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Italia

Italia y Berlusconi (Dossier)

Este dossier sobre Italia consta de artículos de los siguientes autores: Claudio Tutti y Kay Wallace

Un movimiento desesperado del Cavaliere en su rincón

escribe:Claudio Tutti y Kay Wallace (*)

La jornada más larga de Berlusconi: «Hay que bloquear la sentencia, pero no haré caer  al gobierno. Letta se arreglará con el PdL: pero nada de una intervención sobre los procesos».

«Haría falta una solución para retrasar esta maldita sentencia. Habrá algún modo también de diferirla. Porque no tengo ganas de hacer una campaña electoral. No sé si estoy por hacer caer al gobierno y empezar todo de nuevo».

La tensión en el PdL es astronómica. El centroderecha está al borde de una crisis de nervios. Y también se asoma a una fractura que podría señalar su fin.

Con los «halcones», por una parte, y las «palomas» por otro. Con un Silvio Berlusconi que  se siente metido en un callejón sin salida. Sin vía de escape. En busca de una estratagema que le permita no sentirse definitivamente atrapado.

La jornada de ayer, de hecho, se puede resumir en esta frase que el Cavaliere ha repetido a más de un diputado. Palabras que no describen sólo su estado emocional  sino  también su deseos de jugar asimismo la partida en dos planos. Como hizo siempre  en el pasado y a la busca  de  una  «leyecita»,  de  un  «salvoconducto»  que  pueda  echar  por  tierra  la  próxima sentencia.  Pero,  al  mismo  tiempo,  comprendiendo  que  el   tiempo   no  corre  a  su  favor. Demasiado poco para llegar a alguna forma de «salvaguardia».

El 30 de julio está ya cerca. Y entonces se prepara el «lado B»: limitar los daños. Es decir, dejar con vida al gobierno Letta y considerarlo un último baluarte para conservar un «papel» en  «la mesa que cuenta», esperando entretanto que sea clemente el Supremo. «Yo son  palabras suyas , así lo espero todavía». Esperanzas alimentadas, por otra parte, por el  comunicado emitido por el Tribunal Supremo y las declaraciones de su presidente, Santacroce, que no ha excluido la hipótesis del aplazamiento.

Pero  precisamente  el  ex  premier  interpreta  por  ahora  dos  papeles  en  la  comedia.  No  por casualidad ha encargado a su único y verdadero plenipotenciario, Gianni Letta, que  lleve a cabo un último intento de incidir en el veredicto de la apelación en el Supremo. En estos días, ha invocado a menudo diversas estratagemas: ha preguntado si podría emprenderse la vía de la amnistía, si sería posible aprobar una enmienda que levantase  al  menos el umbral de la detención para aplicar la pena accesoria de prohibición de desempeñar cargos públicos, si se convencería al Quirinal para dar lugar a una «verdadera pacificación» con su nombramiento de senador vitalicio (lo que podría, para algunos, inhibir  la prohibición, considerando que no se prevé siquiera la institución de la dimisión).

Los dos primeros puntos requieren, sin embargo, la condescendencia del gobierno y el PD. En el Palazzo Chigi repiten que nadie ha adelantado una exigencia de ese género. «En cualquier caso – ha avisado siempre el presidente del Gobiernoi, Enrico Letta no podríamos dejar pasar una cosa de ese género». «Nunca podríamos mancharnos de ese  modo», se hace eco Dario Franceschini. Y por lo demás, los plazos para aprobar una  amnistía son demasiado largos y demasiado complicados con un quorum de dos tercios  en la Cámara y en el Senado. Sobre todo, los precedentes nunca han tenido que ver con delitos como el fraude fiscal: demasiado alta la pena por ley.

Tampoco la hipótesis del nombramiento senatorial se había tomado nunca en consideración. El ex premier desea de cualquier modo probarlo todo para fin de mes. Y por eso ha ordenado a su partido que mantenga altísima la guardia. Descargar sobre las instituciones  el nerviosismo y hacer sentir al Supremo toda la fuerza de la presión ejercida por un  movimiento que sigue representando a casi un tercio de los electores.

El Cavaliere, por tanto, se siente cada vez más arrinconado. Escucha la panoplia de posibles reacciones a la sentencia de la dimisión en bloque de los parlamentarios al Aventino – con una especie de irritado desapego. «No tengo ya más ganas de estas cosas», les repite a casi todos. Por lo demás, el timing de ayer ha sido emblemático. La protesta del PdL ha salido como una  desbordante  ola  y  ha  llegado  como  una  modesta  resaca.  Los  tres  días  de  «bloqueo parlamentario»  se  han  transformado  en  media  tarde,  con  la  presencia,  por  otro  lado,  del presidente del Gobierno en sede para el turno de preguntas. .

No por casualidad hasta el mismo Enrico Letta se mostraba ayer tarde más tranquilo que por la mañana:  «El  día  ha  empezado  mal  y  ha  terminado  bien».  No  solamente.  Tras  la  primera sacudida, el jefe del gobierno ha mantenido más de una conversación con vicepremier Alfano: han  coincidido  en  que  «Hace  falta  un  trabajo  de  contener  la   rabia».  Con  una  premisa fundamental:  «Berlusconi  no  quiere  una  crisis  de  gobierno».  La  condición  previa  que  ha paralizado a los halcones y ha dejado paso a las maniobras para calmar la revuelta en curso en el centroderecha.

