo entre países y una restauración voluntaria de la unión entre estados.

En el último punto que hemos mencionado, es obvio que el PCFR tiene una preferencia por recrear la Unión Soviética -aunque sea de manera voluntaria- entre los nuevos países que han emergido de la antigua URSS. En cuanto a una política exterior basada en el respeto mutuo entre países, para mí es obvio que eso es, precisamente, lo que quiere también Putin -y la causa de muchos de los conflictos con EEUU-, puesto que el Gobierno norteamericano quiere imponer su preponderancia sobre todos los demás países y solo quiere que todos los demás digan «sí, señor» a las «órdenes» del presidente de los EEUU.

Para que veamos un cambio de verdad en el escenario socioeconómico de Rusia, es necesario e imprescindible que tenga éxito un partido como el PCFR. De momento, ya ha travesado un camino significativo, desde un punto en el que todos los demás deseaban su eliminación total hasta un punto en el que incluso ha aumentado el número de escaños en las elecciones parlamentarias. El día que veamos el PCFR en el Kremlin, ese será el día que podremos celebrar la posibilidad de efectuar el cambio socio-económico que Rusia necesita.

Fuente: http://gara.naiz.info/paperezkoa/20130831/420042/es/Rusia-entre-Marx-opio-pueblo

19
Sep
13

Uruguay … elecciones

 

Elecciones ¿Estamos tan lejos?

escribe: Esteban Valenti / periodista de Bitacora 

Cada día con mayor insistencia, surge en los debates políticos la acusación-comprobación de que se trata de un tema electoral. Y aunque nadie quiera reconocerlo, es así, irremediablemente así. Y no está mal.

No es porque las cosas son difíciles que no nos atrevemos.
Es porque no nos atrevemos que las cosas son difíciles.

Séneca

En un país democrático, donde en las elecciones se define todo, la fórmula presidencial, el parlamento y luego todos los cargos municipales, es obvio que los partidos, los dirigentes se preocupen y atiendan su juego, es decir las posibilidades y necesidades de que los ciudadanos y ciudadanas los elijan, los voten. Así funciona el sistema.

Como todas las cosas de la vida y, la política es una de las cosas más vitales, todo es un problema de proporciones y a veces de obsesiones. Si en lugar de debatir seriamente sobre temas que tienen que ver con leyes, con políticas, con proyectos que impactarán en la vida y en la convivencia de la sociedad de inmediato, en lugar de analizarlos, la única prioridad es atenerse a una estrategia electoral, vamos mal, y sobre todo van mal los que recorren esos caminos. Se notan, empequeñecen todo, lo transforman en una obsesión por el poder y hacen crecer la sospecha de que la política puede ser solo eso: la lucha por el poder.

Aclaremos. La política es en primer lugar la lucha explícita por el poder y el que con cara angelical lo niegue, miente o no entendió nada de la política. Pero hay que encadenar el poder y su ejercicio, con los objetivos, las sensibilidades, los proyectos a los diversos niveles del ejercicio del gobierno y de los poderes del Estado. Poder y hacer, construir y gobernar, debe ser indivisible.

No estamos tan lejos de las elecciones, de esa carrera de obstáculos creada a partir de la última reforma electoral. Para nosotros, los frenteamplistas, estará el Plenario del Frente Amplio precedido de toda la elaboración programática y los múltiples cruces y definiciones sobre las candidaturas nacionales comunes (presidente y vicepresidente). Luego viene el Congreso del FA. Donde todos esperamos que siguiendo la tradición y sin ningún trauma ni reclamo épico de nadie, se abra la posibilidad de diversas candidaturas.

El 1 de junio, adelantadas por la realización del Mundial de Fútbol, se realizarán las elecciones internas. Se elige al candidato a presidente, y los diversos frentes, sublemas, y listas definen sus propias candidaturas y el orden en las listas de octubre y se eligen la convención nacional y las departamentales de los partidos previstas por la reforma constitucional.

Además en las elecciones internas, con voto voluntario, se eligen posiciones importantes para las elecciones municipales del año 2015.

El 26 de octubre del 2014 hay elecciones nacionales. En una o dos vueltas, con o sin balotaje,  para el Poder Ejecutivo, presidente y vicepresidente.

Una ronda infernal de actividades políticas, tratativas, negociaciones, campañas y elecciones. Un intenso trabajo para los políticos, los candidatos, los partidos, publicistas, analistas de opinión pública, periodistas y todo lo que se mueve en torno a una campaña electoral.

Solo el relato de todo lo que queda por delante, agota.

A ello hay que agregar que el país debe seguir su marcha y como dice nuestro presidente José Mujica, hay que seguir gobernando a buen ritmo gasta el 28 de febrero del 2015, no solo ni principalmente para mejorar las chances electorales, sino por la vida concreta, tangible, cotidiana e inmaterial de la gente.

Por eso es tan importante el pedido del presidente de que los ministros que se queden en su cargo deben darle prioridad absoluta a la gestión de su cartera y por lo tanto en la labor del gobierno. Apoyo esa posición con entusiasmo. Y electoralmente me afecta en la corta y nos ayuda a todos en la larga, en la que importa.

En una carrera tan compleja, larga y con obstáculos de variado porte ¿cuáles son las prioridades? Voy a contestar sin cálculos ni respuestas políticamente cómodas y aparentemente correctas.

Hay que trabajar por la candidatura manejando adecuadamente los tiempos, sin apresurarse y con gran inteligencia en el manejo de los mensajes. Habrá una o varias precandidaturas, pero todos sabemos quien será el candidato. La candidatura no se construye solo desde el candidato que es muy importante sino también desde la fuerza política. Si alguien, incluso con las mejores intenciones, quiere enredarnos a todos en debates menores, de entre casa, para un sector reducido de la sociedad, en lugar del gran debate nacional con la sociedad, sobre el país y sus enormes posibilidades, debemos estar alerta y reaccionar rápidamente.

