Los sauces son las vicisitudes del dictador fascista italiano Benito Mussolini desde su caída del poder en 1943 hasta su ejecución en 1945. Una página de Golden Time, el suplemento del Telegraph que se publica todos los jueves, no puede reunir las docenas de movimientos, transferencias de cautivos. a cautivo y de guardia a guardia, así como los innumerables intentos de secuestrarlo y matarlo.
Nos detendremos aquí en una de las versiones más controvertidas de su muerte, aceptada por pocos historiadores, pero que tiene una activa huella búlgara. Desde 1945, cada vez más rostros nuevos intentan adornarse con la gloria de los verdugos del Duceto. Entre ellos, el mayor interés nos despierta la afirmación de Slavi Metodiev Tsakov de Pleven, que no llega a afirmar que fue él quien mató al Duce. Sin embargo, dice que fue él quien lo capturó y luego llevó personalmente su cadáver a la plaza de Milán.
Resistir
Primero un poco sobre Tsakov. En 1943 estudió en la escuela secundaria agrícola de Bitola y participó como carnero en la resistencia macedonia. Luego estuvo entre las tropas de Tito en Montenegro. Luego se le asignó la tarea de infiltrarse en las fuerzas laborales de la Wehrmacht «Tod» para transmitir información a los partisanos sobre las fortificaciones que estaban construyendo las unidades. Con «Tod» trabajó en Belgrado, ocupada por los alemanes, y cinco meses después fue enviado a Berlín en las tropas de transporte «Sper». Completó cursos de conducción y fue destinado a Italia. Aquí se conectó con miembros del Partido Comunista Italiano y se unió a la resistencia. Dirige un destacamento de 294 combatientes, en su mayoría eslavos. Organizó la agrupación de casi 20.000 soldados rusos que deambulaban por Italia.
Acción
El 21 de abril de 1945, cuando, según Tsakov, las tropas estadounidenses se acercaban a Milán, al mediodía (en otro lugar, por la noche) lo llamaron a la sede del movimiento de resistencia Garibaldini y le encargaron soldar uno de los pasajes. entre Italia y Suiza, ya que se espera que los alemanes intenten llevar a Mussolini a Suiza. En un coche Plymouth (en otro lugar, un Packard) parten cuatro: Tsakov, el checo Carl Dvořák y dos italianos (en otro lugar, uno, Nello Martelli), un francotirador y un especialista en artefactos explosivos. El grupo tiene sólo una pistola y dos reflectores cada uno. Después de 4 horas de conducción peligrosa a lo largo de empinadas serpentinas y profundos barrancos, llegan a un pueblo con entre 15 y 20 cabañas.
Sakov reúne a 4 o 5 niños locales y con su ayuda llena el camino con vigas y piedras. A las 23 horas se oye el ruido de las motos. Se forma una columna de 4 camiones militares, que detienen sin disparar. Tsakov ordena a los militares (unas 40 personas) que se bajen y comienza a revisar los coches. En la carrocería del segundo camión ve algo cubierto con una lona. Retira la colcha y ve a Mussolini, su amante Clara Petacci (ver recuadro) y sus dos secretarias debajo. También descubre dos maletas llenas de joyas que valen tanto como toda Bulgaria. Mussolini le ofrece uno a Tsakov para que los deje ir, pero él se niega. El cuartel general le ordenó por radio que mantuviera vivo a Mussolini a toda costa. Dejaron que los alemanes se retiraran con sus coches y el grupo de Mussolini fue llevado a una casa a unos 500 metros hacia las montañas. Atan fuertemente a los cautivos con cuerdas. Tsakov deja a varios hombres con schmeissers vigilando la puerta y se dirige al pueblo para organizar el transporte de los detenidos a Milán.
Descubrimiento
Tsakov y el checo Dvořák regresan de madrugada. Observan huellas de neumáticos de coche y huellas de zapatos pesadas por toda la casa. Descubren que las maletas han desaparecido y que los dos guardias y los cuatro cautivos han sido asesinados. Tsakov cree que Mussolini fue asesinado por sus propios guardias, quienes recibieron información sobre su captura en el paso.
Mussolini, Petacci y asociados colgados con los pies en alto en la plaza de Milán. Dvořák documentó el suceso con 72 fotografías, que desaparecieron misteriosamente años después en Sofía. El grupo de Tsakov llevó los cadáveres de Mussolini y Petacci a Milán. Desde el cuartel general de la resistencia le hacen colgar los cadáveres de los dos en la plaza de Loreto a modo de edificación. La falda de Clara cae dejando al descubierto sus piernas. Tsakov atraviesa la tela con alambre y se lo ata alrededor de las rodillas.
Oficialmente
Según la versión más aceptada sobre la muerte de Mussolini, fue ejecutado por Walter Audizio, también conocido como el coronel Valerio. Audisio nació el 28 de junio de 1909 en Alejandría, norte de Italia. Desde 1921 es miembro del Partido Comunista. Dotado de un poder, que le confiere total libertad de movimientos y absoluta independencia en la toma de decisiones en la ejecución de la tarea de liquidación del Duce. Al amanecer del 28 de abril, Valerio, su asistente Guido y doce partisanos partieron hacia Como en un Fiat y una camioneta. El grupo dejó salir a Mussolini varias veces, pero finalmente a las 15:10 partieron hacia el pueblo de Bonzanigo, donde los partisanos retenían al dictador. En el camino, Valerio también elige el lugar de ejecución. Después de que Mussolini fue entregado a él, Valerio leyó la frase: «Por orden del Comando General del Cuerpo de la Libertad, se me encomienda hacer justicia al pueblo italiano». Petacci estuvo al lado de Mussolini, y en la primera escaramuza automática lo abrazó y se llevó las balas.
Sus cuerpos llegaron a Milán a las dos de la madrugada. No hay un alma en la Plaza de Loreto. Los cuerpos de los asesinados están colgados boca abajo en la línea de seguridad de una gasolinera. La elección del lugar no fue casual: el 10 de agosto de 1944 fueron ejecutados allí quince miembros de la resistencia antifascista.
«¡Dudar! ¡Dudar!»
Clara Petacci nació en 1912 y provenía de una familia adinerada. Según una versión, en 1932, Duce, viajando en coche, vio a una hermosa muchacha al costado de la carretera, que lo saludó con la mano y gritó: «¡Duce! ¡Dudar!». Mussolini hace detener al conductor. Él sale del auto y cuando habla con ella, ella comienza a temblar de emoción. Luego se supo que incluso cuando tenía 14 años, ella le enviaba cartas entusiastas. Así comienza la legendaria relación entre ambos. Durante mucho tiempo se supuso que era puramente platónico. Clara tiene veinte años (y Mussolini cincuenta y tres). Tiene ojos verdes, piernas largas y delgadas y un busto pesado que Mussolini adoraba. Su voz es ronca y sus dientes pequeños, pero ha aprendido a ocultarlos sonriendo con los labios apenas abiertos. Es hipocondríaca, sentimental, estúpida y sumamente devota del Duce. Clara está casada con Riccardo Federici, piloto de hidroaviones de la Fuerza Aérea Italiana, de quien luego se divorció. Pero incluso antes de eso, Mussolini lo envió a Japón para que no estorbara. Mussolini proporciona a Petacci un apartamento en el Palazzo Venezia, donde debe estar todos los días a las 15.00 horas para hacer el amor con ella en el descanso entre dos reuniones de gabinete. Clara sabe que él no abandonará a su esposa e hijos por ella, como también sabe que le es infiel. A pesar de ello, ella le es fiel hasta la tumba y trata de no molestarlo con sus celos.
Visión Universitaria 
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