El Cavaliere, de hecho, a falta de «leyecita», considera prioritario permanecer en el  campo gubernativo. «¿De qué serviría hacer caer a este Ejecutivo? preguntaba también ayer a los más enfervorecidos . Yo no lo deseo. Será lo que sea, pero dejadme en paz. Lo importante es que no toquen las empresas». Las empresas, justamente. En este marco prefiere dotar a sus ministros de un arma: seguir sentado en la mesa que cuenta y jugar  al menos sus últimas cartas  para  defender  su  grupo.  Por  primera  vez  en  los  últimos  veinte  años,  ha  querido Berlusconi diferenciar su destino personal del de Mediaset.

Una línea acordada en una comida de familia el primer lunes (24 junio) después  de que  el Constitucional hubiera desautorizado el legítimo impedimento. No  por casualidad ha  hecho saber que no desea implicar en absoluto a su hija Marina en la batalla política: «Debe seguir al frente de las empresas».
En suma, el ex primer ministro está convencido de poder tutelar mejor sus asuntos siguiendo en mayoría y negociando. Tanbién porque hay otro aspecto que turba sus sueños. En el caso de condena confirmada por el proceso Mediaset, Berlusconi no irá a la cárcel: se le destinará a servicios sociales. Pero si también llegara a emitirse de forma definitiva el veredicto del caso Ruby, entonces nada impedirá la detención. Y algunas cosas, es mejor afrontarlas con el PdL, en la mayoría y no en la oposición.

También porque los «halcones» saben asimismo que la crisis de gobierno no garantiza  unas elecciones  anticipadas.  Giorgio  Napolitano  ha  extendido  su  manto  protector   sobre  este ejecutivo y ha remachado que hasta  que no se modifique la ley electoral,  no  disolverá las Cámaras.  Intentará  formar  otro  ejecutivo  y,  si  acaso,  preferirá  dimitir  antes  que  convocar elecciones.

En este punto el centroderecha tendría que hacer cuentas con el nuevo jefe del Estado  que, previsiblemente, se habría  acordado  en el campo del PD y el Movimiento 5  Estrellas. Una imagen que  hace  que  vengan  a  la cabeza  personalidades  como  Romano  Prodi  y  Stefano Rodotà. Más bien, el PdL podría tener que contar hasta con una  escisión: una parte de las «palomas» podría apoyar la nueva combinación.

La tensión, en cualquier  caso,  se cortará con un cuchillo  hasta  el 30 de julio. Esa  será la verdadera piedra de toque del gobierno. Para el PD también, pues podría tener la tentación de un golpe  relámpago  para  quebrar  el  eje  «contra  natura»  con  Berlusconi.  Los  haIcones  del centroderecha, de hecho, tienen la esperanza de que una parte de los  demócratas [del PD] voten contra la prohibición en el Senado y que luego sea Matteo Renzi [alcalde Florencia, uno de los líderes del PD] quien provoque la crisis.

Pero las señales lanzadas ayer desde el Palazzo Vecchio [alcaldía de Florencia] al  Palazzo Chigi [sede del Gobierno] iban de momento en otra dirección. «A final de mes, con todo, – dice hasta Letta  a  sus  más  fieles – se  producirá  al menos  una  clarificación  definitiva.  No  a  un gobierno a cualquier precio y desde luego, no al coste de poner a fibrilar a las instituciones. Por lo tanto, sepan todos que también con palabras del tipo «Aventino»,  salta todo». La cita está fijada para dentro de tres miércoles.
(*) Claudio Tutti es periodista del diario italiano La Repubblica


 

Una fecha de julio inconveniente para Berlusconi

escribe: Kay Wallace

¡Conmoción, horror! ¡El sistema de justicia italiano funciona con eficiencia!

El Pueblo  de la Libertad de Berlusconi  (PdL) está encrespado y amenaza con paralizar  el gobierno de coalición de centroizquierda de Enrico Letta, y quizás retirarse del  mismo.  ¿La razón por la que se muestran tan escandalizados? En lugar de irse arrastrando a su habitual ritmo de caracol, el sistema de justicia italiano ha actuado con rapidez. El exprimer ministro se mostró relativamente optimista en mayo cuando la corte de apelaciones ratificó un veredicto de un tribunal de menor rango que le condenaba  a  cuatro  años de prisión y le prohibía ejercer cargos públicos por haber utilizado empresas en paraísos fiscales para comprar derechos de películas de estudios norteamericanos a  precios inflados, ahorrándole hasta 300 millones de dólares  a  su  empresa  Mediaset.  El  sistema  judicial  italiano  es  dolorosamente  lento:  las sentencias sólo se consideran  definitivas después de agotar dos trámites de apelación y los abogados  listos  pueden  sacar  partido  de  esto  y  de  una  serie  de  tácticas  dilatorias  para asegurarse de que no se completen los casos antes de agotar el plazo para su prescripción. Por supuesto,  Berlusconi tiene abogados inteligentes que ya le han mantenido fuera de la cárcel  gracias  al  astuto  uso  de  esas  tácticas,  combinado  con  leyes  a  medida  aprobadas mientras estaba en el poder.