Es una responsabilidad de la gran mayoría del FA. Ya tendremos a la derecha queriendo empequeñecer todo, porque no tienen la mínima posibilidad de disputar en los grandes temas estratégicos y concretos del futuro gobierno. Ya lo están demostrando.

Tenemos que disponer de un programa que sea verdadero, que se integre naturalmente al discurso de la campaña y no el resultado de una transacción que en realidad refleje más las tensiones entre dos mil personas de la estructura, que sobre los grandes temas del conjunto de la sociedad. No podemos jugar con el programa y las tensiones internas, no para ganar, sino para gobernar.

El programa, como es tradición en la izquierda, al menos desde hace medio siglo y en particular desde 1971, debe corresponder al bloque político y social de los cambios, del progresismo, de la realidad política, cultural e ideológica de la mayoría de los uruguayos, con audacia, con valentía para plantearnos nuevas tareas más ambiciosas, pero sin caer en la tentación de que los aparatos se adueñen del programa.

Necesitamos un nuevo gobierno del Uruguay para una nueva época, que nosotros hemos contribuido a forjar y donde nos podemos plantear tareas de un gran cambio productivo, social, educativo, cultural, innovador, en resumen en los niveles de la justicia social y de la calidad de vida de nuestro país. Nos podemos y nos debemos plantear indicadores sociales realmente del primer mundo, pero además de un mundo más justo, más democrático, menos egoísta y avaro. Y podemos.

Diez años después el Uruguay productivo, social, educativo, cultural, justo, seguro, integrado, innovador, saludable, es muy diferente al que afrontamos en el 2005.

Para ello necesitamos un programa adecuado, una estado de ánimo acorde con ese programa, una capacidad de movilización social y no solo ni principalmente electoral, nueva, renovada porque en las formas y en los contenidos asumimos que los nuevos niveles de los cambios necesitan nuevas formas de protagonismo social y de cambio cultural.

Necesitamos un equipo de gobierno que sea el soporte de esta nueva etapa en el Proyecto Nacional. Y este será uno de los elementos más complejos, porque el ejercicio del poder genera compromisos, situaciones, gente que se considera con derechos adquiridos, confusiones sobre el poder y su apropiación sectorial o incluso personalizada. Y eso existe. Hoy.

Con el mejor candidato, la mejor fórmula electoral, un gran programa de gobierno, si no tenemos un equipo de gobierno en los diferentes niveles adecuado al nuevo momento no lo lograremos. Creo que eso deberíamos haberlo aprendido.

En una sociedad con los actuales niveles de protagonismo y de compromiso político venidos a menos, con tantas oportunidades laborales en el sector privado, los cuadros no sobran. Hay que tener desde ahora una visión muy amplia, generosa y sobre todo rigurosa. Y siempre es fácil pedir esas virtudes a los demás, el problema es aplicarlas en casa propia.

Para mi esas son las cuatro exigencias de una nueva etapa, cualitativamente mucho más exigente de un gobierno de izquierda: una fórmula ganadora; un programa de gobierno a la altura; una nueva capacidad de participación social y cultural en los cambios; un conjunto de cuadros que política y profesionalmente para los nuevos objetivos. Y seguir gobernando bien y avanzando hasta el último día de este gobierno.

18
Sep
13

Uruguay … política fiscal

puntualizaciones

La política fiscal y la distribución del ingreso

escribe: contador Alberto Couriel senador del FRENTE AMPLIO Uruguay

En estos días los medios de comunicación hacen esfuerzos por mostrar diferencias entre economistas frentistas sobre las posibilidades de avanzar en la reforma tributaria que se implantó en el año 2007.

Esta reforma siempre se planteó como dinámica, en permanente evolución, y por lo tanto, puede ser objeto de modificaciones. La misma se planteó con los objetivos de equidad, eficiencia y estímulos a la inversión. Sobre este último tema es evidente que el país ha recibido en los últimos años un gran aporte de inversión directa extranjera. El elemento central de esta llegada de capitales es que se dieron posibilidades de importantes ganancias, de oportunidades rentables de inversión donde, sin duda los aumentos de los precios internacionales de las commodities de exportación influyeron decisivamente.

El país históricamente mostró reglas de juego claras para dichas inversiones, seguridad jurídica, no expropiaciones y libertad irrestricta en los movimientos de capitales, desde 1974, lo que les asegura a los inversores el retorno a sus casas matrices de sus ganancias. El tema pasa por los beneficios que quedan para el país de dichas inversiones. Sin duda aumentan el producto, la productividad y los empleos. El cuestionamiento surge por las exoneraciones impositivas que reciben dichas inversiones, que podrían, por la vía del gasto social, ser relevantes para mejorar la distribución del ingreso. Existe la limitación de que hay competencia entre los países por recibir dichas inversiones y es enormemente dificultoso conseguir acuerdos entre los mismos para tener políticas comunes con respecto al capital extranjero.

El tema es que hay que buscar el necesario equilibrio para recibir dichas inversiones y que las mismas contribuyan al conjunto de la sociedad por las vías impositivas correspondientes. Es evidente que las zonas francas requieren de transformaciones y solo deberían aceptarse inversiones con contenido tecnológico que difícilmente llegarían bajo el régimen normal. Las zonas francas no pagan impuestos e impiden integrar cadenas de valores regionales e internacionales, que es uno de los grandes objetivos de la futura inserción económica internacional del país. La ley de minería de gran porte, que se analiza actualmente en el ámbito parlamentario, tiene exenciones tributarias para el momento de la inversión, pero luego se les cobra, muy fuertemente, hasta el 50% de las ganancias, a través del IRAE, adicionales y el canon correspondiente. No entran de ninguna manera bajo régimen de zonas francas, como ocurre con las pastas de celulosa, y en el futuro se harán esfuerzos de ampliar la cadena de valor con proveedores nacionales y avances en la transformación industrial de los rubros correspondientes. Minería de gran porte puede ser un buen ejemplo de modificaciones a la reforma tributaria compatibilizando la llegada de inversión extranjera directa e importantes beneficios para el país, que a través de nuevos impuestos permite crear un Fondo Soberano Intergeneracional que atenderá recursos para infraestructura, desarrollo local y educación, entre otros sectores beneficiados.

