Uruguay … los partidos de derecha

 

Acuerdo con alguna posibilidad de vencer en las elecciones de 2015

 

-El bloque entreguista; modelo de derecha restaurador del siglo XXI-

 escribe: Víctor BAGNUOLI / director del blog e integrante de la comunidad universitraria del Uruguay

Ideológicamente la diferencia entre el partido Colorado y el blanco post dictadura, es de matices y no de contenidos. Ambos de derecha y aunque cabe destacar que a grandes trazos tradicionalmente se ha sostenido con base razonable que ambos, casi no se diferenciaban uno con otro. Los blancos en términos generales defienden los intereses del campo y fundamentalmente de los grandes hacendados y los colorados, intereses del comercio, el puerto y en común, respondían a los intereses de las clases dominantes y de la oligarquía, lugar desde donde proviene su gran fuente reclutadora de líderes y cuadros políticos.

Hoy, ante una realidad electoral que les resulta adversa, van hacia el uno más uno, es decir: el acuerdo (en vías de cristalizar) entre los dos partidos tradicionales o fundacionales, para disputar el gobierno de Montevideo al Frente Amplio donde encuentra un camino con relativas posibilidades de éxito en las elecciones de 2015.

Cabe tener en cuenta en tanto que, durante sus 170 años de historia ( blancos y colorados) asumieron alternativamente posturas encontradas. Desde 1850  (siglo XIX) los blancos se caracterizaron en poner el acento en la defensa de la soberanía, las libertades y las garantías electorales. En cambio los colorados a través de la gigante figura de proyección política ideológica  que fue don José Batlle y Ordóñez, en los comienzos del siglo XX adoctrinó al Partido Colorado de un contenido de corte socialdemócrata, perfil que mantuvo hasta mediados de siglo, en clara asimetría con el conservador de Luis Alberto de Herrera.

En un nuevo escenario continental  -donde iba quedando atrás la guerra de Corea, se introducían los planes de dependencia de los organismos internacionales sobre América  Latina y la “guerra fría” daba un nuevo giro bélico con otras armas en un mundo que se avizoraba  bi-polar- emerge en los 60´el liderazgo de Wilson Ferreira Aldunate. Éste logró un quiebre y “camaloneó” al Nacionalismo, desplazando a los conservadores y dando un viraje hacia el centro del espectro político, con un programa algo progresista. La muerte inesperada de Ferreira Aldunate a fines de los ochenta, devolvió el liderazgo a las fuerzas conservadoras que se impusieron a las rémoras  wilsonistas.

En 1996 se produce una reforma electoral que  introduce la elección interna y la candidatura presidencial única por lema, que terminó de afianzar liderazgos conservadores en ambos partidos tradicionales, lo que derivó en que líderes y hasta caudillos y sectores de centro izquierda de dichos partidos fundacionales, abandonaran sus viejas divisas para ir hacia las filas del Frente Amplio.

 

Sin embargo, aunque en filas blancas el doctor Larrañaga desee mostrarse como una opción de centro diferente de la que ofrece el Herrerismo, es notorio que blancos y colorados han vuelto a “camalonearse” pero ante los ojos del electorado aparecen igualmente como clarísimas posturas conservadoras.

Padeciendo un discurso neo conservador, elitista y arcaico ahora con el acuerdo electoral en ciernes, los colorados y los blancos institucionalizan el bipartidismo que venía insinuándose desde fines de los noventa y que clarividentemente predijo R. Arismendi a la salida del fascismo.