Pero al equipo legal del magnate le pilló desprevenido el martes que la Corte de Casación, el Tribunal Supremo, aplicara una ley de 1969 que decreta que deben adelantarse los plazos en aquellos  casos  en  que  puedan  vencer  durante  la  pausa  veraniega  debido   al  plazo  de prescripción. Se programó la vista de apelación del caso de fraude fiscal para el 30 de julio.

Miembros del PdL halcones,  palomas  y pitones montaron inmediatamente en cólera  y acusaron de parcialidad a los jueces del país. El PdL  ha solicitado que se suspenda  toda actividad parlamentaria mientras los miembros del grupo discuten lo que hay que hacer. El líder del  PdL  en  la  Cámara  de  Diputados,  Renato  Brunetta,  afirmó  que  el  PdL  celebrará  una asamblea   para   tener    largas   y   detalladas   discusiones .   Daniela   Santanché,   alma   y autoproclamada pitonisa del PdL, declaró en una entrevista de radio que si no se atendía la petición del PdL, se entiende entonces que no hay coalición de gobierno .

El PD, centroizquierda, votó a favor de que se suspendiera el parlamento por un día, lo  que provocó que los miembros del Movimiento 5 Estrellas de Beppe Grillo mostraran su desagrado quitándose  la  chaqueta  y  la  corbata,  lo  que  no  es  mala  forma  de  protestar  cuando  las temperaturas del exterior alcanzan los 30 grados. El problema es  que el PD se encuentra atrapado en un dilema: sus miembros no pueden aparecer apoyando a su viejo enemigo contra el tribunal, y si la prohibición sigue adelante, el gobierno del que forman parte caerá casi con toda seguridad.

Pase lo que pase, es poco probable que Berlusconi llegue a ver alguna vez el interior de una celda. Su edad (76 años), de no ser otra cosa, lo impediría. Mayor amenaza es la prohibición de  desempeñar  cargos  públicos,  lo  que  supondría  un  inconveniente  práctico  y  un  final ignominioso a una carrera política de 20 años.

Hay diputados del Parlamento que amenazan con hacer caer el gobierno al que  pertenecen porque el sistema de justicia está funcionando con eficiencia y según las reglas. Dos décadas de Italia han convertido Italia en un mundo más propio de Alicia a través del espejo en el que arriba es abajo, lo bueno es lo malo y nada es lo que parece.
Berlusconi juega a estadista

Berlusconi anda jugando a ser estadista. El dirigente del centroderecha afirmaba el viernes que su partido debería proporcionaría apoyo leal a la coalición de Letta, cualquiera que fuese el resultado de la apelación, el 30 de julio, en el caso del fraude fiscal de Mediaset. Entrevistado a altas horas  de  la noche  tras una  reunión  de  la dirección  del  PdL,  el  ex  primer  ministro  y magnate de los medios mostró una postura inusitadamente conciliatoria.  Los halcones de su partido han estado amenazando con derribar al gobierno a causa de los problemas  legales, pero los va sofrenando de momento. Preguntado qué les dice a sus parlamentarios que hagan en caso de que fracase su apelación, respondió: El mandato que les he  dado se cifra en concentrarse  en  los  intereses  del  país  y  concertar  esta  alianza algo  histórico,  hasta  sin precedentes,  tras  muchos  años  de  guerra  fría .  Preguntado  qué  haría  si  se  ratificara  la condena, Berlusconi se mostró tan optimista como siempre: No suelo entretener mi mente en cosas que estimo improbables .

La experiencia del pasado ha demostrado que el dirigente del PdL no tiene ningún problema en afirmar una cosa un día y justo la contraria el siguiente, y no hay ninguna garantía  de que permanezca leal al gobierno Letta en caso de que el veredicto no le sea favorable. Hay muchos halcones en el PdL tirándo de la cuerda para soltarse. La reacción de  Daniela Santanché al anuncio  de  la  fecha  de  apelación  en  el  caso  de  Mediaset  consistió  en  declarar:   ¿A  qué estamos esperando para entrar en acción?

Pero por el momento, formar parte de la coalición puede ofrecer al dirigente del PdL la mejor protección frente a los tribunales, y es demasiado pronto para jugar su última carta retirarle su apoyo. Al  vincular  su  respaldo,  en  cambio,  a  la  abolición  del  IMU,  el  impuesto  de  bienes inmuebles enormemente impopular, puede seguir con su juego de adalid del pueblo.

Lo que es más, si se confirmara la sentencia, la prohibición de desempeñar cargos  públicos debería ser ratificada por el Parlamento, una votación que bien podría fracturar al PD, acaso de forma fatal.

Berlusconi seguirá jugando a estadista mientras le convenga. Y cuando ya no, soltará a  los halcones.
(*) Kay Wallace tiene una sección en inglés, The view from Rome, en la edición digital del diario italiano La Repubblica.


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