Otro tema para analizar es el papel de estas inversiones directas extranjeras en sectores estratégicos de la actividad económica y la futura influencia en las relaciones de poder. Es relevante que las mismas sean funcionales y compatibles con la estrategia de desarrollo. Las modificaciones a la reforma tributaria surgen también de la necesidad de contribuciones impositivas a la sociedad por ganancias extraordinarias surgidas de una evolución muy favorable de los precios internacionales de los recursos naturales. Por ejemplo, la posibilidad de eliminar ciertas deducciones al IRAE agropecuario, como el impuesto a las transacciones agropecuarias y continuar con los controles sobre dicho impuesto, recién iniciados por la DGI.

Modificaciones relevantes de las zonas francas y revisión de algunas exenciones impositivas, sin afectar las posibilidades de inversiones productivas, debieran plantearse para el futuro del país, probablemente para un tercer gobierno del Frente Amplio. También puede ser necesario modificar en el futuro cláusulas de estabilidad tributaria para grandes inversiones, como ocurrió con el contrato con la empresa Montes del Plata.

Lo que surge como discusión en los medios de comunicación es el efecto de la política fiscal sobre la distribución del ingreso. Ella puede redistribuir a través del gasto social, como ha venido ocurriendo en los últimos años, con el descenso significativo de la pobreza y la indigencia por la vía de una proporción mayor de los impuestos directos en el total de la recaudación tributaria, y por la vía de aumentos en la presión fiscal. Una presión fiscal muy baja como tienen países como México y Guatemala van a tener enormes dificultades de utilizar la política fiscal como mecanismo de redistribución del ingreso.

La presión fiscal de Uruguay no es baja en la comparación regional, de alrededor del 30% del PBI, y ello ha facilitado mejoras en la distribución del ingreso, en la medida que el gasto social ha alcanzado al 24,5% del PBI. Pero estamos 5 puntos por debajo de la presión fiscal de Brasil y Argentina y, especialmente, estamos muy por debajo de la presión fiscal de los Estados de Bienestar europeos. De aquí surgen márgenes importantes para futuras modificaciones de la propia reforma tributaria. La diferencia con Europa de los países de la región, y en concreto el caso de Uruguay, no solo surge por los niveles de presión fiscal, sino también por la mayor influencia en Europa de los impuestos directos, especialmente el impuesto a la renta de las personas físicas. Por ello el coeficiente de Gini, que mide la distribución del ingreso, baja sustantivamente en Europa después de impuestos y muy levemente en Uruguay.

Por supuesto que la distribución del ingreso no depende exclusivamente de la política fiscal. Son muy importantes los temas del empleo, los salarios y la concentración de la propiedad. En el tema del empleo, un problema central deriva de la heterogeneidad estructural, empresas con diferentes niveles de productividad, que generan grandes diferencias de salarios. Estudios de Jaime Mezzera muestran que el 48% de la población ocupada son cuentapropistas y asalariados de pequeñas empresas, donde pesan menos las organizaciones sindicales, con ingresos muy inferiores a los asalariados de las medianas y grandes empresas. Sigue siendo muy alta la informalidad de 26,6% de los ocupados, aunque ha tenido mejoras en los últimos años.

La concentración de la propiedad es un gran desafío y tema pendiente para la izquierda del futuro. Detrás de ella surgen las relaciones de poder. Una fuerza de poder muy significativa deriva de los propietarios de los grandes medios de comunicación, que son los que amplifican las discusiones internas sobre el papel de los impuestos en la actividad económica. En realidad los grandes medios de comunicación son nítidamente la verdadera oposición a los gobiernos frentistas. Marcan la agenda, buscan permanentemente diferencias internas para intentar dividir la unidad de la fuerzas de izquierda y usan a los políticos de la oposición para sus objetivos. Modificaciones en las relaciones de poder es otro gran desafío para el futuro de la izquierda. Téngase en cuenta que las mejoras en la distribución del ingreso derivan de la necesidad de atender las desigualdades étnicas, intergeneracionales y de género, además de las económico-sociales, como lo analizamos en el artículo “El giro a la izquierda” que publicamos en LA REPÚBLICA el pasado 14 de agosto.

17
Sep
13

facebook …

Cibernáutica

Unlike: por qué estoy abandonando Facebook

escribe: Douglas Rushkoff

 

 
Solía justificar mi uso de Facebook por mis actividades profesionales. Como escritor y a veces activista, necesito promover mis libros y artículos y de vez en cuando reunir personas a favor de una causa u otra, y Facebook resultó ser eficaz y muy conveniente para esto.

Realmente nunca lo usé para socializar, pero pensaba que estaba bien que otras personas sí lo hicieran y sentía que ese tipo de comportamiento me beneficiaría.

