La presidencia del FRENTE AMPLIO

Lizbona: “Una presidencia débil”

 

Por: Juan Pablo Rodríguez

 

 

Alexandra Lizbona Cohen, politóloga y profesora del Departamento de Ciencia Política de Udelar, al caracterizar el mandato de Javier Miranda destacó que “desde marzo de 2020 que comenzó un nuevo gobierno, cuando el país hizo un giro de cambio con el gobierno de Lacalle Pou, me parece que él, frente a un contexto muy adverso de emergencia sanitaria en un momento que nadie esperaba, tuvo una posición y postura de diálogo en intentar entablar ciertos encuentros con el gobierno nacional.

Tuvo una postura siempre muy republicana, eso es muy importante destacar, que en la transición de pasar de un gobierno frenteamplista a un gobierno de coalición de derecha es importante ver cómo el presidente de este partido que deja el gobierno después de 15 años frente a un contexto de adversidad mantiene una postura muy republicana y de diálogo, de ponerse a disposición, ayudar y cooperar. Eso aparte de hablar bien de Miranda, y del FA, denota de buena manera la institucionalidad del país, es importante y hay que rescatarlo.

No cualquiera puede conducir bien en momentos tan críticos y en lo que hace a la pandemia puntualmente me parece que pudo entablar buenos encuentros”. Asimismo, Lizbona aseveró que “sin dudas fue una presidencia débil, no cumplió las expectativas, la conducción tiene que tener la capacidad de articulación e incluir la realización de la síntesis y fortalecer los puentes. Eso le faltó a Miranda.

El FA tiene el reto de poner a conducir su fuerza política a alguien que pueda articular en 5 o 6 frentes como lo son: con las bases y militancia, organizaciones sociales incluso por fuera de la fuerza partidaria pero que son de izquierda y tienen un fuerte vínculo desde sus orígenes con la fuerza partidaria, el movimiento estudiantil, feminista, sindical y cooperativista. Me parece que se tenía que articular mucho mejor con la bancada del FA ahora que se perdió la mayoría parlamentaria y ello es importante, con los tres gobiernos departamentales y con el gobierno nacional de coalición liderado por Lacalle Pou. El gran desafío es tener una gran conducción que le dé un norte a la izquierda que le pueda dar esa síntesis, conducción y liderazgo para los retos que le vienen a futuro. No solamente en términos electorales, el FA hoy tiene el desafío de decir si vuelve a gobernar, para qué quiere volver a gobernar, cuáles son sus propuestas, es fundamental hacer el análisis sobre cuál es el Uruguay que entiende que tenemos que tener en cinco o diez años y para cuál Uruguay quiere gobernar. Esa es la pregunta que quien conduzca tiene que lograr articular y generar buena conclusión”.