Ya no puedo justificar ese acuerdo. Hoy voy a abandonar mi cuenta de Facebook porque mi participación en el sitio no concuerda con los valores que defiendo en mi trabajo. En mi próximo libro, Present Shock, describo lo que pasa cuando ya no podemos manejar nuestras múltiples presencias en línea. Respaldo -como siempre lo he hecho ― el argumento a favor de utilizar la tecnología como seres humanos conscientes y de deshacernos de las tecnologías que nos quiten esa habilidad

Facebook es ese tipo de tecnología. Hace cosas por nosotros cuando ni siquiera estamos ahí. Nos presenta ante nuestros amigos de una manera falsa y, lo que es peor presenta una imagen falsa de aquellos que nos han agregado como amigos a otros más. Permitir esta situación disfuncional ― yo la llamo digiphrenia ― sería un acto de hipocresía. Pero participar en Facebook como un autor, con el  propósito de conseguir “me gusta” de otros, que al hacerlo expondrán sus vulnerabilidades, es insoportable.

Facebook jamás fue simplemente una plataforma social. Mejor dicho, explota nuestras interacciones sociales de la misma manera que una fiesta para ventas lo hace.

Facebook no existe para ayudarnos a hacer amigos, sino para eventualmente convertir a nuestra red de relaciones, nuestras preferencias por marcas y actividades ―nuestras “gráficas sociales”― en un bien que otros puedan explotar.

Nosotros, los usuarios de Facebook, hemos estado creando un enorme tesoro de datos que el gobierno e investigadores corporativos minan para predecir e influir sobre lo que compramos y por quién votaremos. Les hemos estado dando enormes cantidades de información de nuestras vidas, las vidas de nuestros amigos, seres queridos y conocidos.

Con esta información, Facebook y las marcas de investigación de “grandes datos” compran estos para poder predecir más acerca de nosotros ―desde nuestras compras futuras u orientación sexual, hasta nuestra disposición hacia actos de desobediencia civil y actos de terrorismo.

Los verdaderos usuarios de  Facebook son los vendedores que quieren llegar hasta nosotros e influenciarnos. Son los clientes de Facebook que pagan.

Nosotros somos la mercancía y somos también sus trabajadores. Las incontables horas que nosotros ―y en especial los jóvenes― pasamos en nuestros perfiles, representan las horas de trabajo sin paga que Facebook usa para justificar el valor de sus acciones. El esfuerzo de unos cuantos miles de empleados de Facebook en el Campus de Menlo Park no se compara con los cientos de millones de usuarios que meticulosamente ajustan sus páginas.

Las compañías solían tener que llevar a cabo muchas investigaciones para poder definir los perfiles de consumidores, ahora nosotros lo hacemos por ellos. La información que Facebook recolecta sobre mí, a través de mi página de Facebook, ni siquiera la comparte conmigo.

Gracias a mi página, Facebook conoce las demográficas de mis lectores, sus correos electrónicos, qué otras cosas les gustan, a quién más conocen y, aún más importante, en quién confían. Facebook se esfuerza en no compartir nada de esto, llegando a limitar la manera en la que aplicaciones de terceros pueden utilizar dicha información.

Dado que esta fue la base del plan de negocios de Facebook desde un principio, quizá los cambios más recientes en el acuerdo de uso de la compañía no deberían ser del todo desalentadores.

Sin embargo, la idea de que cualquier marca podría usar nuestras actualizaciones como una “historia destacada” si mencionamos una marca, nos llena de desdén. De manera que una inocente mención de una taza de café de Starbucks se vuelve propaganda para una marca en el universo de Facebook.

Recordemos que la única manera de conectarnos con alguien es darles un “me gusta”, esto significa que si quieres seguir a un político o compañía que no te gusta, aun así debes respaldarlos públicamente.

Recientemente, usuarios ―en especial aquellos con muchos amigos, seguidores y likes― se percataron de que sus actualizaciones de estado no estaban llegando a todas las personas que los seguían. Ahora se supone que debemos pagar para “promover” nuestros mensajes con nuestros amigos y todavía más por “sus” amigos. Así es, Facebook tiene derecho a recibir pagos por promovernos a nosotros y nuestros intereses. Pero este no era el acuerdo inicial, en especial para aquellas compañías que en primera instancia le pagaron a Facebook por tener más seguidores.

Así como usuarios que “agregan” mi página no deberían ser conductores pasivos de mis mensajes a sus amigos solo porque yo pagué por ello. Lo último me lleva al cambio más reciente de Facebook, aquel que al fin me llevó al borde. A través de una variación de las características de las Historias Patrocinadas, llamada Noticias Relacionadas, usuarios que dan “me gusta” a algo pueden ser asociados con básicamente cualquier cosa pagada por un anunciante.

Como el spam de correos electrónicos de una identidad falsa, las Noticias Relacionadas aparecen el News Feed debajo del nombre del usuario y su foto.

Si me dan un “me gusta”, pueden ser utilizados para promoverme o algo que me gusta a mí ―algo que no conocen―a otros sin consentimiento alguno.

Por ahora, mientras que nada me guste a mí, tengo algo de control sobre lo que  reciben mis seguidores en mi nombre, o peor, parecen promover ellos mismos. Pero siento que ese control se escapa de mis manos y no puedo permanecer como parte de un sistema en el cual gustarle a alguien pueda ser usado en su  contra. La fuerza promocional que Facebook me da, no vale el precio a pagar.

Además, ¿cómo puedo pedir gustarles si debo negar que me gustan ustedes u otras cosas?

Siempre he apreciado que aceptar ligarse a mí y a mi trabajo públicamente en línea involucra algo de confianza. Es una confianza que valoro ―aunque dependa de las buenas acciones de Facebook ― y es una confianza que solo puedo merecer si abandono esta red-antisocial.

Quizá al hacerlo podré ayudar a las personas a recordar que Facebook no es el Internet, es tan solo una página web y viene con un precio.

douglasrushkoff Douglas Rushkoff

Escritor,estadounidense, columnista y profesor de cultura virtual en la Universidad de Nueva York.

 

Más notas

16
Sep
13

Constanza Moreira candidata del F.A

PVP: “Para Constanza, para construir juntos la victoria del Frente”.

 

 
SI

NOTICIA/POLITICA

 CONSTANZA MOREIRA ACEPTÓ EL DESAFÍO CON TABARÉ 

Mediante la entrega de una bandera del FA por parte de los jóvenes del Partido por la Victoria del Pueblo con la inscripción “Para Constanza, para construir juntos la victoria del Frente” se simbolizó el apoyo de la agrupación a la precandidatura.

El diputado del PVP, Luis Puig, recordó que la postulación de Moreira “es una iniciativa de los jóvenes del PVP, acompañados por frenteamplistas de todo el país” y valoró esto como “una expresión democrática”.

Moreira aceptó la postulación “como un desafío” buscando “sumar una perspectiva distinta” que implique una “renovación” mostrando que “otra política es posible”.

“Siempre creí que el FA necesitaba otra candidatura, trabajé pensando en encontrar otra persona, pero a veces hay que ponerle el cuerpo a las ideas”, reflexionó. 

El secretario general del PVP, Pablo Anzalone, destacó que el apoyo busca “expresar todas las sensibilidades” ya que la figura de Moreira agrupó personas que “no están conformes y quieren seguir profundizando los cambios” tanto en la fuerza política como en los gobiernos del FA. Agregó que “es importante dar señales de renovación en ese plano”. 

En este sentido, el diputado del PVP, Luis Puig, apuntó a cambiar la política económica “para poder atender necesidades sociales sobre las que el Frente ha avanzado pero se siguen manteniendo desigualdades y uruguayos en situaciones críticas”.

Puig consideró que el PVP coincide con Moreira en “temas fundamentales de izquierda” como derechos humanos, derechos de la mujer, en la caracterización de las fuerzas armadas y en dar “un giro a la izquierda del FA”, lo cual valoró como “imprescindible”. Moreira enfatizó que su precandidatura “es hija de ese deseo de otra cosa”. 

Al ser consultado sobre Tabaré Vázquez, Puig aclaró que la precandidatura es “un aporte al conjunto del FA” que persigue “que ningún frenteamplista se sienta por fuera” y que “no es una candidatura contra nadie”. En este sentido, Moreira evidenció que hará una campaña “de guante blanco”. “Discutiremos sobre ideas pero sin enfrentarnos”, ilustró. 

Sobre una eventual fórmula con Tabaré, Moreira negó rotundamente: “fórmulas nada” y agregó que “hay sumas que restan”. En referencia a quienes catalogaron la precandidatura de Moreira como un suicidio político comentó: “No me parece un suicidio político, me parece que esto es hacer política”

Consultado sobre el apoyo de Agrupación IR  Puig explicó que “todos los apoyos son bienvenidos”, auguró que “muchas agrupaciones y frenteamplistas independientes van a apoyar la candidatura”. Sin embargo, recordó que el PVP se está centrando en la precandidatura “no estamos hablando de candidaturas ni de puestos al Senado”. El PVP hoy da un paso, pero creemos que solos no podemos, eso está claro”, remató.

16
Sep
13

Fidel Castro … reflexiones

Reflexiones

Las verdades objetivas y los sueños

 

 

La especie humana reafirma con frustrante fuerza que existe desde hace aproximadamente 230 mil años. No recuerdo afirmación alguna que alcance más edad. Sí existieron otros tipos de humanos, como los Neandertales de origen europeo; o un tercero, el homínido de Denisova al norte de Asia pero, en ningún caso, existen fósiles más antiguos que los del Homo Sapiens de Etiopía.

Tales restos, en cambio, existen de numerosas especies entonces vivas, como los dinosaurios, cuyos fósiles datan de hace más de 200 millones de años. Muchos científicos hablan de su existencia antes del meteorito que impactó en el Istmo de Tehuantepec provocando la muerte de aquellos, algunos de los cuales medían hasta 60 metros de largo.

Es conocida igualmente la prehistoria del planeta que hoy habitamos, desprendido de la nebulosa solar y su enfriamiento como masa compacta casi llana, constituida por un número creciente de materias bien definidas que poco a poco adquirirían rasgos visibles. Tampoco se sabe todavía cuántas faltan por descubrir, y los insólitos usos que la tecnología moderna puede aportar a los seres humanos.

Se conoce que las semillas de algunas plantas comestibles fueron descubiertas y comenzaron a utilizarse hace alrededor de 40 mil años. Existe también constancia de lo que fue un calendario de siembra grabado en piedra hace aproximadamente 10 mil años.

Las ciencias deben enseñarnos a todos a ser sobre todo humildes, dada nuestra autosuficiencia congénita. Estaríamos así más preparados para enfrentar e incluso disfrutar el raro privilegio de existir.

En el mundo explotado y saqueado viven incontables personas generosas y sacrificadas, especialmente las madres, a las que la propia naturaleza dotó de especial espíritu de sacrificio.

El concepto de padre, que no existe en la naturaleza, es, en cambio, fruto de la educación social en los seres humanos y se observa como norma en cualquier rincón, desde el ártico, donde se encuentran los esquimales, hasta las selvas más tórridas de África en las que las mujeres no solo cuidan de la familia, sino también laboran la tierra para producir alimentos.

Quien lee las noticias que todos los días llegan sobre viejos y nuevos comportamientos de la naturaleza y los descubrimientos de los métodos para enfrentar lo de ayer, hoy y mañana, comprendería las exigencias de nuestro tiempo.

Los virus se transforman de forma inesperada y golpean las plantas más productivas o los animales que hacen posible la alimentación humana, lo que torna más insegura y costosa la salud de nuestra especie, genera y agrava las enfermedades, sobre todo, en los mayores o los más pequeños.

¿Cómo enfrentar con honor el número creciente de obstáculos que los habitantes del planeta sufren?

Pensemos que más de doscientos grupos humanos se disputan los recursos de la Tierra. El patriotismo es simplemente el sentimiento solidario más amplio alcanzado. Nunca digamos que fue poco. Con seguridad se inició por las actividades familiares de grupos reducidos de personas que los escritores de la historia calificaron de clan familiar, para recorrer el camino de la cooperación entre grupos de familias que colaboraban entre sí para cumplimentar las tareas a su alcance. Hubo lucha entre grupos de familias en otras etapas, hasta alcanzar niveles superiores de organización como sin duda fue la tribu. Transcurrieron más de cien mil años. Los recuerdos escritos en sofisticados pergaminos datan, sin embargo, de no más de 4 mil años.

La capacidad humana para pensar y elaborar ideas era ya notable, y no creo sinceramente que los griegos eran menos inteligentes que el hombre actual. Sus poemas, sus textos filosóficos, sus esculturas, sus conocimientos médicos, sus juegos olímpicos; sus espejos, con los que incendiaban naves adversarias concentrando los rayos solares; las obras de Sócrates, Platón, Aristóteles, Galeno, Arquímedes y otros llenaron de luz el mundo antiguo. Eran hombres de inusual talento.

Arribamos, tras un largo camino, a la etapa contemporánea de la historia del hombre.

Días críticos no tardaron en presentarse para nuestra Patria, a 90 millas del territorio continental de Estados Unidos, después que una profunda crisis golpeó a la URSS.

Desde el 1ro de enero de 1959 nuestro país asumió el mando de su propio destino tras 402 años de coloniaje español y 59 como neocolonia. Ya no existíamos como indígenas que no hablaban siquiera el mismo idioma; éramos una mezcla de blancos, negros e indios que integrábamos una nación nueva con sus virtudes y sus defectos como todas las demás. Huelga decir que imperaban en la isla la tragedia del desempleo, el subdesarrollo y un pobrísimo nivel de educación. Poseían conocimientos inculcados por la prensa y la literatura dominante en Estados Unidos, que desconocía, si es que no despreciaba, los sentimientos de una nación que combatió con las armas durante décadas por la independencia del país, y al final incluso contra cientos de miles de soldados al servicio de la metrópolis española. Es preciso no olvidar la historia de la “Fruta Madura”, imperante en la mentalidad colonialista de la poderosa nación vecina que hizo prevalecer su fuerza y negaba al país no solo el derecho a ser libre hoy, mañana y siempre, sino que pretendía anexar nuestra isla al territorio de ese poderoso país.

Cuando en el puerto de La Habana estalla el acorazado norteamericano Maine, el ejército español, integrado por cientos de miles de hombres, estaba ya derrotado, como un día los vietnamitas derrotaron a base de heroísmo el poderoso ejército dotado de sofisticado armamento, incluido el “Agente Naranja” que a tantos vietnamitas afectó para toda su vida, y Nixon, más de una vez, estuvo tentado al uso de las armas nucleares contra aquel pueblo heroico. No en balde luchó por ablandar a los soviéticos con sus discusiones sobre la producción de alimentos en aquel país.

Dejaría de ser diáfano si no señalo un momento amargo de nuestras relaciones con la URSS. Eso derivó de la reacción que tuvimos al conocer la decisión de Nikita Jruschov a raíz de la Crisis de Octubre de 1962, de la que el próximo mes de octubre se cumplirán 51 años.

Cuando supimos que Jruschov había acordado con John F. Kennedy la retirada de los proyectiles nucleares del país, publiqué una nota con los 5 Puntos que consideré indispensables para un acuerdo. El jefe soviético conocía que inicialmente nosotros advertimos al Mariscal jefe de la cohetería soviética que a Cuba no le interesaba aparecer como emplazamiento de cohetes de la URSS, dada su aspiración a ser ejemplo para los demás países de América latina en la lucha por la independencia de nuestros pueblos. Pero a pesar de eso el Mariscal jefe de tales armas, una persona excelente, insistía en la necesidad de contar con algún arma que persuadiera a los agresores. Al insistir él en el tema, le expresé que si a ellos les parecía una necesidad imprescindible para la defensa del socialismo, se trataba ya de otra cosa, porque éramos por encima de todo revolucionarios. Le pedí dos horas para que la Dirección de nuestra Revolución tomara una decisión.

Jruschov se había portado con Cuba a gran altura. Cuando Estados Unidos suspendió totalmente la cuota azucarera y bloqueó nuestro comercio, él decidió comprar lo que dejara de adquirir ese país, y a los mismos precios; cuando meses después aquel país nos suspendió las cuotas de petróleo, la URSS nos suministró las necesidades de ese vital producto sin lo cual nuestra economía sufriría un gran colapso: una lucha a muerte se habría impuesto, ya que Cuba jamás se rendiría. Los combates habrían sido muy sangrientos, tanto para los agresores como para nosotros. Habíamos acumulado más de 300 mil armas, incluyendo las 100 mil que le ocupamos a la tiranía batistiana.

El líder soviético había acumulado gran prestigio. A raíz de la ocupación del Canal de Suez por Francia e Inglaterra, las dos potencias que eran propietarias del canal, con el apoyo de fuerzas israelitas, atacaron y ocuparon aquella vía. Jruschov advirtió que usaría sus armas nucleares contra los agresores franceses y británicos que ocuparon ese punto. Estados Unidos, bajo la dirección de Eisenhower, no estaba dispuesto en ese momento a involucrarse en una guerra. Recuerdo una frase de Jruschov por aquellos días: “nuestros cohetes pueden darle a una mosca en el aire”.

No mucho tiempo después, el mundo se vio envuelto en un gravísimo peligro de guerra. Desgraciadamente fue el más grave que se ha conocido. Jruschov no era un líder cualquiera, durante la Gran Guerra Patria se había destacado como Comisario Jefe de la defensa de Stalingrado, actual Volgogrado, en la batalla más dura que se ha librado en el mundo con la participación de 4 millones de hombres. Los nazis perdieron más de medio millón de soldados. La Crisis de Octubre en Cuba le costó el cargo. En 1964, fue sustituido por Leonid Brezhnev.

Se suponía que, aunque a un precio alto, Estados Unidos cumpliría su compromiso de no invadir Cuba. Brezhnev desarrolló excelentes relaciones con nuestro país, nos visitó el 28 de enero de 1974, desarrolló el poderío militar de la Unión Soviética, entrenó en la escuela militar de su gran país a muchos oficiales de nuestras Fuerzas Armadas, continuó el suministro gratuito de armamento militar a nuestro país, promovió la construcción de una central electronuclear de enfriamiento por agua, en la que se aplicaban las máximas medidas de seguridad y le dio apoyo a los objetivos económicos de nuestro país.

A su muerte, el 10 de noviembre de 1982, le sucedió Yuri Andrópov, director de la KGB, quien presidió los funerales de Brezhnev y tomó posesión como Presidente de la URSS. Este era un hombre serio, así lo aprecio, y también muy franco.

Nos dijo que si éramos atacados por Estados Unidos deberíamos luchar solos. Le preguntamos si podían suministrarnos las armas gratuitamente como hasta ese momento. Respondió que sí. Le comunicamos entonces: “no se preocupe, envíenos las armas que de los invasores nos ocupamos nosotros”.

Sobre este tema solo un mínimo de compañeros estuvimos informados ya que era muy peligroso que el enemigo dispusiera de esta información.

Decidimos solicitar a otros amigos las armas suficientes para contar con un millón de combatientes cubanos. El compañero Kim II Sung, un veterano e intachable combatiente, nos envió 100 mil fusiles AK y su correspondiente parque sin cobrar un centavo.

¿Qué contribuyó a desatar la crisis? Jruschov había percibido la clara intención de Kennedy de invadir a Cuba tan pronto estuvieran preparadas las condiciones políticas y diplomáticas, especialmente después de la aplastante derrota de la invasión mercenaria de Bahía de Cochinos, escoltada por buques de asalto de la Infantería de Marina y un portaaviones yankis. Los mercenarios controlaban el espacio aéreo con más de 40 aviones entre bombarderos B-26, aviones de transporte aéreo y otros de apoyo. Un ataque sorpresivo previo, a la principal base aérea, no encontró nuestros aviones alineados, sino desperdigados en diversos puntos, los que podían moverse y los que carecían de piezas. Apenas afectaron algunos. El día de la invasión traicionera nuestras naves estaban en el aire antes del amanecer en dirección a Playa Girón. Digamos solo que un honesto escritor norteamericano describió aquello como un desastre. Baste decir que al final de aquella aventura solo dos o tres de los expedicionarios pudieron regresar a Miami.

La invasión programada por las fuerzas armadas de Estados Unidos contra la isla habría sufrido grandes bajas, muy superiores a los 50 mil soldados que perdieron en Vietnam. No tenían entonces las experiencias que adquirieron más tarde.

Se recordará que el 28 de octubre de 1962 yo declaré que no estaba de acuerdo con la decisión inconsulta e ignorada por Cuba de que la URSS retiraría sus proyectiles estratégicos, para los cuales se estaban preparando las rampas de lanzamiento que serían un total de 42. Al líder soviético le expliqué que ese paso no había sido consultado con nosotros, requisito esencial de nuestros acuerdos. En una frase está la idea: “Usted puede convencerme de que estoy equivocado, pero no puede decirme que estoy equivocado sin convencerme”, y enumeré 5 Puntos que se mantenían intocables: Cese del Bloqueo económico y de todas las medidas de presión comercial y económica que ejercen los Estados Unidos en todas partes del mundo contra nuestro país; cese de todas las actividades subversivas, lanzamiento y desembarco de armas y explosivos por aire y por mar, organización de invasiones mercenarias, filtración de espías y saboteadores, acciones todas que se llevan a cabo desde el territorio de los Estados Unidos y de algunos países cómplices; cese de los ataques piratas que se llevan a cabo desde las bases existentes en Estados Unidos y Puerto Rico; cese de todas las violaciones de nuestro espacio aéreo y naval por aviones y navíos de guerra norteamericanos; y la retirada de la Base Naval de Guantánamo y devolución del territorio cubano ocupado por los Estados Unidos.

Es harto conocido igualmente que el periodista francés Jean Daniel había entrevistado al presidente Kennedy después de la Crisis de Octubre; este le contó la experiencia muy dura que había vivido, y le había preguntado si yo realmente conocía el peligro de aquel momento. Le pidió al reportero francés que viajase a La Habana, hablara conmigo y esclareciese esa interrogante.

Este viajó a La Habana y pidió la entrevista. Lo cité esa noche y le transmití que deseaba verlo y conversar con él sobre el tema, y le sugerí conversar en Varadero. Llegamos al lugar y lo invité a almorzar. Era el mediodía. Puse un radio y en ese instante un despacho glacial informa que el Presidente había sido asesinado en Dallas.

Prácticamente ya no había de qué hablar. Yo, desde luego, le pedí que me hablara de su conversación con Kennedy; él estaba realmente impresionado con su contacto. Me dijo que Kennedy era una máquina de pensar, estaba realmente traumatizado. No volví a verlo. Por mi parte investigué lo que pude, o más bien supuse lo que pasó ese día. Fue rara la conducta de Lee Harvey Oswald. Supe que este había tratado de visitar Cuba no mucho tiempo antes del asesinato de Kennedy, y se supone que disparó con un rifle semiautomático de mira telescópica contra un blanco en movimiento. De sobra conozco el empleo de esa arma. La mirilla, cuando se hace un disparo, se mueve y el blanco se pierde un instante; lo que no ocurre con otro tipo de sistema de puntería de cualquier fusil. La telescópica, de varios poderes, es muy precisa si el arma se apoya, pero estorba cuando se hace con un objetivo en movimiento. Se dice que fueron dos los disparos mortales consecutivos en fracción de segundos. La presencia de un lumpen conocido por su oficio, que mata a Oswald nada menos que en una estación de policía, conmovido por el dolor que estaría sufriendo la esposa de Kennedy, parece una cínica broma.

Johnson, un buen magnate petrolero, no perdió un minuto en tomar el avión en dirección a Washington. No quiero hacer imputaciones; es asunto de ellos, pero se trata de que en los planes estaba involucrar a Cuba en el asesinato de Kennedy. Más tarde, transcurridos los años, me visitó el hijo del Presidente asesinado y cenó conmigo. Era un joven lleno de vida que le gustaba escribir. Poco tiempo después, viajando en noche tempestuosa hacia una isla vacacional en un sencillo avión, al parecer no encontraron la meta y se habían estrellado. También conocí en Caracas a la esposa y los hijos pequeños de Robert Kennedy, quien fue fiscal, y negociador con el enviado de Jruschov y había sido asesinado. Así marchaba desde entonces el mundo.

Muy próximo ya a terminar este relato, que coincide con el 13 de agosto, 87 aniversario de su autor, ruego se me excuse de cualquier imprecisión. No he tenido tiempo de consultar documentos.

Los despachos cablegráficos casi diariamente hablan de preocupantes temas que se acumulan en el horizonte mundial.

Noam Chomsky, según el sitio Web del canal de televisión Rusia Today, expresó: “La política de Estados Unidos está diseñada para que aumente el terror”.

“Según el prestigioso filósofo, la política de EE.UU. está diseñada de manera que aumenta el terror entre la población. ‘EE.UU. está llevando a cabo la campaña terrorista internacional más impresionante jamás vista (…), la de los drones y la campaña de las fuerzas especiales’… ”

“La campaña de drones está creando potenciales terroristas.”

“A su juicio, es absolutamente asombroso que el país norteamericano lleve a cabo por un lado una campaña de terror masivo, que pueda generar potenciales terroristas en contra de uno mismo, y por otro proclame que es absolutamente necesario contar con vigilancia masiva para proteger contra el terrorismo.”

“Según Chomsky, existen numerosos casos similares. Uno de los más llamativos, en su opinión, es el de Luis Posada Carriles, acusado por Venezuela de la participación en un atentado contra un avión en el que murieron 73 personas.”

Hoy guardo un especial recuerdo del mejor amigo que tuve en mis años de político activo –”quien muy humilde y pobre se fraguó en el Ejército Bolivariano de Venezuela–”, Hugo Chávez Frías.

Entre los muchos libros que he leído, impregnados de su lenguaje poético y descriptivo, hay uno que destila su rica cultura y su capacidad de expresar en términos rigurosos su inteligencia y sus simpatías a través de las más de dos mil preguntas formuladas por el periodista, también francés, Ignacio Ramonet.

El 26 de Julio de este año, cuando visitó a Santiago de Cuba con motivo del 60 aniversario del asalto a los cuarteles Moncada y Carlos M. de Céspedes, me dedicó su último libro: Hugo Chávez Mi primera vida.

Experimenté el sano orgullo de haber contribuido a la elaboración de esa obra, porque Ramonet me sometió a ese cuestionario implacable, que pese a todo sirvió para entrenar al autor en esa materia.

Lo peor es que no había concluido mi tarea como dirigente cuando le prometí revisarlo.

El 26 de julio de 2006 enfermé gravemente. Apenas comprendí que sería definitivo no vacilé un segundo en proclamar el día 31 que cesaba en mis cargos como Presidente de los Consejos de Estado y de Ministros, y propuse que el compañero designado para ejercer esa tarea procediera de inmediato a ocuparlo.

Me restaba concluir la revisión prometida de Cien horas con Fidel. Estaba acostado, temía perder el conocimiento mientras dictaba y a veces me quedaba dormido. No obstante, día por día respondía a las endiabladas preguntas que me parecían interminablemente largas; pero persistí hasta que terminé.

Estaba lejos de imaginar que mi vida se prolongaría otros siete años más. Solo así tuve el privilegio de leer y estudiar muchas cosas que debí aprender antes. Pienso que los nuevos descubrimientos nos han sorprendido a todos.

De Hugo Chávez faltaron muchas preguntas por responder, desde el momento más importante de su existencia, cuando tomó posesión de su cargo como Presidente de la República de Venezuela. No existe una sola pregunta que responder en los más brillantes momentos de su vida. Los que lo conocieron bien saben la prioridad que daba a esos desafíos ideológicos. Hombre de acción e ideas, lo sorprendió un tipo de enfermedad sumamente agresiva que le hizo sufrir bastante, pero enfrentó con gran dignidad y con profundo dolor para familiares y amigos cercanos que tanto amó. Bolívar fue su maestro y el guía que orientó sus pasos en la vida. Ambos reunieron la grandeza suficiente para ocupar un lugar de honor en la historia humana.

Todos esperamos ahora Hugo Chávez Mi segunda Vida. Sin él, la más auténtica de las historias nadie podría escribirla mejor.

Fidel Castro Ruz

Agosto de 2013

fidelcastroruzEscrito por: Fidel Castro RuzLíder histórico de la Revolución cubana



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